Cuando llegamos a su casa, llamó a Leo por si quería venir. La verdad es que aquellos dos formaban una pareja perfecta. Al cabo de unos minutos llegó y le dio un beso en los labios. A mí me besó en cada mejilla. Estuvimos jugando al Monopoly hasta la hora de comer. Encargamos pizzas para todos y refrescos. Luego vimos todas las películas de Men In Black. Cuando acabaron, llegó el padre de Nicole. Hablamos un rato hasta que fui a la habitación de mi amiga, donde había dejado la bandolera hippie.

Mientras me acompañaban a mi casa, una pregunta se me pasó por la cabeza.

-¿Cómo os conocisteis chicos?- les pregunté.

Nicole se ruborizó. Fue Leo quien habló.

-Bueno... Nos conocimos en un concierto, en verano, hace tres años. Teníamos un amigo en común que nos presentó. A partir de entonces empezamos a quedar los tres hasta que las clases empezaron. Creí que sería un amor de verano porque yo no iba al mismo instituto que ella pero, como si de una novela romántica se tratase, mi familia y yo nos tuvimos que mudar y vinimos aquí. Y cuando la vi...- él también empezó a ruborizarse- no me lo podía creer... Y...- cada vez su rostro era más rojo.

-Y ahora estamos juntos- dijo Nicole rápidamente.

Cuando llegamos a mi casa, no sabía decir cuál de los dos estaba más rojo.

Nos despedimos y entré en mi casa. Subí las escaleras y entré en la habitación de Karen. No parecía mejor y eso me preocupaba.

Ya en mi habitación, me estiré en la cama y rebusqué mi diario en el bolso. Pero no estaba.

Supongo que me lo había dejado en casa de Nicole. La llamé y le pregunté si había mi diario en su cama pero me dijo que no. Genial, ahora lo había perdido.