El sol apenas comenzaba a filtrarse por la ventana cuando Santi abrió los ojos. Parpadeó un par de veces, sintiéndose un poco desorientado hasta que su vista se acostumbró.

Nabi seguía dormido a su lado, su respiración tranquila y su expresión relajada. Santi sonrió levemente, sintiendo el calor reconfortante de su pareja a su lado.

Pero entonces, su mirada se desvió hacia la mesita de noche...

El celular de Nabi vibró con una notificación.

Santi (en su mente): "¿Quién será a esta hora?"

Con curiosidad, tomó el celular de Nabi y lo desbloqueó solo para ver un mensaje en la pantalla.

📩 Mensaje de: Ithan
📩 "Te extraño. Volvamos ❤️"

El corazón de Santi se detuvo por un segundo.

Sus manos se apretaron contra el teléfono, sintiendo cómo su pecho se llenaba de celos, enojo... e inseguridad.

Santi (en su mente, dolido): "¿Quién se cree este tipo para mandarle esto a Nabi? ¿Y por qué sigue escribiéndole?"

Un nudo se formó en su garganta. Se levantó de la cama con una idea fija en su mente.

Sin hacer ruido, Santi salió de la habitación y fue directamente a la cocina. Tomó un balde, lo llenó de agua fría y regresó sigilosamente.

Se paró al lado de la cama donde Nabi dormía plácidamente.

Santi (susurrando con enojo): "A ver si te despiertas con esto, amorcito."

Y sin dudarlo más, le vació el balde entero encima.

Nabi despertó de golpe, tosiendo y parpadeando rápidamente mientras el agua empapaba su cabello y su ropa.

Nabi (confundido y molesto): "¡¿Pero qué mierda te pasa, Santi?!"

Santi, con el ceño fruncido y los brazos cruzados, le mostró el celular.

Santi (serio y con un tono dolido): "Explícame esto."

Nabi parpadeó al ver el mensaje de Ithan en la pantalla. Suspiró, pasándose una mano por el cabello mojado.

Nabi (calmado, pero suspirando): "Santi, escúchame... ese tipo es mi ex de la universidad. Hace tiempo que no tengo contacto con él. No sé por qué me escribe ahora."

Santi apretó los labios, sus ojos brillando con algo que Nabi reconoció de inmediato: inseguridad.

Se acercó lentamente y tomó su rostro con ambas manos.

Nabi (con voz suave): "Santi, tú eres lo único que quiero. Ese tipo ya no significa nada para mí."

Santi bajó la mirada, pero Nabi no le dio oportunidad de seguir en su espiral de celos. Sin dudarlo, lo atrajo hacia él y le dio un beso profundo, suave pero firme, como si quisiera borrar cualquier duda que pudiera tener.

Al separarse, Nabi apoyó su frente contra la de Santi.

Nabi (sonriendo con ternura): "No seas tonto, Santi. Solo tú me importas."

Santi suspiró, cerrando los ojos mientras asentía.

Más tarde, Nabi se reunió con Pau, Celynnei, Nabriela y Omanezo para hablar de algo importante.

Nabi cruzó los brazos con seriedad.

Nabi: "No me siento seguro aquí. Ya ha pasado demasiada mierda... creo que es hora de irnos."

Pau asintió de inmediato.

Pau: "Tienes razón. La delincuencia aquí ha empeorado, y después de todo lo que ha pasado, mejor empezamos de cero en otro lugar."

Nabriela, con los brazos cruzados, miró a Omanezo, quien ya entendía la idea.

Omanezo: "Sí, debemos protegerlos. Si eso significa irnos lejos, entonces hagámoslo."

No pasó mucho hasta que todos estuvieron de acuerdo. Su destino estaba decidido.

RUMBO A JAPÓN

En cuestión de días, el grupo empacó sus cosas y se preparó para mudarse. Japón sería su nuevo hogar.

En el avión, Santi estaba sentado junto a Nabi, tomándolo de la mano mientras miraban por la ventanilla.

De repente, Santi rompió el silencio con una pregunta inesperada.

Santi (mirándolo con curiosidad y algo de nerviosismo): "Oye, Nabi... ¿te gustaría tener hijos algún día?"

Nabi parpadeó, sorprendido por la pregunta. Pero después de pensarlo por un momento, sonrió suavemente.

Nabi (cerrando los ojos con tranquilidad): "Sí."

Y sin más, se acomodó en su asiento y se quedó dormido.

Pero lo que Nabi no sabía...

Era que Santi tenía escondida una prueba de embarazo en la manga de su suéter.