Capítulo 5
Yukari estaba con los ojos rojos y acompañada por un chico con gorra que reconocí, era Junpei Iori. Shii estaba con ella.
- Yukari ¿Estás bien? - Me acerqué a ella, dándole un abrazo. Nunca me gustó que la gente a mi alrededor se sintiera triste.
- Estoy bien, solo... - Las lágrimas cayeron por su mejilla y se escondió en mi hombro.
Shiisa estaba a tope de energía positiva, pero no era suficiente como para animar a Yukari. Eso me pareció extraño. Samael se le enrolló a Yukari en el cuello y Oberon le puso una mano en el hombro, dándole ánimos. Me pareció tierno que, aunque no pudieran verse, se estuviesen apoyando.
- ¿Qué ocurrió? - Pregunté a Junpei.
- Cuando yo la encontré ya estaba así, no sé que le sucedió... - Junpei sujetó su gorra, bajándola un poco.
- Por cierto, soy Shiisa Sanada - Él se asombró y añadí -. Y no soy pariente de nada de Akihiko.
- Ya veo, yo soy Junpei Iori, Shiisa - Se presentó y fue un momento a comprar unas bebidas energéticas.
- ¿Estás bien, Yukari? - Ella negó con la cabeza sin despegarse de mí. Algunos alumnos ya nos miraban raro.
- Solo... necesito un poco de aire - Que no quisiera contarme me hizo suponer que tenía relación con el Tártaros.
- ¿Algo de algún desamor? ¿Un trabajo a tiempo parcial? ¿Algún exámen?
- No sé cómo explicarlo... Solo que llevo bastante tiempo sin dormir bien y me estoy sobreexplotando día tras día...
Nos sentamos en la escalera, Junpei trajo un par de bebidas y tomé un sorbo de la mía. Ambos estaban pálidos, algo mal alimentados y tenían unas horribles bolsas bajo los ojos.
- No deberían de exigirse tanto, pueden terminar enfermos - Yukari desvió la mirada, así que sí se trataba del Tártaros -. Estoy preocupada por vuestra salud...
Ambos sonrieron con tristeza. Sus ojos habían perdido todo rastro de brillo.
- Oigan chicos - hablé, llamando su atención - ¿Alguna vez han visto un mundo que al parecer solo ustedes pueden ver? Un mundo extraño, de colores vivos y dónde suceden cosas raras. Yo he podido verlo desde hace un tiempo, es un mundo algo extravagante, pero está bien.
- ¿Y... Nada raro ha sucedido en ese mundo tuyo? - Sonreí, habían caído en la trampa. Pensarán que sé del Tártaros y me contarán todo. Pero, primero, debo eliminar a los protagonistas, después de todo, aquí...
Yo soy la villana
- ¿Te molestaría ir luego de clases al dormitorio donde vivimos? Podemos hacer una pijamada - Esbocé una sonrisa tímida y asentí - Entonces, nos vemos a la salida.
Separándome del grupo, fui a comprar algo en la tienda de la escuela con el dinero que Akihiko me prestó. Oberon voló a mi lado y a Samael yo le parecía un cojín. Pedí un melon bread y le pagué a la dependienta.
- Lo siento, Shiisa-chan, no tengo 50¥ de cambio, déjame ver si el Sr Edogawa tiene.
- Esto, no hace falta... Se lo puede quedar - Medité un poco, dándome cuenta de un detalle - ¿Cómo sabes mi nombre?
- Es que eres muy popular, Shiisa-chan. La chica nueva con el mismo apellido que Akihiko-san, que le cae bien al Sr Ono, le plantó cara a Toriumi y tiene un inusual cabello rubio con las puntas verdes onduladas. Para ser tu primer día has ganado cierta fama aquí - La dependienta echó otro Melon bread a mi bolsa - Para tí, un regalo. Y llámame Yoko (*)
- ¡Gracias, Yoko-san! - Hice una inclinación de cabeza, oyendo como antes aquella voz:
Yo soy Vos
Vos sois yo
Que el arcano del Ahorcado
Te guíe con su fuerza
Tras obtener un nuevo vínculo,
Tu ser se hará más fuerte.
¿Eh? ¿Ahorcado? ¿Ese no era el arcano de Maiko, la niña que jugaba siempre en el santuario?
Recuerda, como has cambiado las tornas, cada persona representa un arcano, pero puedes subir tus vínculos aunque tengas dos arcanos iguales de diferentes personas.
Dame un minuto, que me vuelvo loca ¡¿Qué clase de fusión de Persona 3 con Persona 4 y Persona 5 es esta?!
Guardé los dos melon breads en mi mochila, yendo a darle uno a Akihiko, y de paso darle el vuelto.
- Oh, tu eres Shiisa-chan ¿Verdad? - La protagonista femenina apareció ante mis ojos con su usual coleta - ¡Encantada, soy Minako Arisato!
- Disculpa, ando con prisa - dije, pasando por su lado. Pude sentir su ira, pero no me importaba. Samael y Oberon desataron su aura asesina. Solían hacerlo cuando alguien se pasaba mucho conmigo.
Decidí que luego me encargaría de eliminar a los protagonistas del medio antes de reunirme con Yukari y Junpei.
Llegué a mi aula un poco agotada, encontrándome con Akihiko sentado en su sitio, mirando hacia la ventana. Startreya estaba en su cuello colgada. Justo cuando iba a llamarle, unas chicas se metieron en el medio.
- Tú, ven con nosotras un segundo - habló una morena que al parecer era la líder.
- No, tengo cosas que hacer mejores que hablar de estupideces con ustedes - Le empujé, sacándola del medio. Se puso a lloriquear.
- ¡Me ha golpeado! ¡La nueva me ha golpeado! - Suspiré, odiaba cuando la gente se hacía la víctima. Startreya me miró preocupada desde el puesto de Akihiko.
Me acerqué a ella, un grupo de alumnos ya se habían reunido alrededor diciendo que tenía que disculparme con esa.
- Disculpa por no golpearte en serio, esto es para que veas de lo que soy capaz - Le encesté un puñetazo en el estómago, tirándola al piso, de ahí, mi puño no se contuvo, dándole una, dos, tres, cuatro...
Alguien me contuvo por detrás, separando a la chica de mí.
- ¡Akihiko, suéltame! ¡Déjame golpearla para que sus mentiras se hagan realidad! - Le pateé, viendo como los profesores aparecían y se llevaban a la chica a la enfermería.
- Ya cálmate un poco - susurró en mi oído, no me gustaba que hicieran eso, pero con Akihiko era diferente, se sentía como el viento en el cabello o la sensación de humedad en la tierra -. Si le seguías golpeando, te ibas a ganar la expulsión. Te retuve en el lugar donde estaba la línea de defensa personal a maltrato físico.
- Aún así... - Akihiko me giró, su pecho contra el mío. Suspiré, mirando aquellos ojos avellana que tanto amo.
Al carajo Strega, Nyx, S.E.E.S., la hora oscura, nada de eso importa.
Solo importa Akihiko.
Y sí, me dieron un buen regaño... De como tres/cuatro horas...
Salí de la escuela antes que Junpei o Yukari, encontrándome con Jin en la entrada.
- ¿Nos vamos? - Miró su reloj -. Ya es tarde.
- Espera, tengo cosas que hacer - Le expliqué que iba a matar a los líderes de S.E.E.E. para bajar sus defensas.
- Es un buen plan. Solo falta que los llames a algún punto - Se me ocurrió una idea brillante.
- ¿Y si uso el teléfono de Yukari para enviarles un mensaje a ambos que los lleve a un lugar y tú les das el golpe de gracia? - Enarcó la ceja, con una sonrisa de satisfacción.
- Pensé que no se adaptaría la princesita a este mundillo - comentó con sarcasmo. Pude oír las voces de Yukari y Junpei a lo lejos así que le dije que esperara en Tatsumi Port Island.
Ambos llegaron acompañados de Shii. Lucían un poco más animados que antes y por eso creé antes de que me vieran otro Shiisa, a este le puse Bor. Las dos Shadows ahora llenaban de energía positiva el ambiente y se sentía una agradable atmósfera.
- ¡Hey, aquí está por quién llorabas, Shiisa-chan! - exclamó Junpei con su habitual entusiasmo.
- ¡Ey, Stunpei! No le tires los perros - Me reí, está era la Yukari que conocía y el Junpei que tanta gracia me causaba.
- ¿Eh? Shiisa-chan tu risa es muy bonita - comentó Junpei algo sonrojado. Yukari gritó un '¡Ehhh!' y yo puse expresión de confundida.
- Bonita, bonita, mi risa es muy bonita... - Repetí un poco. Era la primera vez que me halagaban así.
- Shiisa, ¿a dónde vamos por cierto? - La castaña frunció el ceño.
- Quería pasar un rato por Paullownia Mall y luego por Port Island... ¡Ya sé! ¿Y si invitas a los mellizos de tu clase? ¡Diles que nos vemos en Port Island! - Yukari asintió de mala gana, llamándoles. Por suerte, ambos estaban libres y andaban por la zona.
- ¿Por qué no les dijiste que nos viésemos en Paullownia Mall?
- Oh, Junpei, porque quería jugar con ustedes en el arcade y los mellizos no lucen de ese tipo de persona - Volví a poner mi mejor curva de labios, haciendo volar lejos las dudas de Junpei.
Todo va según el plan.
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