020.
Jeon Jungkook
Tener la increíble oportunidad de poder sudar de esta manera, me hacía sentir privilegiado, algo más vivo, mientras que el clima de esta mañana parecía perfecto para salir a correr un rato por las calles de la ciudad, pero tampoco estaba mal quedarme en casa.
La música que sonaba en el salón, hacía que el momento fuese más divertido, que me dieran más ganas de seguir corriendo por más minutos en la cinta. 'POV" de Ariana Grande, me sacaba una gran sonrisa al escuchar la letra... tener el punto de vista de ellos sobre mí, sería algo quisquilloso, mejor dicho, como me miraría desde los ojos de ella. Una experiencia portentosa de vivir, ¿no?
Toqué un par de botones para que la velocidad de la cinta disminuyera, hasta que no se moviera. Me bajé y quise acercarme hasta donde estaban los pequeños bancos. Tomé una toalla y traté de secar mi sudor.
El señor Jeon mencionó que podía tomarme unos días libres, con la condición de que fuera a su casa, así que aún estoy preparándome mentalmente para hacerlo.
Obtener las fuerzas para levantarme cada mañana pasaron los límites, quisiera pasar todo el día debajo de todas esas sábanas durante mucho tiempo, ver la televisión todo el día, comer sin acordarme de las calorías, maratón de películas, que mi cuerpo descanse...
No sabía del todo si hacerlo, eso de ir a Estados unidos el año que viene y ser parte de ese combate, ah, era exhausto de solo pensarlo. Mi profesión tiene demasiados riesgos, pasé de estar en torneos amateur de 2 minutos cada asalto a profesional en un corto tiempo. He peleado con novatos, de mi mismo nivel y alguno que otro mejores que yo, pero los que iban a ese país a pelear, pasaban mucho la línea de personas que eran expertos y me asustaba un poco.
Me cansaba más mentalmente de solo darle vueltas a tantas cosas. Tiré la toalla en su lugar y me fui directo al baño. Quité mi camisa y mis pantalones cortos, dejando todo en el camino.
Quería estar en la bañera, así que dejé que se llenara mientras me miraba en el espejo. Ya no tenía rastros de la herida que había hecho Bora. Hablando de ella, desde ese día del gimnasio no he sabido nada, no le he mandado ni un mensaje, sabría que no respondería, es normal que esté tan molesta.
El agua de la bañera estaba tibia y casi no habían tantas burbujas. Dejé que mi cuerpo cayera sobre ese cemento realmente blanco. Mi cabeza también se pegó a la orilla y cerré mis ojos, dejando que mi cuerpo se relajara por unos segundos. Las sales que me recomendó Namjoon hyung eran tan relajantes.
No quiero ir a casa de ese hombre, seguro tenía una nueva mujer para llamar 'esposa' y me hartaba aquel suceso. Habían pasado por esa casa varias, miles mujeres que no podría contarlas con los dedos de mis manos. Era un hombre que jamás entendería y tenía la desgracia de que siempre dijesen que nos parecíamos, a pesar de ser el hijo mediano. Ese maldito de Wonwoo, no tuvo que irse nuevamente, debe estar aquí para calmar a ese cuándo haga alguna travesura.
Abrí mis ojos para encontrarme con una Bora imaginaria que creaba mi cabeza, la podía observar completamente desnuda sentada en mi regazo, su largo cabello húmedo cayendo por su espalda, su fina nariz rozando mi mejilla mientras besa mi quijada, mis manos tratando de rozar sus brazos, acariciando esa piel suave con tanta delicadeza, como si fuese porcelana para mí.
Sacudí mi cabeza para olvidarme de aquello y concentrarme en el hecho de que Bora me traía loco, y saber que fue así desde el primer instante, era tan ilógico, por qué me encantaba hacerla enojar. Quería sentirla nuevamente, aún imaginaba sus labios por mi cuerpo, impregnado cada parte de sus roces sobre mí, de una manera que jamás lo olvidaría hasta que quisiese.
Joder.
Me levanté de la bañera. Debía darme prisa e ir a buscarla, me daba igual todo, aunque eso significara que me volviese a pegar.
El semáforo se puso en rojo, así que aproveché para mandarle un mensaje a Namjoon. Esta mañana, al despertar, no estaba y pensé que desayunaríamos juntos.
Había pasado mucho tiempo desde que no venía a visitarme; tenía una vida hecha en Australia, pero aún no me dice la verdad razón por la cual regresó. Por lo menos, tiene a JungEun que lo ayudará con lo de buscar un empleo si lo de la biblioteca no funciona.
Pude observar a lo lejos como me adentraba ya al barrio. Jamás podría imaginarme que esta fuese una gran comunidad, enfrente grandes locales que atendían los dueños para salir adelante y por detrás sus casas. En verdad, lo que mi padre le hizo aquella señora llamada Hye fue algo desagradable.
Yo jamás quise venir a Jeju, estaba feliz viviendo en mi penthouse de Seúl, tuve que pasarme a esta ciudad hace unos años, pero no pensé parar en este barrio y destruir los ahorros de toda una vida de una gran mujer como decían. Ese gimnasio ya estaba acabado desde hace unos días, seguían remodelando el interior, pero cada vez que lo miraba me recordaba a Bora enfadada, a esa señora con un aspecto agotado y desconsolador, mientras que mi padre alegre por su nueva inversión.
Antes de pasar por el restaurante de la madre de Bora, quería visitar al señor Chinmae. Debía entregarle un paquete que le enviaban, como vendría hasta aquí, lo haría personalmente.
Estacioné el coche y vigilé de dejarlo con seguro. Me adentré en aquel bar que por fuera parecía lo suficientemente decente, aunque lo era en verdad, pero no tan legal que digamos. El ruido que provenía de dentro me sacudió por completo.
Estaba casi lleno, personas bebiendo ya desde las 11 de la mañana, otros como si estuviesen en una discoteca, mientras tanto, en la barra un par de personas. Me acerqué a ellos con la intención de encontrarme con la hija de Chinmae, aunque me encontré con más de lo que esperaba.
Detrás de la barra, la hija de Chinmae, adelante, sentados en una butaca cada uno, Namjoon y Bora. ¿Qué hacían estos dos por aquí?
—¡Joven Jungkook!
Cuándo me llamó, aquel par se dieron la vuelta para verme. Hice una pequeña reverencia y me acerqué, dándole una palmada en la espalda a Namjoon.
—¿Qué haces por aquí?
—Debería yo preguntar lo mismo.
Miré de reojo a Bora, quién se dedicaba a tener su mirada en aquel vaso de zumo, de melocotón, su favorito.
Me senté al lado de Namjoon y de inmediato aquella joven, si no mal recordaba su nombre, era Yuna, me ofreció algo.
—¿Está tu padre?
—En unos minutos regresará —Dejó de prestarme interés y fue a mirar a Bora— ¿Al final salimos esta noche? Dime que estás segura, no quiero hacer el ridículo.
Namjoon y yo nos miramos, escuchando la conversación.
—Sí iré. Myung se puso muy pesada cuándo me negué, pero me recalcó que ya hice el examen.
—¿Podríamos ir?
Habló Namjoon, interrumpiendo. Yuna miraba atenta a mi amigo, parecía que se conocían de algo. Quería ver la reacción de Bora, simplemente se dedicaba a mirar a la chica. Podía sonar buena idea, a la vez no, pero nada me negaba que si quería salir con ellos.
Bora se levantó diciendo algo que casi no pude escuchar, al parecer estaba por irse.
—Bora no te dijo nada esta vez —Susurró Namjoon para mí. Tenía razón, últimamente me dedico solo a observarla, analizar lo que hará después, pero siempre acaba sorprendiéndome. Resoplé tratando de controlar mi cuerpo mientras tomaba lo último que quedaba en el vaso.— Le curé la mano, vaya que te dio fuerte. Ojalá haberlo visto.
—¿Hablaste con ella? —Pregunté interesado.
—¿Bora te lastimó?
Yuna me miró preocupada y yo solamente asentí, sin dar alguna explicación. Vaya locura explicar algo ahora.
—Mi amigo te pagará. Nos vemos esta noche.
Dije. Las cejas de Namjoon se elevaron y sus ojos podían salirse en cualquier momento.
Salí del sitio para alcanzar a Bora. Vaya que caminaba rápido. Apresuré mis pasos para quedarme detrás de ella. Se miraba linda, sus vestidos que siempre usaba le hacían ver tan bonita, dejaba a la vista sus piernas, su perfecta silueta deseosa, cuándo algunos dejaban ver su clavícula, no podía negar que deseaba verla con uno de esos esta noche, poner mis labios ahí y susurrarle todo lo que la hace estremecer.
—Deja de seguirme.
Se detuvo y me fijé que estábamos enfrente de su restaurante.
—Ha pasado varios días desde que no te miraba.
—¿Vienes a devolverme el golpe?
—Agh, que rabia contigo. ¿Por qué siempre tienes que decir ese tipo de cosas? —Resoplé. Despeiné mi cabello desesperado y me acerqué más a ella— Jamás te pegaría ni en sueños. Lo único que me gustaría hacerte, es seducirte hasta que me pidas por un beso.
Tomé su barbilla, pero esta la quitó rápidamente.
—Estás loco, no voy a besarte nunca.
—Antes lo has hecho —Su cuerpo se tensó al sentir como mi mano bajó hasta tocar su cintura, la mantuve ahí, así como mi mirada se mantuvo en sus lindos labios, sin ningún tipo de labial ni brillo, se miraban tan deseosos— Estaría bien que pensaras antes de actuar, no merecía que me pegaras, debías enterarte del contexto antes.
Tomó mi mano a la fuerza, separándose. Sus ojos estaban llenos de odio que apretujaron mi corazón.
—Supe por muy encima lo que ocurrió, aun así no debiste pegarle de esa manera. Eres muy brusco, un tonto que solo cree en los puños son la solución. No quiero saber nada de ti, no hasta que le pidas perdón a Taehyun.
Lo que sentía, es que no lo haría. No entendía por qué tanta importancia con él. Entiendo que es su mejor amigo, pero ni siquiera lo conoce 'bien', aunque a mí tampoco que digamos, pero lo nuestro era diferente, sentía que podía haber un 'lo nuestro'.
No iba a forzarla, la dejaría en paz.
Esta noche iría a esa fiesta, trataría de evitarla lo más que pudiese, si sentía alguna atracción, juro que dejaré todo e iré a por ella.
*
La vista desde el salón de mi Penthouse siempre me dejaba alucinando. Podía observar la bella ciudad de Jeju, como se iluminaban los edificios y como se formaban pequeños tráficos de coches ahí abajo.
Me gustaba esto, pero a veces me sentía extraño en un lugar tan grande, solo. Namjoon llevaba ya tres semanas viviendo conmigo, pero casi no pasa por aquí, aún sentía ese vacío de siempre.
Tuve todo esto gracias a mis esfuerzos, gracias a que logré hacer parte de lo que anhelaba, pero sigo corriendo sin rumbo, sin un sueño que llene todos los vacíos. No puedo imaginarme como sería haber aceptado todo lo que me ofrecía ese hombre, aunque, por una parte, acabé aceptando la mitad. Me gustaría ir a mi rollo, como Wonwoo.
Alejé mi cuerpo del ventanal para lanzarme sobre el sofá. Quería dormir toda la noche. El lunes empezaba a entrenar, como en esas épocas en las cuales no puedo parar.
Debo descansar, oh, bueno, la fiesta.
Hey
¿Irás a la fiesta?
18:10
Sr. Namjoon hyung
¡Jungkook!
Convencí a Yuna para que
me diera la dirección.
Claro que iré, me gustaría
hacer algo ahí.
18:11
Así que sí. Iba a hacer lo imposible por encontrarme con ella. No podía sacarla de mi cabeza, hasta el punto que anhelaría tenerla justo aquí, así como la primera vez que estuvimos juntos, ella encima de mí y yo dedicarme a abrazarla, a acariciar su cuerpo, no solo teniendo sexo, solo disfrutando de nuestra compañía.
Sr. Namjoon hyung
Te esperaré en la entrada del
lugar. Bora también irá junto
a sus primas, según me dijo Yuna.
18:15
Salí del baño después de haberme duchado nuevamente. Tomé una camisa manga larga de satén, color negro, era más elegante y atrevido. Subí mis pantalones, que me quedaban algo ajustados de mis piernas. Esto se debe a que, estuve trabajando mucho mis muslos y crecieron un poco. Por último, me coloqué un cinturón y fui hasta el tocador para ponerme un poco de perfume.
'Monkey Beach Jeju' Solo existían dos en Jeju, uno estaba en Seogwipo-si -al otro lado de la isla-, mientras que hace unas semanas, por lo visto, abrieron uno cerca de la ciudad de Jeju. No parecía un mal lugar.
Salí del coche después de haberlo aparcado dos cuadras atrás del local. Todo estaba lleno, seguro este sitio se estaba volviéndose famoso, era la sensación. El bullicio se escuchaba desde aquí. Seguí caminando hacia la entrada buscando con la mirada a Namjoon. Me aseguró que estarían en la entrada. Pude verlo a los lejos, caminando hacia mí junto con JungEun.
—Hey.
Le di un corto abrazo a Nam y un beso en la mejilla a JungEun.
—Parece que nos vamos a divertir.
Asentí. El guardia nos saludó con un reverencia y nos dejó pasar luego de que JungEun les mostrará nuestras entradas.
Para ser un club nocturno que venía empezando, no estaba nada mal. El ambiente era bueno, la música lenta, rhythm and blues, las luces del sitio cambiaban con suavidad, no era molesto como en algunas discotecas. Las personas estaban dispersas por todo el sitio, mi mirada subió fijándome que había otra planta arriba.
—Vamos a la barra.
Seguí sus pasos hasta el sitio. La barra era en forma de una "s" larga. Me senté en el taburete dejando toda mi atención a la pista de baile.
—¿Qué les ofrezco caballeros?
Dejé que Nam pidiera por mí. Me dediqué a observar el lugar. Los cambios de ritmo que hacía el DJ eran increíbles. Mi cabeza no dejaba de menearse, era gustoso. A pesar de que me hubiese gustado estar en casa para descansar, estar aquí era relajante, claro que lo era si sabía que podía verla.
En la parte de arriba habían más personas, lucia más tranquilo. Analicé quién estaba por ahí, en la barandilla se había colocado unas cuatro chicas. Como lo esperé.
Sentí como Nam me dio un golpe en el brazo para que prestara más atención a las copas. Sin separar mi vista de ella, tomé la copa, acabando todo lo que había adentro, mi garganta ardió tanto, demasiado fuerte. Dejé la copa con desagrado. El desgraciado pidió whisky.
—Qué asco, no me gusta.
—Debías olerlo o algo —Sonrió burlesco. Al no notar interés, se giró— ¿Qué pasa?
Le hice una señal para que mirara al mismo sitio. Aquellas chicas venían bajando por la escalera, era como un sueño. Estaba deslumbrante.
Mi corazón palpitaba demasiado rápido. Se detuvieron a la otra orilla de la barra. Casi no podía verla por culpa de las personas. Me sentía desesperado, tanto que sería capaz de tomar otra copa de esas. Su cabello estaba suelto, el escote de su vestido me encantaba, joder que me encanta.
—¿Te gusta Bora? —Lo miré— No me engañas a mí.
—Es increíble, pensar que te golpeó y que te gusta.
Sonreí a lo que dijo JungEun. Dios, ese golpe me dejó atontado. ¿Quién era yo para pelear contra mis sentimientos? Bora me gustaba, me gustaba mucho, me traía un tanto loco, que podría hacer cualquier cosa con solo oler su fragancia.
Me giré unos segundos para pedir una copa de soju, entonces, al volver a ella, ya no estaban ahí. El calor se estaba apoderándose de mí, creo que fue el whisky, así que pedí otra copa de soju.
Namjoon se alejó de mí, buscando a alguien por lo que escuché y desde aquí podía ver a JungEun bailar.
Debería ir a disfrutar un poco también, pero mi mente solo estaba en Bora, en que necesitaba verla nuevamente.
Unas manos se posaron en mi espalda y de inmediato me giré para ver a su dueña.
—¿Viniste solo?
Una pelirroja dijo casi chillando para que la escuchara, cerca de mi oreja. Negué a lo que había preguntado. Acomodé mi brazo en la barra.
—¿Tú?
Esta hizo un leve gesto con su boca y encogió los hombros. Sus labios eran tan rojos como su cabello. El vestido amarillo opaco le lucia bien, ceñido, mostrando lo bien bendecido que fue su cuerpo.
Donde antes estaba Namjoon, se sentó ahí. Su miraba no se alejaba de mi cuerpo en ningún momento, así que hice lo mismo que ella. Sus pechos llegaban casi a su quijada de lo tan elevados que estaban, más por qué se cruzó de brazos para que los pudiera ver mejor. Dobló las piernas y su vestido se encogió y pude ver casi todo.
—Hace mucha calor —Se sopló y quitó su chaqueta— No sé qué beber.
—Bebé algo de Gin tonic.
Empezó a reír mientras se tapaba la boca. Su mano se fue a mi pierna, acariciándola.
—Sería bueno. ¿Podrías pedir uno por mí?
Alcé dos dedos y el barman vino.
—Un Gin tonic para la señorita.
Me levanté del taburete. Le dejé un billete debajo de la copa, como amabilidad.
—Espera guapo —Me tomó de la mano y me atrajo hasta ella. Pude sentir su respiración chocar contra mi pecho que estaba un tanto descubierto— Hueles muy bien, quédate un rato más. Deja que...
Dio un beso un mi pecho y no puedo negar que lo sentí tan bueno. Subió un poco más hasta llegar mi quijada, pero la detuve. Me acerqué a sus labios, casi rozándolos.
—Estás buenísima, pero no me interesas.
Susurré. Le di un beso en su mejilla, para no ser tan descortés.
Me giré para irme de ahí. Toqué donde había besado, me dejó manchado con su labial. Iba a ir al baño, pero en camino me encontré con Bora en medio de la pista de baile.
Bailaba con una de sus primas. Se movía tan bien. Alzaba su manos mientras movía sus caderas de manera lenta, mientras su trasero chocaba con el de su prima. Estaba disfrutándolo y yo también.
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3
—Herbst
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