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022.

Im Bora

Abrí los ojos, encontrándome por segunda vez en la casa de Jungkook. Mi cuerpo estaba casi entumecido, eso era por qué tenía a Jungkook a mi lado, abrazando mi cuerpo con su mano derecha, ya que la otra me servía como almohada. Todo estaba en silencio, solo se podía sentir su respiración contra mi nuca, tan quisquilloso.

Anoche, después de que dijo que podíamos dormir desnudos, era una propuesta muy deseosa, pero apenas hoy se me había acabado la menstruación, así que decidí dormir sin nada en la parte de arriba, y me quedé con mi braga junto con un pantalón corto que me dio él, el mismo de la vez pasada.

Su pecho estaba contra mi espalda, una manta nos cubría, pero dejaba, al descubierto nuestros pies.
Moví mi cabeza para querer verlo. A penas miré un poco su rostro, estaba muy dormido, me gustaba verlo así.

En verdad, no creí que ayer nos volveríamos a ver o que tan siquiera acabaría entre sus brazos.

No sé cómo sentirme al respecto, era agotado rechazar sus caricias por querer la aprobación de Taehyun, bueno, teniendo en cuenta que ni siquiera está dispuesto a disculparse con el bobo.

A causa de esta situación, me recordaba cuando Taehyun descubrió que salía con un chico que el conocía. Me repetía varias veces que lo dejara, que era un patán, mientras que yo no prestaba atención y cambié demasiado.

En esa época, la salud de mi padre empeoró y busqué a ese chico más que a mi propio amigo. No quería volver a repetir aquello, acabé mal, por eso buscaba alguna aprobación de Taehyun, era mi hermano más que nadie. El problema en este momento, es que siempre he sido libre para tomar mis decisiones, y en verdad me gusta estar con Jungkook, no sé si me enamoré, pero quiero ver hasta donde llegamos.

¿Qué únicamente somos sexo? ¿Qué somos distintos? Digo muchas cosas para mentir, hasta el punto de que no llegan a tener sentido, ¿la edad? No me importaba nada en realidad. Tampoco era como si nos llevásemos mucha edad y no quería separarme de él. Quería experimentar y explorar los sentimientos que me producía, ver su rostro, tocar su piel, cuándo me besa, cuándo me toma entre sus brazos para pegarme a su cuerpo y las caricias que no quiero que acaben.

—No te muevas mucho.

Su voz había salido demasiado grave que erizó mi cuerpo por completo, asustándome. Era cierto, me moví un poco, mi trasero había rozado contra él y su miembro, tampoco era como que quisiera provocarlo. Volví a ver al frente, hasta donde estaba la ventana. Seguía utilizando su brazo como almohada. Miré su mano y entonces, la alcancé con la mía y crucé nuestros dedos, más cálido gracias a que aceptó el agarre.

—Buenos días, bonita.

Fruncí mis labios evitando sonreír como idiota. Vaya maldito cosquilleo. Su mano derecha, la que estaba tomando mi cuerpo, empezó a acariciar mi piel desnuda.

—Es incómodo no poderme mover bien.

Su risa...

Mordí mi labio, cerré mis ojos e imaginé la expresión de su rostro. Estaba volviéndome loca, era eso. Para hacerme perder mi paciencia, sus labios se posaron sobre mi hombro, para dar pequeños besos, bajando hasta llegar a mi cuello. Este se detuvo ahí, haciendo un desastre entero. Su mano, que me acariciaba, subió para tocar mis senos -aprovechando que estaba desnuda-, los masajeaba de lo mejor, tocó los pezones de paso, nada más quería utilizar mis senos como si fuesen una bola desestresante.

—Quiero besarte, pero prefiero mejor ir a lavarme la boca.

—Pues no me beses y sigue destruyendo mi cuello con tus labios.

Lo miré. Su mano almohada se fue, se apoyó en esta misma para querer verme. Soltó mis senos y tocó mi barbilla, si me miraba de esa manera, se me olvidaría todo y tendría sexo justo ahora. Quería besarlo, no me importaba nada.

Cuándo iba a girarme, algo me detuvo. El bullicio de afuera, alguien me llamaba.

—¡Bora! ¡¿Dónde estás?!

Si reconozco su voz, se trataba de Minhee.

Me levanté de golpe, tirando la manta a un lado. Jungkook nada más se encargaba de verme.

—Deberías cubrirte los senos... mi boca sería la mejor opción.

Mi cuerpo se calentó en ese segundo.

—No es el momento para esto. Jungkook, levántate, es Minhee, dijimos que mantendríamos en secreto esto.

Cayó en razón y se levantó. En su sofá estaba una camisa y se la puso, por mi parte buscaba mi sostén.

—Bora, toma.

Cuándo me giré, el sostén junto a una camisa cayó justo en mi costado. Me lo puse y fui hasta la puerta. Escuchaba sus pasos cerca, seguro no se acuerda mucho de donde estaba, por ello me buscaba. No pienso que abra las puerta, pero despertará a todos y no nos verá.

—Esta es mi habitación, así que saldré yo. Me hará algunas preguntas, bajaremos y entonces sales tú.

Asentí y así hicimos.

Me quedé al lado de la puerta, pegando mi oreja para escuchar algo.

—¿Minhee?

—¿Jungkook?

—Buenos días. Por lo visto vinimos a tu casa ayer, estábamos realmente borrachas. Perdona nuestra impertinencia. ¿Sabes donde está mi prima?

Su diálogo era informal, eso era por qué Minhee tenía la misma edad que Jungkook.

—Estará durmiendo aún. Deberíamos bajar, seguro ya despertarán todos.

Así como planeamos. Dejé de escucharlos.

Me alejé de ahí buscando mi bolso, me fijé que estaba en la mesa junto a mi ropa de ayer doblada, lo tomé todo y fui hasta el baño. Me duché superrápido, no ducharme andando con la regla, era un asco y peor cuándo se acababa el ciclo. Me puse la misma ropa de anoche, pero usando unas pantuflas, las mismas que use la vez pasada.

Dejé lo que Jungkook me había dado y lo puse en la ropa sucia.

Salí de la habitación. Cerré la puerta, girando sobre mis talones, para encontrarme con Myung-hee enfrente de mí. Me llevé el susto del año.

Tenía sus brazos cruzados, una ceja levantada que me daba hasta miedo.

—Este gran Penthouse tiene cuatro habitaciones con su propio baño. En uno iba a dormir Min junto a Yuna, en el otro de Namjoon, otra tú y yo. ¿Qué haces saliendo de la habitación de Jungkook?

—No tiene nada que ver lo que estás pensando.

—Lo sé todo jovencita. Hubiera querido no escuchar nada. Sabes que soy propensa a recordar de lo que miré y escuché estando borracha.

Que yo sepa no habíamos hecho nada. Anoche estaba realmente ebria, demasiado. Era cierto, cuándo pasaba esto, recordaba más que Min al despertarse con resaca. No creo que haya bajado anoche y nos haya visto besándonos en la cocina. Tampoco considero que salir de la habitación de alguien sea señal de algo.

—Los dramas están haciendo que tengas ideas incoherentes. Anoche dejé mi bolso aquí por accidente, no sabía que esta habitación era de Jung-

—Escuché gemidos, Bora.

Dijo casi susurrando. No había tenido sexo con él. ¿Gemidos? Solo pudo ser, no, ¿Namjoon y Yuna? No, recuerdo que dejé a Yuna en una diferente habitación. No puede ser.

—No era yo. Myung ¿en qué habitación estabas tú?

Al señalar, estaba al lado derecho de la segunda planta, eso quiere decir que ahí estaban la habitación donde dormiría Namjoon y Yuna, ¿será que por accidente la metí en la habitación de él? Habían tenido momentos extraños cuando los miraba juntos, bailaron anoche, estuvieron todo el tiempo platicando. ¿Tenían algo?

—¿Qué pasa?

Tomé su mano para alejarnos de ahí. Quería ir a las escaleras justo ahora. Me acerqué a ella para susurrar todo lo que había pasado y mi error. Entonces recordó, ella estaba en la habitación donde se debía quedar Yuna, por ello escucho los gemidos de Namjoon y Yuna de anoche. No podía ser. Esto era increíble. Por lo menos le saqué la idea de que yo estaba con Jungkook.

Prometimos no decir nada nunca, hasta la muerte. Si a alguna le pasara, enterarnos sería nuestra mayor vergüenza. Conociendo a Yuna, nos mataría por decirnos y nos evitaría de por vida.

Bajamos las escaleras. Seguro que esos dos estarán en la cocina, y así fue. Nos quedamos en la puerta, mirando como ellos reían campantes, como si fuese la mejor mañana de su vida. Carraspeé mi garganta al entrar y su atención fue hacia nosotras.

—Bora, Myung, hasta que por fin se despiertan. Debemos irnos, tengo muchos mensajes de la tia Yeonmi, debemos ir a ayudarla.

—Deberían comer algo. Min tomó un café, ¿alguien más quiere? Es por la resaca. Tengo algo de sopa.

Myung se fue a sentar al lado de Jungkook, esperando a que este le preparara un café. Lucia campante de la vida, como si estuviese en su propia casa, y Jungkook fuese su sirviente.

Yo me dirigí hasta Min.

No tardó mucho, cuándo dejó una taza de café caliente enfrente de Myung y un vaso de jugo de melocotón enfrente de mí. No se lo había pedido, pero de igual me lo dio.

—¿Es de melocotón? Qué coincidencia, a Bora le encanta el jugo de melocotón. —La idea de que tenía algo con Jungkook, no se le iría nunca de la cabeza.

—¿Así?

Dijo Jungkook con una sonrisa. Disfruté mucho aquel jugo. Me permití quedar callada, escuchando como los mayores conversaban de cosas que no me concernían. Me sentía excluida. Que si el trabajo era difícil, las cuentas que les tocaban pagar, la gasolina subía cada vez más, llevar una vida temeraria, que si la universidad y ahí entraba Minhee.

Necesitaba irme de ese lugar, no quería estar de mal humor o sentirme inferior.

—Los padres, siempre son así. Mi madre, por su parte, es la primera coreana que conozco que no le agrada el kimchi. ¿Puedes creerlo?

Risas y más risas.

—No puedo creerte. Yo estoy a nada de acabar el jarrón de kimchi que mi madre me trajo de hace dos meses.

Acabé mi jugo, dejé el vaso y me levanté. Me iría con o sin la chica interesante.

Tomé mi bolso y los miré.

—Me adelantaré, mi madre estará muy ocupada. Gracias.

Hice una reverencia y salí de la cocina. Caminé hacia la salida de aquel sitio, saqué mi teléfono de mi bolso y tenía un par de mensajes.

Bobo Taehyunie
Me enteré de que fuiste de
fiesta. Espero lo estés pasando
genial.
22:50

Tú, creí que estarías en casa
¿No viniste a dormir?
8:13 a.m.

Iba a contestar, pero en eso apareció Jungkook, con mis primas detrás de él.

—Las llevaré.

Dijo.

—No, está bien. Llévalas a ellas si quieres, me iré caminando.

En eso, miré mi teléfono, me había caído un mensaje.

Bobo Taehyunie
¿Dónde están?
¿Paso a recogerte?
9:30 a.m.

Sí.
Justo ahora

—Bora, llegaremos más rápido si nos lleva Jungkook. Vamos, no seas cabeza dura.

—Taehyun vendrá por mí.

Dije. Parecía como si le hubiese dado nuevamente un puñetazo en la cara. Tragó saliva, mirándome, buscando respuestas de algo que no entendía. Bueno, molesto por lo que había dicho.

Le mandé la dirección a Taehyun en un minuto y salí del lugar.

Era normal que en un domingo las personas me miraran extraño, ya que las pintas que llevaba era de una noche de fiesta. Me dolía un tanto la cabeza, no bebí mucho, puesto que quería recordarme de todo y no es que me gustara mucho el alcohol.

No existe un pasado triste ni algo trágico, tampoco una historia que me haga reflexionar sobre que haré con mi presente para que mi futuro sea bueno, solo, la experiencia de otras personas hacen que tenga un visión más compleja de lo que pasará.

Esto ya había ocurrido antes, Minhee era alguien coqueta, apasionada hasta en la forma de hablar que llamaba tu atención de inmediato, era interesante para todos, la favorita de familia, la oveja blanca. Su voz cálida que podrías escuchar por mucho tiempo, así era ella.

Jungkook y yo no teníamos nada serio, pero según lo que hablamos, podríamos decir que existía algo. El punto era, ¿podría sentirme "celosa" o "incómoda" si está con otra chica? Me refiero, si pareciera que coquetearan. No me importa con quién hable, él dijo que solo quiere estar conmigo... esas solo son palabras.

Dios, no sé lo que estaba pensando. Eran solo disparates absurdos y sin sentido. Pero las cosas que podría hacer él con sus amigos, nadie me las saca de la cabeza.

Puse dos dedos en el tabique de mi nariz, qué cansancio. Caminando sin rumbo, hasta que escuché mi nombre luego de una bocina. Giré a mi costado para encontrarme con Taehyun. Me acerqué al coche, cuándo escuché que el seguro desapareció, abrí la puerta y me adentré. Le di un beso en la mejilla a Taehyun en cuanto me acomodé en el asiento delantero y abroché mi cinturón.

—Buenos días. ¿Estabas en casa?

Miré que asintió. Su mirada estaba en mí, analizándome. No quise que me hiciera preguntas. Traté de hacer cosas, evadiéndolo. Prendí la radio para escuchar algo. El motor del coche se prendió nuevamente y arrancó hacia casa.

—¿Cómo te fue?

—Supongo que bien.

—¿Dónde están las demás?

No tenía opciones, debía decirle donde me quedé, pero debía, aunque sea mentir, es decir, de igual podía enterarse por parte de las chicas.

—Te lo diré, pero escúchame —No me miró, su mirada permaneció enfrente todo el tiempo— En la fiesta, nos encontramos a Jungkook y a su amigo, uno llamado Namjoon. Myung y Min se emborracharon demasiado e insistieron en que nos quedáramos en el penthouse de Jungkook. No quise ir, pero la situación nos obligaba, sabes como se pondría mamá.

Suspiré.

>>>—Dormimos ahí. Ahora en la mañana, quería traernos, pero sabes que no me cae bien, así que decidí esperar a que vinieras por mí. —Me sentía algo aliviada. Me fijé en su reacción, pero estaba tenso, sin decir nada, sin ningún gesto. —Esta es la tercera vez creo que salgo de fiesta y la primera sin ti. La próxima, vayamos juntos ¿si?

—Trataré de no beber ese día y que tu sí, así pueda traerlas a casa.

Ahí fue cuándo al fin me miró y sonrió. Las cosas se iban a complicar y ya lo sentía.

El coche se detuvo en el momento en que llegamos. Aparcó enfrente de la casa. Me bajé y él al mismo tiempo. Nos fijamos como mi madre y la suya salían de la casa, venían con una sonrisa de oreja a oreja.

Ordené mi cabello, lo que me faltaba, que la señora Kang creyera que era una mala influencia para el bobo de su hijo.

—Míralos.

Notaron nuestras presencia. El bobo fue hasta mi madre y por obligación debía ir hacia la suya. Hice una reverencia y luego fui hasta la señora Kang, me acerqué para darle un corto abrazo. Mi rostro se acomodó en su hombro, dejándome oler su fragancia mañanera de recién bañada. Su fragancia de lavanda era sensacional, no solo eso, pero recordaba un tanto a Jungkook.

Apretujó mi cuerpo y dio un beso en mi mejilla.

—Déjame ver ese rostro hermoso. —Sus dedos traviesos recorrieron por mi rostro, acariciándolo y peinando a la vez mi cabello— Has de estar cansada. Tienes que tomar una ducha, hueles un poco a alcohol.

La última frase la dijo susurrando, para que mi madre no escuchara. Sonreí traviesa. Sería extraño que algún día dijera que era una mala influencia para su hijo. Conocernos hace 10 años lo demuestra. Siempre me trataba como una hija, decía que siempre quiso tener un niño y una niña, pero estaba conforme con su Taehyun.

Creía que mi madre estaría en el restaurante, es más que seguro que se tomó esta tarde libre, así pasarlo con su amiga.

—¿Dónde están las chicas?

—¿No son las que viene bajando de ese coche?

Giré mi cuerpo para fijarme bien a donde señalaba la señora Kang. Lo que faltaba, que mis mentiras no sirvieran para nada. Jungkook las había traído, seguro que pensaban que mi madre no estaría aquí.

Nunca había estado en un gran enredo tan confuso. Mis dedos fueron a tocar al lado de mis ojos, moviéndolos en círculos, tratando de pensar en que mentira diríamos. Sus pasos se detuvieron en cuanto nos miraron. Jungkook estaba atrás de ellas, con la cara pálida, ¿acaso miró un fantasma?

—Buenos días, tía Yeonmi.

Mi madre no decía nada, solo se encargaba de mirarlo a él, como al parecer todos lo hacían, lo peor es que Minhee no ayudaba mucho, no con esas miradas.

—¿Dónde estaban?

Tomé el brazo de Taehyun para que me mirara, que apartara sus ojos de esa persona que le quitaría su mínima paciencia.

A mi madre no le caía mal Jungkook, pero tampoco es como que dejaría que sus 'niñas' se quedaran a dormir en su casa, teniendo en cuenta que inventé el cuento de que nos quedamos en un hotel. No estaba de ánimos para una charla de moral y sobre las consecuencias que tiene mentir.

—Buenos días. Perdón que sus-

—Ya te dije mamá, nos quedamos en un hotel cerca del-

—¿Te pregunté a ti? Bora, cállate. La mayor aquí es Minhee. Aparte, ¿dónde está Yuna?

Un caos de interrupciones de oraciones. No me iba a meter, si así lo quería. No era mi problema. Volví a girar mi cuerpo, pero para entrar a la casa. No teníamos 10 años, ni siquiera cuándo Myung cumplió 18 años se armó gran escándalo.

—Yuna viene en camino. Como dijo Bora, nos quedamos a dormir en un hotel, mismo que estaba cerca de donde vive Jungkook. Fue muy amable de traernos hasta la casa tía. No te pongas así, sabes que soy muy responsable —Puse mis ojos en blancos— Jeon es un gran chico, te aseguro que no estaríamos con nadie mejor que él.

¿Jeon? La miré por el rabillo del ojo y sonreí socarrona. Me adentré a la casa, más molesta que nunca. Entraría a ducharme y a meterme en la cama, dormir hasta que me olvidara por qué estaba enojada. 





Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3

—Herbst

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