삼십칠. real life
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—No quería parecer una entrometida, pero llevo notándote rara todo el día —escuchó Sunhee nada más entrar a la sala, antes de sentarse en el sofá, al lado de Sujin—, ¿ha ocurrido algo?
—No, ¿por qué la pregunta?
Habían quedado para comer después de salir de la universidad. Su prima había dicho que ya no pasaban tanto tiempo juntas como antes, así que, aunque al principio no tenía muchas ganas porque lo único que quería era llegar a casa y descansar, acabó aceptando. Necesitaba una tarde solo con ella.
—Por las clases —pronunció con falsa obviedad, quejándose tras recibir un golpe en el hombro—. ¡Oye, eso duele! Además, ¿cómo voy a hablar de los estudios? Solo lo haría si me hubiesen secuestrado y tuviera que pedir ayuda de forma disimulada.
—Eres una caja de sorpresas, nunca sé con qué vas salir —se defendió mientras se encogía de hombros.
—Esa excusa es horrible, me duele que no sepas cómo soy. —Fingió quitarse una lágrima, haciendo que luego ambas soltasen una carcajada —. Pero fuera de bromas, ¿ha pasado algo?
Sunhee se mordió el labio, pensando en si contarle lo que le atormentaba. No era algo del otro mundo, solo cierta confusión respecto a una persona, su madre. Llevaba un tiempo actuando de manera extraña y, aunque lo había ignorado al principio, dándole espacio, sabía que podía confiar en ella si necesitaba ayuda.
Tras unos días, después de ver que seguía guardándose todo y que su respuesta era la misma, diciendo que se debía al trabajo o a la nostalgia por encontrar fotos del pasado, terminó por sacar el tema.
—Necesito que seas sincera conmigo, porque ya no sé si son paranoias mías... —empezó a explicar con la atención de su prima en ella—. ¿Has estado estos días con mi madre?
—El martes estuve con ella, fui a la cafetería en la que trabaja por la tarde. —Después de unos segundos en silencio contestó, como si estuviera recordando lo que había hecho en la semana—. Ahora que la mencionas, ¿le ocurre algo? Porque la vi nerviosa, como si no quisiera que estuviera allí por mucho tiempo.
En cuanto la joven oyó aquella última frase, no pudo evitar suspirar al sentirse aliviada de que otra persona se hubiese dado cuenta y no fuesen solo imaginaciones suyas.
—Menos mal que no soy la única, no quiere que vaya a su trabajo ni para llevarle la comida. —Se acordó de todas las veces que le había dicho que no hacía falta, que una compañera le hacía ese favor—. Además, no para de interrogarme sobre el pasado, sobre todo de mi padre.
Por mucho que le hubiese estado dando vueltas a la cabeza para llegar a una conclusión, no lo había conseguido, por lo menos no a una coherente. Sí, ya no le afectaba como antes, ya que con el paso de los años había aprendido a vivir con ello, pero aun así le sorprendía que, después de tanto tiempo, hubiese sacado el asunto.
—Puede que quiera asegurarse de que ya estás mejor respecto a ese tema. Ya sabes cómo son las madres. —Sunhee la miró al escuchar cómo se reía de su propia broma. Aun así, sentía que no era eso, que algo más pasaba, algo en su interior se lo decía—. Sé que no soy la persona más indicada para pedirlo, pero no sobrepienses tanto, ambas la conocemos y si fuera importante, te lo diría sin dudarlo. —Sin pensarlo dos veces, la abrazó y apoyó la cabeza sobre su hombro— Ahora, ¿por qué no hablamos de otra cosa? Para distraerte un poco, lo necesitas.
No hacía falta que lo dijera, pero sabía que, si en algún momento quería otra charla como aquella, estaría ahí, apoyándola como siempre
En ocasiones como esta agradecía tenerla en su vida, en cómo con pocas palabras y con su sola presencia, lograba ayudarla y traerle un poco de paz. Sujin era una de esas personas con la que siempre tenías una sonrisa en la cara, con quien podías despejarte de cualquier problema que tuvieras y, sobre todas las cosas, te daba ese optimismo que era necesario para gente tan pesimista como Sunhee.
Iba a preguntar de qué podían conversar, pero al ver la expresión que tenía la joven, supo enseguida que algún asunto rondaba por su mente, la conocía lo suficiente como para saber que la cara que puso se debía a que estaría relacionado con ella.
—Adelante, suéltalo —murmuró Sunhee de la nada.
—¿Qué? No tengo nada que decir —Al percatarse de que le había mentido, la miró con la ceja alzada y una pequeña sonrisa—. Vale, sí, solamente quiero saber qué tal todo con Felix, no es lo mismo leerlo por mensajes que enterarte de todo en persona. Además, soy vuestra fan número uno, ¿ha habido algún avance?
No quería decírselo, no cuando sabía que comenzaría a hacerle un interrogatorio; sin embargo, como confiaba en ella, decidió contarle otra cosa que le atormentaba, hasta el punto en que el simple hecho de pensarlo le ponía nerviosa.
—Todavía no, pero lo habrá. —La última frase hizo que los ojos de Sujin brillaran, atenta para el cotilleo, a lo que Sunhee no pudo evitar reírse—. Mi madre quiere conocerlo, según ella tiene que saber cómo es y si es bueno para mí.
—Seguro que estará nervioso, aunque no tiene por qué. —Sunhee asintió de inmediato, afirmando que el idol estaba inquieto por aquello—. Le caerá genial, todo el mundo le adora y la tía se unirá a ese grupo dentro de poco.
Mientras su prima hablaba, comenzó a recordar a su pareja, teniendo en mente lo bien que se sentía a su lado, cómo en el tiempo que llevaban se había convertido en su lugar seguro, donde refugiarse en los momentos en los que se sentía mal, era como esos días en los que nevaba y lo único que te apetecía era beber chocolate caliente para experimentar esa sensación de calidez.
—Es lo que le he estado diciendo estos días, pero según él es normal y a mí me pasará lo mismo cuando conozca a los chicos —comentó sin darse cuenta de lo que había soltado hasta que vio la cara de sorpresa de la joven—. ¿Qué pasa?
—Espera, ¡¿qué?! —gritó de inmediato, abriendo los ojos de forma exagerada, procesando lo que había escuchado—. ¿Estás bromeando?
—No, Felix lleva comentándolo desde hace tiempo, pero nunca se ha llegado a hacer —respondió con algo de tranquilidad, intentando que su prima se relajase.
—¡Oh, dios mío! —soltó con efusividad, tanta que hasta asustó a Dasom que estaba en su cama—. ¿Cómo puedes estar tan calmada? Yo si fuera tú me estaría muriendo, ya lo estoy y ni siquiera los voy a ver.
Sunhee esperaba una reacción así, aunque se la imaginaba mucho más exagerada.
—Si te soy sincera, no lo sé —respondió mientras dirigía su mirada a las manos—. Creo que se debe a que también estará Jiyong, por lo menos habrá alguien con quien hablo y me llevo, no me sentiré tan sola —argumentó mordiéndose el labio, para después añadir—: Además, si ocurre algo, ella les frenará.
—Bueno, sí, pero a mí no me engañas, sé que estás nerviosa por la idea aunque intentes disimularlo —apuntó Sujin, recibiendo un pequeño asentimiento como contestación—. Me alegro mucho por ti, Hee, de lo que estás avanzando.
Un pequeño brillo se formó en los ojos de Sunhee, no por la frase, si no por el apodo que hacía tiempo que no escuchaba, ya que desde hacía unos meses su prima había dejado de llamarla así. Según ella, era un mote algo infantil, ya que surgió cuando eran pequeñas y daba por hecho de que ya no le gustaba, pero era todo lo contrario, le producía cierta calidez, llevándole a esos momentos en los que eran felices, en los que no había ningún problema.
—Hace un montón que no lo oía, lo he extrañado —admitió con una pequeña sonrisa, gesto que Sujin copió—. Me hace acordar a los viejos tiempos.
—Entonces volveré a decirlo —anunció con dulzura mientras chocaba su cabeza con la de la pelinegra de manera sutil—. Ah, tengo que contarte sobre un cotilleo que me he enterado, te va a encantar.
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Sujin se había ido hacía una hora y Sunhee nunca había tenido tantas ganas de que eso ocurriera. No iba a negar que se había divertido con ella y que la había ayudado con ciertos asuntos, pero también estaba agotada por la universidad. Además, al ser el último año, los profesores querían que todo fuera perfecto, que no cometieran ningún fallo, por lo que era normal sentirse abrumada.
Había terminado hacía unos minutos de ordenar y de hacer los deberes que le habían mandado ese día, por lo que por fin pudo tumbarse en la cama y relajarse. Se había acostumbrado a lo que era el verano, el no hacer nada, el despertarse cuando quisiera y muchas más cosas, por lo que se le hacía extraño volver a la rutina.
Por esa razón, decidió cerrar los ojos y echarse una siesta, para así tener algo de tranquilidad, aunque el sonido de una notificación se lo impidió. No sabía quién era, pero esperaba que fuera algo importante como para estropear su momento, solo que su molestia se esfumó en cuanto descubrió de quién se trataba.
Era un mensaje de Felix, en donde respondía a la pregunta que le había enviado antes sobre si estaba ocupado para una videollamada. Debido a la apretada agenda del idol, llevaban un tiempo sin verse, así que le había escrito diciendo que quería verla, le daba igual si era a través de una pantalla.
—No te habré despertado, ¿no? —fue lo primero que escuchó en cuanto Felix descolgó y Sunhee puso una expresión de confusión al no entender a qué se refería—. Lo digo por tu cara, se nota que estás cansada.
—No, además he sido yo quién tuvo la idea, por lo que sería raro que me durmiese —mintió al recordar que su plan principal era descansar un poco—. Aunque estoy algo agotada, la universidad me tiene así —explicó con una pequeña sonrisa. Al observar su intención de contestar, añadió—: No, no vamos a hablar otro día.
—¿Cómo sabías lo que iba a decir? —quiso saber con el ceño fruncido—. Sé que nos conocemos, pero me da miedo, siento que sí que puedes leer mi mente.
—Ya te respondí hace unas semanas que era mi talento —bromeó mientras el joven soltaba una carcajada, una que ella copió—. Como pudimos comprobar, a ti no se te da tan bien.
Al observar la expresión del chico, se mordió el labio para evitar reírse, se había puesto la mano en el pecho a la vez que abría la boca, fingiendo que le había dolido.
—Lo siento por no saber que ese día buscaba su cuaderno de bocetos, señorita Choi —dramatizó a la vez que se tumbaba en la cama. Sunhee se sintió más tranquila al ver que estaba en el dorm, seguro que después de estar muchas horas ensayando.
—Pues deberías, recuerda que casi siempre lo tengo en un sitio diferente, por algún motivo será —siguió con la broma, para luego quedarse en silencio, solo mirando al joven, que no tenía ni una gota de maquillaje y podía apreciar a través de la pantalla todas sus facciones.
—¿Qué ocurre? ¿Tengo algo en la cara? —indagó tocando cada parte de ella y Sunhee pudo notar que estaba inquieto, por la manera en la que apartaba la vista cuando se conectaba con la suya.
—Sí —asintió con convicción a la par que mantenía una expresión seria, haciendo que Felix se levantase y apareciese con un espejo unos segundos después—. Belleza.
Contempló cómo el muchacho posaba toda su atención en ella al mismo tiempo que pasaba su lengua por el interior de su mejilla, gesto que, por algún motivo, le había puesto nerviosa y había provocado una sensación que no podía describir.
—Qué graciosa eres, yo creía que a lo mejor me había dejado algún resto de la comida o incluso de maquillaje, eres mala —se indignó volviendo a acomodarse en el colchón—. Ahora hablando en serio, ¿qué tal estás? No me gusta el no saber de ti por unos cuantos días, pero con los ensayos casi no hay tiempo para nada.
—A mí tampoco —negó apoyando la cabeza en la pared, ya que se había sentado para estar más cómoda—. Quitando el estrés y cansancio de las clases, todo bien.
No quería comentarle a Felix todo lo que tenía en la mente, no cuando ya tenía sus propios problemas y no quería añadir más, aún menos cuando a lo mejor solo era una tontería que se solucionaría en cuanto conversara con su madre.
—No hace falta que me lo cuentes, pero prefiero que no me mientas.
Aquel comentario le sorprendió, ¿cómo era posible que hubiera sabido que no le había dicho la verdad? Aunque si lo pensaba bien, no había sido la primera vez que ocurría, pero no quitaba el hecho de que le asombrara que conociera tan bien sus gestos como para percibir ese detalle.
—Son solo unos problemas con mi madre, no es nada grave, no tienes por qué preocuparte —sonrió con sinceridad para consolidar lo que había dicho—. ¿Tú qué tal?
—Lo primero, es difícil que no lo haga cuando se trata de ti y a lo segundo, agotado, pero descansando bien como te prometí —respondió con sinceridad mientras le guiñaba un ojo—. Aunque bueno, tendrás que ir despidiéndote del rubio.
—¿Al final te vas a teñir? —inquirió curiosa, a lo que Felix asintió de inmediato—. ¿De qué color?
—Después de mucho pensarlo, al final será negro —respondió y antes de que Sunhee pudiera añadir algo, continuó—: Antes de que lo menciones, no, no te he copiado, ya te dije que antes de que tú lo hicieras, ya lo tenía en mente, así que puedes quitar esa sonrisa de burla.
La verdad era que no lo hacía por eso, si no porque se estaba imaginando a su novio con ese tinte y no podía evitar sonreír sin darse cuenta, solo había podido apreciarlo en imágenes, ya que desde que lo conocía había estado con el rubio.
—No iba a comentar nada, solo que quiero foto cuando termines, nada más —se excusó con rapidez, para luego fijarse en un pequeño detalle que le produjo muchas emociones—. ¿Llevas puesta la camiseta que te confeccioné?
—Claro, ya te lo conté, que era la que más iba a usar —contestó mientras se acomodaba y la contemplaba con una mirada que Sunhee era incapaz de describir—. Veo que tú también tienes lo que hice.
Antes de llamarle, había decidido hacerse una coleta para que no le molestase el pelo, cosa que últimamente ocurría mucho, y para ello había usado el scrunchie que había hecho Felix, el cual había terminado otro día, ya que cuando lo empezó, la cosa había acabado de una manera diferente a la que tenían pensado.
—Ni lo dudes, lo llevo hasta a clases conmigo como una pulsera —se sinceró con la vista en otro lado, no quería verle en el momento en el que soltase un dato que era importante para ella—. Cuando me siento cansada y no puedo más, suelo mirarlo y pensar que después de todo habrá una recompensa, que estaré contigo y con las demás personas de mi alrededor. Además de que, en cierta manera, me da fuerzas —explicó mordiéndose el labio para luego añadir—: Qué cursi he sonado.
—A lo mejor, pero eso da igual porque me ocurre lo mismo —apuntó con una pequeña sonrisa—. Cada vez que veo la camiseta o cualquier cosa relacionada contigo, el querer hablar o estar a tu lado crece en mí, aunque a veces sea complicado —comentó sin apartar los ojos de los de ella—. Te has convertido en alguien especial para mí y junto con los chicos, mi familia y stay, me das energía para hacer lo que quiero, incluso aunque mi inseguridad me lo prohíba.
Aquellas palabras habían hecho un efecto en ella, uno que era imposible describir con palabras, como cuando llegas a casa después de un día lluvioso y te pones un pijama calentito. Ese tipo de felicidad y calidez.
—Somos la pareja más cursi del mundo —concluyó Sunhee con una sonrisa.
—Eso te puedo asegurar que no —negó con ímpetu, recibiendo una mirada confusa por parte de la chica—. Nadie les quita el puesto a Eunji y Han o Gaeul y Hyunjin, ellos son insuperables.
—De Eunji me lo esperaba, la verdad, todo en ella es adorable, pero de Gaeul... —No terminó la frase, acordándose de lo que había escuchado y leído en el grupo todas las veces que la segunda hablaba con Ayaka tan libremente de sus relaciones.
—Se nota que no has pasado un día con esa pareja, son unos empalagosos. —El tono de voz de su pareja la hizo soltar una carcajada, parecía que estaba harto de esos momentos—. No exagero, ya lo verás en un futuro.
Tras aquello, siguieron conversando sobre diferentes temas; las clases de Sunhee, todo lo que Felix tenía que hacer por el comeback, sitios a los que ambos querían ir juntos, incluso de cuándo hacer la cena con los chicas y la de su madre. Todo iba genial, hasta que el rapero comenzó a bostezar más que de costumbre, incluso se podía apreciar cómo luchaba para que sus ojos no se cerrasen.
—Felix —pronunció con cuidado, hablando únicamente cuando él la animó a continuar junto a un movimiento de muñeca—, mejor continuamos otro día, estás muy cansado como para seguir, tienes que descansar.
—En otro momento me negaría, pero prefiero irme a dormir ya —anunció mientras se sentaba en la cama—. Además de que gracias a alguien, sé que no tendré pesadillas, sino todo lo contrario.
—Buenas noches —se despidió ignorando lo último, aunque se notaba que le había afectado por el sonrojo en sus mejillas, cosa que el muchacho debió de notar, por la pequeña risa que soltó.
—Buenas noches, te... —Antes de continuar, frenó, lo que hizo que cierta confusión se instalase en Sunhee, ¿por qué se había callado de repente? —. Te echaré de menos.
Acto seguido colgó, sin dejar que pudiera responder, dejándola pensando sobre lo que acaba de ocurrir, ¿qué habría querido decir Felix? Prefirió no darle más vueltas al asunto, a lo mejor solo había parado por algún otro motivo y no porque fuera a mencionar otra cosa.
Decidió bajar a la cocina a por algo de comer, aunque lo último que se esperaba era encontrarse a su madre, sentada en la mesa con la barbilla apoyada en sus manos y una expresión pensativa. Todo eso junto la inquietaba, por lo que se acercó para hablar.
—Mamá, ¿Estás bien? —cuestionó en cuanto se colocó enfrente de ella.
—Sí, sí, tranquila —respondió estirando el brazo para acariciarle los dedos Sunhee, con cariño—. ¿Qué tal las clases? No he podido preguntarte antes.
Le había vuelto a mentir, estaba cansada de que siempre que le interrogaba acababa igual, con la misma contestación o cambiando de tema de inmediato. No había dicho nada en las anteriores veces, pero cada uno tenía un límite, y el suyo ya había llegado a su fin.
—¿Puedes decirme la verdad? —imploró con tristeza y antes de que su madre pudiera interrumpirla, continuó—: Llevas semanas comportándote extraño y no me digas que son cosas mías porque hasta Sujin lo ha notado. Quiero que seas sincera conmigo y me cuentes qué ocurre, me pides siempre a mí que sea honesta contigo, pero luego tú no lo eres.
—Lo siento, tienes razón, no he estado siendo madura —afirmó la mujer y por la mirada que tenía, Sunhee no pudo evitar angustiarse, demostrándole sin palabras que no se trataba de nada bueno—. He estado esperando el momento para decírtelo, pero como puedes ver, no lo he encontrado, es solo que puede ser muy duro para ti y...
—Mamá, me estás preocupando —declaró con inquietud, no se le venía ninguna idea de lo se podría tratar a su mente—. ¿Está todo bien? ¿Ha pasado algo en el trabajo? ¿Es algo sobre Dasom? ¿O...?
—Tu padre está en la ciudad.
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Hello!! Hacía tiempo que no me pronunciaba por aquí, no me maten, please. Sé que he estado meses sin subir ningún capítulo ni nada, pero las clases acababan conmigo, todo lo que tenía libre, lo usaba para descansar o distraerme. De verdad que lo siento mucho por no haber actualizado, ahora que estoy de vacaciones, espero hacerlo más seguido, incluso me gustaría acabar la historia este año (no digo este verano por si acaso jajajaja).
Además de que tengo ideas de otras historias ya planeadas, lo único que no subiré nada o no publicaré hasta que termine esta porque sé que me voy a agobiar y además, si no he podido actualizar teniendo dos, siendo más me da algo jajaja. A lo mejor os preguntáis, ¿por qué nos dice esto y nos deja con el hype (si alguno lo tiene)? Porque soy mala y me gusta hacer eso jajaja, además de que me gustaría que intentaseis adivinar de quienes pueden tratarse, ya que creo que no he mencionado nada o por lo menos solo una o dos veces (aunque en el fondo no es difícil adivinar)👀
Quitando mi desaparición y maldad, AMO la amistad/hermandad de Sujin y Sunhee, es que se nota una gran conexión entre ellas, en cómo se conocen y se apoyan. Ojalá tuviera una relación así con algún familiar jajaja.
Luego tenemos a Sunhee y Felix, mis Sunhlix, les amo demasiado. En la manera en la que saben cuando uno está mal, el llevar puesto lo que se regalan y encima que sean tan monos, ES QUE EL MOMENTO CURSI JAIDAHDUJDSNJ. Yo solo digo que Sujin miente, soy la fan número uno de los Sunhlix, nadie me lo puede negar.
Bueno, hasta aquí el capítulo de hoy, gracias por haber leído y espero que os haya gustado. Nos leemos en el siguiente y os agradezco por la paciencia que habéis tenido, os quiero mucho 💛
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