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삼십일. real life

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Sunhee no despegó la mirada a Ayaka, que estaba observando los dibujos que le había enseñado junto con Gaeul, que también quería ver cómo eran. Mentiría si dijera que no estaba nerviosa, no solo por su opinión, sino también porque era la primera quedada que hacía con alguna de las perdidas y no sabía cómo comportarse.

Antes de ir a comprar las telas y todo lo necesario, las tres se habían puesto de acuerdo en ir primero a una cafetería, de ese modo Sunhee podía enseñarle los diseños a la joven para que diera su opinión y ver si había que dar algún que otro retoque.

Sin embargo, no solo estaba inquieta por eso, esa misma tarde Sujin conocería por fin a Felix y no estaba lista para su reacción, menos cuando hacía unos días le había dado la noticia de su noviazgo a sus amigas, quienes tuvieron diferentes respuestas; Hani y Haeun se alegraron, estaban felices de que la muchacha por fin hubiera dado el paso y que dejase atrás sus inseguridades, aunque la primera sobre pensó mucho la situación, a lo que la otra tuvo que tranquilizarla.

Por otra lado, Sujin no mencionó nada durante unos segundos, algo muy extraño en ella. Hasta que comenzó a gritar de emoción para luego quejarse de que era la única que no lo conocía, aunque eso no fue nada comparado al chillido cuando se enteró de que lo haría dentro de poco.

Esa tarde las chicas habían estado preguntándole de todo; qué tal era como pareja, si todo iba bien entre ellos,... pero Sunhee solo respondió algunas, le gustaba dejarles con la intriga y ver cómo se molestaban por su silencio.

—¿Sunhee, estás bien?

La pregunta de Gaeul la sacó de sus pensamientos, que la miraba con los ojos levemente entrecerrados, algo preocupada. Al escucharlo, Ayaka dejó de observar los diseños para hacer lo mismo que su amiga.

—Sí, sí, lo siento estaba pensando en otras cosas —respondió de forma vaga, acompañándolo con una sonrisa para tranquilizarla.

—¿Eso quiere decir que te aburrimos, Sunheecita? —Ayaka intentó ser seria, aunque por el tono de voz, mal disimulado y lleno de burla, no funcionó. Para no angustiarlas más, negó con la cabeza de forma rápida—. Estoy bromeando, sería imposible que eso ocurriera estando con nosotras —añadió con una sonrisa—. Gaeul y yo somos geniales.

Suspiró, estaba bastante nerviosa y se notaba, lo que en otro momento no hubiese tenido relevancia, ahora se la daba, y lo último que quería era que se pensasen que no estaba a gusto con ellas o que prefería hacer otra cosa.

—Aburrirse no, pero quizás la hemos agotado —contestó Gaeul después de dar un sorbo a su bebida—. Porque cuando nos ponemos a hablar no hay quien nos pare.

—No pasa nada, prefiero eso a un silencio incómodo —apuntó de forma honesta mordiéndose el labio. No le importaba solo escucharlas, eran divertidas y graciosas, sobre todo ver sus dinámicas y lo bien que se llevaban.

—Puedes decirnos lo que quieras, las dos somos de mente abierta, ¿verdad, Gaeulecita? —La nombrada asintió, indicando que estaba de acuerdo—. Bueno, no perdamos más el tiempo, supongo que quieres saber lo que opino de tus diseños.

Al día siguiente después de unirse al grupo, Ayaka le había mandado un mensaje por privado para poder hablar sin molestar a las demás, donde le contó sus gustos, colores y medidas. Aún recordaba la sorpresa que se había llevado con lo último, ya que no era muy habitual, pero después de conversar un poco más con ella supuso que era por lo que le gustaba la moda y las prendas exclusivas que tenía.

—La verdad es que sí —admitió en voz más baja, casi con duda—. Sé más o menos lo que vas a decir, sobre todo porque te envié los primeros que hice y sugeriste algunas ideas más acordes a tu estilo, pero no habías visto el proyecto final por lo que estoy algo nerviosa —se sinceró mientras movía sus manos inquieta.

—No sé lo que pensará Ayaka, pero a mí me encantan, tienes mucho talento —halagó Gaeul con una sonrisa, tratando de animarla—. No es algo que yo me pondría, porque no es mi estilo, pero estoy segura de que le van a gustar.

Algo avergonzada, bajó la mirada, no estaba acostumbrada a estas cosas, no cuando se había pasado tanto tiempo haciendo bocetos para su familia o amistades, las de siempre. Y ver que ahora otras personas opinaban sobre su trabajo, haciendo comentarios de ese estilo, era extraño.

—La verdad es que yo estoy de acuerdo con Gaeulecita —empezó Ayaka dejando con cuidado los papeles encima de la carpeta que Sunhee había traído—. Me fascina —afirmó—. ¿Puedes hacerme más? No tendrías que preocuparte por el dinero, te pago de nuevo todo lo necesario, es que me encantan.

—¿En serio? ¿No está a lo mejor el corte muy alto o un color más fuerte de lo que tu preferirías? —quiso asegurarse, aún sin creerse las palabras de la muchacha.

—Qué poca confianza tienes en ti, Sunheecita —contestó Ayaka a la vez que negaba su cabeza—. No me gusta eso, mi nueva bestie tiene que tener seguridad en algo que es muy buena. Además, si no estuviera conforme con lo que me has enseñado te lo diría directamente.

—Ayaka es muy sincera, sí, no tengas dudas con eso—corroboró Gaeul—. Así que puedes estar tranquila, confía cuando ambas te decimos que tienes talento y que lo que has hecho está perfecto.

Sunhee lo único que pudo hacer fue sonreír como agradecimiento, oír esas palabras de ellas le hizo sentirse muy bien.

Después de eso, Gaeul decidió cambiar el tema hacia sus aficiones u otros asuntos, remarcando que no sabían mucho de Sunhee. Aunque al principio estaba reticente, en cuanto se puso a hablar de ropa con Ayaka o de anécdotas de PNation con Gaeul, esos nervios fueron desapareciendo poco a poco, sintiéndose como una más. Sabía que no llegaba aún al mismo nivel de confianza que había entre ambas, pero en ningún momento la excluyeron, sino todo lo contrario.

—Ahora vamos a lo importante —soltó de repente Ayaka, dejándola un poco confundida—. Quiero hablarte de Yerim, así estarás enterada de lo que ha pasado y no te pierdes cuando saquemos el tema. Además, es otra de mis besties, la adoro, seguro que tú también lo harías si la conocieras.

—¿También lo de Nari y...? —preguntó Gaeul, frunciendo el ceño.

—No se llevan muy bien, ¿no? —interrumpió Sunhee después de escuchar ese nombre—, o eso me pareció con los mensajes. Quizá lo mejor es que no lo sepa, quizá es incómodo o...

—¿De verdad no quieres saberlo? —Sunhee negó con la cabeza—. Aburrida —soltó Ayaka—. Bueno, te perdono si me hablas sobre tu relación con Felix, en el grupo no diste mucha información y no me creo que no haya pasado nada —admitió—. Le pregunté a Changbin si tenía información, porque ya sabes, son muy amigos, y tampoco me quiso contar nada, lo que es muy injusto, ¿no crees? Tú no me harás eso, Sunheecita, tú nos contarás todo a Gaeul y a mí.

Tenía claro, por lo que habían mencionado antes, que podía contarles cualquier cosa, que no la juzgarían. Se mordió el labio para pensar mejor, porque no sabía qué decir, dado que sentía que no había nada que no hubiese comentado ya.

—La verdad es que todo va perfecto —reconoció—. No me puedo quejar de nada, el otro día quedamos y fue genial, estuvimos pasando tiempo juntos...

—Sunhee, no tenemos tres años, sabes muy bien a lo que me refiero. —Negó con la cabeza, no la entendía—. ¿Habéis dado el siguiente paso? ¿Ha habido algo más que besos? Puedes contárnoslo, no diremos nada, si yo sé todo lo de Gaeul en ese aspecto.

—No me hagas hablar, doña collares... —murmuró la joven, tratando de reprimir la sonrisa que tenía en los labios.

—¿Hablamos de verdad, doña sumisa? —contraatacó Ayaka, haciendo que Gaeul abriera la boca sorprendida e indignada a la vez.

Cuando ambas comenzaron a discutir sobre eso, Sunhee desconectó de la conversación al no terminar de entender las referencias, incapaz de no darle vueltas a lo que Ayaka había mencionado. Tenía razón, era algo normal en una pareja el dejarse llevar, pero al no haber experimentado algo así antes tenía miedo de que saliese mal.

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Justo cuando Sunhee había terminado de hacerse una coleta, escuchó el sonido del timbre. Sabía que se trataba de Felix, porque era imposible que fuese su prima, ya que le había dicho otra hora para que fuese a su casa, y poder así pasar tiempo con su novio en tranquilidad, ellos solos.

Por lo que se encaminó hacia la entrada, no sin antes mirarse en un espejo. Normalmente no le importaba demasiado, no cuando Felix ya la había visto con un look más desarreglado, pero en esta ocasión era diferente, solo que no sabía el por qué.

Wow, ya es costumbre deslumbrarme con tu belleza cada vez que vengo —halagó Felix y Sunhee puso los ojos en blanco al escucharlo, fijándose en cómo la recorría con la mirada, poniéndole algo nerviosa.

—Eres un exagerado, es algo simple —le quitó importancia a la par que le dejaba un espacio para que entrara.

—¿Tu prima aún no ha llegado? —preguntó mientras se quitaba la mascarilla,

—No, le envié un mensaje para que viniera unos minutos más tarde, ya que quería pasar tiempo contigo, pero seguro que llegará más pronto de lo normal por los nervios e ilusión —respondió Sunhee con una sonrisa inocente, aunque se podía ver que era falsa.

Aún seguía algo inquieta por la forma en la que no despegaba sus ojos de ella, así que intentó que no se le notase y menos cuando él, por alguna razón que desconocía, podía percibir como le había mencionado en una de sus conversaciones.

—No merece, eres mala —acusó Felix detrás de ella, tratando de sonar serio, pero fallando en el intento. Ambos se dirigieron a la sala y cuando llegaron sintió cómo el muchacho la abrazaba por la cintura y colocaba la cabeza en su hombro—. Ahora que lo pienso ¿y si en realidad no quieres que la conozca y pones la excusa de traumarme con su actitud para no hacerlo?

—¿Por qué lo haría? —cuestionó ignorando la sensación que sintió al notar lo cerca que estaba de su cuello y cómo su aliento le rozaba. Sin embargo, no pude evitar estremecerse y rezó por que Felix no lo hubiese notado.

—No lo sé, ¿celos? —sugirió y al escucharle, se giró indignada para verle con una sonrisa ladeada.

—La verdadera pregunta es, ¿debería estarlo? —contraatacó para que luego él negase con la cabeza y juntara sus labios.

El beso empezó siendo algo dulce como siempre, solo que esa vez se sentía diferente, era algo que Sunhee no podía expresar con palabras, pero lo que sí sabía era que no podía estar mejor. Hasta que el siguiente fue totalmente distinto, era intenso y apasionado, cosa que ella no se esperaba, no se separó en ningún momento, al contrario de lo que siempre hacía.

De repente, Felix la acercó más a él, haciendo que sus pechos estuvieran juntos y sintió cómo el joven bajaba su mano, gesto que hizo que una nueva sensación se apoderase de ella. Sin darse cuenta, sus manos se dirigieron al bajo de la camiseta del cantante, aunque solo se quedaron ahí, no se atrevía a hacer algo más y menos cuando su prima llegaría dentro de poco.

Sin embargo, ese pensamiento se alejó en el momento en el que sintió cómo los labios del idol se alejaban de los de ella para comenzar a repartir besos por la mandíbula y terminar en su cuello. Se sentía tan bien que dejó que tuviera más accesibilidad, inclinándose un poco.

Cuando notó la sensación de los dedos del chico en su espalda, se dio cuenta de que la situación se estaba saliendo de control, por lo que decidió alejarse, no era el mejor momento para algo así, aunque no estaba segura de si hubiera parado si se encontrasen en otra ocasión.

—Perdón si me he pasado, quizás querías ir más lento —se disculpó Felix de inmediato y Sunhee le dio un pequeño beso para que se calmara.

—No pasa nada —mencionó para que luego sonase el timbre de la casa—. Voy a abrir, tú prepárate para su locura, no digas que no te he avisado.

Cuando se quedó enfrente de la puerta, antes de abrir se quedó pensando en lo que había ocurrido.

Nunca habían llegado a ese límite, normalmente se quedaban en besos dulces, pero por alguna razón quería volver a sentirse de la misma manera. Una parte de ella maldecía que ese día hubieran quedado con su prima, porque era lista, se daría cuenta de inmediato de que se estaba comportando de forma rara.

—¿Ya ha llegado? —quiso saber Sujin nada más entró, sin ni siquiera molestarse en saludar.

—Hola para ti también, yo estoy muy bien, gracias por preguntar —contestó Sunhee cerrando la puerta detrás de ella y al ver su expresión, añadió—: Sí, está en la sala.

—Perfecto, ¿qué tal me veo?

Sunhee no respondió y empezó a andar hacia donde se encontraba su novio. Le encantaba ver a su prima así de nerviosa, daba igual que ocurriese muy a menudo, siempre le resultaba gracioso. Para no incordiarla, aunque ganas no le faltaban, tuvo que aguantarse el no reír cuando oyó que recitaba unas palabras para sí misma, como si hubiera preparado lo que decir.

Felix se levantó del sofá cuando las dos entraron; sin embargo, la muchacha sintió cómo Sujin se paraba en la puerta, sin creerse que el idol estuviera enfrente de ella y comenzó a balbucear.

—Hola, tú debes ser Sujin, ¿no? —Felix hizo una reverencia a la par que decía aquello, la cual Sujin devolvió algo inquieta. Sunhee pensó que él no se había fijado en el estado de la chica.

—Sí, qué ilusión conocerte, no me lo creo —respondió Sujin muy emocionada y con una sonrisa enorme en su cara—. Es obvio que sé quién eres, no hace falta que te presentes de esa forma.

—Sujin, respira y piensa en Felix como una persona normal. O por lo menos inténtalo. —La mencionada asintió, solo que Sunhee no estaba segura de que lo fuese a hacer.

—Es un placer conocerte, Sujin. Sunhee me ha hablado mucho de ti. —Al escuchar aquello, Sunhee cerró los ojos mientras suspiraba, ya que esperaba que no mencionara nada de lo que le había dicho por mensajes—. Me dijo que eres como una hermana para ella y muy especial, que no se imagina sin ti, por lo que tenía ganas de ver cómo eras.

Al mirar la cara del chico, entendió lo que estaba haciendo, trataba de chincharla y por su sonrisa, sabía que lo había conseguido.

Media hora después, Sunhee se arrepintió demasiado de haberlos presentado, sabía que ambos se llevarían bien por sus personalidades, pero no al punto de hablar sobre ella y sobre cómo molestarla. Había creado un dúo del cual no pensaba que fuese a ocurrir nunca.

Sujin también había aprovechado para fangirlear un poco más, para luego decir lo que tanto como Stray Kids como él significaban para ella, y la rubia sabía que eso le había tocado el corazón a Felix, quien siempre intentaba que sus fans se sintieran seguros con ellos.

—Bueno, ahora que ya hay confianza entre nosotros, quiero decirte que si lo tuyo con mi prima no funciona, yo estoy disponible —anunció Sujin guiñándole el ojo, lo que causó la risa de Felix y la indignación de Sunhee.

—¿Y esa infidelidad a Chan, a tu ult? —preguntó Sunhee con una ceja alzada.

—Está con Jiyong, que por cierto, me encantan, son una OTP suprema —respondió con una sonrisa para luego volver a posar su mirada al cantante—, por lo que hay que aprovechar oportunidades.

Ah, qué bien, él está con Jiyong y todo bien, pero Felix está conmigo y me ignoras.

—Lo tendré en cuenta, Sujin —comentó Felix siguiéndole el juego y Sunhee terminó por rendirse, se estaba arrepintiendo de este encuentro.

Cuando terminaron de hablar del tema, Sunhee se dirigió a la cocina para llevarles algo de beber y lo último que se esperaba cuando regresó fue que se callaran de repente, lo que hizo que su curiosidad aumentara y quisiera saber de lo que estaban conversando. Decidió no preguntar, conocía a ambos como para esperar que ninguno le dijese la verdad o cambiasen de tema, ya se lo sacaría a alguno en algún momento.

Al final, la conversación terminó cambiando, ya no era sobre cómo molestar a Sunhee, si no de cosas más normales. De tanto en tanto, Sunhee miraba de reojo a Felix, y cada vez que lo hacía no podía evitar alegrarse al saber que Felix podía ser él mismo, no actuar como un idol.

—Sunhee, ya estoy en casa y he recogido a Dasom de la casa de tu tío —se escuchó la voz de su madre, y al recordar que Felix se encontraba allí, abrió los ojos como platos.

Aún no había tenido la oportunidad de contarle a su madre sobre su pareja y a que se dedicaba, ya que no sabía cómo abordar el tema, y la inquietud crecía en su interior al oír cómo se acercaba cada vez más.

—¡Hola, tía! —saludó con efusividad Sujin, mientras Sunhee agarraba a Dasom y Felix, quien estaba a su lado, comenzaba a acariciarlo sin percibir cómo estaba su novia—. ¿Qué tal estás? ¡Cuánto tiempooo!

Oh, hola, Sujin, no sabía que ibas a venir —respondió sin todavía darse cuenta de la presencia del joven.

—Pero si te lo dije esta mañana, mamá —recordó Sunhee con obviedad, y de repente sintió cómo el idol entrelazaba sus manos en sus espaldas, al parecer sí que había notado sus nervios.

—¿De verdad? Es que tengo demasiadas cosas en la cabeza entre el trabajo y otros asuntos. —Y a continuación, se giró y la rubia pudo ver que su madre no se esperaba encontrarse con un chico en su sala.

No sabía qué decir, muchas cosas ocurrían por su mente. Una de ellas era que no quería que su madre se enterase de esa forma, sin haberle contado sobre él antes, por lo que no sabía que hacer.

Oh, él es Felix, es un amigo mío y se lo quería presentar a Sunhee, ya sabes —comentó Sujin mientras le guiñaba el ojo con complicidad.

—Encantado de conocerla, señora Choi, lo siento por venir a su casa sin que usted lo supiera. —Ambas primas se aguantaron la risa al ver a Felix tan tenso.

—Un placer para mi también —apuntó con una sonrisa dulce, para luego seguir—, es la primera vez que Sunhee trae un chico a casa. —Tras aquellas palabras, la mencionada pudo sentir la mirada de Felix en ella—. Si me necesitáis, estaré en la cocina haciendo la cena. ¿Os vais a quedar? Porque si es así, hago más.

—Es una buena idea, pero justo se iban a ir ya, los dos tienen cosas que hacer, ya será otro día —contestó Sunhee de inmediato sin darle tiempo a responder a los demás.

Sujin fue la primera en marcharse, volviendo a repetir que había sido genial conocerle y que había sido uno de los mejores momentos de su vida. Felix fue el último en despedirse, y tras asegurarse de que su madre estaba ocupada aprovechó para besarle.

—Lo siento por lo de mi "amigo", es solo que no se lo he contado aún y no quiero que se entere de esta forma —se disculpó, ya que creía que aquello le había sentado mal al muchacho.

—No pasa nada, es normal, eso sí, me duele eso de estar en la friendzone —se burló Felix ganándose un pequeño golpe por parte de Sunhee—. ¿Hablamos luego?

—Claro, te escribo luego.

—No si yo lo hago antes —apuntó para darle un último beso antes de irse.

Sunhee cerró la puerta con una sonrisa en la cara, aunque se dio cuenta de que tras esa tarde, tendría que decirle sobre su pasado. Su madre solo había mencionado lo de que nunca había traído un chico a casa, a lo que podía darse a entender de que nunca había tenido pareja, nada más lejos de la realidad.

Para la joven, Felix se merecía saber todo de su vida de la misma forma en la que él confiaba en ella, y eso incluía su pasado.

Entendía que tenía que hacerlo, el problema era que no sabía si estaba lista para volver a recordar todo por lo que había vivido, y algo en el fondo de ella le decía que no.

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Holaaa!!! Nuevo domingo, nuevo capítulo de My Universe, de Sunhlix. ¿Qué tal ha sido vuestra semana? Espero que bien y si no, la siguiente lo será.

Me encanta poner a Sunhee con las perdidas, solo nos queda Yerim y Miyeon en ese grupo y ya estarán todas, AAAAAAA. Además de que Sujin por fin ha conocido a Felix, vaya dúo, rezo por Sunhee jajajaja.

Hace unos días, subí la última historia de la saga de Stray Kids, la cual es del maknae y la verdad es que espero que os guste.

También os recuerdo que tenemos un server de discord, donde mandamos spoilers, adelantos,... Si queréis entrar, mandadme un mensaje privado y os enviaré el link.

Espero que os haya gustado el capítulo, os deseo una gran semana y nos leemos en el próximo capítulo.💛

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