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013.

Im Bora

Los vellos de mi piel se erizaron en cuanto bajé del coche. Hacía frío.

El recinto estaba lleno de personas, como no. Demasiado bullicio entre voces y la música. Nos acercamos a la entrada, donde yacía esa gran fila para poder ingresar. Cuándo alcé la mirada, pude percatarme que había dos grandes carteles encima del edificio, decía quienes se enfrentarían hoy, junto con sus respectivas fotos, ahí pude verlo a él, a 'Jk'.

Taehyun estaba perdido mirando la fila, desesperado, sabía que tardaríamos en entrar, teniendo en cuenta que llegamos más temprano de lo regular.

—Pensé que tardaría mucho en venir a un combate, pero por lo visto este es algo exclusivo, ¿cómo conseguiste las entradas?

—Me enteré de que habría este campeonato y estuve atenta a comprarlas.

La verdad que lo hubiese tenido más fácil si aceptaba la oferta de Jungkook de estar en la zona vip, pero mejor no. Era extraño, parecía más desesperado que yo por entrar, esta era su primera vez yendo a un campeonato real, puedo sentir sus propios nervios en mi cuerpo.

Los minutos avanzaron gracias a Dios, así como las personas delante de nosotros que al fin entraban.

—Boletos.

La voz grave de aquel gran hombre me asustó un poco. Le entregué nuestros boletos y le hizo dos agujeros. Empezamos a avanzar hacia donde nos indicaban. El espacio por dentro era inmenso, bueno, desde mi perspectiva, ya que nunca había estado en un combate. Caminé torpe, buscando nuestros lugares. Quinta fila. No era una mala vista.

Le daba una hora aproximadamente para que todo se llenara, teniendo en cuenta que llegamos un poco temprano. Habían personas en la primera planta, cerca del cuadritlatero, que se encargaban al parecer de ordenador un par de cosas.

La pierna de Taehyun no dejaba de moverse y puse mi mano en su muslo para que se detuviera. Su emoción me alegraba en parte, pero debía tranquilizarlo. Talvez podríamos ir a comprar algo para comer. Saqué mi móvil para poder buscar que vendían por aquí, y en eso miré una notificación.

Jungkook (JK)

Te estoy viendo, estás hermosa.
7:00 p.m.

Levanté mi cabeza de inmediato, ¿dónde estaba? Taehyun me miró intrigado, así que seguí haciendo como que buscaba algo en el móvil, entonces volvió a llegar otro mensaje.

Jungkook (JK)

En menos de un minuto
estaré en la puerta que está
a los lejos, a tu derecha. Ven.
7:02 p.m.

Guardé mi móvil y miré a Taehyun. No quería dejarlo solo, no podría, no conocía nada ni a nadie, ni siquiera sabía a quién veníamos a ver. Teniendo en cuenta que está demasiado nervioso, me daba temor dejarlo nuevamente como ese día, que lo dejé a él solo por irme con Jungkook.

—Me gustaría comprar algo para comer, ¿vamos?

Pensó lo mismo que yo. Bueno, esto podría animarlo.

—Me quedaré aquí, deberías tomar aire para calmarte. Ve.

Dije. Escuché su suspiro. Besó mi cabeza para luego levantarse e irse.

Me fijé como desaparecía de mi vista. No tengo ni una duda que este mundo quería que me fuese con él. Volteé a donde me dijo y ya estaba ahí. Su cuerpo sostenido sobre un muro, sus brazos dentro de sus bolsillos, sin separar esos grandes ojos negros de mí. Debería quedarme aquí, no lo sé, pero ya estaba en camino.

Me coloqué enfrente suyo, pero no tardó mucho para tomar mi rostro entre sus manos para poder besarme. Se sentía tan bien, tan cálido como mi cuerpo ahora mismo.

—Quería verte ¿vamos?

Susurró entre mis labios.

Alzó su mano y la tomé, dejando que me guiara. No puedo decir como te dejan las drogas, nunca las había probado, pero podía asegurar que sus besos se sentían así. Estaba perdida, estaba aceptando todo lo que me decía, había caído por más que me negara. No solía dejarme llevar por nadie, pero su sonrisa...

Los pasillos por donde avanzábamos eran anchos, llenos de diferentes cuadros, adornos y de personas que nos miraban extrañados. Nos detuvimos en una puerta que tenía un pequeño cartel que decía 'JK' y debajo otro nombre que no me percaté bien.

Al entrar, me di cuenta de que estábamos en lo que parecía ser 'su camerino', creí que sería como en los estadios de futbol, los jugadores tenían sus vestidores, pero este era demasiado personalizado.

—¡Oh! Es muy grande, ¿qué hacemos aquí?

—Aquí podemos hablar mejor —Cerró la puerta y me fijé en éll— Por cierto, veo que te llevas bien con el chico.

Se movía lento, llegando hasta el sofá y así sentarse en este.

—Es mi mejor amigo, lo sabes. Por tu culpa esta es la segunda vez que lo dejo solo.

Fui a sentarme a su lado. Dejé mi bolso, mientras su mano acarició por encima de la mía y sabía lo que pretendía. Sin dudarlo, me levanté brevemente para sentarme en su regazo. Mis piernas dobladas quedaron a cada lado de las suyas. Sus manos se fueron a tocar mi cintura y dejarlas ahí.

—'Un amigo', te trata muy bien, hasta te da besos —Sus ojos se fueron a mi cabello que cubría parte de mi cuello.

—Me ha visto hasta en sostén —Dije en respuesta. Sus labios brillaban por qué anteriormente los relamió, me gustaba tanto que quería volver a besarlos. Mi cabello había pasado atrás de mi espalda, dejando a la vista todo mi cuello y clavícula al desnudo. Sus ojos estaban clavados en un punto y me acordé de lo que me había hecho— Eso que estás mirando, es un chupetón tuyo. Estuve en estos días cubriéndolo, no puedes imaginar lo insoportable que fue. Espero que no lo vuelvas a hacer con tanta fuerza.

—¿Por qué? ¿Tu amigo se podría enojar? ¿Miró los de tu barriga?

—Tú y yo no somos nada, aparte no quiero confesarle a mi mejor amigo que estoy teniendo una pequeña aventura lujuriosa con alguien que supuestamente admira.

Mi cuello fue acorralado por sus manos. Mis labios por los suyos. Lo hacía tan bien, me besaba, me tocaba, lo sentía de una manera que ningún chico me lo había hecho. Entre los besos, quitó mi sudadera, junto a ella bajó un poco los tirantes de mi camisa, para besar mis hombros. Sus labios húmedos pasaron debajo de mis clavículas, llegando hasta donde el escote de la camisa, pero sin importarle, con la ayuda de su mano la bajó dejando a su vista mi sostén.

—¿También ha visto tus senos? Espero que haya llegado hasta ahí, por qué yo soy quién los probará.

Sin dejarme oportunidad de decir, mi camisa desapareció junto a mi sostén. Su boca atrapó mi pecho y exactamente mis pezones, su lengua lamió la aureola, como si fuese una paleta. Tiré mi cabeza hacia atrás por aquella sensación, sentía que corría por una campo de flores en primavera y el aire fresco me abrigaba, sí, igual que cuando venía hasta aquí, no, aún mejor. Jadeé sin pensarlo, apoyando mis manos en su cabeza hundida en mis pechos. Sus manos subían y bajaban tocando mi torso desnudo.

—¿Así que no somos nada?

Me sentía agitada, mis pezones estaban totalmente hinchados, mojados y vacíos, quería tenerlo de nuevo ahí. Relamí mis labios para después volver a besarlo. Quería hacer algo. Podría tener sexo con él justo ahora, pero nadie me aseguraba que tendría condones o alguien nos atraparía, pero seguro se quedaría con ganas de más.

Por otro lado, por más que quisiera pensar mejor, sentía que estaba cometiendo un error, todo era muy rápido. Eso de 'está mal, detente' hacía que quisiera seguir haciéndolo.

—El lunes, cuándo nos vimos, tenías una erección, ¿te masturbaste? O ¿tuviste sexo con otra chica?

—Cualquier cosa de las que haya hecho, debo confesarte que lo hice pensando en ti, no podía dejar de imaginar mi pene dentro de tu boca —Vaya, justo lo que tenía planeado hacer, quería tocarlo, pero si quería que hiciera eso, pues lo haría. Me deslicé hacia atrás, terminando en el suelo, abrí sus piernas y ya lo tenía enfrente—. Bora, te lo dije por qué me lo preguntaste, no para que lo hicieras.

—Quiero hacerlo.

Tragué saliva. Con mis manos temblorosas toqué el elástico de su chándal y lo bajé poco a poco. Jungkook levantó un poco su trasero para que lo bajara mejor. Miré su boxer y puse mi mano ahí.

—¿Lo has hecho antes?

—Sí.

No, nunca lo había hecho. Debía de admitir que no sabía como hacerlo, nunca había tocado tan siquiera un pene, solo el suyo. A penas había tocado el pecho, los labios, la espalda de un hombre, jamás decidí llegar hasta aquí.

Volví al elástico de su ropa interior, repitiendo las acciones de su chándal. Cuándo estaba en el mismo lugar, su pene salió desesperado hacia arriba, era como un juguete con vida. Era igual que en las fotos que miraba, no era mentira lo que decían, habían miembros de diferentes tamaños, él suyo no sabría catalogarlo, pero para mí era perfecto. Relamí mis labios ansiosa y puse una de mis manos en su pene, se sentía caliente, suave y duro. Debía recordar lo que vi ese día. Un día miré una película que tenía escenas sexuales, pero nunca creía que habría tanto desnudo, realmente era como algo de porno, pude ver como ella la hacía sexo oral, creo que podía hacer lo mismo.

Puse mejor mis rodillas y me acerqué más. Elevé mi cuerpo y bajé poco a poco mi cabeza. Saqué mi lengua y la pasé por su punta rosa. De inmediato lo toqué, Jungkook resopló. Su mirada estaba tan fija en mí, sí, esa mirada lujuriosa que solía tener. Puse mi mano en la raíz de su pene y la mantuve ahí, por otro lado, metí la otra parte a mi boca, tratando de no tocar lo que podríamos decir su tronco con mis dientes, solo acariciándolo con mis labios y mi mano. Para ser mi primera vez, estaba llevando un buen ritmo, haciendo las dos cosas al mismo tiempo. Subía y bajaba con ritmo y de pronto sentí algo abajo de mí, me sentía excitada por lo que yo misma hacía, también por aquellos quejidos de Jungkook.

Sus piernas se movieron de repente y escuché un gruñido por parte de él, parecía que salía desde el fondo de su garganta, como si era él que se estaba comiendo el pene. Mi saliva y sus fluidos estaban combinándose, eran raros y no sentía asco como me temía. Saqué la punta de su pene de mi boca y limpié sin cuidado las comisuras de mis labios. Dejé a cargo a mis dos manos, mojándolas enteras. Como me suponía, mis dos manos cubrían su pene, pero se me dificultaba para moverlas.

—Ah, Bora.

Sentí un escalofrío correr desde la planta de mis pies hasta mis pezones erectos. Alcé mi vista para verle, su cabeza estaba en el respaldar del sofá, una de sus manos en su rostro, dejando a la vista sus labios abiertos donde no dejaba de gemir. Me percaté que su otra mano tomaba con fuerza uno de los cojines de al lado. Me pregunto si lo estará disfrutando, parece que sufre.

Volví a relamer mis labios y aparté mis manos por completo, esperando a que me mirara. Cuándo capté su atención, me acomodé mejor y metí nuevamente su pene a mi boca, tratando de ver su rostro al tiempo. No escuché su voz, parecía ahogarse en sus gemidos, creo que le había gustado. Arriba y abajo, seguía el ritmo. ¿Hasta dónde podía llegar?, seguía masturbándolo sin ser lenta, pero poco a poco tratando de resolver mi pregunta. Cuándo llegó hasta el fondo de mi garganta, noté que podía meter más de la mitad. Seguí así hasta que intenté jugar con mi lengua, supuse que no podía, pero sí, solo debía disminuir el ritmo.

—Jo-joder.

Sus gruñidos empezaban a ser fuertes, alguien nos podría escuchar. Sabía que le había puesto seguro a la puerta, pero de igual sería extraño. Me estaba empezando a agitar, sobre todo a cansarme, mi mandíbula estaba tensa y me dolía. Los penes en erección se hacían un poco más grandes, duros y anchos, era cierto por qué jamás pensé que podía abrir mi boca así.

—Voy a...

Seguro volvería a repetir esto alguna vez, así que me aseguraría de sentirlo, pero esta vez no quería sentir aquel líquido que saldría dentro de él. Saqué mi boca y puse mis manos de inmediato para seguir el ritmo. Me subí encima de él y empecé a besar su cuello. Hizo que me despegara y limpió mi boca para luego besarme. Sus manos fueron a apretar con fuerza mi espalda, sabía que luego me dolerían, pero empecé a mover mis manos con dificultad, rápido y sin sentido. Nuestros labios a penas se tocaban, él no dejaba de gemir en medio y yo me ocupaba de callarlo.

Cuándo menos lo esperaba, gimió tan fuerte que parecía que yo también había tenido un orgasmo indirectamente. Resopló cansado, tirando su cabeza hacia atrás. Mis manos se llenaron de ese fluido blanco, transparente. Lo bueno, es que no ensucie nada de su ropa. Su pecho subía y bajaba, de la misma manera en la que mis manos se movían anteriormente. Me percaté que su cuello parecía sudado y había algo rojo, sí, me había vengado.

Al entrar me di cuenta de que tenía un baño, así que me levanté y fui ahí. Oh, solo había un lavamanos. El agua fría cayó sobre mis manos, puse algo de jabón y volví a mojarlas. Cuándo salí del cuarto, Jungkook seguía en la misma posición, mirando hacia el techo, su miembro que parecía tener vida ahora estaba muerto. Me agaché y lo limpié con papel higiénico que había en el baño.

Busqué mi sostén para ponérmelo y luego mi camisa.

—Lo sentí, ¿fue tu venganza?

Levantó su cabeza mirándome. Colocó su ropa bien y se paró, quedando enfrente de mí.

—Puede ser.

—Me gustó, gracias.

Susurró acariciando mi brazo desnudo. Asentí. Busqué mi sudadera junto a mi teléfono, tenía varias llamadas perdidas de Taehyun, ah, Taehyun.

Estoy en camino, estaba en
el baño y creo que me
perdí. Perdona.
7:42 p.m.

Guardé mi teléfono y miré de nuevo a Jungkook. Podía admitir que cuándo lo tocaba, sus gestos, sus labios, su cuerpo, todo era tan hermoso, aquella imagen no podría sacarla de mi cabeza durante mucho tiempo.

—Bora, me gustas —Reí leve, gustar, sonaba tan gracioso viniendo de él. Negué y puse mi bolso en mi hombro.

—Espero ganes el combate, traje a Taehyun para verte, así que espero que lo hagas bien.

Sus manos me atraparon y me atrajeron a él. Acarició mi cabello, observando atentamente mi rostro. Besó mis labios por última vez, era lento, pude sentir el empeñó que le ponía.

—Te prometo que ganaré, bonita.

Mi rostro se calentó y mis orejas ardían, era distinto, ni siquiera sentí aquello cuándo se la chupé.

Iría a alistarse, por qué en media hora saldría y yo evidentemente debía estar con Taehyun. Me separé de él y fui hasta la salida.

No podía creer lo que había hecho. Recuerdo mi primer beso, tenía 14 años y fue con un chico que me gustaba desde los 10, se lo contaba todo a Taehyun, a él no le agradaba, tenía razón, por qué este cuándo me besó dijo que era muy fea y esperaba más de mí. Sonaría tonto, pero a pesar de que Jungkook es su ejemplo a seguir, siento que no le cae del todo bien, sé que podría decirme que él no es bueno para mí y tendrá razón, tampoco es como que quisiera estar con él por mucho tiempo. 

Tuve un novio, lo recuerdo y me arrepiento, fue algo tóxico, era mejor estando libre y besar a quién yo quisiera, sin ataduras, una manera de librar mi mente de las personas. Opino que con Jungkook olvido todo el mundo exterior, cada cosa, quedándome solo con él, sintiendo nuestros cuerpos como si estuvieran desnudos, abrazándonos, sintiendo nuestro calor, teniendo cada día más lujuria, más intriga, más ganas de más.

Revolví mi cabello dándome cuenta del sentimiento que se volvía abrumador, no me gustaba, en serio no me gustaba eso.

Llegué hasta donde estaban las personas, ahora estaba repletamente lleno, tanto que se me dificultó encontrar a Taehyun.

—Creí que nunca volverías. ¿Tan lejos estaba el baño?

—Lo que sea, ¿qué compraste?

Resopló y me dio una caja de palomitas.

—¿Acaso veremos una película?

Reí. Las luces bajaron y enfocaron a los locutores que al parecer narrarían un par de cosas.

El público se acomodó en sus respectivos asientos, mientras que en el cuadrilátero, un par de chicas -una se distinguía por su cabello rojo intenso-, junto a lo que parecía ser le presentador, se paseaban en este.

Los narradores empezaron a narrar cosas que apenas entendía, como puntuarían esta vez, los round, tiempo, y estrategias.

Hasta que, parecían presentar al contrincante de Jungkook, al parecer y un estruendoso ruido nos calló a todos. Se trataba de una canción que sonó, era fuerte, oscura y molestaba un poco a los oídos. Nos fijamos como aquel hombre de capucha gris entraba, parecía casi un animal. Estaban dando información de él, pero no me interesó mucho, solo algo de que era mayor que Jungkook.

Miré por el rabillo del ojo a Taehyun, y estaba inmerso en todo, podía jurar que su mirada brillaba. Además, quería saber como reaccionaría al escuchar el nombre de Jungkook.

—¡Con un peso de 70 kilogramos, una altura de 1.79 metros, alcance de 1.88 y 25 años, tenemos con nosotros, al excampeón de peso welter de la WBC, JK!

Ahora ya sé su reacción. Literalmente, se giró para verme confuso, mientras que yo solo le hice una sonrisa y le señalé que siguiéramos viendo.

—¡Una gran novedad! ¿¡Escuchan eso!? ¡Al parecer Jk decidió cambiar su icónica canción de entrada por una nueva, tenemos, 'On the Low' de Justin Park!

Ahora la confusa era yo, sin mencionar que su entrada había sido tan diferente a la de su oponente, parecía que bailaba mientras entraba, con esa sonrisa de tonto, casi podría sentir algo romántico en ello, mierda, esa era la canción que me mencionó cuándo íbamos en su coche, la misma que supuestamente le recordaba a nosotros. Uh, no quería hacer ilusiones, pero no pude evitar sonreír.

—¡¿Por qué no me dijiste?! —Chilló para que pudiese escucharlo.

—¡Sabría que te negarías a pesar de querer, no sé si es por lo de Hye que empezaste a odiarlo, pero por ahora concéntrate en el combate!

También chillé. Volví a Jungkook, quién ahora ya estaba subido en el cuadrilátero, mientras le ayudaban a quitarse su bata, con capucha negra, para quedar solo en unos cortos pantaloncillos rojos.

Estaban alistándose para pelear y yo estaba más que nerviosa.

Mi corazón saltaba, a brincos, gritándome un millón de cosas, no eran las mismas de hace una hora, o sí, no lo sé. 

.

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Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3

—Herbst

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