Capítulo 20
- ¿Que quieres llevar? - Le pregunto a Terry mientras tomo dos cajas de té de la estantería.
- No lo sé, lleva cualquier cosa. - Dice Terry viendo las dos cajas de té.
- ¿Manzana y canela o frutos del bosque?
- ¿Cuál te gusta más? - Dice algo impaciente.
- Los dos me gustan. - Digo viendo las cajas. - Llevaré las dos. - Digo finalmente.
- Gracias a Dios. - Dice Terry aliviado.
Terry sigue empujando la carreta llena de comida, peliculas y algo de ropa.
- ¿Sabes? - Dice Terry deteniendose en medio del pasillo. - Esto me recuerda a Kentucky, cuando fingimos ser esposos.
- ¿Fingimos ser esposos? - Pregunto mientras peino mi cabello hacía atrás de mi oreja.
- Sí, por un tiempo. - Dice un tanto sonrojado.
Terry saca su billetera de su bolsillo y me muestra dos anillos.
- ¿Qué son? - Pregunto tomando uno de ellos.
- Los anillos que usamos. - Una sonrisa se muestra en sus labios.
- ¿Los has guardado todo este tiempo? - Mi corazón late muy rápidamente al hacer la pregunta.
- Sí, son especiales para mi. - Dice viéndome a los ojos.
- Eso es muy dulce. - Pongo mi mano sobre la suya y sonrío.
Terry me ve fijamente y pone su mano en mi rostro.
- Estoy muy feliz de que hayas regresado. - Dice mientras se acerca a mi.
- ¿Podrían darme permiso para pasar? - Pregunta un señor algo mayor parando su carreta frente a la nuestra.
- Por supuesto. Lo lamento. - Dice Terry apenado.
- Estas parejas de ahora. - Dice el señor siguiendo su camino.
Ambos reímos mientras nos miramos a los ojos. Tomo la carreta y sigo caminando, Terry camina velozmente para alcanzarme.
- Espera Emily. - Dice poniendo su mano en mi cintura.
- ¿Que pasa? - Digo deteniendo la carreta.
Terry me ve, abre la boca y tartamudea un segundo.
- Olvidamos el spaghetti. - Dice inseguro.
- Tienes razón. Digo dando la vuelta con la carreta. - Creo que la vi por allá. - Señalo otro pasillo.
Luego de pagar y guardar todo en el auto vamos de vuelta al hotel.
- Pensé que iban por un par de cosas chicos. - Dice Andrew sorprendido de ver todas las bolsas que trajimos.
- Ya me cansé de comer la comida del hotel, quiero cocinar algo esta noche.
¿Alguien sabe a que hora regresa Richard de la estación?
- No, pero puedo preguntarle al jefe de bomberos. - Dice Terry sacando su celular de su bolsillo.
- Perfecto. - Digo sonriendo.
Terry marca su teléfono y pone el altavoz.
- Terry Lawrence tanto tiempo sin saber de ti.
- Hola jefe Allen.
- ¿Como estas hijo? ¿Que necesitas?
- Bien. ¿Está Richard en la estación?
- ¿Richard White?
- Sí, el mismo.
- Me pidió un descanso del trabajo hace dos meses, no lo he visto desde entonces. ¿Está en problemas?
- No jefe, sólo quería saludarlo.
- Está bien. Si lo ves saludalo de mi parte.
- Lo haré.
Terry cuelga la llamada, hay un silencio incómodo hasta que Terry camina furioso hacía la habitación de Richard.
- ¿Que haces Terry? - Digo yendo hacía la habitación.
- Buscando alguna pista que me diga dónde está ese idiota.
Terry busca en la mesa de noche, saca la gaveta y tira todo sobre la cama.
- Terry, ya basta. - Digo tomando las cosas y poniéndolas de vuelta en la gaveta - Ya deja a Richard en paz.
- Richard nos ha estado mintiendo Halley, no puedo permitir que te haga daño.
- Si quisiera hacerme daño me habría asesinado en el hospital antes de que despertara del coma. Ha tenido muchas oportunidades Terry.
- Está escondiendo algo.
- Quizás ya está cansado de esto, de esconderse, de tanto drama, de vivir así y lo entiendo, yo también ya me cansé, yo no pedí esto.
Terry me ve atónito por un segundo, busca algo debajo de la cama, saca la caja donde Richard guarda su arma pero al abrirla está vacía.
- Devuelve todo a su lugar. - Digo cerrando la caja.
Terry pone todo donde lo encontró, se sienta en el borde de la cama, lleva sus manos a su rostro, frustrado.
- Yo jamás te ocultaría nada. - Dice poniendo sus manos en sus rodillas. - Esto no me gusta Halley, nadie oculta nada solo por que sí ¿Que esconde?
- Todos tenemos un pasado y algo que ocultar. - Pienso en voz alta.
- Voy a investigar a Richard. - Dice poniéndose de pie. - Andrew. - Grita.
Andrew se asoma a la puerta, curioso.
- ¿Que pasa?
- ¿Confías en Richard?
- No confío ni en mi propia sombra. - Dice sin siquiera pensarlo.
- ¿Puedes ayudarme a investigar a Richard?
- De hecho ya lo hice.
- ¿Qué? - Digo sorprendida.
- Yo investigo a todo el mundo, incluso a ti.
- Eso no se hace Andrew. - Digo con indignación. - ¿Yo por que?
- Lo hice en Alemania, cuando me enteré sobre lo sucedido con Halley Messer de inmediato comencé a indagar, busqué todo lo que pude sobre ella, bueno sobre ti.
- ¿Que encontraste sobre Richard? - Pregunta Terry interrumpiendo.
- Su madre murió hace algunos años, su padre se casó nuevamente con una empresaria, cuando tenía dieciséis fue a un internado en Londres, salió cuando cumplió dieciocho, en vez de ir a su casa tomó un vuelo hacía Miami y comenzó a entrenarse como bombero, su padre lo encontró un tiempo después, le compró una casa y le deposita dinero en su cuenta cada mes, pero nunca lograron reconciliarse.
- Ser enviado a un internado definitivamente lo afectó.
- ¿Que haremos con él? - Pregunta Terry
- Nada por ahora, pero mañana lo seguiremos con Halley para saber que es lo que hace cuando no está.
- Me parece un buen plan. - Dice Terry.
- ¿Y si lo perdemos? A demás si se encuentra con alguien ¿Cómo sabremos de que están hablando?
- Allí es dónde tu intervienes. Debes poner un rastreador en su auto y un micrófono en su bolsillo.
Andrew sale de la habitación, Terry y yo lo seguimos hasta la suya y nos muestra un maletín con muchos aparatos pequeños y extraños.
- Este es el rastreador y este el micrófono.
- Quédate con el micrófono por ahora, cuando venga le pediré que me lleve a comprar algo y en ese momento pondré el rastreador bajo el asiento del copiloto.
- Esa es la ventaja de ser mujer, todo es más fácil para ellas. - Dice Terry muy serio.
- Lo sé. - Digo sonriendo.
Son las 17:34, Richard vino hace veinte minutos, se encerró en su habitación sin siquiera hablar con nadie. Reviso que el rastreador esté en mi bolsillo, lo guardo nuevamente y toca la puerta de la habitación de Richard.
- ¿Quién es? - Grita.
- Halley. - Digo volviendo a tocar la puerta.
Toco la puerta cada vez más rápido y más fuerte hasta que Richard la abre.
- Hola. - Digo mientras entro en su habitación.
- Si, claro. Puedes pasar. - Dice en tono sarcástico.
- Hoy prepararé la cena y me preguntaba si. Ah... ¿Quieres ayudarme?
- ¿Yo? - Dice desconcertado.
- Sí, tú.
Una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.
- Claro.
- Pero antes debo ir a comprar algo a la tienda. ¿Podrías llevarme?
- ¿Por que no vamos en tu auto?
- Por que me duele la cabeza y no me siento tan bien como para manejar mi auto ahora, pero sino quieres llevarme se lo pediré a Terry. - Digo poniéndome de pié.
Espero que eso funcione, pienso.
- Yo te llevo. - Dice Richard tomándome por el brazo.
- Gracias. - Digo sonriendo.
Bajamos al estacionamiento, saco el rastreador mientras Richard quita el seguro de las puertas, entro y espero una buena oportunidad para poder ponerlo debajo de mi asiento sin que él se de cuenta.
- ¿Cómo te fue en tu trabajo hoy? - Pregunto para romper el hielo
- Bien, no hubieron tantas emergencias hoy.
- Eso es bueno. - Digo sonriendo. - Extrañaba mucho hablar contigo.
- ¿De que hablas?
- Antes hablábamos mucho, pero ahora que trabajas es muy raro que tengamos la oportunidad de hablar.
- Lo sé, lo lamento Halley. - Dice mirandome por un segundo.
Por un segundo parece que quiere decirme algo, pero lo guarda para si mismo.
- Está bien. - Digo suspirando.
Richard frena frente a un semáforo en rojo y toma mi mano.
- ¿Que tal estuvo tu día? - Pregunta mientras me sonríe.
- He visto tantas películas que podría pasar un año sin ver la televisión.
Richard se rie de mi y pone en marcha el auto.
Miro el rastreador en mi mano y pienso en alguna manera de ponerlo bajo el asiento hasta que se me ocurre una.
Tiro mi celular del lado de la puerta, hago como si buscase mi celular debajo del asiento y pongo el rastreador.
- ¿Lo encontraste? - Pregunta Richard.
- No. - Digo mientras lo busco.
Llegamos al supermercado y Richard me ayuda a buscar mi celular aunque le insistí que yo podía buscarlo sola.
- Aquí está. - Dice Richard devolviendome mi celular.
- Gracias. - Digo sonriendo.
Guardo mi celular y entramos al supermercado.
- ¿Que vamos a comprar? - Pregunta Richard.
- Vino. - Digo lo primero que vino a mi mente. - ¿Has tomado vino?
- Muchas veces. - Dice riendo. - ¿Y tu?
- No recuerdo.
Ambos reimos y vemos el pasillo repleto de botellas de licor.
- Este es un buen vino. - Dice Richard tomando una botella de la estantería.
- Bien, entonces llevaremos dos y aquellas cervezas alemanas también, son muy buenas.
Richard se ríe, toma las dos botellas de vino, tomo un par de cervezas y las pagamos.
De regreso en la suite Richard me ayuda a cocinar y a poner todo en la mesa. Todos nos sentamos a comer, pero antes de comenzar hago un pequeño brindis, bueno más bien es un agradecimiento.
- Solo quiero darles las gracias por todo lo que han hecho por mí, se que no recuerdo la mayoría de las cosas que han hecho por mi, pero no por eso no estoy agradecida por lo que hicieron, más que mis amigos ahora son cómo mi familia, gracias por quedarse conmigo aún en los tiempos difíciles. El tío Frank y ustedes son las personas más importantes para mí y no dudaría ni un segundo en dar mi vida por ustedes, gracias por formar parte de mi vida. - Hago una breve pausa y me siento. - Así que hago un brindis por ustedes, que son las mas maravillosas personas que he conocido en mi vida. - Digo levantando mi copa.
Dicho esto todos chocamos delicadamente nuestras copas.
Richard se nota un poco distante, pensativo en otras palabras.
Está a mi lado así que pongo mi mano sobre la suya y sonrío.
- ¿Está todo en orden? - Pregunto mientras lo veo a los ojos.
- Si. - Dice fingiendo una sonrisa.
Todos comemos, reímos y conversamos, por un momento olvidamos todo lo demás, nuestros problemas no existen por unos bellos y maravillosos minutos.
Cuando terminamos de comer recogemos la mesa y lavamos los trastes, en mi habitación doy vueltas en mi cama sin lograr conciliar el sueño, cuando finalmente lo hago tengo un sueño muy extraño.
Hay un largo pasillo, estoy corriendo y Richard está corriendo detrás de mi.
- Alejate de mi. - Grito.
- Solo quiero ayudarte Halley. Estas en peligro, no vayas hacía allá.
Richard me toma por el brazo y logra hacer que deje de correr, me abraza y no me suelta.
- Richard sueltame.
Hace caso omiso y sigue abrazandome cada vez mas fuerte, otro hombre aparece y se lleva a Richard.
Richard solo me ve con tristeza mientras camina y finalmente desaparece en la oscuridad.
Sigo corriendo, encuentro una puerta, tomo la perilla, la giro lentamente y antes de abrirla despierto.
Despierto sudando, mi corazón late muy fuerte, de alguna forma mi mano llego hasta el arma que esta bajo mi almohada, la suelto, llevo mis manos hasta mi rostro y comienzo a llorar.
Enciendo mi computadora y veo a Alex, lo único que deseo es que despierte pronto y que diga la verdad sobre lo que pasó ese día, ese fatídico día en el que perdí a las personas que más amé en esta vida.
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