17 "Conocerte"
— ¿Y esto?— Preguntó el alfa al ver como su pareja le entregaba una bolsa de papel con corazones en el horario del almuerzo.
— Tu regalo de cumpleaños, además del chocolate de San Valentín— Respondió el albino mientras sacaba el almuerzo, ese día le tocaba a el llevarlo.
— No era necesario— Respondió mientras veía el contenido.
— Tranquilo, quería hacerlo. Si no podremos celebrar San Valentín por tu celo, al menos quiero darte chocolates.
— Gracias, me hace muy feliz— Sonrió y besó en la mejilla a su pareja— Por cierto ¿Tu cuerpo esta bien?
— Solo necesito recuperarme, aun me duele subir escaleras o sentarme, pero si lo hago lentamente no pasa nada.
— Solo que delata lo que hicimos ¿No es así?
— Mejor comamos, no tenemos mucho tiempo hasta la siguiente clase— Dijo todo sonrojado, aquellos comentarios lo avergonzaban mas que cuando estaban en el acto.
— Te pusiste todo rojo. Te ves lindo.
Y con aquellas palabras su color se intensificó.
Se dispusieron a almorzar, y para cuando tocó la campana del fin del almuerzo, volvieron a sus salones. Le pareció extraño a Ryota que el albino rechazara su compañía hasta su salón, pero por lo sonrojado que seguía le restó importancia. Seguramente lo que menos deseaba en ese momento es que sus compañeros chismosearan sobre su relación. Al llegar a su salón se encontró con sus amigos, y ambos se fijaron en la bolsa de regalo que traía consigo.
— ¿Y eso?— Preguntó Hiroshi.
— Un regalo de Yuu— Respondió, igual de calmado que siempre.
— Que raro que te la diera ahora ¿Se vieron el 14?— Preguntó Tsuneo.
Conocía lo que pasaba aquel día con su amigo, y al ver que este se sonrojaba levemente sin cambiar la expresión se sintió respondido. Podía haber cambiado su actitud, pero en el fondo seguía siendo aquel chico inocente que se avergonzaba por hablar de sus experiencias románticas
— Felicidades por perder tu virginidad como alfa— Dijo con una media sonrisa.
— Ni siquiera dije nada.
— ¿Nunca escuchaste la frase "El silencio otorga"?
— Si la escuché, y sería bueno que la siguieras— Respondió en un tono sarcástico.
Iba a refutar, pero el profesor entro en el salón, por lo que guardó silencio, sabiendo que eso había alimentado el ego de su amigo. Igual no le molestaba, que Ryota volviera a ganar confianza en si mismo para expresarse ya lo alegraba.
Apenas terminaron las clases, Ryota se dirigió a sus actividades del club. Ese era uno de los pocos momentos que tenía para despejar su mente de todos sus problemas. Fue su principal razón para comenzar a practicarlo, recordó a su tío y todo lo que le enseñó en su infancia.
Su tío era el típico adolescente problemático, hacía bromas pesadas, salía con varías omegas, tanto hombres como mujeres, iba de fiesta en fiesta, emborrachándose hasta perder la conciencia, se salteaba las clases, y una lista más extensa de hechos se pasaba por sus recuerdos, las cuales debería volver a nacer para llevarlas a cabo, teniendo su misma edad.
A pesar de su cuestionable vida adolescente, siempre actuó como un ejemplar hermano mayor con el cuando era pequeño, tanto como para nunca haberse enterado de sus pequeños crímenes. Haruki siempre fue amoroso y comprensivo, al igual que divertido, fue su más confidente amigo cuando estaba en primaria, lo llevaba de paseo a donde el deseaba y lo consentía con regalos o cumplidos, le estaba muy agradecido por darle toda aquella atención en aquella época tan oscura.
Recordó la primera vez que lo vio en una competencia de arquería, a sus 10 años. El club de Kyudo fue lo único que podía considerarse como un acto responsable en su vida escolar fue participar en el club de arquería, o más bien, no fue solo participar, el realmente se tomaba enserio el club. Era el as del equipo, las demás escuelas lo reconocían y respetaban, incluso era material de estudio para vencerlos, buenos intentos, pero con resultados nulos. En sus 3 años de preparatoria, siempre llegaron a las nacionales. Aún recordaba cómo había tenido su racha de tiros perfectos, le había dado el primer puesto tanto en individual como en equipo. Esa vista le fascinó, quería ser tan genial como Haruki, y que le reconociera ello, por lo que comenzó a practicar.
Al decirle a su madre que quería practicar arquería esta se rehusó. Ya de por si detestaba aquel deporte, y si a eso le sumaba la edad, la horrorizaba. Al menos deseaba que su hijo fuera más grande para practicarlo, no quería ver a su bebito de 10 años con un arma de la época medieval, pero no sirvió la persuasión en su hijo. Luego llegó su hermano y aceptó entrenarlo, y allí perdió cualquier excusa, por lo que tuvo que aceptar.
Al principio era un desastre, sus tiros no superaban los 3 metros, ni tocaban la diana sus mejores tiros, muchas veces quiso renunciar al ver lo difícil que era, pero cuando su tío le dijo el secreto de su éxito, mejoro de maravilla.
"Despeja tu mente. No dejes que ningún pensamiento se interponga entre la diana y tú, solo la flecha"
Siempre que tenía problemas y no podía dejar de pensar en ellos, practicaba para olvidarlos, era un descanso mental que necesitaba, y le funcionaba perfectamente. Cada quién tenía sus métodos para lidiar con la ansiedad, él tenía la arquería.
A veces las 2 horas de entrenamiento no eran suficientes, en otras se le hacían eternas, pero raramente, ese día se le hicieron perfectas. Solo quería llegar a casa y descansar, acostarse sobre su cama y hablar con su novio por mensaje o llamada. Pensaba en la conversación que podrían tener mientras terminaba de cambiarse en el vestidor, pero cuando ya estaba a punto de irse, su capitán tomó acto de presencia.
— Buenas capi ¿Ya cerraron el club?— Preguntó en un tono desinteresado aunque en realidad estaba curioso, su capitán era el último en salir ya que debía cerrar todo, pero aún no habían salido todos sus compañeros.
— Aun no, vine para hablar contigo. No podía decírtelo con todos los demás escuchando, y les pedí a los que quedaban que no entraran al vestidor.
Ryota pensó en aquellas palabras, obteniendo una respuesta automática que no la dejaría pasar.
— Lo lamento capitán, lo respeto y todo, pero ahora estoy en una relación sumamente seria con mi novio, por lo que no puedo aceptar tus...
— ¡NO ES UNA CONFESIÓN IDIOTA! — Gritó molesto, lanzándole una de las toallas de mano a la cara— ¿Desde cuando haces ese tipo de bromas?
— Desde que me di cuenta que es fácil bromear contigo. Haces una expresión divertida.
— ¿De dónde mierda viste que me divierte? — Preguntó irritado por el humor del castaño. Suspiró abatido y volvió al tema inicial— No importa, debo hablarte de algo importante. Como sabes, una vez llegas a tercer año debes irte tras la última competencia, y eso ya fue hace tiempo. Hice lo imposible para que los profesores me dejaran estar lo máximo posible en el club, pero ya comenzaran los exámenes finales, y si quiero entrar a una buena universidad, debo asegurarme de tener un buen promedio final.
— ¿Entonces te irás? — Preguntó sorprendido.
Ciertamente no era sorpresa de nadie que un estudiante de tercer año dejara el club del que formaba parte una vez pasaba la primera mitad del ciclo escolar, así podía tener tiempo para estudiar y prepararse para los exámenes de admisión de la universidad. Ellos al ser alfas, tenían el doble de exigencia que un beta, se esperaba que como futuros lideres de la nación, entraran a prestigiosas universidades. Su escuela era de muy buena categoría, por ende, no podían conformarse con una universidad promedio, debía de ser de las mejores del país, o de las mejores del extranjero.
Su capitán era un estudiante regular, no tenía las mejores calificaciones de su clase, pero tampoco suspendía materias. Sabía que su capitán había aplicado para una beca deportiva en una universidad extranjera. No practicaría Kyudo de por sí, pero seguía en la disciplina de la arquería. Lamentablemente, muchas de ellas no aceptaron por su promedio, era regular, nada destacable, pero una de ellas le dio una segunda oportunidad, si acababa la escuela secundaria con el promedio mínimo requerido, lo aceptarían.
Estaba jugándose a todo o nada.
— Si. El viernes será mi última participación, luego me iré— Respondió con tristeza, era bastante duro dejar su amado club tras 3 años— Sabes que en el club esta la tradición de que el mejor arquero de último año debe ser el siguiente capitán, y lo hable con los demás de tercero desde hace tiempo. Todos coincidieron en su elección, y esta de sobra decir que tú lo eres, aun cuando quiera negarlo es obvio que ere el mejor de todos. Y créeme, si hubiera alguien que al menos te llegara a los talones, lo elegiría como siguiente capitán, porque con tu sentido del humor y tu personalidad, realmente preferiría a...
— Capitán, no puedo entenderte con todos tus insultos ¿Podrías ir al grano?
— Ryota, todos creemos que tú eres la mejor elección para ser el siguiente capitán del club ¿Qué dices?
Se quedó en silenció por todo un minuto, incluso desvío su mirada al suelo, tratando de procesar sus palabras ¿El? ¿Capitán? Sabía que todos lo alababan por su habilidad, después de todo, gracias a su impecable competición es que lograron conseguir la medalla de plata en las nacionales. Pero ser buen deportista no significaba sea buen capitán. Ciertamente elegían a alguien con habilidades increíbles, pero también buscaban a alguien con buena madera de líder. Por lo que por muy bueno que fuera, no creyó estaría siquiera entre los nominados.
Su silencio le bastó al mayor para imaginarse sus pensamientos, por lo que solo suspiro y se dirigió a la puerta del vestidor.
— Tienes hasta el viernes para pensarlo, ese día será nuestra última actividad.
— ¿Realmente creen que soy el más capacitado?
— Si quieres la verdad, eres bastante callado y no socializas mucho con los años menores a ti, solo con Eiko. A de seguro que ni recuerdas la mitad de los nombres del equipo— Respondió con cruda franqueza, doliéndole en el orgullo a Ryota— Aun así, eres el que más se esfuerza. Eres muy bueno en esto, pero nunca dejas de practicar, incluso te quedas horas extra y vienes los días en los que no hay actividad. Si tan solo pudieras transmitir tus conocimientos a los demás y sonrieras un poco, serías perfecto como líder.
— Pero tú nunca sonríes…
— Realmente te gusta molestarme ¿No es así?— Preguntó con una vena marcada en su sien, tentado a arrojarle otra toalla al rostro— Pero dejando eso de lado, creo que puedes mejorar eso en lo que queda de este año y en el próximo, tienes muchos conocimientos que al club le vendría bien que los compartas. Por lo que creo que si estás capacitado para ser el siguiente Capitán.
Eso le sorprendió, aun si había veces que su capitán era sentimental con él, no ocurría mucho. Siempre era frío y se molestaba fácil con su actitud, pero en el fondo sabía que se preocupaba por él, aún si aquel capitán le dijese lo contrario.
— Entonces no decepcionare al capitán. Me volveré en el mejor capitán que el club haya podido tener alguna vez, para cumplir con tus expectativas.
— Si, sueña con eso. Gracias por aceptar, el viernes se hará el anuncio oficial- Palmeó el hombro del castaño y le sonrió- Fue muy grato haber sido tu capitán, aun si me sacabas de quicio, fuiste mi mejor arquero.
— Tu también fuiste un gran capitán. Ten suerte en tus estudios.
— Y tú en el club— Dijo tras una leve risa.
En eso, su celular sonó. Lo sacó de su bolsillo y vio de que se trataba. Era de su omega, y era bastante extraño que le hablara a esa hora, pues siempre solía hablarle una hora después, apenas terminaba de ducharse y podía relajarse en su cama.
"¿Puedes venir? Necesito tu ayuda"
Se sorprendió al ver el mensaje, pues él nunca le pedía algo por mensaje, por lo que debía der muy importante. Tomó sus cosas y salió del club, no sin antes saludar a su capitán, además de avisarle a Eiko que no iría a casa. Ya no le sorprendía, desde que formalizó su relación, pasaba gran parte de su tiempo libre con Yuu. Al menos gracias a ello sabían que estaba a salvo.
Se subió a la camioneta y se dirigió al departamento del omega. Ya iba a la escuela conduciendo, pues se le hacía más conveniente ir en ella para ver a su novio o para llevarlo cuando no tenia actividades del club. Al llegar lo aparcó donde siempre y entró al complejo. Apenas tocó la puerta del departamento, su omega le abrió.
— Por fin llegaste— Dijo sonriendo y lo abrazó para darle la bienvenida.
— Gracias por la bienvenida— Dijo devolviéndole el abrazo y acariciándole la cabeza.
— Oigan, porque Yoichi no esté aquí no significa que puedan restregarme en la cara su cariño, me repugna verlos así.
— Ah, hola Yuji, no te había visto.
— Si claro, finge que no me viste. Estaré en mi habitación.
Sin más el beta salió directo a su habitación y a los pocos segundos se escucho el portazo.
— ¿Qué pasó? ¿Porque querías verme?— Preguntó el alfa.
— Ya escuchaste a Yuji, Yoichi no está en casa, estará afuera una semana.
— ¿Y eso por qué? Es raro que quiera dormir en otro lado que no sea a 10 metros de distancia de ti.
— Bueno, no sé si alguna vez te lo dije, aun es algo reciente para mí, pero Yoichi tiene novio, un omega. Dijo que después de esta semana lo traería y nos lo presentaría.
— Si que debe ser importante para él.
— Lo es, es la primera vez que escuchamos de una de sus parejas por el mismo, también es la primera vez que se pasa un celo completo con uno. Aunque bueno, me comentó que están juntos hace casi un año.
— Ah, así que sigue con ese chico.
— ¿Tu lo viste?— Preguntó Yuu sorprendido.
— Si, una vez tu primo me llevó a un bar que frecuenta y a la salida nos lo encontramos. No hablamos mucho, solo se presentó y luego se fue con él.
— Ya veo. Bueno, a lo que iba, mi tío tampoco estará hoy y convencí a Yuji de salir.
— Así que por eso me llamaste. No creí que fueras a querer hacerlo tras...— Comento el alfa.
— Antes de que tengas pensamientos erróneos, te aviso que no es para tener sexo. Con suerte y que puedo moverme sin quejarme. Además, mi celo será en una semana, por lo que podemos esperar 7 días para luego tener 5 días a solas.
— ¿Y entonces que quieres hacer?— Preguntó mientras lo abrazaba por la espalda y apegaba a su pecho.
— Quiero que me cuentes todo lo que no se de ti.
El alfa se quedó en silencio un par de segundos, sorprendido ante ese comentario, pues no creía que su omega lo llamara para algo tan común, sobre todo cuando le aclaro que era para algo importante.
— ¿Enserio?
— Si, casi nunca me cuentas algo de ti, y lo que se es por parte de otros— Respondió mientras se volteaba para quedar sentado de frente a su alfa— Ya hace 5 meses estamos saliendo, y nos saltamos el paso de conocernos, así que creo que es el momento para que me hables de ti. Por más estúpido que parezca.
Ryota sonrió ante el puchero que le estaba haciendo su novio. Yuu tenía la costumbre de apretar los labios involuntariamente cuando se frustraba, algo que nunca le dijo, ya que sabía que, de hacerlo, Yuu cuidaría sus reacciones, ante situaciones como esas, y si había algo que deseaba mantener por siempre, era esa tierna expresión. Con una expresión como esa no podía siquiera pensar en negarse a nada.
— Ok, tu ganas ¿Que quieres saber de mi? Responderé todas tus dudas.
— ¿Tu altura?
— No te pases de la raya— Bromeó con ironía.
— Hablo enserio— Se quejo el albino, dándole un leve golpe en su hombro.
—Está bien. La última vez que me medí fue el año pasado en Educación Física, y en ese tiempo media un metro setenta y seis, aunque claro, hasta los 21 un alfa pega el estirón, por lo que no sé cuánto mido ahora. Tal ves esté cerca del metro ochenta.
— ¿Y cuánto medias antes de presentarte como alfa?
— 1,65 m o algo así, no pasaba del metro setenta.
— ¿O sea que creciste más de 10 cm en un año? Wow, si que te llego la segunda pubertad.
— ¿Otra cosa?
— ¿Escuelas?
— Privadas. Mi escuela primaria era especializada para alfas purasangre, en secundaria decidí ir a la que fueron mi madre y Haruki. La preparatoria fue por el equipo de arquería, había decidido ir con Asahi a la misma escuela...— Al darse cuenta de lo que dijo guardó silencio— Perdona, no me di cuenta de que lo mencioné.
— ¿Por qué te disculpas? Era obvio que eventualmente lo nombrarías. Además no me molesta, el fue parte de tu vida y eso no puede cambiarse. Mientras a ti no te moleste mencionarlo.
— ¿Estás seguro?
— Solo no te enamores de tus recuerdos— Bromeó el omega, haciendo reír de la misma forma a su novio.
— Como si pudiera hacerlo teniéndote a ti ¿Otra pregunta?
Y así Yuu estuvo haciéndole varias preguntas al castaño, desde simples preguntas rápidas hasta las mas vergonzosas, pero aun así el alfa respondió todas.
— ¿Alguna más?
— No lo sé ¿Alguna novedad de hoy?
— Me eligieron como el próximo capitán del equipo.
— ¿Enserio? ¡Felicidades! Estoy muy feliz por ti— Exclamo alegremente el albino y se abalanzó sobre él para abrazarlo y besarlo— Sabía que tendrías algún gran cargo por lo bueno que eres. Puede que no conozca mucho tu club y a sus integrantes, pero se que serías el mejor líder que pueden tener.
— ¿Estás seguro?— Preguntó acariciando su mejilla con el dorso de su mano.
— Sin dudas. Serás el mejor
— Muchas gracias. No sabes cuanto te amo.
— Espero que tanto como yo.
— Te aseguro que eso y mucho más. Eres la persona que más deseo atesorar. Haría lo que sea por ti.
— ¿Lo que sea?
— Si. Solo necesitas pedírmelo— Respondió sonriendo, quitándole unos mechones que cubrían sus ojos.
— Entonces respóndeme esta pregunta... ¿Por qué no me marcaste aquella vez? Tu me prometiste que me marcarias cuando me enamorara de ti. Ya te dije que te amaba, pero no hiciste nada.
El alfa guardó silencio. No esperaba que su pareja le reclamara eso tan pronto, pero tampoco podría ocultarle sus razones por más tiempo.
— Aun no es el momento.
— ¿A qué te refieres? Prometiste que lo harías ¿Por qué lo prometiste si no lo harás?
— Lo había hecho para tranquilizarte en ese tiempo. Pensé que me tenías miedo, y creí que, si te decía eso, me dejarías acercarme, aunque sea de a poco. La verdad es que aún no puedo marcarte, no soy un alfa digno.
— ¿Por qué dices eso? Hasta ahora fuiste el alfa más dulce que conocí en mi vida ¿Que más necesitas para sentirte digno?
— Necesito remendar todos mis errores— Respondió, dejando sin habla a su omega— Hasta ahora solo salía para no sentirme una basura, pero la cantidad no justifica la calidad, ni que porque alguien me quiera va a poder borrar mis errores. Pensaba olvidarme de todo ello y seguir contigo, dejarlo de lado. Pero ahora que tu lograste aceptarme completamente, siento culpa. Culpa por haber quebrado a alguien inocente y haberle dado la espalda todos estos años por el simple hecho de que lo creía imposible. Por eso, quiero hacer bien las cosas esta vez. Tu ya me ayudaste en darme cuenta que mi alfa no era un ser horrible, pero aun así dañé a alguien que ame alguna vez, y si no puedo remendar el daño que le hice, no merezco recibir tal felicidad de tener una pareja enlazada a mí.
— ¿Entonces quieres disculparte con Asahi?
— No solo con él, sino con mis otras ex-parejas. Estoy dispuesto a hacer mas que disculparme con tal de poder volver a verte con orgullo y pedir que seas mi compañero de por vida. Juro que cuando todo se resuelva te marcaré y te entregaré mi todo. Hasta que eso ocurra ¿Podrías esperarme?
Yuu noto la tristeza en los ojos de su alfa. Podía haber hecho que el se quisiera un poco mas, pero aun necesitaba deshacerse de todo mal que guardaba, y si el creía que esa era la mejor opción, no podía negarse.
— ¿Esperarte? ¿Acaso soy una princesa que debe esperar a que el príncipe derrote al dragón? Ni de chiste ¿Como puedes pedirme eso? ¿Qué te crees que soy?
— Yuu, entiende, yo...
— Te ayudaré a encontrarlo. Puede que no tenga muchos contactos, pero aun así daré todo de mi. Estamos hablando de nuestro futuro ¿Como podría dejarte toda esa carga solo a ti?
El alfa se sorprendió de las palabras de su omega. Cada día que pasaba lograba sorprenderlo más y más con todo lo que iba descubriendo de él.
— ¿Estás seguro? Esto puede llevar mucho tiempo, además que puede ser algo difícil de digerir para ti.
— Dijiste qué harías todo por mi ¿Por qué yo no haría lo mismo?
No lo pensó dos veces y besó a su omega. Esa era una clara respuesta que aceptaba su apoyo y se lo agradecía eternamente, claro que Yuu no se quedó atrás y le devolvió el beso, rodeando sus brazos por alrededor del cuello contrario para tenerlo más cerca.
Una vez se separaron se miraron directamente a los ojos, tratando de transmitir todo lo que sentían con sus miradas.
— Gracias.
— Por cierto, ya que estamos en tema ¿Cuantas parejas tuviste antes de mí? Dejando a Asahi de lado.
— Bueno, si hablamos de parejas oficiales tuve 4 dejándolos de lado a ti y a Asa, pero además...— Dijo el alfa desviando su mirada de la de su omega, no era algo de lo que estaba orgulloso.
— Adivino, tuviste un compañero sexual.
— Algo así, digamos que una de esas 4 fue más una amiga con derechos que una novia. Estuvimos juntos tras mi separación con Asahi.
— ¿Eran omegas tus parejas?
— No. Eran mujeres beta, pero aquella chica era una alfa que conocía con anterioridad. Ella había roto con su novio y yo no me atrevía a emparejarme con un omega pero aun así necesitaba "contacto". Nuestra relación fue mas "Un clavo saca otro clavo". Terminamos cuando nos dimos cuenta que no nos hacía bien.
— Ya veo.
— ¿Te molesta saberlo?
— Bueno, es extraño escuchar de los ex de tu pareja, pero aun así no me molesta. Se que es parte de tu pasado y debo aceptarlo.
— ¿Y tú? ¿Alguna vez tuviste algún amor platónico?
— No sé si lo llamaría "Amor Platónico". Era un superior de mi club de dibujo en secundaría, un alfa. Sentía cierta atracción por cómo me trataba, pero luego dejé el club y más tarde él se transfirió, por ende, dejé de cruzarme con el.
— ¿Por qué dejaste el club?
Yuu agachó la cabeza, clara señal de que algo malo pasó. Lo pegó a su pecho y acarició su espalda, esa era la forma que descubrió para calmar a su omega.
— No hace falta que respondas si te hace mal.
— No, está bien. Tu me contaste de Asahi, además de que mereces saberlo.
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