Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

★XXXVIII★

¿Por qué?

★★

El viento sopló con fuerza, agitando las vastas copas de los árboles de las que algunas hojas se desprendían para dejarse llevar entre el gran espacio entre Uchiha Keitaro y los tres hijos del líder del clan Uchiha.

Itachi fue el primero en reaccionar, sujetando a sus hermanos menores por sus antebrazos para empujarlos detrás de él de forma protectora. Su sharingan seguía ahí, atento a cualquier movimiento o gesto del hombre que amenazaba la seguridad de su aldea y su familia.

Esa imágen hizo sonreír de forma ladina a Keitaro, sintiendo dentro de sí el orgullo y el poder de ser considerado peligroso ante los tan famosos ojos de Itachi Uchiha.

Yare, Yare... No me miren así, solo he venido a dialogar un poco con ustedes —Relajó Keitaro alzando las manos con inocencia y apoyando su hombro en el tronco a su lado para adoptar una posición más cómoda—. Ésta vez no tengo planeado lastimar a nadie.

Porque aquello le arruinaría la diversión que lo esperaba al día siguiente.

—¿Qué es lo que buscas aquí? Tienes prohibido el ingreso a la aldea, por razones que no hace falta recordarte —Preguntó con autoridad Itachi. Sus manos no habían abandonado el contacto con sus pequeños hermanos y por ello fue consciente de cuando el cuerpo de Sasuke se tensó.

—Si te ayuda a tranquilizarte, éste no es mi cuerpo real —Se señaló el mayor. Sus ojos oscuros pasaron por el rostro de los hermanos hasta detenerse en la expresión dura de Sasuke que lo hizo sonreír con anticipación—. Yo no puedo lastimarlos, ni ustedes a mí. Es una habilidad útil, herencia ocular de mi madre, aunque es un poco aburrida también.

Itachi frunció el ceño sabiendo que había algo más que Keitaro no decía, su expresión burlesca pero amenazante a la vez era prueba de que lo que tenía planeado iba más allá que una simple conversación amistosa. Y en ese momento la voz del mayor volvió a resonar, como un eco profundo y oscuro que escapaba de la sombra de los árboles.

—En caso de que tengan dudas, Sasuke puede confirmarlo ¿O en alguno de nuestros muchos encuentros intenté hacerte daño? —Inquirió Keitaro haciendo un gesto con su mano al mayor de los gemelos incitándolo a hablar.

Sasuke guardó silencio, su cuerpo tenso había dejado de responderle ante la angustiosa sorpresa de que aquel secreto que llevaba ocultando hace tiempo haya salido a la luz de forma tan burda. Ni siquiera era capaz de mirar a sus hermanos, temiendo por las expresiones con las que que podría encontrarse.

Por esa razón, la sensación cálida de una mano sujetando la suya lo desorientó. Sus ojos inquietos siguieron un camino desde la mano al rostro de Suki para verla con su vista fija al frente, pero un pequeño apretón de sus dedos le aclaró que estaba atenta a él.

—Te ves demasiado tranquila para haber estado a punto de morir a manos de tu preciado gemelo, Suki —Expresó Keitaro siendo testigo del apoyo silencioso que acababa de darle al nombrado. Llevó una mano a su pecho antes de dar una pequeña reverencia con sus ojos y sonrisa dirigidos únicamente a la menor—. Me disculpo por eso, quizás le facilité algunos conocimientos algo... peligrosos.

—Es bueno saber que reconoces tu error, pero sigues sin ser bienvenido aquí —Sentenció la hija menor de Fugaku con calma—. Nunca lo serás, menos aún en el lugar donde se encuentran mis seres queridos, incluído tu hermano al que tanto has lastimado.

—¿Temes que les haga algo? —Indagó volviendo a erguirse de forma correcta, una leve risa escapó de sus labios por la ironía de la situación—. ¿Qué hay con el Golpe de Estado que planea tu propio clan? ¿Te has revelado ante ellos por eso o te siguen teniendo como la ignorante de la familia?

Esta vez los tres hermanos se helaron al escuchar esas palabras, cada uno por razones diferentes que Keitaro detallaría encantado.

—Así que aún no lo sabías —Sonrió gustoso el mayor—. No te preocupes, aunque a Sasuke no le disguste la idea de deshacerse de tus seres queridos, Itachi y tu nuevo noviecito planean detenerlos aunque deban traicionar a los Uchiha. Claro, tú estando incluida en eso sin importar tu inocencia.

Un remolino de emociones se apoderó de interior de Suki, buscando con vehemencia desestabilizarla en todo sentido. Eso no podía ser cierto, la sola idea de que su clan esté atentando contra la vida de sus amigos a su espalda era como una puñalada a su corazón, una herida mortal por dentro que jamás sanaría.

—¿Crees que le creeré a alguien como tú? —Preguntó Suki frunciendo su ceño, denotando el enojo que comenzaba a llenar su mente.

—¿Por qué no se lo preguntas a tus queridos hermanos? —Motivó Keitaro aún con su sonrisa intacta, queriendo avivar la creciente vulnerabilidad en cada uno debido a sus secretos revelados—. Vamos, Itachi, dile la verdad. No nos engañemos, no seamos falsos como tu fallecida compañera ANBU, ex esposa de Aburame Shiro. Esa mujer detestable, quien te sonreía mientras vigilaba cada movimiento de tu clan a pedido de Shimura Danzō. Aún recuerdo su mísera plegaria mientras pedía que no la asesinara, excusándose en que solo buscaba el bien para su gente.

La expresión de Itachi se endureció al escuchar esas palabras, estando esta vez seguro de que Uchiha Keitaro era el culpable del asesinato y el emisor de aquella nota que encontró en la ventana de su habitación tiempo atrás diciendo que una amenaza fue eliminada. Pero las piezas se unieron en su mente con velocidad, era obvio para él que el Uchiha exiliado no había actuado de buena fé. Su suposición más estabilizada no era errónea, aquella mujer era un impedimento para su propio plan y, a la vez, su muerte serviría para sembrar más sospechas hacia su clan de parte de los altos mandos.

Por otro lado Suki exhaló sorprendida, entendiendo que estaba frente al asesino de la esposa de su sensei. Sasuke devolvió un pequeño apretón en apoyo.

—Lamentablemente no sufrió tanto como lo merecía dado que mi hermanito llegó de imprevisto, pero quizás nuestro enfrentamiento le dejó en claro que debe dejar de meterse en mi camino —Añadió Keitaro dejando ver por un momento su disgusto al hablar de Katsuro— ¿Tu que crees, Suki? ¿La paliza que recibió valió la pena?

Los ojos de Keitaro brillaron cuando reconoció el odio y la rabia brotar desde la mirada de la menor, quien tensó la mandíbula conteniéndose de actuar sin pensar.

—¿Te parece correcto lo que haces? —Preguntó Suki con la voz tranquila, aunque por dentro estaba por colapsar por las emociones descontroladas— ¿Crees que golpeándolo de esa manera superarás tu maldita inseguridad? ¿Que atacando a mi gente borrarás tu historia? Así no es como funcionan las cosas.

Itachi y Sasuke miraron a su hermana por un segundo sorprendidos por sus palabras y su actitud tranquila, totalmente opuesta a la Suki que en un momento así gritaría, lloraría y se dejaría arrastrar por sus instintos.

Keitaro borró su sonrisa, sus ojos filosos absortos en la mirada autoritaria de la menor. Sus manos se transformaron en puños antes de recomponerse y volver a su estado relajado. Esa niña había encontrado su punto débil, y él no le permitiría salir intacta de eso.

—Que curioso que seas tú quien se atreva a juzgarme por herir a la gente, cuando a tí no te importó jugar con el corazón de mi hermano al que tanto buscas proteger ahora —Acusó con frialdad el mayor saboreando las palabras que despertaron la culpa en su destinataria—. Lo superaste demasiado rápido para poder estar con Shisui ¿Piensas romper su corazón también o te pareció que era demasiado bueno en la cama como para cambiarlo tan pronto?

El rojo escaló el rostro de Suki hasta ocuparlo en su totalidad revelando su enojo y vergüenza ante los ojos atónitos de sus hermanos quienes se quedaron sin palabras ante ello.

—Puedo sentir hasta aquí tu enojo, Sasuke —Retomó la palabra Keitaro, volviendo a llamar la atención siendo que aún no había terminado su cometido—. Pero que tu gemela haya perdido su virginidad puede no compararse a que tu hermano mayor pueda perder la vida por su enfermedad.

Sasuke dio un paso hacia atrás por la fuerte noticia, observando con preocupación a Itachi quien le negó con la cabeza dejándole claro que no era el momento ni lugar para hablar de ello.

En medio del silencio que se generó un kunai salió disparado hasta impactar con fuerza contra la rama que ocupaba el mayor. Los ojos de todos se posaron el Suki, quien miraba amenazante a Keitaro mientras su brazo seguía en alto debido al movimiento de su ataque.

—Di lo que quieras de mí, sé todos los errores que cometí y me hago responsable del daño que causé, pero no permitiré que sigas hablando de mi familia de esa manera —Dictaminó con autoridad, decidida a no soportar más de la situación— ¿Qué buscas ganar con todo esto, que desconfiemos unos de otros? No me importa lo que tengas por decir, estoy decidida a protejer a quienes amo y nadie me hará cambiar de parecer.

—Has cambiado mucho en estos días, Suki —Comentó Keitaro detallando la extraña madurez que en su última conversación no tenía—. Estoy seguro que nuestro próximo encuentro será interesante.

—¿A qué te refieres con próximo encuentro? —Inquirió Itachi rápidamente, no podía dejar pasar la oportunidad para recopilar información.

—Ahora debo irme, ya que hay una rata intrusa queriendo escuchar nuestra conversación —Explicó con sus ojos fijos en el lugar donde sentía la presencia de un espía entrometido. Danzō y sus marionetas algún día lo volverían loco—. Pero les dejaré una pregunta antes de irme ¿Quién encontrará primero a quién? ¿Mi grupo a ustedes o ustedes a su muerte?

Con esas últimas palabras la figura de Keitaro desapareció, esfumándose tan rápido que parecía jamás haber estado allí.

Los tres hermanos pudieron volver respirar con normalidad en ese momento, sintiendo sus músculos relajarse un poco ante la ausencia amenazante del mayor.

Suki activó su sharingan para analizar su entorno y, cuando notó que el espía había desaparecido al ser reconocido, se avalanchó sobre sus hermanos para abrazarlos con fuerza.

—Lo siento mucho —Susurró para que ambos puedan escucharla, apretando entre sus manos la tela de la ropa de sus hermanos—. Deben de haber pasado un momento difícil soportando esos secretos, pero quiero que sepan que sigo confiando en ambos y que estaré a su lado para lo que necesiten.

Itachi y Sasuke parecían no reaccionar al principio, siendo que sus secretos eran más oscuros y acarreaban más peligros que el de ella, pero en cuanto reaccionaron respondieron el gesto, formando un abrazo grupal en el que cada uno buscaba apoyo y, a su vez, acompañar a los demás.

Suki

Cerré la puerta al entrar a casa junto a mis hermanos, dejando las sandalias ninjas y lo que había llevado al entrenamiento en una esquina antes de caminar a la cocina decidida a preparar un té.

—Oh ¿Ya llegaron de su entrenamiento?

Me detuve en seco en la entrada de la cocina, sintiendo la presencia de mis hermanos tras de mí, al ver a mi madre dándonos la bienvenida con una sonrisa a un lado de mi padre.

—¿Ocurrió algo? —Cambió de pregunta nuestra madre al ver la expresión decaída en nuestros rostros.

Con un nudo en mi garganta me acerqué hasta quedar de pie al otro lado de la mesa, sintiendo la mirada de mi padre al ver que no respondíamos a ninguna de las preguntas.

—¿Por qué? —Inquirí sintiendo el dolor apretar mi pecho ante el fingido desentendimiento en la expresión de mi padre— ¿Por qué planean un Golpe de Estado?

El reconocimiento bailó en los ojos de mis padres, quienes omitieron darme el derecho de una respuesta mirando directo tras de mí a mis hermanos.

—No fueron ellos, Uchiha Keitaro apareció en el entrenamiento —Les aclaré antes de que intentaran acusar a sus hijos mayores.

Ambos se levantaron alarmados antes de acercarse rápidamente a nosotros, mi madre corriendo a ver que mis hermanos estén bien mientras mi padre se detuvo frente a mí, buscando cualquier herida con sus ojos antes de estirar sus manos buscando sujetar mis brazos.

—Responde, por favor —Pedí negando a la vez que detenía su movimiento con mis manos— ¿Por qué?

—Suki, este no es el momento adecuado —Habló mi padre por primera vez.

Pero no cedería ante eso, porque sabía que volvería a encerrarse y jamás tendría la respuesta que merecía.

—Mis amigos están allí fuera, corriendo el peligro de ser asesinados por mi propio clan, mi familia ¿Y me dices que no es el momento? —Acusé en un tono de voz bajo señalando fuera de casa, no queriendo faltarle el respeto pero a la vez dejándole en claro que no escaparía de la conversación.

—Tú no lo entenderías ¿Por qué crees que no lo hablamos contigo? —Trató de defenderse, mirándome como si el que lo sepa había arruinado todo su esfuerzo—. No tienes lo necesario.

—¿Lo necesario para qué, padre? ¿Para matar a sangre fría a quienes me acompañaron toda mi vida? —Pregunté tragando la angustia que buscaba dejarme sin aire—. No, lamentablemente no soy así, ni voy a dejar que lastimen a mis amigos aunque eso signifique que me exilien de mi propio clan.

—Suki, no digas esas cosas, nosotros tampoco queremos esto —Intervino mi madre, apoyando una de sus manos en el brazo de mi padre y la otra en mi hombro.

—¿Entonces por qué lo hacen? ¿Quién los obliga? ¿Por qué se esfuerzan tanto en cumplir algo que no quieren? ¿Por qué no los veo tristes ante la idea del Golpe, pero sí desilucionados de que yo sepa sobre él? ¿Si les digo que me opongo, que piensan hacer conmigo? —Largué preguntas sin parar, buscando respuesta a todas mis dudas antes de que estas me consuman.

—El Golpe de Estado ya está decidido, se hará aunque te pongas en nuestra contra —Dejó en claro mi padre, tomando la postura autoritaria que usaba recurrentemente.

—¡Fugaku! —Renegó mi madre queriendo evitar conflictos.

Negué un par de veces, sintiendo los ojos picarme por la impotencia de que incluso en este momento se nieguen a calmar mis dudas, queriendo una vez más dejarme fuera de la realidad.

Pero yo tampoco quería seguir con esto, porque sabía que sin importar mis palabras mi padre actuaría por encima de mí.

—Esta bien, si es lo que tú quieres, cuéntame como tu enemiga, porque antes de tocar a cualquiera de mis amigos deberás atacarme a mí primero —Desafié directo a sus ojos, compartiendo la misma decisión en la mirada que él.

—Sabía que serías una molestia en cuanto te enteraras, ahora espero que entiendas porqué decidimos dejarte fuera de ésto. Si no tienes lo a se requiere para ser una buena kunoichi, tampoco podrías hacer tu deber como miembro del clan Uchiha.

Una sacudida en mi interior liberó una lagrima traicionera ante las palabras de mi padre. Sabía que se sentía acorralado por la situación que no esperaba enfrentar tan pronto, pero la elección de palabras era dolorosa incluso cuando buscaba darle una razón a su defensa agresiva.

Giré en mis talones escuchando como un ruido confuso la discusión que había iniciado mi madre buscando defenderme. Pero ya está, había tenido suficiente, sentía la cabeza dolerme al punto de no dejarme pensar con claridad y caminé fuera de casa sin entender las voces que resonaban a mis espaldas.

Necesitaba aire.

Necesitaba llorar.

Necesitaba pensar.

Necesitaba muchas cosas, pero me sentía incapaz de todo.

Solo cerré los ojos apoyándome en la pared exterior de mi casa, tomé una errática respiración profunda con esfuerzo y me obligué a calmarme.

No debía enojarme, eso solo me había llevado a resoluciones desastrosas. Me había dejado llevar por mis emociones otra vez, y no permitiría salir a la desastrosa Suki que quería hacer de las suyas una vez más.

El sonido de la puerta abrirse a mi lado me obligó a abrir los ojos para encontrar a mis hermanos saliendo por la puerta apurados, pero sus expresiones se tranquilizaron al verme a su lado.

—Creímos que te habías ido —Habló preocupado Sasuke.

—No puedo, sé que es peligroso —Mascullé sobándome la sien intentando calmar el dolor.

—No le hagas caso a papá, está molesto —Comentó Itachi haciéndome asentir dejándole saber que ya lo sabía—. Vamos, te llevaremos con Shisui.

—¿Van para allá? —Pregunté con curiosidad, confusa de su oferta.

—En realidad, nosotros vamos a hablar con Katsuro —Respondió Itachi.

Automáticamente la alerta se activó en mi mente ¿Keitaro se habrá atrevido a ir por él también?

—Voy con ustedes —Declaré, pero Sasuke me tomó del brazo negando con la cabeza.

—Papá nos dijo que no te permitamos ir, en caso de que corras peligro.

—Uno de los guardias se presentó en cuanto saliste —Informó Itachi y el mal presentimiento me consumió—, acaban de ver movimiento extraño dentro de la casa de Katsuro.

Capítulo de 2837 palabras.

Uff, el cap me convence pero a la vez no XD. Creo que le faltaría un poco mas de descripción, pero no sé cuándo voy a volver a tener tiempo de escribir y no quiero dejarlas sin capítulo.
En fin, al próximo le voy a meter mas perfeccionismo que es el anterior al desastre.

Otra vez, pido perdón por la tardanza pero tuve un problema personal y estuve, literalmente, a las corridas.

Como muestra de disculpa, memes:

*Traducción de nota: Me gustan tus ojos.

Obito ¿Qué tas mirando? xD

Y un poquito de Shisui:

Ahora sí, ¡Nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro