-Chicos ya pueden bajar –se escucha el grito de nuestra maestra antes de salir emocionados.

Después de 2 horas de viaje en avión, donde me desmalle, más unas 4 en bus llegamos a nuestro destino. En total 6 horas de viaje, odio estar encerrada en algún vehículo ya sea terrestre, y ahora aéreo, me pone ansiosa. Saque mi equipaje del vehículo, una maleta de ruedas, y la mochila con equipo para explorar la zona.

Frente a nosotros había 2 grandes cabañas, una para los científicos y otra para nosotros. Tenían 2 pisos y había algunas enredaderas filtrándose entre los maderos. Ambas eran idénticas, pero en una había un letrerito color cobre y el otro sin nada.

La que sería nuestro hogar por las próximas semanas, la que no tiene letrero, en sus ventanas hay unos balconcitos donde se ponen plantas decorativas. Ahora estaban vacíos, pero no por mucho. Yo me encargare de eso.

Después de la impresión inicial, entre al inmueble. Era bella y sencilla la decoración. Típico de un ambiente agreste.

Se veía la planta principal, donde estaba la sala con 4 sillones y una chimenea de ladrillos, al lado izquierdo de ésta se encontraba una cocina comedor, al derecho una pequeña zona de estudio o biblioteca.

Al costado de la chimenea esta la escalera, seguro que conduce a las habitaciones. Con curiosidad y algo de cansancio subí. Ya estando en la segunda planta del pasillo, frente a mí, se divide en 2.

Mire a ambos lados ¿Cuál camino elijo? Al alzar tomo el de la derecha en donde se ven 6 puertas, con un letrerito en cada una. Todas tenían nombres de alguno de nosotros, eso creo.

Camine hasta una de las puertas, blanca con pétalos dibujados en ella. Tenía mi nombre junto al de Alex. Al parecer compartiríamos habitación.

Entre a la habitación, a los segundos escucho pasos cerca de mí, poniéndome en alerta.

-Izu, viste el nuevo cd de Kuro Tsuki -escuche un chillido de emoción, después de lo comentado.

Asome mi cabeza al marco de la puerta volteándola al origen de las voces. Se encontraban 2 chicas, una más alta que la otra. Parece que son las de los otros grados y salones.

La primera era alta, tal vez 1.75. Cabellera hasta la media espalda con ondas, rubia con rayos rosados y violetas, tiene varias horquillas coloridas agarrando los mechones de enfrente. Estaba algo bronceado, pero eso no quita que resalte sus ojos caramelos. Lleva puesto una sencilla falda de tablón hasta la rodilla turquesa, una blusa floreada, medias hasta la rodilla negra con gatos en la cima y zapatillas grises con fucsia.

La otra chica era mucho más baja, de unos 1.56. Cabello platinado con mechas anaranjadas con rojo, lacio hasta los hombros y cerquillo cuadrado. Piel blanca con algunas pecas y ojos grises. Usaba una camisa blanca, sobre esta un chalequito carmín, unos vaqueros blancos y botines.

Sé que es malo espiar, pero la curiosidad me gano. No resistí a la tentación.

Conversaban sobre algunos discos, música o idols, y veían cual es el mejor. Las ignore, hasta que mencionaron X.u y Jitter Doll. Canciones de mi top personal.

Me acerque a ellas, curiosa por unirme a la conversación. Y también de conocer con quienes iba a convivir, a pesar de la información dada por el trio chismoso, que es nada.

-Hola, no quería interrumpir pero es que pienso de que Circus Monsters es mejor que Echo -estaba algo incomoda- Ya que la primera es mucho más sentimental que la otra, que es más computarizado.

-Tiene razón -comenzó la alta- como no nos dimos cuenta.

-Y pensar que eres del equipo de gimnasia -le respondió la peli plata.

Ambas discutieron otra vez, dejándome a mí de lado. Me estaba retirando, cuando siento una mano en mi hombro.

-Disculpa nuestro comportamiento, pero cuando son temas de J-pop no nos podemos controlar -ambas me lo dice a la vez.

-No se preocupen, a mi nee-san y a mí nos ha pasado. -hago un gesto dando poca importancia- Soy Wolfram di Angelo, tengo 13.

-Izumi Larico - hablo la rubia- Tengo 16 y soy capitana del club de gimnasia.

-Yo soy Leila de Arco –me sonrió la menor- De 14 y delegada de clase. Gusto en conocer.

Les correspondí el saludo para poco después Alexya estaba con nosotras. Se repitió el mismo número. Pero al rato nos despedimos,dirigiéndonos hacia nuestro cuarto.