005.
Im Bora
No, no era suficiente.
Pegué mi frente haciendo un leve ruido sobre mi escritorio. Debería pensar mejor sobre como administrar mi dinero, los números no eran lo mío, mucho menos hacer algo bien. Ayer tuve que pagar el pase mensual de transporte público, costó, 55.000 wones. Si sumo eso, con el último pago que hice del internet que fue de, 28.200 wones. ¡No puede ser! Creí que tenía más dinero, apenas me quedan, 16.800 wones. Qué vida tan miserable me tocó pasar.
Deseo que mi madre un día me confiese que soy familiar de las Kardashian.
—Bora... ¿Qué haces? —Giré la silla y la miré cruzada de brazos. Hice un ademán con mi boca, mordiendo completamente mi labio inferior—. La cena está lista, también vino Taehyun a comer.
Salió de la habitación sin hacer alguna pregunta, estaba harta de mí, normal. No puedo pedirle algún aumento a mi madre, con lo que me da, pago el internet y en alguna cosa para mí, aunque últimamente he estado derrochando con mis ahorros. Qué más da, debo conseguir un trabajo sea como sea.
Coloqué mejor mis zapatillas y también salí de la habitación. Sentí el olor a la comida, olía a... ¿Calamares? No, eso era carne, ¿carne? Me asomé al salón, estaba la gran mesa del comedor, llena de comida y todos listos esperándome. No podía creerlo, arroz blanco, arroz frito con kimchi, ingredientes para preparar el Bibimbap y sopa.
—¿Y no hay nada picante? ¿Acaso hoy hay alguna celebración? ¿Es mi cumpleaños?
Sentí como mi madre salía de la cocina con otro plato de sopa, se acercó para dejarlo en la mesa y luego fue a pegarme en el hombro.
—Hoy viene la madre de Taehyun también, por eso tanto comida. Compórtense como siempre.
Cada vez que la señora Kang venía, pasaba esto. Ella era un tanto quisquillosa, era amiga de mi madre, pero parecía que siempre la quería impresionar. Pensé que hoy comeríamos en el suelo como siempre, mientras mirábamos algo de televisión. No sería así.
Me senté enfrente de las chicas. Min-hee leía un libro, por otro lado, Myung revisaba sus uñas. La puerta sonó y mi madre corrió a abrir. Taehyun saludaba repetidas veces y se adentraba, ya con sus zapatillas puestas. Se sentó a mi lado y solo me miró.
—¿Qué me ves tanto boba?
—Me caes tan mal.
Sonreí sin mostrar los dientes y estaba a punto de mostrarle mi dedo de en medio, pero justo miré a nuestras madres acercarse. Lucían emocionadas.
Dejamos que los invitados se sirvieran, así empezaran a comer primero y luego nosotras. La comida estaba exquisita, estaba disfrutándolo mucho. No sé cuándo sea la última vez que comeríamos así.
Las mayores hablaban sin parar, risas tan sofisticadas, aunque mi madre mentía, sí, aprendí un poco de ella, a quién piensa engañar.
Tomé un poco de agua y pensé que mañana, al ser miércoles, saldría una hora antes de clases, así que me pasaría por un par de sitios, así buscar un vestido para la fiesta que habría, misma de la cual todos hablaban.
—Taehyun, ¿ya sabes que le darás a Bora?
Dejé mis palillos en la mesa y miré a Min-hee, siempre de entrometida.
La semana que viene, habría una fiesta que trataba de la celebración del día del pescador, sí, extraño y, por otro lado, el día siguiente era el aniversario de amistad que tenía con Taehyun.
No sabía qué haría, aparte no tenía algún atuendo que ponerme. Que aburrido reflexionar en eso ahora. Tomé un poco de agua, estaba sedienta, solo deseo que junio acabe de una vez, pero apenas viene empezando.
—Bora, ¿cómo llevas la escuela?
La señora Kang me habló, mi madre me comía con la mirada, esperanzada de que dijera algo bien.
—Supongo que bien, por eso suelo ayudar de vez en cuándo a Taehyun.
Asentí dándome la razón, aunque al bobo no le agradaba mucho lo que dije.
—Me imagino que ha de ser muy difícil estar al final de su último semestre. No me quiero imaginar la presión que tienen encima.
Una patada por parte de Myung cayó en mi pierna. Fruncí mis labios para que se detuviera. Tenían una manía con molestar a la mejor miembro de la familia, no estaba mal mentir un poco.
—Toda la razón Iseul, nuestros muchachos se están esforzando. Además, mira lo grandes que están. Han crecido en un abrir y cerrar de ojos.
—Tú no mucho.
Susurró Tae y estaba a punto de pegarle en su miembro, lo iba a hacer, que no me retara.
Por cuarta vez, volví a agacharme para tomar los platos y llevarlos a la cocina. Hoy le tocaba a las hermanas hee, que hicieran algo. Después de que limpié, fui hasta mi habitación -antes me despedí de la señora kang-.
Dejé caer mi cuerpo sobre la cama y el cuerpo de Tae cayó encima de mí.
—¿Quieres morir pedazo de bobo?
Empujé su cuerpo a un lado, pero sus piernas eran pesadas. Sus manos se estiraron dejándome atrapada debajo de él. Nos quedamos así, mirando al techo blanco con los escasos rastros de pegatinas antiguas que habíamos pegado juntos ahí.
—Bora.
—Mmju.
—¿Qué haces mañana?
—Si mi cabeza no me falla, voy al o instituto ¡Oh, cierto! Tú también.
Todo su peso se fue hacia adelante, dejándome respirar mejor. Se acomodó en la orilla de la cama y me quedó mirando, ¿qué pasaba? Seguro estaba planeando hacer algo.
—Mañana acompáñame a comprar —Ya veo, seguro sería un atuendo para la fiesta. Tendría que buscar algo que años atrás usé—. Pero, podemos ir a una tienda de conveniencia.
Asentí. Me gustaría ganar mucho dinero y lograr comprar cualquier cosa sin preocuparme tanto por cuánto gastaré. Estoy segura de que es el caso de Taehyun, a veces oculta junto a su madre sus ganancias, eso no es algo que se gane por tener un pequeño local.
Por los momentos, me encargaré de buscar algunos sitios donde estaría bien trabajar y no me pidan tantos requisitos. Debo conseguir comprar los medicamentos de mi padre y no le he contado nada a mi madre. Uh.
*
Las palabras sin rasgos de mentira eran perfectas para mí, pero a Taehyun no le quedaban mal. No estábamos en una tienda de conveniencias, en cambio, esto era el centro comercial. Nos adentramos a dos tiendas donde los precios eran parecidos a una de las nuevas pastillas que le recetaron a mi padre.
Me senté en una pequeña banca, mirando a la gente como pasaba con sus grandes bolsas de tiendas lujosas. Dediqué unos minutos para reflexionar sobre que comería esa noche, sentía hambre y seguíamos aquí metidos.
—Acabé.
Dijo colocándose enfrente de mí. En total llevábamos 4 bolsas, pantalones, camisas, zapatos y en otra pequeña, unos accesorios. Él era ingenuo, a pesar de todo, estas compras finalizaban en tiendas de ropa femeninas queriendo comprar algo para mí, y 6/10 las rechazaba.
—¡Entra!
Me empujó para que pasara la puerta. Las personas nos quedaban mirando, sí, pareja joven entrando a comprar. Debía de admitir que había muchas cosas que me gustaban, pero mi dignidad me ganaba ahora.
Pasó cuatro vestidos por mi rostro y eran preciosos, pero me negué rotundamente. Entonces, a lo lejos, miré una preciosidad. Me adelanté y toqué su textura. Se trataba de un vestido muy corto, de mangas largas, color azul y transparente. Tenía una idea, si lo compraba, por dentro me pondría un top y un pantalón corto de color blanco. Estoy segura de que quedaría fenomenal. Lo quería.
—Ve a probártelo. Andaré por aquí buscando algo para mi madre.
Lo tomé con algo de vergüenza. Busqué con la mirada el probador y cuándo lo encontré salí apresurada. Estaban casi todos llenos. Este vestido, era de tirantes y las mangas largas eran conectadas por la parte de enfrente. Me quedaría fenomenal. Pensándolo mejor, llevaré sujeto el cabello en un moño y algo de color azul.
—Siguiente. Adentro, cuarto a la izquierda.
Escuché a la empleada hablar y fui de inmediato. Cerré la cortina y empecé a quitar mi ropa, bueno, que solo era un vestido. Me quedaba a la perfección como creía. Definía mi cintura y las mangas empezaban desde abajo de mis hombros. La pequeña falda caía lisa en mis piernas. Con ese pantalón corto que decía, quedaría bien. El top que llevaba ahora es de color negro, así que blanco estaría bien.
Bajé mi cuerpo para buscar mi bolso en el banquito, saqué mi móvil y enfoqué al espejo. Mi pasión era tomarme fotos cuándo iba a comprar ropa, únicamente para ver como me quedaba. Le mandé un mensaje a Taehyun para que me viniera a ver, pero me arrepentí por qué me di cuenta de que solamente estaba en bragas.
—¿Rebeca?
Escuché afuera de mi probador, sí, era en el mío, ya que el golpe de unos nudillos sonaron al costado. Asomé mi cabeza, cubriendo mi cuerpo un tanto con la ayuda de la cortina. Percibí a un tipo casi de la estatura de Taehyun, pero no era él, sonaría demente, pero su nuca me parecía haberla visto antes.
Se dio la vuelta, no, no era para nada mi Tae, era otro tonto. El maldito Jk, Jungkook, mejor dicho, estaba enfrente de mi probador.
—¿Tú?
Lo miré de pies a cabeza. Llevaba una sudadera manga larga color vino y unos pantalones anchos marrones, ¿creía que estábamos en invierno? Vaya demente. Metió sus manos en sus bolsillos y me quedó mirando.
—Me equivoqué de probador.
Elevé ambas cejas.
—No eres tan tonto como juzgaba.
Bufó. Sus gestos de molesto pasivo me parecían un tanto atractivos, más con ese gesto de sonreír mostrando sus dientes y su lengua, pasándola por los dientes de arriba. Increíble.
—No eres tan fea como suponía.
Mantuve mis labios entreabiertos. Qué rencoroso. Pero, entonces, me di cuenta por qué lo dijo. Al darme cuenta de que era él, solté la cortina, permitiendo su vista a todo lo que había en el probador, yo con el vestido transparente, dejándome ver en bragas. A su merced.
Lo dejé y cerré la cortina. Si seguía ahí, lo iba a encarar, pero primero me dediqué a cambiarme. Me aseguré de que no olvidaba nada. Tomé mi bolso y el vestido en mí manos. Aparté la cortina y ya no estaba, era obvio, pero tampoco a los costados. Traté de sacarlo de mi cabeza, pero no podía dejar de pensar en su sonrisa.
Me había decidido a llevar lo que me probé, me gustaba. Taehyun se encontraba algo lejos, mirando un par de zapatos. Por mi parte, le mencioné que lo esperaría en el mostrador.
—¿Cuándo te lo pondrás? —Giré a mi costado para encontrarlo nuevamente— Digo, porque espero que lo compres, te quedaba muy bien.
No le contesté. Mi pecho se apretó, quería mirarlo solo para ver sus gestos.
—¿Tú que haces aquí? No es correcto que vayas acosando a las chicas.
—Nunca se me ocurriría acosar a alguien como tú.
Decía todo eso para enojarme. Sonreía como un cretino, se divertía insultándome.
—Sería lindo que te vayas, me da náuseas hablar contigo.
Me alejé del sitio, acercándome a Taehyun. Este bastardo no esperará el día en que logre darle un golpe. No puedo creer que me miró en ropa interior, joder.
Llegué hasta donde estaba Tae y me quedé ahí, esperándolo. Deseo que ya sea la fiesta. Desde hace 10 años celebramos nuestra aniversario de la misma manera. Nosotros yendo a la playa antes de la media noche, para ordenador un poco, comer algo y hablar de todo lo que pasaba en el año, también sobre lo que queremos progresar en nuestra amistad, nuestros sueños y recordando, también se convertía ese día en el único día que no mentía, en que decía la verdad.
Desde hace dos meses hice la compra de su regalo, era un juego de 20 pinceles diferentes de pintura al óleo, profesionales y limitados para pintura de lienzo. Ahorré mucho para ello y no me arrepiento, estoy segura de que le gustará. Desde hace 6 meses empezó unas clases de pintura, ah, lo hacía muy bien. Era bueno en muchas cosas, boxeo, estudios, tenía una linda voz, pintaba... me hacía sentir orgullosa tener a un amigo como él.
—¿Vamos a pagar?
Me miró. Asentí. Le ayudé con las bolsas y fuimos hasta el mostrador. Como siempre, se limitó a dejarme atrás para que no me enterara el total de lo que compró, así que lo esperé afuera.
Luego de unos minutos más y lo vi saliendo. Caminamos en silencio por los pasillos del lugar. Estaba tranquilo pasear, hacía frío gracias al aire acondicionado, no quería irme.
Nos dirigimos hasta el gran garaje. Metí las bolsas en el maletero, mientras que Taehyun encendía el motor del coche y prendí el aire.
—Oye —Cerré la puerta después de entrar y abroché el cinturón de seguridad— ¿compraste algo para la señora Kang?
—Sí, era la otra bolsa.
Que extraño, donde estaba mi vestido, pesaba como si hubiera algo más. No le presté atención y me encargué de la música.
En el transcurso a casa, estaba a nada de dormirme. La mañana del instituto estuvo cansado, a pesar de que los miércoles salíamos temprano, las horas de clase eran pesadas y te agobiaban.
"Feel like I'm fallin' fast for you... You got into me (you got into me)..."
Esa canción me gusta. Apenas entendí bien la letra, así que me siento de manera extraña, representada en algún sentido. Estiré mi brazo para leer como se llamaba la canción. Así que "Fool 4 U". Bien, en casa leería mejor la letra.
—¿Te gusta?
—¿Qué?
—Digo, ¿qué si te gusta la canción?
Ah, eso. Asentí. En verdad me agradaba.
El domingo era ya la fiesta y el día siguiente nuestro aniversario. Deseo tanto que todo vaya bien, sin ningún problema de por medio. Será un día perfecto para disfrutar.
*
Todo estaba en completo orden, quería suponer. El regalo que le daría a Taehyun estaba en la cama. Volví hasta el espejo para verme, me gustaba el atuendo.
El conjunto que dije que me pondría para la fiesta me quedaba fenomenal. Ordené mi cabello, pero los cabellos rebeldes de enfrente saltaban a mi frente, como si fuese un flequillo, se miraba bien.
Tomé mi bolso y salí de casa, siendo la primera como siempre, todas en este hogar tardan demasiado.
Había un pequeño escalón en la entrada de casa, me senté ahí. Me pregunto cuántas cosas tendrán para comer esta vez. El año pasado fue agradable, todo era gratis, así que aprovecharíamos. Una de las mejores fiestas sin duda.
El coche de la madre de Taehyun se estaba acercando. Como no reconocerlo, si era el mejor coche del barrio.
—¡La señora Kang está aquí!
Chillé. Me levanté con cuidado limpiando mi trasero a la vez. El coche quedó aparcado enfrente de mí. La señora Kang bajó y me saludó con un abrazo.
—Hola cielo, ¿y tu madre?
—Desesperada, por qué se le olvidó meter algo al cesto de comida.
Ella sonrió y fue hasta dentro, buscando a mi madre. Entonces, ahí estaba Taehyun, que... lo iba a matar. Como si nada, se apoyó en el coche mirándome. No puedo creerlo.
—¿Me explicas?
Llevaba otra tonalidad de azul. Habíamos acordado ir con el mismo que llevábamos el año pasado.
Me crucé de brazos. No iba a prestarle atención en el coche, estaba celosa. Le quedaba increíble la tonalidad azul marino, llevaba una chaqueta sin mangas, se veía genial.
Mi madre salió junto a las demás, cargando un par de cosas. Taehyun y yo fuimos a ayudar y la subimos al maletero. Nos subimos al coche, era de 7 plazas, sin problema para que fuésemos todos. Todo el camino a la plaza Matjeom, estuve pensando en que si algunos de los ancianos cantarían sus típicas canciones o si estaría la abuela Hye, la echo de menos.
Desde aquí, pudimos ver la playa. Al ir hasta la plaza, nos alejábamos más del mar, esa era la razón por la que Taehyun y yo salíamos siempre dos horas antes de las 12, para poder celebrar y hablar con tranquilidad. Ahora que recuerdo, no olvidé nada y traje su regalo, también las cosas que llevaba para ponerlas en la arena.
Miré ese gran cartel que nos daba la bienvenida y ya podía ver como el estacionamiento estaba casi lleno, las personas llevaban platos o bebidas en sus manos, estaban disfrutando y yo también lo haría como todos los años..
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Tomen agüita, no dejen de comer y traten de portarse bien. Dios les bendiga. Muak. <3
—Herbst
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