Liam siguió a Nath hasta el balcón de cristal. Tal y como ella había predicho, allí no había gente y la música se escuchaba baja y ahogada. Podrían hablar con tranquilidad. La pelirroja le tendió una de las dos cervezas que llevaba en una mano y luego se recostó en la barandilla, viendo las luces de la ciudad de New York, y el gran letrero del edificio Laufeyson a un lado. Tras dar un trago tomo una bocanada de aire, Nath estaba lista para narrar los hechos.

—Primero que nada, prometeme que no le diras a _____________ que yo te conte esto.—El azabache asintió, sin entender porque debía ocultarlo. Bien, genial.—Meditó unos segindos para ver por donde empezar.— Cuando Steve fue descongelado, hace 2 años, conoció a Holmes, no tengo idea como, ni donde, pero antes de que siquiera lo asimilaran ya parecía que se conocían de toda la vida.

»Pasaban mucho tiempo juntos, muchos pensaban que eran hermanos, muchos (me incluyo) pensamos que tenían un romance. Eran mejores amigos, parecían almas gemelas. Incluso cuando fue lo de la invasión hace tres meses, ella estaba en el helicarrier con nosotros por invitación de Rogers.— Romanoff dio un largo trago a su botella, y soltó un suspiro afligido.— Después de la invasión, cuando todo término, ella le dijo que tenía algo importante que decirle. ____________ se había enamorado de Steve. Y él la destruyó. ‹Lo siento, pero no puedo salir con alguien como tu, tu trabajo, tus opiniones sobre ciertos temas, y tus metas en la vida, son inaceptables. Podemos seguir siendo amigos, pero solo eso. No toleraría estar con alguien que priorice su trabajo y no desee una familia, ni hijos, y que prefiera trabajar a ser mantenida por su marido. Así funcionan las relaciones.›

»Esas fueron las palabras de Steve. No hay día en que no me lamente por haberla motivado a confesarse. Yo estaba con ellos cuando ocurrió, él solo se marchó y la dejó allí echa pedazos. Dejó de trabajar un mes, ni siquiera se levantaba de la cama, si no era porque iba a visitarla. Luego apareciste tú, fuiste su primer pacientes después de todo eso. Gracias a que Tony te recomendo con ella. Es algo irónico, pero fuiste quien la ayudo, se distrajo con el trabajo y de a poco se recuperó. Retomó con sus demandas pacientes y su vida se encarriló un poco nuevamente. Pero ya viste lo que ocurre cada vez que ve a Steve. Él incluso se apareció en su consultorio. Sabe que le hizo daño, pero no importa cuando lo intente, no puede arreglar lo que rompió.—Liam apreto sus nudillos contra la barandilla hasta que se pusieran blancos. Sentía rabia, impotencia, queria volver dentro solo para buscar a Steve y partirle la cara. Aun así contuvo la respiración unos segundos y se relajó.

—Es un imbécil.—Se limitó a decir, aun con rabia.—¿Y porque me hablo como si fuera un criminal hace un momento?—Se apoyo de espaldas a la barandilla y dio un sorbo de su botella. Nath se encogió de hombros, y repito las acciones de Laufeyson.

—A veces sin conocer realmente a las personas las juzgamos por su apariencias o por rumores que escuchamos de ellos. Steve viene de otra época, así que es más común en él.—Ambos se quedaron en silencio unos segundos, mirando hacia el interior del edificio donde la fiesta continuaba sin ellos.—Quizás le recuerdes un poco a ya sabes quién.

—¿A quién?—Dejó su botella vacía en el suelo.—¿A ________? Creeme, no lo creo.—Romanoff soltó una carcajada.

—No, a ella no.—Siguió riéndose, para recuperar la compostura luego de vaciar lo que quedaba de cerveza sin respirar.—Habló de que quizás le recuerdes a Loki. Después de todo, tienen el mismo apellido. Liam Laufeyson, Loki Laufeyson. Loki intento conquistarnos, tu conquistaste New York y parte de Estados Unidos con tu empresa... Supongo que si le recuerdas a él.—El azabache no pudo seguir escuchando a la pelirroja, sus oídos empezaron a pitar, y la escuchaba ahogada en la lejanía. Se veía así mismo, parado justo en ese mismo balcón, hablando con Thor. Todo empezó a darle vueltas, le costaba respirar.

—L-lo sien-to, debo ir al baño.—Balbuceo y salió corriendo para ingresar al salon. Mientras corría agitado entre la multitud, sin ver por donde iba, choco contra uno de los invitados y cayó al suelo.

-¡Hey! Mira por donde caminas idiota, no querras meterte con el temible Loki.-El invitado se volteó, revelando un disfraz bastante malo del asgardiano. Apestaba a alcohol y sus amigos en igual condiciones soltaron una carcajada. Cuando Liam los notó, vió que estos también llevaban disfraz del invasor.—¿Que tanto miras? Arrodillate ante tu Dios.—Más risas.

Liam apenas podía respirar, su pulso estaba alterado. Como pudo se puso de pie, y corrió hasta el baño más cercano. Similar a un baño público, esquivó los cubículos para llegar al lavamanos. Se quitó el sombrero de copa, desabrocho los primeros botones de su camisa, para después lavarse la cara con agua fría.

—Relájate Liam, tu puedes, todo esta bien.—Estaba intentando controlar su respiración, pero era imposible. El ataque de pánico solo iba en aumento.

Miró su reflejo en el espejo, llevándose un gran susto al verse a si mismo como Loki, el casco de enormes cuernos en su cabeza y el traje verde, idénticos al que el desconocido, con el que chocó, usaba. Del sobresalto trastabillo hacía atras, golpeándo contra los cubículos. La puerta del más cercano se abrió, dándole paso a __________ quien salió con cara de espanto por el escándalo.

—Ay por Dios ¿Liam estas bien?—El mencionado estaba sentado en el suelo, tomándose la cabeza con ambas manos.

—No.—Balbuceo de forma casi inaudible. Estaba mareado, le dolía el pecho y su frente brillaba de sudor.

—Esta bien, todo esta bien. Liam, mirame.—La chica se arrodilló frente a él y tomo el rostro del azabache con sus manos, obligándolo a que le mire.—Dame las manos, cierra los ojos y escucha mi voz.—Él obedeció, con suavidad ella tomó sus manos y comenzó a trazar circulos con sus pulgares.—Inhala, y exhala. Estoy aquí, todo esta bien. Inhala y exhala.—Su respiración comenzó a ser acompazada, y su pulso se relajó. Sus manos seguían temblorosas y adormecidas, pero ya estaba más tranquilo.—Lo peor, ya pasó. Estoy aquí contigo y todo esta bien. Tienes mi apoyo y compañia, no estas solo.—Antes de siquiera notarlo, Liam estaba llorando. Sin darle tiempo a __________ de que le dijera algo, Laufeyson la estaba abrazando, y llorando aún más fuerte.

—Perdón.—En cuanto reaccionó se apartó de la psicóloga.—Y gracias por haber estado en el momento oportuno.—Se secó las lágrimas y se puso de pie.—Es mejor que me vaya a casa.—Se puso su sombrero de copa nuevamente. Holmes se puso de pie, medio en desconcertasa por lo que acababa de pasar.

—Será mejor que no vayas solo, dejame acompañarte.

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___________ fue guiada por el CEO hasta el edificio de enfrente a la torre Vengadores. El ascensor los dejó en el piso superior, donde él vivía.

Tras ver que ya estaba calmado, y había vuelto a ser el mismo de siempre, ya estaba lista para irse a su casa. Necesitaba una ducha, y quitarse el olor a alcohol causado por culpa de Steve.

—¿___________?—Se encontraban en la cocina, iluminada de forma tenue, ya que él no había querido encender luces. —Necesito hacerte una pregunta importante.—Camino hasta quedar casi pegado a ella. La diferencia era abismal, ella apenas le llegaba al pecho.

—¿Que necesitas?—La chica podía sentir el aroma corporal de Laufeyson mezclarse con el alcohol, el café y la menta, que desprendía la piel de su paciente había creado una mezcla embriagadora que volvería loca a cualquiera.

—Siempre que ocurre un terremoto hay réplicas.—El aliento mentolado y alcoholizado golpeo de lleno en la cara de Holmes.—Por favor, quedate, pasa la noche conmigo ¿Aceptas?—Incluso aunque quería negarse, le era imposible. Estaba frente al cachorrito mojado más grande y sexy que jamás hubiera visto. A la espera de una respuesta, Liam le acarició la mejilla con una mano, de forma inconciente.—Lo siento.—Dijo bajandola de golpe.

—Esta bien, me quedaré. Pero necesito darme una ducha, así que deberas prestarme algo de ropa.—Él sonrió de lado para luego guiarla por el departamento. Con ella a su lado, se sentía más ligero, y el miedo de sufrir otro ataque de pánico se esfumaba.