"Él es DIO, mi perdición."

Finalmente frente a mí de encontraba mi destino, DIO. Al fin pude alcanzarlo. Pero ahora, tenía que enfrentar las consecuencias de haber llegado a su guarida.

--¿Para qué me quieres? --pregunto, mirando al frente.

--Todo a su tiempo, _____(Annie). --dice, seguido de una pequeña risa. --¿Por qué no vienes hasta aquí?

Trago saliva y sudo en seco. Tomo aire y doy un paso al frente, pero de la nada aparezco frente a él. Miro hacia arriba, ya que resulta ser demasiado alto. No consigo ver su rostro, ya que todo está sumamente oscuro. Lo que si puedo ver son unas pupilas rojas como la sangre. Su mirada se fusiona con la mía, causando un sentimiento que nunca sentí, uno que no puedo explicar.

--Te pareces demasiado. --murura, mientras me agarra del mentón. --Se nota que comparten la misma sangre. Pero ese imbécil tuvo que alterar esa sangre tan pura.

No comprendía lo que decía, pero sabía que tenía que ver con algún familiar mío ó algo por el estilo. Trato de alejarme de él, pero me lo impide agarrando mi cintura con fuerza, pegándome a él.

--¿A qué te refieres? --nuevamente intento alejarlo de mí, pero no lo consigo. --¿Con quién comparto sangre? ¡Responde! --levanto la voz, bastante fastidiada.

Él no me responde, solo vuelve a soltar una pequeña risa.

--Son tan parecidas y diferentes. --me libera de su agarre y se da la vuelta. --Te diré toda la verdad. Solo cuando demuestres señales de recordar algo. --levanta su mano derecha y me muestra un libro. --Pero por ahora, solamente te daré pistas. --me dio aquél libro. --Tienes prohibido salir de este castillo, no saldrás a menos que te lo permita. A partir de hoy vivirás aquí. --luego de decir aquello, se va caminando hacia la profunda oscuridad, desapareciendo de mi visión.

Me quedo parada sin comprender nada. Con el libro en mano, leo lo que dice la portada. Resulta estar en inglés y tiene como título

--"Fleeting Heart." --acaricio la tapa, resulta ser de piel sintética, muy suave. --"Memories of Bryony Spinster."

El libro parecía estar muy bien cuidado y tenía la fecha de 1879. Tenía muchísimas hojas, incluso podría decir que tenía mas hojas que una enciclopedia. Pero no pesaba nada, cosa que me sorprendía.

Me dispongo a abrirlo, pero alguien me lo impide. Una voz masculina.

--El amo DIO me pidió que la llevara a su habitación. --era un tipo gigante, de cabello blanco.

--Oh, sí. --le respondo, evitando alguna conversación ó algo por el estilo, aunque ese tipo parece no ser de los que hablan. Mejor para mi.

--Sigame. --comienza a caminar.

Yo lo sigo, mientras observo el libro. Veo la contra tapa, pero está vacía. Era de un color carmín. Las letras que tenía eran cursivas de color dorado. Tengo muchas preguntas en mi cabeza; "¿Quién es esta tal Bryony Spinster? " "¿Por qué DIO me dio este libro?" "¿Qué tiene que ver conmigo?" Eran algunas de las preguntas que me hacía. No comprendía nada, pero supongo que tendré que leerlo para sacarme las dudas.
Por el momento, el nombre no me suena. Ni siquiera la fecha.

Finalmente, después de un par de pasillos, habíamos llegado a una habitación. Él tipo solamente me miró y se retiró sin decir absolutamente nada.

Coloco mi mano en el pomo de la puerta y abro esta. La habitación resulta ser muy grande y amplia. Frente había una gran cama de dos plazas con unas telas rojas que colgaban del techo y caían sobre los bordes de esta. Si no fuera por unas velas que habían, el cuarto estaría completamente oscuro.

Camino al frente y me siento en la gran cama. Era muy cómoda y tenía varias telas de seda color rojo. Era lujosa en pocas palabras.
Suelto un suspiro y miro el reloj que tenía en mi muñeca. Eran las dos de la madrugada. No tenía ganas de dormir y tampoco quería. No me sentía segura de bajar la guardia en ese lugar. No después de saber que hay gente que no le desea cerca.

Me dedico a observar mi habitación con detenimiento, paseando por las cuatro paredes. Al lado de la cama había una mesa de luz con una rosa sobre la madera, un cuaderno y una pluma fuente. Decidí no prestarle atención a ese extraño regalo y continué explorando el cuarto.

Después recuerdo que debía de leer el libro que me había dado DIO, así que vuelvo a la cama para poder agarrarlo, pero resulta que no estaba en dónde lo había dejado.

--Antes de leerlo, debes darme algo a cambio. ¿No crees? --volteé rápidamente y me volví a topar con DIO. Estaba en un rincón de la habitación, en donde la luz no llegaba, así que nuevamente no podía ver su rostro. --Ven aquí, _____(Annie).

Por el temor a desobedecerlo, hago caso a su petición. Me acerco a él y de la nada, todas las velas se apagaron, dejando paso solo a la oscuridad. Me quedé quieta, sin saber a donde ir. No sabía que hacer, ni siquiera comprendía el porqué me vuelvo tan sumisa cuando está él.

Las velas volvieron a encenderse. El rincón en donde se suponía que estaba DIO ahora se encontraba vacío. Él se había vuelto a teletransportar ó lo que haga con su Stand.

--Por aquí. --giré mi cabeza y me lo encontré recostado en la cama, con el dichoso libro en sus manos. Pero ahora finalmente pude ver su rostro. Era un tipo muy atractivo, debo de admitirlo. --¿Qué tanto me miras? ¿Acaso te gusta lo que ves? --dice en todo coqueto.

--Sí, me gusta la cama que estás arruinando. --me cruzo de brazos. --¿Qué quieres a cambio del libro? --pregunto, esta vez más tranquila.

--¿Qué que quiero? --sonríe levemente, mientras se sienta en la cama. --Aún es muy pronto para que cumpla lo que tenía pensado hacer contigo. Pensé que sabías todo, pero tal parece que no. --se levantó y se acercó a mí. --No es momento de utilizarse. Pero cuando sea el momento, serás muy útil. --sentí sus manos parar en mi cuello y espalda, pegándome a él.

--¿De qué hablas? --pregunto, intentando alejarme. --¿Cómo que útil?

--Pronto lo sabrás. --acerca su rostro al mío, poniéndome bastante nerviosa. --Pero por ahora, no me vendría mal disfrutarte. --unió sus labios con los míos, haciendo que automática peleara por soltarme de su agarre, pero él me tenía con demasiada fuerza, llegando al punto de lastimarme.

Forcejeaba sin parar, haciendo todo lo posible para que me soltase, pero parecía que no iba a liberarme tan fácilmente. Agarró mis mejillas con algo de brusquedad y me obligó a abrir la boca, para luego meter su lengua en ella. El asco me invadió, era todo menos agradable.
Quería liberarme sea como fuere, pero él era más fuerte que yo, obviamente.

Mi mente estaba en blanco y no sabía que hacer para liberarme de él. Parecía no quedarse sin aire y yo lo estaba perdiendo a un ritmo muy acelerado. Finalmente se me ocurrió algo, pero sería bastante arriesgado. Pero era eso, ó morir asfixiada por un beso.

Cuando tuve la oportunidad, terminé mordiéndole la lengua. Juraría que hasta le hice una herida muy grande. Apenas sentí que su agarre se aflojaba un poco, me alejé de él.

--¡Maldita puta! --gritó con furia.

Se volvió a acercar a mí, pero en vez de hacerlo de forma provocativa, lo hizo amenazadoramente. Sin que me diera cuenta, terminé recibiendo una puñetazo en el rostro.

--Que te quede claro esto; Eres mía y por ende, haré lo que quiera contigo. --salió de la habitación y me dejó sola, en el suelo y con la nariz y labio sangrando.

--¿En qué mierda pensaba al venir hasta aquí? --pasé el dorso de mi mano por mi nariz, tratando de limpiar un poco la sangre que salía. --Era obvio que este tipo estaba enfermo. --me levanto del suelo y voy a la cama. --Espero que esto valga la pena. --agarro el libro.

Era momento de descubrir si esa tal Bryony Spinster tenía algo que ver conmigo. O si al menos, podía darme pistas de algo más importante.

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Weeey, Metallica me prende el foco para
crear capítulos de esta historia. Xd

☕;;Gracias por leer.❤