026.
Jeon Jungkook
De pie, enfrente de aquellas cuatro paredes que eran testigos de una atracción convertida en amor, dicho que se reflejaba con las pequeñas caricias, con las palabras más delicadas, con besos profundos que un mundo entero debería envidiar.
Cada vez que me permitía besar sus mejillas, aparecían esos leves, pero traviesos hoyuelos. Su sonrisa era la serótina con la que estaba dispuesto a vivir por mucho tiempo. Verla así, atrevida, jugueteando conmigo, que me daban ganas de atraparla entre mis brazos y no soltarla nunca.
Los tirantes de su vestido empezaron a bajar, con su ayuda. Giraba sobre su mismo eje, coqueteándome en la manera en la que su vestido se deslizaba por su dulce cuerpo.
—Déjame ayudarte...
Musité nervioso, como si nunca la hubiera visto desnuda. Tragué saliva al ver como se acercaba a mí, moviendo esas atrevidas caderas. Namjoon hyung hablaba del arte más delicado, de como las esculturas podrían ser los patrimonios culturales de cada país, y Bora era uno, un patrimonio de mi vida, no, debía serlo para el mundo entero.
Llegó justo a los botones de mi camisa. Empezó a desabrocharlos uno por uno, dejándome sin ella y dejándola caer al suelo. Acaricié su cuerpo desnudo, tan o más grato que la misma porcelana. Besé su hombro, su cuello, sus labios y dije lo que me dejaría más expuesto en todos los aspectos.
>>>—Estoy enamorado de ti.
Aunque no era una novedad, no sé cuando empezó, y estaba seguro de que jamás se acabaría. Su mirada fue hacia mis ojos, como si hubiese dicho algo ilegal. La amaba, la necesitaba, con ella me sentía yo, no me sentía más solo.
La levanté apenas, así llevarla hasta la cama. Se recostó en esta, sosteniéndose sobre sus codos. Ella y yo, sonaba tan lindo, igual que sus piernas, esas que no podía dejar de besar para poder escuchar sus jadeos.
Antes de seguir subiendo, me quité mi pantalón. Ascendí, llegando hasta su última prenda, que estaba húmeda, pero la quité con satisfacción.
—Hazlo.
Escuché y miré su rostro, lucia agitada. Sonreí un poco y me levanté a penas para sacar la caja de condones del cajón. Saqué un sobre y lo dejé caer encima de su abdomen, mientras yo me quitaba mi última prenda.
Me recosté a su lado, besando sus labios, pero bajando mi mano a sus pechos, que masajeé unos segundos, para luego llenar mi boca, pero la mano seguía bajando.
—Jung...
Musitó apenas. Removí mi dedo de en medio en círculo, justo ahí, tan rápido que el apretón a mi espalda me hizo saber como se sentía. Tan conmocionada, por ello me detuve y dejé de estimular sus pezones, para verla. Mordía su labio, y de pronto me miró porque me había detenido.
—¿Qué?
Sonreí. No tardó ni un segundo cuando me dio un golpe en mi hombro. Me tomó del cuello, para que bajara a besarla, y así lo hice. Tan primoroso que me estremecía.
Lo hacía tan bien, me tenía a su merced. La manera en la que trataba de tomar con sus labios mi piercing, me parecía la imagen más excitante, más por el hecho que podía sentirlo.
Bajé mi mano hasta su intimidad, provocando jadeos contra mi oreja, maldición.
—Más rápido.
Entonces, me detuve y rápidamente tomé el condón para ponerlo en mi miembro. No sabía qué pasaba, así que fui a besarla mientras intentaba penetrarla. Su suspiro, por en medio, calentaba mi rostro. Hice embestidas leves, mientras mi espalda era arañada con fuerza.
Tomé sus muslos y los subí hasta su pecho, quería hacerlo bien y que lo disfrutáramos. Pegué mi nariz contra la suya mientras nuestras respiraciones se juntaban. Su aliento chocaba contra mi rostro y solo podía escuchar eso, junto a los sonidos obscenos que provocan nuestros cuerpos al chocar.
Apretujé su muslo izquierdo, queriéndolo acercar más a su pecho, pero en eso, enredó sus piernas sobre mi cintura y tuve que volver a recostarme, con la diferencia que fui más rápido.
Tan estimulante, era nuestro momento, profundo, así como estaba llegando ahora.
Escondí mi rostro entre su cuello, lo besé, lo mordí, no podía contenerme más. Tomé sus glúteos y empujé con más fuerza mi pelvis contra ella.
—Mi... yo... estoy por venirme —Sentí el apretón en mi espalda— ¡Jungkook!
Gemidos, chasquidos, tan inmoral, al diablo eso. Mierda, podía hacerlo toda la noche si ella también lo quería. Me salí dentro, quité el condón y empecé a masturbarme. Mi vista era excelente para presenciar; Una Bora con los brazos abiertos, tomando aún con fuerzas las sabanas, mientras sus piernas permanecían abiertas y las pequeñas gotas de mi semen encima de su abdomen.
Mierda, mierda, estaba duro de nuevo. Mi novia era la mujer más caliente del mundo.
Busqué la caja de condones y no me quedó más que maldecir por no encontrar más. Tomé con fuerza mi cabello, podía volver a hacerlo ahí mismo.
—¿Jungkook? ¿Qué sucede? —Dijo en un hilo de voz, mientras trataba de incorporarse.
Tal vez ella estaba cansada, aunque quisiera ocultar la erección, me senté en la cama nuevamente, pegando mi espalda contra la pared. Se acercó a mí, gateando y ya me estaba perdiendo. Era casi como una gatita. Se subió encima de mi regazo y empezó a besar mi cuello.
—Bora, te amo.
Se detuvo y me miró. Tenía el rostro rojo, igual que sus labios. Sonrió, sin ocultar de alguna manera la alegría. Me hizo cosquillas que empezara a besar mi rostro, mi nariz, debajo de mi labio y en mi mejilla.
—Te amo Jungkook, ¿sabes que más amo? Ese lunar de tu nariz, el que está debajo de tu labio y esa cicatriz en tu mejilla.
Todo dentro de mí tembló. Atrapé su nuca para que acercara su labios para besarla.
Durante aquel momento, sentí su mano fría, tocando mi pene y tratando de introducirlo dentro de ella.
Ese fue el momento detonante, uno de aquellos que recordaría. La mejor noche. Quería tenerla hasta un tiempo indefinido en mi vida. Vivir una vida sin sueños era como estar muerto. Ahora, estar un segundo sin Bora, era como estar en el mismo infierno.
No creí que en ese instante en que me regaló su gesto de asco, me haría gracia, solo para acabar justo así con ella. Amaba a Im Bora, sé cuando empezó, pero no cuándo acabaría, sé que eso no sucederá, estoy seguro de mis sentimientos, más que nunca.
*
Llevaba hace unos minutos ya despierto. Podía quedarme más observándola dormir, era tan bonita.
Después de acabar anoche, nos fuimos a bañar y bueno, tuvimos otra ronda de orgasmos en la bañera. No pudimos evitarlo, fue tan estimulante. Aparte de eso, quedarnos dormidos, desnudos, hizo que me sintiera más cerca de ella, no sé como explicarlo, era tan gratificante.
Vi como su cuerpo giraba, dándome la espalda y enredándose más en las sabanas, haciendo que esta me dejara a la vista toda su espalda. Debería dejarla descansar un poco más, seguro estará agotada por lo de anoche.
Quité mi cobija y me puse de pie. Fui hasta mi armario para buscar algo de ropa, pero apenas pude ponerme un bóxer cuándo un teléfono empezó a sonar, de nuevo. Era una alarma que había sonado hace unos minutos, misma que me despertó, pero la apagué para que Bora siguiera dormida.
Fui hasta el mueble que estaba al lado de la mesa, tomé el móvil que estaba encima y apagué la alarma, pero era demasiado tarde, por qué ella se estaba moviendo. Empezó a murmurar algo, así que me recosté en la cama y me encontré con su rostro adormitado.
—¿Qué pasa bonita?
Rasgó sus ojos y se giró para quedar bajo mi rostro. Aproveché para besar su nariz.
—¿Qué hora es?
—9 de la mañana.
Dije tratando de darle un beso, pero en eso se levantó rápido, chocando nuestras frentes. Llevé mi mano a mi frente, quejándome. La verdad no me dolió, solo quería hacer un poco de drama.
Su pecho quedó al descubierto, lo supe cuándo se giró para verme mientras sobaba su frente igual.
—Jungkook, ¡Ah, lo lamento mucho! —Se acercó a mí, observando mejor mi frente y quitando mi mano. Me quejé un poco, simulando que me dolía cuándo me tocó— ¡Maldición!, ¡Lo lamento!
—Te perdono si me dejas tocar uno de tus senos.
Alejó su mano por unos segundos y luego, con dos de sus dedos, golpeó mi frente. Sonreí divertido, mirando todo lo que hacía.
—¿Apagaste las alarmas? Dios, hoy tengo cosas que hacer. —Se levantó, dejándome ver su cuerpo. Podría levantarme e ir justo detrás de ella para hacerla mía nuevamente, pero prefiero verla. A los segundos, salió del baño con una toalla alrededor de su cuerpo. — No entiendo por qué me pasa siempre esto, necesito ropa. ¡Jungkook, mírame a los ojos! ¡Hoy debía ir al instituto! ¡Te lo mencioné ayer!
—¡Perdón! ¿Tú crees que me acordaría cuándo justo lo mencionaste? En ese momento mi cabeza solo estaba en penetrarte justo como te gusta.
—¡Jungkook!
Me iba a matar.
Resoplé para aguantar la risa. Fui hasta el armario para buscar algo de ropa que me pondría, cuándo salí, ella seguía ahí parada, con los brazos cruzados.
—No me veas así, estaba buscando que ponerme. Deberías buscar algo en mi armario para ponerte también, ah y de paso buscar que excusa dirás esta vez. —Su ceño se frunció— Es tarde Im Bora, perderemos tiempo yendo a tu casa para que te cambies.
Crucé los brazos igual que ella y se dio la vuelta regresando al baño molesta. No pude evitar reír cuándo se fue.
—¡Deja de reírte!
Chilló y tuve que tapar mi boca. Me hacía tan feliz, casi y un poco más, parecíamos un matrimonio. Ya sé que era una loca conclusión, pero mi corazón gritaba por todos lados que no quería que acabara esto y así lo haría.
Mientras comíamos algo, con prisa, aprovechamos para charlar un rato.
Creía que ya no debía ir al instituto, esta semana, pero les enviaron un correo de que hoy y la siguiente semana debían hacer presencia para hacer las últimas clases, conocer sus calificaciones, saber sobre la graduación y demás. Me sentía entre molesto y triste escuchar como tenías bajas expectativas de su examen.
Estuve pensando que es raro, porque hasta finales de octubre es el examen de ingreso a la universidad y no ahora, pero de igual le creo.
Por lo visto, necesitaba un puntaje exacto para poder ingresar a una universidad y a la carrera, pero ni siquiera sabía a cuál.
—No te conté —Dejé los guantes de goma a un lado después de lavar los platos y fui hasta ella— Hace unos días, salí con Taehyun y con su novia. ¿Sabes? Ella es muy linda.
—Pero solías hablar mal de ella.
—Lo sé, me equivoqué. Pero, es que iba como esas niñas que necesitan protección y todo eso. Adorable, demasiado amable, pero con carácter, eso lo sé desde esa vez que me reclamó.
Apoyé mi cuerpo en la mesa, mirándola en la silla.
—Es decir que es tu amiga ya.
—No, bueno, a ver, sí y no. Tiene mi número y suele mandarme videos de gatitos cocinando.
—¿Me puedes mandar esos videos? —Se levantó de la silla y se colocó enfrente de mí.
—Como te decía, esto te lo digo por qué —La perseguí con la mirada que la esquivaba— por qué hoy iba a salir a comer con Taehyung y después se uniría Minju,
Al acabar aquella frase tan larga y con prisa, hizo una gran sonrisa levantando sus cejas.
—Pero, quedamos que como no tengo nada que hacer hoy, podríamos ir a comer después del instituto.
—Lo sé, pero en serio debo ir hoy. Quiero aprovechar estos momentos con él.
—Entonces, ¿puedo ir con...
—¡No! Digo, la comida es solo él y yo, como amigos que somos. ¿Por favor? Es que, ya sé que no os caéis muy bien que digamos.
—Deberías apresurarte para irnos.
Susurré y me fui de ahí, para buscar las llaves del coche y un par de cosas. Seguro iría a dar una vuelta o algo.
Hice lo imposible para llegar a tiempo al instituto y dejarla, pero había bastante tráfico.
Me quedé cerca del barrio, esperando a que ella fuese a cambiarse. No puede evitar pensar en Taehyun y ella juntos. Ya sé que son amigos desde pequeños, pero me incomodaba, por qué tengo seguro de que aún no quiere que él se entere de nuestra relación. Debería pensar un poco en nuestra relación, pero a veces pareciera que solo le importa él. Sobre la pelea que tuve, sí, cuándo lo golpee, aún sigo sin arrepentirme, se lo merecía por lo tonto que puede llegar a ser y ese día sobrepasó mis límites.
Encontré parking cerca del centro, así que aparqué. Me bajé del coche y ella al mismo tiempo. Recuerdo la primera vez que la vi con su uniforme, ese cuándo me pareció tan indefensa contra el idiota de Young, a ese sí debería romperle la cara.
Caminamos juntos, hasta llegar a la entrada del instituto.
—¿Te irás? —Me miró con esos ojos tan negros, podría sudar ahí mismo y volar.
—Sí, bueno, echaré un vistazo por el lugar, tal vez a comprar algo. Me avisas cuándo estés por salir y vengo por ti.
Asintió. No podíamos besarnos ni nada por el estilo, aunque tampoco creo que pudiera reconocerme alguien por qué llevaba una mascarilla junto a una gorra, aparte, tampoco quería que la regañaran de alguna manera.
—Te amo, ¿no lo olvides, sí?
Sonreí y bajé mi mascarilla para decir lo mismo, pero en silencio, para que solo ella lo entendiera. Alcé mi mano, para despedirme. Me quedé ahí, viendo como se alejaba. Pensé que en algún momento se acercaría a una chica o chico, pero caminó solitaria hasta el edificio principal, que extraño.
Estaba a punto de irme, cuándo me choqué contra una chica. Tenía casi el mismo uniforme de Bora, bueno, ella llevaba manga larga, parecía la versión invierno. La esquivé, tratando de irme, pero algo en ella hizo que me detuviera.
Me quedó viendo confusa, mientras sostenía sus manos en los tirantes de su mochila.
—¿Nos conocemos?
Pregunté curioso.
—Creo que no, pero veo que conoces a Bora.
—La conoces a ella.
Asintió. Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, esperando a una respuesta.
—¿No piensas entrar?
—¿Por qué lo haría?
Demasiadas preguntas, ni una respuesta.
—Es que, nos dijeron que hoy teníamos que grabar un video. Lo hacen todos los del último año. También mencionaron que podrían traer a sus hermanos, no tenía conocimiento que ella tuviera uno —Me sonrió y empezó a caminar, pero se detuvo— Vamos, llegaremos tarde.
No pude negarme, así que la seguí. Había pasado mucho tiempo desde que no pisaba un instituto, y ahora puedo recordar lo aterrador que era.
Con diferencia a Bora, me di cuenta de que algunas chicas se acercaban a ella o la saludaban de lejos, murmurando cosas, bueno, parecía que hablaban de ella, en el sentido negativo. Repito, el instituto era aterrador.
Llegamos al mismo edificio donde miré entrar a Bora, pero no entramos, nos fuimos hacia otro lado.
Era el campo abierto, habían muchas cosas, por lo visto donde grabarían lo que me mencionó la chica. Ahora que lo pienso, no sé quién es. Nos detuvimos en la cima de las gradas, viendo todo lo que sucedía abajo, en el campo verde.
—Si alguien pregunta, puedes decir que eres su hermano, si no eres familiar, no puedes ingresar. —La miré confundido, ¿acaso sabía quién era?— Mi nombre es Minju, soy amiga de Bora.
Hizo una leve sonrisa sin mostrar los dientes. Ah, la novia de Taehyun. Creía que mi relación con Bora era 'secreta y privada'. Alejé mi vista de su rostro, en cuanto señaló emocionada al centro del campo. Me fijé a quién miraba, era Bora.
Una mujer mayor con auriculares grandes le indicaba con señas donde debía colocarse y esta acataba órdenes. Se miraba tan linda desde aquí.
—Me alegro de que te tenga.
Dije. Me quité la mascarilla por qué tenía un poco de calor. Ella caminaba cabizbaja, mirando el suelo, casi como niña regañada.
—Supongo que te gusta mucho, ¿no?
Mi cuerpo se heló. Tenía su mano apoyada en el borde, mirando mis expresiones. Fruncí mis labios, no sabía qué decirle, puede ser que Bora le mencionó algo, así que no creo que haya mucho problemas.
—La verdad, es que sí. ¿Ella te ha hablado de mí?
Asintió, mirando aún hacia Bora, donde apareció Taehyun.
—Yo no le caía muy bien que digamos, así como a todo el mundo, pero siempre ha sido muy linda— Tenía razón, recuerdo que una vez la insultó por lo adorable que le parecía— Bueno, dicen que las mejores amistades vienen de cuándo no se caen bien ¿no?
Era un dicho algo extraño, pero si ella pensaba así, yo no era nadie para cambiar eso.
Taehyun lucia tan feliz junto a Bora, en verdad que crecieron juntos. Nunca lo había visto así. Este estaba atando los cordones de sus zapatos y Bora le dio un pequeño empujón con su rodilla en la espalda. Salieron corriendo como locos, riendo a carcajadas, hasta que la atrapó y empezó a simular que le estaba retando a boxear, eso me interesaba, quería ver, pero en eso una maestra, supongo, llegó y los regañó.
La risa tímida de Minju llamó mi atención, parecía feliz viendo aquella escena, y por mi parte, a mí también me provocaba lo mismo.
—¿Desde cuándo sales con Taehyun? —Mencioné intrigado.
—Hace un mes —Sus mejillas se tornaron carmesí— Aunque me gusta desde hace dos años, cuándo ingresé.
—¡¿Dos años?!
—Es que, pensé que Bora era su novia, o que se gustaban, pero un día, me excedí y le hablé un poco mal, lo cual... a ella le molestó y me dejó en claro que solo eran amigos. —Bora también era aterradora— Luego me di cuenta de que en verdad le gustabas. Cuándo empezamos a hablar más, entramos en un poco de confianza y me comentó sobre 'un chico' que le había pedido ser su novia, pero se negó.
Ahora era yo el que se sentía avergonzado. No sabía que ella le contara cosas íntimas a los demás. Por lo que me ha contado, es muy reservada.
—¿Cómo supiste que era yo?
—En realidad, los vi bajar del coche y tomarse de las manos. Lo deduje. —Asentí como tonto, era normal. —Pero no entiendo por qué sigue mintiendo.
—¿Sobre qué?
Dije intrigado, mientras miraba al campo, donde Bora estaba junto a Taehyun, sentados en una silla.
—De mucho, piensa que nadie se da cuenta, pero la he estado observando todo este tiempo, no es que sea una acosadora, es por qué siempre estaba con Taehyun. —Reí— Lo que sea, es que, le miente mucho a Taehyun y él lo sabe, me lo dijo. Bora oculta cosas de su padre, de sus estudios, y de sus verdaderos sentimientos, por qué tiene miedo a ser una decepción y de que le rompan el corazón.
Quería preguntar, pero estaba seguro de que si lo hacía, ella podría decirlo y no quería que Bora tampoco se enfadara.
Así que tenía secretos, y yo no la iba a forzar a decírmelos.
—Seguro tendrás cosas que hacer hoy, por eso no vas a comer con ellos, ¿no?
—¿El qué? Ellos no van a comer... Taehyung y yo, después de acabar las cosas aquí, iremos al restaurante de su madre a comer. Bora dijo que no vendría.
Me sentía, extraño. Debía dejar esos pensamientos tontos, no pensar nada malo, ¿verdad? Digo, algo importante tendrá que hacer, no es obligación tampoco que me lo mencione, pero...
Ahora viviré con las sombra de sus secretos.
Hola, buenas días/noches.
Vengo a deciros, que feliz año nuevo. Espero que 2022, a pesar de las pesadumbres, el 2023 tenga un poco de bendiciones.
Recordar que aquí, siempre hay alguien que os va a entender y escuchar. Tener una linda noche mañana 31.
Tomen agua, abriguense y manténganse saludables.
Os quiero <3
—Herbst
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro