019.
Im Bora
Sentí mi cuerpo helado y aquellas palabras chocando contra mi rostro. No podría creer lo que había escuchado, Jungkook era el hijo de Hyunwook, entonces, su apellido era Jeon, Jeon Jungkook. Todo este enredo, me provocaba náuseas, un poco más y hasta la presión se me bajaría.
Me estuve acostando con el hijo del hombre que odio, aparte es mi jefe, Diosito, ya llévame.
Ellos dos se parecían un poco, bueno, ahora que lo pienso, mucho. Con más razón lo trataba así, creí que por tener ese título tenía poder sobre él para hacer lo que quisiera.
Tenían demasiados problemas familiares por lo visto. Saca provecho de su propio hijo, solo por serlo.
Un fuerte golpe hizo que volviera a ellos. Me fijé, supuse que le había dado una bofetada, pero simplemente fue un golpe sobre el escritorio.
—¡Estoy harto de que repitas esas palabras! Mañana vendrás y me da igual lo que opines. Aparte, vendrá tu hermano, deberías saludarlo.
—Me importa un carajo quién llegue a esa casa. Si no te molesta, debo retirarme a entrenar, así conseguir un campeonato y generarte mucho dinero de las costillas de tu estúpido hijo.
Me aparté de la puerta, no quería que tan siquiera Jungkook me viera, así que me fui de ahí, a esconderme detrás de una pared como una niña pequeña. Vaya, que si tenían problemas, me preocupaba un poco mirar como salía de la sala echando fuego, sus manos en un puño, estaba realmente enfadado.
Ni me costaba nada acercarme a él, abrazarlo hasta que se calmara y llenarlo de besos, pero esa opción no existía, no éramos nada, bueno...
Al asegurarme de que se había ido, me acerqué a la oficina, tocando la puerta. El señor Jeon estaba en el sofá que adornaba su oficina.
—Buenas tardes, señor Jeon, me gustaría decirle que le traigo aquí la carpeta de algunas cosas que debe hacer en la semana. Si gusta podríamos hablarlo o también traer una taza de café.
Se levantó de golpe y con un aspecto amenazador se acercó a mí. No podía creerlo, este hombre era como la misma imagen de Jungkook, pero con un par de años encima. Mi cuerpo tembló cuándo su rostro estaba mirándome con desagrado, tal vez quería intimidarme, pero este método nunca le sirvió. Me alejé un poco chocando contra el sofá a mi espalda.
—Necesito el café, pero no tantas palabras.
Asentí y dejé la carpeta sobre su escritorio para luego salir. Resoplé al cruzar la puerta. El padre de Jungkook era el culpable de que el restaurante de Hye ya no exista, el culpable que se haya tenido que mudar cerca del hospital en la ciudad y ya no pueda verla. También culpable de que Jungkook haya salido así de la empresa.
Con mi habilidad para mentir y mi torpeza tenía planeado hacerle la vida imposible como había planeado, arruinar algo de su negocio solo por venganza, pero ahí entra un mal cálculo, podía dañar de algún modo a Jungkook y tampoco lo quería, él no tenía la culpa de que su estúpido padre fuese así.
Puse azúcar con la ayuda de una pequeña cuchara en aquel café negro, luego dos botellas con agua en aquella bandeja, normalmente la señorita Choi me hacía preparar dos cafés para ellos dos y me dejaban el agua.
Abrí la puerta con cuidado y dejé aquella bandeja en su escritorio. Él ya se encontraba sentado en su escritorio. Tomó la botella con agua y se llevó una pastilla a su boca y luego la botella.
—Señorita Im, tome asiento.
Eso hice. Comenzó a ver aquella carpeta y podía sentir su mirada en mí de vez en cuándo. Quería mencionar un par de cosas, pero me limité a asentir cuándo preguntaba algo de la agenda. Los post-its pegados en algunas hojas las arrancó y las puso delante de su ordenador para tenerlo en cuenta.
—Necesito que me canceles la última cita que tenga para mañana por la noche, tengo planeado una cena familiar, así que saldré antes —Asentí apuntando a mi pequeña libreta— Sobre lo que mencionaste, cada semana me parece excesivo y aparte no ganarías mucho si divido los pagos, así que te pagaré cada dos semanas, así acumulas más dinero. Este viernes cumples dos semanas ya, así que te pagaré la mitad de tu salario y cuándo acabe el mes, la otra mitad.
Asentí con una sonrisa. Justo lo que necesitaba, la mitad del pago me alcanzaba para comprar las pastillas, así que era conveniente. Me levanté de la silla para luego hacer una reverencia.
—Me gustaría recalcar que justo hoy se ve muy linda, más con su nuevo labial.
Mi cuerpo quedó helado ante su comentario. Toqué mis labios por inercia, ¿qué le pasaba a este señor? Tragué saliva nerviosa, tensa, aquello me recordaba a alguien, tenía su mismo encanto, eso de Jungkook.
No quise responder y salí de ahí. Estaba perdiendo la razón, parecía una tonta. Me fui a sentar a mi silla y de inmediato busqué un clínex dentro de mi bolso, al encontrarlo lo saqué y limpié mis labios, ahora no creo que vuelva a usarlo, uh.
*
Otro nuevo día. A penas era jueves y ya estaba cansada. Esta mañana no nos darían clases, así que aproveché para acompañar a Taehyun a entrenar, así podía hacer algo de ejercicio también.
Me despedí de mi madre que estaba en el restaurante a buena mañana y decidí ir a buscar a Taehyun que me esperaba en la colinilla. Tenía su bolso y yo también, este quería llevar el mío, pero le mencioné que era anticuado e incómodo, yo también podía llevar mis cosas.
No tomamos el autobús, nos fuimos caminando, eso contaba como un poco de entreno.
—¡¿Qué?! —Chillé un poco alto y este se detuvo para verme molesto. Me confesó que al fin había hablado con Minju y le había pedido salir, justamente lo hicieron ayer y fueron a comer un helado. Empezaba a trabajar y ya me perdía de todo. Si hubiese estado disponible tengo seguro que los seguiría para ver lo que hacen y le indicaría a Taehyun que hacer— Cuéntame todo, ¿de qué hablaron? ¿La fuiste a traer? ¿La dejaste en casa? ¿Se besaron ya?
Este siguió caminando y yo lo seguía como un pollito detrás de su madre. No quería decirme nada, a penas se dedicaba a sonreír como un bobo, sí que lo era.
Todo el camino, hasta llegar al gimnasio, trataba de imaginarlos hablando sobre algo, pero mi imaginación se quedaba corta por culpa de la poca información que recibía.
La puerta del gimnasio se abrió dejando que la luz de aquel local chocara contra nuestros rostros. Nos dirigimos hasta los vestidores, solo que yo dejé mis cosas en el de las chicas. Trataría de hacer mis ejercicios cerca de él, nada más para enterarme de más. Salí del vestuario, había tardado un poco por qué tuve que ir al baño.
Al salir me encontré con un alboroto, alguien se había peleado. No presté mucho atención ya que estaba pensando las siguientes preguntas para interrogar a Tae. Lo que no entendía era que si eran ya novios, o ya existía la intensión.
Seguí mi camino, pero me adelanté un poco como una cotilla para saber qué ocurría. Muchas personas estaban inmersos de algo que ocurría. Los hombres musculosos y altos no me dejan ver mucho, así que me fui a donde estuviese alguien de mi tamaño y miré al que estaba en el suelo. ¡Taehyun!
Empujé a todos los del lugar tratando de que me dejaran pasar, que sucedía era lo que menos sabía. Me agaché encontrando la manera de pasar, empujé los pies de aquellas personas y arrastrándome, logré entrar en el círculo que todas las personas habían formado. Gateando llegué a Taehyun, tomé su atención completamente. Tenía su labio roto, Dios mío.
—¿Qué ocurrió? ¿Por qué te peleaste?
Separó la mirada de mí, hacia adelante. Revisé su cuerpo entero, no percibí alguna herida, pero sí a alguien enfrente, a quién al parecer miraba Taehyun. Alcé la cabeza para encontrarme con la persona que menos creí, él que siempre por 'coincidencias' de la vida me lo encontraba hasta en la sopa de mi madre, Jungkook.
Tomé la mano de Taehyun para que se levantara con la ayuda de otra de las personas que estaban en el lugar.
Era como si mi cuerpo se consumiera por la rabia, mi sangre se calentó y todo lo que pude haber vivido con Jungkook desapareció ahí.
No puede existir una razón casi válida para quererle pegar, él ni quiera tenía algún golpe en su rostro, ni un rastro, pero Taehyun parecía haber recibido máximo dos. Ellos dos se miraban, igual que ese día en mi casa, no, esta vez sus miradas generaba miedo, tanto que necesitaba saber el porqué.
Me coloqué en medio de estos dos, pero ninguno me prestaba atención. Moví mi mano enfrente del rostro de Jungkook.
—No deberías meterte en esto.
Su voz era distinta, nunca lo había escuchado hablarme de aquella manera. Me iba a meter porque se trataba de mi mejor amigo, la persona que no podía sufrir algún daño porque si no el causante tendría sus consecuencias conmigo.
—Sus peleas de niños me interesan un rábano. Si no os importa, me gustaría que nos fuéramos de aquí y habláramos a solas.
—Bora, no vale la pena. Vámonos de aquí.
¡Oh, no! No lo iba a permitir. Las personas se empezaron a ir al ver que esto ya no iría a ningún lado. Taehyun tomó mi mano para que también nos fuésemos, Jungkook se dio la vuelta, pero no se iba a librar. Me solté y me acerqué a él, tomando su brazo y quedando nuevamente hacia mí.
He escuchado muchas veces que un hombre no le debe pegar una mujer, ni una mujer a un hombre, normalmente las peleas siempre son mujeres y mujeres y hombres con hombres, parecía extraño, tanto cuándo dicen que los hombres deben estar en una relación con mujeres. ¿Qué más da si él tiene más fuerza que yo? Podía darle aunque sea su merecido.
—Pégame.
Este miró confuso, claro que lo haría. Resoplé, cerré mis ojos y me quedé esperando. No me importaba, si se metía con alguien según él, débil, yo también lo sería. Pero bueno, Taehyun vino hacia mí al escuchar mi disparate.
—No lo voy a hacer. Bora, en serio no te metas —Abrí un ojo para verle.
—Puedo entender que no me dirás por qué le pegaste a mi Taehyun, pero no veo la razón para darle un golpe. Se nota que tú empezaste, no tienes ni un golpe. Seamos justos, te pegaré las veces que he notado que le pegaste y luego tú me das a mí, sería justo.
Levanté mi mano dispuesta a pegarle, pero Taehyun me detuvo.
—No vale la pena, vámonos.
Me da igual, yo me quedaría aquí, hasta ver algún morado en la cara de Jungkook, así como lo tenía mi bobo. Tenía demasiada rabia, nadie hacía nada, nadie se daba cuenta de su extraño odio.
El agarre de Taehyun se soltó un poco y lo aproveché para salir corriendo hasta Jungkook. Con toda la fuerza que podía tener, con mi mano derecha simulando hacer un gancho igual que me había enseñado a Taehyun, mi puño cayó sobre su mejilla. Con la presión que había hecho y velocidad fue tanta que casi me tropiezo, no sabía controlarlo, pero estaba segura de que le había dado un buen golpe. Recobré mi postura y me lo encontré tocando su mejilla con su mano, estaba dispuesta a darle otro.
Taehyun de inmediato tomó todo mi cuerpo en sus brazos para alejarme de ahí, pero empecé a patalear. Como pude giré mi cabeza para verle, tenía una sonrisa ladina en su rostro, mirándome, desde aquí miraba su mejilla rojiza, lo había conseguido. Entonces, saqué mi mano y le mostré mi dedo de en medio, lo cual lo aceptó con esa misma estúpida sonrisa.
La zona donde solíamos entrenar estaba vacía, mejor. Taehyun me soltó, dejándome en un banco, sin querer verme. Yo simplemente crucé mis piernas y mis brazos sobre mi pecho, esperando a que dijese algo. Se llevó sus manos a la cabeza, parecía exhausto.
—¿Por qué no dejaste que acabara? Debía darle otro golpe, que él me lo devolviera también, sería lo más justo.
—¡¿Justo?! —Refunfuñó— Bora, eres la persona menos indicada para hablar de 'justo' mejor, olvidémonos de lo que ocurrió.
Me sentía molesta, ¿menos indicada? Fruncí mis labios y me acerqué a él.
—¿Menos indicada? Taehyun, se nota que te dio varios golpes. No creo que hayas hecho nada, él estaba ileso, soy justo con las personas que se lo merecen.
—No le di ningún golpe porque no podría contra él, aparte yo empecé la discusión, me lancé sobre él al escucharlo decir algo y bueno...
Me quedé callada analizando la situación. Vaya que pelear por seguro alguna estupidez, no, la estúpida era yo. ¿En qué cabeza cabía ir a pegarle? Resolví una agresión con otra agresión. Le había pegado a Jungkook sin pensarlo, a esto podía llegar todo por Taehyun.
Estaba demente. Me sentía culpable, pero a la vez no. Primero estaban discutiendo con palabras, así que bueno, necesitaba explicaciones.
—¿Qué sucedió? Dímelo.
—Mencionó algo, se lo devolví y así, por ello, me enfadé. No tiene importancia.
—¿Inició él? —Asintió y ¡Bien!, por lo menos no cargaría con esa culpa. De igual se lo merecía, no había hecho nada malo— Pues se merecía mi golpe. Aparte lo hice tal cual me enseñaste, aunque me balanceé un poco.
—Si lo hubieses hecho bien, tu mano no estaría casi sangrando.
Bajé mi mirada hacia mi mano, mis nudillos estaban rojos y uno que otro tenía manchas como si me hubiese cortado.
Le pegué a Jungkook, le pegué cuándo alguna vez le dije que no quería que lo lastimaran. Uh, no debía arrepentirme, había lastimado a Taehyun.
Quisimos olvidar ese tema por un momento, así que empezamos a entrenar. Por mi parte, me quedé cerca de él y casi no hice mucho. Parecía que todo el enfado que podía sentir por alguna razón anterior se las desquitaba con el saco, me hacía sentir inútil, quería hacer algo para que no se sentiría así, pero nada era suficiente.
Apenas hice algunas sentadillas, abdominales y traté de saltar la cuerda. El sudor empezaba a sentirse, más sobre mi mano que ardía mucho, la herida.
—Taehyun —Me bajé de la máquina de levantar las piernas y fui hasta él, que estaba descansando un momento— Iré al baño, debo lavarme las manos y ponerme algo, me arde.
Este asintió. Seguro que si mi madre lo mira, me hará muchas preguntas, también si miraba a Taehyun. Recuerdo que cuándo éramos pequeños, había un niño -que se mudó gracias al cielo, si no todo acabaría mal-, lo molestaba mucho, hasta el punto que una vez lo golpeó, intervine, Taehyun tomó valor para defenderme y acabamos los 3 sancionados con 2 semanas sin ir a la escuela. Fue una época dura, nunca me ha gustado la agresión, pero siento que tengo ataques de ira, bueno, eso mencionó mi padre una vez.
Ahora que lo pienso este ni se había quejado por sus heridas. Deberé averiguar si hay algo para sanar heridas.
Me adentré en el baño, abrí el grifo y el agua empezó a mojar mis manos.
No tuve que haberle pegado a Jungkook, fue una impotencia tan increíble, yo, es que... golpeó a Taehyun, pensarlo más me hacía sentir mareada.
Salí del baño tratando de buscar alguna sala que me indicara donde pudiese haber algo que tuviese que ver con primeros auxilios.
Llegué a un punto donde se encontraba un largo pasillo y varias puertas. Caminé revisando si tenía algún nombre y sí, llegué a una que decía "solo personal autorizado", talvez había alguien.
Toqué la puerta, una, dos y a la tercera tampoco atendieron. Al querer girarme, la puerta se abrió y me dejó a la vista de un chico alto de cabello negro, junto con un rostro confuso.
—Oh, perdona, ¿Necesitas algo?
Dijo. Se colocó a un lado de la puerta, esperando a que le dijese algo. Nunca lo había visto por aquí, ni en el barrio, ni en el gimnasio, talvez era de la ciudad o estaba de visita.
—Yo, he, pues, me gustaría saber si tienes algún botiquín de primeros auxilios.
—¿Ocurrió algo? ¿Estás bien? Por favor, adelante, pasa, justo ahora estamos utilizando uno.
Su semblante cambió repentinamente, se hizo a un lado dejándome la oportunidad de pasar. Caminé a penas un poco, adentrándome. Cuándo cruce la puerta, hice una pequeña reverencia. La sala era grande.
Si se refería a que alguien lo estaba utilizando, significa que puede ser que otra persona se causó una lesión. Mi mirada viajó desde el chico alto que se dirigía a algún lado, hasta Jungkook, que se encontraba sentado en un gran sofá, su cabeza sobre el posabrazo del sofá, mientras que detrás de este, había una chica realmente concentrada haciendo algo en su rostro.
—Jungkook, ella necesita el botiquín de primeros auxilios, ¿ya han acabado contigo?
Abrió sus ojos y gruñó, casi como si se hubiese molestado. La chica levantó su cabeza del rostro de este. El cuerpo de Jungkook fue hacia delante, sentándose y mirándolo. Así como sucedió conmigo, su mirada viajó de aquel chico, hasta encontrarse con mi mirada.
—Sí, dáselo.
—Pero Jeon, debería ponerte más pomada. Uh, te dejaron muy morado tu pómulo.
Jungkook tomó algunas cosas que estaban en la mesa y las metió en una caja. Se levantó dirigiéndose a mí y alzó su mano para que pudiese tomarla.
Lo agarré de golpe, ni tan siquiera verle su rostro, oh, su rostro, seguro le había causado tanto daño.
—Debes decirnos quién te golpeó así, le daremos su merecido.
Tragué saliva, esa chica no se callaba.
—Muchas gracias —Hice una pequeña reverencia. Antes de salir me detuve en la puerta para mirar a esa vulgar mujer— Espero sus golpes, aunque estaré afuera tratando de sanar un poco a mi mejor amigo y mi mano, me escuece un poco luego de darle su merecido a él.
Sus reacciones no tenían explicación y me dio algo de gracia. Tomé mejor aquella caja metálica del cliché color blanco con una cruz roja. Emprendí camino hacia donde estaba mi niño, seguro le ardía su rostro.
—Bobo, ya estoy aquí.
Dije acercándome a él. Salió de la máquina esa de levantar pesas y el sudor caía por su frente. De inmediato traté de sacar las cosas para hacer algo. 'Pomada para heridas' 'quita el ardor' habían diversas cremas para ayudar a limpiar heridas. Saqué un delgado y esponjoso pañuelo, me senté enfrente de él y comencé a limpiar primero su sudor que había caído en sus heridas. Con la ayuda de un hisopo, lleno de un poco de ungüento.
Empecé a ponerlo en parte de su pómulo y en su labio, se notaba mucho.
Soplé cuidadosamente por qué le ardía.
—¿Esa cosa me sanará las costillas?
Sonrió.
—¿De qué hablas?
—Pues recibí un rodillazo por su parte.
Mi gesto podía explicar muchas cosas ahora. Y no, no sentía remordimiento de haberle pegado al idiota de Jungkook. Quién se creía ese malnacido. No pensaba tener contacto con él hasta cierto aviso, no, nunca.
Guardé todas las cosas, quería regresar a esa habitación y sería capaz de volverle a pegar si era necesario.
—¿A dónde vas?
—Creo que deberías dejar de hacer ejercicio. Iré a dejar esto y nos iremos a casa, tú vienes a la mía, así tu madre no hace tantas preguntas.
Me sentí igual a cuándo tenía 13 años, cuándo iba a pegarle a ese niño. Tantas peleas de niños tontos, solo me gustaría saber que fue lo que dijo Jungkook para que Taehyun perdiera los estribos y le pegara, que yo sepa, él nunca ha sido violento, es tranquilo y tiene mucha paciencia. Deberé mantener vigilado a mi muchacho.
—Espero hayas curado bien a tu amiguito.
Detuve mi paso elevando mi cabeza, este estaba saliendo de aquella habitación junto a aquella chica, chica que ahora me miraba con cara de pocos amigos. Que no me tentara a mí también por qué sería capaz de volverle a pegar.
Le entregué aquella caja, esperando a que este mismo alzara su mano a tomarla, pero nada de eso ocurrió, de lo contrario se acercó y su mirada se fue a mi mano.
—Deberías poner algo ahí.
—¿Lo vas a coger o no?
No lo tomó, en cambio, su mirada fue a mí, no podría explicar eso, había cambiado, como si no estuviese enojado. Se dio la vuelta y se dirigió a la salida del pasillo. No, tenía miedo que si se encontraba con Taehyun le hiciese daño.
Me acerqué a aquella habitación para dejar la caja, pero ahí estaba aquel chico de antes.
—Perdona, dejaré esto por aquí.
—¡Hey! Espera un momento.
—No tengo tiempo.
—Jungkook no le hará nada, se fue de urgencia a ver a su padre.
.
Hola, buenos días/tardes/noches.
Quería disculparme por haber hecho tan largo este capítulo, pero era necesario que todas escenas pasaran así.
Por otro lado, los capítulos serán publicados todos los viernes y domingos, hasta la próxima publicación de mi nueva historia. Un poco más, y casi no subo, no me encontraba bien, por eso procuren abrigarse correctamente, que hace mucho frío y los resfriados son enemigos.
Para seguir en contacto y enterarse de más cositas, podéis seguirme en mis redes sociales. El link para acceder a ellas está en mi perfil.
Gracias por leer.
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3
—Herbst
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