Capítulo 9
Jimin se sentía volar, sentía que todo era un sueño, una ilusión.
Pero aquel cuerpo duro contra el suyo le decía que era real, su cuerpo cálido y su corazón que martilleaba en su caja torácica le decía que estaba bien, no iba a despertar, porque esa era la realidad.
Yoongi había regresado, por él.
Y aún así su corazón y cuerpo se negaba a dejar aquel cuerpo duro y bien formado. No quería despegarse por nada del mundo, necesitaba sentirlo, tocarlo y verlo. También muy contradictoriamente quería que lo tocara, quería ser el foco de atención de aquellos ojos grises y fríos que parecían suavizarse cuando lo veían.
Su expresión era un libro abierto, lo sabía y no le molestaba. No le importaba, porque era con Yoongi con quién se sentía más que seguro, en casa.
En aquellos brazos músculosos y blanquecinos que lo cargaban, se sentía bien, seguro. Su corazón adolorido, su pecho que lo había asfixiado en toda la semana cada vez que pensaba en el vampiro, ahora mismo se regocijaba en plenitud.
Tan cálido, tan seguro, tan querido y tan necesitado. Así y mucho más se sentía. Nunca podría tener suficiente de este hombre que lo cargaba en un agarre exigente.
El tritón había extrañado tanto a este ser impavido y estoico. Santos moluscos, él realmente no podía dejar de tocar aquella ancha espalda dura, aspirar aquel olor varonil como almizclado combinado con la colonia que usaba y dejar besos torpes como húmedos en sus clavículas y garganta blanquecina.
Dioses del mar.
Su cerebro y cuerpo parecía haberse derretido tal cual mantequilla con solo ver y tocar a Yoongi.
Él nunca podría tener suficiente, nunca podría dejar de tocarlo y aspirar aquel olor adictivo e intoxicante. Suspiros de alivio y gozo salían de sus rellenos y rosaditos labios que estaban hinchados ante la sesión acolorada de besos en la playa.
Ahora en los brazos de Yoongi; con sus manos entrelazadas en aquel cuello, con su rostro enterrado en la garganta del vampiro, y con sus piernas apresando la cadera de su pareja, Jimin felizmente se encontraba siendo retenido con aquellas manos en su trasero y con aquel agarre exigente.
Su cuerpo parecía hormiguear de forma placentera y ansiosa, su piel parecía arder ante el tacto con el cuerpo de Yoongi. Se sentía tan hipersensible, cada fibra de su ser se sentía caliente y las manos en su descubierto trasero no ayudaban. Su polla palpitaba húmeda y ansiosa de contacto.
Se sentía tan necesitado, tan sensible y tan moldeable entre aquellos fuertes brazos.
Él deseaba que Yoongi calmara ese fuego como veces anteriores, pero esta vez se sentía más codicioso, deseoso de más. No solo su polla se ergia buscando consuelo, también su entrada palpitaba, sentía que temblaba ante las ondas de ansiedad y excitación que estaba experimentando.
Nunca se había sentido tan sensible, tan codicioso y deseoso de tocar y ser tocado. No hasta que conoció a Yoongi y supo lo que era experimentar el placer y la seguridad de una compañía constante.
Se sentía borracho ante todas las sensaciones, sentía que flotaba y a la vez no podía quitarse de ese cuerpo duro y pecaminoso.
Lo necesitaba tanto. Ahora. Ya.
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Yoongi entraba con aquel cuerpo tembloroso y esculpido que era Jimin, a la cabaña. Una sensación amarga se posó en su estómago cuando vió varias perlas en le piso, tenían un recorrido que llevaba a la única habitación.
Cerrando tras de sí, aún con aquel cuerpo cálido y que parecía muy entusiasmado, a juzgar por la erección del tritón que se retorcía húmeda en su abdomen.
Aún sentía los suspiros del tritón en sus brazos, en su cuello que los recibía, al igual que los múltiples besos y succiones que le daba. Yoongi estaba denominando a Jimin como una sanguijuela si no dejaba de hacerle chupetones en todo su cuello.
Pero a decir verdad no le importaba, él realmente le haría muchos más. Marcaría todo aquel cuerpo como suyo.
Joder que si.
—Yoongi...¿sabes por qué hay tantas perlas en tu piso? —preguntó NamJoon mientras salía de la cocina, entre su mano derecha tenía una manzana que tenía una mordida.
El vampiro mayor le dió una mirada sin impresionar, el cuerpo entre sus brazos se tensó mientras miraba de reojo de forma curiosa al hombre contrario.
—¿Qué...¿Quién es? —preguntó NamJoon sorprendido, incluso la manzana que iba dirigida a su boca se había caído, su mirada parecía incrédula mientras pestañeaba.
—Es la prueba de que no hiciste un buen trabajo —Min le dedicó una mirada plana, apretando el cuerpo entre sus brazos y bajando la camisa blanca que portaba el tritón para que Nam no pudiera ver más allá.
—Cuando me dijiste que habías olvidado algo, no esperaba esto —señaló al chico entre los brazos de Min, mientras se cruzaba de brazos.
El de cabello azabache suspiró gruñendo un poco, pero la expresión de su cara que, aunque se mostraba impasible, su postura parecía menos tensa...incluso había un aire de satisfacción rodeándolo que sorprendió a NamJoon. La rigidez en el cuerpo de su primo se desvaneció, pero ocultaba con posesividad al chico de cabello de un extraño color azul verdoso.
—Volvamos —el tono en su voz fue inexorable. NamJoon entendió que Yoongi no le diría nada ahora, parecía más concentrado en el cuerpo que sujetaba. El chico igual parecía así, pues se encontraba bien oculto en el cuello de Min.
Pero aún así NamJoon no podía dejar de mirar la imagen que se le presentaba. Por Dios. ¿Ese era su primo? ¿El mismo vampiro estoico que lo había estado jodiendo en toda la semana? ¿El mismo que se había vuelto un tirano total? Porque no lo parecía. Con ese raro chico extraño en sus brazos...parecía más accesible y abierto. Joder ¿Qué mierda había pasado en esta Isla?
Incluso la gélida mirada de Min —que para su asombro— parecía derretirse y suavizarse cuando miraba al cuerpo entre sus brazos. NamJoon admiraba la vista surrealista, nunca pensó que su primo podía sentirse apegado a algo... Era extraño y expeluznante.
—¿Hablaremos? —Cuestionó Nam por último, mientras se acercaba y dejaba que Yoongi colocará su mano en su hombro.
—Después —el peliplateado asintió, mientras utilizaba su poder y los teletransportaba al despacho de Min.
Lo último que vió NamJoon, o pareció ver, fue una sonrisa de Yoongi dirijida al ser entre sus brazos, mientras salía de la oficina.
Jodidamente increíble.
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Inhalando inestablemente, mientras apretaba aquella carne suave entre sus manos, cerró la puerta detrás de él, pero a la vez eso provocó un gemido sorprendido al tritón que se removía en sus brazos.
Yoongi dejó en la cama al ser acúatico, que a duras penas dejó que lo sentara en el cómodo colchón.
—Jimin, mírame —ordenó con su voz grave y gruesa, pero de alguna forma salió más suave de lo que creía, aunque la orden seguía presente.
Los ojitos celestes dilatados, se enfocaron en él.
Maldito dulce infierno.
Él quería consumir cada pequeño pedazo de ese ser, tomarlo de todas las maneras posibles y marcar esa acaramelada como suave piel. Pero de alguna manera sabía que no sería suficiente, nunca tendría suficiente y era algo que estaba comenzando a aceptar.
Pero su polla medio dura parecía estar completamente abordo con todo. Aspiró de forma abrupta por ello, joder, incluso su cuerpo parecía desobecerlo. Su líbido siempre parecía subir cuando estaba con ese inocente ser, con esos labios obscenamente abiertos y rojitos siempre dispuestos a él.
La realidad lo trajo de vuelta, cuando Jimin hizo un sonido queriendo su atención, él se lo concedió, internamente queriendo cumplir cada capricho de ese hermoso y raro ser.
—Por un demonio Jimin. Voy a ser honesto contigo —habló con su voz más grave de lo normal— quiero tomar cada parte de ti y marcarte, enterrarme tan profundamente hasta que grites mi nombre ¿Lo entiendes?
Yoongi necesitaba ser honesto con el tritón, que entendiera hasta donde llegaban sus deseos, que estaba tan dispuesto y abordo con la idea de tomarlo y tomarlo hasta quedar satisfecho, aunque sabía que nunca podría tener suficiente de Jimin. Nunca lo era y lo había demostrado en toda esta sangrienta semana que había pasado. Por una jodida que ya no iba a retenerse si seguía así, ya no podía.
—Lo quiero Yoongi —las pupilas de Jimin estaban dilatadas mientras estaba de rodillas sobre la cama, mirando la figura tensa y fuerte de todo aquel escultural cuerpo que vestía un traje acoplado a ese fornido ser.
Las pupilas de Yoongi se dilataron y su expresión se volvió pellizcada y oscura.
—¿Me estás entiendiendo? No voy a jugar como antes Jimin, voy a follarte ¿Bien?
Jimin sentía cada vello en su ser crisparse, su piel chinita de una forma ansiosa y placentera, el fuego yendo al sur y alzando su polla húmeda y rojiza que estaba completamente alzada, más que dispuesta.
—¿Lo prometes? —susurró mirando los ojos del vampiro con los suyos propios vidriosos y desenfocados.
El tritón podría ser ignorante en algunas cosas, pero él sabía lo que era aquello, en su manada lo llamaban el enlace final, cuando acababa el cortejo entre los de su especie se unían en cuerpo y alma, entregándose a su pareja. No era un enlace tan intenso como en los cambiaformas en realidad, pero si era algo de toda la vida. A Jimin se lo habían explicado, él sabía lo que pasaba o al menos lo que le habían inculcado y dicho.
Nunca lo había experimentado, pero sabía del tema, lo más básico en sí. Y ahora mismo estaba más que dispuesto. Su corazón latiendo desenfrenado, su piel sobrecalentada y su longitud resbaladiza, incluso su abertura se contraía ansiosa y expectante. Todo en el gritaba un gran sí.
Y aún así su mente lo traicionó y recordó la segunda vez que había visto al vampiro, antes de su encuentro, su pecho dolió ante el recuerdo. Incluso su ceño se frunció, necesitaba calmar aquel dolor ante la imágen que se imponía en su cabeza.
Jimin se alzó, quitando la molesta tela de su cuerpo, revelando su esbelta figura con aquella cintura estrecha, su pecho blanquecino... Sus pezones rosados y duros con su cuello con chupetones rojos que Yoongi había hecho, su piel quedó al descubierto. La mirada del mayor tembló, pero aún así el tritón pasó sus brazos alrededor del cuerpo del vampiro, presionó su cuerpo contra él.
La respiración de Yoongi se enganchó y sus músculos se pudieron rígidos—Jimin...
—Lo quiero, todo. Hasta el final —la seguridad en su voz era palapable, aunque sentía cada terminación nerviosa en su cuerpo.
—¿Hasta el final? ¿Sabes lo que estás pidiendo?
Relamiendo sus labios el tritón asintió—Por favor... Tomame
—¿Lo quieres? —dijo Yoongi lentamente a través de sus dientes apretados. Su cuerpo estaba tan tenso contra él, que sentía que estaba vibrando por el poder contenido.
—Lo quiero —afirmó— Esa vez yo te vi... Quiero...lo hiciste con esa humana, pero yo... No voy a compartirte Yoongi, no lo haré. No tienes que ir con nadie más, yo puedo darte cualquier cosa que necesites.
Los ojos de Jimin extrañamente se volvieron profundos, sus ojos celestes brillantes se oscurecieron de una forma inquietante pero no para Yoongi, extrañamente lo incentivó más. Quizás Yoongi estaba algo equivocado con la idea de que el tritón fuera un ser inocente, Jimin había estado entre humanos, cambiaformas y el mar. Él pudo haber visto mucho, podría ser ignorante en algunas cosas, pero no por ello era tonto, sabía lo que hacía y lo que quería.
Y eso... Como que calentó demasiado al vampiro, quién le dió una ladina sonrisa mientras tomaba aquel bonito mentón de forma exigente.
—Sabía que me estabas espiando —susurró de forma peligrosa sobre esos jugosos labios rosados y esa amirada oscura que tenía el tritón.
—Es mi isla, yo puedo ver dónde quiera —Yoongi sonrió de forma arrogante mientras cepillaba sus labios sobre los gruesos, podía sentir el cuerpo tembloroso y ansioso de Jimin.
—Pequeña mierdita presuntuosa y espiona —se burló casi de forma cariñosa—Quiero esto Yoongi —suspiró de forma inestable el tritón.
—Te tomaré —pasó un brazo por esa estrecha cintura pegandolo más a él— ¿Solo a mí? —Yoongi asintió.
—A tí, solo a ti. No necesito a nadie más, quiero consumirte tan fuerte pero de alguna manera no puedo tener suficiente. Nunca lo es —las respiraciones de ambos se mezclaron, ambos mirándose con intensidad y desenfreno—No hay nadie más, no habrá nadie más. Eres mío.
Los orbes de Jimin se suavizaron, su expresión más brillante y sus ojos volvieron a ese color celeste como el cielo.
El tritón tiró a Yoongi a un beso lleno, todo lenguas jugando y explorando. Succiones en su gordito labio inferior enviaron un sin fin de sensaciones incentivando su erección de forma dolorosa pero placentera. Sus labios fundiéndose desenfrenados, fue húmedo, sucio y arrebatador. Caliente y ansioso.
Sintiéndose travieso, metió la mano entre ellos y ahuecó la erección de Yoongi a través de su pantalón. Jimin ahogó el gruñido de Yoongi con sus labios, saboreando y dejándose hacer.
Los diferentes matices de rojo se reflejaban en todo el rostro del tritón que gemía entre el beso húmedo y las arrebatadoras sensaciones. Sus dedos acariciaron torpemente la polla de Yoongi.
Bajó la cremallera, sonando de forma obscena ante el silencio, siendo solo el ruido de los chasquidos de sus labios. Con sus dedos temblorosos, el menor deslizó su mano dentro para saborear la polla del mayor. Estaba cálida, tan caliente y dura, podía sentir cada vena. Se sentía tan bien en su mano. Los ojos de Yoongi se volvieron oscuros y hambrientos, su deseo prendiendo cada célula en Jimin.
—Por favor... Yoongi —susurró cuando se separaron en un chasquido. Yoongi siseó por lo bajo.
Jimin bajó la mirada y vió la polla en su mano. La vista era excitante y él vibraba en anticipación. La cabeza enrojecida se asomaba por fuera de su puño, brillante con pre-semen. Jimin se humedeció sus labios. Se veía tan sucio, tan obsceno y caliente.
—Maldito seas —murmuró Yoongi con su respiración inestable, atrayendolo a otro beso igual de intenso y pecaminoso.
—Confío en ti —casi ronroneó Jimin, su mano dando masaje de manera torpe en la erección, mientras el vampiro maldecía por lo bajo.
—Realmente no deberías, no soy un buen hombre Jimin ni un buen vampiro. Estoy a punto de tirarte y clavarme tan profundo en ti sin ningún tipo de preparación.
El ojo celestes gimió en anticipación, sus ojos vidriosos y desenfocados ante la intensidad de la mirada gris.
—Joder...eres tan... —algo en su cuerpo vibró y Yoongi se rompió. Tiró a la mierda esas casi nulas riendas en su autocontrol.
Besó a Jimin, a ese ser que lo llevaba al límite para que obedeciera en cada uno de sus caprichos. Lo besó mucho, más duro de lo que antes hubiera hecho nunca antes. Fue barbaro, primitivo y con una hambre arrasadora. Fue su deseo de reclamar a ese caprichoso y obsceno ser entre sus brazos. Solo unos instantes después, Jimin respondió de igual forma a su necesidad, chupaba con avidez la lengua de Yoongi. Ambas pollas se endurecieron, su necesidad fusionada.
Jimin alejó su mano de la dura longitud que se alzaba orgullosa, para sostenerse del arrebatador beso que parecía querer consumirlo. Todo lenguas y dientes. Había algo con estar desnudo frente al vampiro que solo envío más estimulación a su líbido. Estaba tan desnudo, tan vulnerable entre los brazos del mayor, mientras que Yoongi estaba completamente vestido, era más alto, más grande y más fuerte que él.
Santos pecesitos.
Las manos grandes y venudas se posaron en sus nalgas, amasandolas y dando leves azotes que lo hacían gemir entre el beso, sus ojos estaban completamente desenfocados y absortos. Su piel se sentía sensible contra la camisa de Yoongi, sus pezones duros se friccionaban y sus pollas se tocaban de forma sucia.
Yoongi gruñó y mordió con fuerza su gordito labio inferior. El menor gimió en sorpresa, para luego tener esa boca extrayendo su sangre. Debería sentirse asustado y adolorido, no lo estaba, era un placer doloroso y siniestro que recorría cada parte de su cuerpo para ir directo a su polla que goteaba.
Gimoteó cuando el mayor terminó su beso de forma abrupta mientras daba un paso atrás. El tritón se dejó caer de espaldas a la cama, el contraste de las sábanas frías con su piel sobrecalentada fue glorioso.
—Quieto —la orden en su voz pero a la vez en un tono suave, contradecía la expresión de su mirada oscura y hambrienta.
Jimin esperó de forma ansiosa, mirando al vampiro quién, poco a poco se desvestía. Revelaba aquel cuerpo lechoso, mientras Jimin se relamía los labios queriendo lamer cada músculo, cada vena y cada pedazo de piel que se le presentase. El tritón sentía que se estaba calentando cada vez más ante el fuego que se avivaba en cada poro de su ser. Por otro lado, Yoongi estaba excitado, lo miraba de forma hambrienta como si quisiera comérselo todo, y quizás no estaba muy alejado.
Desnudo, el vampiro se acercó, como un depredador sigiloso acercándose a su presa indefensa. La expectativa llenaba a Jimin de forma escalofriante. El menor no podía apartar la vista de la polla dura de Yoongi. Era larga, gruesa, húmeda y enrojecida en la punta que relucía por el pre-semen. Su punto palpitó de forma ansiosa.
—Estas sonrojado —dijo el mayor abriendo la mesa de noche, sacando el lubricante. Jimin apenas hizo un ruidito que salió de su garganta, parecido a un gemido.
Yoongi rozaba sus nudillos sobre la caliente mejilla del menor, pasando por su cuello, clavículas y llegando a sus pezones endurecidos. Jimin se estremeció, respirando inestablemente.
—Oh —exclamó Jimin cuando sus cuerpos desnudos se apretaron contra el otro en la cama, trataba de escabullirse más cerca, más y más. Acariciarse desnudos era mucho mejor, se sentía tan bien, tan rico.
El contraste de sus pieles era encantador y enloquecedor. Sus pollas se friccionaban de forma placentera. Yoongi alzó su mentón, ambas miradas se encontraron, ambas vidriosas e intensas. Yoongi deslizó su pulgar por la mejilla del menor hasta rozar su gordito y bien hinchado labio inferior.
Se inclinó y le mordió el lóbulo de la oreja. El tritón se estremeció y se retorció un poquito— No me voy a contener Jimin, ni por ti... Especialmente por ti —murmuró en su susurró grave y bajo, sobre su oreja y soplando de forma sexi, el mundo de Jimin se balanceó, incapaz de articular palabras ante el cosquilleo y la excitación. La amplía mano de Yoongi se deslizó por su columna vertebral y se instaló en su redondeado culo respingón.
—...N-no te contengas, confío en ti —susurró de forma inestable. Por las santas algas, él solo quería más de esa placentera fricción. Quería amenguar el fuego en su interior.
Yoongi dió un grito gutural, tiró de las caderas de Jimin contra las suyas. El menor se quedó sin aliento y con los ojos muy abiertos ante la intensidad de la acción. Yoongi lo empujó sobre su espalda y fue besado.
En todas partes.
Oh, Dios. Los párpados de Jimin se cerraban lentamente, sus labios se abrían de forma obscena. Nunca había sido tocado así, como si Yoongi estuviera sediento y él fuera el agua que había encontrado. Como si quisiera devorarlo pero, al mismo tiempo comerlo de forma lenta y no se decidiera. Jimin se retorcía de forma torpe e inseguro de lo que quería.
Por los siete mares. Él quería más, tanto, quería mantener a Yoongi bajo su piel y mantenerlo ahí, por siempre.
Le lengua del vampiro se presionó contra su pezón y Jimin gimió sin inhibición, totalmente duro ahora y con su polla húmeda. Jugaba de forma perversa con su pezón izquierdo succionando de forma lenta y follando con lengua su pezón. Oh dios, más, más. Jimin se sentía delirar, su extensión bonita y dura se friccionaba contra la de Yoongi. Una mordida en su pezón, un soplido y sintió como Yoongi extraía un sorbo de su sangre para después pasar su lengua y sellar. Gritó y sin poder aguantar se vino de forma abrupta y vertiginosa. Sollozó ante el dolor placentero de la acción, mientras hilos blancos se escapaban.
—Debemos trabajar más en tu resistencia, bebé —dijo Yoongi mientras arrastraba su boca húmeda por su estómago y vientre, sus pálidas y grandes manos venudas acariciaban los muslos, abriendo las piernas y dejan expuesto al ser acuático.
Unas pocas perlas brillaban en la almohada al lado del rostro etéreo del tritón en la cama que gimoteaba ante las intensas sensaciones y el placer que le era proporcionado. Sus labios grueso y abiertos de forma obscena,, sus ojos celestes vidriosos con sus pupilas dilatadas y su piel enrojecida. Era un espectáculo que solo Yoongi podía ver, solo él podría disfrutar de ver desboronar a Jimin ante sus caricias.
Joder, necesitaba marcar esa piel blanca y enrojecida ante su agarre y lo hizo. Extraía un sorbo de esa adictiva y jugosa sangre en cada mordedura; en su clavícula, cerca de su ombligo, en su costado y en esos adictivos muslos gruesos. El menor se retorcía y gemía con su polla nuevamente endurecida ante el dolor placentero.
La mirada aturdida de Jimin recorría los anchos hombros, el densamente musculoso pecho y tenso estómago, antes de quedarse en su dura polla rígida. Sintió su boca hacérsele agua, pero más fue la sensación de su entrada ansiosa y anhelante.
—Nhg...Yoongi —gimió frustrado Jimin.
—¿Qué? —dijo Yoongi con su voz apenas reconocible, soplando el pezón adolorido del tritón, quién se retorció.
—No seas burlón... Solo...por favor —Jimin necesitaba más, más, no era suficiente, aunque las mordidas, succiones y caricias fueran tan estimulantes.
Yoongi arrastraba sus labios hacía abajo, la piel de gallina recorría la piel del menor por dónde el vampiro lo tocaba. Lamió su ombligo de forma superficial enviándole ondas de placer, el mayor había descubierto un punto erógeno en el cuerpo menudo bajo suyo.
El azabache ya no podía más, no podía dejar de mirar el cuerpo tan desnudo, vulnerable con fluidos y marcas suyas. Las marcas de sus mordidas estaba impresa, brindándole una oscura y pecaminosa vista.
Jodida Santo infierno bendito.
No podía apartar su mirada del chico; desde su piel ligeramente bronceada, sus extremidades tonificadas, sus ojos celestes vidriosos como desenfocados y su boquita jadeante abierta e hinchada ante sus besos. Él nunca había pensado en alguien como hermoso, todos eran obejtivamente atractivos, pero por un demonio, esa palabra quedaba tan bien y ajustada a Jimin. Hermoso. Era hermoso desde la parte superior de su desordenado cabello único de color verdoso y azulado, hasta los dedos de sus pies perfectos, incluso su polla erecta y rogiza era bonita y obscena.
Fue realmente excitante de ver la evidencia de cuánto el tritón lo quería.
Como si leyera sus pensamientos, las piernas de Jimin se abrieron en un acto instintivo y con absoluta confianza. Sus ojos grises brillaron ante la vista erótica.
Min acarició la polla de Jimin un par de veces antes de soltarla y sobar los muslos abiertos del menor.
Jimin se tensó un poco. Se sentía tan vulnerable, obsceno así de abierto ante el vampiro, pero Dios. Esas manos grandes y fuertes se sentían tan bien, tan bueno...
—Yoongi...
—Shhh...Solo relájate bebé, te haré sentir bien —prometió. Los dedos de Yoongi presionaron con fuerza en su perineo, sacándole un gemido al tritón de forma sorpresiva.
—Joder, te verás tan bien en mi polla, te llenaré hasta desbordar, me sentirás tan dentro tuyo que no podrás ni hablar —las palabras sucias y graves de Min, prometían tanto que Jimin jadeaba en busca de aire como si las sensaciones fueran asfixiantes y tan placenteras.
Los ojos del vampiro parecían aturdidos ante la lujuria y el hambre que parecía querer consumirlo—Gira sobre tu estómago.
La orden impresa con esa grave voz ronca, solo hicieron que Jimin sintiera un tirón en su endurecida y húmeda polla que buscaba alivio, otra vez. Se dió la vuelta y cerró sus ojos, su cuerpo tembloroso y sus piernas abiertas de forma obscena, de alguna forma se sentía tan expuesto. Manos grandes amasaban y acariciaban su culo respingón con abandono, antes de que algo húmedo y suave tocara su nalga derecha.
—Yoon...¡Mgh! —trató de hablar pero una succión en su nalga lo calló de forma abrupta.
—Relajate bebé, joder, tienes un hermoso culo —Min mordió su nalga—He querido hacer esto desde la primera vez que te toqué.
Los labios de Yoongi se cerraron alrededor de su arrugada abertura y chupó. El cerebro de Jimin se fundió. La lengua del mayor siguió adelante, trazando alrededor de su ajugero antes que le diera una larga lamida. Jimin gemía de forma descontrolada, sus muslos abriendose más. Santos dioses del mar, nada debería de sentirse tan bien...tan bueno.
Tan suave, tan resbaladiza era la lengua de Min. Lamía su ajugero ansioso con abandono, con desenfreno. Entonces... Los pulgares de Min lo abrieron para el asalto. Por los siete mares. La lengua resbaladiza trabajó lentamente, señalando y dando golpes en su centro. Separando el músculo lo persuadia totalmente para que se relajara, se deslizaba adentro de forma tortuosa y tan buena.
Comiéndolo. Tan sucio, tan mal, tan obsceno...pero Jimin sollozó, fregandose contra el colchón, su polla dura como una roca y palpitante.
—¡Más! Oh Dios...Yoongi —jadeó mientras se ponía de rodillas con sus piernas sabiertas y su cabeza colgando. El vampiro lamía de forma vertiginosa y con ahínco su trasero, sus manos grandes amasaban sus nalgas y se sentía... dioses, Jimin no podía articular nada ante las sensaciones. Su boca abierta y jadeante. Yoongi lo estaba comiendo de forma tan sucia y exquisita.
El solo hecho, el solo saberlo envío una oleada de sangre a su polla y el gimió, empujando de forma instintiva atrás contra la lengua de Min, mientras Yoongi lo follaba con su lengua húmeda y resbaladiza. No era suficiente. Su agujero se sentía hipersensible, con ganas de más y tan ansioso.
Se movieron juntos, con esa lengua perversa tratando de profundizar en él con cada empuje. Jimin estaba gimiendo y jadeando en busca de más, temblaba tan mal, tan bueno y tan sucio. Estaba en el borde pero sin poder correrse. Le dolía, pero la lengua de Min no era lo suficiente gruesa y grande, no podía llegar tan profundo y él quería más, de una forma tan mala, tan buena.
—Más, más...por favor —jadeaba con desenfreno. Yoongi se apartó, después sintió unos dedos resbaladizos y húmedos, —gracias al lubricante— masajeó su entrada con movimientos circulares y Jimin sollozó queriendo de alguna forma llenarse. Él estaba teniendo dificultad para pensar, su mente en blanco, con su cuerpo haciéndose cargo queriendo empalarse con esos dedos. Min empujó dentro, uno tras otro, los flexionaba de una forma que hacía que las piernas de Jimin se volvieran gelatina, los brazos del menor no pudieron ante las sensaciones que lo inundaba, cediendo y dejarse caer, su culo obsceno de alzaba, mientras su rostro sobrecalentado se estrellaba en el colchón.
Min sacó sus largos dedos resbaladizos. Jimin esperó ante lo que iba a suceder, su mente en blanco y sus ojos vidriosos como desenfocados. Se sentía tan vacío, tan duro, tan húmedo y sucio.
Yoongi lo volteó sobre su espalda, sus miradas vidriosas y desenfocadas se encontraron. Empujando una almohada bajo las caderas de Jimin, se alineó así mismo entre las piernas del cuerpo bajo él, su mirada oscura y hambrienta ante el deseo.
—Relajate... —susurró de forma ronca Yoongi, mientras Jimin se obligaba a relajarse cuando la gruesa cabeza de la polla de Min lentamente comenzó a estirarlo. Se sentía a sí mismo estirarse, quemándolo mientras Min empujaba lentamente en él. Los músculos en su interior dando paso a regañadientes a la intrusión.
—Oh —Jimin exhaló cuando Yoongi estaba completamente enterrado. Se sentía tan lleno, una sensación de ardor picante pero a la vez el placer arrasador de sentirlo tan profundo. Se agarró del cuello de Min, tirándolo hacía él, sus labios se encontraron, distrayendolo mientras se relajaba ante el beso exigente, húmedo y sucio.
Sus músculos temblaban, dolía, claro que lo hacía. Pero el dolor fusionado con el placer de estar lleno, de tener a Yoongi de una forma tan profunda en él, de una forma tan íntima y grata. Los besos en su rostro, los chupetones en su cuello eran una grata distracción más que placentera. Su polla alzada y presionada entre sus cuerpos.
Min tomaba una respiración profunda, sus pusculos rígidos bajo los brazos de Jimin. El cuerpo del vampiro estaba tan tenso como el infierno, mientras luchaba para mantenerse controlado, no quería dañar al tritón, se sentía tan jodidamente estrecho, huemedo y caliente, su polla siendo apresada entre los pliegues era una bendición y a la vez un infierno tortuoso.
Los ojos celestes vidriosos de Jimin se cerraron, su boca cayendo abierta de forma obscena e hinchada ante sus bruscos besos. Fue prácticamente empalado en la polla de Min, placer persiguiendo al dolor mientras se estiraba hasta su límite. Se sentía tan lleno, tan obsceno, como la polla de Yoongi pesaba en todas las formas correctas dentro de él.
Se sentía tan correcto, tan bueno...
Todavía le dolía, pero era menos, era una agonía que hizo a su polla latir y gotear contra su estómago. La sensación de plenitud era satisfactoria de una forma inexplicable.
—Jimin... —las fosas nasales de Yoongi se dilataron, esa hambre en su mirada, su piel lechosa perlada y sus músculos rígidos era un completo show para los complacidos orbes celestes.
—Estoy bien —dijo Jimin. Realmente lo estaba. La intensidad y la sensación de vulnerabilidad estaba haciendo cosas extrañas en él. Se sentía derretir.
En un momento a otro, Yoongi comenzó a moverse de forma lenta pero profunda. El menor solo podía abrir su boca inútilmente, mientras el extraño e intenso placer empezó a construirse.
La polla de Min empujó contra su próstata de forma dura y Jimin gritó ante la sorpresa y el placer arrasador, sus dedos clavandose en los hombros de Yoongi.
—Oh Dios, Oh Dios, por favor Yoongi —murmuró entre palabras inteligibles y sonidos raros que salían del fondo de su garganta. Min embestía dentro y fuera, jodiendolo en serio ahora. Estaba tan profundo, tan lleno, tan resbaladizo y húmedo en su interior.
Cristo, lo quería, lo quería, lo quería.
—Más, más ¡Ah! ¡Ahí! Se siente tan bien...
Yoongi no pudo contenerse más. No fue gentil. Su polla entraba y salía de Jimin a un ritmo enloquecedor que revelaba lo lejos que estaba, lo loco que estaba ante la sensación de la estrechez apresando su dura y resbaladiza longitud. Un gemido salió de la boca de Jimin, uno tras otro, sonidos desvergonzados y fuertes. Jimin lo miraba aturdido, su rostro en diferentes matices de rojo y con sus ojos vidriosos como dilatados, que revelaban lo excitado que estaba.
Yoongi se sentía incrédulo ante su propio comportamiento, estaba siendo un poco mejor que un animal, follando a Jimin como un animal en celo, con tanta necesidad y desenfreno. Al carajo se había ido su autocontrol, de eso no quedaba nada en su corpulento cuerpo cuando tenía entre sus brazos al ser más hermoso y follable en el mundo. Él enloqueció, golpeando con fuerza el punto exacto en el que el tritón parecía gritar más y gemir en sobre manera.
Jimin no podía ahogar sus gemidos, los pequeños ah, ah, ah, saliendo de su boca. Oh dios, oh dios, saliendo presurosos e inestables de sus labios.
Dios, Yoongi. Jimin estaba seguro de que nunca tendría suficiente de él.
El menor se aferraba a Min, jodiendose sobre la polla de Yoongi, de forma brusca y desenfrenada, así como el mismo Yoongi se sentía. El pelinegro casi podía saborear la sensación en el aire, el ritmo primitivo como hambriento que habían encontrado sus cuerpos, la necesidad fusionada y siendo una sola. En cuestión de minutos, Jimin estaba destrozado debajo de Min, retorciéndose y rasguñando sus hombros, como un pequeño demonio hambriento de sexo, sus gimoteos y gemidos crecían en volúmen.
—Besame —Yoongi lo hizo, empujando su polla contra Jimin una y otra vez.
Los ojos vidriosos del menor no parecían capaces de controlarse. El beso fue torpe pero ansioso y demasiado húmedo. Yoongi nunca había pensado que la inexperiencia podía ser tan excitante, pero lo era. Él solo hecho de pensar que era el primero de Jimin, hacía que la bestia en su interior rugiera en un deseo tan primitivo y hambriento, lo volvía loco. Fue el primer hombre de Jimin, su primera polla.
"Y la última" el susurró en su interior fue una gran estimulación.
Bombeaba hacia adelante en un ritmo implacable, golpeando a Jimin con sus embestidas en el colchón de forma profunda. Jimin estaba gimiendo; con su cara roja, sus ojos húmedos, su erección golpeando contra el estómago de Yoongi. El pelinegro no pudo voltear hacia otro lado. Cristo, este ser era tan hermoso, tan irreal y suyo. Se veía tan correcto, como si hubiera nacido para empalar su polla de una forma bonitamente obscena.
—Di que eres mío, solo mío.
—y-yo...umh —suspiró Jimin con sus ojos vidriosos y empañados ante las lágrimas de placer—S-soy tuyo... ¡Tuyo!
Yoongi gruñó y empujó más fuerte, dando penetraciones cortas y duras contra la próstata de Jimin.
El de ojos celestes echaba su cabeza hacia atrás, mientras Min prácticamente lo dobló a la mitad, apuntando su polla en un ángulo que hizo a Jimin gemir.
Min se agachó y comenzó a besarlo al ritmo de sus embestidas. Su lengua profundizando y todo los que Jimin pudo hacer era aguantar y cabalgar la tormenta, dejarse llevar ante el río del placer y la necesidad.
Perdió por completo la noción del tiempo, todo se redujo a Yoongi. A Min Yoongi, a ese vampiro que lo miraba con intensidad y una necesidad desenfrenada, con esa mandíbula perfilada y el sudor que perlaba su cuerpo fusionado al de Jimin. Se sentía como un delirio, tan intoxicante, tan abrumador. Como si le hubieran dado una droga. Tan lleno, tan bueno, tan rico...
Jimin podía sentir su vientre endurecerse, su agujero comenzar a pulsar. La polla del tritón estaba comenzando a estallar. Su agujero retorciéndose en la polla de Yoongi, mientras el azabache bombeaba en él sin restricciones, besando y mordiendo su cuello y los hombros de Jimin.
Se sentía flotar, su entrada palpitando por la dura polla que seguía follandolo sin nunca darle tregua, su propia polla echando fugaz. Su mente nublada ante la sensación de placer arrasador, gemía sin inhibición.
Su mente nublada de forma grata, su cordura siendo reemplazada, solo dejando pase a las sensaciones excitantes y calientes. Jimin nunca se había sentido tan conectado, tan íntimo con alguien, todo se sentía correcto y mucho más.
—Y-Yoongi... Y-yo... —solo sentía que iba a estallar, todas las sensaciones que lo embargaban, pero no podía formular alguna palabra u oración sin perder el hilo.
—Vamos bebé, tu puedes —Min dió un empuje brutal contra la próstata de Jimin, sus dedos agarrando las caderas del cuerpo menudo y tembloroso de forma dolorosa—Vamos. Te voy a llenar tanto, sentirás mi escencia derramada en tu Interior mientras te empalas en mí y te vienes. Te sentirás caliente y sucio mientras gritas mi nombre.
—¡Yoongi! —y Jimin se vino, su cuerpo tembloroso mientras su orgasmo lo atravesó. Min se estrelló contra él, un par de veces más antes de gemir y correrse, se quedó muy quieto.
Jimin yacía inerte debajo de él, su respiración errática, su tembloroso cuerpo, sintiendo como la espesa carga era derramada en su interior. Y luego unos labios presionaban en su cuello, la mordedura seguido de eso, sintiendo los incisivos de Yoongi enterrarse en la tierna piel de su cuello, un fuego arrasador hizo que su orgasmo se alargara, el placer y el dolor fusionado y dejándolo laxo.
Tan bueno, tan caliente, tan rico...
Su mente felizmente en blanco, a la deriva del sueño. Tan cálido, tan bonito y satisfecho. Él se entregó primero a los brazos fuertes y músculosos de Yoongi, para después dejarse tomar por morfeo.
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La tranquilidad y el silencio de la habitación se sentía, había una sensación tranquilidad y calidez en la atmósfera. Los cuerpos desnudos y juntos en la gran cama se abrazaban entre sí. Las sábanas negras rodeaban a los seres durmientes, solo se podía escuchar los suspiros de gozo y las respiraciones acompasadas.
El primero en levantarse fue el vampiro, que poco a poco quitaba todo el sueño en su sistema. Yoongi se sentía tan liviano y tranquilo solo con tener entre sus brazos a Jimin. Se vió así mismo pasando su gran mano por ese cabello revoltoso y desordenado, le gustaba cómo aquel toque hacía que el tritón se acercara más a él en busca de contacto.
Suspirando se encontró pensando en todo lo que había pasado. Yoongi busco alguna emoción más allá de la satisfacción, posesividad y relajación que estaba sintiendo. Él no pudo encontrar ninguna emoción o sentimiento negativo.
Lo que más le sorprendió fue que realmente estaba intentando buscar alguna emoción, cuando él las había suprimido siempre, pero ahora... Las dejaba fluir como un río, siendo consciente de ellas, cuando antes apenas podía concentrarse en algo más que no fuera el desinterés profundo que sentía hacía todo en general.
Yoongi no podía negar lo que estaba pasando. Suspirando se encontró con sus dedos enredados en ese suave cabello, su agarre era suave y no buscaba dañar al ser entre sus brazos. Una pequeña sonrisa se deslizaba en su rostro atractivo y varonil, lo hacía ver más joven, que cuando se mostraba todo serio e intimidante.
No podía dejar de mirar a Jimin; su cuerpo desnudo y firmemente sujetado a él, su piel cremosa y suave, sus pómulos rositas, esos labios abiertos soltando suspiros. Incluso pudo ver esas pestañas revoloteando para después acurrucarse más en su pecho descubierto y soltar suspiros adormilados. Se veía tan bonito...tan satisfecho con el mundo en sí. Y eso, como que jodió la cabeza del vampiro.
Todo el cuerpo de Jimin estaba acurrucado encima de Yoongi, quién se alzó un poco, dejando al tritón en su firme y duro pecho desnudo. Y claramente el cuerpo más bajo se acurrucaba más que gustoso.
El vampiro suspiró, pensando en la inevitable verdad. Aquel tritón ridículo y demasiado hermoso para su propio bien, era su pareja de sangre. Era algo tan obvio y tan hilarante. Yoongi nunca había pensado en aquella posibilidad, él sabía que existían las parejas de sangre...pero nunca pensó que hubiera alguien así para él. Su primo NamJoon con SeokJin eran una prueba de que esas leyendas de vampiros que encontraban a su pareja de sangre, eran verdad. Ciertamente eran escasos los casos en que ocurría aquel fascinante hallazgo.
Pero aún así, a Yoongi le parecía tan ridícula la idea de tener una pareja destinada a él, era absurdo el hecho de tener a una sola persona fija y no poder estar con nadie más. Realmente él no era alguien de compromisos en lo que respecta a relaciones. En realidad no era un hombre de relaciones, no le gustaba nada de aquel compromiso y tener a una persona.
Nadie merecía estar al lado de Min Yoongi, nadie merecía su completa atención.
Pero ahora...mirando a ese bonito ser, mientras acariciaba ese cabello suave supo que no podía verlo y no saber que era de él. Por un demonio, a su lado primitivo, a esa bestia en su interior, le encantaba la idea de saber que ese tritón era suyo, solo de él, por siempre.
Era Min Yoongi, el líder del clan Min. Pero cuando ese tritón lo veía, solo era Yoongi, un hombre vampiro que solo quería consumir a esa cosita presuntuosa y ridícula. Él era alguien adulto y maduro, no era un chiquillo con sus hormonas alborotadas, —aunque este tritón hacía temblar su control para querer consumirlo—Yoongi sabía que podia hacerse cargo de todo lo que sentía y lo que le pasaba.
Ya había hecho las pases con ello, pero aún así necesitaba que Jimin comprendiera lo que significaba lo que era estar a su lado.
—No frunzas el ceño —la perezosa vocesita dulce y suave lo sacó de sus pensamientos.
—Así que estás despierto —dijo Yoongi con su voz más ronca al ser de mañana, alzando una ceja.
—Uhm...nop —Jimin se acurrucó más en su pecho, sus ojitos cerrados y soltando suspiros de gozo.
—Deja de hacerte el tonto —dió un golpecito en esa nariz de botón del tritón, quién arrugó levemente para después abrir sus ojitos de forma perezosa, unos orbes celestes brillantes le dieron una vista espectacular.
Aquel rostro era tan hermoso, más con esa sonrisa perezosa pero sensual, esos labios de un color rosita solo lo invitaban a allarnarlos y saquearlos. Claro que lo hizo. Min tomó ese bonito mentón, juntó sus labios en un choque anhelante, todo se redujo a esos chasquidos. Ambos buscaban dominar en aquel beso, el tritón que antes besaba con torpeza, ahora mismo participaba en el acto con ansiedad, con confianza y avidez. Sus lenguas jugaban entre sí, ambos derritiéndose en el beso arrebatador, tan bueno, tan tierno y codicioso.
Jimin sonrió de forma brillante cuando se separaron del beso, sus manos viajaron por el pecho lechoso y bien trabajado, para ir directo al cuello del vampiro y quedarse ahí. Yoongi lo miraba con esa sonrisa perezosa y sexi en su rostro. Parecía tan relajado que el tritón no pudo evitar sonreír más que contento.
Si, a Jimin le encantaba saber que él era el causante de aquella sonrisa en ese rostro estoico. ¿Quién no se sentiría orgulloso de ello? Porque Jimin lo estaba, demasiado.
—¿Por qué sonríes tanto? —preguntó Yoongi con interés.
—Porque regresaste por mí —sonrió con suavidad el tritón, estaba tan feliz por ello.
Pero luego recordó que Yoongi había usado su poder con él la última vez, además que lo había dejado así como así, ni siquiera le dió una buena explicación. Juntó sus cejas, recordando las quejas que le daría pero que se le habían olvidado.
Ush, no era su culpa que Yoongi fuera tan hermoso y caliente. Su cuerpo y esa necesidad que siempre lo arrastraba eran los culpables.
—Jimin... No hagas eso —Yoongi tenía una expresión pellizcada, pero el tritón no lo podía entender, solo ladeaba su cabeza.
—¿Qué cosa?
—Estas molesto, juntas tus cejas cuando lo estás —señaló Yoongi con un tono frustrado.
—Uh huh —gruñó Jimin recordando porqué debería estar molesto, pero contradictoriamente se sentía tan feliz entre los brazos del vampiro que no podía enojarse de verdad, eso le frustraba.
Era tan difícil ser un tritón.
—¿Qué pasa? —cuestionó Min con una ceja alzada, sus manos grandes y pálidas se deslizaban por esa cremosa piel, para descansar en ese bonito trasero, al cual en la noche le había dado un buen uso.
—Usaste tú poder para dormirme cuando te fuiste —acusó Jimin sin retenerse, sus bonitos labios rositas de crisparon. Yoongi hizo una mueca— ¿Por qué?
—¿Por qué, qué? —cuestionó Min, el ojicelestes lo miró con sus ojitos entrecerrados— ¿Por qué usaste tu poder? Yo quería ir contigo —hizo un puchero sin ser consciente.
—Estabas haciendo muchas preguntas...y debía pensar en cosas —dijo Yoongi, su mirada dedubitativa, pero después sus ojos se suavizaron—No lo volveré a hacer si no quieres...
—Bien, pero no puedes volver a hacerlo, dolió —explicó Jimin con sus ojitos brillantes, ahora más tranquilo al saber que le vampiro no volvería a usar su poder en él. Nunca más.
—¿Dolió? —Min juntó sus cejas sin gustarle aquello, su tritón no tenía que sufrir.
—Si... Aquí —Jimin juntó sus cejas sobando su pecho al recordar esos días sin el vampiro, aquel dolor volvió, pero después se fue cuando miró la expresión preocupada de Min. Era fascinante cada nueva expresión en ese rostro inexpresivo que ahora le regalaba un vistazo a sus emociones.
Jimin podía sentir cada emoción; Posesividad, preocupación, afecto y tranquilidad, salir del vampiro. La barrera que Yoongi siempre tenía entre ellos, parecía haber sido bajada, no por completo, pero sí que era algo emocionante.
—Traeré a alguien para checarte —dijo Yoongi, sin gustarle aquel dolor que Jimin había experimentado, pero más alivido de tenerlo entre sus brazos y que éste lo mirara de aquella forma cálida y afectuosa.
—Oh...no estamos en la cabaña —el tritón apenas se había dado cuenta de ello.
La habitación donde se encontraban era mucho más espaciosa; la cama era mucho más grande y sus sábanas eran negras, era muy diferente.
—No, estamos en mi mansión —informó Yoongi, quién miraba fascinado cada expresión de Jimin, pero el tritón no parecía tan interesado en la construcción, pues se apoyaba más en su pectoral, como un gatito en busca de mimos y afecto. Min se lo concedió, pasando sus dedos en aquella suave y brillante cabellera.
—Entonces... ¿Me quedaré aquí contigo, por siempre? —preguntó Jimin de pronto alzándose un poco, lo miraba con tanta confianza y esperanza que Yoongi tragó ante los sentimientos en el aire, era algo a lo que no estaba acostumbrado, pero que realmente le agradaba.
—Jimin...
—Jimin nada, tú dijiste que estaría contigo —el tritón frunció sus labios—Se lo que dije —Yoongi pellizcó un redondo glúteo, sacándole un gritito de sorpresa al tritón.
—¿Entonces? —cuestionó Jimin, sin entender, sintiendo las caricias de Min sobre sus nalgas y más de la que había sido pellizcada.
—Quiero dejarte algo en claro Jimin, si vas a estar a mi lado eso implica muchas cosas —el tono en la voz de Yoongi se volvió serio, pero había una suavidad que Jimin pudo percibir.
El tritón asintió ansioso y expectante.
—Mira...Si quieres esto, ya está. Es para siempre, no hay vuelta atrás. No te compartiré con nadie y si algún día llegaras a arrepentirte y amar a otra persona la mataré, mataré a cualquiera que te toque —la mandíbula tensa y los ojos penetrantes de Yoongi le dijeron que no estaba jugando. Jimin sonrió y la exasperacion llegó al vampiro— Jimin no sonrías, estoy hablando en serio —le advirtió con su mandíbula tensa.
—Yo también mataría a quien intente arrebatarte de mi lado —Eres mío, mío, mío. La cara seria e increíblemente abierta del tritón lo dijo todo.
—Escucha, soy un bastardo egoísta, nunca te dije que soy bueno, esa mierda no va conmigo. Soy lo que soy y hace mucho que lo he aceptado —la dulce sonrisa que recibió por parte de Jimin, lo hizo exhalar— Te acepté hace mucho con todo y eso —las tibias manos agarraron la cara de Yoongi para darle una mirada llena de afecto, cariño y... Amor.
—Jimin, no soy la mejor opción, pero si dices que eres mío, eres mío, soy el líder del Clan Min, no dejaré que nadie te toque ni sé atreva a mirarte con otros ojos. No te prometo que todo será perfecto, porque no estaría siendo honesto... Muchas veces te enojaré...pero, si estás ahí prometo cuidarte con mi vida —las lágrimas saladas descendían por las mejillas del adorable tritón, para dejar caer en su regazo perlas blancas y relucientes.
—Ya soy tuyo desde el momento en que te Vi —susurró y eso fue todo para que Yoongi tomara entre sus labios los belfos de su tritón, suyo, suyo. Esos labios eran suyos, ese ser hermoso era suyo.
—¿No tienes idea, verdad? —Yoongi le dió una mirada casi divertida, la sonrisa en su rostro era inconfundible.
—Yoongi, no soy tonto. Soy un tritón y puede que no conozca muchas cosas, pero sé lo quiero...y yo, te quiero a ti.
—Joder...Sabes como tenerme —ambos volvieron a darse un beso, ésta vez más apasionante, sin querer ir más allá, pero no por ello menos bueno. Fue codicioso, saqueador, lleno afecto. Tan bueno, tan abrumador, intoxicante...se dejaron llevar por esa sensación, con esa adictiva sensación que los envolvía. Ambos sintiendo que se habían vuelto indispensable del uno para el otro.
Quizás el vampiro aún no podía decir en términos mayores todo lo que sentía, años de suprimir cada emoción, tener que enfrentarlas ahora y aceptarlas era un reto. Pero si tenía al lado a Jimin, él podía hacerlo.
Y Jimin estaba más que dispuesto a no dejarlo ir.
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—Eres un tritón caprichoso cuándo quieres ¿No?
Jimin rió cuando Yoongi y él cruzaron el umbral de la puerta. Ahora estaban en la oficina del mayor, y el tritón venía entre sus brazos, no había querido bajarse de él, alegando que era un koala y Yoongi era el árbol.
El tritón podía ser una cosita tierna y presuntuosa cuando quería.
El vampiro mayor, ya podía visualizar a todos en la mansión. Se habían topado con algunos sirvientes que difícilmente habían pasado por desapercibido que tuviera entre sus brazos a un chico de cabello azúl verdoso y que éste lo estuviera besando con total libertad. Pero a Min le importaba tres hectáreas de mierda lo que dijeran, él era el amo y señor, nadie debía de inmiscuirse en sus asuntos.
Pero aún así ya podía ver a su primo molestando y jodiendo con el tema. Después de todo, ayer prácticamente lo había ignorado, más enfocado en este ridículo ser en su regazo. Ahora ya se había sentado en su silla personal, pero Jimin parecía recio a dejarlo ir.
—Jimin...tengo que trabajar, no puedo estar contigo todo el día como en la isla —explicó Yoongi con su mirada plana.
—¿Es muy importante? —cuestionó el tritón mientras jugaba con su corbata.
—Si, tengo asuntos que atender.
—Pero después tendrás tiempo para mi ¿Verdad? —esos ojitos celestes brillando con ese puchero, solo hizo que Min exhalara para darle un beso húmedo y duro— Si —asintió cuando ambos se separaron.
Jimin asintió satisfecho.
—Aquí no solo vivo solo yo —dijo Yoongi, capturando la atención del ser en su regazo que lo miraba interesado—¿Quién vive aquí?
—Mi primo NamJoon, su pareja SeokJin, Jungkook y Taehyung, estos últimos igual son pareja...creo —le dijo Yoongi y Jimin asintió, tal vez cuando se lo presenteran sería más fácil recordar sus nombres, aunque si sabía quién era el primo de Yoongi.
—También está MinHo y Taemin, ellos se encargan de la seguridad de todo el terreno, también están los otros sirvientes pero eso se lo dejaré a SeokJin que lo aclare con ellos después —explicó mientras sentía a Jimin acurrucarse en su pecho.
—¿Hay cambiaformas aquí? —murmuró el menor.
—Si, MinHo y Taemin son cambiaformas leones, su equipo son diferentes felinos, ellos son los que se encargan de la seguridad —el vampiro sintió al tritón tensarse levemente—Ellos...¿Son buenos? —preguntó Jimin con cautela.
—Son hombres fieles, ellos no te harán nada si no quieren que los mate —habló Yoongi de forma muy seria, su tono áspero y gélido.
El ojiceleste se sintió seguro, siempre se sentía a salvo con Yoongi.
—También está Taehyung, es un cambiaformas lobo —Se acordó—Jungkook es un vampiro que Nam y yo adoptamos hace mucho tiempo, sus padre habían muerto y lo aceptamos como un hermano, hace unos años él trajo a Taehyung a vivir aquí, han sido inseparables por ello —Jimin asintió ante la explicación, él no se sentía muy cómodo con los metamórficos, malas experiencias con ellos.
Pero entendía que Yoongi lo iba a cuidar y no dejar que nada le pasara, así que se sentía mejor. Esperaba llevarse bien con todos, quería sentirse bien en aquel lugar donde su vampiro lo había llevado, así que debía acostumbrarse, pero Jimin no quería separase de Min, se sentía tan pegajoso con él.
Unos toques en la puerta, interrumpió la atmósfera que se estaba formando en la pareja. El tritón sintió a Yoongi tensarse y cerrar sus emociones, su rostro se puso visiblemente más estoico y sus ojos se volvieron gélidos.
—Adelante —su voz incluso tenía cierto tono autoritario. Jimin gruñó, no le gustaba que su pareja se pusiera así, por lo que se acurrucaba más, además podía ver dos figuras de hombres adentrarse.
—MinHo, Taemin —los hombres con un traje negro impecable hicieron una corta reverencia, mostrando sus respetos—Señor Min.
Jimin podía sentir la curiosidad e incertidumbre saliendo en oleadas de los hombre frente a ellos, no se mostraban tan temibles como su mente se lo había imaginado, en especial el llamado Taemin que era un poco más bajo que el tal MinHo. Aunque no sentía una mirada directa a él, podía notar la curiosidad en ambos, pero se mostraban de forma profesional. Sus rasgos eran atractivos ciertamente y la mandíbula de ambos era perfilada, aunque podía notar un aire afectivo en ambos que los rodeaba.
—MinHo, Taemin, él es Jimin, desde ahora vivirá conmigo, por lo tanto deberán respetarle y no dejar que nada le pase —su voz fue completamente impasible, sin deje a reclamos, ambos metamórficos asintieron—Jimin, MinHo es mi jefe de seguridad y Taemin es su pareja, ambos se encargan de la seguridad —le presentó, su voz tal vez más suave cuando se dirigía a él, cosa que sí la pareja de leones notó, no lo demostraron en absoluto.
—Jimin es mi pareja, por lo tanto le deben respeto y lealtad, al igual que a mí —aquellas palabras sorprendieron a Taemin y a MinHo, mientras que Jimin reía suavemente y le daba un casto beso en recompensa al vampiro.
El tritón ya no se sentía tan cohibido como cuando entraron los dos hombres, sabiendo que estaba con su vampiro, nada le podía pasar, además el agarre posesivo que tenía en él lo había dejado encantado. Jimin suspiraba ante las palabras que había dicho Min.
—Entendido, Señor Min.
—Puden retirarse —ambos hombres se inclinaron con profesionalismo, para después irse.
Aunque él tritón podía sentir el asombro en ambos hombres cuando se fueron, el tritón estaba mejor, no había sentido malicia o codicia en sus ojos, eso era bueno, él había sido visto como una persona, no como algo para codiciar y sacar provecho.
—¿Estás bien? —preguntó Yoongi, su cuerpo visiblemente menos rígido, mientras tomaba entre su mano el mentón del ser acúatico.
—Si, contigo me siento seguro, siempre —sonrió con sus pómulos rosados y sus ojitos brillando, el vampiro casi los podía ver centellando.
Yoongi solo quería que Jimin se sintiera a gusto, quería complacer cada pequeño capricho en ese ser ridículo y hermoso entre sus brazos. Cristo, esos ojos celestes que brillaban solo para él, esos labios rosados que lo llamaban, ese sonrojo en su rostro y esa mirada anhelante lo dejó incapacitado de todo. Solo deseaba consumirlo, porque ambos no podían tener suficiente, ambos se necesitaban, esa atracción solo parecía ser alimentada cada vez más.
El vampiro lo besó con fuerza, las manos de Jimin viajaron por sus brazos, sus hombros y su ancha espalda mientras le devolvía el beso con abandono. El tritón parecía necesitarlo tanto que estaba temblando. Lo besó duro, húmedo. Todo dientes y lengua, anhelando por él, ambos inhalaban sus oleres como unos adictos, incapaces de obtener suficiente y solo queriendo fundirse. Era la necesidad de estar cerca, de llevarlos tan profundo en la piel del otro y quedarse enterrados en lo más profundo de sus seres. Su brazo rodeaba la cintura estrecha del ser acúatico, mientras su otra mano se enterraba en ese cabello suave y extravagante. Por un demonio, se sentía tan bien, tan bueno, tan perfecto entre sus brazos.
No había mejor lugar para ellos, que en los brazos del otro. Su mundo siendo reducido al choque anhelante de sus labios. Parecía que nunca se habían besado antes, pero solo era la necesidad de sentirse que los llevaba a la locura.
—Ejem... ¿Yoongi? —la voz levemente asombrada y divertida, fue lo que los hizo despegarse, el tritón un poquito gruñón al ser alejado de su beso.
—¿Quién te dió permiso de pasar? —cuestionó Min con su voz irritada.
—Toqué más de tres veces la puerta —se defendió sin dar más detalle mientras se sentaba en el sofá al frente del escritorio de Min.
—De nueva cuenta ¿Quién te dió permiso de entrar?
—Que aburrido Yoon, mejor preséntame a tu acompañante —había incertidumbre y curiosidad en su mirada que molestó a Min, pero que hizo que el tritón en el regazo de Yoongi estudiara al hombre.
—Soy Jimin y soy la pareja de Yoongi —habló el tritón con voz dulce, sus ojitos brillaban. Min tenía una expresión pellizcada pero no refutó nada.
—Está bien...pareja, claro —NamJoon se sobaba la cien aún intentando hallarle alguna lógica a ello—Y una mierda, ¿De dónde lo conoces Min? —Yoongi tenía una mirada divertida al ver el desconcierto en los ojos de su primo, aunque su rostro se mostraba impavido.
—En la isla, te dije que hiciste muy mal tu trabajo —Yoongi miró con suavidad al tritón que le sonreía.
—Claro que no, me encargué personalmente de inspeccionar la isla entera —Kim frunció el ceño, sentía que algo faltaba, esto era tan raro y extraño.
—Pero no buscaste en el agua —rió Jimin y Min asintió.
—¿En el mar? ¿Qué...?
—Es un tritón, Nam. Resulta que esa es su Isla o bueno, era —el ser acuático gruñó, mientras miraba con sus ojos entrecerrados a Yoongi—Es mi isla —se quejó y Yoongi rodó los ojos—Está bien, es tuya —Jimin sonrió dejando un beso en su mejilla.
—Bien, alto...es un tritón, él último de su especie... —NamJoon parecía tan frustrado que Yoongi casi se ríe, pero el tritón si se rió.
—Por alguna razón, siento más lógico que el chico sea un tritón que tú tengas pareja —Min le dedicó una mirada sin impresionar.
—No soy chico, soy Jimin —se quejó él ser acúatico, acurrucándose más en el regazo de Min.
—Bien Jimin, espero sepas controlar a esa bestia, estuvo todo gruñón y jodiendome mientras no te tenía —reveló con maldad Kim, mientras Yoongi lo miraba con enojo.
—¿En serio? —preguntó Jimin, su expresión era anhelante. Yoongi se pellizcó el puente de la nariz, pero asintió casi de forma imperceptible. Ganándose un beso en sus labios, el tritón parecía rebotar de felicidad, lo cual no era bueno para el vampiro.
—Llama a los demás —gruñó Yoongi con exasperación. Ante la mirada burlona de NamJoon.
Aunque internamente Kim, se encontraba aliviado de que su primo ahora estuviera mejor, incluso había un aire satisfecho y tranquilo en él. Además que él al parecer tritón parecía muy feliz entre los brazos de Yoongi. Desapareció un momento, para después parecer con su pareja, Jungkook y Taehyung.
Todos miraban con incredulidad al vampiro con el ser acúatico en su regazo. Aún no podían creer la imágen de ese vampiro estoico y despiadado, ahora con un chico entre sus brazos mientras lo miraba con suavidad y parecían hablar de forma baja. Casi no podían creer lo que sus ojos veían.
—Min
—Todos, éste es Jimin y desde ahora vivirá con nosotros. Jimin, ellos son Kim SeokJin esposo de mi primo NamJoon, y ellos son Jeon Jungkook y Kim Taehyung pareja también o eso creo —dijo sin mucha importancia.
—Si lo somos —se quejó Jungkook, por primera vez hablando—¿Es cierto que es tú pareja, Yoongi? —preguntó el vampiro menor con visible curiosidad.
—Lo soy —sonrió el tritón, hablando con su voz suave.
Jimin veía a cada uno con curiosidad, podía sentir la mirada de Yoongi en él. Pero estaba más curioso por las personas al frente, se sentía algo cohibido al estar siendo el foco de atención de esas cuatro personas. Jimin no podía percibir ninguna intención maliciosa o emoción negativa, solo asombro, curiosidad y extrañeza viniendo en oleadas de ellos.
Además estaba con su vampiro, se sentía seguro. Aunque era raro estar con tantas personas, después de pasar solo la mayor parte de su vida. Incluso cuando había ido antes a la superficie, no había estado con muchos humanos y mantenía su distancia y los encuentros con cambiaformas habían sido desagradables.
Pero él no podía juzgar a las personas sin conocerlas, debía demostrar a Yoongi que aceptaba su nuevo entorno. Así que trataría de llevarse bien con todos y esperaba no equivocarse. Pero podía sentir que Yoongi consideraba a esas personas importantes, a juzgar por como no se encontraba en su pose autoritaria, sí, había cierta rigidez en su postura pero no tanta. Jimin suponía que eso era bueno.
—Soy Jimin y soy un tritón —dijo sin saber bien que decir, solo habló con lo que se le había ocurrido, mientras se acercaba más al cuerpo del vampiro en su costado.
—¿Un tritón? ¿No se habían extinguido hace siglos? —preguntó sin poder evitarlo Jin—Es el último en su especie —aclaró Yoongi mientras tomaba la cintura del ser acúatico con posesividad.
—¿Pueden llevarlo a conocer el lugar? —preguntó Min refiriéndose a Taehyung y Jin, lo había considerado desde que su primo llegó a su oficina.
—Claro —asintió el hombre lobo, con una pequeña sonrisa. Jin igual asintió mirando la ser acúatico.
En la habitación, NamJoon como Jungkook miraban con asombro a Yoongi, aún no podían creer la imágen de ese vampiro despiadado con un ser tan tierno en su regazo.
Jin y Taehyung no estaban lejos de ello, pero sentían mucha curiosidad por el ser acúatico.
—¿Ya tienes que trabajar? —preguntó Jimin con un puchero.
—Si, te veré más tarde. Ve con SeokJin y Taehyung, ellos te enseñaran el lugar —el tritón asintió algo tímido, pero no por ser así, si no, porque no estaba acostumbrado a estar con muchas personas, pero se sentía seguro en aquel lugar.
—¿Jimin, no? —el tritón asintió hacía Jin que lo veía con dulzura—Ven, seguro debes de tener hambre, hice unos cupcakes en la mañana, puedes comerlos —el tritón sintió sus ojitos brillar ante la mención de comida.
—¿Alguien dijo comida? —preguntó con entusiasmo mientras veía a Yoongi, quién asintió.
—Jin es el mejor cocinando, te va a gustar todo lo que prepare —los tres vampiros que se quedaron en la habitación escucharon el comentario de Taehyung, mientras el tritón se iba con ellos con una entusiasmo casi infantil.
Yoongi bufó irritado cuando sintió las miradas de Jungkook y NamJoon, ambos estaban aún incrédulos.
—Así que pareja y un tritón —NamJoon fue el primero en hablar, mientras Jungkook se sentaba en el sofá con interés.
—No les voy a dar explicaciones —cortó Yoongi el rollo a dónde iba su primo.
—¿Acaso te volviste coleccionista de seres en peligro de extinción? —dijo con ironía Kim, ganándose una mirada oscura por parte de Min.
—Jimin no es ningun objeto de mi colección, es mi pareja de sangre —dijo de forma mordaz Min, ambos primos se veían con intensidad y seriedad.
—Bueno, al menos si inicia una colección ya tendrías dos; Jin como hijo de una ninfa y el tritón —a Jungkook se le borró la sonrisa cuando en vez de pensarlo lo dijo en voz alta, ganándose una mirada nada linda de los que consideraba sus hermanos mayores.
—Jungkook... —el tono mortal advirtió a él peli azul, quién no presentía nada bueno si seguía ahí.
Por lo que hizo lo más adulto y responsable posible; huyó.
Ambos vampiros en la oficina suspiraron, negando con su cabeza.
—¿Sabes? Ma elegra que ese tritón te haya quitado ese palo en el culo que tenías metido —Kim sonrió con arrogancia.
Y bueno, Yoongi solo rodó sus ojos con irritación—Y yo de que no hayas hecho bien tu trabajo.
Yoongi realmente estaba feliz de ello.
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Del 1 al 10¿Qué les pareció mi lemon?👀🔥
¿Les gusta como estoy llevando la historia?👀
Aviso que está historia no tendrá más de quince capítulos, quizás menos, pero de ese límite no pasa.
Dedicado a Idol_Mochi amé tus comentarios en mi tablero 💕
¡Gracias por leer y nos leemos pronto!
( ˘ ³˘)♥
—Luna🌙
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