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Horas después de la sesión, las palabras de Pierce aun resonaban en su cabeza. "¿Estas seguro de eso?". Cada vez que cerraba los ojos, podía ver como arrojaba al psicólogo lejos con esa luz de sus manos. Debía calmarse, era un manojo de nervios, que solo era capaz de caminar de aquí para allá dentro de su oficina. En menos de dos horas se encontraría con ________ para almorzar. Ella llevaba dos días fuera de la ciudad, y si bien no le había contado el motivo de su salida, prometió que cuando volviera almorzarían juntos. Holmes quería saber con lujo de detalles como le estaba yendo con su nuevo psicólogo. Liam no estaba dispuesto a decir la verdad, de solo pensar en decirle lo mal que le estaba haciendo y lo mal que la pondría a ella el saber que lo había derivado a alguien que le hacia daño...no, mejor no pensar en eso. ¿Pero que podía contarle? De los poderes le diría. Ella era en quien más confiaba y debía ser la primera en saberlo. El como los despertó era mejor mantenerlo en secreto, al menos por ahora.
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Diez minutos. Estaba llegando tarde a su almuerzo con Liam por diez minutos. Su vuelo de Washington DC a New York se había atrasado, generando caos en sus horarios. Agitada entro al restaurante arrastrando su pequeña maleta, ni siquiera tuvo tiempo de ir hasta su departamento. Al dar una mirada rápida al restaurante pudo ver al azabache en una mesa junto a la ventana. Miraba distraído hacia afuera, y no había notado su presencia. Su semblante estaba serio, se notaba cansado y bajo sus ojos comenzaban a notarse unas ojeras violáceas. Definitivamente algo no iba bien. Se aproximo fingiendo que no noto su estado, y tomo asiento justo frente a él, con una sonrisa relajada. Al momento en el que él la vio su expresión cambio por completo, todo su apagado semblante se ilumino, y la expresión seria dio paso a una cálida sonrisa de bienvenida.
-Lamento la tardanza, hubo problemas con mi vuelo ¿Llevas mucho esperando?- Pregunto mientras acomodaba su maleta bajo la mesa.
-No, apenas unos cinco minutos, a decir verdad pensé que era yo quien llegaba tarde.- Soltó una suave risa que sorprendió a _______ ruborizándola ligeramente, jamás lo había escuchado reír y eso le pareció ¿Sexy?
Antes de que alguno lo notara ambos charlaban como si fueran amigos de toda la vida, sobre temas simples como su día, o como les estaba yendo en el trabajo, llevaban horas hablando y no sentían el pasar del tiempo. Liam estaba ansioso por contarle acerca de sus recién descubiertas habilidades.
-¿Y como te esta yendo en tus sesiones con Pierce?- La pregunta que el azabache venia esperando finalmente llegó, aunque su rostro se ensombreció ligeramente al escuchar el apellido del psicólogo, cosa que Holmes notó.-¿Esta todo bien?- Pregunto al verle aclararse la garganta y removerse en su asiento.
-Si, si, más que bien, es solo que Pierce es un poco...un poco fuerte a la hora de dar terapia.-Se aclaro la garganta mirando a otro lado, nervioso, no quería entrar en esos detalles.-Pero hay algo bueno de todo eso.- Regreso a su expresión alegre.- Descubrí que tengo una especie de habilidad telequinética.- Holmes se enderezó en su lugar con la boca ligeramente abierta por la sorpresa, intentando disimular que se había puesto tensa. Su celular sonó con un sonido que significaba todo menos buenas noticias.- No se usarla y se activa sola cuando estoy en peligro o enojado, pero fue increíble, si hubieras visto...-La voz de Liam que seguía con su historia comenzó a escucharse lejana al leer el mensaje.
"No confíes en nadie. -Fury."
Su rostro se puso más pálido de lo que ya era, quería tipear una respuesta, pero sabía que podía suponer un riesgo. El mensaje no contenía ningún tipo de información en clave, ningún archivo adjunto, nada. Sus manos temblaban ligeramente sosteniendo el teléfono, sin saber realmente que hacer.
-Oye ¿Estas bien?- El pitido de sus oídos hacia que la voz de Liam se escuchara lejana, su vista estaba nublada, y le costaba enfocar la vista en su acompañante. Él le apoyo las manos en los hombros, empezando a temer ante la palidez de su amiga, y la carencia de respuesta.- ¿Qué ocurre?- Su voz calmada, dulce y cargada de preocupación, lograron que ella saliera de su ensimismamiento.
-Yo...-Apretó su celular con fuerza, hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Algo en la vereda de enfrente capto su atención. Conocía los movimientos, y era posible que estuvieran yendo por ella, después de todo, S.H.I.E.L.D. siempre sabía de su ubicación.- Te contare en el camino.-Soltó atropelladamente, poniéndose de pie y tomando sus cosas con una mano, mientras con la otra guiaba al mayor.
-¿Vas a decirme que ocurre?- Una vez que se alejaron un par de cuadras del restaurant, al dar una vuelta en un callejón, se puso delante de ella, deteniéndola y tomándola por los hombros nuevamente, mirándola fijo. Ella noto como el azul verdoso de sus ojos reflejaban intranquilidad, y algo de miedo. Tomo aire, y miro al cielo siempre grisáceo de New York, pensando que podía y que no, contarle.
-¿Loki, sabes que es S.H.I.E.L.D?-Preguntó tragando saliva con fuerzas. Eso le daría unos segundos más para pensar bien lo que le diría.
-La agencia de espionaje y antiterrorismo más grande del país.- Respondió sin entender demasiado.- ¿Esto tiene algo que ver con Tony?- Ella volvió a tomar aire con fuerzas, más relajada, comenzó a caminar nuevamente.
-No, no tiene que ver con él. Ni con Steve.-Agregó rápidamente.-El actual director de S.H.I.E.L.D. essssssss...-Alargo al "s" en busca del adjetivo que mejor se amoldara a su relación.- Algo así como mi padre.- Hizo una mueca de disgusto, esa no era la palabra, pero era lo que más se acercaba a su tipo de relación.-Me envió un mensaje que solo puede significar que probablemente este pasando o vaya a pasar algo malo, muy malo.-Dijo con apenas un hilo de voz.- Él mismo me enseño todo lo que se, frente al restaurante freno un auto, se veía como de la policía, pero su patente era un anagrama de Strike. Una división antiterrorismo de la propia agencia.
-¿Quizás solo venían a advertirte de que algo anda mal respecto al director?-Intentó sonar positivo. A pesar de que él era más alto, seguirle el paso a la chica le estaba costando.
-Si así fuera no abrían bajado cargando sus armas.-Soltó dejando helado a Liam, mientras ella daba la vuelta a una esquina.
"Mantente a salvo, también a L.L. -M. Hill"
El nuevo mensaje desconcertó aun más a la chica, recibir indicaciones de Hill era tanto o más raro que recibir mensajes de Fury.
"Informa que ocurre." Tecleo en respuesta mientras miraba a todos lados, unos pasos más atrás Liam intentaba alcanzarla.
"S.H.I.E.L.D. Comprometida. Contacta a Romanoff. -M.Hill" Por seguridad decidió no seguir respondiendo, y continuar la caminata.
"Mantenme al tanto." Fue todo lo que le envió a Natasha antes de guardar el celular.
La caminata continuo en completo silencio. Liam no sabía realmente hasta que punto era seguro preguntar, solo se limitaba a seguirle. La idea de que le estuviera guardando secretos no le gustaba, pero debía haber una muy buena razón para que no le dijera que ocurría. Confiaba en ella, y ella confiaba en él ¿Verdad? Para el atardecer, llegaron al departamento de ___________, habían caminado por toda New York, y Laufeyson se encontraba agotado, mientras que ella lucia como si lo hiciera a diario.
-¿Que hacemos en tu consultorio?-Dijo casi en un susurro, le faltaba el aire y le costaba respirar. Ella solo poso un dedo sobre sus labios, señalando que guardara silencio, mientras le enseñaba la pantalla de su celular.
"Oídos en todas partes"
En silencio continuaron caminando sin hacer ruido hasta el departamento de la chica. Allí ella movió un cuadro, revelando un pequeño compartimento, donde un pequeño aparato con una lucecita roja descansaba. Presionando un par de botones la luz del dispositivo comenzó a parpadear, al apagarse se escucho una pequeña explosión, y varias más le siguieron, revelando los lugares donde otros dispositivos estaban ocultos.
-Micrófonos. Por seguridad.-Suspiro agotada mientras se dirigía a la cocina.-La diferencia es que me dieron acceso al botón de desarme.- Sonrió con cansancio mientras le tendía una botella de agua al azabache.-Solo espero que todo este bien. -Suspiro, mirando la botella medio vacía que tenia entre sus manos.
-Oye, mírame.-Liam dejo la botella ya vacía sobre una mesita y se puso de pie frente a ella. Con una mano le tomo la barbilla para guiar su mirada hasta él.- Todo va a estar bien ¿Si? No se realmente que este pasando, pero ya veras que las cosas mejoran.-Sonrió de lado con calidez. El tacto de Liam la ponía nerviosa, su cercanía, con esa camisa con los primeros botones desabrochados, dejando ver la ligera transpiración en su pecho, la ponía nerviosa, su amabilidad y dulzura le ponían aun mas nerviosa. En si, todo él le hacia sentir así.
Antes de que él pudiera reaccionar, ella lo estaba abrazando con fuerza, lo necesitaba, tanto a Liam, como a ese abrazo. Por primera vez en muchos años, se sentía perdida, con miedo y sin saber que hacer. El mayor le devolvió el abrazo, intentando transmitirle toda la paz y seguridad que necesitaba, la misma que en sus momentos más bajos ella le concedió.
-Gracias. De verdad.-Murmuro aun entre sus brazos, y con la cara enterrada en su pecho. Él solo respondió acariciando su cabello.
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Ya era medianoche. Con dificultad logró convencer a Liam que pasara la noche allí. No era capaz de decirle que su casa no era segura, pero logro convencerlo diciéndole que no quería pasar la noche sola. Aun así no podía pegar ojo. A su lado él dormía relajado, respetando su espacio. La mente de Holmes divagaba en que estaría ocurriendo en Washington DC, y si todos estaban bien. La ausencia de mensajes de Nath le carcomía los nervios.
El pitido de un nuevo mensaje la sobresalto. Era el tono de mensajes asignado para Nath. Rápidamente tomo su teléfono sin despertar a su compañía.
"Atacaron a Fury en la casa de Steve. Ven lo más rápido que puedas. Cirugía de emergencia. Que te acompañe L.L.-Nath"
Su corazón dio un vuelco. Las cosas no podían ir a peor... ¿O si?
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Para cuando ambos llegaron al hospital donde operaban a Fury eran más de las 6 de la mañana, ya iban 5 horas de cirugía. Él opto por esperarla en el pasillo, ella ingreso a donde Nath y Steve veían lo que ocurría. Tras un corto abrazo con la pelirroja y un gesto con la cabeza a el cap, fue puesta al tanto de lo que ocurría. Hill ingreso en el momento que terminaban el relato, con una tablet en mano.
-Tres balas, sin estrías, balística aun no logra reconocerlas.-Murmuro con un hilo de voz pasando el dispositivo.
-Balas soviéticas-Soltó la rusa mirando la pantalla.
La charla se vio totalmente interrumpida por el grito de los médicos y el fuerte pitido de las maquinas. Las pantallas no mostraban pulso. Nick Fury estaba muerto.
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