v̸e̸i̸n̸t̸i̸c̸i̸n̸c̸o̸
Era el momento de la verdad, Sunoo estaba nervioso, hacía un par de años que no se había comunicado con su hermano mayor, por lo que, sinceramente, no sabía si el hombre estaría enfadado con él o no.
Culparía a la distancia, además de que su hermano, aparentemente, no había movido un dedo por hablar con él tampoco.
Así que, aferrado a la mano de su Hoonie, llegaron a la casa que era del mayor desde hacía poco tiempo.
— ¿Seguro que es aquí? -Cuestionó el pelinegro observando los alrededores.
—Sip, es imposible que lo olvide. -Contestó con cierto pesar.
—Tranquilo, amor. Estoy contigo. -Le animó el alfa dejando un beso en su frente. —Además, recuerda que los chicos nos están rodeando por si las cosas se ponen feas.
—No creo que lleguemos a necesitar de fuerza bruta, cariño. Mi hermano no es violento. -Dijo con un puchero.
—No pero, no está demás velar por tu seguridad. -Declaró el alfa seriamente.
Sunoo suspiró encantado y con toda la valentía que su alfa le infundaba, tocó el timbre y esperó.
Casi un minuto después, un chico extraño abrió la puerta.
— ¿Sí? -Preguntó mirándolos con recelo.
—Hola, ¿se encuentra Hyunjin? -Cuestionó el Omega con suavidad.
— ¿Y ustedes son? -Preguntó mirándolos alternativamente.
—Soy Sunoo, su hermano menor y él es Sunghoon, mi esposo. -Declaró firmemente.
Está demás decir que Hoon casi chilla por la emoción que le causaron las palabras del mayor.
El chico castaño los miró anonadado por algunos segundos, después cambió su expresión por una de reconocimiento.
— ¿Sunoo? Soy Felix, ¿me recuerdas? -En sus orbes cafés se formaron pequeñas lágrimas.
Sunoo abrió sus ojos con sorpresa. — ¿Felix? ¿Lee Felix?
El mencionado asintió y no pudo más, se lanzó a los brazos del de anchos hombros y lo abrazó con fuerza.
Sunoo correspondió y Sunghoon sólo miraba la situación sin saber hacia dónde moverse.
— ¡Cielos Felix! ¿Cómo es que estás aquí? Pensé que mis padres habían metido sus garras en la vida de mi hermano para desaparecerte. -Dijo el Omega con tono angustiado después de separarse del caluroso afecto.
—Pasen, te lo contaré todo.
Entonces ellos entraron a la casa y se dispusieron a escuchar lo sucedido.
— ¿En serio creen que Sunnie bebé esté en peligro? Se trata de su hermano. -Comentó Jay que ya se estaba aburriendo de esperar.
—A veces, es más seguro que la traición venga de tu propia familia. -Acotó Ni-ki con indiferencia.
Los hermanos asintieron y guardaron silencio por unos momentos.
— ¿Pero qué hay con ese chico, Heeseung? Dijiste que es detective, sería bueno que lo llamaras ahora. Total, creo que la parejita tardará. -Aconsejó Jake que miraba hacia el cielo y suspiraba.
—Es cierto. Veré si me contesta.
Ni-ki precedió a llamar a Heeseung, pero no hubo suerte, en su lugar le dejó varios mensajes, esperando que pronto contestara.
—Oye Jae, mira ese chico de allá. -Murmuró Jongseong al oído de su hermano cuando vislumbró a un joven de cabellos rojos a unos cuantos pasos de ellos. Jugaba con un cachorro.
Jake lo observó de arriba hacia abajo, el jovencito se veía muy lindo, no podía pasar de los 20 años.
— ¿Y si nos acercamos? -Cuestionó si dejar de mirarlo.
— ¿Qué tal si piensa que queremos lastimarlo? -Dijo Tae levemente incómodo.
— ¿Crees que se resistiría a esta belleza? -Preguntó con arrogancia señalándose.
—Déjale eso a Sunnie, a ti no te sale. - Jay le sacó la lengua.
Jake hizo una exagerada expresión de dolor mientras se tocaba el pecho.
— ¿Qué tanto murmuran ustedes dos? -Interrogó el mayor acercándose hacia ellos.
— ¡Nada! -Contestaron al unísono.
Ni-ki los miró seriamente, notó que los rubios observaban al chico que jugaba con el perro.
Indescriptiblemente se sintió enojado y traicionado.
— ¿Qué tanto le miran, eh? -Preguntó en voz baja, su mirada gatuna centrada en ellos.
— ¿Qué? -Dijo Jake fingiendo ignorancia.
— ¿De qué hablas? -Secundó Jay mirando hacia otro lado.
Ni-ki suspiró y contó hasta cien, no quería armar una escena en la calle.
No tenían por qué andar mirando a otros. Él era mucho más bonito que ese chico pelirrojo.
Esos dos se la verían con él en casa.
Sunoo y Sunghoon tenían sus bocas abiertas por todo lo anteriormente dicho, Sunoo no podía creer la clase de monstruos que había considerado "sus padres" por algún tiempo.
—No puedo creerlo. -Murmuró con pesar.
Inmediatamente Sunghoon pasó su mano por la espalda del mayor, en un apoyo silencioso.
—Si estoy aquí ahora, es porque Jinnie no desistió hasta encontrarme. Ciertamente ya había perdido las esperanzas, pero... El amor entre tu hermano y yo es tan fuerte que eso le ayudó a seguir hasta dar conmigo. -Dijo Felix que limpiaba sus húmedas mejillas. —Desde entonces, se desligó de tus padres y hemos vivido aquí, lógicamente ya no tiene aquellos lujos a los que tus padres los acostumbraron, pero hemos sido felices lejos de ellos.
Sunoo asintió en reconocimiento de aquella verdad.
—Por lo tanto, Hyunjin ya no tiene parte en la empresa de los Hwang, ¿verdad?
—No, desde que supo lo que me hicieron, él los denunció, por algún tiempo sus nombres estuvieron envueltos en varios escándalos, pero al no tener suficientes pruebas, y ellos sobornando a la Fiscalía... -El castaño suspiró. —No se pudo hacer mucho, pero sí se encargaron de arruinar su carrera.
— ¿Cómo es que no supe nada de esto?
Felix negó y tomó sus manos. —Lo que menos quería Hyunjin era que te vieras envuelto en todo este problema... Sobre todo, sabiendo tu procedencia, Sunnie. Tus padres habían querido buscarte y experimentar contigo. Pero Hyunjin los detuvo con el poco poder que aún tenía. Por suerte, tú ya te habías ido con Ni-ki, y tu hermano había puesto gente a cuidar de ustedes, todo iba bien hasta que supo que tenías nuevo novio. -Miró a Sunghoon.
— ¿Hay algún problema? -Consultó el alfa con un leve tono de advertencia.
Sunoo apretó su muslo para que se calmara, así lo hizo.
—Sí, es peligroso que tus padres sepan que estás aquí, y sobre todo, que estás con un Lobo. -Dijo Felix con temor. —Lo mejor será que no regresen, entre Hyunjin y yo resolveremos esto.
—No. -Dijo Sunoo rápidamente. —No huiré, Felix. No dejaré que esos monstruos sigan haciendo daño. Suficiente tengo con que hayan asesinado a mi padre y me hayan secuestrado, prácticamente.
—Sunoo... ¿Tú...?
—Sí, Felix. He encontrado a mi manada. -Confesó sonriendo.
La sincera sonrisa y el suspiró de tranquilidad que Felix emitió fue como si hubiese estado soportando algún peso por años.
—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Hyunjin y yo habíamos pensado en cómo podíamos hacer para llevarte con tu gente, pero veo que tu gente fue la que llegó a ti. -Volvió a mirar a Sunghoon sin dejar de sonreír. —Así que eres su alfa.
—Así es. -Respondió inflando el pecho. —Sunoo es mi precioso Omega y lo cuido cómo mi más grande tesoro.
Felix asintió feliz de escucharlo. — Jinnie no tarda en volver, sería bueno que se queden a pasar la noche y así puedan ponerse al día. Sunnie, si planeas ayudar, Hyunjin y tú deben hacer equipo, aunque tengas que convencerlo, porque es más terco que una mula.
—Descuida, sé cómo domar a la bestia. -Dijo altanero mirando a Hoon.
El alfa se cruzó de brazos y empujó su mejilla con la lengua.
Los otros dos rieron y después Hoon envió un mensaje a sus amigos para que regresaran a casa antes de que anocheciera más, ya al día siguiente iniciarían con la operación anti cazadores.
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