35 "Camelia"
Yuu estaba nervioso, había vuelto a su hogar hace varios meses, su hija ya estaba bien y lista para salir al aire libre. y eso significaba una sola cosa, mudanza.
Si bien dudaba separarse de Mayumi hasta que cumpliera un año, el departamento ya les quedaba pequeño a los 3, por lo que apenas volvieron al hospital, comenzaron con las remodelaciones.
Según Kensuke, el se encargó de darle mantenimiento al jardín, mientras que la manutención interna se la daba un equipo especializado en ello.
Ya les habían dado el visto bueno a la casa hace un mes, lo unico que le faltaba era pintarla a su gusto y decorarla, pero para ello, debían ir a ver la casa.
Eso ponía demasiado sentimental a Yuu, volvería a su casa, despues de 17 años. Apenas sus padres murieron se fue de esa casa, y nunca mas había vuelto, nisiquiera a verla, y ahora lo haría, con su propia familia
— Si quieres podemos ir otro dia, no necesitamos mudarnos tan apresuradamente, Mayumi aun duerme en su cuna junto a nosotros— Dijo el alfa al ver como Yuu estaba tenso, a lo que este negó con la cabeza, acariciando el escaso cabello de su bebé.
— Mayumi ya tiene 3 meses, yo ya pude volver a mi peso y tambien a mis actividades, y ahora que me gradué necesito mi propio espacio para trabajar, tu necesitas tu propio espacio tambien, al igual que Mayumi lo necesitará pronto ¿Cuanto mas vamos a esperar? Si seguimos posponiendolo, Mayumi tendrá 7 años y estará pidiendo su propia habitación.
— ¿Estas seguro?
— Si. Solo estoy conmocionado, los pocos recuerdos que tengo de mis padres, son en esa casa, y estoy seguro que recordaré muchos mas cuando estemos allí y...
— No esta mal Yuu, sabes que nunca te juzgué cuando lloras porque los extrañas. Seguramente sea abrumador, pero aquí estamos para ti. Puedes contar con nosotros ¿No es asi Mayumi?— Preguntó el alfa, tomando en brazos a su bebé
La pequeña comenzó a reír al estar en los brazos de su padre, cosa que alivió a Yuu. Ya tenía a su propia familia, y con ellos quería crear nuevos recuerdos en aquella casa, donde alguna vez vivió tan feliz con sus padres.
— Esta bien, vamonos— Dijo el omega, levantandose del sofa, bajo la atenta mirada del alfa— ¿Que esperas? Mientras más rápido lleguemos, más tiempo tendremos para pensar en la decoración.
No necesito oir nada mas para preparar las cosas necesarias e irse junto a su omega. El viaje por suerte no era tan lejano, la casa estaba a unos 15 minutos en auto de la ciudad, en una buena ubicación.
Yuu no pudo evitar recordar ciertas cosas mientras se acercaban a su barrio de la infancia. Habían casas nuevas, de un gran tamaño, otras parecían intactas a pesar del paso de los años, incluso reconoció una tienda de convivencia, le sorprendió ver el mismo cartel, solo que renovado, claramente.
Apenas llegaron, Yuu no dudó en bajar corriendo, olvidando que iba acompañado. Abrió con sumo cuidado la pequeña puerta de acero con delicados detalles de flores, recordaba que su madre adoraba esa puerta y que según ella eso fue lo que la enamoro de esa casa, el entonces solo la veía como una simple cerca, las de sus vecinos eran mas bonitas, pero ahora que recordaba a su madre, le parecía una de las partes mas importantes de la casa.
Siguió con el patio frontal, estaba muy bien cuidado, atribuía su belleza a su tío, quien se había encargado de mantenerlo igual de bello que en su niñez, o incluso aun más de lo que ya lo era. Era pequeño y apenas tenia unas cuantas flores, mas que nada arbustos pequeños pero cortados tan prolijos que parecían sacados de una revista de decoración hogareña. Lo que si notó que antes no estaba era esa gran enredadera que cubría toda la pared frontal de la casa, pero no se veía para nada desprolijo, mas bien, le daba un gran color, las hojas de diferentes matices de verde contrastado con los ladrillos rojos, la puerta azul con un portico blanco.
Tomó la llave de su bolsillo y abrió la puerta, ya nadie usaba llaves como método de seguridad, pero al ser una casa bastante vieja, nunca le habían cambiado la cerradura, seguramente ese sería uno de los principales cambios que harían.
Al entrar una oleada de recuerdos lo golpeó. Apenas era el hall de entrada, no había ninguna decoración, solo estaban las paredes en blanco, y lo unico llamativo para ver era la escalera al segundo piso, un largo pasillo que conectaba al pequeño baño, la sala de estar, el comedor, y más hacía el fondo, la cocina, aunque claramente no se veía ninguna de estas habitaciones. Aun asi, recordaba varias de las decoraciones y sus lugares específicos.
Se quitó los zapatos, dejándolos a un lado de la entrada, y caminó lentamente por el pasillo, inspeccionando cada rincon de aquellas vacías paredes, recordando como se veían hace 17 años atrás.
Primero paso a ver la sala de estar, tenia un tamaño bastante prudente, era mucho mas grande que ambos departamentos en los que vivió, aunque apenas era mas pequeño que el de la casa de Hanako, siendo que ese tenia muchas habitaciones pero no tan grandes como cualquiera imaginaría al ver tal mansion.
A comparación del pasillo, habían varios montículos de los que suponía eran los muebles, cubiertos con una gran tela blanca para que el sol y el polvo no los dañaran. Las paredes eran igualmente blancas y sin ninguna decoración, pero a pesar de todo, podía recordar las veces que jugó junto a su madre alli, o acompañó a su padre mientras dibujaba quien sabe que.
Cruzó el pasillo hasta el lado contrario, entrando al comedor, igual que la habitación anterior, los muebles estaban cubiertos por una tela blanca, y las paredes pintadas de blanco. No solían usar tanto el comedor, pues varías veces su padre llegaba tarde del trabajo, o aveces ni llegaba, oor lo que su madre prefería comer en la cocina. Siguió por la puerta que conectaba con dicha habitación, esa era una de las que menos habían cambiado. Los muebles y repisas seguían en sus mismos lugares, solo que vacíos. Los azulejos del area de las mesadas seguían intactos, el horno seguía siendo al mismo, y aunque deseara no cambiar mucho su casa, sabía bien que deberían cambiarla por una eléctrica, para mas comodidad y menos accidentes.
De alli salió al patio, gracias a las puertas francesas que conectaban a la cocina con el exterior. El patio trasero era mucho más grande que el frontal, con decir que había una piscina y aun asi una gran parte de tierra como para una reunion ya cualquiera podía suponer su tamaño.
Estaba igual de bien cuidado que el patio del frente, pero a diferencia de este, tenia mucha mas vegetación. Muchas hermosas flores, un gran árbol lleno de flores rosadas. Parecía un cerezo, pero no lo era, recordaba las historias que le habia contado su madre sobre ese arbol.
Era un almendro, según su madre, su padre se confeso a ella con una rama de aquellas flores, eran tan extrañas de encontrar en su zona por el clima que este árbol prefiere, pero el había conseguido una, con obvia ayuda de su hermano menor, y se la estaba obsequiando mientras se confesaba.
Muchos se preguntaran ¿Porque una rama de un árbol enves de un ramo mas convencional? Pues asi era su padre, el no era bueno con palabras, por lo que su unica forma de expresarse era mediante actos, por lo que ser convencional no era una opción. Y ese no era la excepción, le preguntó a su hermano sobre alguna flor que pudiera transmitir lo mucho que amaba a esa omega y que no importara cuanto tiempo pasara, no dejaría de amarla, y en un inocente acto, su hermano le contó sobre aquella flor, aunque automáticamente la descarto, pues no era fácil de conseguir. No se esperaba que su hermano realmente buscaría por todos lados esa flor y la entregaría a aquella omega.
Pero debía agradecer que funcionó su búsqueda desesperada, pues ella aceptó, y desde ese dia que fue su flor favorita, al punto en que en su décimo aniversario de casados, le regaló un árbol de almendro. Kensuke casi asesina a su hermano por querer plantar tal especie de arbol de tierras áridas en una zona húmeda, diciendo que no sobreviviría al humedo y frío invierno, mas nadie tiene una explicación lógica de como ese débil árbol sobrevivió tanto tiempo para estar asi de bello en una zona completamente diferente a la que acostumbra.
— Es un bello árbol— Dijo el alfa una vez estuvo al lado del albino, con su hija en brazos, a lo que este simplemente asintió— Sabiendo que tu familia es tan excéntrica en cuanto a plantas se trata dudo que este árbol haya sido una elección al azar.
— Y no te equivocas— Agregó con una leve sonrisa— La flor de almendro significa el amor eterno, y eso es lo que sentían mis padres el uno por el otro, tanto que quisieron inmortalizado en este árbol.
— Ya veo, pues supongo que este debe ser su lugar especial.
— Lo es. Cuando cremaron sus cuerpos, una pequeña parte de ellos fue tirada aqui, a sus raices, supongo que eso ayudo a que creciera asi de fuerte, porque ellos viven ahi dentro— Comentó el albino, tocando el tronco del árbol— Si no, no encuentro una explicación lógica de como puede seguir vivo.
— Si lo piensas, nuestras familias no difireren tanto- Dijo Ryota, confundiendo a su esposo, quien volteo a verlo para que se explicará— Si recuerdas, mi familia cree que una relación es como una flor, depende de cuanta dedicación le aportes, su crecimiento variará. Si no la cuidas, se marchita, si la sobreproteges, se ahoga, pero si confías y le das lo necesario, crecerá fuerte. Pasaran tormentas, terremotos, huracanes y demas desastres, asi como en la vida pasamos por muchos problemas, pero despues del invierno, llega la primavera, y volvemos a estar bien. Creo que tus padres implementaron un poco de eso, sabes bien que pasaron por cosas horribles, cosas que te preocupan que se repitan, pero aun asi salieron adelante, permanecieron juntos hasta el final, y ver este árbol que creció tan fuerte a pesar del tiempo demuestra lo mucho que se amaban.
— Ryo... Se supone que no iba a llorar— Se quejo el omega, abrazándose a su alfa entre lagrimas.
Ryota correspondió al abrazo con su brazo libre, pues con el otro cargaba a su bebé, quien se entretuvo jugando con los mechones albinos de su padre omega. Al sentir los leves tirones en su cabello, despegó su rostro del pecho del alfa, solo para mirar a su hija con una gran sonrisa y despues cargarla entre sus brazos.
— Mamá... Papá, se que ha pasado tiempo, la ultima vez que me vieron estaba de 7 meses de embarazo, pero aquí está su pequeña nieta, Mayumi— Dijo mientras mostraba a la pequeña al árbol, sabiendo que sus padres se encontraban ahi- Lamento haberme separado tanto tiempo de ustedes, pero alfin estoy en casa, viviremos aqui desde ahora, espero cuiden de nosotros.
— Se que lo harán, despues de todo, nunca dejaron de hacerlo— Comentó Ryota, abrazando por detrás al albino— Por cierto, te tengo una sorpresa.
El omega lo vio bastante confundido, eso no se lo esperaba. Salieron juntos del departamento, y Ryota no cargaba nada consigo, ni había nada en el auto ¿Que podía ser esa sorpresa entonces?
Claro que el mas alto notó la confusión en su esposo, y supo que no se había arruinado, pues vió como el omega solo centro su atención en aquel árbol apenas salió. Lo tomó de sus hombros y lo condujo suavemente hasta la puerta, donde recidía un árbol, o más bien, un arbusto.
Este era mas pequeño que el almendro, seguramente medía apenas 2 metros, pero si que estaba lleno de hojas, y unas hermosas flores blancas. Yuu supo distinguirlas al instante, eran camelias. No había notado el árbol, y mas importante, no recordaba que estuviera en la casa, ni que su tío fuera fanáticos de los arboles y arbustos como para plantar uno y cuidarlo todos esos años.
Se volteo a ver a Ryota, aun mas confundido, porque si algo conocía de su esposo, es que no era fanáticos de la jardinería, pero verlo tan sonriente, delató que el era la causa de aquel arbol.
— ¿Tu lo plantaste?— Preguntó sorprendido, a lo que el alfa negó.
— Yo no, ambos lo hicimos— Confesó, volviendo a abrazar al más bajo por la espalda, apoyando su cabeza en uno de sus hombros— ¿Recuerdas lo que pasó cuando visitamos a mis abuelos por primera vez?
— Si, nos hicieron plantar una semi... Espera ¿Ese árbol es...?— Preguntó atónito mientras miraba el árbol, recibiendo asentimientos por parte de su pareja.
— Si, este es el "producto" de nuestra relación— Respondió sintiendo bastante orgullo de lo bien que había crecido— Al principió estuvo en la villa de mis abuelos, pero cuando ya estaba creciendo bastante, decidí transplantarlo aquí, claro, con ayuda de Kensuke, casi me asesina ese día.
Yuu rió con solo pensar la situación, su tío daba miedo cuando de plantas se trataba, pero sin dudas agradecía su ayuda, de otra forma, no habría crecido tan bello.
— Asi que eran camelias ¿Sabes su significado?
— Claro que lo se, la camelia roja es la flor representativa del clan Ichinose, aunque si me sorprendió que nos dieran su variante blanca, era obvio que no era un error, y tal cambio debía tener una explicación.
— ¿Y cual es?— Preguntó curioso, pues tampoco sabía su significado.
— Las camelias de por si significan "Amor Puro", y como todas las flores, dependiendo de su color, su significado se vuelve mas específico. Para las camelias blancas, se traduce como "amor inocente"
— Pues déjame decirte que de inocente no tienes nada— Dijo el albino con gracia, recibiendo un leve golpe en su pecho por parte del alfa
— Debo admitir que tampoco le encontre sentido al inicio, pero tras pensarlo mas, le encontré el sentido. Un amor inocente es el que experimentas en la niñez, no te interesa nada sexual, nisiquiera piensas en ello, solo piensas en la felicidad que te causa esa persona y en todo lo que quieres compartir con ella, lo mucho que lo amas y solo con verla igual de feliz te basta, un amor completamente puro, y eso es lo que sentí por ti. No te conocía pero ya te quería, igual que el amor de un niño, lo único que me importaba era hacerte feliz, lo demás vendría con el tiempo. Si bien hace años ya perdimos esa inocencia, mi prioridad no cambió, que es hacerte feliz. Tu eres mi mejor amigo con quién puedo bromear de las cosas mas estúpidas, mi compañero de vida quien siempre me apoya en los buenos y malos momentos, el amr de mi vida que me enseño lo que realmente es el amor. Tu eres mi camelia blanca.
Yuu deseaba llorar, si bien Ryota le demostraba muy a menudo lo que sentía por el, esa sin dudas era la confesión mas hermosa de todas. Sin pensarlo se dio vuelta y rápidamente unió sus labios con el del alfa, compartiendo un dulce beso, sin ninguna otra intension mas que transmitirle lo mucho que lo amaba.
— Tu tambien eres mi camelia, aunque te queda mejor el rojo— Dijo divertido, recibiendo un pequeño beso esquimal por parte de su esposo— Fuiste todas mis primeras veces, y tambien espero seas las últimas, porque eres el único con quien podría compartir un amor asi de puro. Eres la persona a la que mas amo en este mundo, y lo unico que deseo para ti es la felicidad, y estar ahi para ti siempre.
— Siempre lo has estado— Dijo volviendo a abrazarlo, acariciando su cabellera— Te amo, realmente te amo.
— Yo también te amo. Mas de lo que te imaginas.
Siguieron abrazados hasta que Mayumi comenzó a moverse, una obvia señal de que ya le incomodaba ser casi aplastada por sus padres, a lo que ambos rieron, su hija si que podia ser dramática.
— Bueno, sera mejor que sigamos viendo la casa, les daré todo un tour personalizado y especialmente pensado para ustedes— Bromeo el omega mientras volvía a entrar a la casa, tomado de la mano de su alfa.
— ¿Con hechos históricos?
— Todo incluido.
Ambos entraron y siguieron viendo la casa, incluso cenando alli con comida rápida. Yuu podia catalogar aquel día como uno de los mejores días de su vida, junto a muchos otros, como el día que conoció a sus mejores amigas, su ultimo cumpleaños junto a sus padres, el dia en que se entero que era un omega y como su familia le brindo todo su apoyo, su cumpleaños №17, su compromiso, sus primeras vacaciones en la playa, su boda, su graduación de la universidad y la noticia de embarazo, el nacimiento de Mayumi, y ahora ese, su regreso a su hogar con su familia.
Realmente amaba su vida, a pesar de haber pasado momentos difíciles o desear haber muerto, agradecía haber seguido adelante, pues ahora era inmensamente feliz junto a su hija y su alfa, su esposo, su pareja destinada, sin duda alguna Ryota era su camelia, y Yuu era su camelia blanca.
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