NARRA ALEJANDRO

Nada más despertarme me encuentro con Alexis. A veces se me pasa por la cabeza que no ha ido a su casa en todo este tiempo. Me avisa de que me ha llegado un mensaje al móvil y lo miro inmediatamente. Es de Sara y me dice que tenemos que quedar algún día y que se lo ha pasado muy bien conmigo en la cafetería. Le respondo que cuando quiera podemos quedar, pero dentro de unos días... claramente omito que estoy en el hospital, ella no tiene por qué saber eso de mí.

Veo que Alexis se tensa un poco porque ha visto el nombre de quien me ha hablado y la foto de perfil es de la misma Sara. Esa acción me da esperanzas y me hace pensar que a lo mejor tengo posibilidades con ella.

Al final logro que ella vuelva a relajarse y que bromee conmigo, incluso me deja tocarle el pelo cuando le retiro un mechón y se lo coloco detrás de la oreja. Ella me sonríe y no puedo evitar pensar que ahora mismo no desearía estar en ningún otro lugar, solo aquí con ella.

A la tarde me quedo dormido por las drogas de hospital...

Unas horas más tarde me alegro de que Alexis no esté conmigo, me han dado unas puntadas muy malas en el costado y me he puesto a gritar del dolor hasta que ha llegado la enfermera.

- Le dije a tu novia que la avisaría si te pasaba algo.

- No la llame por favor, déjela descansar.- le suplico.

- De acuerdo, pero si vuelve a pasar la llamaré digas lo que digas.

- Trato hecho.

- Bien, ahora descansa mientras busco al doctor para que te mire bien.

- Gracias.- le digo con la mejor sonrisa que puedo darle a una chica que no es la que amo.

Para calmarme me pongo a repasar en mi mente la primera vez que vi a Alexis con vestido.

*FLASHBACK*

Estábamos en tercero de la ESO y era del día del baile de fin de curso. Me había pasado casi una semana intentando ir a ese evento con Alexis pero ella estaba muy ocupada con sus estudios.

Al llegar el momento de la verdad fui solo aunque todos mis amigos habían ido con alguna chica de las que yo había rechazado. Unos instantes más tarde vi que todo el mundo estaba mirando a la puerta y al girarme vi a una Alexis con un vestido violeta y hermoso, por encima de la rodilla y cuyo escote estaba medido para enseñar lo justo y necesario.

Por lo visto también había venido sola y eso que estaba más hermosa de lo normal. Se había rizado el pelo y lo tenía recogido en un moño medianamente despeinado, era muy sexy.

Unas horas más tarde me la encontré en la barra y me acerqué a ella, se había pedido un té helado.

- Hola.

- Hola.- me dijo con una sonrisa.

- ¿Has venido sola?

- Sí, nadie me ha pedido que venga con él.

- Bueno, entonces, puedo ser tu pareja, si quieres, claro.

- Por supuesto que sí.- me dijo mientras la cogía de la muñeca y le colocaba el brazalete de flores que todas las parejas llevaban.

Ella me puso una rosa roja, de uno de los pequeños floreros de la barra en la chaqueta y la saqué a bailar a la pista. Recuerdo que no pude dejar de mirarla en toda la noche y a pesar de todas las oportunidades que tuve no la besé en los labios en ningún momento.

Ahora que lo pienso, fui un idiota por no haberlo hecho, ahora podría ser su pareja y ayudarla en todos sus momentos difíciles.

Esa noche fue una de las mejores de mi vida y solo espero que ella la recuerde con el mismo cariño con el que lo hago yo.

*FIN DE FLASHBACK*

Un rato después veo que el médico ha hecho lo que debía mientras yo estaba completamente inmerso en mis pensamientos e ilusiones del pasado.

Un poco más tarde viene Nahuzet a hacerme una visita.

- ¿Cómo está mi macarra favorito?

- Dios ni que tuviera 10 años.

- Para mí como si los tuvieras, anda dime, ¿Cómo te va?

- Estoy mejor... creo. La verdad es que duele de cojones.

- Jajaja, ese es mi Alejandro.

- Menos coñas, tío.

- Lo siento, es que los demás piensan que te has vuelto un blandito.

- Cuando me recupere me los traes y te digo yo quien es el blandito aquí.

- Así se habla.- dijo Nahu riéndose hasta la saciedad.- por cierto, ¿Dónde está Alex?

- Se ha ido a casa hace un buen rato, supongo que tiene que estar agotada.

- Me imagino, según me han contado viene a las 4 de la mañana y se va a clases desde aquí, luego vuelve directamente sin haber pasado por su casa y se va a las 11 de la noche, así todos los días que llevas aquí.

- Joder, creo que le estaré agradecido el resto de mi vida.

- Sí, deberías estarlo, hasta yo te tengo envidia por tener a alguien que se preocupe por tu mierda de vida.

- Gracias por lo que a mi mierda de vida se refiere.

- De nada hombre.

Gracias a Nahuzet logro comer algo por la noche y luego se va para dejarme descansar. Quiero salir de una puta vez de este lugar tan aburrido, poder hacerle cosquillas a Alexis y que cumpla la promesa que me ha hecho de volver a dormir conmigo. Me encantaría que ella fuera lo primero que veo al despertarme, poder acariciar su pelo y que me dedicara una sonrisa nada más despertarse, confusa pero feliz por estar ahí conmigo. Sé que es solo una fantasía que nunca se hará realidad pero es lo único que le pediría a papá Noel por navidad, a ella a mi lado.

Después de eso solo usaría la violencia para defenderla a ella, usaría todo lo que poseo, hasta mi alma porque ella no me dejara. Aunque solo me quisiera por el dinero seguiría con ella.

Eso sí, si yo no soy quien la hace feliz la dejaría irse y la observaría desde lejos, viendo su sonrisa aunque esta no estuviera dedicada a mí. Sé que la amo más que a nada en este mundo pero no puedo obligarla a sentir lo mismo por mí.