021.
Jeon Jungkook
Estaba por mi tercera margarita en la noche. Mi cuerpo se sentía bien, lleno de energías, con ganas de bailar, pero solo con una persona, con la única de la cual no podía apartar la mirada.
Únicamente se había detenido dos veces para descansar. Su chaqueta había desaparecido, seguro lo que estaba tomando subía su calor corporal.
La música cambió a algo más suave, ese estilo moderno de r&b. Si no mal recuerdo, tenía varias canciones en mi playlist, de ese estilo gracias a un amigo, pero a mí me gustaba el moderno.
"24 hrs'' de Savannah resonaba, dándole un ambiente más personal al lugar. Todo el mundo se acercaba a alguien y pegaban sus cuerpos para bailar íntimos. Ella, simplemente empezó a reír con su prima, iban a salir de la pista.
Levanté mi cuerpo, tiré todo a la mierda. Cada vez estaba más cerca.
Me coloqué detrás de ella, no me notó, pero sí su prima. Esta misma le hizo una señal a Bora, sobre que había alguien con ellas. Se iba a dar la vuelta, pero coloqué mis manos en su cintura.
—Quédate así, por favor.
Sus manos estaban ya encima de las mías, para quitarlas.
—Bora, iré a la barra.
Su prima sonrió ladina y se fue de ahí, dejándonos solos. Bajé mi cabeza para llegar a su oreja y susurrar algo.
—Baila conmigo —Acerqué más mi cuerpo. Su espalda chocó contra mi pecho, mis manos abrazaron mejor su cintura y su trasero se pegó tan bien a mi pelvis— Me gusta esta canción.
No le interesaba nada de lo que dijera. Lo único bueno, es que su cuerpo se movía lento, eso era tan satisfactorio. Su rostro estaba hacia el lado derecho, pegado a su hombro, así que decidí acercarme ahí y mirarla.
Esos ojitos negros chocaron con mi mirada. Su nariz respingada me hacía perder la razón, todo su rostro. Acaricié con una mano su mejilla, su tez era preciosa, me encantaba.
>>>—También me gustas tu —Esta bufó queriendo separarse de mí, pero tomé su mano a la fuerza, atrayendola a mi, quedando frente a frente— ¿Por qué?
—¿Por qué?
—¡Bora!
—¡Jungkook!
No me iba a disculpar con Taehyun, lo repetiré, tenía mis razones para lo que había hecho. Solo, hacía esto, por qué era cierto lo que dijo Namjoon, esta chica me traía loco, no podía sacarla de mi cabeza en ningún momento, las 24 horas de mi vida, se dedicaban a pensar en su cuerpo, en su sonrisa, en querer conocerla más. No iba a permitir que por una tontería se alejara de mí, la necesitaba.
Lo sentía por lo que haría, habían dos opciones, que lo aceptara o que nada más me alejara y se fuera. Si hacía lo segundo, me tomaría en serio dejarla en paz. Me dirigí hacia ella nuevamente, pegué su cuerpo contra el mío, tomé su cuello y besé sus labios. Los moví con la necesidad de sentirlos. No iba a separarme de ella ni un minuto. Me metió en esta situación y no quería salir.
Sus manos se acomodaron en mis hombros. Era la caricia más importante para que lograse sentirme bien, la belleza adornada y el carisma más anhelado de cualquiera, era perfecta.
Tan congelados en el tiempo, atrapados para querer conseguir algo a cambio, algo que ningún es capaz de mencionar y solo evadimos.
Tengo todo para perderlo, pero no para darme por vencido.
—Me gustas, en serio.
Susurré entre dientes. Toda la gente de nuestro al rededor se encargaba de saltar y bailar, pero sentí como si solo fuese nuestro momento más íntimo. No sé qué me pasaba, estaba volviéndome loco definitivamente.
—Esta es la tercera vez que dices eso.
'La tercera es la vencida' Espero que tenga algún tipo de respuesta. Tomé su rostro entre mis manos nuevamente y la besé. La echaba de menos, no pude detener los viajes en mi mente en como sería poder verla todos los días, al despertar, al dormir, abrazar su cuerpo, acariciar su piel y decirle todo lo que me gusta de ella, despertarme en la madrugada y preguntarle si yo le gusto, joder, hace que me vuelva diferente, me hace sentir diferente, me hacer querer más.
—Hablemos.
Dije cuándo separamos nuestros labios. La llevaría a la parte de arriba. Tomé su mano e hice que caminara enfrente de mí, para no dejarla atrás y que la apretujaran. Cuándo estábamos a punto de subir las escaleras, a un lado, estaba la barra donde se encontraba su prima.
—Myung, mi chaqueta.
No podía entender sus miradas, pero parecía que se comunicaban por medio de estas.
Subimos las escaleras, yo detrás de ella esperando que no se le mirara nada, así que la tapé con su chaqueta.
Al llegar arriba, pude notar diferentes parejas besándose, bailando y no sé que más hacían.
Por lo visto, habían pequeñas salas donde pasar el rato con tus amigos. No sabía donde detenerme a hablar, no quería que nadie nos interrumpiera.
—Vamos, conozco un lugar en silencio.
Tomó mi mano y me guio. Juro, que ya estaba envuelto en Bora, no podía dejar de mirarla ni un segundo.
Nos adentramos a un pasillo y subimos unas cortas escaleras. ¿El tejado?
Abrió la puerta metálica y nada más toqué el suelo de afuera, pude sentir el aire fresco.
Mi mano fue soltada. Ella se acercó a la barra, mirando la ciudad desde la orilla de la terraza. El viento soplaba, dejando que su cabello se despeinara un tanto.
Su espalda tenía ese gran escote que me hacía perder la razón y me asustaba a la vez, podría resfriarse.
—¿Te quedarás ahí? —Sonreí, ya era un lunático. Me coloqué a su lado. No podía dejar de verla. Sus manos estaban en la barandilla, mientras que su mirada permanecía en los edificios de enfrente —¿Qué querías decirme?
—No puedo estar sin ti —Confesé. Era la verdad, únicamente la verdad. Quería tenerla siempre— ¿Podríamos seguir viéndonos?
—Es lo que hemos estado haciendo, teniendo sexo, cuándo nuestros cuerpos desean.
—No hablo de solo sexo, nunca fue solo sexo.
Giró su cuerpo para quedarme viendo. Parecía molesta, pero tan bonita.
—Jungkook, no pertenezco a tu mundo. No hablo del típico maldito cliché, me refiero a que tú eres un tipo que quiere estar con muchas chicas, que lo disfruta, no podrías estar solo conmigo, te aburrirás. Lo vi.
—Tú también eres igual —Correspondí—¿Cuál es tu verdadera objeción? Dime la verdad.
—Como dijiste, yo también soy igual. Aparte, me gusta ser libre, sin ataduras. Tú quieres solo sexo, ¿yo que obtengo a cambio?
—No tiene sentido, tú también lo disfrutas.
Suspiré cansando. No entendía de qué hablamos. Yo rogaba por algo de sentimiento y empatía, ella estaba a la defensiva, sentía como si no sintiera lo mismo, pero ¿acaso en algún momento parecía sentir algo? Era obvio que en un principio nos odiamos un poco, hicimos bromas, pero la tensión que se sentía nadie la podía quitar.
—Di la verdad, sientes algo por mí. —Me acerqué a ella— si no fuese así, ¿por qué aceptas mis besos? —Toqué su cintura, atrayéndola a mí— La atracción que teníamos, esas miradas, nuestra química, los besos, las caricias, el sexo. Si no sintiésemos nada, ¿cómo llegamos a tener sexo?
Toqué levemente su barbilla para levantar su cabeza. Acerqué mis labios a los suyos, rozándolos. Podía sentirla agitada entre mis brazos, su piel erizada y fría, tanto como lo era conmigo.
>>>—Si no te gusto, no me beses —Susurré, dejando que mis palabras cayeran sobre sus labios— Dímelo, dime que me detenga y te juro que lo haré. No puedo sacarte de mi cabeza, no puedo dejar de imaginar tu cuerpo encima del mío.
—Solo somos sexo.
—Uno muy bueno.
Sus ojos se cerraron. Nuestros labios se juntaron. Moví mis labios delicadamente, lento y suave. Sus manos tocaron mi camisa con fuerza. Apreté su cintura, sintiéndola más.
Que si éramos solo sexo, también algo distinto. Podía pasar toda mi vida teniendo sexo solo con ella, la quería para mí, solo para mí. Chupé su labio inferior cuándo estaba por separarme.
—Dímelo.
Acaricié su rostro, aún con los ojos cerrados.
—Esperemos.
—¿A qué?
—Si Taehyun se entera, se va a enojar mucho.
La solté. Yo sí que estaba molesto. Me separé de ella para respirar mejor. Sus palabras volvían a mí como ese puñetazo que me dio, uno tras otro. Dios mío, no era capaz de comprender esta situación.
—¿Por qué?
—Es mi mejor amigo, es como mi hermano. A él no le agradas, aparte, ¡lo golpeaste Jungkook!, dime, ¿a caso no debería esperar?
Alzó su voz un poco alterada. Despeiné mi cabello desesperado. No podía acabar de entenderlo, ¿no podíamos estar juntos? No había nada que nos pudiera detener. ¿Su madre? Podría aceptarme al tiempo a pesar de que soy mayor que su hija, ¿su amigo? A nadie le interesa. Solo quería que fuéramos ella y yo.
—¿Quieres estar conmigo? —La miré— Mantengámoslo en secreto lo que sea que tengamos. Nos conocemos más en ese tiempo y cuándo sea el momento, podríamos decirlo a todo el mundo que quieras.
Su semblante era serio, hablaba en serio. Con una mano se detuvo en la barandilla, tratando de sostener todo lo que quería decir y me miró, solo eso, se dedicó a observarme por unos leves segundos. Debía aceptar. Volví a ella para besarla.
Sus manos quedaron tocando mi pecho, mientras yo abrazaba su cuerpo.
—Espera Jungkook —Seguí besándola— Debemos ser discretos. No quiero que llegue a oídos, ni de mi mamá, ni de Taehyun, ni siquiera de tu padre.
Asentí y volví a besarla. Nunca es suficiente, nunca lo sentí, pero ahora sintiéndome extrañamente así, era como si todo me perteneciera y el vacío fuese parte de mi imaginación engañosa.
Era media noche y sentía como si apenas la fiesta empezaba. Dejé de beber, solo para concentrarme en mi estrella, en la única que me hacía suspirar esta noche. Ella se dedicaba a beber piñas coladas, pero creo que le estaba subiendo por lo caliente que decía estar y el rojo de sus mejillas.
Me encargué de Bora, sus primas estaban bailando con tipos y al parecer Namjoon tenía ojos en Yuna, porque él fue detrás de ella cuando me quedé solo, desde entonces no lo he visto.
Estuve a punto de pelearme con un tipo, ya que se acercó mucho a Bora y tiró su bebida en los pies de esta. Estaba asqueada, se quejaba por qué tenía los pies pegajosos y ya quería irse. La mantuve distraída unos minutos, hablando de tonterías y recomendando las mejores películas de superhéroes.
—Borita, debemos —hipo— Ay...
Sus primas se acercaban a nosotros, estaban completamente borrachas.
—¿Qué sucede?
Bora las miró.
—Myung, estaboreqnanf
No se les entendía nada. Las dos estaban igual, pero no solas. Bajé del taburete y me acerqué a detener a Minhee de que no se cayera.
—Nosotros las llevaremos a sus casas.
Uno de los tipos que estaban con ellas, habló. Ni siquiera sabían donde ellas vivían. Me desesperaba los atrevidos que lucían, más por ese agarre de los cuerpos de ellas
—No, las llevaré yo.
Afirmé. Toqué el brazo de uno, para que soltara a Min-hee, los alejé, pero no parecían ceder. Dos contra uno no era la mejor opción, pero tampoco tenían el aspecto de saber pelear. Bora se acercó, tomando a Minhee y alejándola, pero como ayuda, llegó Namjoon junto a Yuna.
—¿Qué pasa? —preguntó.
—Nada. Estos hombres ya se iban.
Yuna y Bora estaban bien, no como las otras dos, así que nos tocaba a nosotros cargar a las chicas. Todos querían irse, así que las llevaríamos.
Yo tomé a Myung-hee en mi espalda y Namjoon a Min-hee.
Empezamos a salir, y escuché a Namjoon mencionar de que se quedaran en casa, no me parecía mala idea. Bora y Yuna abrieron la puerta de los coches, yo llevaría a Myung.
Tenía un par de habitaciones vacía para que se quedaran en mi penthouse. Bora no quería, pero las hermanas insistieron, ya que al parecer la señora Yeongmi se enojaría si las veía llegar así. No sé qué mentiras dirían, pero espero funcione.
—Myung, ¡Cállate!
Miré por el retrovisor, Myung hee iba cantando, tirada en el asiento trasero. Sus zapatos de tacón habían desaparecido.
—Bora.
—¿Mmju?
Al ver hacia atrás, me recordé de que estuvimos a punto de hacerlo en mi coche, hubiese sido una locura total.
—¿Crees que hubiese sido cómodo hacerlo en el coche?
Cuándo la miré de reojo, su rostro se había vuelto un completo tómate. Era extraño provocar eso en ella.
—Siendo sincera, no hubiera tenido tanta movilidad.
Soltamos una pequeña carcajada. No podía negarlo que, a pesar de no hacerlo, tuvimos nuestro momento. Fuimos solo nosotros dos, para mí siempre sería especial.
Llegamos al edificio. Fue complicado bajar a Myung-hee del coche y de paso subir las escaleras con ella. Bora le ayudó a Namjoon, quién subió a Min hee, indicándole donde podía dejarla, y luego a Yuna, según como le mencioné en el camino.
Dejé en la cama a Myung-hee y luego cerré la ventana. Me fijé como giró por toda la cama quedando a una orilla, se encogió y no pude evitar recordarme de Bora. Ese día, después de que guardé todo en la sala y regresé para verla, estaba en la misma posición, mientras que yo, me quedé sentado en el sillón que había al costado a mirarla, tan a gusto después de la noche que pasamos.
Sonreí y volví a Myung. Tiré sus zapatos cerca de la cama y la abrigué con la manta que había a un lado. Salí de la habitación. Quería tomar un poco de agua, así que bajé a la cocina.
Me fijé que Namjoon estaba ahí, ya tomando algo.
—¿No irás a bañarte?
Negué.
—Vine a tomar algo de agua antes. Tengo hambre, pero estoy a dieta.
—Deberías dejar eso y comer algo.
Tenía razón. La desgracia de padre que tengo, hizo un trato estúpido. El combate de la semana pasada, fue como uno sencillo, apenas tuve un entrenamiento de 1 mes, todo para que notaran en el nivel en que estaba, para realizar el evento profesional que tendría la semana que viene. Era una locura, apenas he tenido dos semanas para entrenar. El oponente que escogieron, ese era un hombre con 10 kilos más que yo, así que acordamos que mantendría mi peso y el bajaría aquellos dos.
Me dirigí a la nevera para sacar algo.
—Veo que te reconciliaste con ella.
Dijo llevando el vaso a su boca. Saqué un bote de lecho con banano, también un vaso de la estantería.
—Sí.
—Entonces, ¿por qué no me pediste ese consejo aquel día?
Dejé que la leche caerá dentro del vaso, al estar lleno, cerré el bote y lo volví a guardar.
—No quería incomodarte, fue una pregunta... —Levantó un ceja, ya que me detuve— Era algo sobre condones.
—¿Acaso crees que yo no he tenido sexo?
Soltó molesto.
—Bueno, estabas ocupado, así que preferí preguntarle a otra persona —Bufó. No me reiría, por qué si no acabaría golpeado por él. Me senté en el taburete, enfrente de él. Vi como acabó con su vaso con agua— ¿Hablaste con Bora ese día?
—Solo le dije que me enviaste un mensaje para que curara su herida, algo de que no irías a pegarle de nuevo a Taehyun y ya está—Hice sonar mis dientes, por lo menos no sabe por qué discutí con él— Es una buena chica, ya entiendo por qué te gusta.
—¿Lo crees? —Hacer esta pregunta me hacía sentir avergonzado. A pesar de todo, habían dos hombres que me criaron, que me hacían sentir seguro, y uno de esos era Namjoon. Saber que él piensa eso de la chica que mueve mi cielo, es, importante. Al verlo asentir, no puede evitar sonreír como un demente, sí lo estaba. — Dejando eso de lado, ¿a ti te interesa ella? Es como ver a Yuju nuevamente.
Mencioné y el brillo de sus ojos desapareció. Demente e imprudente. Bueno, no tenía nada de malo mencionarla, pero decir ese nombre podría causar incomodidad.
—Eso fue el pasado, no lo digas enfrente de ella, por favor. Vamos a dormir.
Dejó el vaso en el fregadero, mientras que él se alejaba de la cocina. Arruiné el momento que tenía, bueno, mañana ya se le pasará. Estaba por apagar la luz de la cocina, cuándo la miré entrar.
Se acercó a mí con la chaqueta en su brazo, su maquillaje lucía algo regado, pero estaba preciosa. Su cuerpo quedó entre el mío y el desayunador, así que bajé mis manos para tocar sus muslos, los levanté, y la senté encima, mientras que sus piernas se enredaban en mi cintura.
—Dime, bonita.
—Pues, lleve a Yuna a su habitación —Asentí. Acaricié su rostro y dejé un beso en su mejilla.— ¿Dónde dormiré yo?
—Conmigo.
Dije afirmando mi misma declaración. Vi su sonrisa, junto a ese gran hoyuelo en su mejilla, así que tuve que darle un beso ahí, debía apreciarlo más. Sus manos trataron de parar mi ataque de besos por sus mejillas, pero más sonreía, más moría de ternura.
—Espera —Musitó apenas, hasta que me detuve y la miré, sosteniendo su cuerpo— No tengo pijama, ¿tienes más ropa que me dejes?
Me quedé pensando unos segundos. Si no mal recordaba, estaba la ropa que usó aquella noche. Si quería bañarse, podría prestarle el otro bóxer nuevo que no me quedaba, porque ella se había quedado con el otro.
—Hoy hace algo de calor, así que puedes dormir desnuda.
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3
—Herbst
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