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DIA HORRIBLE NOCHE DIVERTIDA



Un día como otro cualquiera, aunque en este no tenía trabajo a pesar de ser viernes, me voy a comprar algo de ropa, puesto que la de diario está algo hecha polvo.

Por la calle veo a un chico de pelo negro y ojos azules que me deja congelada al instante, es guapísimo y no creo que él sea consciente de su propia belleza. Él no me ve, pero yo ya lo tengo calado, la verdad es que si me dijeran que es modelo me lo creería, ser tan hermoso debería estar prohibido en este mundo. Me atrevería a decir que es incluso más guapo que Alejandro.

Cuando desaparece de mi campo de visión vuelvo a o que estaba haciendo y me dispongo a comprarme una pulsera de colgantes a la que le eché el ojo hace tiempo. Al llegar a la tienda veo que por suerte no la han vendido, me dirijo a la dependienta cuando...

- Disculpe, ¿puede darme esa pulsera?- dice una chica rubia y bastante mona antes de que llegue al mostrador.

- Por supuesto, señorita.

No me lo puedo creer, se va a llevar la pulsera que yo quería, supongo que estas cosas pasan. Le dependienta me mira.

- ¿Querías algo, Ali?- dice la dependienta de mi tienda favorita, la cual me conoce de verme tantas veces por ahí.

- No tranquila, solo vengo a mirar.

- Si necesitas algo solo dímelo.

"Lo que necesito es que esa rubia devuelva la pulsera", pienso para mis adentros.

Salgo de la tienda justo detrás de la rubia y veo como el brazalete se le cae del bolso. Lo recojo y mi mente se divide en dos, la primera me dice que lo coja y que me largue con él y la otra me dice que yo no soy su dueña.

- EH, OYE.- la llamo mientras corro detrás de ella hasta tocarle el hombro.

- ¿Puedo ayudarla en algo?- me dice totalmente ajena a lo ocurrido.

- Creo que se te ha caído esto.- le respondo tendiéndole la pulsera.

- Dios, muchas gracias, es un regalo para mi tía, si lo hubiera perdido me habría muerto de vergüenza.

- No hay de qué, espero que a tu tía le guste, es una pulsera hermosa.

- Gracias de nuevo.- me dice con una sonrisa radiante.

- No hay nada que agradecer, en serio.- le digo respondiendo a su sonrisa.

Cuando ella se va no puedo dejar de pensar que a lo mejor son ese tipo de chicas las que le gustan a Alejandro, esa chica era fina y elegante y creo que el amor de mi vida se merece algo mejor que yo.

Con esos pensamientos en mente voy por la calle, tropiezo con alguien que ni siquiera se disculpa, al contrario que yo, que me disculpo al instante. Lo único que logro ver de la persona es que va con ropa de marca y su cabello es rojo. Hermoso y arrogante, lo peor que se puede juntar en este mundo.

Cuando llego a mi casa, saco todo lo que me he comprado y me lo pongo a ver cómo queda. La blusa es perfecta para salir esta noche a algún bar y los tacones negros nunca están de más. Me doy una ducha y me pongo la blusa combinada con una falda corta y los tacones. Creo que si salgo ahora podré cazar a algún niño rico que me dé buenas propinas.

Al llegar veo al chico de esta tarde con una copa en la mano, va vestido informal pero sigue igualmente hermoso, cualquier chica se iría con él si este se lo pidiera. Veo que este dios del olimpo mira hacia la puerta, donde se ha formado un gran revuelo, por lo visto un chaval acaba de llegar en un Ferrari. Esta es mi oportunidad.

Entra un chico pelirrojo con un traje que cuesta más que mi apartamento y su rolex a la vista de todos, yo solo digo que si fuera una ladrona y no una prostituta me conformaría con el reloj y solo con eso. Al lado del chaval hay una chica de aspecto dulce y encantador. No entiendo como una chica tan linda y fina está al lado de ese pedante ricachón, seguro que va a ser una noche aburrida para la muchacha.

Pocos minutos después, el niño rico de papi desaparece de mi campo de visión y veo como el pelinegro de esta tarde se acerca a la chica, quizás eso me dé una oportunidad para encontrar al pelirrojo y ganarme algo extra. Lo malo es que soy incapaz de quitarle los ojos de encima al chico de los ojos azules.

Veo que se comporta de forma galante con ella y creo que me he enamorado de esos gestos y de cómo sus labios se separan y juntan al articular esas palabras amables y dulces, ojalá alguien me dedique ese tipo de palabrería a mí.

No tanda nada en sacar a la chica a bailar, se mueven con gracia, elegantes.

Veo que el pelinegro lleva a la chica a su sitio, donde el pelirrojo del Ferrari la está esperando con cara de pocos amigos. Al parecer el chico galán y el pedante se conocen.

- Claro, la culpa es mía. Como lo hago para acabar en el mismo bar que tú y que siempre te lleves a la chica.- dice el pelirrojo.

"Cualquiera caería ante tal belleza y amabilidad", pienso.

- Ellas se van porque no sabes cómo tratas a una mujer.- responde el pelinegro mientras comienzo a reírme como una loca en el lugar donde me encuentro. "Salta a la vista", me digo a mi misma.

- ¿Y tú sí, no me jodas?- "Mejor que tú lo hace seguro, gilipollas", pienso para mis adentros en respuesta a la pregunta del pelirrojo pedante.

- No, yo no sé cómo tratar a una mujer, pero no puedo dejar que las trates como objetos.

Me he enamorado loca y perdidamente del chico de los ojos azules.

- Si se dejan tratas así.- dice el pelirrojo antes de que la chica que tiene a su lado se levante y le dé una buena torta.

Lo único que soy capaz de pensar es "pero dale más fuerte coño".

- Este chico sí que sabe cómo tratar a una mujer, no como tú, tanto tiempo desperdiciado contigo, ¿Josh, verdad? ¿me acompañarías hasta mi casa?- dijo la muchacha.

"Así se habla, muy bien", pensé mientras aplaudía sonoramente.

El pelinegro tomó la mano con la que la chica había pegado al pedante y se la besó suavemente.

- No debería dañar su mano por gente como él y debo decir que será un placer, señorita. Además le pido disculpas por el ingrato comportamiento de mi conocido.

"¿Dónde ha estado este hombre toda mi maldita vida?", pienso.

- Lo que quieras, Josh... André puedes ir dándole gracias, esta te la dejaré pasar, pero me voy, adiós.

El tal Josh le tendió el brazo a la chica y se fueron de aquel lugar. Sinceramente lo mejor que pudo hacer esa chica era irse con el pelinegro del cual había logrado averiguar su nombre. Josh, un nombre hermoso para un chico más que hermoso.

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Seguimos con los capítulos por separado... xD

Esta vez nuestra querida protagonista está siendo testigo de una conversación entre André y Josh de CAPRICHOS DE LA VIDA.

Recordar a los lectores que no son los mismos que en la historia principal sino de una historia alternativa que narra los acontecimientos en lo que se conocen Josh y Max a los 20 años no a los 9.

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