RECORDATORIO nose si esta serie va tener dos temporadas pero siempre la segunda temporada la publicaré aca, ustedes me dicen si quieren segunda temporada.

El ambiente en la casa estaba cargado de tensión. Nadie hablaba, solo el sonido de la respiración entrecortada de Santi llenaba el espacio. Todos habían visto el video. Ivan los había vuelto a acorralar.

Ivan (en el video): "Al parecer, Santi... me mentiste. Me dijiste que vendrías solo, pero trajiste a todos tus amiguitos. Qué decepción..."

La cámara giró lentamente, revelando a Santica y Pau amarradas a una silla, con los ojos vendados y la boca cubierta con cinta. Se notaba que estaban débiles. Santi sintió un nudo en la garganta.

Ivan (riendo con burla): "Pero tranquilo, no soy un monstruo. Te las dejo libres... pero te quiero a ti, Santiago. Ven solo... y ellas podrán irse. Tienes 24 horas."

El video terminó con la maldita risa de Ivan. Santi cerró los ojos y apretó los puños.

Santi: "Voy a ir."

Nabi: "¡Ni loco vas solo!"

Celynnei: "No vamos a dejarte hacer una estupidez, Santi. Es lo que él quiere."

Santi: "¡Pero si no voy, Santica y Pau están muertas!"

Todos se quedaron en silencio. Nabi bajó la mirada, pensativa. Entonces, levantó la cabeza y con voz firme dijo:

Nabi: "No vamos a sacrificarte, pero tampoco vamos a dejar que él gane. Tengo un plan."

Todos se reunieron alrededor de la mesa. Nabi explicó cada detalle con precisión.

Nabi: "Vamos a hacer que Ivan crea que te tiene, pero en realidad, será un muñeco. Usaremos una grabación con tu voz para distraerlo, y mientras él está entretenido con la falsa versión de ti, nosotros sacaremos a Santica y Pau."

Omenazo: "¿Y cómo nos aseguramos de que no nos persiga después?"

Nabi sonrió con picardía.

Nabi: "Le daremos una cucharada de su propia medicina. Compramos una bomba... y la pondremos dentro del muñeco."

Celynnei: "¿O sea que cuando se dé cuenta de que es falso...?"

Nabi: "Exacto. Se acabó el juego para él."

Hubo un silencio pesado en la sala. Santi miró a su hermana amarrada en su mente, luego a sus amigos. Respiró hondo y asintió.

Santi: "Hagámoslo."

Vestidos completamente de negro, se acercaron al escondite de Ivan, una vieja bodega con techos altos y ventanas rotas. Afuera, el viento soplaba fuerte.

Santi colocó el muñeco en la entrada. Vestía su ropa y tenía un altavoz oculto que reproducía su voz.

Santi (grabación): "Estoy aquí... cumplí mi parte del trato."

Dentro, Ivan se giró al escuchar la voz. En ese instante, el grupo aprovechó para entrar por una ventana trasera.

Nabi, Omenazo y Celynnei avanzaron con cautela, esquivando escombros. En el centro de la habitación, Santica y Pau seguían atadas. Nabi se apresuró a desatarlas.

Santica: "¡Sabía que vendrían!"

Pau, todavía con la voz débil, miró a Celynnei con una sonrisa cansada.

Pau: "Te dije que tenía que sobrevivir para decirte esto en persona... Te amo."

Celynnei la miró con sorpresa, pero no había tiempo para respuestas. Omenazo la ayudó a ponerse de pie.

Mientras tanto, Ivan se acercó al muñeco.

Ivan: "¿Por qué no hablas, Santi...?"

Extendió la mano y tocó la "cabeza" del muñeco. Era suave.

Ivan: "¿Qué demonios es esto...?"

Pero ya era demasiado tarde.

Desde afuera, Santi sostuvo con fuerza el detonador. Sus manos temblaban.

Santi: "Esto es por todo el daño que hiciste, Ivan."

Apretó el botón.

BOOOOOOM.

La explosión sacudió toda la bodega. Los vidrios estallaron, el techo se vino abajo en llamas. Nabi y los demás ya estaban afuera, corriendo hacia la seguridad de la calle.

Santica, con el corazón latiéndole a mil por hora, se volvió hacia el lugar.

Santica: "¿Se acabó...?"

Santi, con el rostro iluminado por las llamas, asintió.

Santi: "Se acabó."

El grupo se abrazó. Finalmente, podían respirar tranquilos.

El grupo llegó a la casa con el alivio de haber terminado todo. Pero aunque Santica y Pau estaban a salvo, sus cuerpos mostraban señales del infierno que habían pasado. Nabi y Nabriela no podían quedarse calladas.

Nabi (cruzada de brazos): "¡Santica, por favor, explícame qué te pasó por la cabeza para ir sola esa vez! ¡¿En qué momento creíste que era buena idea?!"

Nabriela (igual de indignada): "¡Pau, lo mismo va para ti! ¿Cómo es posible que no pensaran en las consecuencias?"

Santi, con los brazos en jarras, apoyó a su hermana y a Nabriela.

Santi: "Exacto. ¡Es que no piensan! ¡Nos morimos del susto! ¿Tienes idea de lo que nos costó arreglar este desastre?"

Pero Santica solo sonreía mientras bebía un vaso de agua. Su risa suave hizo que Santi se pusiera aún más rojo de indignación.

Santica (riendo): "Ay, hermanito, qué tierno te ves cuando te enojas."

Santi (súper molesto): "¡No me digas tierno, esto es serio!"

Nabi suspiró, masajeándose la cabeza.

Nabi: "¡Exacto! ¿Cómo te ríes en una situación como esta? ¡¿Qué haríamos sin ti?! ¡¿Qué haríamos si algo peor hubiera pasado?!

Santica dejó su vaso en la mesa y miró a su mejor amiga con una sonrisa confiada.

Santica: "Bueno... por suerte los tengo a ustedes. Sabía que vendrían por mí."

Nabi se quedó en silencio, mirándola fijamente con el ceño fruncido. Quería seguir peleando, pero la seguridad con la que Santica lo decía la desarmó por completo.

Nabriela, sin embargo, no planeaba soltar el tema tan rápido.

Nabriela: "No nos vuelvas a hacer esto nunca más."

Santica asintió con una sonrisa.

Santica: "Lo prometo."

Santi bufó, dándose por vencido.

Santi: "Dios, me vas a matar de un infarto algún día."

Santica rió de nuevo y lo abrazó con fuerza, lo que desarmó por completo a Santi, que aunque se hizo el duro, terminó correspondiendo el abrazo.

Mientras tanto, en el jardín trasero, Celynnei y Pau se quedaron solas. La noche estaba tranquila, y el viento fresco acariciaba sus rostros.

Pau, sentada en el césped, miró la luna con una sonrisa cansada.

Pau: "Celynnei... ¿sabes? Cuando estaba ahí, amarrada, esperando que todo terminara... solo pensaba en una cosa."

Celynnei, que estaba de pie junto a ella, bajó la mirada con curiosidad.

Celynnei: "¿En qué?"

Pau volteó a verla con ternura.

Pau: "En ti."

El corazón de Celynnei se aceleró.

Celynnei: "¿En mí?"

Pau asintió.

Pau: "Sí. Pensé en lo que nunca te dije... y en que si salía de ahí, no iba a perder más tiempo."

La chica tomó aire y sonrió con nerviosismo.

Pau: "Celynnei, te amo."

El silencio se hizo presente. Celynnei la miró con los ojos muy abiertos, sintiendo cómo su corazón latía más fuerte que nunca. No lo esperaba, pero tampoco era algo que no hubiera deseado escuchar.

Celynnei tragó saliva y bajó la mirada por un momento, antes de soltar una risita.

Celynnei: "¿Sabes qué es gracioso? Que yo pensaba lo mismo."

Pau la miró sorprendida.

Celynnei: "Eres una tonta por haber ido sola, me hiciste preocuparme demasiado... pero yo también te amo."

Pau sintió como su pecho se llenaba de calor, como si todo el miedo y el dolor de antes se disipara en un instante.

Pau: "Entonces... ¿puedo hacer esto?"

Se acercó lentamente, y Celynnei cerró los ojos cuando sus labios se encontraron en un beso suave y cálido.

En ese momento, todo el sufrimiento quedó atrás.

Adentro, Nabi, Nabriela y Santi seguían regañando a Santica, aunque con menos intensidad.

Omenazo y Celynnei, al ver el beso entre Pau y Celynnei, chocaron los puños con orgullo.

Omenazo: "Sabía que tarde o temprano pasaría."

Santi, que entró en ese momento y vio la escena, abrió los ojos como platos.

Santi: "¡¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ?!"

Nabi se giró y también lo vio, quedándose en shock.

Nabi: "OH DIOS MÍO."

Santica, por otro lado, solo sonrió con orgullo y dijo con tono burlón:

Santica: "Sorpresa, chicos."

Hubo un momento de silencio hasta que Nabriela se cruzó de brazos y dijo con una sonrisa:

Nabriela: "Era cuestión de tiempo."

El grupo entero estalló en gritos de emoción, algunos más exagerados que otros, pero al final todos estaban felices. Después de tanto caos, finalmente podían reír y celebrar.

Esa noche fue una de las mejores que habían tenido en mucho tiempo.