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1 "Esto no puede ser verdad"

Caminaba bastante apresurado, como ya era de costumbre hace varios meses atrás. Su tío se había "olvidado" una de sus herramientas de trabajo de nuevo, aunque el sabía que eso no era así, ya que en la mañana la vió varías veces pero la dejó allí simplemente, no era mas que una excusa por parte de su jefa que le había ordenado que la olvide.

Abrió una puerta de madera pequeña que daba al jardín, como siempre estaba abierto para cuando el debía llegar, ya desde hace mucho le había dejado de parecer coincidencia o simple descuido.

- Ya llegué.

- Bienvenido Yuu- Contesto uno de los empleados de la gran casa, sonriendole amablemente, casi todos lo conocían desde pequeño, fuera en persona o por su tío- Tu tío por ahora no...

- Ya lo se, se encuentra en la jardinería- Lo interrumpió, ya en la mañana se lo había dicho. Una vez al mes debía ir allí para comprar lo que se le acababa o rompía- Aquí está lo que pidió.

Sacó de su bolso unas tijeras grandes de jardinería y la dejó en la mesa que tenía mas cerca. Volvió a incorporarse a su postura normal, estando de espaldas a la puerta corrediza de la casa, trono sus dedos y sono su cuello, preparandose para lo siguiente.

- Y 3...2...1-Apenas terminó de contar, la puerta a sus espaldas se abrió estrepitosamente, dejando ver a una joven mujer de largos cabellos castaños usando un kimono en detalles rojos.

- Buenas tardes Yuu-chan- Gritó felizmente la mujer y se lanzó sobre el.

- Por favor omite el "chan". También apartate, me hace sentir incomodo tu olor.

- Que cruel Yuu-chan. Y pensar que habrían muchos omegas que desearían que los abrace así, después de todo no siempre pueden encontrar a una alfa de buena familia que los respete-Dijo en un puchero, haciendo que este se molestara por haber sido ignorado y por haberle recordado su posición.

Como había mencionado ella, el era un Omega, la raza mas menospreciada de todas. No odiaba ser omega, fuese alfa o beta sería igual, pero que le recordaran su posición como si fuese una pobre criatura rodeada de depredadores le molestaba. Aunque claro, ella no lo trataba como tal, por lo que no podía enojarse con ella. Simplemente le molestaba ser llamado así.

- Ok. Ya que estas aquí ¿Que te parece jugar una partida de Shogi?- Dijo ella con una gran sonrisa

"¿Que día que no vengo aquí y no jugamos? Si siempre que vengo aquí es porque lo pides"- Pensó completamente cansado de esa situación.

No le molestaba que se lo pidiera, al contrario, adoraba esa hora que podía pasar jugando con la mujer, el problema era como se lo pedía, haciendo que su tío invente excusas para que el vaya. No entendía porque si ella se divertía pasando tiempo con el no lo invitaba oficialmente, o le decía que fuera ciertos dias a cierta hora, pues le gustaría ir con menos peso hasta la casa. Suspiró rindiéndose ante ella.

- Ya que.

- Genial. Vayamos al salón, ya prepararé el tablero- Dijo y comenzó a correr hacía dicho salón.

"Ya lo tienes preparado, solo irás a elegir tu asiento"- Volvió a pensar el omega.

Se quitó sus zapatos, ya para cada vez que iba a aquella casa llevaba unos zapatos sin agujetas, asi se le hacía mas fácil y rápido el quitárselas. La gran casa tenía un estilo oriental muy antiguo. Al casarse su esposo construyo una casa de ese estilo para que ella estuviese más cómoda, ya que su familia venía de una descendencia muy apegada a su cultura, una familia japonesa ejemplar. Sí que los Alfas tenían buen capital monetario. Pero estaba seguro que si ella hubiese sido Omega, no hubiese recibido aquélla casa.

Llegó al salón y vió a la mujer sentada, igual de entusiasmada por la partida que tendrían. A veces se olvidaba que se llevaban 20 años de diferencia, o peor, que en esa extraña relación, ella era la mayor. Se sentó frente a ella y tomó sus fichas.

- Bien, comencemos- Dijo y dió el primer movimiento.

Esto ya era rutina para el, medio año atrás su tío se había olvidado su almuerzo, y como él era el único en la casa, fue a alcanzarlo. Allí se encontró con aquella mujer. Al verla creyó que era la hija menor de la familia, ya que estaba consiente de los integrantes de aquella familia, aunque no supiese como eran fisicamente ni había escuchado sus nombres. Le había hablado sin honoríficos, ya que creyó que era de su misma edad, pero al enterarse que era como veinte años mayor lo sorprendió bastante. No recuerda bien como fue que llegaron al tema del shogi, y comenzaron a jugar. Ella vio en el un oponente digno para retarlo, por lo que siempre que desea jugar se lo hace saber mediante excusas.

- Victoria- Dijo neutral, moviendo su ficha, acabando con la alfa en su partida.

Esta solo se desplomó sobre el tablero, haciendo caer varias de las fichas al suelo. El ya estaba acostumbrado a ver aquel tipo de escenas tras cada partida perdida por parte de la alfa, al inicio se preocupaba, ahora solo reía internamente.

- Mierda. Como creí, eres demasiado bueno Yuu-chan.

- No es asi, tan solo tuve suerte en esta partida.

- Si claro, finge humildad- Comentó sarcasticamente- No deberías ocultar tu gran talento, esta bien que lo admitas de ves en cuando.

- No es para tanto. Además, dudo que los demas acepten que un Omega es un buen jugador de Shogi- Comentó desganado por la triste realidad.

Así era su sociedad. Los Alfas eran los lideres del mundo, los betas eran los trabajadores, mientras que los omegas solo servían para darle hijos a la patria. Claro, él no podía quejarse. En su hogar nunca lo habían obligado a nada que a un omega promedio sí, no lo habían comprometido con algún alfa y menos lo habían entregado a alguno durante sus celos. Siempre le dieron lo necesario, le apoyaron con sus estudios y sus sueños. Si, era un omega privilegiado si lo pensaba.

- Si eso es todo ya me voy. Gracias por la partida, Hanako.

- Bien. Hasta la próxima. Prometo que ganaré- Le saludo desde su lugar.

Salió del salón y cerro la puerta corrediza. Camino por los pasillos en dirección al jardin, en eso sintió un aroma bastante peculiar. Olía a bosque, un bosque primaveral en el cual había llovido unos minutos atrás. Era fresco pero dulce, le agradaba ese olor.

- ¿Habrán plantado algún árbol?- Se pregunto confundido por el aroma.

El sonido de la puerta principal abriéndose le sacó de sus pensamientos, y tras eso unos pasos.

- Ya llegué- Se escucho resonar por la casa.

"Seguramente es su hijo Alfa"- Pensó al escuchar la voz.

No le dió importancia y se fue, a fin de cuentas no se conocían Por que fuera conocido de Hanako no lo convertía en conocido con sus hijos, y siendo sinceros, no le interesaba tampoco, después de todo, dudaba que siquiera llegaran a ser amigos.

Al llegar a su casa un olor muy fuerte lo invadió, y no era nada agradable como el que había olido minutos atrás, este era mucho peor. No pensó más de 2 veces la razón del porque, y allí mismo se encontro con esa razón...sus primos. Ellos eran mayores que el, ya estaban terminando la Universidad mientras que el asistía su segundo año de preparatoria. Eran mellizos muy parecidos, la única diferencia que tenian es que uno tenía el cabello castaño claro y el otro rubio, claramente teñido.

- Yuu. Que suerte que llegaste. Yoichi casi incinera la cocina- Dijo su primo beta, Yuji, abrazándolo como si fuese lo mas delicado del mundo.

- ¡No fue mí culpa! Fue culpa del aceite que se le dió la gana de derramarse sobre el fuego y combustionar- Justificó Yoichi molesto, su primo alfa, con el recipiente de aceite en mano.

- Ahora es la culpa de los ingredientes que seas horrible en la cocina- Murmuró el castaño burlonamente para luego sacarle la lengua- Me pregunto que dirán todas las chicas al saber que mi hermano alfa es un inútil.

- ¿Que dijiste?- Preguntó molesto en dirección a su hermano.

- Si no lo escuchaste no hace falta repetirlo, despues de todo, tu poco cerebro no lo entendería.

- Maldito. De esta no te salvas.

- Nunca cambiarán- Musitó Yuu tratando de estar lo mas tranquilo posible, sino comenzaría a gritar- Me voy a mi cuarto.

- Esta bien- Dijeron a la vez, pero luego Yoichi se dió cuenta de algo y tomo por los hombros a su pequeño primo- Ah, por cierto Yuu, para poder apagar las llamas usamos tu chaqueta.

Apenas lo escuchó se dió vuelta y miró a sus primos completamente horrorizado, como si hubiese muerto lo mas preciado en toda su vida, algo que no era muy incierto.

- ¿Donde está?- Preguntó en pánico.

- En la cocina- Respondió Yuji apuntando dicho lugar.

No se hizo esperar y caminó hasta allí. Al llegar y ver su chaqueta, sintió que su alma se le salía de su cuerpo. Estaba completamente agujereada, claramente por el fuego.

- Perdonanos- Se disculpó Yuji asomándose por la puerta.

- No importa, ya veré que hacer ¿Pudieron Almorzar?- Dijo despues de calmarse, ya sabía como eran sus primos, esa no era la primera vez y dudaba que fuera la última, era mas bien culpa suya por dejar su uniforme en la cocina.

- No, Yoichi lo quemo todo- Respondió Yuji, recibiendo un golpe del mencionado.

- Hare el almuerzo- Dijo acercándose a uno de los mesones y comenzó a sacar los ingredientes.

- Muchas gracias Yuu-chan- Dijo Yoichi mientras lo abrazaba y se restregaba contra el- Si no fueses mí querido primito te convertiría en mi pareja.

- Primero, no me digas Yuu-chan. Segundo, eso es asqueroso. Tercero, quítate de encima- Contestó molesto.

- Yuu-chan, no seas tan arisco, si de pequeño te encantaba que te llamáramos asi.

- ¡Ya! No lo repetiré más ¡NO ME LLAMES YUU-CHAN!- Gritó completamente molesto, de repente sintió un gran dolor en su dedo indice. Al bajar la mirada vió que se había cortado con el cuchillo.

- ¡YUU-CHAN ESTAS SANGRANDO!- Gritó Yuji impresionado, se podía ver que se le habían bajado los colores del rostro. Si había algo en todo el mundo que no podía tolerar, era la sangre.

- Ya cállate. Sólamente debo desinfectarlo y ya.

- Déjame que lo haga, en eso sí que eres malo Yuu- Dijo Yoichi en tono serio, pocas veces se ponía asi, pero cuándo lo hacía, Yuu sabía que no podia negarse.

Se encaminaron al baño, dejando a Yuji sólo en la cocina.

- Ashhh, siempre que alguien cocina aquí pasa algo malo... ¿Sera que la cocina está embrujada- Pensaba Yuji para sí mismo- Sí, debe ser eso. Bueno ¿Que se le hará? Mejor voy por comida rápida.

• ────── ∞ ────── •

A la mañana siguiente fue a la escuela con un jersey, le parecía completamente incómodo usarlo, pero era lo único que tenía, además de que no iba con los colores de la escuela, los profesores no dudaron en reprenderlo. Tuvo que contar su situación, de comienzo a fin, pero para los directivos les fue difícil creerle. Al mostrarle una foto de su chaqueta, donde se veía claramente su nombre, no les quedó de otra mas que accederle a entrar.

Al llegar a su salón se encontró con sus amigas, su escuela dividía los cursos dependiendo de su raza. Los Alfas tenían clases intensivas, mientras que los betas y omegas tenian clases normales. No tenían una clase especializada para omegas ya que no habían muchos, y desperdiciar un salón para poner unos 5 omegas por año no era una opción para la escuela.

- Buenos días- Saludo apenas entro al salón.

- Buenos dias Yuu ¿Que pasó?- Preguntó una de ellas.

- Mis primos quemaron mí chaqueta ayer- Respondió completamente tranquilo, no era la primera vez que le pasaba algo así ni era secreto de nadie.

- Ya es la sexta vez que queman algo tuyo ¿Por que no lo hacen con lo suyo?- Preguntó fastidiada una de ellas.

- Porque según ellos lo mío esta más cerca.

- Pobre de ti, debe ser muy difícil vivir así- Dijo otra con un tono infantil abrazándole su cabeza.

- No es tan malo, además era preferible que se quemara eso a que fuese la casa.

- Encima eres comprensivo. Tus primos no te merecen.

- Lo dices como si ellos fuesen los hijos de Satanás - Dijo otra de las chicas preocupada por sus palabras, quien era la otra Omega del grupo.

- Quien sabe, tal vez lo sean y tu tío intenta encubrirlos, despues de todo, no se parecen en nada a el.

- Sasha, eso no es divertido- Reclamó el omega bastante molesto, aunque su voz no lo denotaba tanto como sus ojos- Ellos son hijos de mi tío, el les dio la vida. Si no se parecen a el es porque se parecen a su otro padre. Además, puede que cometan estos actos pero no es por maldad.

- Lamento la comparación. Cambiando de tema ¿Que le paso a tu mano?- Pregunto Sasha apuntándole.

Se sorprendió bastante porque lo supiera, pero se había dado cuenta de que su manga se había corrido y dejo a la vista sus vendajes.

- Me corté ayer cocinando- Respondió tratando de restarle importancia.

- Deberías tener mas cuidado Yuu. En un descuido podrías perder la mano ¿Como volverías a pintar?- Preguntó Hina.

- No es como que vaya a perder la mano por un corte como este. Además, no volveré a pintar por un buen tiempo.

- Pero...

Fue interrumpida por el sonido de la puerta abriendose. El profesor entro al salón, saludaron como todos los días y comenzó con la clase dando anuncios.

- No olviden que para el aniversario de la escuela se hara un festival, y todos los salones de todos los años deben participar. Por lo que debemos debatir sobre que quieren hacer para mostrar- Anunció el profesor.

Las ideas comenzaron a salir, como una feria de juegos, una casa embrujada, o una obra de teatro, pero lo que al final salió ganando fue un café.

- El dinero nos servirá para la fiesta del proximo año. Es mejor ir preparandose- Dijo una de las chicas.

- Mientras mas reunamos, mejor- Dijo otra.

A muchos les entusiasmó esa idea, con el plan ya escogido, el profesor volvió a tomar el control y reanudo la clase.

• ────── ∞ ────── •

- Así que harán un café- Dijo Hanako mientras movía una de las fichas de su preciado Shogi.

- Sí, a muchos de mis compañeros les entusiasma la idea de ahorrar dinero- Dijo Yuu mientras pensaba en cual ficha mover- A mi me da igual, en cualquier plan debería trabajar.

- Ya veo. Pues entonces creo que contribuiré con ustedes- Dijo sonriente, pero cuando vió a donde movió la ficha, esta se desvaneció- Esto es otra victoria para ti. Fue mucho más silenciosa está vez.

- Eso es porque estuviste distraída, no entraste completamente en el juego- Reprochó Yuu.

- La próxima vez no me distraeré tan fácilmente. Hasta mañana- Dijo saludándolo mientras comenzaba a levantar el tablero de juego- Ah, antes de que se me olvide, pásame tu número.

Yuu la miró sorprendido, no porque se lo pidiese, sino que por fin se lo pidiese, pensó que nunca lo haría ¡Ya no habrían mas excusas! Sin mas intercambiaron sus celulares y cada uno anoto su número en el del otro. Al terminar de escribirlos, se devolvieron sus celulares.

- Hasta mañana Yuu-chan- Dijo felizmente Hanako.

- Hasta mañana- Respondió mientras salía del salón.

Hanako escucho como salió por la puerta trasera, y al instante escucho como se habría la principal.

- Ya llegué- Escuchó desde lejos.

- Bienvenido- Respondió, a los pocos segundos se abrió la puerta del salón y apareció un joven alfa de cabellos castaños y ojos rojizos- ¿Como te fue hijo?

- Igual que siempre- Respondió restándole importancia, despues de todo, su madre odiaba su pasatiempo favorito. Luego se fijo en que su madre estaba acomodando su juego de Shogi- Aun no entiendo porque siempre lo acomodas si nunca lo juegas.

- En eso te equívocas Ryota, lo juego casi todos los días con Yuu-chan- Respondió alegre al recordar sus partidas.

-¿Yuu-chan?- Preguntó confundido, nunca había escuchado alguna mención de aquél nombre.

- Si, Yuu-chan es muy hábil en este juego, siempre me termina ganando, no se cómo lo hace. Pero también es muy amable y humilde, nunca me refriega sus victorias, ni se niega a jugar conmigo.

- Ya veo, debe ser agradable- Comentó desinteresado, aunque su madre no lo notó.

- Sip, la próxima vez los presentaré. Se que se llevarán bien, después de todo, tienen la misma edad y en carácter se parecen un poco. Solo qué Yuu-chan es mas tierno. Sería tan hermoso que se llevaran bien.

Estaba feliz por la idea de su presentación, ya que su hijo siendo alfa y Yuu siendo omega podría que se uniesen como pareja, le agradaba mucho esa idea de que Yuu formase parte de su familia legalmente.

- Debería decirle a Yuu-chan para ver lo que piensa.

- ¿Tienes su número?- Pregunto perturbado por la idea de que su madre se hablara con alguien que podría ser su hijo.

- Sip, lo conseguí el día de hoy- Respondió felizmente- Por fin podré hablarle directamente para las partidas de shogi. Y también podré citarlo para presentarlos

- Hmm, cómo digas. Iré a mí cuarto- Dijo volteandose para irse al nombrado lugar, pero un peculiar aroma lo detuvo- Por cierto ¿De casualidad plantaron alguna flor nueva?

- No que yo sepa ¿Por que?

- Por nada, cosas mías.

Sin mas salió del salón y caminó directo a su habitación. Estaba algo confundido por haber escuchado de alguien que jugase ese juego, despues de todo, no era muy común. Y para sumar mas confusion, aquel aroma. Le resultaba meramente familiar, aunque no recordaba de donde, estaba seguro que era de alguna flor, pero no de cual. Le restó importancia al asunto de aquel ser misterioso y de aquel aroma.

• ────── ∞ ────── •

Al llegar a su casa se encontró con sus primos, pero por suerte esta vez no le había pasado nada a la casa, se sintió tranquilo por ello, y al verlos que no tuvieran ninguna herida tambien lo tranquilizo.

- Ya llegué- Anunció y ambos lo voltearon a ver.

- Ah... Bienvenido Yuu-chan- Dijo Yoichi y se levanto rápidamente para ir hacia su dirección y darle un asfixiante abrazo- ¿Como pasó el dia nuestro querido primito?

- Ya te dije que omitieras el "chan"- Dijo molesto mientras intentaba escaparse de su agarre, y en una de esas vio a Yuji con una bolsa de papel madera, la cual estaba alejando de su vista- "Estos idiotas..."- Pensó, no necesitaba unir muchos cabos para entender el porqué esa reacción, el abrazo, y la bolsa.

- Que cruel. Yo preocupándome de tu día y tú ni siquiera me respondes- Dijo su primo en un puchero mientras lo apretujaba mas hacia el.

- Si tanto quieres una sueltame y te lo contaré- Dijo con poco aliento, su primo acato a su petición y lo soltó- Diablos, tienes fuerza sobrehumana.

- Poderes de Alfa- Respondió alegremente.

- Tambien se supone que tienen inteligencia sobrehumana, y tu careces de ella, asi que no presumas- Comento molesto.

- Yuu-chan, eres muy cruel. A veces pienso que te avergüenzan de nosotros- Se quejaba, pero a los dos segundos vio 2 boletos delante de sus ojos.

- Son para el festival escolar, espero que puedan ir como el año pasado. Fue divertido verlos alli- Al terminar de decirlo escucho unas mínimas risas, y al voltearse para ver a su primo frunció el seño por verlo riéndose de el.

- Y pensar que Yuu-chan puede tener sus momentos tiernos. Claramente iremos, si me lo pones asi no puedo rechazar tu oferta.

Iba a replicar, pero decidió dejarlo así, despues de todo sabía que cualquier cosa que dijese su primo lo usaría en su contra. Simplemente lo dejo ahí y se fue a su habitación, estaba agotado por demasiadas cosas que habían pasado en la escuela, y al pensar que el siguiente día sería mas agotador. Antes de acostarse en su cama tomó una de sus píldoras para atrasar su celo, el cual estaba a poco mas de una semana de llegar, y luego finalmente se acostó y durmió al instante.

• ────── ∞ ────── •

-Y 3...2...1 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS YUU!- Gritó su familia al entrar a su habitación, y como si hubiese escuchado un trueno se levanto de la cama bastante alerta, y al instante sintió como si el peso de los planetas cayera sobre el.

- Nuestro Yuu-chan ya cumplió 17 años, que rápido que pasa el tiempo- Gimoteaba Yuji mientras "extrangulaba", ya que eso no podía ser llamado un abrazo.

- Todavía recuerdo cuando era un niño y nos perseguía a todas partes. Diablos ¡Quiero volver a esos tiempos!- Decía Yoichi mientras se aferraba a Yuu como si estuviese en el Titanic mientras se hundía y su primo era el unico salvavidas.

- No puedo res...pi...rar- Decía Yuu con el poco aire que tenía.

- Bien chicos, fue suficiente- Dijo su tío mientras le daba un golpe en la cabeza de cada uno para que lo soltaran- Parecen garrapatas sobre una herida abierta--Se quejó, pero al ver a su sobrino sonrió amablemente- Feliz cumpleaños Yuu, ojalá tus padres pudiesen estar aquí para ver cuanto has crecido.

Se abrazo a el, su tío era un beta, el hermano menor de su padre, y realmente lo admiraba. Se había casado con un alfa, y milagrosamente pudo embarazarse al poco tiempo, y lo mas sorprendente fue que tuvo mellizos. 3 años despues del nacimiento, su pareja alfa murió en un accidente de tráfico, fue bastante grande y se llevo a muchas víctimas.

Estudió y trabajó al mismo tiempo en que criaba a sus hijos, para luego de unos años trabajar en la casa de Hanako de forma permanente. Ella era amiga de aquel alfa fallecido, por lo que tras su muerte, ella le ayudo de forma financiera, además de luego contratarlo y ser una de sus principales clientas.

Cuando sus padres murieron 8 años despues, él se hizo cargo sin ninguna contradicción. Le estaba eternamente agradecido, que aun con todas las dificultades que tenía, él se hizo cargo de su vida. No tenía porque, pero aún así lo crió y le dió todo el amor que sus padres no pudieron por ese trágico accidente.

- Gracias tío, por todo- Le susurró en el abrazo, sintiendo sus ojos aguarse, pero antes de siquiera soltar una lagrima, sintió un leve golpe en su frente.

- No te pongas sentimental, que comenzaras a llorar en tu cumpleaños y no es bueno eso- Lo samarreó un poco, con bastante suavidad para no desnucarlo- Será mejor que ya vayamos a desayunar así no llegas tarde a la escuela.

Su tío salió de la habitación para lo que suponían iba a preparar el desayuno. Cuándo este cerro la puerta, los mellizos se miraron entre si, esas miradas complices no le daba buena espina a Yuu.

- Bien, ahora que se fue el vejestorio aguafiestas, Yoichi y yo te tenemos un gran regalo- Anunció Yuji, y Yoichi sacó de detrás de su espalda la bolsa de papel que había visto el día anterior, como había imaginado, era para su cumpleaños, pero se sentía mas inseguro al verla- Lo hicimos pensando exclusivamente en ti, para que en el día del mañana esto pueda salvarte. Así que, sin mas preámbulos, te presentamos, tu regalo.

Al decirlo Yoichi le entrego la bolsa en las manos y ambos se pusieron a hacer redobles con sus palmas golpeando sus piernas mientras Yuu abría la bolsa. Yuu estaba completamente asustado, aunque no lo demostrara, los regalos de sus primos nunca eran algo bonito, el año anterior le habían regalado una caja con una araña de hule dentro, siendo Yuu aracnofobico. Al abrir la bolsa se esperaba lo peor, y lo que se encontró no fue una excepción a la regla. Al ver su cara en blanco unas leves risas se escaparon de sus labios.

- ¿Y bien? ¿Te gustó?- Preguntaron entre risas- No puedes decirme que un kit para el celo no es una gran idea.

Yuu no sabía si llorar o si gritarles. Sabía las bromas de su primo, pero darle un kit con cosas para la intimidad a un menor de edad... no sabía si esta vez lo hacían enserio o era una broma, ya que si realmente era enserio, ni loco usaría esas cosas en pleno celo sabiendo que vino de ellos.

- ¡VÁYANSE A LA MIERDA!- Les gritó completamente hervido, tirándole la bolsa por su cabeza, mientras los mellizos no hacían mas que reír.

• ────── ∞ ────── •

- ¿Y bien? ¿Que fue esta vez?- Preguntó Sasha, claramente sabía de las bromas de aquellos dos.

- Un kit para el celo- Dijo avergonzado, ocultando su rostro con sus manos.

- Bueno, almenos esta vez te regalaron algo util, mejor que la araña. No te viene mal uno de esos, almenos no sentirás tanto vacío como si no lo tuvieras.

-No le busques el lado positivo- Decía aun mas avergonzado.

- Debió ser muy vergonzoso recibir eso de tus primos ¿no?- Preguntó Hana, su unica amiga omega- Aunque debe ser vergonzoso recibirlo de quién sea.

- Que bueno que lo entiendes- Decía Yuu, al instante sintió vibrar su celular, y vió que era un mensaje de Hanako. Al parecer ella también lo esperaba hoy.

- Hm, hoy Shogi-sensei te espera con un regalo- Dijo Hina al ver el mensaje- Si que tienes muchos amigos por todo el país.

- No exageres Hina, con suerte y que tengo amigos, y todas son mujeres- Dijo Yuu.

- El Harem de Yuu- Dijeron todas a la vez.

- Recuerden que soy omega, mi harem debería ser de alfas o yo debería estar en uno- Comentó.

- Que exigente Yuu, Harem de Alfas- Escucharon por detrás, y al voltearse pudieron ver a Kami- Pues si es asi, espero poder cumplir con tus expectativas de Alfa.

- Buenas Kami- Saludó el omega tranquilamente- Es raro que te pases por aquí tan temprano.

- ¡No ignores mi propuesta!- Se quejó.

- Ya ya, no se peleen- Decía Hana tratando de calmarlos en el mejor tono posible- Ahora que todas estamos aqui, podemos empezar.

- ¡Feliz cumpleaños Yuu!- Exclamaron entre todas y tambien le dieron un regalo, muchísimo mas presentable que el de sus primos.

- Díganme que no son dildos, tengo de sobra- Dijo entre risas.

- ¿Pero que?- Pregunto confundida Kami, imaginándose lo peor.

- Larga historia- Respondieron las demas al unísono.

Al abrir el paquete, Yuu se encontro con un peluche bastante grande de una foca albina. Ya se lo veía venir, despues de todo sus amigas lo comparaban con una de esas criaturas debido a su cabello albino. No sabía cómo llegaron a ese animal de todos los que existen con cabello blanco, pero asi le quedó.

- ¿Un mini yo?- Preguntó entre risas- Pues si que soy lindo.

- Sabíamos que te gustaría- Dijo Hana entre risas- Ahora tienes a algo para abrazar para "esos" días.

- Solo recuerda que no tiene un amiguito, pero con el regalo de tus primos no es necesario- Decía Hina para despues romper en carcajadas, al igual que las demas.

- Peque yo ¿Crees que estan locas?- Preguntó mirando al muñeco, y con su mano movía la cabeza de este para que asintiera.

Las clases comenzaron unos minutos despues, y luego de muchas horas, cuando termino la jornada escolar, se fue directo a la casa de Hanako ya que cada 10 minutos recibía un mensaje de ella como recordatorio. En el camino deliberó si había sido buena idea darle su numero.

Al llegar claramente se le tiró encima como todos los días, le deseo mil veces un feliz cumpleaños, y por arte de magia terminaron jugando Shogi, donde claramente ganó Yuu. Pero esta vez, en vez de haberse ido apenas terminó la partida, se quedó un poco más de tiempo junto a Hanako, hablando de algunas cosas que no tiene mucha importancia mencionar.

- Y bien Yuu ¿Cuando vendrá tu próximo celo?- Preguntó Hanako.

- En una semana, ya estuve tomando los supresores para atrasarlo, aunque no se si funcionen- Comentó Yuu- ¿Por que la pregunta?

- Como te lo prometí, aquí tienes tu regalo- Dijo Hanako alcanzandole una caja de tamaño mediano, ya se veía costosa por fuera.

El claramente quería negarse, pero la mirada de Hanako le decía claramente que no se aceptaban devoluciones, no le quedo de otra que aceptarlo. Al abrirlo se encontró con un collar para omegas, pero este era uno de los las recientes y de mayor calidad. Lo miro sorprendido, no podía creer que llegase a tener uno de esos en toda su vida.

- Recuerdo el primer celo que pasaste aqui, hace medio año. Ni siquiera tenías collar aun cuando sabías que eras omega y ya habías despertado como tal. Al verte en ese estado, y como los alfas cercanos a ti perdían la cabeza, me dije que no podía dejar que nadie te tomara- Decía Hanako un poco triste al recordar aquel día, apenas entendió la situación lo llevo a una de las habitaciones mas lejanas y prohibió el paso a todo Alfa sin union, incluso a sus propios hijos.

- No tenía porque- Comentó Yuu avergonzado, el no merecía algo asi, no había hecho nada para ganarselo.

- Por favor, úsalo, insisto- Decía Hanako- Porque... ¡NO PUEDO PERMITIR QUE NADIE MARQUE A MI TIERNO YUU-CHAN!

Y alli se encontraba devuelta la Hanako que conocía, ya le parecía extraño que se comportara muy madura. Finalmente aceptó el regalo y con ayuda de Hanako pudo colocarselo.

- Bien, la contraseña ya esta colocada, si la escribes en el celular desde la aplicación, podrás quitartelo.

- Muchas gracias. Enserio esto es mas de lo que merezco- Dijo Yuu completamente agradecido, a lo que Hanako negó.

- No hay de que, consideralo un premio por todas las partidas qué me ganaste- Respondió Hanako felizmente. En ese momento escuchó que la puerta principal se abría y sintió un conocido aroma, seguido de unos pasos. Sabía perfectamente de quien se trataba- Y ahora, como atracción principal, quiero presentarte a...- Antes de que pudiese terminar su frase, se abrió la puerta y entro un chico castaño de ojos rojizos- Ryota, mi hijo.

Al escuchar aquella presentación, ambos jóvenes se miraron, y cuando sus ojos se encontraron con los del contrario, un escalofrío recorrió todo su cuerpo seguido de un gran calor.

- Ryota, el es Yuu-chan- Dijo Hanako feliz de por fin haberlos presentado, pero al ver realmente lo que estaba pasando se alarmó- Yuu-chan ¿Que te pasa?

Estaba completamente rojo, además de que le costaba respirar y de que se estrujaba el pecho, mientras trataba de mantenerse sentado en su lugar. Esa escena la había visto antes, estaba entrando en su celo.

Corrió rápidamente hacía el, sabía que si no hacía nada podía terminar en tragedia. Volteo a ver a su hijo, este estaba en estado de shock, mirando penetrante al omega, como si con su mirada reclamara a aquel omega frente a el. En cualquier momento podría atacarlo, y un alfa no podia contenerse por mucho tiempo junto a un omega en celo. Mientras su hijo aun estuviese consiente debía frenarlo para que no pasara a mayores.

- ¡RYOTA VETE! No puedes estar aquí ahora- Gritaba Hanako para que este reaccionara- ¡RÁPIDO! ¡VETE DE UNA VEZ!-

Los gritos de su madre llegaron a sus oídos, tratando e conservar la compostura salió de la sala cerrandola de un portazo. Al llegar a su habitación se encerró y se deslizó por la puerta. Trato de recobrar el aliento mientras se agarraba la cabeza. Aquel aroma... era el que había olido dias antes, y reconoció de donde lo recordaba, era el mismo de hace medio año.

Un amigo omega de su madre había entrado en celo hacía medio año, y ella lo encerró en una habitación lejana de la casa para que ningún alfa lo atacara hasta que su familia llegara para llevárselo. Le había fascinado aquel aroma, pero su madre le prohibió que se acercara a aquella habitación, y cuando este se fue, nunca mas lo sintió, hasta hace unos momentos.

- No puede ser, esto es imposible- Susurraba Ryota tratando de calmarse- El no puede serlo, simplemente no puede serlo. El no puede ser mi pareja

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