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029.

Jeon Jungkook

Por todo el lugar, se podía escuchar esas leves patitas caminando de un lado a otro. Alisté la correa de mi cachorro para cuándo saliera, que era justo ahora. Me encantaba verle tan feliz, y saber que todo se encontraba en orden.

Me acerqué a la veterinaria, y me coloqué por unos leves segundos en cuclillas para ponerle la correa a mi pequeño.

—Bam se encuentra muy bien, pero recuerde darle las nuevas vitaminas, seguir las recetas, sobre todo cuidar su dieta. Con respecto a lo demás, está todo en orden.

Sonreí contento, todo estaba en orden. El mes pasado no pude traerlo a su cita mensuales, y lo trajo mi hermano, pero esta semana lo tuve yo, así que aproveché.

—Muchas gracias, Doctora Park.

Hice una reverencia y me alejé de ahí, para ir a pagar la consulta.

Tenía muchas ganas de pasar tiempo con mi pequeño, lo tenía por las últimas horas antes de que lo vinieran a recoger.

Llegando a casa, me dispuse a servirle su comida y buscar las vitaminas que había recetado la doctora. Ahora que recuerdo, también debo comprarle un par de juguetes, según Wonwoo, rompió el que se llevó la semana pasada.

Escuché que empezó a ladrar, así que bajé las cortas escaleras para ir a ver que sucedía. Se trataba de Namjoon que había llegado, y a su lado miré a Wonwoo, creí que llegaría más tarde.

—¿Cómo está el perro más lindo de todos?

—Supongo que estoy bien.

Respondí acercándome a ellos.

—Qué gracioso.

Me senté en el sofá, esperando a que estos vinieran también a sentarse. Dejaron una bolsa en la mesa, para luego sentarse.

—Pensé que hoy ibas a entrenar.

—No, no he hecho casi nada. Llevé a Bam al veterinario, iba a esperar a qué lo vinieran a traer y pasaría la tarde con mi novia.

El tono burlesco del par me hizo voltear a verlo. Eran unos pesados. Namjoon ya lo sabía, ese mismo día se lo conté y a mi hermano, anoche, cuándo le mencioné que viniera a recoger a Bam.

Había pasado tiempo desde que no me sentía incómodo con una conversación de ese estilo, así que permanecí callado buscando una cerveza de la bolsa.

Sorbí un poco y me hundí en el sofá, viendo la televisión, mientras Nam hacía lo mismo y Wonwoo jugaba con mi hijo.

Recuerdo cuándo lo adopté, todos estaban encantados con el pequeño, tan indefenso. No sabíamos qué hacer, todos los querían tener en su casa. Él se lo llevó a la suya, con su madre, la cual empezó a renegar a su hijo de que debería tener ya nietos. Fue un escándalo.

Pensando en este tema, mi estómago se revolvió apenas. Últimamente, miraba mucho a Wonwoo, un poco más, y ya no se podría considerar esto como una familia disfuncional, empezando porque somos hermanos solo de padre.

Me molesta el hecho de recordar estas cosas, o como la familia de la señora Sung, madre de Wonwoo, les desagradaba mi padre, solo por ser un joven con la mente en el boxeo y con querer crear una franquicia. Se podría considerar que todo se fue al carajo cuándo apenas, a los 20 años, la dejó embarazada y los forzaron a casarse. No funcionaban bien, ella pasaba trabajando mucho en la empresa de su padre, mientras que Jeon Hyun wook, se convertía en un gran boxeador.

Un lamentable día, sus sueños de convertirse en un Manny Pacquiao o un Ray Robinson, se destruyeron cuándo acabó en cama por un golpe en la cabeza y la fractura de su rodilla. Por más que estuvo en rehabilitación, le recomendación era que no siguiera. Mi abuelo quiso apoyarlo, por lástima, a montar una empresa, entrenando a grandes que cumplieron el sueño frustrado de su pobre hijo.

No sé si llamarlo desgracia, pero, cuándo estuvo en el hospital por su rehabilitación, conoció a una enfermera. Dios, según escuchaba, se había enamorado tanto de ella, de igual nunca lo estuvo tanto de la madre de Wonwoo, la señora Sung.

Se divorció y después de 10 meses conociendo a la gran Song Mi Suk, se casó con ella. Y ahí entro yo, porque decidieron darme a luz.

Lo que nunca entenderé, es por qué hicieron todo tan rápido en vez de conocerse más. Traer hijos al mundo es un gran problema si no sabes criarlo y darle amor suficiente. No es que diga que tuve la peor vida, fue buena en cierta manera, pero me hubiese gustado tener un padre que me enseñara más de lo que pudiera. Entiendo que estuvo trabajando arduamente para levantar su empresa, pero tenía dos hijos, uno que lo visitaba cada 15 días y casi no lo miraba. Mientras que el otro mocoso, buscaba atención a cada momento.

Existió una gran época la cual me dejó con citas en el psicólogo según mi madre -se preocupaba mucho por mí-. El hogar se convirtió en discusiones diarias. Así por un año entero, más o menos. Mi padre pedía más apoyo, pero mi madre se dedicaba mucho a su trabajo, a ella y a mí. Ocurría igual en viceversa, mi madre intentaba que él entendiera, pero a la vez no necesitaba apoyo, por qué se alentaba de que podía salir adelante sola.

Creo que perdieron mucho la confianza entre ellos, comunicación, y sobre todo, el amor.

Por qué mi padre le fue infiel, lo supe cuándo esa noche lluviosa entré a la habitación de esa gran mujer que lloraba sin parar en el suelo, con fotos rotas, desalineada, maldiciendo, el momento en que decidió salir de su casa para casarse y tener un hijo.

Al paso de los años, quise suponer de que nunca tuve la culpa por más que lo pensase así. Yo no pedí nacer, fue la decisión de ellos como adultos. Pero los pensamientos de que mi madre hubiese conocido sus sueños más rápido, si tan solo no existiera su estorboso hijo, no me dejaban en paz.

Cuándo nos mudamos a Seúl cuándo tenía 12 años -ahí conocí a Namjoon y a Taehyung-, Wonwoo regresó de Estados Unidos.

Lo que sea. Pasamos un sin fin de situaciones que ojalá nunca hubiesen pasado, pero tratamos de mantener, aunque sea una relación, mi hermano y yo. Recuerdo cuándo empecé a ir a peleas ilegales, así ganar dinero y me dio el regaño del siglo, haciéndole prometer no decirle nada a mi padre si dejaba eso, así yo en verdad me metería a entrenar en un lugar decente.

Las charlas intensas y repetitivas del hombre al que llamábamos padre, fueron nuestro calvario eterno. Tener que ser boxeadores porque el no pudo, vivir un sueño a costillas de sus hijos era egoísta. El único lado bueno que veo, es que Wonwoo se cansó y decidió sacarse una carrera de administración de empresa, así llevar la empresa de mi padre, otro Golden tycoon en Estados unidos. Mientras que yo, escogí boxear.

—¿Cuándo me presentarás a tu novia? Quisiera saber como es que la conociste.

Dejé mis pensamientos de lado, para centrarme en quién me hablaba.

—Fácil, la chica le cortó el cabello y se enamoró de ella.

Risas y más risas.

—No me digas, eso sí que no lo sabía. Deberé conocer a mi cuñada algún día. Ojalá esto dure bastante.

—Ya te digo yo que sí. Cuándo llegó, no te vas a creer que no soltaba el teléfono ni un segundo, mandándole mensajes.

—¡¿Qué?! Pero si a este no le gusta mandar mensajes. Esto va a explotar.

Suspiré.

Era cierto, no podía negar que en esos días estaba perdidamente loco por saber qué hacía, como estaba. Ahora que somos pareja, siento que la intensidad bajó, tenemos confianza en ambos y el sentimiento nos basta.

—Deberíamos salir a comer un día todos, con nuestras parejas.

Cierto, Wonwoo llevaba dos años con una mujer, y según escuché, se quería casar con ella.

—Es buena idea, pero pienso llevarla a la cena que quiere hacer Hyun wook.

—¿Irás?

Pregunté. Tenía pendiente eso. En verdad no tenía ganas de ir a esa casa. Casa de traumas efectivamente. Cuándo me mudé a Jeju, mi padre ya tenía un hogar aquí. Es que, ese hombre tenía tantos secretos que quedaron a la luz, como el hecho de que la mujer con quién le fue infiel a mi madre, era de Jeju. Ese era un tema que no me agradaba para conversación.

—Sabes como es, Jungkook, si no vamos, a mí posiblemente me dé un ultimátum en la empresa y a ti te amenaza con los combates.

—Ah, basta ya.

Renegué, despeinando mi cabello.

—Deberás venir. Es la semana que viene, el sábado. Supongo que conoce a Bora.

No, no, no iba a ir, no, llámenme loco, pero estar en un mismo lugar con mi chica y ese hombre, destruiría la mesa ahí mismo. Me crucé de brazos, imaginando ese momento, él teniendo a su jovencita de novia al lado, coqueteando sin vergüenza con mi Bora. Estábamos locos si creía que iría.

Miré de reojo a Namjoon que empezó a negar a Wonwoo.

—Lo hablaré con ella, pero tengo por seguro, que conmigo no cuenta, no, no, no.

Se levantó del sofá dando un gran suspiro. Era hora de irse.

—Piénsalo Jungkook. Yo me voy, hoy por lo visto no conoceré a tu amada —Tomó la correa de Bam y se la colocó— ¿Vienes Nam?

Este asintió y se levantó.

—Me voy, tengo que ir a la biblioteca, aparte, querrás estar a solas.

Tenía pereza, pero también me levanté para despedirme, solo de mi hijo. Le di un beso en su cabecita y vi como se iba tan campante. Tomó su mochila que dejé en la entrada y abrió la puerta, justo en el momento en que Bora iba a tocar, por lo visto.

Qué bonita se miraba, me iba a morir de ternura, en serio. Tenía sus manos delante, sosteniendo su bolso y sonriendo a penas.

—Hola.

Dijo suave, con una leve reverencia.

—Adiós, chicos —Dije entre dientes, para que se fueran— Que vaya bien, cuida a mi hijo Wonwoo.

Entonces, salieron, haciendo una reverencia a Bora, quién seguía afuera de pie, sonriendo.

—Pasa bonita —Cerré la puerta justo cuándo entró. Me giré y seguía en la misma pose. Sonreí burlón por su reacción. —¿Qué sucede?

—¿Era tu hermano? —Asentí— Qué vergüenza, ni siquiera saludé adecuadamente. Pensará que soy una maleducada. Por cierto, no se parece casi nada a ti, aparte, es un poco más alto.

Fui hasta ella para callarla con un beso. Que linda que era. Especialmente hoy me gustaba como se miraba. Llevaba una camisa blanca de tirantes, una falda vaquera corta negra y esa chaqueta rosa que era del mismo color que su mejillas y sus labios.

—Trajeron unas cervezas y pollo, ¿quieres comer?

Asintió, así que tomé su mano para llevarla hasta el sofá.

Era tan relajante, nosotros acostados en cada orilla, viendo una serie mientras comíamos algo de pollo y nuestros pies jugaban entre ellos. No podía pedir más, aunque si estuviera Bam, sería un poco más divertido.

Cuándo venía de camino del veterinario, pasé comprando un par de pantuflas de estar por casa para Bora, sería más cómodo, por ahora las tiene aquí, pero cuándo se vaya, las dejaré en la entrada.

Al acabar, fui a tirar todo mientras que ella limpió la mesa y el suelo que lo ensuciamos un poco.

—Estaba pensando... —Salí de la cocina, viéndola acomodar las cosas de la mesa— en no ir a una cita en la que estamos invitados.

Alzó su mirada, confusa, se sentó en el sofá esperando a que yo llegara a ella.

—¿Por qué no? Pero, ¿quién nos invitó y a donde?

Me senté en la mesa, enfrente de ella.

—Mi padre no para de insistir en que vaya a su casa, para comer y presentarnos oficialmente a su mujer. Ahora bien, Wonwoo aprovechará para presentarle a su pareja y, él quiere que vaya yo también.

—Si no quieres ir...

—Es que, aparte, es su cumpleaños. Se me hace un poco más, difícil.

Parecía pensativa, confundida mayormente. Tampoco era como si quisiera obligarla a ir o no ir, por qué no quiero involucrar su trabajo con algo tan personal. Vaya hora que consiguió trabajo en la empresa de mi padre, y tengo bien sabido que ese hombre no es de su agrado.

—No lo sé Jungkook. Aguanto a tu padre en el trabajo, aparte a ti no te gusta que yo esté con él por tus celos.

—Bueno, no los consideraría celos del todo, si el patán no quisiera aprovecharse de ti.

—Eso no pasará, te lo prometo —Tomó mi mano— Para ti también ha de ser difícil, tengo entendido que no tienes la mejor relación con él, así que si quieres, yo podría acompañarte.

Mi corazón se calentó en un segundo. Me sentía tan bien, podría acostarme justo encima de ella ahora mismo para que acariciara mi cabello, al diablo eso, lo iba a hacer.

Fui hasta ella, quien se acomodó para recostarse, mientras que yo me puse entre sus piernas, recostando mi cabeza sobre su pecho. Sus manos tocaron mi cabello y empezó a acariciarlo con tanta pasión, mientras que una de sus piernas se envolvió en mi cintura. Podía quedarme así mirando la televisión.

—Oye —susurró— nuestra relación empieza a dejar de ser un secreto.

—Tú lo querías así.

Murmuré, moviéndome un poco para estar sobre sus senos.

—Sí, estamos bien... supongo. Es que, no lo sé Jungkook, es algo complicado. Me enteré de que Taehyun me estuvo mintiendo, y de pronto le cuenta todo a su novia. Me sentí remplazada.

—¿Has hablado con el? —No obtuve respuesta— Pídele una explicación.

—Mejor me enojo por ahora. Haré como si mi relación y su mentira sean una paga. —No la escuché hablar por unos segundos, hasta que suspiró y habló— A pesar de eso, no quiero decirle de mi relación contigo, sé que se pondrá sobre protector, así como...

—¿Cómo?

Levanté un poco mi cabeza para verla. Me pregunto si dirá la verdad de algo, o se atreverá a decirme.

—Cuándo estaba en tercero, había un chico guapo, muy guapo, que no dejaba de perseguirme.

—Ajá...

—Y la Bora de flequillo tonto y gafas cuadradas se enamoró. Es una tontería, pero fue mi primer desamor.

—¿Usabas gafas cuadradas?

—No es el caso —Dio un golpe en mi espalda, así que volví a recostarme sobre sus senos para escuchar la historia— Se podría decir que tuve mi crecimiento mental y físico, después de que me pidió ser su novia y a la semana, me engañó con otra niña enfrente de toda la escuela, demostrando que era un "hombre" y que todas las niñas morían por él.

Sentí su risa, parecía que recordar todo aquello, no era doloroso, solo un pasado gracioso.

>>> —Recuerdo que Taehyun lo golpeó, y los amigos de ese chico lo atacaron. Fue un escandalo, porque yo lloraba y ver aquella escena me enojó, y fui hasta ellos y... —Me imagino lo que sucedió, así que levanté nuevamente la cabeza esperando la respuesta — Fui a pegarles. ¡Dios! Jungkook, hubieras visto, no, mejor no, porque fue un desastre. Le caí encima a uno de sus amigos y por accidente, le rompí su uniforme, el otro me dio un golpe en el ojo que me dejó en el suelo, y el que me engañó sangraba de la nariz.

Empecé a reír imaginando toda la escena.

—No puedo creerlo.

—Nuestras madres llegaron y estuvimos castigados por un mes, el mismo que nos expulsaron. Fue una época divertidamente amarga, estaba pasando por una situación en casa grave y Taehyun al ver que me hacían sentir peor, se enfadó.

—Sois muy buenos amigos. Deberían dejar de ocultarse cosas.

—¡Ay! No empieces con sermones. Después de eso, me conocían como la que pegaba a niños, me tenían miedo y si antes los niños no me hacían caso, se volvió peor, hasta que entramos a superior, que es en el instituto que acabo de salir. Ahí me fue bien, dejé las gafas, hola lentillas y hola a chicos que querían estar conmigo.

—Jugabas con ellos.

—No, bueno, no me gustaban, así que empecé a hacer lo que ellos hacían con las chicas, jugar con ellas.

—Qué malvada —Dije entre dientes— Me hubiera dado terror estar en tu clase, hubieras jugado conmigo.

—Bueno, tú tampoco te salvas, seguro eras el deseo eterno de todos las nenas del salón.

—De todas las de la escuela en corrección.

Reí burlón y esta dejó de acariciar mi cabello. Me daba mucha gracia verla enojada. Era agradable escucharla hablar tanto. La abracé, y trataba de soltarse. Besé su clavícula y quería alejarme.

—Déjame, ya no quiero que me toques.

Escuché su risa en cuanto empecé a tratar de hacerle cosquillas, pero se cayó cuándo mi mano bajó a tocar sus muslos para subirlos en mi cintura.

—Eres tan bonita, si yo hubiese estado en la secundaria contigo, tal vez nos pelaríamos, pero por qué tú me gustarías.

—Mentiras.

Me fijé como su labio, hizo un mohín y fui hasta ellos para besarlos.

—Te quiero.




*



La alarma sonó y no recuerdo cuantas veces la había apagado. Ayer, después de ir a dejar a Bora a su casa, fui a beber hasta tarde con Nam hyung. Me duele tanto la cabeza, pero tenía que ir al Hospital.

Me estiré por toda la cama, hasta llegar a la orilla y levantarme. Debía ducharme, comer algo... tal vez ver televisión. Iba a perder la forma, así que después tendría que ir al gimnasio.

Al final, Bora y yo nos pusimos de acuerdo e iremos a esa cena, no sé cómo acabará y la verdad me aterra un tanto. Mientras que, por otro lado, mencionó la idea de presentarme a su madre casualmente un par de veces, sería bueno para caerle mejor, pero sin decirle nada sobre nuestra relación ni levantar sospechas, dice que primero quiere buscar una oportunidad para que su Taehyun se entere.

Como sea, ya me preocuparé más tarde.

Llegué al hospital y fui directamente a pedir ver a mi abuelo. Siempre me pregunto como es que mi padre le dejó de importar su cuidado. El Alzheimer es algo que no deberían tenerlo nadie, lo peor es que lo desarrolló estando en este centro.

—El señor Jeon está en el patio trasero, por favor, sígame.

Así como dijo la enferma, la seguí. Miré a mi querido abuelo tomando el aire fresco. Tenía un hermoso peinado, seguro le cortaron el cabello.

Llegué hasta él y a pesar de no recordarse quién era, aceptó mi abrazo.

Tenía planeado sacarlo de ahí y llevarlo a un centro de vida asistida, no es como que aquí no lo cuidaran bien, pero no era el lugar correcto para él. Cuándo venía, solía tratar de hablar con él, me contaba un par de cosas como si estuviese joven, como su hijo estaba por casarse, o que esperaba tener algún nieto.

Mi mente se distrajo a la conversación de la enfermera que me acompañaba y otra que supervisaba a un hombre.

—¿Su hija no ha venido a verlo? A veces me da un poco de lástima ella.

—Por lo que escuché, no tiene el dinero suficiente para pagar los nuevos medicamentos de su padre, por eso no viene seguido.

—Ay, qué terrible. Un año después de su ingreso, yo empecé a trabajar aquí. Era un hombre que no hablaba con nadie, parecía tener demencia. El alcohol produce tantos problema al cuerpo, si...

Suspiré inquieto en cuanto la mujer se cayó al ver al hombre que debía cuidar alejarse de ella. Fue hasta él para acercarlo y mi cuerpo se tensó al verlo. Si no mal recuerdo, es el padre de Bora, acaso hablaban de él. No siguieron la conversación, ya que el hombre parecía atento a la situación.

—¿Podrías llevarme a mi habitación?

—Claro que sí, señor Jang.

No recordaba bien si era el padre de Bora, pero al parecer su caso era un tanto complicado.

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Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak <3

—Herbst

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