Recuerdos parte 2
Siguiendo con el Flashback de aquella noche...
Milo: ¿Un policía? - pregunto sorprendido al ver él uniforme.
Dejo el cuadro en su lugar para tomar otro, en este se podía ver a Camus con otros dos chicos, uno rubio el otro era pelirrojo no le prestó más importancia y siguió ahora con los cuadros que estaban en la pared donde pudo apreciar con claridad los diplomas de medicina general y criminología que tenía ahí y también un reconocimiento al mejor agente él cuál estaba en francés.
Milo: ¿Pero quién es este chico? - pregunto sorprendido.
Camus: oye te traje ésto, no estoy seguro de que te quede pero es algo en lo que te compro ropa - dijo mientras paro de caminar a un lado de él para después extenderle la muda de ropa.
Milo: ¿eres policía? - pregunto haciendo referencia a los cuadros.
Camus: a si, me siento orgulloso de eso - respondió sonriendo.
Milo: si eres policía ¿Porque?, ¿Si sabes que la trata de personas es ilegal en este país? - pregunto.
Camus: si, también lo es en él mío, bueno, creo que lo es en todo el mundo ¿Porque? - pregunto mientras lo veía.
Milo: entonces ¿Porque me compraste por cinco millones de Euros? - pregunto.
Camus: no quería que te pasará nada, me salvaste ahí apenas hace unas horas así que sólo te devolví el favor, además qué era la única forma de salvarte sin que salieras lastimado cualquier movimiento ahí pudo haber causado un accidente - le dijo sonriendo.
Milo: ¿Qué es lo que planeas hacer conmigo? - pregunto.
Camus: nada, eres libre de decidir que hacer, sin embargo te pido permanecer aquí conmigo nada más por seguridad pasarás a ser un testigo protegido para arrestar a Poseidón - le dijo mientras Milo nego.
Milo: juro que haré lo posible por pagarte él dinero que gastaste en mí - le dijo avergonzado.
Camus: tranquilo, tómalo como agradecimiento por lo que hiciste enserio - le dijo mientras sonreía.
Milo juro que si seguía portando sé así de caballeroso con él se le saldría el corazón de tan bonito acto, aún no sabía el porque desde que vio aquel chico algo le movía a acercarse a él aún no sabía porque motivo ese muchacho le ponía extremadamente nervioso, nunca le había pasado.
Camus por su parte al ver que Milo sólo lo veía, sonrió amablemente para después acercarse a él dejo las prendas sobre la mesita y colocó sus manos sobre sus hombros.
Camus: tranquilo aquí estás a salvó, no dejaré que nada te pase ¿Está bien?, Por favor confía en mí solo quiero ser tú amigo, por cierto mi nombre es Camus - le comento sonriendo, Milo por su parte salió de su ensoñación para después torpemente hablar.
Milo: m-mi nombre es... - (hay ¿Porque estoy tartamudeando?), Pensó preocupado.
Camus: tranquilo Milo, sólo necesitas descansar - dijo mientras tomaba la ropa y se la ponía en las manos - él baño está por allá - dijo señalando al corredor del departamento hacia una puerta en específico - ahí puedes tomar una ducha y cambiarte en lo que yo preparo la cena ¿Está bien? - pregunto mientras él otro asintió - tranquilo estás seguro voy a cuidarte bien lo juro - le dijo sonriendo mientras Milo sólo lo vio.
Milo: muchas gracias Camus... - fue lo que escucho aquella noche.
Fin del Flashback.
Sin embargo a pesar de haberlo prometido, no pudo salvar a sus amiguitos, en cuánto regresaron aquel lugar por la mañana con un montón de agentes para arrestar a Poseidón el lugar había desaparecido por completo y no había rastro de ellos. Camus sólo podía pensar que ya habían presentido lo que trataría de hacer y por eso se fueron, suspiró cansado mientras dirigía su vista a la foto familiar que tenía su madre en la pared, no podía esperar por ver una foto dónde podría ver a los hijos que Milo seguramente le iba a dar.
Camus: ¿Oye papá? - pregunto llamando la atención de su padre.
Kardia: ¿Qué sucede? - pregunto mientras lo veía.
Camus: ¿Cuál crees que sea el propósito del asesino para cometer sus actos? - pregunto curioso.
Kardia: no lo sé hijo, podría ser venganza, odio por las personas, un daño que tal vez estas le hicieron, incluso puede que sólo este mal de la cabeza, o lo haga solo por diversión, la mente de estás personas es un gran enigma para todos los investigadores - dijo mientras ambos veían un mural con un pequeño hilo el cuál enlazaba todos los asesinatos hechos hasta ahora por aquel delincuente, las relaciones de aquellos sujetos y los posibles sospechosos.
Con Milo.
En el departamento...
Él pobre Milo llegaba cansado por fin a su casa, Afrodita lo había tenido de un lado a otro y para sorpresa de él lo único que compro fueron un par de zapatitos de lana blancos los cuales le dió a él de regalo por la bendición en camino. Sin embargo juro solenmente una cosa.
Milo: juro por la abuela que no tengo que a la próxima le pediré mejor a Mü que me acompañe - dijo cansado mientras se recostaba en él sillón para después ver al techo, puso sus manos sobre su vientre para después preguntar - ¿A Camus le gustará la idea de saber que pronto seremos padres? - pregunto al aire.
Un silencio se instaló en aquél lugar, la paz que se respiraba era cómoda tanto que Milo quiso cerrar sus ojos y dormir un poco ante de soltarle la bomba bebé a su esposo, pero este plan se vio frustrado al escuchar la regadera encenderse, lo que ocasionó que Milo se sentará de golpe en él sillón.
Milo: ¡¿Estás aquí amor?! - pregunto mientras veía hacia el pasillo.
Pero no hubo respuesta, sólo el sonido de la regadera un poco confundido se levantó del sillón y comenzó a caminar lentamente hacia la puerta del baño un poco dudoso por lo que ocurría.
Milo: ¿Amor? - llamo mientras se acercaba lentamente, llegó a la puerta y la vio por breves momentos para después tocar suavemente - ¿Cam? - pregunto mientras pegaba su oído a la puerta, no escucho respuesta así que decidió abrir lentamente mientras ingresaba.
Vió que la cortina de la bañera estaba corrida impidiendo que viera lo que estaba adentro se acercó para después abrirla y ver pero no había nadie, sólo estaba la regadera encendida confundido la apago y después de ver por todo el baño decidió salir de ahí pero cuando pasó por el marco de la puerta la regadera volvió a encenderse y Milo se quedó inmóvil en su lugar, no pudo moverse mientras unas manos blancas cómo la nieve aparecieron cubriendo su boca, para después meterlo de golpe de nuevo al baño y la puerta se cerró de golpe mientras la regadera se seguía escuchando.
Continuará...
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