“Como en ‘Los 120 días de Sodoma’¹.”

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Notas!

Este capítulo posee contenido sexual y violento.
Además de tener la redacción de una violación
básicamente. La violencia verbal y de género
estará más que presente.

Ah, y la narración cambia. Debido a que si
llego a hacer que la prota narre en presente, sería traumático
incluso para mí. Xd
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––Quitate la ropa.

Esa orden me causó un ataque de pánico. Él solamente se dedicaba a mirarme fijamente, causando que una corriente eléctrica recorriese mi columna. Me quedé quieta, evitando verlo. Nunca había hecho aquello y tampoco quería hacerlo. Menos con él.

––Te ordené algo. ––dijo, frunciendo el entrecejo y mirándome con esos ojos fríos.

Tragué saliva fuertemente y asentí. Con mis manos temblorosas comencé a desabotonar cada uno de los botones de mi camisa. El miedo mezclado con el frío de esa habitación me causaba temblores involuntarios, causando que me costara mucho más poder hacer algo tan simple como quitarme una camisa.

Estuve como uno ó dos minutos tratando de desabotonar la camisa, pero al final no pude. Cerré los ojos con fuerza, esperando algún regaño ó golpe de su parte, pero él solo desapareció de la nada y cuando me pude dar cuenta, estaba sin la parte superior de mi ropa. Incluso había desaparecido mi sostén. Instintivamente me cubrí mis pechos, pero de nuevo esa extraña habilidad de DIO me hizo aparecer recostada boca arriba en la cama. Traté de mover mis brazos, pero resulta que mis muñecas estaban atadas con una soga.

––Colmaste mi paciencia. ––dijo él, quien apareció sobre mí. ––Más te vale comenzar a hacer bien tu trabajo, ó sino solo recibirás un castigo y te quedarás sin nada. ––tragué saliva y respiré profundo.

Sus frías manos se paseaban por mi cuello, descendiendo hasta mis pechos. Varios escalofríos acompañaban su tacto. Me daba miedo lo impredecible que era él. Sólo podía esperar a que todo acabara.

Cerré los ojos con fuerza, intentando olvidarme del hecho de estaba a punto de sufrir la peor desvirgación. Estaba más que claro que DIO sería todo menos delicado.

Un agudo dolor se formó en la zona de mi hombro, solté un fuerte quejido al notar que él me había mordido con mucha fuerza. Sangre salía de esa zona y solo lamía ese líquido metálico. El desgraciado lo disfrutaba.

No soportaba más, el solo se dedicaba a morderme con mucha fuerza, lastimándome y sacándome sangre. Comencé a moverme, intentando liberarme de él, pero no podía.

––¡Sueltame! ––grité, pero él no me hizo caso. ––¡Te dije que me sueltes! ––continué forcejeando, tratando de soltarme.

––¡Callate! ––me gritó, dándome una bofetada tan fuerte que hizo que girara mi cabeza. ––Escuchame bien. ––colocó su mano sobre mi cuello y empezó a hacer presión, impidiendo que respirara correctamente. ––Tu aceptaste hacer esto, así que ahora te la aguantas.

El aire me faltaba cada vez más, luchaba por poder dar una bocanada de aire, pero cada vez que intentaba respirar, se me iba el oxígeno.
La oscuridad volvió a hacerse presente y mi ropa desapareció por completo. Apenas sentí que mi garganta era liberada, respiré profundo, llenando mis pulmones con el anhelado aire.

––Eso es, buena chica, quedate quieta y disfruta. ––él ya estaba desnudo.

––¡¡No!! ¡Por favor! ¡No quiero! ––grité, pero él no me hacía caso. ––¡Alejate de mi, hijo de puta! ––doblé mi pierna derecha y le pateé la cara, pero no le hizo nada, solamente empeoré la situación.

Una presión en mi mejilla apareció, fue tan rápido que no me percaté de que una de mis muelas había salido despedida de mi boca. Fue el golpe más fuerte que recibí en mi vida.
Mi cabeza dio una vuelta y quedé embobada. No podía ver nada, solo tenía la mirada perdida.

Mi boca sabía a metal y mi nariz sangraba sin detenerse. Mi cuerpo no me respondía y siquiera podía articular una palabra. El dolor de sentir como él se adentraba en mí fue tortuoso, quise gritar, pero él colocó su mano sobre mi boca, impidiendo que pudiera hacerlo.

Sin dejar pasar un minuto, él comenzó a moverse con rapidez, buscando solamente su satisfacción. Me dolía, dolía como si fuera desgarrada por un verdugo. Quería morir en ese mismo momento. Seguía luchando, no iba a detenerme, no me importaba agotar todas mis energías, quería mi libertad.

––Si no te quedas quieta, olvidate de salir con vida de esta habitación. ––mumuró, mientras mordía con mucha fuerza mi antebrazo, volviendo a causarme una herida bastante profunda.

Miré hacia abajo y me perdí en la sangre que salía de esa zona, no era un pequeño hilo, era demasiada y manchaba las sábanas. Me estaba desgarrando. Él no era pequeño, así que era obvio que me dañaría si no era cuidadoso. Pero él es DIO, es imposible que se detenga ahora. No hasta conseguir lo que quiere.

Dejé de luchar, y solo me dediqué a mantener silencio e intentar olvidarme del dolor, cosa que era imposible. Trataba de pensar en otra cosa que no fuera el hecho de que estaba siendo violada, pero no podía. Mi mente solo giraba en la enorme posibilidad de que no saldría con vida de ese castillo.

Mordía mi labio, hasta el punto de lastimarme bastante. Quería que todo acabara, pero el tiempo pasaba muy lento, era casi eterno.

––Date la vuelta. ––yo no hice nada, solo tenía la mirada perdida. ––¡Te ordené algo, maldita sea! ––me agarró del cabello y lo jaló, haciendo que me levantara. ––¡Comienza a cooperar si quieres vivir!

Agarró mis mejillas y me acercó a él. Yo ya había perdido las esperanzas de vivir, así que lo miré directo a los ojos y terminé por escupirle en la cara, dejando saliva y sangre en su mejilla.

––Vete a la mierda, ya no me importa vivir. ––escupí un poco sangre. ––Eres poco hombre, te crees mucho por ser fuerte, pero solo eres un imbécil. Nunca harás que me arrodille ante ti y jamás te tendré respeto.

––¿Crees que me importa tenerte como una de mis secuaces? ––apretó mi cuello nuevamente, cortando el camino de mi oxígeno. ––No me importas, solo te quiero como una puta más. ––me lanzó fuera de cama y terminé chocando contra la pared. ––Tu poder es muy débil, pero conozco la manera de despertar todo el potencial de tu Stand. ––de la nada, apareció vestido. ––Y no te gustará esa manera, así que te recomiendo que comiences a hacer caso y así tu castigo será más leve. ––y con decir aquello, desapareció de esa habitación, dejándome sola.

Me quedé en donde estaba, no porque quisiera, sino que no me podía mover a causa del dolor. Me abracé a mí misma y me puse a llorar. Me había destrozado, no solo físicamente, sino emocional y mentalmente.

Todo mi cuerpo me dolía, sobre todo la entrepierna. Seguía sangrando y me dolía demasiado. Tomé suficiente fuerza como para soportar un poco el dolor y me levanté. Comencé a juntar mi ropa, que lastimosamente estaba esparcida por todos lados. Con mucho esfuerzo conseguí vestirme y salir de esa habitación.

Me aferraba a las paredes con tal de no caerme. Buscaba alguna puerta que se pareciese a la de mi habitación. El dolor aumentaba con cada paso que daba y sentía que me moría. Si bien recordaba en donde quedaba mi cuarto, no tenía muchas fuerzas como para llegar. Mi vista se iba nublando y le costaba respirar. El dolor me sacaba de todos mis sentidos, no podía escuchar bien y apenas podía ver.

––¿Acaso... Mi destino es sufrir siempre? ––pensé, mientras iba cayendo al suelo.

––Parece que esta vez si lo hiciste enojar. ––eso fue lo último que escuché, justo antes de perder el conocimiento.

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¹; “Los 120 días de Sodoma”
Libro escrito por el Marqués de Sade mientras estaba encarcelado en la prisión de la Bastilla.
Fue publicado en el año 1904, pero fue rápidamente rechazado y prohíbo por su alto contenido sexual, sádico, violento, etc.
(Uno de mis libros favoritos ❤)

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Me dejé llevar demasiado con esto y creo que me excedí (¿

No sé, la neta no me gusta ser tan romántica con las historias y
decidí hacer esta con mi propio estilo y gustos.
Por ello, puede que no a muchas les guste esta historia, pero..
¿Qué se le va a hacer? Yo escribo lo que me gusta y deseo
compartirlo con aquellas/os que también disfrutan de esto.
Así que, si nos les gusta este género, les invito a leer algo que
sea de su agrado.

☕;;Gracias por leer. ❤