NARRA ALEXIS

Después de llevar Alejandro a casa fui a mi apartamento, no sin antes recordarle a mi vecino buenorro que lo llevaría mañana a la universidad y que también no iríamos juntos, si él quiere claro.

Me dijo que sí y con eso ya me quedé más que feliz antes de meterme en casa para trabajar esa noche. Ojalá hubiera podido evitarlo ya que no quería molestar demasiado a Alejandro pero si no trabajo no tendré ni para gasolina ni para el alquiler del próximo mes, así que no me quedaba más remedio que trabajar esperando a tener buenas propinas de mis adinerados y desesperados clientes.

El primero en llegar fue un alto ejecutivo, según tengo entendido trabaja en la banca y la verdad es que le cobro el doble de lo que suelo a muchos otros clientes. No es que este hombre tenga ningún fetiche extraño, simplemente le gusta estar dentro de mí y empujar como conejo en celo.

Estuvimos casi dos horas haciéndolo en el sofá y media hora más en el baño ya que al caballero le dio por ducharse conmigo. En cuanto este se fue llegaron los surfistas de turno, dos para ser exactos, al parecer el compañero que vino con mi cliente habitual la última vez quería repetir y como la última vez ambos tienen que pagar los 120 euros que les cobro por hora.

Los surfistas son los últimos esta noche así que después de todo el ajetreo me doy una buena ducha y me meto en la cama junto a unas películas y varios apuntes de la clase de biología molecular.

No sé en qué momento me quedo inmersa en mis pensamientos recordando entre otras muchas cosas la forma en la que conocí a algunos de mis clientes, por ejemplo al banquero.

A ese le conocí hace muy poco, la verdad es que fue hace algunos meses, cuando por razones que no me apetece recordar tuve varios problemas con mi cuenta corriente. Necesitaba algo de ayuda de los que trabajan en el banco al que estoy afiliada. Nadie quiso ayudarme así que pedí audiencia con el director de la sucursal y aunque no fue necesariamente así pude hablar con el vicedirector, al que pude convencer después de un pequeño escarceo en el archivo del banco.

Al surfista fue porque perdí el autobús y tuve que ir caminando desde la costa y como quedaba muy lejos estaba haciendo autostop, él me recogió y me llevó hasta la puerta de mi casa, me pidió un vaso de agua y la verdad es que se fue con mucho más que eso.

Y al escritor famoso lo conocí en el instituto cuando vino a dar una charla a mi clase, tiempo después, cuando comencé a dedicarme a esto fue el primero en tocar a mi puerta y entre unas cosas y otras incluso le he dado algunas ideas para sus libros.

La cuestión de que mi mejor amiga sea su mayor fan es únicamente una coincidencia aunque ahora tengo entendido que tienen alguna especie de romance extraño pues sé muy bien lo difícil que es tratar con William.

Antes de darme cuenta me he quedado dormida en la cama y aún con parte de mi mente pensando en Alejandro tengo la noche más pacífica que recuerdo. Sinceramente nada ha podido hacerme tan feliz el día de hoy, solo espero que el chico que ocupa toda mi mente no vuelva a meterse en apuros que lo lleven al hospital.

A la mañana siguiente me despierto temprano porque sé que a Alejandro le gusta estar a tiempo en la facultad. También sé que él no sabe cuál es mi apartamento así que salgo de mi casa ya preparada para ir a su apartamento y tocar la puerta tranquilamente, obteniendo respuesta casi al instante.

- Buenos días Alexis, pasa si quieres en un momento me preparo y nos vamos.- me dijo con una gran sonrisa, aunque casi que no me fijé en sus finos y blancos dientes pues estaba absorta en sus abdominales pues e abrió la puerta sin camiseta.

- Buenos días, ¿dormiste bien anoche?- le pregunté pues una de mis preocupaciones había sido el hecho de no molestarlo anoche con mi trabajo.

- Más o menos, no sé si estás enterada pero a mi lado hay una señorita que no para de tener visitas y bastante actividad sexual, básicamente tengo una vecina prostituta que muchas veces sube el volumen de sus gemidos y que no me deja dormir demasiado por las noches, al menos pude irme a dormir relativamente a una hora decente.- dijo suspirando y yo con bastante sorpresa porque jamás le había escuchado hablar con un lenguaje tan soez.

- Bueno, según he escuchado ninguna mujer se dedica a ese trabajo porque le guste, no sabes porque se dedica a eso así que en fin, ella también aguantará lo suyo, al menos eso imagino, yo apenas la escucho desde mi apartamento.- dije aun sabiendo que la que no le dejaba dormir era yo.

- En eso tienes razón, además aparte de eso he tenido una muy buena noche así que tengo ánimos suficientes como para arrasar hoy en clase.- dijo ya saliendo de su habitación totalmente vestido y preparado para acompañarme hasta el coche.

Fuimos hacia mi hermoso y nuevo coche apenas estrenado ayer noche para conducir hacia la facultad mientras Alejandro tocaba los botones de la radio de mi coche, supongo que buscando una buena canción que le guste. Lo que más gracioso me resultó es que no encontró nada de su gusto hasta que aparqué enfrente de la facultad.

- Mierda, ¿ya llegamos? Y eso que acababa de encontrar una buena canción.

- Lo siento Alejandro, Eminem tendrá que esperar hasta que terminen las clases, además, para tu información en el pendrive hay canciones que nos gustan a los dos. Podrías haberlas puesto.- dije riéndome mientras bajaba del coche viendo como Alejandro bajaba rápidamente detrás de mí.

- Podrías haberlo dicho antes, la verdad es que acabo de quedar como un idiota.- dijo riéndose también.

Tras esas pequeñas burlas cerré y comprobé que todo estuviera bien con mi coche antes de entrar al mismo tiempo que mi vecino, sabiendo que todos los demás alumnos de la facultad nos miraban al caminar.

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GRACIAS POR LA PACIENCIA  EINTENTARE NO TARDAR TANTO EN PUBLICAR ESTA HISTORIA QUE PARECE QUE VUELVE A SU APOGEO.

NO OLVIDEIS QUE OS QUIERO MUCHO <3<3

ATTE: mirastr301