Kim Seungmin, el sexto y último hijo del matrimonio de betas Kim Seojoon y Kim Hana. Todos dicen que es algo ventajoso ser el hijo menor, mas Jungeun y Seungmin odiaban serlo.

Jungeun de 22 y Seungmin de 20 tenían la desdicha de ser los omegas menores de la familia Kim. Lo cual no tenía nada de malo si no fuera porque Heechul de 34, Wonpil de 33, Jongin de 30 y Mingyu de 29 eran cuatro alfas sobreprotectores con sus pequeños hermanos. Aunque desde que Jungeun se había ido de Corea, aquella gran sobreprotección había aumentado hacia Seungmin.

En ese instante Wonpil había ido a buscar a su pequeño hermano a su residencia para invitarlo a comer, el trabajo del ya mencionado requería que este se fuera demasiado de viaje y también no hace muchas horas su única hermana había pisado Seúl, por lo cual los seis hermanos Kim podían reunirse después de tanto tiempo (a pesar de que en algunas semanas los seis volverían a reunirse en Busan).

─ Entonces, ¿qué quieres comer, cariño? ─ Preguntó el alfa olor gasolina.

─ Quiero una hamburguesa, alitas y papas de gajo.

Seungmin si estaba acostumbrado a ser bastante consentido por sus hermanos mayores, siempre intentaba no sobrepasarse con lo que les pedía, más cuando se trataba de comida, jamás se resistía a pedir demasiado, aunque no se lo acabase.

Chan detuvo su andar, su corazón se encogió un poco debido a la carga negativa de emociones, su parte lobuna quería ser posesivo y demostrar que aquel hermoso omega de cabellos negros era suyo, pero su parte humana y racional solo le pedía que se fuera. Giro sus pies ciento ochenta grados y regreso por donde vino.

Wonpil y Seungmin detuvieron abruptamente su conversación cuando el aroma agrió a celos llego a su nariz, el alfa arrugo la nariz, mientras que el menor solo olfateo un poco dándose cuenta de que era su novio del cual se desprendía aquel aroma. Busco con la mirada a su pareja, al no encontrarla busco el coche, encontrándolo unos metros más alejado.

Corrió hasta este y antes de que Chan se arrancase logro subirse al automóvil. Tomó las margaritas en sus manos oliéndolas un poco, ambos se quedaron en silencio sin saber que decir.

─ Hola... ─ Susurro Chan bastante triste.

─ Hola.

─ ¿Q-quieres terminar conmigo? ─ Preguntó temiendo una respuesta positiva.

─ ¿Q-qué?, ¿qué te hace pensar eso? Solo discutimos un poco.

─ ¿Entonces por qué dejes que otro alfa te invite a comer?

─ Oh Dios, Channie, ¿estás celoso? ─ Seungmin río un poco.

─ Si lo estoy. ─ Admitió. ─ Podemos resolver esto, Minnie, lo que pasa es que yo soy v...

El omega no dejo terminar a su pareja cuando le plantó un beso en los labios, Chan pretendió resistirse, pero no puedo porque al sentir la calidez que brindaban los hermosos belfos color carmesí, no le quedo más que corresponder.

Segundos después se separaron, Kim tomo la cara de su alfa y conecto sus frentes, las respiraciones irregulares era lo único que se escuchaba dentro del carro. Seungmin volvió a plantar varios besos en los labios contrarios.

Un leve golpe en el cristal los hizo sobresaltarse, ambos miraron a donde provenía el ruido, topándose con un furioso Wonpil. Seungmin angustiado bajo el vidrio del auto.

─ Bajen los dos ahora mismo.

Chan iba a protestar, pero al olfatear un poco a su novio y oler la angustia, prefirió bajar. Al llegar frente al otro alfa se percató del enorme parecido que él y Seungmin tenían. Ahí lo supo, ese alfa era su cuñado.

Seungmin le dio un mordisco a su hamburguesa, sintió la mirada penetrante de sus hermanos e instintivamente se acercó a Chan en busca de protección, cosas que solo hizo gruñir a los alfas que ahí yacían.

- ¿Pueden parar? Quiero comer en paz. - Se quejó la única mujer, dejando su hotdog en el plato.

- ¿Por qué no nos habías dicho de este idiota? - Gruñó Heechul pretendiendo asustar a Bang, lo cual no funcionó.

El omega olor fresas suspiro sin saber que decir, cuando Chan lo había comenzado a pretender la primera persona de su familia quien lo supo fue Jungeun, no era que no confiara en sus demás hermanos, más sabía cómo se pondrían cuando supieran que alguien le coqueteaba.

Ya cuando su relación con el mayor se hizo formal (Chan y él ya tenían tres meses) les comento a sus padres sobre su novio, pero aún no iban a conocer a sus padres formalmente.

Cada que hablaba con alguno de sus hermanos se debía morder la lengua para no comentar sobre la gran felicidad que tenía en su vida, pero no quería que intentaran asustar a Chan como ya muchas veces antes habían hecho con los y las pretendientes de Jungeun.

- Seungmin. - Insistió Heechul.

- Porque sabía cómo reaccionarían.

- Con justa razón, este idiota te dobla la edad.

- Solo tengo treinta y dos. - Chan dijo hablando por fin en lo que llevaba de noche.

- Podría ser tu padre, Seungmin. - Lo regañó Mingyu.

- Dios, Chan es menor que Wonpil y Heechul.

- ¿Sientes que te faltó cariño de alguno de nosotros?, ¿Por eso buscaste a alguien mayor? - Dramatizó Jongin.

El pelinegro jadeó llevando una de sus manos a su cien, masajeándola, gracias a sus hermanos tenía expectativas altas en el amor y no solo era por las cosas materiales que le podían dar. No. Tenía la ventaja de tener a los hermanos más buenos del mundo.

Como la vez que a pesar de que Jongin odiaba las matemáticas, estudió durante seis meses para así poder explicarle a Seungmin y que este pudiera mejorar sus notas en esa materia.

En el momento que conoció a Chan tampoco tuvo altas expectativas en él, creyó que el alfa tan solo rompería su corazón, pero a Seungmin no le importo, le entregaría su corazón a aquel alfa aunque este lo partiese en mil pedazos, más no fue así, Chris había demostrado lo mucho que lo amaba, lo apoyaba y lo respetaba.

- Paren de decir tonterías por favor. Chan y yo nos amamos, eso es lo que debería importarles.

- ¿En verdad quieres a mi hermano? - Espeto Wonpil aún con enfado.

- ¿Por que dudan? No estuviera con él si no lo amara.

- ¿Ya se aman? - Se burló Mingyu.

- Quiero ver si en cuatro meses dices lo mismo.

- En cuatro meses cumplimos un año. - Chan sonrió orgulloso.

Seungmin se atragantó con su comida a la par que sentía como el olor agrio a celos aumentaba, pero esta vez no era Chan, si no sus cuatro hermanos mayores.

La omega olor lilas sonrió en grande, miró a Bang y dijo:

- Bienvenido a la familia Kim.

Los seis hermanos: