018.
Im Bora
Me quedé sosegada, sin mover ni un músculo de mi cuerpo, a penas, mis parpados y mi pecho que se movían a causa del aire que entraba a mis pulmones. Habíamos tenido diferentes sucesos en donde él estaba entrometido, era obvio que se daría cuenta de algo extraño. El sábado, cuándo se fue, nos despedimos con un saludo de manos a distancia, mientras que ayer, cuándo Taehyun me explicaba la teoría, mi cabeza estaba en las páginas frente a mis ojos, pero de pronto me concentraba en los mensajes que me llegaban, entonces solo existimos Jungkook y yo. Seguro podría pensar que era él.
No veía nada malo no contarle, ¿pero para qué hacerlo? Taehyun es mi mejor amigo, Jungkook, la persona que él 'admiraba' pero por alguna razón empezó a odiar.
—No entiendo a lo que te refieres.
—Tú y yo no podemos hablar correctamente, por más que me mientas yo sé que lo haces Bora. Si no lo quieres decir, lo haré yo.
Se levantó y quedó en la misma grada que yo. Me conocía bien y sabía cuándo a veces mentía, pero lo que no reconocía era cuándo yo le mentía sobre que me había atrapado, no podía conmigo en ese aspecto.
—El día de nuestro aniversario llegaste tarde por qué fuiste con él a la playa —Por más inevitable, erguí mis cejas sorprendida dándome cuenta de que lo sabía— Fui a buscarte y cuándo te encontré estabas acostada en la arena platicando con él, luego no me dijiste la verdad. Luego, ese día que los encontré hablando enfrente de la construcción del nuevo gimnasio y por último lo del sábado. ¿Acaso se han visto más veces?
—No, solo esas veces que dices y si no mal recuerdo dos más, por casualidad. Aunque no entiendo del todo por qué tanta importancia.
—Es un hombre famoso, poderoso y quién lo manipula es peor. No me gustaría que te involucraras mucho con él, no es tan buena persona como parece, en serio. Te lo he repetido siempre, únicamente lo considero mi modelo a seguir como un profesional, no como persona, por qué así es una basura.
Entendía que a la vez sonaba muy sobre protector de su parte, pero también comprendía a lo que se refería. Jungkook y yo no éramos nada, simplemente nos convertimos en conocidos que deseaban probar su cuerpo y que seguramente lo volverían a hacer.
—Todo es coincidencia. Quiero aclararte algo, él y yo no tenemos ni tendríamos nada nunca. Me gustaría mencionar que trataré de evitarlo tanto como pueda.
—Es un fastidio.
Colocó sus manos encima de sus rodillas pensando.
—Sí, es un fastidio. Minju ha estado enamorada de ti desde que llegó.
—¿De qué hablas?
Me levanté de las gradas y le di una palmadita en el hombro. Pude zafarme por poco de más preguntas, atacando con otra cosa.
—Creyó que teníamos algo, pero le aclaré que no. Esa chica está loca por ti, deberías atreverte a hablarle.
Me alejé de ahí tratando de mantener mi compostura. No podía considerar que se diera cuenta de todo, debía tratar de evitarlo cuando sintiera que Taehyun podría verlo. Tenía mucho que hacer hoy y no tenía ganas de pensar en Jungkook.
*
Las manecillas fastidiosas eran lo único que se escuchaban desde hace ya 40 minutos. El salón estaba silencioso, la cabeza de todos se encontraba en sus hojas. Revisé nuevamente y aún me faltan 22 preguntas para acabarlas en los 80 minutos que me quedaban. Aclaré mi cabeza recordando cada cosa que había estudiado arduamente.
Después de este fastidio me aseguraría de visitar a mi padre, ir a trabajar, ir a una fiesta y beber tanto como mi cuerpo aguantara.
Historia, geografía, inglés, coreano, átomos, matemáticas, materias... estaba harta y lista. Rellené cuidadosamente las últimas preguntas.
Si hubiese estudiado más estaría segura, pero creo que aprobaré a penas con la mitad de la nota que te piden, eso ayudaría a tener un ingreso a una universidad promedio, aunque sea.
Me levanté de mi asiento entregando mi examen y saliendo del salón. Teníamos la tarde libre, así que aprovecharía para ir al hospital a saludar a mi padre. Decidí mandarle un mensaje a Taehyun sobre que iría, que no se preocupara por mí.
Puse mis auriculares y reproduje mi playlist -que en realidad era la que Jungkook me había pasado- 'Confident' de Justin bieber junto a Chance the rapper, sonaba, haciéndome sentir bien en el transcurso.
Ahora que lo pienso, esta falda empezaba a irme pequeña, pero no veía la necesidad de comprar otra, por qué me quedaban menos de unas semanas para salir y no volver a usarla nunca.
Tenía tanto fastidio. Necesitaba que acabara esta semana para que el señor Jeon aceptara lo de pagarme semanalmente, lo bueno es que podría verlo hoy.
Suspiré intranquila, seguro la doctora hoy me recordaría lo de los medicamentos. Debo decirle alguna mentira para que me dé más tiempo, aparte, según mis cuentas, pronto se deberá hacer el pago de la cuota del hospital.
Por otro lado, necesitaba que llegase ya el invierno, utilizar algo cómodo ocultando mis piernas para que ningún hombre pudiera tener pensamientos de ese tipo sobre mí, ¿por qué lo decía? Llevaba unos segundos sintiendo que alguien me seguía en un coche. Decidí detenerme y mirarlo, jamás entenderé las coincidencias. Este se detuvo y salió del coche.
Se miraba tan guapo, el viento despeinaba su rebelde cabello y abría más su camisa, dejando ver su camiseta interior. Se acercó a mí, quitando mi auricular de una oreja para colocárselo él.
—Así que decidiste escucharla.
Se lo arrebaté. Lo desconecté de mi móvil y lo guardé.
—¿Desde cuándo llevas siguiéndome?
—Dos minutos creo. ¿A dónde vas? Pensé que estabas en el instituto.
—Te mandé un mensaje ayer aclarándote que hoy haría el examen y por ello no podíamos vernos. Ahora voy a un lugar importante.
Quería darme la vuelta, pero sentí sus manos sobre mi cintura, atrayéndome a él.
—Estás muy bonita.
Presioné mis labios inquieta. Jungkook cada vez me hacía perder la cordura.
Coloqué mis manos sobre su pecho, para así poder separarme.
Le di la espalda y empecé a caminar.
Por su culpa, ahora no sé si tuve que darle un beso, no, está bien así, tampoco era como si fuésemos algo.
Mientras avanzaba, pude observar mejor el hospital. Me adentré en el gran parque delantero. Habían personas paseándose al lado de una enfermera, esos eran aquellos que no tenían tantos problemas mentales por decirlo así o, estaban mejorando. Cuándo iba a entrar sentí que este seguía detrás de mí.
—¿Por qué me seguiste? —Elevó una de sus cejas, tratando de imitar mi misma expresión.
—Este era mi destino.
—Vaya coincidencia.
Dije entre dientes. Me alejé de la entrada hasta ir donde la recepcionista. Me saludó como siempre suele hacerlo. Esperé a que me diera la pequeña nota como todos los días. Me alejé por el pasillo hasta el ascensor, para ir donde mi padre me esperaba. Gracias a Dios Jungkook no me siguió.
Como costumbre, llegué a la oficina. Y como esperaba, la doctora mencionó la importancia de las pastillas, para ver las siguientes mejoras de mi padre, también de que la próxima semana se debería hacer el ingreso de la cuota mensual, no sé de donde sacaré todo ese dinero.
Allí, por fin, pude ver a mi padre. Es que, la semana pasado no logré venir, así que aproveché este hermoso martes para venir por él. Su rostro tenía un poco de color, por lo visto el domingo lo dejaron salir por primera vez después de mucho tiempo al patio. Hoy, nos habían dado la oportunidad de salir a uno de los patios del hospital, acompañados de una enfermera.
Decidí llevarlo en la silla de ruedas mientras nos dedicábamos a observar los pequeños insectos que volaban encima de los arbustos con frutos. Eran tan verdes, tan florecientes. Mi felicidad no tenía cupo en mi cuerpo, es que él hablaba tanto, sin miedo, eso de
como le agradaba sentir el aire fresco chocar contra su rostro, y las ganas de qué no llegara el invierno para seguir apareciendo esos insectos.
Nos detuvimos en un punto para que yo tomara asiento y charlar de algo.
—Tuve un ataque hace días, pero no de esos, solo fue de pánico, nunca lo había experimentado. Me dijeron que fue por qué te extrañaba.
Tomé su mano sonriendo. No podría asegurar cuántas semanas, meses o años habían pasado desde que no lo escuchaba, ni como ese rosa de sus pómulos eran notorios.
—Hoy hice el examen para ingresar a la universidad.
—¿Serás empresaria? Podrías ser doctora, gran abogada.
—No lo sé padre, es tanto difícil. Seré algo en lo que sea buena.
—También que te guste.
—Tienes razón —Me levanté acercándome a él, le di un abrazo cubriendo suavemente su cabeza entre mis brazos— Tu cabello huele muy bien padre.
Deposité un leve beso en la coronilla de su cabeza para luego volver a mi asiento. Así pasaron algunos minutos y decidí quedar en silencio, no quería que hablara más y agobiarlo. Tomé su mano haciéndole mimos, podía ver sus ojos hacerse más pequeños y sonreír divertido.
—¿Bora?
Al mismo tiempo, mi padre y yo miramos a aquel hombre, Jungkook. Venía con un señor sosteniéndose en su brazo, ¿era su padre?
La enfermera que nos había acompañado se acercó a mí para decirme que debía llevarse ya a mi padre, se había acabado el tiempo y este debía descansar.
Le di toda mi atención nuevamente a él.
—Padre, volveré lo más pronto posible, espero que los días pasen tan rápido como lo hace este maravilloso aire que nos refrescaba y alegraba nuestros cuerpos. Te amo.
Me acerqué a él para abrazarle y darle un beso en su mejilla. Moví mi mano mirando como se alejaba de mí, él también hacía lo mismo lanzando besos. Era un gran ser con una mala vida pasada.
Desapareció de mi vista y recordé a quién tenía detrás.
Estaba pasando lo mismo con él, una enfermera se llevó a aquel señor, la diferencia es que el señor no se despidió.
Así, como dos bobos, nos quedamos viendo en silencio. Me senté, para que este lo hiciera también, a mi lado.
—¿Tu padre?
Preguntamos al mismo tiempo, solo que yo asentí y él negó. Nos quedamos así unos segundos más, quién diría que nos encontraríamos aquí.
—Es mi abuelo, tenía muchos meses que no venía. Tiene Alzheimer. Nadie quiso hacerse cargo de él y me tocó traerlo aquí.
Oh, también parecía ser muy mayor para ser su padre. Estaba segura de que no me preguntaría, pero no estaba seguro si decirle algo, siento que me contó esto por qué sintió la confianza, ¿debería tenerla yo? Debería mentir, estaría bien. Aunque, ¿por qué hacerlo?
—Como escuchaste, es mi padre.
No dije más y me fijé que asintió. El día tan sereno me hacía sentir calmada, relajada después de ver a mi padre. Mis pies se movían libremente, ya que no tocaba el suelo. Quería irme de ahí.
Me levanté del asiento y estiré mi mano hacia Jungkook, me sentía en la necesidad de hacerlo. Era extraño y raro, tenía ganas de caminar mientras charlaba un poco con él.
Nuestras manos aún seguían tomadas y empecé a sentir aquel calor entre esas dos. Cualquiera que nos viera podría asegurar que éramos parejas, aunque extraña, ya que él lucia mayor que yo.
Llegamos a su coche. Observé sus intenciones, dejaría que me llevara, aún faltaban unas horas para que entrara a trabajar. La puerta se abrió e ingresé, haciéndolo luego él.
—¿Dejarás que te lleve a tu trabajo?
Asentí. Coloqué la dirección en su GPS, con la diferencia de que era tres calles más atrás de la empresa.
Me empezó a doler un poco la cabeza y saqué de mi mochila una botella con agua junto a mis pastillas. Tomé una y cerré los ojos tratando de que se fuera. Cada vez que tenía exámenes pasaba esto, me sobre esforzaba mucho, para que después no hubiese algún resultado radical.
—¿Te encuentras bien?
—Solo es un dolor de cabeza simple.
—Por cierto —Abrí los ojos para verlo— ¿Tomaste las pastillas que te compré?
El sábado, cuándo todos se fueron y quedamos solos, me mencionó que tomara pastillas anticonceptivas por qué la segunda vez lo hicimos sin condón. Acepté por qué, por una parte, fue mi error. Recuerdo que no se vino dentro de mí, pero según investigué luego, de igual puedes quedar embarazada. El domingo regresó al restaurante, solo para dejarme las pastillas que según él eran las mejores.
—Me tomé las pastillas según decían las instrucciones. También tengo una cita en unos días para ir al ginecólogo. Ahora que lo pienso, deberías ir tú también, yo no sé con quién te acuestas.
Solté sin más. Asintió con una gran sonrisa, era un desgraciado, aseguraba que se había encontrado con alguien ese día, seguro que con más. Si volvía a tener sexo con él, que seguro no sería así, me aseguraría que tuviese un condón.
Llegamos al lugar que marcaba el GPS. No había ninguna gran empresa. Sus ojos viajaron desde las calles hasta mí. Debería decirle donde trabajo, decir algo de verdad.
—En verdad trabajo en la empresa que está más o menos tres calles adelante, pero quería ir caminando.
—Ya veo. ¿Por eso no querías decirme?
Asentí.
—Al principio no sabía que el señor Jeon era dueño del sitio, así que siéndote aún más sincera, después de que consiga el dinero que necesito le haré la vida imposible, no me importa si es tu manager o lo que sea.
—Haz lo que quieras.
Nos movimos acercándonos al sitio. ¿No le interesaba?
Empezamos a ir, por una parte, que no conocía bien, el parking de la empresa, diferente al de los trabajadores. Era obvio que tendría conocimiento de esto. El motor del coche se apagó en cuanto se aparcó. Miré todo el lugar, era grande y a penas habían dos coches muy lujosos.
—Creo que es el lugar más seguro, aparte el único donde no hay cámaras —Sí que lo conocía a la perfección. —Si vengo a la empresa significa que podré encontrarte, ¿no te parece fascinante?
—Por ello no quería decirte.
No podía ser que justo ahora, justo aquí. Sus ojos lujuriosos me miraron. Cerré mis manos en un puño resistiéndome. Mi respiración se aceleró tratando de ocultar mis pensamientos pecadores. Se recostó sobre el asiento, pasó su mano sobre su cabello -que al parecer ya estaba algo largo-, hacia atrás. Su piel lucia más hermosa el día de hoy.
Mojó sus labios con su lengua y podía sentir que me derretía. Tragué saliva, sonreí nerviosa, como una tonta. La radio se prendió y no se podía poner otra cosa que una canción que decía que 'Fuck me and Fuck you', mi inglés funcionaba cuándo quería, ah, ¡Qué ridículo!
Lo odiaba, odiaba lo que me hacía sentir.
—Me gustas.
Bisbiseó, sin despegar su mirada de mis ojos.
Otra vez esa palabras. Con torpeza abrí la puerta, ya no tenía el seguro, así que pude salir. Cuándo la cerré, había algo que quería averiguar. Me detuve en seco y volví a girarme para verlo. Había salido del coche, dejando caer sus brazos sobre el techo de este. Levantó una de sus cejas y no pude evitar sonreír, lo acepto, me volvía loca.
Al carajo todo. Pasé enfrente del coche para llegar hasta él y besé sus labios, esos carnosos que hacían volar mi imaginación. Sus manos bajaron a apretujar mi trasero y no pude evitar resoplar al sentirlo. Quería sentir sus manos, que me abrazara, que me hiciera sentir lo mismo que el sábado. Sí, otra vez.
*
El espejo del baño estaba algo manchado, pero podía verme. Arreglé mi camisa y mi cabello para lucir decente. Lo bueno es que no venía ninguna chica al baño, así que me dio tiempo de cambiarme, enjuagar mi boca, lavar mi rostro y darme algún retoque.
Me sentía algo avergonzada. Es increíble que estaba a punto de tener sexo nuevamente con Jungkook en el asiento trasero de su coche. A penas nos alcanzó para que yo le hiciera un oral y en ese momento, cuándo iba a suceder todo, la puerta del garaje se abrió, y entramos en pánico.
Dios, llévame ya contigo.
Miré nuevamente mi reflejo, no podía creerlo, que terrorífico hubiese sido si el jefe, manager de Jungkook, se hubiese enterado.
De mi bolso -que anteriormente estaba en mi mochila- saqué un pintalabios líquido que hacía brillar un poco mis labios de un color entre rojizo y rosa.
Salí del baño, para dirigirme hasta la sala con casilleros para los empleados, así guardar mi mochila.
Ayer la señorita Choi me mandó un mensaje mencionándome que hoy no podría venir, ya que iría a una cita del médico, pero me había dejado listo todo lo que debía hacer.
Me dirigí hasta nuestro escritorio y de paso miré que la puerta de la oficina del señor Jeon entreabierta.
Dejé mi bolso en la silla detrás del escritorio, que encima de este mismo había una carpeta con los horarios que debía hacer hoy el jefe. Los tomé para poder llevárselo y platicar sobre ello. Volví a colocarme enfrente de aquella puerta, pero no toqué, simplemente me quedé ahí por las suaves voces que provenían de adentro. Era ¿Jungkook?
—Estuve haciendo unas previsiones sobre ese combate, en serio debería ser en estados unidos.
—No quiero ir.
—No te lo pregunté.
—Me agradaría que por una vez en tu vida me preguntaras.
—Lo hice, el siguiente combate que será en unas semanas, decidiste que fuera en nuestro nuevo gimnasio. Te toca con un novato, es para inaugurarlo.
Exacto, donde antes era el restaurante de Hye, jamás lo olvidaré.
Me acerqué un poco más para escuchar mejor, estaban discutiendo sobre algo importante.
—No te estoy preguntando, mañana vendrás.
—Creo que debería recordarte que tengo unos cuántos años encima.
Hubo un silencio y asomé mi cabeza para ver lo que ocurría. El señor Jeon se había levantado de su asiento y se había colocado enfrente de él.
—¡¿También debería recordarte que soy tu padre?!
—Conocer la nueva amante de mí 'padre' no es de mi agrado.
¿¡PADRE?!
Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3
—Herbst
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