육. real life
—Por fin podemos quedar las cuatro —expresó Sujin después de un rato.
Sunhee estaba con sus amigas en la terraza de una cafetería, habían conseguido sacar tiempo libre para verse, algo que no habían podido hacer desde que había empezado la universidad. Además, ahora que Hani trabajaba casi todo el tiempo y que Sunhee y Haeun fueran becarias, complicaba las cosas.
—Lo dices como si hubiéramos estado años sin vernos —habló Hani tras tomar de su bebida.
—A lo mejor para ti no, pero para Sujin y para mí sí, seguro que Sunhee está de acuerdo, ¿verdad? —dijo Haeun mientras la anterior nombrada asentía sin saber de lo que estaban hablando—. ¿Ves?
—Para vosotras, que no nos veamos en dos días, es mucho tiempo —apuntó Hani—. Y Sunhee no cuenta, ni siquiera está atenta a la conversación.
—Sí lo estoy —contraatacó al oír su nombre.
—No lo estás, Hee —añadió Sujin—. ¿Es por algún chico?
—Estamos hablando de Sunhee, eso es lo último que la distraería —comentó Haeun después de ver el ceño fruncido de su amiga.
—Recordáis que estoy de becaria en PNation, ¿verdad? —preguntó, y cuando vio como las tres asentían, añadió—: Pues me han pedido que vaya a los MAMA, pero solo por si necesitan algo urgente y ellos no pueden ir o hacerlo.
—¡¿Vas a ir a los...?! —Sujin no pudo continuar, ya que Hani había puesto su mano en la boca, evitando que siguiera hablando, o mejor dicho, gritando.
—Jinnie, me parece que Sunhee no quiere que nadie lo sepa —explicó Haeun, a lo que su prima se disculpó.
—Tú tranquila, todo irá genial, ya verás —habló Sujin—. Aunque había pensando que estabas distraída por un chico, estoy acostumbrada a Haeun.
—¡Oye! —se quejó Haeun, aunque luego asintió, confirmando lo que Sujin había dicho.
—Bueno...
—Hani —avisó Sunhee.
—Ha conocido a alguien —confesó y continuó antes de que alguna hablara—, pero solo son amigos. No me miréis así —añadió al ver que las demás la miraban sorprendidas—, os conozco y sé que ibais a soltar cualquier cosa de las vuestras.
No pudo evitar sorprenderse, creía que Hani diría algo para molestar, ya que hacía eso a menudo, pero no se esperaba que le comentara aquello a las demás. A lo mejor se había acordado de cuando ella le confesó que ya estaba harta de que las dos hicieran eso, que no entendieran que estaba bien sin pareja.
Mientras las tres hablaban sobre el asunto, Sunhee decidió ignorarlas. No quería oír cómo intentaban sacar información a Hani, que se negaba todo el tiempo.
Su mente se puso a repasar lo que había pasado en un mes, en cómo Felix y ella se habían acercado más, hasta el punto en que incluso se habían dado los números de teléfono, por lo que se consideraban como amigos.
—Recordad que ya salió con alguien una vez, y no fue del todo bien. Lo pasó bastante mal, así que si quiere estar sola, dejadla —declaró Hani y las otras asintieron como dos niñas pequeñas que habían sido regañadas por su madre, mientras Sunhee recordaba esos momentos.
—Extrañaba esto —cambió de asunto Haeun, al observar que su amiga podría estar pensando en aquella época, por la cara de tristeza que estaba poniendo—. Cada vez tenemos menos tiempo para vernos las cuatro, debemos intentar quedar más seguido.
—Estoy de acuerdo, pero hay que planificarlo bien, todas estamos muy ocupadas —añadió Sunhee.
Estuvieron una hora más hablando sobre diferentes temas, hasta que cada una se tuvo que ir a su casa, ya que era hora de comer y tenían cosas que hacer por la tarde.
Sunhee llegó y al abrir la puerta, lo primero que vio fue a Dasom corriendo para darle la bienvenida, por lo que se agachó para acariciarlo y jugó intentando quitarle el muñeco que tenía en la boca.
—Al parecer, el tío se ha tenido que ir antes, déjame comer y luego te saco a dar una vuelta —dijo Sunhee al ver cómo el can no paraba de observar la puerta.
Después de un rato, en el cual Dasom no paraba de tirarle del pantalón para que se diera prisa, ambos salieron de casa. Unos minutos más tarde, iban de camino al apartamento cuando el teléfono de Sunhee empezó a sonar.
Era un mensaje de Felix, el cuál le preguntaba si estaba ocupada, por si podía llamarla, dado que no quería molestarla. La joven contestó que se encontraba libre, que podía hacerlo sin ningún problema.
—Buenas tardes. —Sonrió al escuchar la voz grave del joven.
—Buenas tardes, ¿qué tal?
—Algo agobiado, ¿tú qué tal estás? —preguntó Felix, al oír eso, Sunhee no pudo evitar preocuparse, ya que el muchacho siempre le decía lo mismo.
—Yo bien, estaba paseando a Dasom y ahora estoy yendo a casa, pero no tengo nada que hacer, si te interesa —comentó, pensando que a lo mejor el chico necesitaba hablar o despejarse de todo.
—¿Podríamos vernos? Puedes traer a Dasom si quieres —interrogó Felix de forma tímida.
—Prefiero no llevarlo, está empezando a hacer algo de frío y no quiero que se enferme —respondio Sunhee a la par que abría la puerta y desataba al canino, que se fue corriendo—. ¿Dónde quieres quedar?
—¿Puede ser en la cafetería? Como has dicho, no hace tiempo para estar fuera.
—Claro, aunque tardaré, debo hacer unas cosas antes de dejar solo a Dasom.
—Está bien, te espero allí, hasta ahora. —Y Sunhee colgó en cuanto se despidió.
Le preocupaba que siempre estuviera angustiado, le había preguntado el motivo, pero la respuesta que recibió, la cual le decía que era normal que estuviese así, no la tranquilizaba. Decidió respetar que no se lo dijera, ya que ella tampoco le contaba otras cosas y no era nadie para insistir.
Antes de salir, miró que Dasom tuviera la comida y agua necesarias. Después de comprobarlo todo, decidió ponerse un abrigo, viendo que hacía tanto frío.
Llegó a la cafetería, y vio que Felix se encontraba en la mesa en la que siempre estaban, y que además había pedido una bebida para cada uno.
—Hola, lo siento si he tardado mucho —se disculpó Sunhee a la vez que se sentaba.
—Tranquila, no llevo aquí mucho tiempo, no sabía qué te gustaba, pero pensé que con el frío que hace sería perfecto un chocolate caliente —apuntó mientras la joven bebía un poco, queriendo entrar en calor—. Aunque si no quieres nada, puedes pedir otra cosa.
—Gracias, sienta genial en estos momentos, aún no me acostumbro al frío que hace —comentó la castaña.
—Estamos cerca de Navidad, así que es normal que haga así en esta época del año.
—Cierto, a veces se me olvidaba lo rápido que pasa todo —dijo Sunhee de forma melancólica al recordar lo que había hecho ese año—. En mi mente, hace una semana era verano.
—Pues para mí, comienzo de año. —Le siguió la broma causando que ambos se rieran.
—¿Quieres hablar de lo que te pasa o prefieres que no? —preguntó Sunhee después de pensarlo un rato al ver que la sonrisa de Felix había empezado a desaparecer—. No quiero sonar entrometida, sé que nos conocemos desde hace un mes, pero a lo mejor te ayuda decirlo.
—Gracias por eso, significa mucho, pero tranquila, estoy bien —respondió, y aunque ella no se lo creyó, ya que era su decisión el no contarlo, no iba a agobiarlo con eso.
—¿Crees que este año nevará? —Cambió de tema radicalmente mirando a la ventana del local.
—No lo sé, pero espero que sí. —Sunhee pudo ver como los ojos del joven tenían un pequeño brillo, le recordaba a la mirada de un niño el cual deseaba con todas sus ganas que nevara, y eso le dio ternura.
—Quiero sentir la sensación de ver copos de nieve caer mientras tomo chocolate caliente —confesó sin darse cuenta de que lo había dicho en voz alta—. Lo siento, habré sonado algo infantil o muy imaginativa, olvidalo.
—No, no, me he imaginado la escena al mismo tiempo que la describiste y yo también quiero hacer eso, debe ser genial —sonrió Felix, provocando una extraña calidez en ella.
—Recemos para que nieva y así poder cumplirlo. —Bebió lo que quedaba de la taza, que ya no estaba tan caliente por desgracia.
—¿Qué te ha pasado en...? —preguntó mientras observaba las manos de la muchacha.
—Probé hacer lo que me dijiste, lo de confeccionar los bocetos que viste, y sin querer me quemé con la plancha de vapor unas cuantas veces —respondió Sunhee algo avergonzada, normalmente no se sentía así, pero no le gustaba contar cuando fallaba en algo.
—Debe ser difícil, o por lo menos si alguien como yo lo intentase —dijo Felix intentando que no se sintiera mal o eso era lo que ella pensaba.
—Pues ahora me gustaría verte haciendo algo así —chinchó la castaña, causando la risa de ambos.
—Eso te lo dejo a ti, tú eres la experta.
—Todavía no, tengo mucho que aprender —dijo de forma honesta.
Estuvieron un rato más hablando y riendo, poco a poco se iban soltando, incluso mostraban complicidad. Estaban conversando sobre un tema cuando el teléfono del rubio sonó, indicando que le había llegado un mensaje.
—Me da pena decirlo, pero debo irme, unos amigos míos me necesitan —comentó al mismo tiempo que se levantaba y la joven hizo lo mismo—. Por cierto, estas semanas estaré algo ocupado, ¿podríamos hablar por mensaje? Solo si quieres.
—Claro, yo también tengo que hacer unas cosas, por lo que no te preocupes —contestó recordando que a lo mejor tenía que ir a los MAMA y que además debía preparar cosas para Navidad.
Aún quedaba un mes, pero su madre quería empezar ya.
—Ya hablaremos, cuídate, nos vemos —dijo Felix mientras ambos salían del lugar y se despedían.
Se fueron por distintos caminos y Sunhee no pudo evitar ir a casa con una sonrisa, incluso su tío y su madre la molestaron cuando la vieron. Algo que se había dado cuenta, era que últimamente el tiempo que pasaba junto a Yongbok la hacía sentirse mejor, mucho más tranquila y feliz.
Mientras estaba tumbada en la cama, no paraba de reflexionar en los últimos encuentros que había tenido, no pudo evitar pensar que tal vez debería darle una oportunidad, y confiar en él.
Solo esperaba que no le decepcionase como ya lo habían hecho en el pasado.
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Hola!! Ya es domingo, lo que significa nuevo capítulo, ¿que tal os ha ido la semana? Espero que bien.
Sunhee y Felix ya son amigos, es un gran avance, encima ella va a darle una oprtunidad y confiar en él, esperemos que nuestro sunshine lo aproveche.
Espero que os haya gustado este capítulo, os deseo una buena semana y nos leemos el miércoles o el próximo domingo💕
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