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Capítulo 7


—Yoongi

El tritón frunció el ceño cuándo el vampiro ni siquiera lo miró. Parecía demasiado absorto en el libro que leía o al menos eso trataba de aparentar, podía ver un músculo pulsando en su mandíbula.

—¡Yoongi! Mírame —gruñó, él pálido no hizo ni un movimiento.

Jimin hizo un mohín. No es que estuviera siendo pegajoso —bueno, quizás si— pero últimamente tenía una gran necesidad del vampiro. Dioses, siempre parecía necesitarlo. Que calmara hasta la última terminación nerviosa en su sistema, que lo mimara, que lo sostuviera entre sus brazos. Solo quería su atención, siempre.

Se había sentido extraño los últimos días, desde que Yoongi y él habían montado una gran escena en la cocina. No se quejaba. Santos pecesitos, le había encantado demasiado. Esa faceta controladora; posesiva y fuera de control del vampiro fue caliente. Demasiado excitante y hambrienta.

Esa mirada, el cómo Yoongi lo había comido con la mirada. Santas algas del mar, él quería volver a experimentar esa intensidad. Todas esas sensaciones y ese fuego que parecía persistir en su interior lo estaba empujando más, más, más cerca.

Siempre hacía Yoongi.

Jimin se sentía tan sensible y moldeable cuando Yoongi lo miraba con sus ojos llenos de hambre. A veces, los ojos del vampiro cambiaban a ese color rojo inquietante que solo le producía curiosidad, queriendo solo abrazarlo y besarlo. Le gustaba cuando hacía exactamente eso y sus ojos volvían a ese bello color gris que amaba. Él no mentía cuando decía que eran sus ojos favoritos en el mundo; podía suspirar y perderse en la profundidad de ellos por horas, pero Yoongi nunca lo dejaba. A veces, cuando se le quedaba viendo muy fijo siempre tenía la boca del vampiro saqueandolo y dejándolo todo bonito y satisfecho. Jimin no se quejaba.

Por Poseidón que no.

Así que ahora le resultaba demasiado exasperante que el Vampiro ni siquiera lo volteara a ver. El Tritón estaba empezando a odiar el libro que le robaba la atención de Yoongi.

Es que nadie podía entenderlo. Solo estaba esa constante necesidad de ser el foco de atención del vampiro, calmaba algo en su interior.

Simplemente se sentía mal... Estar en el mismo lugar que Yoongi y no ser digno de una mirada. Dios, estaba siendo tan ridículo y exagerado. Pero a Jimin le terminó importando un comino que estuviera siendo ridículo y todo pegajoso. Se sentía como un niño malcriado, pero él por primera vez quería algo con tantas ganas, con tanta seguridad y con tanta convicción.

—Yoongi, Yoongi, Yoongi, Yoongi... —llamó está vez de manera dulce y suave. El vampiro frunció el seño, Jimin sonrió.

—Te escuché ¿Lo sabes? No estoy sordo —le dijo lacónicamente.

—¿Y por qué no me respondiste? —cuestionó el tritón de mal humor.

El vampiro solo suspiró negando. Jimin se levantó con sus ojitos entrecerrados y le quitó el libro en un rápido movimiento. El pálido le dió una mirada de exasperación.

—Es de mala educación quitarle el libro a alguien, Jimin —Cuando Yoongi lo miró, le dió la sonrisa más inocente con sus largas pestañas haciéndole ojitos.

—Joder, deja de mirarme así —se pellizcó el puente de la nariz el pelinegro, mientras de quitaba los lentes y veía con irritación al tritón sonriente.

—Vamos, quiero salir a jugar a la playa —pidió el menor, sus ojitos celestes brillando.

—Puedes ir tú.

—Pero yo quiero ir contigo.

Un músculo se crispó en la cara de Min.

—Jimin, está nublado afuera —le dijo de forma severa, mientras que el chico solo ladeó su cabeza sin entender— Va a llover.

—¿Y? —Jimin no entendía, podía llover y él estaría bajo la lluvia, no le veía lo malo a ello. No entendía la negativa de Yoongi.

—Te puedes enfermar —señaló con dureza, por una jodida que Yoongi no sabía cómo cuidar una enfermedad y menos la de un tritón.

Después de todo, ¿Qué sabía Yoongi sobre cuidar a alguien enfermo? No sabía nada, nunca le había tocado cuidar. Y maldita sea si el tritón se le ocurría enfermarse.

El de cabellos azul verdoso no entendía al vampiro, él podía estar bajo la lluvia tranquilamente, ya antes había estado. Bueno, quizás solo unas pocas veces, usualmente se la pasaba más en el mar explorando. Pero hoy tenía unas inmensas ganas de salir y mojarse bajo la densa lluvia.

Quizás solo quería amenguar el fuego que se arremolinaba en su interior cada vez que veía a Yoongi, aún recordaba esas grandes y pálidas manos en cada aparte de su cuerpo. En como ellas jalaban su cabello a la dura extensión entre las piernas del vampiro y solo de recordarlo su piel se volvía caliente, como si hubiera sido expuesto ante un sol abrasador al medio día. Era sofocante el calor y la tensión entre ellos no parecía irse.

La atracción cada vez los jalaba más cerca, más y más. Era casi una necesidad. Así que Jimin se encontró así mismo sentado entre las piernas del vampiro, con su rostro en el hueco del blanquecino cuello.

Dioses del mar, ¿Cómo podía este hombre oler tan bien? Podía perderse entre la escencia varonil y un poco almizclada que formaba parte del vampiro. La colonia que Yoongi usaba era adictiva y combinada con su olor natural era un deleite para el olfato de Jimin, nunca podría tener suficiente de aquel olor.

—Jimin... —la voz de Yoongi y la mandíbula apretada de éste hizo que el tritón apenas hiciera un ruidito vago.

—Eres un tritón muy malcriado ¿Lo sabías? —había una irritación en el tono de Yoongi que el menor pudo notar, pero el tritón no había percibido ninguna emoción negativa por parte del vampiro, solo había una tranquilidad que salía de aquella muralla que Yoongi aún imponía. Pero había ocasiones en la que se bajaba y podía percibir mejor al vampiro.

—Aún así te gusto —le sonrió con sus ojitos celestes brillante, había esperanza e ilusión en aquella mirada.

Yoongi se lo quedó viendo, con esa mirada fija y esos ojos grises penetrantes. No lo negó, pero tampoco dijo algo, solo analizando a Jimin, quién, lo seguía mirando expectante.

—Eres una cosita presuntuosa cuando quieres ¿No? —Jimin hizo un mohín.

Internamente, aunque no lo dijera, él había esperado que Yoongi le dijera que le gustaba, una parte dentro de él dolía, un fugaz sentimiento de malestar y dolor centelleo en aquellos brillantes ojitos celestes que se pagaron un poco. Haciendo una mueca, se levantó ante la mirada intrigada del vampiro.

Yoongi no me está rechazando, no seas ridículo Jimin. Él no lo negó, así que eso está bien.

Si, si pensaba así tenía razón, aunque había un pequeño pinchazo de dolor en su pecho. Pero fue casi imperceptible, aunque lo sintió por un instante. Pestañeando varias veces, se encontró poniendo sus manos atrás de su espalda, dándole una mirada al vampiro.

La expresión de Yoongi se volvió pellizcada y un músculo pulsó en su mejilla.

—Joder, no me mires así —El tritón ladeó su cabecita sin entender.

—No entiendo —dijo confundido. Antes que Yoongi pudiera tomar su mano y exigirle saber lo que le  pasaba, el tritón salió de la cabaña.

No se había dado cuenta que estaba lloviendo, no era una tormenta, así que podía mojarse bajo la lluvia. Él quería enfriar su cuerpo y alejar aquel nítido dolor pellizcando en su pecho.

Él lo hizo, no le importó mojar la camisa morado que hoy portaba, —ya que Yoongi lo había obligado a usarla— Jimin aún no entendía la necesidad del vampiro con que él se pusiera aquella tela, pero una parte suya sabía que le gustaba complacer al mayor. Esa parte que estaba ansiosa y era sumisa solo con Yoongi.

Podía sentir una mirada fija y penetrante en su espalda, aquella firmemente en su nuca que no le era molesta, ya estaba acostumbrado a esa mirada intensa. A Jimin le encantaba ser el foco de atención del vampiro.

Pero aún así estaba un poco molesto, él le había dicho a Yoongi que le gustaba pero el vampiro no le había dicho nada, solo lo había mirado. Y cuando le dió una respuesta, la verdad es que no fue lo que esperaba. Una parte de él estaba decepcionada, pero no podía hacer nada. Ya antes le había dicho al vampiro que le gustaba, pero esta vez esperaba una respuesta algo más consisa. Ah, tal vez Yoongi no estaba acostumbrado a expresar lo que sentía, él lo entendía, podía lidiar con ello.

Solo tenía que seguir adelante, el vampiro nunca lo había rechazado, que no lo hubiera negado era suficiente, claro que sí. Además cuando bajaba esas murallas que contenían a sus emociones, podía percibir un afecto hacia él. Solo debía tener más confianza, Jimin podía hacerlo.

Con sus brazos extendidos y todo su cuerpo mojado, al igual que la camisa que portaba, volteó a mirar el cielo nublado.

Estaba fresco, sentía frío y eso era bueno, ya no sentía su piel caliente. Pero aún persistía la necesidad de estar entre los brazos del vampiro y fundirse en ellos.

Él giró y giró. Solo riendo mientras la lluvia caía sobre él, no importaba si había frío, no importaba si estaba mojado de pies a cabeza. Su cabello azul-verdoso estaba mojado y tenía mechones pegados a su rostro. Jimin solo sonrió, dejándose llevar por aquellas gotas de agua cayendo sobre él.

Se sentía libre y fresco. Apenas sentía el frío.

...

Yoongi sentía una molestia en su interior. Estaba irritado y exasperado por aquella mierdita acuática que siempre le llevaba la contraria. Jimin debía obedecerlo, joder.

Nunca se había sentido tan fuera de control en sus emociones por alguien, hasta claro, aquel ridículo como extraño tritón, solo siendo bonito y todo sonrisas con esos irreales ojos brillosos.

Mirando la figura toda mojada y relajada de Jimin bajo la lluvia, tuvo una tremenda necesidad de tomarlo entre sus brazos; ponerlo en su hombro, darle unas nalgadas y joderlo tan fuerte, hasta que gimiera su nombre en la almohada y se quedara sin voz.

Cruzó sus brazos, con su figura altiva y sus músculos rígidos ante la presión que ejercía. Su rostro inescrutable con sus ojos fijos en el hermoso ser bajo la lluvia.

Dulce maldito infierno.

Aquella camisa suya estaba toda mojada y transparentaba todo el cuerpo esbelto del tritón. Alguien debía de otorgarle un premio por tener un jodido control para no ir ahora mismo y despojarlo de aquella molesta prenda y follarlo como un animal en celo.

Eso era otra cosa, podía manejar un poco mejor su desajuste, ya sus descontrolados arranques no aparecían en momentos inoportunos. Pero cuando Jimin se mostraba tan susceptible en su regazo mostrando su cuello y clavículas, sus ojos se volvían de un rojo carmín y sus colmillos crecían. Dioses, aún recordaba el sabor de su sangre; dulce, adictiva y jugosa.

Era una bendita tentación, un fruto prohibido. Aunque, quizás no tanto.

Intentado pensar en otra cosa y no en aquel apetecible cuerpo, se encontró pensando en la mueca y la mirada molesta que tenía Jimin, un cachorrito que pareciera hubiera sido ignorado por su dueño y que se había molestado. A Yoongi le disgustaba aquello, maldita sea, no debería pensar en la molestia de Jimin, pero lo hacía. Lo jodía realmente.

Muy irritado y enojado consigo mismo, se encontró mirando con mayor intensidad al tritón que ahora reía como si nada, girando sobre la lluvia.

—Te vas a enfermar —le dijo con rigidez, su voz considerablemente alta ante la lluvia que no dejaba de caer.

—Yo nunca me enfermo —respondió Jimin con sus ojitos cerrados, las gotas de agua caían por su rostro al estar ligeramente levantado— Bueno, no recuerdo haberme enfermado —dijo está vez pensativo.

Yoongi juró por lo bajo, queriendo tomar tan mal en sus brazos a ese ser irritante. Cada nervio en él hormigueaba por tener entre sus brazos y cuerpo, a ese bonito chico acúatico.

—No por no haberte enfermado antes, significa que no lo harás ahora —le dijo de forma dura, Jimin solo se encogió de hombros.

La expresión de Yoongi se volvió pellizcada y molesta.

—¿No deberías cambiar al tener agua en tu cuerpo?

—Nop, puedo manejar mi cambio así como los cambiaformas —sonrió con sus pestañas con gotas de agua— A menos que me viera forzado a cambiar, ahí duele —los ojitos de Jimin brillaron y un pinchazo de dolor pasó por ellos.

Yoongi frunció el ceño, ahora el tritón parecía que había recordado algo, un recuerdo doloroso. Por una maldita mierda que no era su asunto, no lo era, claro que no.

Él no iba a consolar al tritón, no iba a preguntar, no era su maldito asunto. Aunque había una molestia en él, al ver esa expresión en Jimin. Había un desánimo en su lenguaje corporal que lo irritaba. 

Pero ello no explicaba como ahora estaba atrás de la espalda de Jimin, importandole una mierda la lluvia y que su cuerpo estuviera mojado.

Su camisa blanca se pegaba a su pecho dejandolo a la vista, su músculos rígidos y la camisa a ellos le daba una vista imponente. Incluso mojado, con sus cabellos negros húmedos y adheridos algunos mechones a su frente, había algo en ese ser que nadie podía verlo de forma indiferente.

Aún sin gustarle el desánimo en el lenguaje corporal del tritón, lo hizo girar y estrellar sus labios juntos. Un jadeó sorprendido y un gemido a la vez satisfecho, salió de la garganta de Jimin.

...

Dioses del mar.

Jimin temblaba entre el beso duro y codicioso que le estaba dando el vampiro. Tembló y separó sus labios con entusiasmo, invitando al mayor a saquearlo por completo. Pudo sentir la leve sonrisa ladina del pálido, pero aún así lo complació, lo besó de verdad y su mano se enterró en el cabello del tritón. El menor suspiró de felicidad cuando la lengua de Yoongi se deslizó por su boca. Jimin sintió sus piernas temblar, ya no importaba el frío ni la lluvia, lo único que le importaba era este gran cuerpo haciendo presión sobre él. Irónicamente se encontró caliente de sus deditos de los pies hasta su cabeza.

Chupó la lengua del vampiro con avidez, Yoongi envolvió sus brazos alrededor de la estrecha de Jimin, tratando de acercarlo más, empujar más. Parecía que no se habían besado en meses, cuando en la mañana lo había hecho.

Jimin estaba tan hambriento que ya no sabía que hacer para amenguar el fuego que se había expandido a todo su cuerpo. Gimió e intentó escalar el fuerte cuerpo que lo apresaban, envolvió sus brazos en su cuello blanquecino acercándolo más si se pudiera. Yoongi devoraba su boca con besos profundos y hambrientos, las grandes manos pálidas y venudas agarraron el culo de Jimin con ganas y acercaron sus caderas.

Oh Dios, Jimin lo quería, lo deseaba tan mal.

Su mundo se redujo de inmediato al sentir la boca caliente y hambrienta de Yoongi contra la suya. Su cuerpo temblando en oleadas, sus dedos enroscados en los cabellos de la nuca del vampiro, profundizando más y más aquel beso sucio e intoxicante. Jimin se retorcía en el cuerpo contrario mientras intentaba devolver el beso con ansiedad. La lengua de Yoongi profundamente en él, su olor, su cuerpos presionados.

Santos pecesitos, lo quería, los quería, lo quería.

Unos segundos después Yoongi desvío sus besos hasta el blanquecino cuello de Jimin, dejando chupetones húmedos—Eres mío... Dilo —las pupilas de Yoongi estaban dilatadas y sus ojos vidriosos, su cuerpo en una tensión de pronto.

—Tuyo... s-soy tuyo —Yoongi maldijo internamente para después besar a Jimin de forma dura, hambrienta y vivaz. Sus besos húmedos recorriendo otra vez aquel cuello con marcas rojas. No eran suficientes marcas para Min.

La bruma de placer que Jimin sentía en cada succión en sus clavículas, hombro y cuello eran sagaces, Yoongi dejaría marcas que el tritón estaría encantado de mostrar. Suspiros de gozo salían de la boquita de Jimin. Sentía cada chupetón desde los dedos de sus pies recorriendo cada terminación nerviosa en él.

—Entremos —murmuró Yoongi contra el cuello sensible y expuesto del menor, se le puse la piel chinita a Jimin, quien se dejó tomar en brazos, ocultando su rostro en el cuello del vampiro, dejando un rastro húmedo de besos.

Mío, mío, mío, mío. Es lo que podía pensar mientras chupaba en aquel maravilloso lugar, marcando a Yoongi.

No supo cómo, pero ahora estaba completamente desnudo en el baño de Yoongi, la camisa mojada estaba en una canasta, al igual que la del vampiro. Su mente parecía nublada y vidriosa, solo se dejaba llevar por las caricias superficiales del vampiro, que mimaban y jabonaban su cuerpo sin otras intenciones.

Podía sentir el cuerpo en tensión del mayor, sus pectorales rígidos al igual que su pecho.

Jimin no entendía que Yoongi se había agarrado a los restos de su autocontrol para no mirar de más aquel suave cuerpo, de por sí el tritón parecía en el limbo, con su rostro enterrado en su cuello aspirando su olor.

El menor no podía respirar suficiente aquel olor embriagante de Yoongi que lo emborrachaba.

La espesa niebla se disolvió y ahora el tritón se encontraba desnudo entre las sábanas de la gran y suave cama del vampiro. Sus ojos pestañeando se dirijieron al hombre que venía con unos pantalones negros sueltos y su torso lechoso al descubierto. Una toalla colgaba detrás de su nuca y su cabello azabache que estaba algo húmedo.

Por los siete mares, Jimin no podía dejar de ver.

—Debiste de hacerme caso y no desobedecer como siempre —le había recriminado Yoongi con su mandíbula tensa mirándolo fijamente.

Jimin se cruzó de brazos, aunque estaba algo molesto, no podía dejar de mirar al hombre frente él.

—No estaba lloviendo mucho —le dijo— Además nunca me enfermo.

El vampiro se acercó un poco molesto por la negativa del tritón. Su cuerpo en tensión al estar conteniendo de saltar sobre aquel precioso y raro ser en su cama. Joder, al menos las sábanas lo cubrían un poco, pero no lo suficiente.

—Te puedes enfermar y no tengo nada para cuidar a un tritón enfermo.

Los ojitos de Jimin brillaron en comprensión. Yoongi estaba preocupado por él, por Jimin. Una sonrisa deslumbrante apareció en su rostro. El rostro del vampiro se oscureció.

"¿Preocupado por alguien que no eres tú?" Esa voz burlona en la cabeza de Yoongi, lo molestaba.

—Estas preocupado —las palabras de Jimin sonaron sorprendidas y a la vez demasiado dulces. El vampiro quiso decir algo, pero se quedó callado mirándolo con irritación— Está bien, ya no saldré cuando llueva —prometió con su voz melosa y suave. Yoongi exhaló abruptamente.

—Bien, ponte esto —le tendió el pelinegro una camisa blanca.

Yoongi quería decir que estaba molesto e irritado por esa sonrisa sangrientamente honesta y llena de ilusión del tritón. Pero sería una vil mentira.

“Te gusta, acepta que te agrada que te mire a tí. Solo a ti, hipócrita”

Jimin agarró el brazo de Yoongi cuando comenzó a alejarse. No te alejes, esa frase estaba impresa en todo su expresivo rostro.

—Esta bien —fue su respuesta, él solo no tenía energías para negarse a una petición del tritón.

El colchón se hundió al lado del cuerpo del menor, el vampiro se tendió de espaldas a su lado. Jimin nunca había rodado tan rápido, se tendió sobre el pecho de Yoongi.  El mayor emitió un bajo gruñido, pero no lo empujó. Así que el menor lo tomó como un permiso.

Se estiró sobre el vampiro, emitiendo un ruidito satisfecho y gozoso.

—Lo estás disfrutando —la voz gruesa de Yoongi no sonaba molesta.

—Si —admitió con una sonrisa, él no iba a negarlo, se sentía tan cómodo. Puso su rostro en los pectorales del firme cuerpo, aspirando su olor natural, embrigandose de él. Dioses, este sin duda era su lugar favorito en el mundo. Por siempre.

—Abrazame —pidió, los fuertes brazos no tardaron en rodearle y Jimin suspiró aliviado, una sensación de cálida satisfacción se extendió en todo su ser, su pecho gratamente feliz.

—No me sueltes —le dijo en un bostezo, su cuerpo relajado y moldeable cuando Yoongi pasó sus dedos sobre su cuero cabelludo. Dioses, esas manos eran un deleite.

—No lo haré...

Y con esas palabras, el tritón se quedó dormido, sobre aquel firme pecho lechoso, entre esos músculosos brazos y siendo masajeador su cabello con aquellas grandes manos. Él se sentía en el cielo.

Y Yoongi durmió con aquel cuerpo cálido y caliente entre sus brazos.

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—¿Me seguirás contando? —había preguntado Jimin en la tarde del día siguiente.

Yoongi se lo quedó viendo, el tritón estaba terminando las planas que el mayor le había obligado a hacer.

—¿Terminaste las planas? —cuestionó en cambio. El menor hizo un mohín mirándolo de forma recelosa.

—Me faltan dos hojas —dijo a regañadientes.

—Entonces cuando termines —los ojitos celestes brillaron como dos estrellas en el cielo.

—¿Lo prometes? —Yoongi asintió para su propia irritación.

Joder, a veces ni siquiera pensaba su respuesta y ya le estaba dando una a esa pequeña cosita acuática. Pero Jimin se había levantado demasiado preguntón y curioso. Además, Yoongi había tomado represalias porque lo había desobedecido y se había expuesto a la lluvia, así que además de las planas de vocales y abecedario, le había dado otras que decían explícitamente "No puedo salir cuando esté lloviendo". Por un demonio, Yoongi ya se sentía como un maestro castigando a su alumno por desobedecer.

Aunque internamente le gustaba que Jimin  hubiera replicado, para después hacer caso. Era casi divertido ver esas mejillas sonrosadas y ese puchero en aquellos gruesos labios. Yoongi no podía negar que  tritón era una cosita tierna y encantadora, pero molesta e irritante.

“Y aún así te gusta” Esa voz que cada vez se parecía más a la de NamJoon por alguna razón, lo molestaba demasiado. Porque parte de él estaba de acuerdo.

Pero la más orgullosa e intolerable, estaba en un conflicto. Joder, solo debía alejarse de ese chico acúatico todo sonrisas. No estaba bien, claro que no.

Pero cuando Jimin se encontraba se sentía correcto y complacido como nunca antes. Y lo jodía demasiado.

Suspirando, se encontró pensando en las últimas semanas. Ahora ya no tenía muchos problemas con su autocontrol, lo estaba llevando bien, esos arranques de ira o sed de sangre habían menguado. Aunque a veces, sus ojos cambiaban de color cuando besaba a Jimin y las cosas subían de nivel. No habían llegado más que a unas pajas entre ellos, pero su control siempre parecía temblar cuando se encontraba con esa boquita bien besuqueada y esos ojitos vidriosos.

Pero había ocasiones dónde solo la presencia de Jimin parecía calmar esa bestia en su interior, en esos días se cerraba más, pero ninguna distancia era mucha para el tritón, siempre lograba llegar a él.

Eso estaba mal, Jimin se estaba apegando y acostumbrando demasiado a él. Yoongi no podía quedarse toda la vida en esa isla, debía volver, él lo sabía.

"¿Entonces, por qué no lo haces?"

Yoongi hizo puños sus grandes manos. Pero unas suaves manitas hicieron que toda la tensión en él se drenara. Ni siquiera sabía que había estado tan rígido y tenso, hasta que Jimin lo tocó.

Él debía irse, lo sabía. Su autocontrol había mejorado considerablemente, no era del todo bueno, pues Jimin llegaba a él de forma fácil y ni que decir cuando las ruedas de su autocontrol se soltaban para irse al carajo y poner sus manos en aquel suave y esbelto cuerpo del menor.

—Ya terminé —el ánimo en su voz era palpable, mientras sus manos descansaban en las de Yoongi.

El vampiro parpadeó, incrédulo de haber estado tan ensimismado en sus pensamientos. Pero al ver las hojas con la letra grande y apenas legible del tritón, se pudo dar cuenta que si había estado pensando mucho.

—¿Estás bien? Estabas muy tenso —Jimin lo miró fijamente, el mayor asintió algo exasperado consigo mismo.

—Bien —tatareó Jimin suavemente, con sus labios crispados alisó la arruga entre las cejas de Yoongi con su pulgar—No frunzas el ceño.

La expresión sombría en el rostro del vampiro se vió reemplazada por una de incredulidad y diversión.

—Deja de ser tan obvio —dió un golpecito en la nariz de botón del tritón. Jimin hizo un mohín sin entender.

El menor le sonrió con sus ojitos brillando y sus pestañas largas. Cristo, realmente este ser podía resultar demasiado entrañable cuando se lo proponía.

...

Jimin no podía apartar la mirada de aquellos ojos grises, había algo con mirar esos orbes que le daban ganas de perderse en ellos y verlos durante horas. Él nunca se había sentido tan bien con alguien, con una compañía en sí, aún cuando estuvo un tiempo conviviendo con humanos, siempre había estado solo. El tritón no había conocido el calor de otra persona hasta que Yoongi llegó, nunca nadie se había colado bajo su piel.

Santos pecesitos.

Se sentía flotar solo con estar cerca del vampiro y aspirar su adictivo olor. Su corazón martillaba en su pecho. La fuerza de atracción entre ellos siempre era alimentada y a veces resurgía queriendo fusionar sus cuerpos, Jimin no a oponia a la idea. Le gustaba estar encima de Yoongi mientras olfateaba su cuello, estar en su regazo, escuchar su voz y dejarse llevar por él. Sus besos eran los mejores, tan buenos y siempre se sentía satisfecho y moldeable. Pero otras veces, sentía que no era suficiente y la necesidad entre ellos era mayor.

Sentía que faltaba algo, algo que no habían hecho. Pero no podía explicarlo, solo lo sentía.

Aunque con tener al vampiro a su lado era suficiente, claro que sí, dioses, Jimin lo quería demasiado. Para él. Mío, mío, mío. Decía cada célula de su ser y el tritón estaba más que de acuerdo. Realmente nunca se había sentido posesivo con alguien en su vida, hasta ahora.

Incluso con la mirada fija de Yoongi en él, se sentía tan cómodo y confiado.

—¿Puedo sentarme en tu regazo? —preguntó de pronto.

Yoongi solo tocó su rodilla, ese era un gesto que Jimin había logrado identificar cuando le pedía permiso de sentarse en su regazo. Él nunca se había movido tan rápido en su vida, pero no le importaba, estar acurrucado entre esos brazos y ese duro pecho era el cielo para Jimin.

Enterró su rostro en la garganta, aspirando inestablemente el aroma embriagante del vampiro. Los dedos de Yoongi se enredaron en su cabello, él se volvió moldeable y todo cariñoso. El vampiro antes le había dicho que parecía un gatito hambriento de contacto, Jimin siempre le decía que él era un tritón. Pero ahora la comparación no parecía indignante, si no, acertada.

—Conocí a muchas personas, pero ninguna me hizo sentir como lo haces tú —confesó Jimin de forma abierta.

—¿Y cómo te hago sentir? —preguntó Yoongi con un músculo pulsando en su rostro.

—Cómodo, como si nada pudiera pasarme si estoy contigo —le sonrió, solo había una cruda honestidad que derritió algo en los ojos de Min.

En ese momento la barrera que se imponía Yoongi se había bajado, dejando pase a las emociones del vampiro; Afecto, tranquilidad y una posesividad estremecedora.

Pero que hicieron sonreír a Jimin, le gustaba cuando podía sentir así a su mayor.

—Tienes suerte de ser tan entrañable o te abría corrido de mi isla —había burla en la sonrisa que Yoongi ahora le mostraba.

—¡Es mi isla! Yo la encontré primero —le dijo Jimin con un puchero decorando su rostro.

—Uhm, creo que ya no —el tritón lo miró con sus ojitos entrecerrados para después negar y dejar un suave beso casto en los labios del vampiro.

Yoongis alzó sus dos cejas sorprendido, eso realmente no se lo había esperado.

—Pequeña cosita aprovechada —Jimin rió, sus ojitos perdiendose en aquella suave y tierna risa que hizo que el corazón estancado del vampiro latiera con un cariño por este ser.

Algo que lo dejó estancado. ¿Cuándo empezó a sentir un atismo de cariño por él? Yoongi nunca se encariñaba con alguien. Estaba mal, mal, mal.

—¿Ya me vas a contar de ti? —cuestionó el tritón cuando solo quedó una bonita sonrisa en su rostro. Yoongi lo miró fijamente suspirando.

—¿Por qué quieres saber de mí?

—Yo quiero, por favor —pidió. Un músculo se crispó en la mandíbula del pálido.

—Cuentame primero de ti —negoció el vampiro, Jimin juntó sus cejas analizando—Pero luego tú contarás ¿Lo prometes?

—Si —Jimin sonrió para dejar un beso en la mejilla de Yoongi.

El vampiro cepillaba el cabello azul verdoso único del tritón, mientras el menor  se acurrucaba en el regazo de Min para voltear a ver a esos ojos grises que tanto le encantaban.

—No hay mucho que decir —empezó el menor— Cuando mis padres murieron estuve bastante tiempo en las profundidades, después que cumplí cien años subí a la superficie.

Jimin juntó sus cejas recordando.

—¿Tienes más de cien años? —preguntó sorprendido el vampiro, no le veía mucho sentido— Pensé que las sirenas y tritones vivían por ahí de dosientos años.

—Mis padres me dijeron que nuestra esperanza de vida es de alrededor de quinientos años —le dijo Jimin pensativo— Pero no todos llegan a esa edad, es difícil vivir en el mar, hay muchas bestias y depredadores más fuertes y rápidos que nosotros. Y muchos igual nos cazaban así que no hay muchos que pudieran llegar hasta esa edad.

El tritón aún podía recordar vagamente las cosas que le habían inculcado sus padres, al ser los únicos que quedaban de su manada debían informarle de todo para que sus raíces e información no se perdieran. Así como también que sus celos llegaban cada cien años y ahí tanto tritón como sirena podían quedar en estado. Después de todo habían parejas tanto ambas sirenas como ambos tritones, en su especie ambos podían procrear, pero las parejas de tritones rara vez se habían visto o eso le habían dicho sus padres.

—¿Y cuántos años tienes? —El vampiro aún estaba procesando la información que Jimin le había dado. Ahora sabía que las leyendas de las ancianas que solían contarles a los niños, solo eran rumores y no una verdad.

Jimin alzó los hombros—Yo dejé de contar cuando llegué a los cien, supongo que puedo tener como ciento cincuenta, no lo sé —Yoongi negaba con la cabeza, a veces se le olvidaba que el tritón podía ser muy distraído y despreocupado.

—Entonces estuviste muchos años entre los humanos —Jimin se removió incómodo.

—Si, algo así. También entre los cambiaformas pero ellos no eran agradables —dijo de forma distraída pestañeando varias veces como si no quisiera recordar algo. Yoongi frunció el seño.

—¿Te trataron mal? —la mandíbula de Yoongi se tensó, el solo pensamiento de que alguien se hubiera atrevido a lastimar a Jimin lo hacía enojar. Su mirada se oscureció viendo fijamente al tritón que le sostenía la mirada para su sorpresa.

—No me gustó estar entre ellos, así que mejor regresé al mar y fue cuando encontré está isla —Jimin no lo negó, solo dejó descansar su cálida mano en la mejilla fría del vampiro— y después te encontré a ti.

"Quizás fuiste tú el que me encontraste" pensó Jimin con una sonrisa, dejando besos en la mandíbula tensa, en la que poco a poco la tensión se drenaba. Algo en los gélidos orbes de Min se derritió.

Aunque, Jimin no había negado nada y eso cabreaba a Yoongi, pero él no podía regresar el tiempo para que al tritón no le hicieran nada, así era la vida. Incluso a esta criatura ingenua y curiosa en su regazo, no sé salvaba de algún percance.

Acunando una mejilla sonrosada se maravilló de como Jimin podía recargarse en su tacto como un mimoso gatito queriendo mimos. Los ojitos desenfocados y brillantes de Jimin se cerraron para después abrirlos y darle una bonita sonrisa con aquellos labios voluminosos y peligrosamente rosados.

Por un demonio, es carita sonrojada, esos labios obscenamente abiertos y rojos eran una invitación segura. Una que Yoongi no podía, ni quería desperdiciar.

—Yoongi... ¿Me besas? —los ojos brillosos y las pupilas dilatas de Jimin fue todo para que el vampiro cerrara la brecha entre sus bocas.

Jimin devolvió el beso con reverencia, sus labios siendo un hermoso contraste, como si fueran dos piezas juntas de un rompecabezas. Un pequeño sonido salió de la garganta del tritón y murió en la boca de Yoongi. Podía sentir el cuerpo del vampiro, ese peso, esas manos exigentes en su cadera evitando que se moviera. Jimin se sentía en el cielo, sus lenguas jugaban y él succionaba con afán la lengua de Yoongi como si no pudiera tener suficiente. Inhalaba y exhalaba inestablemente en cada chasquido. Yoongi succionaba su labio inferior para después Jimin sintiera un tirón y la sangre también se colara en su beso.

Yoongi volvió a saquear su boca, todo dientes y lenguas, succionando como si no hubiera un mañana su gordito belfo inferior. Jimin gimió, mientras Yoongi tomaba, tomaba y tomaba.

Fue abrumante, tan, tan bueno, sucio, embriagante e intoxicante.

Cuando se despegaron él respiraba de forma inestable y Yoongi tenía sus pupilas dilatadas. Jimin se acurrucó más que satisfecho —por ahora— dándole una sonrisa con sus labios hinchados y bien besuqueados al vampiro que lo miraba con su mandíbula tensa, pero su cuerpo se encontraba ligero.

—Ahora serás bueno y no me vas a distraer ¿Entendido?

El tritón asintió, con una bonita sonrisa brillante. Él podía ser bueno, le gustaba la idea de ser bueno, en especial si Yoongi lo seguía mirando con sus ojos visiblemente suaves.

—¿Te acuerdas que te conté sobre los vampiros?

Jimin hizo apenas un ruidito asintiendo—Si, dijiste que son personas parecidas a los humanos pero que necesitan sangre para vivir y tienen más poder.

—Si, pero hay más. Mi Clan es el principal, él único que queda de los antiguos. Mis antepasados fueron los primeros vampiros que iniciaron un aquelarre, por eso mi clan es tan importante. NamJoon es mi primo, solo por ser hijo de la hermana de mi madre. El Clan Kim es la segunda rama del Clan Min.

—¿Qué es un aquelarre? —preguntó Jimin—Se puede decir que es un lugar para que los vampiros invitados se reúnan.

—¿Es como una fiesta? —Jimin sabía por haber estado en la superficie que existían las fiestas donde llegaba mucha gente y se la pasaban bien. Él nunca había ido a una, pero había espiado una que otra hace años. Sus ojitos celestes miraron a Yoongi.

—Algo así, pero no es tan divertida como una fiesta —Yoongi no quería decirle que en realidad a esas reuniones iban más para beber sangre y hablar de temas sobre el clan, en lo personal a Yoongi le irritaba esas reuniones, pero había un festín de sangre humana y como líder de su clan debía ir si o si —En mi Clan me reúno con mi aquelarre cada mes.

Asintiendo, Jimin se apoyó con su cabeza en el ancho hombro de Yoongi, había algo cómodo y correcto en esto, en este tono tan grave y suave que tenía el vampiro. Se sintió bien, muy bien. Todo sobre tener a este hombro tocándole de forma tan íntima, se sentía inexplicablemente bien. Solo escuchó la voz gruesa del vampiro, explicando. Se sintió tan reconfortante, un sentimiento cálido e inexplicable se puso en su pecho. Había algo que se encontraba tan cómodo solo sentado en el regazo de Yoongi escuchándolo hablar.

El tritón escuchó vagamente lo que Yoongi le explicaba, con una sensación cálida solo con ser acurrucado por el vampiro.

Jimin se durmió.

Después de unos segundos el pálido se pudo dar cuenta, suspirando llevó un mechón de cabello azul verdoso a la oreja del chico acúatico. Una sensación cálida y complacida en su interior pulsaba.

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Yoongi sentía que su control era lamentable, se sentía atraído a este chico como una abeja a la miel.

El vampiro miró al tritón que se encontraba dormido. Él estaba tratando de luchar con el creciente resentimiento en su interior. Yoongi sabía que racionalmente que está obsesión no era culpa de Jimin. 
Estaba plenamente consciente que era un hombre adulto y era el único responsable de su falta de control. No era culpa del tritón que su piel arañara cada vez que lo veía, queriendo tomarlo y poseerlo tan mal. Por una Santa mierda, estaba siendo ridículo. Pero las riendas de su autocontrol estaban sueltas cada vez que veía a este muchachito solo siendo bonito.

Yoongi pasó los dedos por el sedoso cabello de Jimin, la sensación de satisfacción se agudizó cuando Jimin se apoyó en su toque con confianza.

Él lo quería para sí mismo. Joder, quería quedarse con este presuntuoso e irritante tritón hambriento de cariño. Quería tenerlo cerca, siempre.

Jodido Santo infierno.

Pellizcando el puente de su nariz se encontró suspirando. Examinó con cuidado aquel pensamiento...ese extraño sentimiento de posesividad que lo arrastraba para no dejar ir nunca a este ser.

En retrospectiva, Yoongi nunca se negaba algo, nunca, joder. Él solo tomaba sin mirar a nadie más. Pero esto iba en contra de todo lo que siempre había evitado; una relación a largo plazo siempre fue para él una perdida de tiempo, pura basura, odiaba el hecho de estar atado a una sola persona. Yoongi solía aburrirse con tan solo un mes de sus amantes. No es que fuera alguien solo de joder y dejarlos o dejarlas. Con los que tenía algún encuentro estaban sobre-avisados de lo que tendrían por parte de él. Ninguno de sus amantes se quejó, gratamente satisfecho con dinero, joyas y el buen polvo.

Pero ninguno de ellos había durado más de un mes, ni uno solo.

Pero ahora...con este ser acuático ridículamente tierno y todo bonito con sus ojitos celestes y esas largas pestañas. Por una santa mierda, Jimin solo era un raro ser que se había topado accidentalmente, solo porque NamJoon no había hecho bien su trabajo de examinar más a fondo la Isla. Ese chico extraño y curioso lo había puesto más en aprietos que cualquier otra persona, ni siquiera sus enemigos lo habían hecho dudar tanto que con esta pequeña cosita presuntuosa de mierda acuática.

A veces Yoongi solo quería consumirlo hasta quedar satisfecho de él, pero se había encontrado con que no era suficiente. Nunca podía besar suficiente a Jimin, nunca podía cansarse de respirar su olor, Dios. Él siempre necesitaba más y más de esos labios, de esa deliciosa piel y de esos ojitos que lo miraban como si pudiera colgar la luna y las estrellas.

Jodido Santo Infierno.

Yoongi se sentía exasperado e irritado consigo mismo, así que dejando a Jimin entre las sábanas de su cama, fue a su despacho temporal. Solo queriendo un poco de paz para no pensar en lo blando que se estaba volviendo por una pequeña mierda acúatica.

Un conocido sonido provenía del teléfono fijo en su oficina, Yoongi lo había ignorado hasta ahora.

—¿En serio estás bien? —la voz de NamJoon sonó sospechosamente cuidadosa.

—¿Llamas solo para hacer preguntas mezquinas? —cuestionó en cambio Yoongi— No tengo humor para tus nada elaboradas preguntas, NamJoon —le dijo de forma seca.

—Bueno, al menos sé que sigues siendo el mismo arrogante con un palo en el culo —a Yoongi no le sorprendió la forma coloquial y vanal de expresarse de su primo.

Cuando hablaban a solas, solía ser así de burlón y con ese humor negro. Al menos, ahora se daba cuenta que su tono y forma de ser no había cambiado entorno a NamJoon y tampoco creía que algún otro.

Pero desgraciadamente se había dado cuenta que solo se volvía más suave con Jimin, con ese tritón que ahora dormía en su jodida cama. Por un jodido demonio.

—Hey ¿en serio, estás bien?

—¿A qué se debe tu preocupación? —moduló en cambio Min.

—Han pasado tres meses Yoongi, incluso Jin está sorprendido de tú ausencia por tanto tiempo —había desconcierto en la voz de NamJoon—¿Aún no has podido controlar tu problema? Eso ya no es normal Min, si es así, hay que ir a hablar con Hoseok. Tal vez él tenga una idea.

Por un demonio ¿Ya habían pasado tres meses? ¿Tanto así no se había dado cuenta? Ahora entendía el desconcierto de NamJoon, no era normal en él que hubiera tardado tanto.

No podía seguir en esa isla, debía regresar.

"Pero no quieres, no quieres dejar a Jimin" Otra vez esa voz que parecía nunca irse.

—Volveré —NamJoon suspiró por la otra línea, casi Yoongi podía entenderlo.

—Bien, no es por nada Yoongi pero esos viejos son un palo en el trasero.

Cuando Yoongi colgó, una pesadez se instaló en su estómago.

—Solo es la costumbre, cuando regrese todo volverá a como debe ser. —Yoongi asintió para si mismo.

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Cuando Jimin despertó, era de madrugada, la cama se sentía vacía y tenía frío. Las sábanas no le daban el suficiente calor como se lo proporcionaba Yoongi.

Extrañamente el tritón nunca antes había sentido frío, no lo recordaba al menos. Por primera vez descubrió lo que es dormir entre unos cálidos brazos que le transmitían comodidad y protección. Nunca se había sentido tan seguro que con Yoongi, con ese vampiro que podía tener una barrera pero que nunca lo había dejado de lado.

Se sentía tan cómodo y querido, sentía que era necesitado. Jimin nunca antes lo habían necesitado, en las profundidades se sentía tan inútil cuando tenía que esconderse de los tiburones y aquellas criaturas más grandes. Por eso le gustaba vivir en esa isla, y ahora que estaba Yoongi, su corazón no paraba de estar cálido.

Con sus ojitos celestes que se adaptaban a la oscuridad, pudo visualizar la figura imponente de Min, había tanta tensión acumulada en su cuerpo que Jimin se extrañó. Incluso la barrera que no dejaba pase a sus emociones estaba bien alta, no podía percibir casi nada del vampiro.

Lentamente se acercó a su cuerpo, sus brazos rodearon la figura del vampiro por detrás. Frotando su rostro en la espada de Yoongi y respirando su olor.

El mayor se había puesto rígido, pero después se fue relajando cuando su toque duró más.

—¿Yoongi? Hace frío —le dijo con su voz suave y nítida.

Cuando estuvo entre los brazos y el pecho duro sintió que todo estaba bien, nunca había sentido un gesto que se sintiera tan correcto y perfecto, hasta ahora. Estar entre los brazos de Yoongi era como estar en casa.

Jimin nunca había sentido que algún lugar fuera su hogar, pero ahí con Yoongi, sentía que lo era, que pertenecía a él.

—¿Por qué estás despierto? ¿No podías dormir? —preguntó mirando hacía arriba, con sus ojitos celestes. Yoongi tenía una expresión pellizcada en su rostro, pero el hielo en sus ojos se derritió solo con mirar al tritón quien le sonrió.

—Si... Algo como eso —le dijo con sus brazos rodeando el cuerpo menudo del menor.

—Esta bien, yo a veces igual no podía dormir, pero si duermo contigo no quiero ni levantarme —sus palabras tenían una cruda honestidad.

—¿En serio?

Jimin asintió— A veces tenía miedo de dormir porque sentía que podría morir si no estaba alerta —explicó, algo en la expresión del vampiro se oscureció— pero ahora, cuando estoy contigo siento que soy invencible.

Jimin gimió sorprendido cuando Yoongi lo besó de forma sorpresiva. Él no se quejó, el vampiro tomó, tomó y tomó. Como si quiera consumirlo por completo. Fue duro, hambriento y ensordecedor.

Fue abrumador, aterrador y terriblemente bueno, tan bueno. Succionó y saqueó como si quisiera absorberlo por completo. Apenas Jimin pudo participar, pero él no se quejaba, estaba tan gozoso y feliz de que Yoongi lo deseara tanto y lo necesitara. Había una cruda necesidad que enmanaba entre ellos, más esa atracción que no podía ser quebrada.

Ambas respiraciones eran agitadas, mientras Jimin se aferraba para no caer, sus piernas estaban hechas gelatinas ante el beso abrumador y voraz.

—Me iré —le dijo de forma abrupta Yoongi.

Jimin apenas podía entender con sus ojos desenfocados y vidriosos.

—¿Qué?

—No puedo estar en esta isla Jimin, tengo responsabilidades que atender —la mandíbula del vampiro estaba tensa.

—¿Por qué? Y-yo... No te vayas —Jimin sentía que su corazón se agitaba en preocupación e incertidumbre.

—No puedo quedarme aquí —Entonces llévame contigo, fue su primer pensamiento. Jimin estaba seguro en ello, pero las palabras no se formaban en su boca al tener tanto miedo de que Yoongi lo dejara.

—No me dejes —su expresión era abierta, vulnerable y dejaba pase a sus emociones que chocaban entre si; desde el miedo, tristeza e incertidumbre. Sollozó cuando Yoongi permaneció en silencio.

Los ojos de Yoongi se volvieron rojos de repente mientras lo sostenían. Él le había susurrado una palabra antes que la oscuridad lo embargara.

—¡Espera!...¡yo te quiero! —el tritón abrió sus ojos vidriosos de repente, las lágrimas que se empezaban a acumular.

Jimin se levantó de pronto demasiado agitado, se mareo al haberse levantado de forma tan agitada y vestiginosa, su corazón martilleaba con fuerza en su caja torácica. Sus garganta la sentía cerrada y sus lágrimas se desbordarían solo si pronunciara algo. Sus piernas eran temblorosas cuando se levantó.

Había sido un cruel sueño, ahora tenía que acurrucarse en el regazo de Yoongi para que ahuyentara sus miedos. Él lo había hecho una vez, podía volver a hacerlo.

Pero la casa estaba en silencio, ni siquiera podía escuchar la respiración de alguien más que no fuera él con su agudo oído.

No, no, no.

Yoongi no se había ido, él no. Por favor.

Pero aunque abrió cada puerta, aunque gritó su nombre tan fuerte, nadie pareció escucharlo.

Yoongi no estaba.

—¡Vuelve! yo aún te necesito... —la primera perla había aterrizado en el piso de madera. Seguido de otra, otra y otra.

El corazón oprimido con un destello de dolor. Había un pinchazo agudo que oprimía su pecho, nunca había sentido ese dolor en su vida.

Trató de estabilizar su respiración, inhalaba y exhalaba profundamente. Yoongi se había ido, no lo había rechazado, solo se había ido, él volvería, seguro que sí... ¿Entonces, por qué dolía como si hubiera sido rechazado?

No te vayas. No me dejes. Por favor.
Dijiste que era tuyo, lo soy.

Vuelve...

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Pregunta ¿Creen que Yoongi haya hecho lo correcto en irse? 👀

¿Qué creen que sea Hobi?

Espero les haya gustado y espero puedan decirme su opinión 💕🧜🏻‍♂️🧛

Dedicado a BTS_SNAP gracias por leer linda💕🥺

—Luna🌙

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