006.
“Te propongo un trato.”
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
“Capítulo dos.”
Ya pasaron dos días desde la última vez que escribí, pero pasa que no tengo tiempo. Estar con Jojo es sumamente divertido y hace que pierda la noción del tiempo. Papá se retiró de la propiedad Joestar después de unas horas, según me dijo, debía ir de nuevo a casa para arreglar los papeles del trabajo e irse de viaje a España ¡Eso significa que podré pasar más tiempo con Jonathan!
Siempre estamos juntos y nos reímos todo el día. Justamente hoy me presentó a su amiga, Erina. ¡Ella es muy linda! Tiene un cabello rubio muy precioso y es un pan de Dios.
Los tres hicimos un almuerzo en el lago que hay cerca. Fue uno de los días más felices que he tenido en mucho tiempo. Pero se tenía que arruinar...
Te cuento.
Luego de despedirnos de Erina, Jojo y yo volvimos a casa. El señor Joestar lo llamó, así que yo me dispuse a ir a la biblioteca para agarrar unos libros y leer en mi habitación. Cuando llegué, estaba completamente oscuro y las velas estaban apagadas. Por suerte contaba con una caja de cerillas así que prendí unas dos ó tres.
Me puse a buscar unos libros y me encontré uno que siempre quise leer, me dispuse a agarrarlo, pero otra mano me lo impidió. Me giré y me encontré con Dio, ese chico siempre me ponía nerviosa solamente con su presencia.
“––La Divina Comedia. ¿No eres muy pequeña para leer este libro?”
Él se estaba burlando de mí. Lo miré mal y le pedí cortésmente que me devolviera el libro, pero el sólo lo levantó hasta que yo no pudiese alcanzarlo.
“––¿Me puedes devolver el libro, por favor?”
Él solo se reía mientras yo seguía luchando pro alcanzar el libro. Llegó un punto en el que me cansé y le pisé el pié con fuerza. Él bajó su brazo y yo aproveché para agarrar el libro. Pero apenas lo tuve entre manos, Dio me empujó contra el estante, causando que tirara un par al suelo. Apretó con fuerza mis mejillas y se acercó demasiado a mi rostro. Yo me temía lo peor, pero él solo me miró directo a los ojos y me dijo;
“––Ten cuidado con ser tan valiente, mujer. No te creas que por ser hija del señor Spinster podrás hacer lo que quieras. Y si le llegas a decir esto a George, preparate para una estadía de terror. ¿Comprendes?”
Yo solo pude asentir por temor. Mis mejillas dolían por la presión que le hacía ya que las presionaba contra mis dientes y no es una sensación muy linda. Finalmente me soltó con brusquedad y se fue de ahí con el libro en manos.
Yo solo pude alejarme de ese lugar y correr a mi habitación. Me miré en el espejo y noté que tenía la marca de sus dedos en mis mejillas.
Realmente este no fue mi día. Cada vez le temo más a lo que es capaz de hacer Dio. Espero que el señor lo castigue por todas las maldades que está haciendo.
Atte; Bryony Spinster.
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Dejo de leer no porque quisiera, sino que porque el resto de páginas están en blanco. Y resulta que hay señales de que arrancaron el resto de páginas que estaban escritas.
––Lo que faltaba. ––me quejo. ––Ese debió ser DIO.
Dejo el diario sobre la mesa de luz junto a la libreta. Después de terminar el almuerzo que me había dejado Telence, acomodo todo sobre la bandeja de acero y la dejo también sobre la mesa.
No tenía nada que hacer. No quería salir de la habitación por temor a encontrarme con otro de los esclavos locos de DIO.
Necesitaba una ducha urgentemente ya que las altas temperaturas del país causaron un desastre con mi cuerpo. Pero no sé siquiera si hay baño en este inmenso castillo.
––Tuve que haberle preguntado a Telence.. ––murmuro. ––Ahora tendré que salir y buscarlo para preguntarle. ––salgo de mi habitación y me decido por buscar el baño por mi propia cuenta.
Camino por los oscuros pasillos, procurando estar atenta.
––¿Buscas el baño?
Oh, carajo. Llegó mi pesadilla.
Me volteo y me encuentro con DIO. Por reflejo me alejo de él, intentando estar lo mas lejos posible.
––Parece que te traumé con mi pequeño regaño. ––se acerca a mi, arrinconándome contra una pared. ––Por cierto ¿Cómo vas con la lectura? ¿Ya reconoces algo? ––niego con la cabeza, evitando verlo. ––¿Acaso tu lectura está incompleta?
––Así que fuiste tú quien arrancó el resto de páginas. ––levanto la cabeza y lo enfrento.
––Obviamente. No te iba a dejar tan fácil el trabajo. ––coloca sus brazos a cada lado de mi cabeza, dejándome sin escapatoria. ––Tienes que trabajar para conseguir lo que deseas. No te daría algo tan valioso así como así. ––agacha su cabeza hasta quedar frente a frente. ––¿Comprendes?
––¿Qué quieres a cambio del resto de páginas? ––él sonríe, mostrando sus colmillos.
––Quiero que seas mía. Que hagas todo lo que te diga y me complazcas cuando yo te lo ordene. ––trago saliva al oír esa petición. ––Si cumples con eso, te daré una página cada que hagas bien tu trabajo. Si no lo haces, no tendrás ninguna y de paso, un castigo.
––¿A qué te refieres con “Complacer”? ––pregunto.
––Ya sabes en que sentido. ––aprieto los puños. ––¿Entonces? ¿Aceptas ó dejarás de lado el diario?
Me quedo cayada, con la mirada gacha y una frustración enorme. Me limito a asentir, sabiendo que aceptar esa propuesta significa perder mi dignidad y ser una puta más del montón. Pero todo sea por descubrir los secretos que oculta ese diario.
––Buena chica. ––me agarra del mentón y levanta mi cabeza. ––Sí haces bien tu primer trabajo, te daré la siguiente página. ¿Te parece? ––solo asiento en silencio.
Este DIO... Es muy parecido al Dio que describe Bryony en su diario. Son unos enfermos de poder y unos narcisistas de mierda.
––Bien, te quiero en mi habitación en quince minutos. ––me suelta el mentón y se aleja de mí. ––Tendrás tu primer trabajo. ––juraría haber visto una sonrisa maliciosa en sus labios.
Yo me dejo caer al suelo, con mi cabeza apoyada contra la pared. Me abrazo a mí misma, sintiendo mi fría piel y como mis músculos temblaban. El miedo me controla. Desconozco lo que me hará DIO... No se para que me utilizará, pero estoy segura de que no será nada bueno.
Lágrimas caen de mis ojos, resbalando por mis mejillas y terminando en gotera en mi mentón. Tengo miedo. No sé que pasará en este lugar, llego a pensar que de esta no salgo con vida. Temo por mi vida.
Me limpio con la manga de mi camisa y me levanto del suelo, tomando valor para ir a la habitación de DIO. Aunque no sepa en donde se encuentra. Camino por los pasillos, revisando las puertas, esperando encontrarme con alguna que sea llamativa ó algo.
Me encuentro una puerta enorme, así que supongo que esa debe ser la habitación del pedazo de mierda. La abro y en el interior de esa habitación me encuentro una enorme cama con telas rojas por todos lados. La oscuridad nuevamente es presente, pero ahora se encuentra acompañada por una neblina. Camino hacia el frente y automáticamente la puerta se cierra a mis espaldas.
––Sí que fuiste rápida, ______(Annie). ––era DIO. ––Ven, acercate. ––hago caso y me acerco a él, quien se encontraba recostado sobre la cama. ––Subete. ––me ordena y yo solo puedo obedecer.
Me arrodillo sobre la cama, quedando frente a él.
––Quitate la ropa.
Eso será muy feo.
✒✏✒✏✒✏✒✏✒✏✒✏✒✏✒✏✒✏✒
Haz flipao ¿Eh? Xd
No se esperen una historia de amor, queridas.
El siguiente capítulo será todo menos romance
así que preparence para algo bien rudo y
sádico.
☕;;Gracias por leer.❤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro