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14 "Estar a tu lado"

— Esta delicioso!— Exclamó Hanako una vez probó la comida.

Habían terminado de cocinar, solo estaban preparando los toques finales antes de servirlo.

— Realmente tienes talento Yuu.

— Creo que exageras, no es para tanto ni es muy complicado.

— Tan solo poner arroz a cocinar me parece toda una batalla, por lo que cualquier cosa me parece complicado— Comentó Hanako divertidamente— Mejor llevemos los platos a la mesa, ya los hicimos esperar mucho.

— Esta bien.

Hanako tomó los utensilios y Yuu se encargó de la comida, y así lo llevaron hasta el comedor. Una vez llegaron, se encontraron con los demás integrantes de la familia sentados en la mesa. Anteriormente Yuu no lo había notado, pero todos estaban con sus pijamas o ropa para la casa, nada formal como cualquiera pensaría.

La hermana de Ryota estaba aún somnolienta, con sus ojos cerrados y el cabello completamente despeinado, apoyando todo su cuerpo en su mano para tratar de no caer dormida. La había visto en la fiesta, más no habían hablado ni cruzado miradas, se veía muy diferente a la noche anterior.

— Ya está la comida— Anunció Hanako con mucha alegría en su voz— ¡Ayaka despierta! Tenemos visitas.

— Si es la pareja de Aniki te aseguró que lo se, los escuche anoche y por ello no pude dormir— Murmuró aún con los ojos cerrados.

Yuu se avergonzó ante las palabras de la chica, era de esperarse que alguien los escuchará, pero igualmente no esperaba que fuera la hermana de Ryota, con quien ni siquiera había entablado una conversación o presentación previa. Le avergonzaba pensar que las primeras palabras que había escuchado de el habían sido puros gemidos o cosas que eran preferibles no repetir.

— ¡Ayaka!— Llamó Hanako la atención de la chica, recibiendo, en forma de respuesta, un bufido.

— Ashh... Ya entendí— Se quejó levantándose de la silla.

Abrió sus ojos para mirar directamente al Omega. Su cabello rubio oscuro complementaba con sus bonitos ojos rojos. Si Ryota era parecido a Hanako, con algunos rasgos de su padre, Ayaka era lo opuesto, idéntica a su padre, pero con un aire a la alfa mayor que te hacia ver el parentesco. Puede que ambos hermanos no se parecieran físicamente, pero había algo entre ambos que no dejaba lugar a dudas de que eran hermanos.

— Lamento mi rudeza, mi nombre es Ayaka Ichinose, la hija menor de la familia Ichinose— Se presentó haciendo una reverencia— Me alegra que por fin nos conozcamos oficialmente, hermano.

— ¿Hermano?— Preguntó Yuu, bastante confundido por sus palabras.

— Bueno, eres el prometido de Aniki, por lo que técnicamente eres mi hermano en ley— Respondió la chica restándole importancia

— Ah, entiendo. Me llamó Yuu Akumura, muchas gracias por aceptarme en tu familia— Dijo Yuu haciendo una reverencia.

— Por nada ¿Pero sabes?— Dijo de forma pensativa, ganando la atención de Yuu, enderezándolo de su reverencia— Tu voz es completamente diferente a la que escuché anoche ¿Realmente tu estabas con Aniki?

— ¡Ayaka!— Llamó Ryota su atención, esperando a que se disculpara.

— Ya entendí, perdón. Pero técnicamente es la culpa de ambos, por hacer bastante ruido, piensen que no son los únicos en esta casa la próxima vez— Reprochó la menor de la familia.

— Ya no peleen, almorcemos en paz ¿si?— Dijo Hanako.

Daiki estaba tratando de contener la risa al ver que sus hijos se pelearán por un asunto como ese, olvidándose de donde estaban. Cuando cualquier padre les habría llamado la atención o gritado, a el le parecía divertido. Yuu notó eso, y le sorprendía pensar que era el mismo hombre que se mostró tan intimidante el día anterior. Ahora entendía de donde venía el humor de Ryota. Cada vez le sorprendía más lo atípica que era su familia, pero se sentía cómodo así.

— Bien. Mejor comamos antes de que se enfríe— Dijo Daiki una vez se calmó.

Tras el almuerzo Yuu decidió que era tiempo de volver a su hogar. Ryota se ofreció a llevarlo, pues sabia que Kensuke deseaba saber todo lo que sucedió desde que despidió a Yuu en la mañana del examen. Una vez llegaron al complejo, Ryota detuvo su camioneta frente a este y se fijó una vez más en Yuu.

— ¿Estas seguro de que quieres volver ahora? Aún no ha terminado tu celo— Comento Ryota antes de bajarse de la camioneta.

— Tranquilo, ya me calmé. El celo suele variar entre 5 días y una semana, y ya no estoy sufriendo los efectos. Además, ya pasé varios días fuera de casa, debo volver en algún momento.

— Prometiste que te tendría toda la semana— Murmuro Ryota, fingiendo un tono molesto.
— Es inevitable, no puedo pasar una semana en tu casa— Dijo Yuu avergonzado

— ¿Eso es una sugerencia de que también pasemos el celo en tu casa? Yo no tengo problema alguno, pero creo que a tus primos no les gustará mucho la idea.

— ¡No me refería a eso!— Exclamó avergonzado.

— Tranquilo, solo bromeaba. Mejor entremos y acabemos de una vez con el problema.

Tomó la mano del Omega y se adentraron en el edificio. No estaba muy seguro de lo que diría, pero debía disculparse por todo lo sucedido. Una vez estuvieron frente a la puerta, tocaron levemente, y no pasaron ni 5 segundos de eso que Yoichi abrió la puerta.

— Yuu-chan— Susurró al ver a su primo frente a el, y sin esperar más lo abrazo— Idiota, estábamos preocupados por ti, aún si estabas con el estúpido alfa podías llamarnos o darnos un mensaje.

— Perdónenme, no tengo excusas— Respondió correspondiendo al abrazo.

— Pasen, el viejo querrá hablar con ambos— Dijo una vez se separó de su primo, haciéndose a un lado para que ambos entraran.

Apenas pasó Ryota por su lado, lo fulminó con la mirada. No es como que no se lo esperara, sabía de sobra que no les agradaba a los primos de su pareja, por lo que le restó importancia a su actitud. Una vez adentro, los betas notaron su presencia. Yuji miró de mala forma al alfa, y algo molesto a su primo, mientras que Kensuke miró con indiferencia a ambos.

— Yuji, Yoichi, a sus cuartos— Dijo Kensuke mirando a sus hijos.

Aún si querían replicar, ambos siguieron su orden. Sabían bien que su padre estaba molesto, y lo que pasaba cuando lo desafiaban en ese estado. No dañaría a ambos adolescentes, era incapaz de ello, pero no estaba en su mejor momento como para intentar dialogar de mas.

Una vez ambos se fueron, Kensuke miró a ambos jóvenes delante el. El semblante serio de Kensuke no se inmutó ni por un momento, algo que puso incómodo a Yuu. La charla que tuvieron apenas se enteró de su relación no sería la misma que enfrentarían en ese momento.

— Se de sobra lo que pasó los anteriores días, por lo que no deben decírmelo ni quiero detalles. Lo que me hubiese agradecido es que alguno de ustedes se dignara a llamarme y darme una señal de vida. Podré ser beta y no sufrir celos, pero vivir 11 años contigo y cuidarte en tus celos, me enseñó que por mucho que te nuble la conciencia, puedes pronunciar palabras coherentes y reconoces voces, así que con un “tío” o “celo” hubiera estado conforme.

— Perdóname, tío— Dijo Yuu avergonzado.

— Y tu, Ryota, así como llevaste a mí sobrino a tu hogar, pudiste llamarme y avisarme que se quedaría contigo. Eras el consciente en esta situación, incluso si no podías decírmelo directamente pudiste pedirle a cualquier persona que me llamara ¡Por Dios! Trabajo allí, tienen mi contacto la mitad de los empleados.

— Lo lamento, dejé que la situación me superara y actué irresponsablemente.

— Ya no importa, pero asegúrense de avisar la próxima vez, nos preocuparon mucho— Dijo, aun molesto, mirando a su sobrino— No habías llegado por horas y luego Hanako me explicó que estaban juntos. Usualmente me molesto cuando me cuenta chismes, pero por primera vez en años agradecí que me contara algo antes que ustedes mismos. Y hablando del tema, Hanako me informó esta mañana.

Ambos jóvenes se estremecieron. Por lo vivido unas horas atrás, suponían que se trataba de “ese”  tema, y supieron que acertaron cuando Kensuke fijó su mirada en Ryota.

— Más te vale tener una muy buena explicación.

[***]

— Ya veo— Dijo una vez término de escuchar toda la historia. Ninguno de los dos sabía que más decir, ni Kensuke sabía cómo expresar lo que pensaba.

— Realmente lo lamento— Repitió Ryota como por quinta vez.

— Ya deja de disculparte, eso no cambiará lo que creo— Respondió Kensuke, ya cansado de escuchar al alfa— Escúchame bien, realmente no me agrada nada que tu, siendo la pareja de mi sobrino, lo pusieras a prueba ¿Así es como piensas protegerlo? No digo que Yuu sea débil ni que deba depender de un alfa para ser alguien en la vida, pero que ni siquiera pudieras impedirlo no me hizo mucha gracia.

— Perdóneme por ello, yo...

— Aun no he terminado de hablar— Interrumpió Kensuke— Si tuviera que decidir el futuro de Yuu contigo en base a estas acciones ¿Cual crees que sería mi respuesta?

Ryota abrió los ojos como platos. No es que pensara que Kensuke estaría feliz con su explicación, pero tampoco creía que fuese a separarlo de Yuu.

— No es verdad— Fue lo único que pudo articular Ryota ante las palabras de Kensuke.

— No respondiste mi pregunta— Dijo Kensuke de forma sería, su mirada era completamente fría. Aun si no era un alfa, lograba poner nervioso al purasangre delante de el.

— Tío, ya déjalo— Dijo Yuu, tratando de detener la situación.

— ¿Para que? Yuu, siempre fuiste demasiado comprensivo, y por estas razones es que luego sales herido. Tus padres antes de morir te dejaron a mi cuidado, tu padre me pidió que te protegiera, y hasta tu mayoría de edad, veré por ti. Y si eso amerita a que te separe de tu pareja destinada, lo haré.

Yuu estaba confundido, estaba conmovido por las palabras de su tío pero a la vez enojado por lo que planeaba hacer. Agachó la cabeza, tratando de razonar y pensar bien que podría decirle a su tío, y cuando creyó tener las palabras correctas, comenzó a hablar.

— Lo entiendo tío, se que la promesa que hiciste con papá es muy importante. Pero, no necesitas protegerme todo el tiempo— Levantó la cabeza y posó su mirada en la de su tío— Una vez dijiste que el te apoyó en tu relación, aun cuando no tenían un futuro asegurado, aun sabiendo que tu sufriste, porque sabía bien que tu lo amabas. Si el estuviera aquí... Si ellos estuvieran aquí, estoy seguro que estarían molestos con lo que pasó, pero igualmente me dejarían decidir sobre mi futuro con mi pareja. Así que por favor, déjame decidir por mi mismo si debo estar con el o no.

Kensuke miró algo sorprendido a su sobrino. No creía que fuese a comparar su situación con la de el, ni que fuese a nombrar a sus padres, o que lo dijera con un tono tan seguro. Realmente su pequeño sobrino estaba creciendo.

Dejó de pensar en ello cuando escuchó como Ryota se levantaba estrepitosamente de la silla, para luego dirigirse hasta el, y arrodillarse con la cabeza pegada al piso.

— Te lo ruego, déjame estar con Yuu como su pareja. Prometo que no volveré a engañarlo, que lo respetaré y le seré fiel por el resto de mi vida. Lo protegeré con todo lo que tengo.

Kensuke iba a contestarle, pero fue interrumpido al ver que su sobrino se unía al ruego del alfa.

— Por favor tío.

Apenas subieron la mirada ambos jóvenes, notaron que el beta estaba completamente rojo, su labio temblaba al igual que su ceño, y sus ojos estaban parcialmente cerrados, como si estuviera a punto de estallar.

— ¿Tío? ¿Estas bi...

— ¡Claro que estoy bien! ¡Sobrino estúpido!— Gritó, completamente avergonzado— ¿Por que tenían que hacerlo tan difícil? Así no se les puede decir nada ¡Maldición!

Pasó una mano por encima de sus ojos, tratando de calmarse, además de ocultar su bochorno. Nunca fue bueno para expresar correctamente sus emociones, mucho menos controlar sus emociones cuando era el centro de atención.

— Escuchen bien, solo lo diré una vez. Como vea que comiencen a hacerse daño o se falten el respeto, hablare con los señores Ichinose para deshacer el compromiso ¿Entendieron?— Ambos jóvenes, no muy convencidos de haber entendido completamente, asistieron con la cabeza— Muy bien, si lo entendieron ya váyanse a algún otro lado. No quiero verlos por un buen rato. Y nada de sexo en esta casa.

— ¡Tío! ¡No íbamos a hacerlo!

— Mejor prevenir que lamentar— Se excusó el mayor— Ah, y Yuu. Felicidades por su compromiso
El omega se levantó de su asiento y fue directamente a abrazar a su tutor, quien de igual forma le devolvió el abrazo

— Gracias tío.

— No agradezcas, sabes que te amo, y si esto te hace feliz, voy a apoyarte.

— Yo también te amo.

— Lo se, ahora desaparezcan de mi vista, demasiadas emociones por lo que resta del año.
Yuu sonrió ante sus palabras. Ambos jóvenes se levantaron, e instintivamente fueron a la habitación del omega, pues era el único lugar en el que no les molestarían. Una vez adentro de esta, se permitieron tumbarse en la cama, exhaustos por todo lo que paso.

— Dios, estoy agotado mentalmente— Exhaló Yuu.

— Pasamos por varias discusiones, es normal.

— Sobretodo tu, aunque eso te lo buscaste.

— ¿Realmente no estas molesto por ello?

— Si me lo preguntas, no tuve tiempo para molestarme. Primero no entendía lo que estaba pasando, luego me sorprendió que fuera real, y alegró saber que estaríamos juntos. Si acepto que me dolió saber que estuvieron jugando conmigo, pero el en fondo sabía que tu familia no me aceptara así de la nada, así que no puedo molestarme demasiado porque de alguna forma me lo esperaba. No vengo de una familia de prestigio, ni siquiera mis padres están vivos, no tengo fuerza ni un físico envidiable, además soy un omega. Tu padre tenía razón en ese punto, debo demostrar lo mejor que tengo para que no me dañen ni a mi, ni a ti.

— Tu no tienes que demostrarle nada a nadie. Tu ya eres perfecto, así como eres— Dijo el alfa
Acercó su mano a la mejilla del menor, tratando de reconfórtalo, le dolía escuchar que pensara todo eso de si mismo, como si fueran defectos, en vez de ver la increíble persona que era.

— Dices eso pero bien que aceptaste la prueba— Dijo en un tono irónico, pero aún así sonriente, rodeando con sus brazos el cuello del alfa hasta dejarlo justo sobre el.

— Y siempre me arrepentiré de no haberme negado— Contestó con un tono molesto fingido.

— Lo se, perdona por eso, quería molestarte un poco.

— Lo dejaré pasar por esta vez, dime todo lo que quieras.

— Mejor me guardo eso para otro momento, no tengo nada para decirte ahora— Comentó con una sonrisa juguetona— ¿Quieres hacer algo?

— ¿Algo como que?

— No lo se. Por el Festival no pudimos vernos mucho, luego estuvo el tema del examen y mi celo, mas que aquella primera cita, no disfrutamos de hacer algo que nos guste juntos.

— Me gusta hacerlo contigo, no veo el problema.
Ryota lo dijo automáticamente, las palabras salieron solas, sin haberlas pensado detenidamente. Lo dijo con un tono tan tranquilo que rozaba la inocencia, y eso fue lo que mas descolocó a Yuu. Se levantó completamente avergonzado, empujando al Alfa para quitárselo de encima.

— ¡No me refiero a eso! ¡Por Dios!— Exclamó avergonzado, dispuesto a irse de su habitación y así su novio no lo viera.

— Lo lamento, aunque no fue ninguna mentira— Respondió sobándose la espalda, fue una dura caída contra el suelo— ¿Que te parece ver una película?

— ¿Película? ¿De que?

— No lo se ¿Tienes alguna favorita?

— Tengo algunas en mente, aunque dudo si realmente te guste verlas— Respondió desviando la mirada.

— No lo sabré hasta que lo vea. Pon alguna de ellas.

[***]

Y justamente como le había dicho el omega, odiaba esa película.

¿De que trataba como para llegar a ese punto? Simple, película épica.

No podía creer que su pequeño (no tan pequeño porque solo le sacaba 8 centímetros de altura) omega, con esa aura tan inocente y simpatizante, le gustara ver como algún personaje de relleno explotaba por una bala de cañón o como asesinaban a sangre fría a los caballos de guerra para que así cayera el jinete y lo degollaran. Si, aquella película era demasiado gráfica.

No es que a el le repugnara como para desmayarse, bueno, una parte si, simplemente no le interesaban las películas que solo se centraban en enfrentamientos bélicos. No odiaba la acción, sus películas favoritas eran sobre enfrentamientos económicos y políticos, con persecuciones, corrupción, y algunas balaceras, pero ver historias donde se demuestran como los alfas acuden a sus instintos primitivos era lo que lo repugnaba, aun siendo el un alfa.

Aun así, guardo silencio, Yuu se veía muy inmerso en la historia, por lo que prefería aguantar las 2 horas que restaran de la película y hacer feliz a su omega. La veían desde la laptop del albino, Ryota estaba sentado sobre unos almohadones, sacados de la sala, con Yuu sobre su regazo, usando la cama como respaldo para mayor comodidad. Incluso prepararon palomitas y apagaron la luz para crear una atmosfera mas semejante a un cine.

Hace varios minutos dejó de prestarle atención a la pantalla, centrando toda su atención en el omega recostado sobre su pecho, el cual si estaba muy inmerso en la historia. Gracias a eso podía aprovechar a ver con detenimiento a su pareja si que este tratara de huir, algo bueno sacó de esa situación. Aun con la poca luz podía ver a la perfección sus facciones. Como su cabello se había vuelto más largo en comparación a la primera vez que lo vio, la forma de sus hombros, su cuello, su pecho, el contraste en sus pieles, como su cuerpo encajaba a la perfección entre sus brazos. Sin darse cuenta la película finalizó sin siquiera saber que paso luego de los primeros cuarenta minutos.

— Si que estuvo buena— Dijo un Yuu sonriente, estirando su cuerpo, estar casi 3 horas en la misma posición logró entumecer sus músculos. Se volteó a ver a su pareja alegremente, esperando una buena respuesta de este— ¿Y que te pareció? ¿Te gustó lo que viste?

— Fue hermoso— Respondió solo pensando en aquel omega, pero al ver su expresión confundida entendió el contexto de la pregunta— Quiero decir, tenía muy buenos efectos especiales, y un gran elenco.

— Si, son geniales, representaron a la perfección a sus personajes y sus ideales.

— Si... Estuvo genial.

— Sobre todo cuando la doncella se encuentra con el unicornio, era realmente majestuoso.

— Creo lo mismo, aquel unicornio era muy lindo, seguramente a mi hermana le gustaría encontrarse uno así.

— ¿Ah si?— Preguntó acercándose al alfa, quedando a escasos centímetros de sus labios— ¿Podrías describírmelo? No vi ninguno en toda la película.

— ¿Que?— Preguntó atónito el alfa, separándose del omega.

— No había unicornio. Caíste— Dijo con una sonrisa triunfante— Sabia que no le estabas prestando atención, así que solo quería comprobar que tan poco viste, y al parecer no fue nada ¿Como aparecería un unicornio en una guerra de un mundo sin magia?

— Es cierto, no me interesaba para nada, lo lamento.

— Esta bien, considéralo una venganza. En una de mis tantas partidas de shogi con Hanako, me dijo que no te interesan ese tipo de películas, lo recordé porque es bastante curioso que a mi me gusten y a ti, siendo un alfa, no, por lo que creí que sería una buena venganza.

— ¡Oh no! ¡Cuidado! Este omega es el más cruel del mundo ¡Sálvenme!— Exclamó Ryota, fingiendo preocupación.

— ¿Cruel? Y eso que no has visto nada— Respondió siguiéndole el juego, acortando la distancia que había puesto el alfa anteriormente.

— Créeme que si tú te encargaras de torturarme, mas que ser uno de los peores castigos, sería uno de los mayores placeres del mundo.

— Que masoquista— Río por aquella extraña respuesta, terminando de acortar toda distancia entre ambos, fundiéndose en un beso.

[***]

Ya despidiéndose en la entrada de su pareja y su familia, salió del edificio. Estaba tranquilo, logro solucionar todos sus problemas y mantener su relación, no podía evitar sentirse con suerte, pues en su cabeza esperaba una peor reacción, equivalente a la de su madre esa mañana.

De camino a su auto, sintió un olor bastante conocido, y que, si podía dar su opinión, le disgustaba. Se volteó para ver al perteneciente de aquel característico olor, encontrándose con nada más ni nada menos que Yoichi.

— ¿Se te ofrece algo?— Preguntó Ryota, en un tono no muy amigable.

Naturalmente, trataba a cualquier persona con respeto, pero si por alguna razón, la otra parte no actuaba de la misma forma, olvidaba su buena actitud. Yoichi era de ese tipo, desde el primer día sintió su rechazo, el cual se fue intensificando día tras día. No podía evitar hablarle así, no le caía nada bien ese tipo de persona.

— Vamos por un trago, conozco un buen lugar cerca del centro— Respondió Yoichi, tan despreocupado como siempre.

— Soy menor de edad.

— Y yo no tengo licencia de conducir, por lo que hazme el favor de ser mi conductor designado esta noche— Agregó, palmeando el hombro del joven purasangre, para luego dirigirse hasta su auto.

— ¿Por que lo haría?

— Porque esta claro que tenemos asuntos pendientes ¿O te parece poco?

El alfa más joven bufó, para luego abrir su auto y subirse junto al contrario, dirigiéndose por donde este le indicaba. Llegaron a un bar a las afueras del centro, en una zona mas residencial que comercial, y no muy bonita o apta para menores. Siendo sincero, no le sorprendía que Yoichi lo llevara a algún lugar semejante, un alfa de 23 años con un leve aroma a feromonas omega que se notaba trataba de ocultar con desodorante y colonia económica, si se guiaba por todo ello, lo mas esperable es que lo llevara a un lugar parecido.

Se sentaron en la barra, y automáticamente recibieron dos tazones de bebidas. Si, solo con eso ya le confirmaba sus sospechas de que el mayor frecuentaba aquella zona, como para servirle sin siquiera pedirlo. El alfa mayor tomó su tazón y bebió de el, mientras que el menor solo lo miraba irritado.

— ¿Que? ¿No vas a beber?— Preguntó en un tono sarcástico e irritable.

— Te dije que soy menor, además yo te traje en mi auto.

— Por favor, no te hagas el correcto ahora. Una cerveza no te hará mucho efecto si bebes moderadamente y esperas una hora. Y si vamos a lo que se supone que hacen los alfas a tu edad, se supone que solo deberías acostarte con un omega para marcarlo y tener miles de mocosos para asegurar tu descendencia. Tus debates éticos puedes mandarlos a la mierda mientras estas conmigo, son un dolor en el trasero.

— Yo no vine a beber ¿No íbamos a hablar?— Preguntó serio, ya le irritaba demasiado todo el teatro que se estaba montando.

— Ya... Lo haces difícil cuando te pones irritante, eres un maldito mocoso.

— No es como que tu seas un respetable alfa— Comentó entre dientes, ya molestándose— ¿O tu familia aprueba que le metas el cuerno a tu pareja?

— ¿Planeas amenazarme? ¡Que audaz!

— No realmente, porque no me incumbe realmente donde la pongas, mientras no me jodas a mi ni a Yuu.

— Vaya vocabulario para solo tener 16 años.

— Haruki es mí tío ¿Te sorprende que hable así?

— Me sorprendería que no lo hicieras ¿Pero hablas de esa forma con Yuu?

— No me saca de mis casillas, por lo que no tengo por que hablarle mal.

— Me lo tomo como halago— Se burló el mayor, sorbiendo nuevamente de su cerveza— Esta bien, te contaré para lo que te traje aquí— Se volteo y miro directamente a los ojos contrarios, tratando de sonar lo más serio posible— Lo lamento.

— ¿Que?— Preguntó el menor, completamente confundido, no se esperaba algo así.

— Ya lo escuchaste, no me hagas repetirlo— Dijo molesto, volviendo a ver a su tazón de cerveza— Traté de alejarte de Yuu aún cuando no sabía nada, creyendo una mentira absurda. Shiori se encargó de explicarme todo, incluso las razones de porque lo hicieron. Esa idiota me había dicho que estabas comprometido con una amiga de su “escuela de señoritas”, incluso me había dicho que había ese día la acompañó a ver a Yuu, aquella zorra astuta.

— ¿Conoces a mi prima?— Preguntó Ryota, más para saber de donde que por incredulidad.

— Si, hago pasantías en el hospital principal de su familia, además de que soy compañero de, Touma, su esposo. Nomas no fui a su boda por unos asuntos pendientes, pero si somos muy cercanos. Creo que la razón por la que me habla es porque yo era el único más joven entre todos los demás pasantes y el mas cercano a su esposo. Aún cuando nos llevamos 6 años de diferencia me habla como si fuera de su misma edad.

— Así es Shiori.

— También me pidió que no me enojara contigo por lo que pasó, que fue su culpa y la de tu padre— Agregó Yoichi mientras delineaba el borde de su tazón con uno de sus dedos.

— ¿Y por eso me trajiste aquí? ¿Para hacer las paces?

— Para nada, estoy que me lleva el diablo contigo— Dijo molesto, apretando fuertemente los dientes— ¿Hacer las paces? Un niño mimado como tu, que siempre fue popular y bueno en la escuela. Que tuvo todo servido en bandeja de plata y no sabe lo que es la pobreza o que le digan que no. Un niño que si cometía un error, sus padres se encargaban de poner la alfombra sobre la evidencia e inculpada a alguien más. Que salió con muchas bellezas pero no se interesó en ninguna gracias a su primer pareja y por eso se cree una basura humana ¡Obviamente odio a los de tu tipo!— Tomó un sorbo de su jarro para calmarse o sino le lanzaría uno de los banquillos por la cabeza, y al ver que su bebida se acabo, pidió otro con un ademan— No entiendo como mi primo puede ser tan iluso de perdonarte todas tus idioteces, ni siquiera lo marcaste aun ¿Cuanto tiempo más planeas exponerlo al peligro? — Ryota estaba por responderle al mayor, pero este se recostó sobre la barra, con las mejillas completamente sonrojadas y sus ojos casi llorosos.
— Pero aún con todo eso, siempre llegas en su peor momento y le levantas el ánimo, logrando que se quiera un poco más a si mismo cada día, y dándole mas confianza a hacer cosas nuevas que lo ayuden a crecer. Y esperas a que este seguro de su futuro antes de marcarlo. Haces todo lo que ningún alfa promedio haría, por esas cosas te odio. Hieres a los demás sin darte cuenta y aún así te aman. Haces todo lo que yo nunca haría, pero aún así te pareces a mi.

Ryota ya no sabía si tomarse todo lo dicho por el mayor como un insulto o un cumplido, o si era verdad o una simple habladuría por borrachera, pero de alguna forma, ya no se sentía tan rechazado como antes. Yoichi no lo estaba aceptando aún y estaba claro, pero de alguna forma, sentía que logró causar un buen impacto y que en el futuro tal vez podrían llevarse mejor. Miró a su jarrón, una ofrenda de paz por parte de Yoichi, o una potencial conducta criminal, pero, a fin de cuentas, una ofrenda es una ofrenda, así que, ignorando lo que el alfa decía, bebió de él.

— ¿No que eras menor y por eso no bebías?— Preguntó Yoichi en un tono burlón.

— Si pasaba mas tiempo perdería el gas y sería un desperdicio— Contestó monótono.

— Que excusa de mierda.

— Yo también lo lamento— Dijo el menor, esta vez ganándose la completa atención de Yoichi— Dañé a la persona más importante de toda mi vida, y seguramente una de las mas importantes para ti, y me enojé contigo cuando trataste de alertarme. Tienes razón, solo soy un niño mimado que tuvo todo en su vida, por eso no me doy cuenta cuando arruino algo o como lidiar con ello.

— Que bueno que te dieras cuenta, al menos ahora no deberé preocuparme por Yuu, será tu responsabilidad.

— Gracias, por aceptarme— Dijo Ryota en un tono levemente alegre, cosa que sorprendió a Yoichi.
— No creas que con esto significa que me agradas, solo aceptó que tienes una relación con Yuu y el te quiere, nada más, por lo que si te equivocas puedes ir despidiéndote de Yuu.

— Ya, lo comprendí, aun así, te lo agradezco.
Ambos alfas se quedaron un rato más en aquel bar, aunque sólo el mayor se dedicó a beber. Cuando este ya estaba completamente ebrio, al nivel que no podía articular bien las palabras, el menor decidió llevarlo devuelta a su departamento, por lo que se acercó al trabajador tras la barra para pagar sus bebidas.

— ¿Cuanto sería?— Pregunto sacando su billetera de su bolsillo, agradeció haberla llevado o estaría en problemas, no quería explicar por que aparecía un bar en su resumen de tarjeta.

— No es nada. Ese idiota me hizo un favor un tiempo atrás y le prometí que no le cobraría por el año lo que bebiera, por eso quedó en este estado.

— Ya veo.

— Además, conocer al futuro cuñado de este imbécil es una gran paga. Nunca creí que te traería aquí.

— Dijo que necesitaba un conductor con licencia.

— ¿De verdad crees eso? No conozco muy profundamente a Yoichi, pero el es uno de mis mejores clientes. Realmente aprecia este bar, y no trae a cualquier persona, es como su segundo hogar, literalmente, viene una semana al mes aquí por el celo de su primo, quien supongo es tu pareja.

— Lo es.

— Recuerdo aún el momento en que vino aquí cuando te conoció. Vino totalmente deprimido, diciendo que ya había llegado un alfa a quitarle su más preciado tesoro. Incluso te insultó por querer jugar con el cuando estabas comprometido— Ryota miro extrañado al cantinero, lo que le alertó que era algo que no debió haber dicho—Si, Yoichi no sabe callarse cuando bebe. Tranquilo, luego me llegó la noticia de que todo fue un malentendido, y viéndote en persona dudo que seas de los que engañan.

— ¿Puede suponerlo por verme un par de horas?

— Puedo suponerlo porque he tratado con muchos infieles, después de todo, atiendo un bar a un par de calles del distrito de moteles. Tu eres un cachorrito a comparación de ellos, extremadamente fiel a su pareja.

— Si usted lo cree— Comentó Ryota desinteresado, le importaba poco lo que pensara de el, solo le había sorprendido que supiera de aquel detalle.

—  Pero sabes, entre todo ese llanto el dijo buenas cosas de ti. Como que eras inteligente, amable y guapo, todo un caballero. Pero lo mas importante, que eres un alfa que le demuestra el afecto que le tienes a tu pareja, y que se nota que realmente lo amas. Pocos son como tu, muchacho. Aun si el no lo demuestra, está agradecido de que un alfa como tu sea pareja de su tesoro. Te respeta muy en lo profundo de su ser.

— Supongo que trataré de no hacerle tan difícil la aceptación. Le agradezco la atención, me aseguraré de volver alguna vez— Hizo una reverencia, para luego cargar en uno de sus hombros al alfa mayor y salir del bar.

— Cuando cumplas veinte vuelve, te espera la casa.

Sonrió ante aquellas palabras. Acomodó mejor el cuerpo del alfa y salió del establecimiento. Se le dificultaba un poco cargarlo, pues Yoichi era más grande en todos los sentidos, asi como no era un borracho tranquilo. Tanteó su bolsillo buscando las llaves de su auto, pero antes de siquiera tomarlas, un chico se detuvo delante de el.

Parecía un típico delincuente juvenil por su ropa holgada, cabello teñido de rojo y el tatuaje que lograba divisar en su cuello, pero con una buena apariencia. Como si un modelo se vistiera de pandillero para una campaña publicitaria.

— ¿Se te ofrece algo?— Preguntó Ryota, bastante confundido, pues aquel chico no deja de examinar a Yoichi con la mirada.

— No realmente, estaba de pasada— Comentó con un tono de voz desinteresado— Aquel alfa, mejor deja que me encargue.

— ¿Por que? ¿Eres algún conocido suyo?

— Podría decirse. Soy su pareja.

Aquello respondía varias cosas, pero no podía terminar de creerle. Aquel chico no parecía ser del tipo de Yoichi, y no es que lo conociera demasiado, pero estaba seguro que el iba mas por los omegas tiernos que del tipo que podrían romperte la nariz si los llamabas tierno. Para su suerte, Yoichi despertó de su inconsciencia y vio al chico delante de ellos, sorprendiéndose de su aparición.

— ¿Ibuki? ¿Que haces aquí?— Preguntó confundido y aturdido.

— Pasaba por aquí, pero tienes suerte de que apareciera, mira que causarle problemas a los demás por andar ebrio, solo a ti se te ocurre— Respondió en un tono severo.

— Este chico de aquí no es un desconocido, es el bastardo que corrompió a mi angelito. Por lo que el me causa más problemas que yo a el— Refutó molesto, golpeando cada vez que mencionaba a Ryota de una forma exagerada— El me debe respeto por haberlo perdonado y aceptado su relación.

— Ya veo, así que eres ese chico del que siempre se queja. No te ves tan desagradable como el te describió.

— ¿Desagradable? - Pregunto con una vena bien marcada en su frente.

— ¿Que no lo ves? Es un abominable monstruo que devora las almas inocentes— Decía Yoichi, ya en un tono poco entendible

— Dios, si que eres insoportable cuando bebes— Se quejó entre dientes, para luego pasar un brazo por debajo de los del alfa y así cargarlo— Tranquilo niño, me haré cargo de el, tu puedes irte tranquilo.

— ¿Estas seguro?

— Claro, no es la primera vez que lo encuentro así, ni será la última.

— No te preguntaba a ti— Dijo Ryota, descolocado al omega pelirrojo.

— Claro que estoy bien, acostarse con Ibuki es una buena medicina para la resaca. Ver su cara dormida apenas te levantas es como ver a un ángel que quita todos tus males. Y su trasero es una gran cura.

— ¿De que mierda hablas maldito bastardo? El único Ángel que verás, si sigues pasándote de listo, será el de la muerte— Dijo entre dientes, tratando de no golpear al alfa— Mejor me lo llevó así deja de decir tantas idioteces. Nos vemos, Sr. Alfa que corrompe almas inocentes.

Y así sin más, el nombrado Ibuki se llevó al alfa en sus hombros. Ryota no sabía si detenerlo para asegurarse de que Yoichi llegara sano y salvo a su casa, o dejar que el se encargue, pero al ver al mayor tan apegado a aquel chico, aún con su personalidad hostil, le hizo pensar que realmente se querían, de una extraña forma, pero había amor.

— Bueno, será mejor que yo también me vaya.

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Buenas, aquí vuelvo con un capítulo de esta novelilla. Dejó este apartado para desearles una feliz Navidad (atrasada :v), y si es que no llegó al 31, un muy buen año nuevo (adelantado). Gracias por haberme apoyado durante el año con esta historia, y espero sigan acompañando me el siguiente con esta y futuros proyectos.

Con todo mi cariño les deseo unas ¡Felices fiestas!

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