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16 "Confesiones"

Era de mañana, los rayos del sol se adentraban entre las cortinas, los pájaros cantaban dulcemente, y ese podría ser el despertar mas agradable de Yuu en años, podría, porque no era así. Ryota cumplió con su promesa, no lo dejó dormir en ningún momento, y cuando el celo por fin se calmó, su cuerpo dolía tanto que no había forma de conciliar el sueño. En cambio, Ryota se había dormido apenas terminó su celo, como si dentro suyo hubiera un interruptor y se apagara tras las 24 horas. No podía creer que el alfa, que estaba durmiendo tan pacíficamente a su lado, haya prácticamente destrozado su trasero hace un par de horas.

Maldecía internamente por todo el dolor que estaba sintiendo, pero no se arrepentía. Estuvo para su pareja, incluso lo disfrutó, aun si ahora estaba pagando las consecuencias.

Un crujido en su estomago lo sacó de sus pensamientos. Estaba hambriento, demasiado. Hacía horas no comía nada, mas bien un día, las palomitas no era una comida muy sustentosa y llena de nutrientes, y si a eso se le agregaba todo el "ejercicio" que tuvo con Ryota en la noche, le quitó todas las calorías que su cuerpo necesitaba para funcionar.

Se levantó de la forma mas suave posible, no quería despertar al alfa de su sueño, además de que con suerte podía moverse sin que una parte de su cuerpo doliera. Se vistió rápidamente y en silencio, para luego salir de la habitación de la misma forma. Caminó hasta la cocina lentamente, ese era el ejercicio mas tortuoso que había hecho en su vida, ni cuando el alfa le quitó su virginidad del dolió tanto moverse.

Apenas entró a la cocina, no camufló su sorpresa al ver a su suegro allí, tomando una taza de café mientras leía algo en su tableta. Era fin de semana, por lo que supuso que Hanako y Ayaka aun debían estar dormidas, y por ello el estaba desayunando algo simple.

— Oh Yuu, no sabía que te quedaste a dormir— Dijo con un tono alegre.

— Lamento las molestias, pero las circunstancias lo requerían.

— Lo se, me lo imagino. Me alegra que hayas podido estar con Ryota, creí que nunca te dejaría estar con el.

— ¿A que se refie...— No pudo terminar de hablar que su estomago se encargó de delatarlo. Por instinto se cubrió aquella zona y agachó la cabeza para que el alfa no viera su sonrojo— Lo lamento.

— Si que Ryo te mantuvo ocupado. Como se nota que son jóvenes— Comentó entre risas— ¿Que te parece si lo discutimos mientras desayunamos?

Mas que una sugerencia fue una orden, y en menos de lo que canta un gallo ya tenía su propio desayuno servido en la mesa. Al principió le avergonzaba comer con la presencia del alfa mayor, pero su hambre le ganaba a su vergüenza.

— Me alegra ver que estés bien— Dijo el alfa con tranquilidad, previo a darle un sorbo a su café.

— ¿Por que lo dice?— Preguntó confundido.

— Pues por todo lo de ayer, me sorprende que lo hayas aceptado tan fácilmente ¿Te contó sus razones para encerrarse en su celo no?

— Si. Ryota no tiene nada malo en él, fue solo un accidente, y esta realmente arrepentido. No puedo odiarlo o dejarlo sabiendo eso— Respondió con un tono serio, dejando de lado el desayuno.

— Yuu, agradezco que creas eso de el, y desearía que lo siguieras creyendo.

— ¿Por que lo dice?— Preguntó el menor, confundido con las palabras de su suegro.

— Dime ¿Que es lo que Ryota hacía ayer? Hablo de antes de que te dejara pasar.

— No lo se, solo pude escucharlo.

— ¿Y que decía?

— Se culpaba por lo sucedido con Asahi, pero también rogaba que no lo dejaran solo, y luego se retractaba.

— ¿No te pareció extraña aquella actitud?

— Con todo respeto, no creo que sea extraño. Ryota paso por algo horrible, por lo que es normal aquella reacción. Esta tratando de mejorar y olvidarlo, incluso toma supresores para no volver a pasar por eso. Quiere cambiar.

— Te equivocas Yuu— Dijo Daiki en un tono serio, sorprendiendo al omega— Las reacciones de Ryota no son las que haría un alfa "normal", un alfa no se culparía por algo que la naturaleza estableció como normal, y un alfa no trata de suprimir su celo. Además, Ryota no consume supresores.

— ¿De que habla? Yo mismo lo vi...

— No son supresores. El cree que lo son y que realmente funcionan, pero no es nada más que el poder de su mente.

— ¿Entonces que son?

— Medicación.

Eso lo descolocó. No creía que Ryota estuviera enfermo, ni creía que el también lo supiera, pues cuando lo escuchaba sonaba muy sincero. Si estuviera mintiendo, habría evadido la pregunta ¿Lo habían engañado con lo de los supresores?

— ¿Medicación para que exactamente?

— Mira Yuu, lo que te diga ahora puede que te desconcierte un poco, pero creo que tienes el derecho a saberlo. Y antes de que digas algo, solo Hanako y yo lo sabemos, por ello Ryota no podría contártelo. Por ello, te pido que lo guardes como un secreto, hasta que sea el momento indicado ¿Puedo confiar en ti?

— ¿Promete contárselo a Ryota cuando sea el momento?— Preguntó preocupado, recibiendo un asentimiento del mayor.

— Claro.

— Entonces lo haré.

— Bien. Te lo explicaré todo— Dijo el alfa mayor para comenzar con su relato—  Ryota sufre de Autofobia.

Aquel nombre le pareció extraño. Jamás en su vida lo había escuchado, ni siquiera estaba seguro que existiera una fobia así.

— ¿Y eso que es?— Preguntó confundido el omega.

— Para resumir, tiene miedo de si mismo, o mas bien, le tiene miedo a su alfa.

— ¿Eso es posible?

— Claro que lo es. Usualmente sufren de autofobia los omegas que se enteran de su género apenas reciben sus resultados de examinación. En los betas, es lo que la psicología definiría como trastorno de ansiedad— Respondió el alfa— Es extraño que se detecte en alfas, pues el alfa promedio suele ser muy...

— ¿Egocéntrico? ¿Narcisista? ¿Complejo de grandeza? ¿Superficial? ¿Que solo piensa con la cabeza de abajo?

— Si... Todo eso que mencionaste— Dijo perplejo ante los comentarios del omega, Kensuke tenía razón cuando le advirtió que su sobrino odiaba a los alfas promedio— Pero Ryota es diferente, o al menos lo era antes de despertar como alfa. Era amable, dulce, alegre. Debe serte difícil creer eso cuando lo conoces como es ahora, pero realmente es muy diferente.

— Ciertamente me cuesta imaginarme a Ryota de esa forma, pero el se comporta así cuando esta conmigo— Respondió el omega— Desde el inicio lo fue.

— Y eso que se contiene, no sabes lo que era cuando estaba enamorado de Asahi. Los veías a ambos y creías que serían de esas parejas que nunca se separari...

Al ver el disgusto en la cara del omega guardó silencio, insultándose internamente por su comentario. Estaba claro que a nadie le gustaba escuchar que tu pareja actual fue mucho mas feliz con su ex que contigo.

— ¡Eso no significa que a ti no te quiere! Realmente te ama, se le nota con solo verlo. Si no te quisiera, te trataría como a sus ex's, sabemos de eso por la cantidad...

Y si ya había reabierto una herida con el ejemplo de Asahi, con eso parecía que le tiraba sal y limón encima.

— Señor, mejor céntrese en el problema de Ryota y no en sus ex parejas— Pidió Yuu, tratando de sonar lo mas amable posible, pero se podía notar su amargura en cada una de sus palabras.

— Cierto. Es lo mejor— Carraspeó su garganta y volvió con el tema central— Según las investigaciones que hice, esta fobia se genera por una experiencia de abandono. Como dije antes, usualmente la sufren los omegas gracias a todas aquellas creencias sociales y culturales, pero en un alfa es raro detectarla. A Ryota nunca lo dejamos solo, siempre lo tratamos con cariño y estuvimos ahí con el, por lo que Hanako se rehusaba a creer, y aun lo hace, que pueda sufrir de ella.

— Pero esto se generó por Asahi ¿No es así?

— No solo por el. Es cierto que seguramente el habrá sido el mayor impacto, pero creo que esto se ocasionó gracias al acoso que sufrió Ryota de pequeño.

— ¿Fue víctima de bullying?— Preguntó sorprendido, pues no podía creer que a alguien se le ocurriera meterse con el.

— El nunca nos lo dijo, pero estaba claro que lo era— Respondió Daiki— Sabes que cuando dos alfas se reproducen, sus hijos también serán alfas, alfas puros, no necesitan pruebas de ADN para confirmarlo. Los de la alta sociedad esperan a comprometerse con alfas de su mismo nivel para preservar esa pureza en su familia, y por ello se les educa desde pequeños para ser los seres mas perfectos posibles, desde el momento en que nacen. Un niño lo único que quiere de pequeño es el amor de su familia y ser feliz, pero cuando no lo tienen y ven a otro que si lo goza, descargan su frustración con el, solo porque tiene lo que ellos no tuvieron. Cuando Ryota iba a primaria era así, pero no lo notábamos, y me arrepiento por no haber prestado la debida atención. Un día, en la primaria, nos llamaron a Hanako y a mí de la dirección, Ryota se había metido en una pelea física. Hanako siempre fue la mas apegada a nuestros hijos, por lo que al ver a nuestro hijo todo golpeado pude saber lo que pensaba con solo mirarla: “¿Quien carajo le hizo esto a mi angelito?", estaba furiosa como una mama leona al ver que quieren dañar a sus cachorros. Pero Ryota era pequeño, no pudo interpretar esa mirada, y creyó que todo ese desprecio que tenía hacia los atacantes fue hacía él, por haberse portado mal. Lloró todo el camino a casa, abrazado a mi, pensando que su madre lo odiaba por lo que hizo, por mostrarse como un alfa fuerte. Estoy seguro que desde allí empezó su fobia, un simple malentendido de su niñez.

Intentaba pensar en su pareja como a un niño lloroso. Aun si intentaba estar serio o sentirse desanimado, no podía dejar de pensar en lo adorable que debía verse de niño y en lo mucho que desearía mimarlo

— Claro, lo de Asahi también fue horrible, y ver que la persona que aceptaba todo de el, se asustara por su celo y llorase por su actitud debió quebrarlo. Y todo lo que conllevó después de eso lo convirtió en lo que es ahora.

— ¿Entonces Ryota tiene miedo de su alfa?— Preguntó Yuu confundido.

— En efecto. Tiene miedo de establecer una relación profunda, y que luego lo abandonen por su instinto de alfa. Aun no sabe como controlarlo, y por ello vive inseguro, suprimiéndolo y actuando tranquilo.

— Pero señor, aun con todo lo que dijo, siempre lo veo rodeado de gente.

— Claro, es otra de las características de la autofobia. Aun si temen acercarse a los demás de una forma sincera, no pueden estar solos. Por ello supongo que cambió. No quería que nadie lo volviera a abandonar, por lo que escondió sus sentimientos y siguió acercándose a las demás personas, pero de otra forma. No les permite formar un lazo tan profundo, solo a sus amigos de toda la vida, lo que estuvieron a su lado en el peor momento y no lo abandonaron. Es como dicen, mientras menos personas entran en tu vida, menos posibilidades hay de que te lastimen.

— Pero Ryota se abrió a mi completamente. Dudó que el siga teniendo aquella fobia y deba seguir medicándose

— ¿Tu crees? Entonces respóndeme Yuu ¿Por que el aún no te marcó?

— Es por la promesa que hicimos— Respondió avergonzado

— ¿Y que se prometieron específicamente?— Preguntó curioso.

— El me marcaría cuando yo estuviese completamente enamorado de el.

— Y lo estas ¿No es así?

— Claro que si. Lo amo.

— Entonces, si tu ya aceptaste que lo amas ¿Por que no te marcó aún?

Ahora que había caído en aquella pregunta se había quedado perplejo. Ryota lo amaba ¿No es así? El le repitió muchas veces que lo amaba, y no creía que fuera una mentira ¿Entonces por que no lo marcó?

— El me ama. Estoy seguro— Dijo nervioso, casi al borde del pánico. No quería pensar que su primera relación había sido una farsa, y que, seguramente el amor de su vida, lo hubiese usado y engañado.

— Y no lo dudo Yuu, por lo que puedes tranquilizarte— Dijo Daiki en un tono calmado y luego le dio un sorbo a su café— Ponía este ejemplo para que te des cuenta.

— ¿Cuenta de que?

— Ryota aun tiene Autofobia. No importa que se haya enamorado de ti. El aun tiene miedo a que un día te dañe y que por eso lo dejes, por ello siempre te pregunta por todo y aun no te marca, para no atarte a él.

En ese momento pensó en todas aquellas veces que estuvo con Ryota, y en todas las veces que habían hecho algún avance. Recordó todas aquellas frases en los últimos 5 meses. Desde el comienzo le pedía que no lo odiara, que no lo dejara. Tenía ganas de llorar, pensar que aquel comportamiento que tenía era por una fobia le dolía, que no se hubiese percatado de ello ni haberle dejado claro que jamás lo dejaría por algún error tan pequeño.

— Señor. Cuando usted me evaluó ¿Era por esto?

— Así que ya te diste cuenta— Comentó levantándose de su lugar— Ciertamente el examen era para demostrarles tu capacidad a todos esos elitistas que quisieran llamarte “caza fortunas”, pero que Shiori fingiera ser la prometida, fue por esto. Si bien Ryota afirma que esta enamorado de ti, no puedo evitar pensar que se esta aprovechando de que ambos son pareja destinada y lo haga pasar como amor. Estaba dispuesto a separarte de él si veía una actitud enfermiza contigo.

— ¿Y porque no la vio me aceptó?

— Algo así. Acepté que estuvieran juntos porque creo que tu puedes ayudarlo. Mejoró increíblemente contigo, siempre te toma en cuenta para todo, y mientras mas pasa el tiempo, mas va entendiendo como comportarse con los demás y de a poco va abandonando esa faceta esquiva. Incluso ver que fue capaz de pasar su celo contigo me demuestra la magnitud de tu influencia en el. La prueba me sirvió para ver como Ryota se comportaba contigo, y como lo tratabas tu. El aún necesita cambiar, superar su miedo y creo que contigo puede hacer ese cambio. Por que tu le importas. Eres una persona sincera, sin intenciones malvadas, y se nota que te importa su bienestar. No quería recurrir a esto ¿Pero sabes lo que fue llevar a mi hijo a terapia y que no hubiera ningún cambio benigno? Al contrario, solo empeoraba, el no quería ayuda, incluso las pastillas me las tuvo que suministrar su propio terapeuta a mi porque el no quería saber nada de nadie. Desde que te conoce, el esta cambiando. Es poco ético lo que te pediré, pero por favor, quédate con el ¿Aun lo amas tanto como antes de saber todo esto?

Esa pregunta lo impactó, no creía que necesitaba preguntárselo, pero luego de pensarlo lo entendió. Algunos se asustarían, incluso lo insultarían por ello. Apenas conoció a Ryota se dio cuenta de que el no era el típico estereotipo de alfa viviente, y eso era lo que mas le gustaba, pero nunca pensó que por ello tendría problemas, y sería tan inseguro de si mismo.

— Debió ser horrible para el. Yo soy aracnofóbico, y puedo decir lo horrible que es vivir con miedo. Claro, el mío es más absurdo en comparación a el, y es una de las fobias más comunes de todo el mundo, pero aun así puedo comprenderlo. Lo más mínimo puede dañarte, sentir pánico cuando estas en una situación que te recuerda aquel trauma inicial, es horrible. No me importa si Ryota tiene alguna fobia, yo me enamoré de el, no de su miedo. Ya le dije que no lo dejaría por algo como eso, y saber esto no cambia lo que siento por él.

— Es un alivio— Suspiro el mayor, viéndose mas rejalado tras aquella respuesta— Me alivia saber que alguien quiera tanto a mi hijo como tu lo haces.

— Gracias por decirme todo esto, iré a ver a Ryota— Dijo decidido, levantándose de su asiento sin esperar una respuesta.

Mientras tanto, el alfa se despertó, ya sin efectos del celo. Buscó a Yuu con la mirada, pero al no verlo en la habitación comenzó a alarmarse. No estaba su ropa, y la puerta de su habitación estaba abierta, lo primero que pudo pensar es que se fue mientras el dormía. Entró en pánico, no quería creer que lo que le había dicho en la noche era una mentira y al final le temiera o lo odiara.

"Tal vez lo llamaron y tuvo que volver a casa" Pensó  tratando de tranquilizarse, mas el lo conocía, y esa teoría no le convencía en lo mas mínimo “No, de ser así, me hubiese avisado, o lo hubiera escuchado"

Tomó su teléfono y llamó al de Yuu. Esperó 3 tonos y sonó el pitido que indicaba que habían contestado.

— ¿Hola? ¿Que mierda quieres bastardo? Solo a alguien como tu se le ocurre llamar a Yuu sabiendo que lo heriste.

Estaba claro que esa no era la voz de su omega, sino la de su primo alfa. Eso lo asusto mas que antes ¿Por que su celular estaba en su departamento y por que no había contestado?

— ¿Donde esta Yuu?— Preguntó con un tono molesto y asustado a la vez.

— ¿Mereces saberlo? ¿Por que debería decírtelo? Después de lo que hiciste

— ¿De que hablas?

— Ya deberías saberlo, bastardo, y pensar que acepte a que vieras a mi primito ¿Tenias que hacerlo sentir mal tan pronto?

— ¡Deja de joder y dime donde esta!

No recibió respuesta del otro lado de la línea, lo único que escucho fue el pitido del corte de la llamada.

— ¡Maldición! Ojalá no sea lo que estoy pensando.

Se levantó lo mas rápido posible, tropezándose con las sabanas en el camino, y cuando estaba por cruzar el umbral de la puerta, se encontró con su preciado omega, el cual se asusto por su repentina aparición en la puerta, creyó que aun estaría dormido.

— Ryota ¿Que pasa? Te ves pálido— Preguntó preocupado el albino, tomando la cara del nombrado en sus manos— ¿Te sientes mal? ¿Es por haberte sobre exigido ayer?

Apenas sintió el toque, se desplomó sobre el mas pequeño y lo abrazó como si fuera lo mas preciado del mundo, algo no era muy errado para el.

_ Ryo ¿De verdad estas bien? ¿Quieres que llame a tus padres?— Preguntó aun mas preocupado al ver como cayó sobre el, pero guardo silencio al escucharlo llorar.

— Menos mal... Menos mal estas bien— Murmuró entre lágrimas, abrazándose mas al contrario.

— Bueno, no podría decir que estoy completamente bien, aun me duele el cuerpo— Comentó con una sonrisa avergonzada para tratar de que su alfa lo viera, pero al ver que no funcionó, posó sus manos en la cabellera castaña y la acarició— Realmente estoy bien, ya te dije que no te dejaría.

— Me asusté al no verte aquí conmigo, incluso te llamé y me respondió Yoichi.

— Ah, sobre eso, tenía hambre y fui a buscar algo para comer, pero me encontré con tu padre y desayunamos juntos. Y sobre el teléfono, ayer salí corriendo de casa apenas recibí la llamada de Hanako, con suerte y le avisé a mi familia que estaría aquí, pero olvidé mi teléfono— Respondió apenado.

— ¿Entonces planeabas pasar la noche aquí desde un principio?— Preguntó Ryota sorprendido.

— Obviamente. Sabía que no podrías resistirte por mucho tiempo a mis feromonas. Y no me equivoque.

— Si que eres idiota, pude lastimarte y aún así...

— Ryota, tu nunca me lastimarías. No eres un monstruo, solo eres un alfa que se descontrola un poco por su celo, eso es todo. Si tu quisieras dañarme, ya lo habrías hecho anoche, y mira— Se separó de el y estiro sus brazos para que viera su cuerpo— No hay moretones por golpes, solo de besos y mordidas. Además, ayer te di mi consentimiento, por lo que no hiciste nada malo. Aceptó que ayer fuiste mas rudo de lo normal, pero me gustó esa faceta tuya, así que no hay nada por que temer. Tu alfa no es malo, y tu tampoco lo eres.

— ¿Estas seguro?— Preguntó aun preocupado, mirando a su pareja a los ojos.

— Si no lo estuviera ya te habría dejado ¿No recuerdas lo que te dije? No puedo hacer algo que odio.

— Pero pude haberte sometido, después de todo eso es lo que caracteriza a los alfas.

— Ryota ¿Enserio quieres que te odie?

— ¡Claro que no! No me refería a eso.

— ¿Entonces por que buscas tantas excusas? ¿No puedes conformarte con que diga que esta bien?

— Es solo que no quiero causar malos entendidos— Respondió preocupado— Puede que las próximas veces no me contenga porque dijiste que todo estaba bien, y a la larga te canses de mi y me dejes.

— Como si eso fuera a pasar. Necesitaras mas que sexo desenfrenado para alejarme— Se quejó el omega con un seño fruncido, y aun así se lo veía tierno a los ojos del alfa— Y ni siquiera fuiste tan duro como creí, pensé que serías del tipo que no dice nada y solo lo hace, y que me atarías o harías cosas extrañas, pero solo resulto que eres mas impaciente, rudo y sincero. No lo llamaré decepción porque no lo fue, lo disfrute mucho, pero me vendiste que tu celo era mucho peor a lo que fue. No puedo evitar pensar que tus ideas de "celos alfa" Son muy suaves.

— Perdona por ser tan "suave" entonces— Respondió entre risas. Era increíble el humor de su omega, cuando se molestaba no le importaba ser sincero y demostrarlo, era bastante gracioso verlo así— ¿Entonces todo está bien?

— Claro que lo está. Y ya todo aclarado ¿Podrías ayudarme a ir al baño? Me duele todo el cuerpo y fue difícil reprimir mis quejidos de dolor frente a tu padre.

— Esta bien. Este día te atenderé con mucho cariño— Dijo y lo alzó en sus brazos, como si de una princesa se tratase, para luego llevarlo al baño—  Tus deseos serán ordenes.

— ¿Sin suplicar?— Preguntó divertido, haciendo reír al alfa

— Sin suplicar.

Y allí comenzó su rutina post-celo, primero venía el baño, luego estar acostados para descansar el cuerpo, después almorzar, y al final ver la televisión o hacer lo que sea que requiera recostarse sobre el sofá de la habitación, para luego volver a casa y despedirse. Un perfecto final para ambos tras el celo.

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