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일. real life

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—Me quiero morir.

Esas fueron las primeras palabras que se oyeron por parte de Sunhee después de unos minutos de silencio.

—No eres la única, Sunnie —habló Haeun—. ¿Por qué en la universidad deben poner que seamos becarias y estudiar al mismo tiempo?

—Yo tampoco lo entiendo, pero ahora nos tendremos que poner a buscar sitios. —Al oír las palabras de Sunhee, la mayor de las dos asintió.

Conocía a Haeun desde que eran pequeñas. Lo habían hecho en el colegio, donde Sunhee fue la primera amiga que tuvo al llegar a Seúl, puesto que antes vivía en Busan. Tenía muchos amigos, pero ella era una de las más cercanas, junto a Sujin y Hani.

—Sujin me ha escrito, dice que ya ha salido de clase —apuntó Haeun al leer el mensaje.

—Pues entonces vamos, sabes que ella odia esperar.

Sujin era la prima de Sunhee, la única con la que se hablaba. Siempre habían estado unidas, incluso sus padres les contaron que de bebés no les gustaba estar separadas y se ponían a llorar cuando eso pasaba.

Las dos se dirigieron hacia la zona de medicina, puesto que Sujin se iba a especializar en eso, aunque en su tiempo libre se dedicaba a la fotografía. Quería dedicarse a ello, pero sus padres le dijeron que eso no tenía futuro, por lo que se resignó a dejarlo como un pasatiempo.

En cuanto llegaron, la vieron absorta en sus auriculares, como siempre. Ambas amigas se miraron y con solo eso supieron lo que tenían pensado hacer.

—¡Aaah! —gritó Sujin cuando la asustaron, lo que causó que se rieran.

—Lo siento, Jinnie, pero es imposible desaprovechar la oportunidad de hacerlo —dijo Sunhee mientras abrazaba a la nombrada—. ¿Qué tal el día?

—Aburrido, nos han dado unas charlas y pensaba que nunca acabarían, ¿y el vuestro?

—Bueno, aquí tu prima y yo tenemos que ser becarias de alguna compañía y no sabemos cómo empezar —comentó Haeun.

—¿Y por qué no le preguntas al tío Minjae, Sunhee?

—Ya está bastante ocupado, no quiero molestarle con esto. Aparte, me gustaría intentarlo sin ayuda de alguien, por lo menos por el momento.

—Pero ambas sabemos que nos costará mucho encontrar algo si lo hacemos nosotras, por favor —rogó Haeun de forma tierna, o por lo menos lo intentó, puesto que prefería ir por el camino fácil y aún más si implicaba hacerlo rápido.

—Me lo pensaré, pero primero deja de hacer eso, no funciona. Y recuerda que nos tienes que invitar a un helado, perdiste la última apuesta —apuntó mientras señalaba a su prima y a ella.

Haeun no tuvo otra opción que hacerlo aunque pensaba que ya se había librado, esperaba que a ambas se le hubiera olvidado, ya que había pasado un mes, pero no tuvo suerte esta vez, por lo que las tres se dirigieron hacia una heladería.

Por el camino, estuvieron hablando sobre lo que hicieron en el verano y sobre girl groups que habían hecho comeback.

—Yo he estado todo el tiempo escuchando a Twice y no me arrepiento —empezó a contar Sunhee—. Aunque te hice caso, Haeun, y empecé a escuchar otros grupos y solistas.

—¿En serio, quiénes? —quiso saber Sujin, con la esperanza de que hubiera escuchado a algún grupo masculino, algo que le llevaba tiempo pidiendo.

—Sé que lo que quieres saber es si escuché algún boy group, Sujin, y lo hice —respondió dándose cuenta del trasfondo de esa pregunta—. Pero ninguno me llamó mucho la atención, lo siento —se disculpó y a continuación, miró a Haeun—. Y volviendo al tema anterior, he estado escuchando a Eclipse y a Jiyong, son buenísimas.

—No tienes porqué pedir perdón, cada uno tiene sus preferencias, por lo menos lo intentaste por mí —comentó Sujin mientras sonreía—. Y yo también he oído alguna canción suya, Haeun no paraba de hablar tanto de ellas que me entró la curiosidad.

—Es que tengo buenos gustos —alegó causando la risa de las otras dos.

Continuaron hablando sobre otros asuntos; y aunque la universidad era el tema más importante, también se preguntaban qué estaría haciendo Hani, ya que no sabían nada de ella, aunque seguro que estaría trabajando o estudiando, considerando que pocas veces descansaba.

Después de tener sus helados, decidieron ir a dar un paseo antes de volver a sus hogares, al mismo tiempo que comentaban lo que tenían pensado hacer este año. Pasadas unas horas, las tres decidieron que ya era hora de irse, no sin antes prometer que avisarían a Hani la próxima vez.

Al llegar a casa, lo primero que hizo fue ir a ver a su madre, quien acababa de llegar del trabajo hacía poco y se veía agotada. Al verla así, la joven decidió hacer la cena; le daba igual si también estaba cansada, quería que ella no hiciera nada, ya que siempre se quedaba hasta tarde trabajando por ambas.

—¿Qué tal el comienzo de la universidad? —comenzó su madre, Minju, mientras la muchacha colocaba los platos en la mesa.

—Bien, aunque nos han dicho que pronto tendremos que empezar con las prácticas —respondió a la vez que sentía la mirada de la mujer en ella.

—Estás nerviosa, ¿verdad?

La relación de Sunhee y su madre era maravillosa debido a todo lo que habían pasado juntas, así que no se sorprendió que se hubiese dado cuenta de lo que le pasaba. Le encantaba que la conociera tanto, ya que siempre sabía que podía contar con ella, pero a su vez no le hacía tanta gracia, dado que era difícil mentirle o ocultarle cosas.

—La verdad es que un poco sí. ¿Y si no consiguiera entrar en ninguna? —comentó la joven preocupada.

—Lo conseguirás. Y si no, ya sabes que puedes hablar con Minjae. —Al oír eso la joven no pudo evitar suspirar.

—No, quiero hacer las cosas yo misma, llamarle es mi última opción —explicó Sunhee, decidida y cansada de que le dijeran que fuera por el camino fácil, quería demostrar que podía hacerlo.

—Entiendo —habló mirando a su hija con una sonrisa melancólica.

—¿Qué pasa, mamá? —preguntó confusa viendo que no paraba de observarla de esa manera.

—Aún no me creo que ya te hayas hecho grande, antes nos necesitabas siempre y ahora… —Cuando era pequeña, siempre llamaba a su madre o a su tío cuando precisaba de algo, puesto que ellos solían mimarla o ayudarla incluso cuando no lo pedía.

—Y lo sigo haciendo, pero esta vez quiero hacerlo sola —habló Sunhee, y se preocupó cuando vio que su madre bostezaba—. Deberías ir a dormir ya. Estás agotada, yo recojo y friego, no te preocupes.

Al ver la mirada de su hija, Minju no quiso discutir porque sabía que acabaría perdiendo. Sunhee siempre había sido una joven decidida, así que la abrazó mientras le agradecía aquel detalle y se dirigió a su habitación.

A la chica le dolía verla así, levantándose temprano para ir a trabajar y llegando tarde del mismo. La admiraba mucho y no quería que hiciera más esfuerzo, por lo que siempre trataba de llegar a casa pronto y hacer las tareas del hogar, incluso si eso significaba dedicar menos tiempo a las de la universidad.

Terminó cansada por lo que decidió darse una ducha para relajarse. Después de salir del baño, estuvo horas investigando sobre empresas que aceptaran becarios, a la vez que apuntaba información de cada una, hasta que vio que era pasada la madrugada y decidió irse a dormir, puesto que al día siguiente iría a visitar algunas de ellas.

[…]

—¿Esa era la última? —preguntó Haeun al salir de Cube, mientras Sunhee la miraba de forma extraña, notaba que algo le pasaba a su amiga, pero no sabía el qué.

—Sí, y siento que ninguna nos va a escoger —dijo presintiéndolo—. No paraban de decirme las típicas excusas de ya te llamaremos, o tenemos que entrevistar a más gente,...

Las dos habían quedado aquella mañana para ir juntas en busca de compañías, pero no habían tenido mucha suerte. O eso era lo que Sunhee pensaba.

—Sunhee. —Se atrevió a hablar Haeun, con algo de miedo.

—Dime —respondió sorprendida tras oír el tono de voz de la chica, algo que le resultó extraño al ser siempre tan lanzada.

—Espero que no te moleste pero una de las empresas me ha aceptado. Ayer fui con mi madre, ya que ella no quería dejarlo para otro día, y hoy me han llamado diciéndome que me escogieron —contó Haeun—. Te he querido acompañar porque no sabía cómo decírtelo, pero mientras tú tenías las entrevistas, yo me quedaba fuera esperándote.

—¿En serio? —preguntó la pequeña atónita después de escuchar eso—. ¡Enhorabuena! Podrías habérmelo contado, aunque entiendo el motivo, y me alegro mucho por ti.

—Lo sé, pero pensaba que te sentaría mal, y te prometo que intentaré ayudarte a buscar más sitios.

—No hace falta, tú enfócate en lo tuyo, lo último en lo que debes preocuparte es por lo mío, ya verás como encuentro alguna.

Estaba feliz por su amiga, pero no podía evitar pensar en por qué a ella no se le había ocurrido haberlo intentado el día anterior, ya que quizás de esa forma hubiese tenido más suerte. Esperaba, al menos, que alguna compañía la llamara.

—Debo irme a casa —informó su amiga, aún con la felicidad del anuncio presente en su rostro—. Tengo que cuidar de mi hermana y eso de ir de un sitio a otro me ha dejado exhausta, nos vemos —añadió, antes de marcharse, mirándola con duda a pesar de la sonrisa que tenía.

—Claro, yo seguiré buscando mañana—respondió decidida—. Y no me mires así, no tienes por qué sentirte mal porque te hayan aceptado. Me alegro mucho por ti, lo digo en serio.

Se despidieron, prometiendo que al día siguiente se llamarían, aunque la mayor seguía insistiendo en que la ayudaria, a lo que Sunhee no paraba de repetirle que no hacía falta. Tras un largo adiós, debido a que no dejaban de hablar, ambas se dirigieron a sus respectivos hogares, aunque una más feliz que otra.

Al llegar, pudo ver que el coche de su tío estaba aparcado afuera, informando que se encontraba en el interior de la casa, algo que la extraño, ya que no le había avisado de que iba. 

—¿Hola? ¿Tío, estás aquí? —preguntó la castaña en cuanto entró, esperando encontrarlo.

—Sunhee, hola, no sabía que ibas a volver tan pronto. Estaba preparando algo de cenar para tu madre y para ti, ya que ella está muy liada, y por lo que veo tú también —dijo Minjae, al ver todos los papeles que su sobrina dejó en la mesa.

—He estado buscando compañías en las que acepten becarias de estilistas, pero no he tenido suerte. Por lo menos Haeun sí —suspiró Sunhee, y se dio cuenta de que al final tenía que hacer su última elección—. Puedo hacerte una pregunta.

—Claro, dime —respondió con su mirada en la comida sin notar la voz nerviosa de la muchacha.

—¿Sabes si en la empresa en la que estás, buscan becarios? —interrogó esperando a que la respuesta fuera positiva.

—No lo sé, pero puedo preguntar si quieres, y si lo hacen, intentar que tengas una entrevista. —En cuanto escuchó eso, la chica no pudo evitar sonreír.

—¿En serio? ¿Podrías hacer eso? —Quiso saber teniendo algo de esperanza.

—Como te he dicho, trataré de hacerlo, pero no prometo nada.

—Da igual, eso significa mucho para mi, muchas gracias. —Y a continuación fue a abrazarlo, ya que ella adoraba hacerlo, provocando que su tío sonriera.

Ahora solo le quedaba esperar. Sabía que las empresas a las que había ido no la iban a llamar, ya que como había dicho en cada una de ellas la habían puesto una excusa o la habían informado de que a lo mejor encontraban a otra persona que se ajustase más a lo que buscaban.

Lo único que Sunhee esperaba era que su tío le diera una buena noticia, porque si no, no sabría qué hacer.

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Hola!!! ¿Qué tal os ha ido la semana?

Pues como veis, ahora la saga tiene otra historia y es de nuestro sunshine, Felix🥺

Os aviso de que al principio no será genial, como Going Dumb, pero irá mejorando❤ (o eso creo...)

Espero que os guste esta nueva historia porque estoy muy ilusionada, os deseo una buena semana y nos leemos el miércoles en Going Dumb.💕

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