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043.

Im Bora

Acabaría con una lesión en la espalda por agacharme tanto, recogiendo las cajas para meterlas en la furgoneta. Me aseguré en detalle que todo estuviera en orden, así cuándo llegásemos al mercado, no tuviésemos algún problema.

—¡Mamá!

Chillé, para que así me escuchara.

Desde que regresé de Hawái, mi madre me tiene amenazada con enviarme a Seul a vivir con una de sus primas lejanas. Según ella, esa decisión tuvo que haberla tomado desde hace tiempo. Comprendo que ha de ser difícil ver la manera en que, acabé trabajando con ella, en vez de dar mi examen de acceso a la universidad.

—Toma estas bolsas.

La vi acercarse a mí, con desdén, dándome un par de bolsas. Su enfado era más que justificado, además que sus palabras, gritando que como era capaz de seguir mintiendo, le dolía en sobremanera.

Fui hasta el asiento del conductor, y me subí. Abroché mi cinturón, y la miré de reojo. Estaba seria, a penas me dirigía alguna palabra.

Le confesé que donde estuve trabajando, era en la empresa de Hyunwook, padre de Jungkook. Según ella, yo seguía trabajando en ese lugar, pero le repetí un millón de veces de que ya no era así. Cada día, hasta el día en que yo me fuese supuestamente a Seúl, debía levantarme cada tres días en la madrugada, para llevarla al mercado a hacer la compra, y quedarme hasta tarde en el restaurante todos los días. Y así lo estaba haciendo.

No me quedaba nada más que aceptar.

Entre más nos acercábamos, el cielo se aclaraba. El amanecer era precioso. No tenía nada que pensar, ni que decir. No habían explicaciones que dar, tampoco era como si quisiese. Todo en esta vida pasa por algo, eso nos debería bastar. Estaba harta de esperar más.

Pero, a donde quiera que mirara, Jungkook aparecía en mi mente. Su voz de decepción, sus ojos, su ira consumiéndolo. De alguna manera, debía superarlo.

Aparqué la camioneta donde siempre, para luego apagar el motor y bajar. Tomé las bolsas grandes de compra que me había dado mi madre, y esperé a que esta bajara.

Todo el mundo en el mercado me conocía, bueno, era un poco claro. Siendo sincera, casi había olvidado la cara de algunas personas de aquí, pero eran las típicas mujeres que decían que te cargaron cuándo eras una bebé. Junto a mi madre, nos dirigimos a los puestos a los que íbamos siempre. Compramos mariscos, verduras, arroz y un par de condimentos que hacían falta en la cocina del restaurante.

—Ve a la tienda de Lee, que te dé un par de bolsas de rábano.

Asentí, tomando unos billetes que me dio. Mientras me acercaba, las ganas de dar vuelta y regresar con mi madre crecieron. Pude ver a la señora Kang comprando también, junto a ella, Taehyun.

Me dolía pensar, por un momento, la manera en la que él y yo nos distanciamos, que ni siquiera sé algo de su vida, ni como le va, a penas por las redes sociales, que era lo más patético. Esperé hasta que parecía que se iban, así que aproveché para colocarme enfrente del local.

—Buenos días, señor Lee. Quiero tres bolsas de rábano, el más fresco que tenga.

Giró un poco, para verme la cara y sonrió.

—Hey, Bora, ¿qué tal está tu madre?

Dijo, mientras guardaba el rábano y lo pesaba. Sonreí también, tratando de responder. Y bueno, tal vez el destino quería una pronta reconciliación entre nosotros, por qué de pronto me sentí emocionada y nerviosa teniéndolo a mi lado, o tal vez ganas de llorar. Tengo que admitirlo, una patética egoísta, nunca podrá cambiar, y las ganas de abrazarlo y decirle que lo echaba de menos, que lo estuve pasando fatal, aparecieron cada día desde que volví.

Su mirada se cruzó con la mía, y no me atreví a esquivarla.

—¿Olvidaste algo Taehyun?

Habló el señor.

—Sí. A mi madre se le olvidó darle estas guarniciones, ya que nos enteramos lo de su madre. Esperamos se recupere.

Musitó. Hizo una reverencia, con esa amplia sonrisa.

—¡Ah! Pero no se hubiera molestado. Dile que muchas gracias

Agradeció un par de veces y se adentró a guardar la bolsa con tuppers que taehyun le había dado.

—Se están notando las raíces negras de tu cabello.

Pasó su mirada de mi cabeza, a mis ojos. Tragué saliva, imaginando las charlas que me hubiese dado por mis acciones, por mentir, por ocultarle todo.

—Estaba planeando volver al negro.

—Solo... vuelve a donde te sentías cómoda.

—Regresar al pasado es una cosa, pero remediarlo, es otra.

Susurré apenas. Quedamos en silencio perpetuo, hasta la llegada del señor.

—Muchas gracias, señor Lee, aquí está el dinero.

Lo dejé justo en su caja registradora. Hice una reverencia y estuve a punto de alejarme, pero me detuvo, girando un poco para verle ahí, mirándome aún.

—¿Nos vemos en la playa, en una hora?

Mi pecho se iba a salir al escucharlo decir esas palabras. Solo me atreví a asentir. Le iba a contar todo, él era mi mejor amigo, merecía saber la verdad a pesar de todo.

Regresé donde mi madre, quien por lo visto, estaba yendo hacia la salida del mercado con varias bolsas en su mano, así que corrí hasta a ella, para querer ayudarla, pero me evitó. Con arrebato, tomé un par de bolsas, que eran demasiado pesadas. Era increíble que fuese capaz de llevarlas.

Me dirigí hasta la camioneta, donde deposité los productos frescos y los que debían ir en la cámara congelada, para que no se dañaran. Esperé por ella, para guardar sus bolsas y luego de cerrar la puerta, fui hasta el asiento.

Al regreso, simplemente fue en silencio.

Vacilé ante la situación en que mi mente se movía. Sería realmente incapaz de deshacer lo que había hecho si todo se fue al carajo en un segundo. Recordar la manera en la que su voz me amenazaba, sus dedos apretaban mi piel sensible dejando morados. Es que no existía alguna explicación, simplemente que HyunWook era un tremendo psicópata, seguro, con un problema egocentrismo, tan narcisista en su complejo, sin ver el daño que provocó en sus propios hijos.

Después de que mi madre me regañara sin cesar y volviera a molerme a golpes, fui a encerrarme a mi habitación, pensando en todo lo que estaba pasando... él me mando un mensaje, quería que nos viéramos. Eso estuvo de esa manera por dos días más, hasta que me cansé y fui a la empresa, a reclamarle que me dejase en paz, que no quería saber nada de él, que estaba dispuesta a denunciarlo.

"Rebeca se puso en contacto conmigo, quería que ustedes dos no estuvieran juntos. Que quieres que te diga, la forma de tu cuerpo me sedujo y podía hacer lo que fuese para tenerte en mis brazos". Eso había sido repulsivo. Por lo visto, ellos sabían nuestra ubicación, mandándome así esa caja y luego una carta a Jungkook, explicando en esta que yo estuve saliendo a escondidas con su padre, junto a unas fotografías. Gran parte de esas fotos eran reales.

Me sentía asqueada. Hyunwook me amenazaba con ir junto a él a reuniones durante un mes, y más en la época en la que Jungkook estaba de viaje. A veces, tenía la costumbre de tomarme por mí hombros a la fuerza o la muñeca, al menos no se atrevió a besarme, hasta ese día.

Su abuso fue espontáneo, ¿acaso un abusador o psicópata te avisa cuándo atacará? Estando en su oficina, me declaró que lo que él, en verdad buscaba, era lo mejor para sus hijos, para que fuesen éxitos, y "una cualquiera como tú, no lo merece". Esas palabras dañaron por poco mi orgullo, aplastándome más que él "estoy decepcionada de ti", de mi madre, que lo ha repetido tantas veces, que dejó de doler.

"Mis hijos lo son todo para mí, aunque el mundo entero no lo crea así. Puede ser que en el camino, los haga sufrir, pero quiero que sean mejor que todos, y para ello, merecen tener una buena mujer a su lado, así como Yong-sun, mi verdadera nuera. Tú no entiendes de esto, porque no eres madre, pero algún día lo sabrás. Todo esto que he hecho, es para que te alejes de Jungkook."

Era un maldito hijo de puta.

"Wonwoo, Jungkook y Taehyun... sí, ellos son mis hijos, y yo siempre seguiré siendo su padre. Tú eres reemplazable, y quiero que te alejes de él, pero la única manera en la que es más eficiente, es que le seas infiel, por qué Jungkook tiene tan buen corazón, que pensar que eres una puta, te perdonaría fácil."

Tuve que pegarle en ese instante.

"Estoy seguro de que él vendrá hoy. Haremos que te vea conmigo, besándonos. Ya está, sencillo. Al igual como le prometí a Rebeca hace unos años, te dejaré libre de cualquier deuda y de paso, te pagaré para que no te vuelves a acercar a él."

—¡Oye! ¿No piensas bajar o qué?

Escuché a mi madre gritar. Agradecí que al menos no nos estrellamos porque estuviese en la luna. Saqué las llaves, y salí, yendo hacia ella para ayudarle a sacar las cosas para llevarlas hasta el restaurante.

"No me vuelvas a preguntar que pasaría si no aceptas. Jungkook de igual desconfía de ti, solo tienes que dejarlo en claro que es verdad e irte. ¿Es tan difícil? No quiero verte con mi hijo. Tengo grabaciones tuyas, del desguazadero, de hace muchos años. ¿Te sirve eso como amenaza? O... puedo usar información de donde está tu padre para desmentir las cosas que has dicho sobre que solo te tiene a ti como familia, para que lo saquen de ese albergue nefasto al que lo metiste."

Acabé de guardar la compra en la despensa, así que, me iba a ir, para poder encontrarme con Taehyun en la playa, pero quise pasar por casa primero.

Entré a mi habitación, directamente para buscar otros zapatos y tomar otro abrigo, pero al salir, miré un par de auriculares inalámbricos que Taehyun le pidió a Myung hee que dejara en mi habitación, así que los tomé y los guardé en el bolsillo de mi suéter. Fue tan lindo.

Miré a mi madre entrar a la casa, pero mi plan era pasar justo a su lado, hasta que quedó enfrente de mí, tirando una carta, por lo visto abierta en mis pies.

—¿Llevaste a tu padre a un albergue?

Me agaché un segundo para tomar el sobre, que abrí con rapidez. Si tan solo hubiese revisado el buzón primero... Se trataba de la aceptación de pagar la mitad de la cuota del albergue al que habían trasladado a mi padre, después de que el Hospital recomendara traerlo a casa, lo que no iba a hacer.

—Te lo iba a decir.

—Siempre es lo mismo contigo. Una y otra vez la maldita frase. Me mientes cada vez más y peor, haciéndome sentir completamente decepcionada. ¿Esta es la razón por la que no tomaste el examen?

—No mamá.

Reproché. No era difícil comprender que no sabía qué carrera tomar, no sabía qué hacer con mi maldita vida, además que era demasiado caro para mí. Solo quería trabajar, ganar dinero y apoyar a mi padre con lo más mínimo, porque no mentí cuándo dije que solo me tenía mi. Además, ayudar a mi madre, para que dejara de trabajar un momento, que se tomara un segundo para que las dos fuésemos a hacernos la manicura, para pasear, pero no, eso no pasaría.

—Te vas a ir.

Musitó, asintiendo para sí misma. Pasó a mi lado, yendo por lo visto a mi habitación. La vi, desde en medio del salón, como abría mi armario y sacaba mi ropa, dejándola sobre mi cama.

—No me iré —Tomó la maleta que usé para mi viaje, la puso sobre la cama y trató de meter toda aquella ropa— No me iré.

Repetí. Volvió furiosa donde mí.

—Todo esto es culpa de tu padre, si tan solo me hubiera encargado desde el principio, esto no sería así. Escúchame, tu vida no depende de tus padres, depende de ti misma. Sal adelante en la ciudad, en Seúl y sal de esta isla.

—La isla Jeju es mi hogar. —Lo sabía, la estaba desesperando, pero era la verdad. No quería irme, no lo haría. Yo quería quedarme aquí, por más difícil que fuera.— Yo decidí mi vida, así que deja que me encargue de ella.

—¡Maldita mocosa! —Gritó, pero no vacilé— Quiero hacer esto por tu bien, eres mi hija preciada y no permitiré que arruines más tu vida. Ve a Seúl, olvida a todos, haz una buena vida, un buen empleo, un buen marido, hijos, una familia y regresa de visita.

No quería eso.

Cuándo me encontraba en los brazos de Jungkook, en Hawái, por primera vez, se me pasó por la cabeza la idea de tener un gran futuro a su lado, hasta que los dos estuviésemos seguros y talvez tuviésemos un hijo, adoptado o propio, no importaba, la cosa es que lo sentí.

Pero aquello era el pasado, ya no lo quería, ahora solo tengo los mismos planes que tuve desde el principio. Fui hasta mi habitación, a sacar la ropa y dejar la maleta en el suelo.

—Entiéndelo mamá, llegó un punto, en el que dejé de tener tu ayuda, ahí inicié a crear mi propia vida, mi camino, esto es lo que quiero y acéptalo. Voy a ayudarte en el restaurante hasta que consiga otro empleo.

—No quiero, no lo acepto. Ahora mismo llamaré a mi prima.

Me dio la espalda, sacando su móvil para poder hacer una llamada, pero se lo arrebaté.

—Me quedaré aquí, hasta que tenga el dinero suficiente para mudarme. Te pagaré el alquiler si hacer falta, pero deja de decidir por mí.

Su molestia fue tanta, que se abalanzó hacia mi cuerpo, igual que hace unos días. Sus palmas sobre mi espalda empezaron a doler, y entendí por poco que era un castigo por mentir y llevar todo yo sola.

En cualquier momento mis lágrimas empezarían a salir, pero alguien había entrado a casa, que hizo que se detuviera. Taehyun. Miraba el panorama, y no dudo un segundo en acercarse a mí.

—¿Qué haces aquí Taehyun?

Miré el rostro de mi madre, por encima del hombro de Tae y pude respirar tranquila por un segundo.

*

—¿Jungkook es tu hermano?

Estaba más que sorprendida, normal.

Al ver que estaba tardando, decidió mejor venir a mi casa y ver si sucedía algo, pero, en cambio, se encontró con otra discusión entre mi madre y yo. La calmó y le dijo que quería hablar con ella. En realidad, hablé un poco. Le explicamos como él y yo estuvimos distanciados un tiempo, por nuestras mentiras y sobre todo, porque el engaño ese de que eran hermanos y de paso, Hyunwook era su padre.

Me gustó la manera en la que se lo tomó. Con tranquilidad, dio palabras de aliento a Taehyun, en cuanto a mí, tenía su orgullo conmigo.

Era más que entendible, ella parecía estar en el equipo de Tae, claro, después de mirar mal y pegarle a Jungkook por llevarse a su "niña", ya no le caía bien. Seguro que ahora mismo, lo último que necesita él, es lástima, pero parece que lo sobrelleva.

Al menos, le dijo sobre lo de su viaje, el que era con su novia y que simplemente mintió diciendo que yo iba con ellos.

—Tu madre tuvo que pasarlo muy mal. Creo que debería hablar con ella, me ayudó tanto, y no era como si su vida fuese perfecta.

—Está bien, señora Im, usted conoce a mi madre, y haría lo que fuese por ver bien a los que quiere.

—Mi pequeño Taehyun, ven aquí. —Solté una risilla, al ver como mi madre tomaba su cuerpo y le abrazaba. Era como si un tema pendiente se cerró, al menos un poco. Pero, yo antes tuve la intención de contarle a Taehyun sobre lo que pasaba con su padre. —Iré al restaurante, tengo que abrir. Bora, ven luego.

Asentí, viendo como se alejaba. Esperé aunque sea una disculpa, pero prefiero dejarlo así. Y, no estábamos en la playa, pero aunque sea, teníamos un momento a solas.

—¿Por qué besaste a HyunWook?

Esperé esa pregunta.

Minju, era una gran amiga que infravaloré. Cuándo se hizo novia de Taehyun, creó un grupo donde estábamos Yuna, Myung ella y yo, hablamos muchas cosas, así como cuándo Myung confirmó su noviazgo con Lucas, Yuna había acabado su escultura, Minju se había acostado por primera vez con Tae –algo que no quería saber–, mientras que yo, confesé todo, omitiendo cosas importantes.

Ellas sabían que besé a Hyunwook, pero no di más contexto, ni siquiera he abierto el chat para leer los menajes, solo vi el último de Minju, recalcando que Taehyun y ella se encontraron a Jungkook en el gimnasio devastado y les contó todo.

—Me amenazó. —Confesé, tragando saliva. Su mano tomó la mía y volví a tener 16 años, cuándo solo bastó con tomarme de la mano para que le dijese como me sentía con respecto a mi padre. — Según él, no soy suficiente para su hijo. Me llamó una cualquier... una puta.

Sus cejas se fruncieron y soltó mi mano.

—Dime toda la verdad Bora.

Tomé aire, tratando de controlar mi mano que soltó, que inició a temblar.

—Cuándo dejamos ese año la escuela, fui a por un préstamo, y para que aceptaran dármelo, di como garantía esta casa, y tuve que bailar para ellos. Toda esa gente, era de Hyunwook, que me enteré tiempo después. Él lo supo, y me sobornó por meses, para luego amenazarme que enseñaría videos míos...

—Es un cabrón.

Tomé mi labio inferior, haciendo fuerza con mis dientes, para no llorar, pero fue imposible, viendo la manera en la que se levantó, con sus puños cerrados y sin ese brillo característico que tenía en sus ojos, era casi igual a Jungkook cuándo luchaba. Me levanté al tiempo, para seguirlo, ya que iba hacia la salida, pero justo la puerta se abrió de golpe, entrando Myung y Minju.

—¡Bora, estabas aquí!

Estaban agitadas y sentí que algo malo pasaba, cuándo justo después llegó mi madre, pero estaba confundida también.

—Minju, ¿ocurre algo?

Nos miramos por unos segundos, nadie decía nada, pero sus señales de que no podían hacerlo por la presencia de mi madre, me alteraron más.

—Bora, levanta la manga de tu suéter.

—¿Qué?

—El derecho, hazlo ahora.

Sus miradas cayeron sobre mí, sintiéndome intimidada y con miedo. No comprendí en el momento, así que lo hice. Subí un poco la manga y justo cuándo me di cuenta de lo que sucedía, era demasiado tarde. Me detuve, justo debajo de mi codo, y no quise continuar. Taehyun quien me miraba, captó la imagen del morado y sin permiso, tomó mi brazo, subiendo más la manga.

Hice fuerza, escondiéndolo, pero entonces entendí que habían 3 personas en estas cuatro paredes que ya sabían lo que pasaba.

—Si esa persona te hizo eso, tenemos un problema.

Dijo Myung hee, y mi madre se sobresaltó.

—¿Quién te hizo qué?

Nunca había estado en esa situación, pero se sintió como un interrogatorio, y esos grandes ojos esperando por una respuesta que de solo pensarlo, mi cuerpo temblaba. Taehyun no dejaba de verme, molesto, y parecía que empecé a hiperventilar.

—Estábamos con Jungkook, charlando y llegamos a esa conclusión. Teníamos razones que es lo peor, y ahora mismo él está a punto de matar a su propio padre.

Las cosas se estaban saliendo de mis manos, y esta vez no podría salirme con la mía con una pequeña mentira, ni con la peor de todas.

—Bora —Escuché a Taehyun, en un hilo de voz— ¿Fue él? Dímelo por favor.

Empecé a llorar. No puedo más, no puedo seguir con esta situación. Me sentía tan exhausta, mi cabeza tambaleaba y sentía un gran dolor estomacal.

—Sí.

Confesé, tomando su mano para que no avanzara más, pero fue en vano. Minju fue tras él, mientras que Myung trataba de hacer que mi madre regresara a la realidad, pero no tardó mucho, por qué fue tras Taehyun también.

Iba a entrar en pánico, joder, estaba en pánico. Myung vino a mí, tomando mi cuerpo, pero traté de soltarme con rapidez.

—Tenemos que ir también. Minhee viene en camino, así que la dejaré a cargo del restaurante. Vamos.

El coche en el que ellas habían venido, se había quedado. Por lo visto, mi madre se fue en la camioneta, Taehyun y Minju en su coche.

Con rapidez, nos subimos al coche de Minju, y emprendimos camino, en realidad Myung, yo no estaba en mi verdadera capacidad. Por inercia y tensión, llevé mis uñas a mi boca, pensando en los miles de escenarios. Jungkook no debería ir a defenderme, digo, le había sido infiel, no valía pena, no era nadie.

Le metí tanta presión a Myung, que creo que ella estaría más nerviosa que yo. Cuándo menos lo esperé, pude ver como mi madre también aparcaba y bajaba de la camioneta, mientras que Taehyun ya estaba entrando.

—¡Corre Myung!

Vocee. Estaba enloqueciendo. Fui corriendo hasta la entrada, donde no había nadie, ni un guardia, y esperé lo peor. El ascensor estaba ocupado, y no iba a esperar, así que me fui por las escalera, gastando mi último aliento para llegar a la planta donde yacía la oficina de Hyunwook. Mientras más me acercaba, el ruido me asustaba en sobremanera.

Llegué justo a tiempo, igual a Taehyun y los demás.

Mi cuerpo se heló viendo aquella imagen. Jungkook estaba en el suelo, tratando de ser golpeado por su padre, ya que por lo visto podía esquivarlos. Hyunwook tenía sangre en sus labios y su nariz, lleno de moretes, y Jungkook estaba casi igual. Había mucha sangre en el suelo que me hizo entrar más en pánico.

Y todo se perdió, cuándo Hyunwook alcanzó a darle a Jungkook, justo cuándo cruzó mirada conmigo. Taehyun corrió hasta ellos, dándole una patada en el costado a su padre, haciendo que caerá a un lado.

No podía detener esto.

.

.

.

.

Buenas.

Me gustaría deciros que, el próximo capitulo, ya es el final. Ya está escrito, pero aún debo editar cosas. Siento un pequeño vacío. *llora*

Lo que sea, espero en verdad que esta historia os haya gustado. Gracias por todo.
Disfruten.

Mantenganse saludables. Dios les bendiga, besitos. Muak <3

—Herbst

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