Extra 18
Ocho años después.
Narra Camila.
Habían transcurrido ocho largos años desde lo sucedido con mis padres, aún no sabía nada acerca del paradero de mi madre y mi padre bueno... Él se había distanciado por completo de mí, mis hermanas mayores se habían casado a escondidas de mi padre, me enteré que se había formado el real drama cuando mis cuñados llegaron por ellas a la casa, por suerte para mis cuñados ahí estaban mis abuelos paternos los cuales evitaron que mí papá los asesinara, muy pronto nacerian mis sobrinos y yo... Estaba estudiando mi último año de estudios universitarios, por suerte era un prodigio en la escuela y había adelantado muchos años de estudio por lo cual me puse como meta La carrera técnica en Investigación Criminal y Forense, para poder encontrar alguna pista que me llevará a mi madre.
Al ser un asesino pues... Tendría que tener alguna "firma" que indicara que él difunto había Sido víctima suya, sin embargo cuando le pregunté a mi abuelo Kardia, él me dijo que no podría ayudarme, ya que las víctimas de mi madre jamás eran encontradas a excepción de dos, las cuales jamás pudieron revisar, porque los cuerpos habían desaparecido misteriosamente.
Ikki: ¡Camila! - grito sacándome de mis pensamientos.
Camila: ¿Que ocurre? - pregunte molesto.
Ikki: hay que carácter, Sonia quería hablar contigo - dijo el.
Camila: no gracias, no tengo ánimos para lidiar con locas ahora - le dije.
Makoto: hay vez... Por eso sigues soltero - me dijo.
Camila: pues yo tengo planes, y esos son que para el día de mi boda quiero ver a mi mamá - les dije mientras ellos me vieron tristes, desde ese día que desapareció al igual que mí famila yo también cambié.
Y no me iba a detener hasta que pudieramos volver a verlo, esa era una promesa que le hice a mis hermanas mayores, una promesa que por nada del mundo iba a romper. No por nada era el hombre de la casa.
Por otro lado.
Los jóvenes por su parte salían de la universidad, a lo lejos estaba un auto de color negro, con vidrios polarizados. Adentro se encontraba Camus quien se encargaba de seguir al menor de sus hijos. Se mantenía cerca de cada uno de ellos así como conocía la rutina diaria de cada uno, era lo único que podía hacer por ellos, cuidarlos, desde las sombras, estaba frustrado ocho años habían pasado y Milo no había dado señales de vida, tampoco ese tipo llamado Aiacos y para ponerle la cervecita al pastel desde que desapareció los delincuentes también salieron, ahora estaban en un punto alto de crímenes, era como si... La presencia de Milo anteriormente fuera la que les impedía salir, no era para más... Según tiene entendido por los delincuentes que había logrado capturar el grupo de Milo era grande y si alguien se metía con el pues... No vivía para contarlo por eso todos le temían. Había intentado hacer que esos tipos revelarán algo de su paradero pero su respuesta era la misma.
"Si nosotros salimos es porque ya no hay nada de que preocuparse, ¿No lo cree?.
Camus: hay Milo... ¿Por qué? - susurró mientras pegaba su cabeza al timón del auto - ¿Por qué tuvo que cambiar así la vida? - pregunto.
Volvió a ver al frente, su hijo una vez más después de despedirse emprendía su camino a la casa de sus abuelos, despacio encendió el auto y comenzó a seguirlo de lejos, mientras él menor caminaba tenía puestos sus audífonos escuchando música mientras veía hacia todos lados, como si buscará a algo, no más bien. Él estaba buscando a alguien, y él ya sabía quién era.
No pasó mucho cuando algo curioso paso lo cual hizo qué ambos detuvieran su paso y eso fue ver como una mujer cayó desde lo más alto de un edificio destrozándose la cabeza en el proceso justo ante los ojos de su hijo, rápidamente salio de su auto y se acercó.
Camus: ¿Camila estás bien? - pregunto al estar cerca.
Camila: ¿Papá?, ¿Que estás haciendo aquí? - pregunto confundido.
Camus: ¿estás bien? - le volvió a preguntar.
Camila: em si, no te preocupes - le respondió, Camus por su parte se acercó al cuerpo - ¿Papá que está haciendo?, Alejate de ahí - le dijo alarmado mientras más gente se comenzó a acercar. Camus llegó al cuerpo donde en la espalda tenía una nota.
Camus: ¿Me extrañaste? - fue lo que leyó. Rápidamente se puso de pie y vio hacia arriba, para su desgracia sólo logro ver la ventana rota por dónde cayó la mujer. Rápidamente se acercó a su hijo - vámonos ya, súbete al carro - le dijo serio mientras comenzaba a jalarlo.
Camila: ¿Pero que sucede? - pregunto, Camus lo llevo del brazo hasta él auto donde lo sentó en el asiento del copiloto, rodeo su auto, entro en el y se apresuró a encenderlo - ¿Papá? - pregunto mientras veía al mayor ponerse el cinturón.
Camus: ponte el cinturón de seguridad por favor - le pidió.
Camila: ¿Que pasa?, ¿Porque estás así? - pregunto.
Camus: te lo explicaré después - dijo mientras comenzaba a retroceder.
Camila: ¡No!, ¡Ya me aburrí de que me oculten cosas!, ¡¿Que sucede?!, ¿Acaso reconociste algo de mamá en ese cadáver? - pregunto.
Camus: no, no de tú mamá, pero es algo ligado a él - le respondió.
Camila: ¿Que? - pregunto confundido.
Camus: con todo lo sucedido lo había olvidado - susurró.
Camila: ¿Qué pasa? - pregunto mientras veía a su papá.
En otro lado.
Dos pequeños, uno de once y el otro de ocho se encontraban jugando, en el extenso jardín de la mansión.
Xx: Gregory, detente por favor ya me cansé - decía él menor.
Gregory: ¿Te sientes mal? - pregunto preocupado él rubio.
Xx: no, sólo me cansé - decía para después retomar su postura - mamá no tardará en llamarme para comer - dijo sonriendo.
Gregory: entonces juguemos más. Porque después tendrás que estudiar - dijo el mientras él pequeño asintió.
Adentro de la casa.
Una chica peliverde se encontraba viendo a ambos niños, mientras que Milo revisaba unos papeles.
Shaina: Milo, pienso que no deberías dejar que Alexis se junte tanto con Gregory, no vaya ser que... - alguien más interrumpió.
Patrick: mí hijo no lo va a violar Shaina cálmate - dijo él chico, él cuál tenía varias cicatrices en su rostro.
Shaina: no podemos bajar la guardia, ese niño es doncel así que hay que cuidarlo.
Patrick: Pero no de mí hijo que lo conoce desde que nació, ¿Qué te pasa?, Apenas son niños.
Milo: ¡ya basta señores!, Dejen a los niños en paz, Shaina ellos apenas son niños, por otra parte no creó que Patrick tenga intensiones de convertirse en mi consuegro y además de eso no creo que quiera que mate a su hijo si llega a hacerle daño al mío ¿Oh sí? - pregunto.
Patrick: claro que no señor, conozco muy bien mi lugar como peón y mi hijo sólo quiere al suyo como amigo - dijo mientras veía como Milo seguía en lo suyo. Para después ver a Shaina quien no dejaba de ver a los pequeños.
Milo: tenemos una invitación de Minos - susurró llamando la atención de los dos que le acompañaban.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro