Capítulo 12
El denso como pesado ambiente que se había instalado en la atmósfera de aquella habitación era completamente espeso. Todo esa aura negativa como oscura provenía del ser pálido e impavido que se encontraba sumergido entre papeles que lo hacían fruncir el ceño y apretar sus puños en una ira con su poder contenido.
La fuerza sobre humana, sus músculos compactos, la mirada inescrutable de aquellos ojos platas, la solidez en su cuerpo como el poder intransigente que enmanaba su postura ergida en total autoridad como un dominio que era más allá de lo antinatural que se sentía.
El silencio era tan filoso como un bisturí que estaba completamente preparado para cortar piel de una forma delicada pero eficaz. El espesor del ambiente se tornaban cada vez más sofocante, pero la fuerza casi inamovible que provenía del vampiro con gran poder en el escritorio hacía que el silencio en la habitación fuera tan insoportable.
Una aguda sensación familiar hizo que Min apartara su mirada de aquellos papeles que tenían más que una valiosa información. Su mirada tornandose cada vez más pesada cuando Kim NamJoon hizo aparición junto con Lee MinHo en su despacho personal.
—¿Y bien? —el tono de su voz sonó tan estoico y con un ligero tono borde que no sorprendió a Kim, pero a MinHo lo recorrió un estremecimiento.
Ver a Min Yoongi tranquilo de una forma inquietante como antinatural hacía que sus sentidos se intensificaran. A nadie le resultaba agradable ver al líder del clan Min molesto.
Y a juzgar de su postura tan tensa como un hilo completamente estirado hasta casi su límite, se mostraba airado.
No lo podía culpar, toda la situación era estresante, después de lo que hoy había descubierto con NamJoon, podía suponer que el humor de Yoongi se tornaria más que oscuro porque parecía que habían abierto la caja de Pandora.
—Llegamos pero estaba muerto, Min —el primero en hablar fue NamJoon con un tono amargo.
—Encontramos a Song Joong-Ki muerto, solo pudimos recuperar poca información en su casa —informó MinHo de forma tensa, mientras Yoongi no parecía haber flexionado ni un músculo de su cara.
—Maldita sea —gruñó Yoongi dando una palmada en su escritorio.
El último par de días el vampiro mayor había estado entre papeles, juntas del consejo y buscando tanta información como pudiera de sus diferentes contactos, Kim tanto el cambiaformas león no sabían lo que en realidad estaba buscando con tanto ahínco Min.
No fue más que esa mañana en particular que Yoongi los había mandado a encontrarse con Joong-Ki. MinHo y NamJoon había estado muy desconcertado por la orden impresa del vampiro mayor. No sabían el porqué era tan fundamental el antiguo mayordomo del clan Kim, el cual se había retirado de su servicio cuando Yoongi y NamJoon tomaron el liderazco de ambos clanes y hecho una alianza significativa. Pero tanto Kim como Lee no habían puesto renuencia a la orden tan firme de Min. Ya que Yoongi nunca hacía algo o hablaba sin tener algún motivo. Aunque claro eso parecía tambalearse un poco cuando se trataba de su tritón.
Pero rápidamente MinHo como NamJoon entendieron la postura absoluta de Min por mandarlo por aquel hombre. Un mayordomo era el más fiel como leal en un clan, solían ser los primeros de entenderse de cada rumor, chisme o escándalo. Además los que solían guardar miles de secretos de sus amos. Joong-Ki había jurado lealtad hasta el último de sus días al clan Kim como su respeto al Clan Min.
Sin embargo el antiguo mayordomo lo habían encontrado muerto por una bala de plata en su pecho, pero a juzgar por los daños en el lugar, había dado mucha batalla. No pudieron recolectar mayor información, más que varios papeles como libros de la biblioteca de Joong-Ki.
Al estar investigando el lugar más a fondo, pudieron recuperar un pergamino muy antiguo que parecía que Song había estado guardando. Casi MinHo podía entender porqué NamJoon no quería empezar a hablarle a Min sobre aquello.
Pero la situación parecía tan enredada como una árbol que había estado ignorado por mucho tiempo y era tan antigüo que sus raíces habían llegado hasta la casa que ahora era difícil de ignorar.
No había forma más eficiente que cortarlo por completo, con todo y raíz.
— también tengo que informarte que Choi pidió una reunión conmigo en privado —aclaró— Yerin me dió la carta que el mismo Siwon había mandado -mientras se dejaba caer en el sofá del despacho—Sus métodos de comunicación siempre son tan antiguos —se quejó.
—Interesante —la expresión inescrutable en el rostro de Min no reveló nada.
—¿Interesante? Él es un increíble hijo de puta o un idiota al pensar que no te diría. Quizás piensa que mi lealtad hacia ti tiene algún límite —los primos se miraron en un tenso silencio. Ambos estaban tan tenso en los últimos días.
Pero había algo que los definía a ellos. La lealtad y la confianza era inquebrantable entre ellos.
No podía haber alguna sociedad entre ellos mientras esas dos importantes variables no estuvieran en la mesa. No había imperio más poderoso que uno en el que tuviera aliados leales y confiables, la consonante entre ellos siempre habían sido aquellos dos importantes hechos.
El miedo no impulsaba un poder absoluto, lo era la lealtad justificada y bien argumentada. Si tenías el respeto y la dosis adecuada de que alguien te debiera la vida, tenía asegurado el poder en ella.
-Es más que claro lo que haremos -habló NamJoon en un tono casi burlón. Si no estuvieran en una situación tan tensa quizás ambos hubieran sonreído.
MinHo se sentía tan incómodo pero era su deber saber las circunstancias de la situación además de velar por la seguridad de toda la mansión y sus regentes en ella.
—Claro que si, irás a esa reunión —La sonrisa de burla que NamJoon estaba a punto de expresar murió en el momento en que esas palabras salieron de la boca de Min.
—¡Min! —gruñó NamJoon, pero antes de que dijera algo más, Yoongi lo calló mientras le daba una aguda mirada.
—Irás. Si queremos la pieza clave para terminar por completo este maldito rompecabezas, es esa.
—Maldita sea Yoongi, ¡es como ir a la boca del lobo! Más bien de un puto vampiro de cuatrocientos años. ¡Sabes que es una jodida trampa! Él está planeando algo en esa reunión —NamJoon lo miró de forma seria mientras su mandíbula se apretaba.
—Aún no sabemos con certeza el porqué Siwon se reuniría con las panteras, nuestras suposiciones no son más que eso, una teoría más no la prueba que necesitamos. Además será escencial para acabar con toda esta situación de una vez —el vampiro peliplateado se sobó la cien. Su cuerpo tan tenso como grande.
—No la dará gratis, eso es seguro -rodó los ojos.
—Por eso lo harás pensar que tu lealtad hacia mí es limitada.
—Claramente, Yoongi —Nam rodó los ojos mientras se rascaba la nuca con una mueca tensa— No creas que no sé que esto también es por tu tritón, Min. Mira, no me importa si tienes un retorcido plan para vengarte, pero no me metas en lo jodido que lo pasó tú pecesito —Yoongi le dió una mirada filosa mientras sus músculos tensos parecían tan rígidos. Sus ojos escarlata le dijeron al vampiro contrario que no dijera una palabra más.
El metamórfico tenía una extraña sensación de que si NamJoon seguía tanteando aquel agudo como pantanoso terreno, no terminaría nada bien. Podía ver cómo esos vampiros parecían retarse en esa guerra de filosas miradas.
Claramente Min tenía la delantera, su postura de una forma amenazante como una liga que estaba siendo estirada hasta su límite y que pronto se rompería si solo jalaba un poco más. Lo cual no era bueno.
La tensión en el ambiente era tan espesa, de una forma cruda como espeluznante.
—Lo tengo todo controlado. Deja de ser un maldito vampiro marica, sé lo que hago —gruñó Yoongi de forma amenazante.
—Sé de lo que eres capaz, Min —a NamJoon no le quedaban dudas de ello—Pero por la puta ¿Piensas mandarme solo a esa jodida trampa?
—¿Quién dijo que estarías solo? —cuestionó Min con una curva en sus labios que no era una jodida sonrisa pero si una expresión tétrica.
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La fresca brisa de aquel día era muy agradable. Se podían escuchar los chapoteos en la piscina de la mansión. Jimin como Taehyung se encontraban nadando y juguetenando en el agua.
La larga cola iridiscente ópalo brillaba de forma intensa y etérea mientras Jimin presumía de forma inocente sus voluminosos labios rosados que se encontraban curvados en una sonrisa. La mano del tritón se alzaba para acomodar su cabello azul verdoso hacia atrás y dejaba una imagen sensual como sublime de apreciar.
La imágen era exótica para cualquiera que estuviera viendo a un tritón reír mientras jugaba con Taehyung en el agua.
—¡Espera Minnie, así no puedo ver! —se quejó el castaño tapando sus ojos mientras el ser acúatico reía porque estaba reflejando la luz del sol en su cola iridiscente para distraer a Tae.
—¡Oye! —gruñó Taehyung al sentir una nueva oleada de agua en todo su cuerpo ya que Jimin había alzado y dejado caer su larga cola.
—Mantén esa cola de sardina quieta —purecheó el lobito al estar todo mojado mientras escuchaba la risa melodiosa de Jimin.
—¡Oye! ¡No insultes a mi colita! —Jimin juntó sus cejas, muy indignado porque el metamórfico hubiera comparado a su hermosa cola con una de sardina.
¡Las sardinas eran feas! Pero sabían bien y él se las comía. No podían compararlo con una.
—Lo siento, pero tenía que hacer algo para que dejaras de moverla tanto —dijo Tae riendo suavemente al imaginar a Jimin como una sardina. Su risa era demasiado para él tritón que estaba muy indignado.
—Me estás imaginando como una sardina —gruñó el ser acúatico mirando a su amigo con sus ojos entrecerrados. Pero no podía estar muy enojado por las emociones tan cálidas y alegres viniendo de Taehyung.
Ush, nadie entendía lo difícil que era ser un tritón.
—¡Ya, perdón, perdón! —pidió piedad Tae al recibir una oleada de agua por parte de Jimin.
—Eso te pasa por compararme con una sardina —le sacó la lengua Jimin, mientras Tae asentía de forma cansada.
Había estado con Jimin jugando en el agua toda la mañana y ya era como un poco más de medio día. Unas horas ahí lo habían cansado, aunque debía suponer que su resistencia no era igual a un ser que siempre había estado en el agua.
Saliendo de la piscina ante los ojitos celestes que lo veían de forma curiosa, se puso una toalla al empezar a tener frío.
—¿Qué haces? —Jimin ladeó su cabecita para poner sus brazos en el borde de la piscina, para ver a su amigo secarse con la toalla.
—Soy un lobo, no estoy acostumbrado a estar tanto tiempo en el agua y ahora tengo frío —explicó Tae, mientras Jimin asentía entendiendo— Iré a ponerme algo seco, ahora vuelvo.
Cuando Taehyung volvió, Jimin estaba sentado en el borde de la piscina mientras su larga cola descansaba en el agua y veía el cielo que se empezaba a nublar.
—Va a llover —dijo Jimin de pronto cuando Taehyung se sentó a su lado. El metamórfico alzó su vista y vió una nubes grises.
—No creo, revise el clima en mi celular y habían dicho que hoy estaría despejado y con sol —habló Taehyung de forma incrédula ante la afirmación del tritón.
—Va a llover —dijo de forma terca Jimin— El aire está húmedo y hay bastante viento —explicó el ser acúatico mirando de forma desinteresada las nubes.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Taehyung frunciendo el ceño al no entender y eso que él era un cambiaformas lobo por ende tenía un buen olfato.
—Mis sentidos son más agudos que un cambiaformas —ladeó su cabeza Jimin mientras veía con sus ojos celestes a los amarillos del castaño— Pero solo mi audición es mucho mayor que mis otros sentido porque es la única que he desarrollado más hasta ahora.
—Sabía que no debía confiar en los pronósticos de google —Arrugó sus cejas Taehyung. El tritón me dió una mirada sin entender, el castaño podía comprender que Jimin no estaba muy informado e interesado en la tecnología. Parecía muy feliz así como estaba.
—Después de vivir muchos años en la isla, es fácil darse cuenta ante el mínimo cambio en el clima.
—Bueno eso tiene sentido, pero ¿Por qué dijiste de pronto que iba a llover? —preguntó Taehyung de forma curiosa.
—A Yoongi no le gusta que esté en la lluvia —explicó Jimin con una sonrisa cálida con solo mencionar el nombre del vampiro. Recordando lo molesto que había estado el mayor porque pensaba que Jimin se iba a enfermar por exponerse a la lluvia.
El castaño podía darse cuenta que el tritón parecía muy fascinado y completamente enamorado de Min. Lo cual era expeluznante como jodidamente raro. Entiendanlo, saber que un tritón tan tierno como ingenuo como lo era Jimin no cabía en su cabeza el como el Señor Min había hecho para enamorarlo. Además que Min siempre se había mantenido renuente a cualquier tipo de relación o compromiso. Era fascinante ver aquella unión.
—Realmente estás coladito por el señor Min —Taehyung se sorprendió, ciertamente aún mantenía como una incredulidad ante la relación de ellos dos, pero hasta ahora podía ver cómo los ojos celestes del tritón brillaban solo con mencionar a Yoongi.
—¿Coladito? -Juntó sus cejas. Tae solía usar frases que a veces Jimin no podía entender.
—Si, es decir que estás enamorado de él —explicó Tae en un susurro de forma cuidadosa, como si fuera algún tipo de secreto.
—Oh —la alegría en el tono de Jimin lo sorprendió— Me gusta mucho Yoongi, mucho mucho —sonrió de forma deslumbrante mientras un pequeño sonrojó adornaba sus mejillas con pecas.
—Creo que eso se nota mucho —dijo Taehyung de forma divertida— ¿Sabes lo primero que pasó por mi mente cuando el Señor Min nos presentó a ti? —Jimin negó ladeando su cabeza de forma graciosa mientras sus cabello azul verdoso se movía junto aquel movimiento.
—Pensé: ¿Qué mierda están viendo mis ojos? —Tae sonrió al escuchar la risa del tritón y como su cola se alzaba para dejarla caer y chapotear agua.
—¡Oye! ¡Ya estoy secó! —siseó el metamórfico mirando al culpable que reía.
—¿Por qué te sorprendiste tanto? —cuestionó Jimin muy interesado. Realmente desde que había llegado siempre recibía miradas sorprendidas tanto por el personal de limpieza.
El tritón solo no entendía lo sorprendente que era él. Pero es que también él no había visto antes a Min como se comportaba y como ahora parecía tan atento con él. El cambio que había tenido el vampiro sorprendía a más de uno. Casi todos agradecían al milagro llamado Jimin por romper la coraza de ese testarudo como estoico vampiro.
—No conociste al Señor Yoongi como nosotros. Él simplemente era demasiado...tan borde, temible y nunca podías ver una expresión en su rostro, con el único que parecía mostrar algo era con NamJoon —contó Taehyung recordando cuando él había llegado y se sentía tan asustado por la mirada de Min. Esos gélidos ojos grises eran atractivos pero jodidamente espeluznantes— Pero...cuando te trajo, cuando estabas en su regazo se veía tan accesible como si tú pudieras absorber toda su hostilidad con el mundo —sonrió Taehyung mientras Jimin lo veía de forma sorprendida con su boquita entre abierta.
—¿Está mal que me sienta bien por eso? —Jimin se mordió el labio inferior mientras veía a Tae bajo sus largas pestañas.
—Pero que descarado eres, Minnie —Taehyung picoteó su costilla causando risa en el ser acúatico.
Los dos empezaron con una guerra de cosquillas, pero Taehyung rápidamente se paró porque la cola del tritón no paraba de alzarse y caer en el agua, si seguían así terminaría todo mojado y ya hasta se había cambiado de ropa.
Una presencia y el sonar de unos tacones hizo que el tritón se pudiera de pronto serio y con su cuerpo tenso. Pero solo bastó mirar hacia a un lado para ver la figura de una mujer cada vez más cerca.
—Taehyung, ¿no has visto al Señor kim? —preguntó Yerin acercándose a ellos con varias carpetas en la mano— Llevo rato buscándolo por unos papeles que me pidió.
—Uh no, creo que salió con MinHo por pedido del Señor Min.
—Entiendo —suspiró ella mientras ajustaba sus lentes y los veía con sus ojos marrones penetrantes.
Jimin se incomodó ante la mirada que tenía aquella mujer en ellos. Podía sentir irritación como molestia saliendo de ella, además que su postura recta como altiva lo hacía sentirse como si fuera de un pies de altura.
—¿Se te ofrece algo más, Yerin? —cuestionó Taehyung ante el tenso silencio que se había formado.
—Deberían ir con SeokJin, escuché que los estaba buscando —les dijo finalmente mientras les daba una mirada sin impresionar y sin inmutarse. Se dió vuelta y se fue sin mediar otra palabra más.
—Bien, eso fue intenso —rió de forma nerviosa el castaño queriendo disipar la incomodidad— Además de incómodo —agregó viendo al tritón que se encogía de hombros no muy interesado.
—No me gustó cómo me veía —Jimin hizo una mueca mientras acariciaba las escamas de su iridiscente cola ópalo de forma distraída.
Taehyung aún no se acostumbraba a la visión tan irreal de un tritón en vivo y en directo, pero se le hacía genial poder ver a unas de esas criaturas acuáticas que en tantos cuentos y leyendas había leído.
Pero era realmente triste que solo Jimin quedara con vida. Casi podía sentir una gran rabia al saber que muchos siglos atrás sirenas y tritones eran cazados hasta que se dejaron de ver.
—No te lo tomes personal, ella así mira a todo el mundo. Realmente fue menos "amigable" cuando yo llegué —dijo de forma libre el Omega mientras se volvía a sentar y sumergía sus piernas. Ya estaba seco y por ahora solo remojaba sus piernas en la piscina.
—Yerin es así siempre, demasiado arisca y desconfiada. Casi no se le ve por aquí —prosiguió Tae al tener la atención de su acuático amigo.
—¿En serio? Entonces...¿Ha estado aquí mucho tiempo? ¿Antes que tú llegaras?
—Por lo que me ha contado la cocinera y algunas sirvientas que llevan décadas aquí, me dijeron que NamJoon la rescató de ser asesinada hace tiempo —hizo una mueca el castaño— No se mucho, pero Nam dijo que tuvo una vida muy difícil y se la trajo para ayudarla. A pesar de que el Señor Min no quería, NamJoon no pudo dejarla a su suerte por lo que ella juró lealtad y respeto. Además al ser una mujer vampiro estás suelen ser más reservadas y desconfiadas -terminó de contar.
"Supongo que cada uno tiene su propia historia" pensó Jimin comprendiendo, pensado que había juzgado mal solo por su comportamiento, aunque realmente seguía sin gustarle su mirada.
Todos, al final, tenían su propia historia para ser como eran.
"¿Entonces, cuál era la historia de Yoongi?" Se preguntó Jimin mientras mordisquedaba su labio inferior.
Él se había abierto al vampiro hace unos días, no habían tocado más el tema, el vampiro principalmente. De alguna manera, el tritón sabía que Yoongi no quería presionarlo u hostigarlo con su pasado, parecía preocuparse por él y eso como que calentaba su corazoncito que parecía latir desenfrenado.
Sacudiendo su cabeza de forma casi imperceptible, se dijo que luego hablaría de ello con Yoongi.
Concentrándose en su amigo, Jimin lo vió mirando pensativo la deriva.
—Yerin tiene razón, creo que ya es casi hora para tus lecciones. Te advierto que Jin es muy estricto cuando se trata de estudio, así que vamos —Jimin asintió, comprendiendo que ya no podía seguir en el agua, además que quería aprender a escribir y leer.
—Levántate Sirenito, yup yup —El tritón le dió una mirada con sus ojitos entrecerrados ante la diversión en las palabras de Taehyung.
Alzando su cola muy alto, se quedó viendo al castaño que estaba riéndose de su propio comentario, pero cuando vió lo que iba a hacer pidió perdón entre risas.
—¡No! ¡Espera, Minnie! —antes de que Taehyung pudiera escapar fue demasiado tarde pues Jimin había usado mucha fuerza y el agua lo había alcanzado, mojando gran parte de su espalda, piernas y trasero.
—Te lo mereces por burlón —señaló Jimin cruzado de brazos mientras escuchaba con una sonrisa las quejas de Taehyung sobre tener que volver a cambiarse.
—Debajo de esa carita tierna hay en verdad una pequeña parte vengativa, eh —Refunfuñó Taehyung mientras tomaba una toalla para intentar secarse la espalda y tratar de no sentirse tan incómodo por el agua en toda su espalda y trasero.
—Eso solo fue tu culpa por molestarme con lo de "Sirenito" —el castaño iba a refutar algo, pero cuando se dió vuelta vió todo el cuerpo del tritón desnudo y expuesto. Realmente su amigo tenía una figura envidiable y espectacular, pero no por ello no sorprendió a Taehyung de verlo desnudo como si nada.
Ciertamente antes el cambiaformas había visto que su especie solía ser muy descuidada como desinteresada con mostrar su desnudes, pero estaba seguro que Min Yoongi no estaría feliz de ver a su tritón todo desnudo para los ojos de cualquiera que pasara, a juzgar de cómo se había tornado receloso y posesivo con Jimin.
—¡Minnie! Tápate —chilló Tae mientras le pasaba una toalla blanca y hacia burrito al tritón que lo miraba confundido al ser empatado.
Al final solo quedó la carita del tritón en toda esa toalla gigante que le había pasado el lobito.
—Oh pero mírate, pareces una sardina enlatada —soltó el lobo con una sonrisa enternecida mientras Jimin sentía sus mejillas encenderse. Ese no era un halago muy bonito por parte de su amigo.
—¡Tae! —gruñó Jimin mirándolo de forma no muy linda con sus ojitos celestes.
—Ya, ya, mejor vamos a cambiarnos —apresuró el cambiaformas mientras el ser acúatico rodaba sus ojos dejando pasar solo por esta vez la bendita burla que parecía no dejar de hacer gracia al castaño.
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—Ni loco vuelvo a entrar a la oficina de Yoongi. Me entró un escalofrío cuando esos dos me miraron —entró Jungkook con su rostro pálido a la cocina donde se encontraban Taemin platicando con SeokJin y Jimin con Taehyung estaban sentados en banquillos el castaño parecía estarle explicando algo al más bajo.
Consiguió rápidamente la atención de todos solo con su comentario, mientras posaba sus brazos en los hombros de su pareja. Tae le recibió con una bonita sonrisa mirando hacía arriba para verlo.
—¿Qué pasó? —preguntó el castaño extrañado.
—Yo solo entré porque quería decirles algo, pero me arrepentí de entrar al momento...sentía que en cada minuto que pasaba se iban a empezar a golpear. Casi siento lastima de MinHo que parecía tan incómodo como yo —habló Jungkook negando cruzando sus brazos.
—¿Qué se traen esos dos? Desde hace días están como locos de un lado a otro —gruñó SeokJin poniendo sus manos en sus caderas, su ceño fruncido.
—Ya sabes cómo son —se encogió de hombros JungKook— Pero en el lugar de ustedes calmaría a esos dos, están tan tensos como la mierda —soltó obteniendo una mirada para nada bonita de SeokJin y Jimin.
—Cierto, Taemin —llamó Kooki y al instante obteniendo la atención del nombrado que había estado pensativo-Deberías de ver a tu gatote parecía buscarte cuando salió conmigo de ese matadero de autoestima -el pelirubio le dió una mirada casi divertida.
—Será mejor que no digas eso en frente de MinHo o cortará ese cuerpo con sus garras —se burló el metamórfico mientras se iba para buscar a su pareja, despidiéndose de todos ahí. Podía sentir en su lazo la irritación como molestia saliendo de él.
—¿En serio Yoongi está muy molesto? —preguntó Jimin al vampiro peliazul, una vez que se había ido Taemin.
—Si. Pero no te aconsejo que vayas ahora, está muy ocupado con NamJoon discutiendo algunas cosas. Más tarde puedes hablar con él —dijo JungKook esta vez de forma seria, mirando tanto a seokJin como Jimin que asintieron comprendiendo.
Dejando de lado todo lo que había dicho Jungkook, el castaño se giró para ser atrapado en los brazos de su pareja.
—¿Y bien, siempre me llevarás afuera? Quiero correr en mi forma de lobo, no lo he sacado últimamente y necesito relajarme un poco —pidió Taehyung entre los brazos del Vampiro. Mientras el peliazul asentía recibiendo un beso en su mejilla por premio.
—Oh, ¿puedo ver? Nunca he visto un cambio a lobo en un metamórfico —preguntó Jimin de forma ansiosa, mirando con curiosidad a la pareja. Luego podría hablar con Yoongi y realmente hablar.
—Oh, Clar- —antes que Taehyung terminara de aceptar, la tos de Jin los sacó de su conversación. Los ojos mieles los miraron de forma seria.
—No puedes ir con Taehyung, Jimin. Aún no hemos terminado con la lección, recuerda si quieres aprender a escribir y a leer sin complicaciones no debemos saltarnos ninguna sesión —dijo SeokJin cruzado de brazos.
—Pero...pero —el puchero en los labios de aquel ser hermoso como etéreo fue una vista muy tierna de ver para los presentes.
—¿Pero? —cuestionó SeokJin alzando una ceja, mientras Jimin juntaba sus cejas y apretaba sus labios y asentía.
Taehyung y JungKook casi podían entender la postura del tritón. Si había alguien a quien respetaran de forma tan profunda después de Min Yoongi, era a SeokJin.
Él no humano realmente era de armas tomar, no por nada se había ganado el respeto como lealtad de toda la mansión. Su personalidad podía ser muy relajada, pero su carácter era algo explosivo como maduro cuando se lo proponía. Era como un halcón protector y que tenía siempre un ojo en todo el mundo. Considerado como un padre por todos; su aura tan cálida como protectora era refrescante como jubilosa para cualquiera.
No era de extrañar que NamJoon se había colado de forma tan rápida por aquel ser tan amoroso, paciente como bondadoso.
JungKook y Taehyung reían de forma disimulada al ver al tritón parecer un niño regañado— ¿Y ustedes qué? ¿Seguirán aquí? Digan porque necesito que me hagan un mandado y... —tan pronto como SeokJin empezó a hablar, la risa de la pareja había menguado para irse de forma rápida de la cocina.
—Se fueron más rápido de lo que pensaba —sonrió SeokJin con su tono burlón mientras Jimin reía desde el banquito en el que están sentado.
-—Oh, pero va a llover —se dió cuenta Jimin de aquello muy tarde, pues los chicos se había ido.
—Esperemos se den cuenta antes de que se mojen —suspiró SeokJin mientras le colocaba un libro enfrente a Jimin.
Pero el tritón escondía su sonrisa al pensar en un lobito empapado. Era muy divertido y cómica su imagen mental.
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Los músculos de Min estaban en tensión, su aura era oscura y no tenía un humor agradable. NamJoon apenas se había despedido de él hace más de una hora y Min simplemente no podía dejar de pensar y pensar. Podía sentir las venas marcadas en su cuello como manos, estaban tan alteradas por la rigidez que se había acumulado en cada minuto que había pasado en su oficina.
Toda la situación era un jodido enredo, lo que le había dicho Kim junto con MinHo sabía que no solo era una simple suposición, además que hubieran matado a Song Joong-Ki había sido por algo, tenía información valiosa que ahora estaba perdida al estar muerto. Su cabeza pulsaba en irritación como empeorando el mal humor de Yoongi. Un furor diabólico saliendo en oleadas de él. Podía sentir cada nervio como músculo firmemente apretado, tenso como si fuera un hilo tan estirado que estaba a punto de romperse en cualquier momento. No había humor más maligno que salía de él.
Respirando de forma brusca se intentó tranquilizar mientras con movimientos erráticos como duros intentaba quitar su corbata con sus músculos hinchados como tensos.
...
—Yoongi —una conocida figura con un tono suave en su voz hizo acto de presencia en la oficina en dónde se encontraba Min.
—Jimin —Yoongi le dió una mirada sin impresionar mientras unos conocidos ojitos celestes lo miraban sonrientes. Toda la tensión en el cuerpo de Min, sangró hacia afuera solo con ver a ese bonito chico sonriéndole de forma deslumbrante.
—Toqué la puerta —Se excusó sabiendo que el vampiro le diría algo por no tocar antes de entrar.
—Por supuesto que lo hiciste —dijo Yoongi con su voz teñida en burla, aunque parte de su figura se veía tensa.
Cuando Jimin le sacó la lengua de forma juguetona para después reír, el pelinegro no pudo sentir más que una vívida calidez en se extendió por todo su pecho logrando destensar parte de sus músculos. Joder, este ridículo ser con su cabello de un extraño color era una gran distracción y a la vez irritante. Pero debía admitir que esa pequeña cosita malcriada como irritante le gustaba, más de lo que podía admitir.
En cuanto Min tocó su rodilla y miró fijamente a esos ojos celestes, Jimin no tardó en reducir la distancia. Hubiera sido mortificante cuan rápido se ubicó en el regazo del vampiro si alguno de los dos hubiera dicho algo al respecto. Ninguno dijo nada. Solo fue esa fuerte calidez que rodeaba a Jimin en cuanto esos fuertes brazos lo apresaron en su pecho y se fundió en aquella dura piel. Aspirando de forma casi alarmante el olor de Min. Santos dioses del mar, el tritón quería revolcarse en todo ese delicioso aroma intoxicante. Habían pasado tantos desde la mañana que había estado con su vampiro. Odiaba estar separados tanto tiempo de él. Se sentía tan pegajoso e impregnado a Min, pero ya había aceptado su gran necesidad por Yoongi.
—Te extrañé —suspiró Jimin mientras restregaba su nariz por todo esa mandíbula firme y ese cuello lechoso que poseía Min.
—Estuvimos en la mañana juntos —había una pequeña diversión en las palabras de Min que hizo sonreír a Jimin.
—Pero ya es de tarde, pasó mucho tiempo —puchereó Jimin mientras respiraba en la piel del cuello de Min, paseó sus manos por la espalda y pecho de Yoongi, sintiendo como la tensión se drenaba en ese fuerte cuerpo que poseía el Vampiro.
El menor odiaba ver a Yoongi tan contenido y también tan rígido, solo quería que se sintiera tranquilo siempre. No le gustaba verlo enojado y a juzgar por todas las emociones que sintió saliendo de él en oleadas cuando entró, no había estado particularmente feliz antes de su llegada. Jimin en verdad sería un mentiroso si dijera que no se había sentido tan feliz cuando estuvo en el regazo de Min y sintió esa rabia amenguar en el vampiro.
Por Poseidón, no podían culparlo por sentirse alegre de ser esa persona con la que Yoongi se sintiera mejor.
...
—Tú puedes decirme, sabes —había hablado Jimin cuando estuvo felizmente en su regazo. Parecía estar tan gozoso descansando su cabeza en su hombro mientras lo veía con esos encantadores orbes celestes brillantes que lo miraban con una real fascinación de forma confiada. Dioses, Yoongi no sabía cómo este raro como ingenuo ser podía estar en su regazo de forma tan satisfecha y alegre.
No sabía lo que había producido esa confianza entorno a él. Nunca le dió motivos reales a Jimin para que se sintiera tan cómodo con su presencia. Pero Yoongi... solamente lo había aceptado, lo había dejado entrar en su vida y colarse bajo su piel de forma tan profunda que cuando se había dado cuenta, ya era muy tarde para retroceder. Simplemente Min no podía dejar de ver a Jimin como algo más que suyo, como un tesoro preciado que quería guardar de forma recelosa de todo quién lo viera. Maldita sea, sus pensamientos tan posesivos con este hilarante pequeño ser lo aterraban pero a la vez no podía hacer nada más que aceptarlos, así como había aceptado a Jimin con él.
Porque Jimin pertenecía a dónde Yoongi estuviera. Joder, lo quería de una forma tan espeluznante pero que lo hacía tan jodidamente dichoso por el solo hecho de tenerlo. Realmente nunca pensó que algo lo haría tan jubiloso como el solo hecho de tener a Jimin, de que esté lo necesitara de una forma casi alarmante y como el sentimiento era completamente recíproco.
Nunca podría tener demasiado de él y esperaba que el tritón tuviera eso claro, porque no lo iba a dejar, nunca.
No se podía ver solo otra vez y eso era extraño de una forma que no sabía describir. Porque aquellos sentimientos que hace mucho mantenía solo para sí mismo, se tambalearon y se hicieron confusos en el momento en que ese tritón entró a su vida de una forma casi cómica. Por belcebú, Jimin lo había jodido tanto que Yoongi no podía ver su vida sin este acuático y raro ser.
—Está lloviendo... —dijo en cambio cuándo escuchó el sonido fuerte de la lluvia que chocaba con la ventana. Las cortinas estaban algo corridas para que entrara la suficiente luz.
—Si y me mantuve fuera de la lluvia como me dijiste —presumió el tritón como si fuera un logró personal. Joder, Yoongi quería besar esos labios curvados en una bonita sonrisa, no podía sentir más que adoración puro por este ridículo ser.
—Uhm, que buen pescadito.
—Soy un tritón —gruñó Jimin.
—Claro que lo eres —le dijo Min con una mirada divertida—No me tomas en serio —puchereó el menor.
—Claro que lo hago —Yoongi curvó sus labios hacía arriba de forma ladeada, no era sonrisa, más bien era una expresión burlona—Te voy a demostrar cuando lo hago —el vampiro se inclinó y presionó su nariz contra la sonrosada mejilla del tritón. El contraste caliente en esa zona y la piel fría de Min fue aliviados para ambos. Inhaló profundamente aquel aroma salado como de alguna manera dulce que provenía del tritón, esa escencia única que tenía era embrigante para Yoongi. Sintió a Jimin temblar por su tacto. Con sus venosas manos tocaba con parsimonia esa cintura apresandolo en su agarré. La respiración de ambos se tornó lenta como también anhelante.
No hicieron falta palabras, no las necesitaban cuando su cuerpo como instinto se hacían cargo. Sus labios se estrellaron de forma intoxicante. Joder, ninguno podía pensar en cuanto sus labios chocaron, esa mezcla embrigante que era el solo acto de besar, pero no solo era eso. Ambos deseaban consumir, consumir y consumir. Más, más y más. No podían retenerse a la hora de saquear y absorber todo lo que pudieran. Parecían que se estaban muriendo de sed y les habían dado un vaso de agua, ellos no podían entender como el simple hecho de besarse podía producirles tanta pasión.
Nunca podían besarse lo suficiente. Nunca podían tomar lo suficiente. Ellos solo deseaban más, más y más. Apenas Jimin era consciente de los ruiditos felices que salían de lo profundo de garganta, los pequeños gemidos que satisfacían el ego del vampiro. Sus lengua entrelazandose entre sí como la sensación de puta gloria que ninguno de los dos podía dejar de sentir.
Fue un beso tan hambriento, sangrientamente arrollador como bueno. Cada uno tomando, chupando. Dientes y lenguas por aquí y allá. Fue intenso, fue espeluznante, pero tan bueno, tan y más que bueno.
Ellos finalmente se separaron con un último chasquido cuando la necesidad de tomar aire se hizo mayor. Ambos tenían sus ojos vidriosos y sus labios hinchados ante la acalorada sesión de besos que los dejó en el limbo.
Sabían que ambos lo habían necesitado. Esa sensación de tenerse, de consumirse y de sentir que estaban vivos cuando se besan era lo que habían necesitado ambos en todo el día.
Jimin solo le brindó esa brillante sonrisa con sus pupilas dilatadas y con sus ojos vidriosos. Fue hermosa aquella imagen para el vampiro. Acunó con sus grandes mano esa bonita cara, sintiendo una profunda adoración por este ser. Mierda, esperaba que su cara no mostrara el cariño que estaba sintiendo pero a juzgar por esos ojitos vidriosos como enamorados que le daba el tritón quizás su rostro lo había traicionado.
—Joder ¿Qué me hicistes? —susurró Yoongi cuando juntó las frente de ambos y cerró sus ojos de forma breve para después mirar esos bonitos ojos celestes que le producían nada más que una gran calidez en su pecho.
—Me dijeron que soy muy encantador —dijo Jimin con una sonrisa astuta bailando en sus labios hinchados.
—¿Así? ¿Y quién? —preguntó Yoongi aparentando desinterés.
—Alguien —sonrió el tritón, riendo cuando Yoongi le dió una mirada sin impresionar.
—¿Por qué estabas enojado? —preguntó Jimin de pronto jugando con los botones de la camisa blanca que portaba el vampiro.
—No entenderías —le había dicho Yoongi. Podía sentir la nariz de Jimin frotándose en su garganta de forma ansiosa, casi podía jurar que si no supiera que fuera un bendito tritón, creería que es algún felino que parecía estar hambriento de contacto— Hay cosas que es mejor no saber, Jimin.
—Puedo entender Yoongi —los ojitos celestes le miraron de forma seria— puedo ser un tritón, pero puedo comprender. Yo no soy tonto, solo explícame...quiero ayudarte pero siempre dices que no voy a entender. Puedo no saber muchas cosas porque nadie a querido explicarme más con detalle todo, pero puedo pensar y razonar, no soy solo un inútil tritón que no sabe nada...no me veas así —El arco de aquellos labios se había bajado y la mirada baja de Jimin le dejaron un amargo sabor en la boca al vampiro de cabello azabache.
No. Yoongi no quería ver a su tritón molesto. Su interior se retorcía de una forma que nunca había imaginado. No deseaba ver esa expresión amarga en su rostro. Quería... quería arreglarlo.
Jimin tenía razón, era un ser pensante y completamente razonable. Podía ser un tritón y no saber mucho sobre la superficie pero eso no quería decir que fuera tonto. Se lo había demostrado varias veces a Yoongi, pero aún así Min no podía dejar de ver a ese bonito ser en su regazo como un pequeño ser ingenuo como inocente.
Tal vez eso era lo que necesitaban. Pero era realmente extraño el abrirse a alguien, tener que hablar de cosas del pasado que no tenían más que una amarga como grotesca sensación en el vampiro.
Pero Yoongi sabía que era escencial, si quería mantener una relación con Jimin debía haber confianza como transparencia, era lo que implicaba mantener a ese ser acúatico a su lado. Min sabía que Jimin tenía una gran curiosidad en todo lo que se tratara de él. Ansiaba siempre saber más y más de Yoongi, como si nunca se cansara de descubrir algo nuevo en él, si no como si fuera completamente necesario y solo era un estímulo en su naturaleza curiosa el solo hecho de poder entender y saber más de Min.
—Está bien, pero no aquí —Yoongi dejó que el tritón se agarrara fuertemente a él como si fuera una especie de pulpo. Pero la definición más acertada en Jimin sería una sanguijuela, a juzgar por todos esos chupones que estaba haciendo el chicos a lo largo de su mandíbula y cuello.
Últimamente Jimin parecía siempre querer marcarlo en cada oportunidad que se le presentara.
Llegando su habitación que se había vuelto de ambos, Yoongi dejó a Jimin ahorcajadas en él. El menor parecía casi desorientado al estar hurgando en el pecho como clavículas de Min, parecía un gatito frotándose en la hierba.
Jimin no lo presionó, demasiado absorto en sentir las grandes manos de Yoongi en su cabello, realmente Min no podía parar de tocar toda esa cabellera azul verdosa, sus dedos siempre parecían moverse hacía el cabello de Jimin. La sedosidad cómo esos mechones lo llamaban para tocar y tocar.
Tomando aire, se dijo a si mismo que solo lo diría una vez. Realmente nunca le había dicho a nadie lo que había pasado. Quizás... Decirlo no haría algún mal.
—Hace mucho tiempo atrás, Min Seung se casó con una mujer vampiro llamada YeJin. Ambos se convirtieron en la cabeza del gran Clan Min —empezó Yoongi soltando un suspiro mientras Jimin se mantenía quieto en su lugar alzando su mirada para ver a su vampiro que tenía su mandíbula apretada—Tiempo después Min YeJin se embarazó, pero era muy riesgoso al ser una mujer débil. Aún así el embarazo fue un éxito y nací, pero por ello mi madre cayó en una enfermedad o eso dijeron los doctores. Al parecer a pesar de ser un bebé tenía un gran dote de poder y por ello tomé gran parte de la energía de mi madre. Por eso mismo me llevó con algún brujo para sellar parte de mi poder y usarlo en mi contra cuando fuera más grande-hizo una mueca, recordando lo que le había dicho Hoseok-A Seung nunca le importó una mierda mi madre. A él le disgustaba que fuera tan débil, tampoco vió nunca por mí, excepto cuando me presentaba en sus reuniones.
—Querías mucho a tu madre —susurró Jimin mirándolo con aquellos ojos celestes.
En la mirada de Jimin no había compasión, tampoco alguna clase de lástima. Más bien podía ver comprensión y una absoluta ternura que implantó una gran paz tanto en la mente como el cuerpo de Min.
Yoongi había pensado que se sentiría jodidamente incómodo si le contaba a alguien su pasado. Pero no, era más bien un sentimiento de vulnerabilidad...se sentía expuesto ante esos ojos celestes.
—Si...ella fue mi razón —suspiró Yoongi recordando a esa mujer que a pesar de estar enferma, nunca pudo ver tanta firmeza como seguridad en un cuerpo tan delicado.
"—¡Mamá! Hoy respondí todo correctamente en la clase del señor Lee —un pequeño niño había entrado en la gran alcoba dónde una mujer de largo cabello castaño y de ojos plateados descansaba sentada en la gran cama.
—¿En serio? ¿Y qué más hizo este pequeño hombrecito? —la dulzura en sus palabras y el tacto qué delicado que tenía en la mejilla de su hijo que se había sentado al lado de ella.
—No soy tan pequeño mamá, tengo 50 años —gruñó— ¿De qué hablas Yoongi? Aún eres un niño, mi niño.
—Papá dice que ya soy grande, que pronto lo acompañaré y seré muy fuerte —murmuró él mirando a su progenitora que tenía una mueca.
—Escúchame cariño, tú no tienes que ser lo que diga tu padre. Yoongi, tú eres mi hijo y puedes hacer lo que quieras, aún eres un niño déjale las responsabilidades a los grandes -le dijo con tanta dulzura en su voz que el pequeño se quedó embelesado por la belleza natural de su madre. Ella olía a jazmín, siempre era tan hermosa. No entendía porqué todos decían que estaba enferma, Yoongi nunca había visto a una mujer tan perfecta como su madre.
Ese momento hubiera sido perfecto, si tan solo las puertas no se hubieran abierto y una figura masculina e imponente no hubiera entrado.
—Otra vez andas diciéndole cosas a mi hijo —la voz de Min Seung sonó mordaz y con un tono duro que hizo que Yoongi mirara asustado a su madre.
—También es mi hijo —Había dicho YeJin con su voz aterciopelada pero no por ello menos firme.
—Vamos Yoongi, tú madre debe descansar —El niño miró a su padre de forma triste, él no quería despedirse de ella. Su padre casi nunca lo dejaba verla.
—Ve, Yoongi. Aquí estaré, no me iré a ninguna parte —con aquella promesa de su progenitora el asintió, dejando que su padre lo tomara de forma brusca del brazo y lo alejará de ahí. En sus pequeños ojos de un niño grabando la sonrisa sincera de su madre y como aquellos ojos de color plata lo veían con tanto amor."
—¿Qué pasó después? —preguntó el tritón mirando a esos ojos platas que se habían tornado melancólicos, sabía que estaba recordando algo. Podía sentir tristeza acompañada de; melancolía, afecto y culpa.
No le gustaba ver a su vampiro así, de esa forma, pero podía entender que se estaba desahogando de todo lo que había pasado. Podía entender su dolor y el rumbo que estaba tomando.
—Fueron asesinados —soltó Yoongi con sus ojos tornandose oscuros— Un día estaba con mi madre, me había colado a su habitación y había faltado a unas clases privadas que solían darme. Un grupo de asesinos entraron a la mansión, pude escuchar los gritos de todo el personal. Mi madre...ella me ayudó a esconder detrás de un escritorio que estaba pegado a una pared que tenía un hoyo. Ellos eran demasiados...mi padre no pudo hacer nada porque fue una emboscada que les tendieron. Mi madre me protegió con su vida y yo no pude hacer nada más que quedarme escondido escuchando sus gritos —los ojos de Yoongi estaban endurecidos, su mirada parecía tan lejana y vacía, como si se hubiera transportada a esa época dónde aún podía escuchar los gritos de su madre como de todos los que habían matado en la mansión. Recordando el cuerpo sin vida de sus madres y de todos, siendo un niño en edad vampiro, solo en una mansión llena de sangre hasta que vinieron por él. Él había sido el único sobreviviente, había sido un inútil que no pudo hacer nada y sobrevivir a cuestas de tantas vidas...y la más dolorosa, que era la de su madre—Al ser el único heredero quedé a cargo del clan Kim. Mi tía Shinhye que era hermana de mi madre me acogió como un hijo —inspiró de forma abrupta—Por eso NamJoon y yo somos tan cercanos, nos criamos juntos a una edad temprana. Yo aún en ese tiempo no podía asimilar todo, solo deseaba volverme más fuerte para encontrar a los hijos de puta que habían asesinado a mi madre.
—Yoongi... —la visión de aquellos ojitos celestes mirándolo de una forma que hizo que el corazón de Yoongi se apretara de una forma vertiginosa. Ni siquiera pudo darse cuenta como aquellos brazos lo apresaban en un fuerte abrazo y varias perlas estaban en su regazo.
Min no podía entender porqué Jimin lloraba, no podía comprender porqué él estaba tan triste. Pero Jimin podía sentir cada emoción, cada sentimiento que salía en oleadas de Min. Aquella muralla había sido derribada, podía sentir cada emoción que Yoongi le estaba transmitiendo. Era doloroso como casi Jimin podía ver a un Yoongi niño siendo arrebatado de lo que una vez tuvo.
Jimin no sentía lastima ni mucho menos compasión. Era un sentimiento mayor, uno de una compresión que había sido dejado en su interior. Yoongi no era él único que había sido arrebatado de lo que una vez había tenido. Ambos podían sentir como sus historias eran tan diferentes y a la vez tan parecidas. Fue doloroso, fue espeluznante pero a la vez tranquilizador de una forma que no se podía explicar.
—¿Por qué lloras? —había preguntado Yoongi en un murmullo que había sido tan bajo como suave.
—Tú no estás llorando, pero sé que duele— Jimin le brindó una mirada de comprensión que caló en lo profundo de Min-Tú sufrimiento también es el mío, Yoongi. Puedo sentirlo... así que lloraré por ti, porque me tienes a mí —esas palabras fueron todo lo que Yoongi había necesitado escuchar y no lo había descubierto hasta ahora.
Fue aliviador, fue inexplicable la calidez y esa sensación tranquilizante que se asentó en su ser. Infiernos, Yoongi no sabía lo que había hecho para merecer a este ser tan bondadoso en su regazo y quizás nunca lo sabría. Pero lo único que estaba seguro, era que nunca lo dejaría. Mataría a cualquiera que osara separarlo de su lado.
Fue lo que necesitó para continuar, para dejarse llevar por esa bonita sensación que Jimin le estaba otorgando con sus palabras llenas de sinceridad.
La realidad, es que era sorprendente lo bien que se sentía compartir el peso de su pasado, dejar de guardarse todo aquello y por fin soltarlo. Siempre pensó que se sentiría peor el solo contárselo a alguien. La realidad es que no era así, sentía que había pasado hace tanto tiempo y es que así era.
—Después de eso Kim Shinhye se convirtió en la figura femenina en la que me apoyé. Fue a lo único que me pude anclar para no dejarme llevar por todo lo que había vivido...
"—Vamos Yoongi, no puedes seguir forzandote así —había dicho ella con su voz que tenía un toque cariñoso.
Shinhye se parecía a YeJin por sus cabellos castaños y su contestara físicamente similar, pero habían sido tan diferentes; mientras su hermana había sido una mujer delicada pero con un tono seguro en su voz, Shinhye había sido una mujer vampiro tenaz como altanera en su postura mientras que su voz era más burlona como cariñosa.
—Tengo que hacerme más fuerte, quiero serlo —había dicho el vampiro adolescente con su rostro inexpresivo como se había vuelto al pasar los años.
—Lo serás, pero no descansado y poniendo al límite los poderes que apenas acabas de despertar —había un tono de reproche en su voz pero también amoroso- Eres listo querido, estoy seguro que más listo que todos esos vampiros con cara de culos que están en el consejo —ella se rió de su propio insulto a esos arrogantes— Serás mejor que todos ellos, lo sé.
—Por eso debo prepararme mejor...—insistió— tomaré venganza de todos los que se involucraron en la muerte de mamá...—murmuró pensando que su tía no lo escucharía, pero la mujer era muy perpicaz.
—Mi hermana te amó Yoongi, ella dió su vida por ti, no sigas culpandote por ello —suspiró— Hay cosas que no podemos cambiar, pero hay algo que sí y eso es en la persona en la que desees convertirte. Eres fuerte, usa esa fuerza sabiamente en un futuro.
Dejando un apretón en el hombro de su sobrino le sonrió para darse la vuelta e irse, mientras el adolescente pensaba con mayor atención las palabras de su tía para después seguirla"
—Tía Shinhye y Kim Hyung-jong murieron cuándo cumplí 100 años. Estaban viniendo de un viaje que habían tenido y fueron emboscados y asesinados cerca de un bosque misteriosamente... —Yoongi y NamJoon se habían sentido tan impotentes ante aquel asesinado de forma despiadada. Que Min hubiera comparado aquella tragedia como la que había vivido hace años no había sido lo mejor.
Los primos se volvieron duros e implacables después de tanto. Tomaron sus correspondientes lugares unos años después.
Gracias a aquellas tragedias, su personalidad se había forjado, volviéndose más tosca; Se había vuelto un vampiro tan poderoso que lograba aterrar a cualquiera con sus penetrantes ojos de color plata. La frialdad siendo su rasgo más característico; su sensatez, su dominio siendo letal y su postura impenetrable fue desgarradora para cualquiera que se interpusiera en su camino. No había nadie que no fuera intimidado por él. Su poder imperioso como absoluto fue ejercido en el momento en que subió al mando. Podía reducir a cualquiera a un ser tan inferior como una minúscula bacteria. Era el vampiro más temible como sanguinario y nadie tenía dudas de ello.
Se había prometido no volver a caer en sus emociones, aquellas que tantas veces había suprimido. No volvería a pasar por otra tragedia una tercera vez y que el no pudiera hacer algo de nueva cuenta.
—Dije tantas veces que nunca me volvería a encariñar con nadie...pero cierto tritón no me dejó completar aquella tarea —dijo de forma amarga, como si las palabras fueran físicamente difíciles de decir pero a la vez que sabía que eran correctas.
Jimin lo miró por unos segundos. Yoongi no sabía si habían sido los segundos más largos de su vida, pero se sintieron eternos. Al parecer su mirada tenía impreso algo, porque uno milisegundos después tuvo aquellos labios esponjosos como suave tocanso los suyos. Jimin le dió un beso tan dulce, fue más allá de los que se habían dado hasta ahora. No fue hambriento, no fue codicioso. Fue un toque a su corazón, fue un murmullo de sinceridad como de un inexplicable sentimiento. Fue todo lo que había necesitado y más. Los recuerdos que habían estado invadiendo su mente, se iban lentamente... No le dejó un sabor amargo como cuando solía recordar, en realidad la dulzura de los besos de Jimin se llevó toda la amargura.
El gesto era todo lo que valía, las palabras pudieron haber sido Miles, pero Jimin decidió demostrarle cuánto lo comprendía, cuánto lo sentía con aquel beso que calló cada palabra que iba a decir Min a continuación.
—No estás solo Yoongi, me tienes a mi —sonrió Jimin, sus ojos celestes vidriosos como su mirada llena de dulzura.
—Si... —Yoongi no sabía que mirada tenía, pero esperaba ni fuera una llena de tanto sentimiento como lo que sentía ahora.
—Pero no solo a mí, tienes a NamJoon, tienes a Jin, Tae y Jungkook. No estás solo y nunca volverás a estarlo —murmuró Jimin como si fuera algún secreto— Siempre estaré para ti, me tienes...
—Tú también me tienes —murmuró Yoongi devuelta mientras besaba la comisura de los labios de Jimin con besos suaves. Ambos apoyaron sus frentes, mientras el menor rozaba sus labios con los de Min.
—¿En serio? —susurró Jimin sobre los labios de Min, sintiendo como sus labios se rozaban al estirarlos al hablar.
Era como si tenían hablar de forma alta, dejando que el sentimiento los envolviera por ese día. Yoongi se permitió dejar salir sus emociones como un río en primavera. Dejar que Jimin pudiera sentir cada sentimiento salir de él.
—Si...me tienes, Jimin —por alguna razón, el tritón creían que esa era la mejor muestra de amor, de afecto y pertenencia que Yoongi le podría dar, por ahora. Y fue suficiente para su corazón acelerado, más que suficiente.
Sus ojos diciendo más de lo que podían. Gris besuqueandose con celeste, mientras dejaban que sus respiraciones de acercaran cada vez más. Dejando que sus labios se envolvieran de nuevo, se reencontraron danzando en un sin fin de besos. Se besaron por un rato, así, sintiendo todo.
Sus besos ligeros como livianos, escalaron. Revivieron el fuego que había en ambos, como un volcán que había estado apagado por un tiempo y que de hubiera asido encendido. El menor se estremeció, de pronto todo el fuego viajando al sur. Ansiando de pronto sentir a Yoongi en todos los lugares de su cuerpo; dejarse fundir en su piel, respirar en él, dejando que tomara su cuerpo una y otra vez, dejándose absorber y dejando que lo absorbieran.
—Yoongi...por favor —los ojitos de Jimin se volvieron vidriosos. Por favor, te quiero, ámame ésta noche y las demás. Quiero sentirte, debo sentirte...solo por favor.
Min exhaló de forma inestable en la sonrojada mejilla del tritón. Solo se apartó un poco, se miraron a los ojos, sus pupilas estando tan dilatadas como la de Jimin. Ambos sentían esa necesidad como ese fuego revivido en ambos.
No era necesario tantas palabras, solo la forma en que se miraban, se deseaban...en esos sentimientos de afecto, posesividad y pertenencia.
—Jimin... —juró para besarlo. Ambos se fundieron en esa nueva necesidad que escaló en ellos. Un beso largo, profundo, húmedo y más.
Jimin suspiró de felicidad, inhalando el olor embrigante de su Vampiro. Dejándose llevar por esa corriente que los recorría. Yoongi lo atrajó hacía él y el menor cayó de espaldas en la cama. Min se posicionó arriba de él y una nueva ronda de besos desenfrenados como intoxicantes empezó.
Ellos no hablaron, dejaron que sus acciones hablaran por ellos. Se propusieron a dejarse llevar y fundirse en uno. Y la niebla del placer volvió y todo lo demás desapareció para ellos dos.
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—El señor Min salió con NamJoon y Kookie —avisó Taehyung entrando al lugar que Yoongi había hecho especialmente para Jimin.
El tritón que estaba nadando bajo el agua, se apoyó en el borde para mirar a su amigo hacía abajo mientras esté subía las escaleras para estar a su lado.
—¿Se fueron? —puchereó Jimin mientras su cola iridiscente se movía inquieta.
—Si, igual a veces ellos a veces suelen irse juntos —se encogió de hombros- pero MinHo y Taemin se quedaron, así que no creo que sea algo malo. Cuando suele ser una emergencia suelen llevarse a MinHo, pero no es el caso.
—Entiendo.
—Cierto, Jin dijo que hoy no habrá sesión de lectura y escritura por lo que puedes seguir nadando —Jimin aplaudió ante ello— dijo que también que un poco de descanso estaba bien.
—Que bien, Jin suele ser muy serio cuando estamos estudiando —Taehyung entendió al tritón.
—Igual así era conmigo y Kookie, incluso peor, porque a veces nos escondíamos de él —sonrió Tae recordando— Por cierto, no te recomiendo esconderte, Jin siempre nos encontraba y nos dejaba sin postres.
Jimin se rió ante la expresión de negación de Tae. Al parecer el lobito encontraba indignante no tener postre. Bueno, el tritón no lo podía culpar, realmente eran ricos los pastelitos que hacía SeokJin.
—¿Quieres nadar conmigo? —preguntó Jimin de pronto, mordiendo su labio inferior, mirando a su amigo debajo de sus pestañas.
Nunca había mandado con Taehyung ahí, solo con Yoongi, no había tenido oportunidad de nadar con Tae ahí realmente.
—¿En serio? —la expresión de asombro y el rostro iluminado del omega en una bonita sonrisa hizo que Jimin le regresará el gesto.
—Si —asintió el ser acúatico— Yoongi no está y me siento solito y me gusta nadar contigo —expresó de forma sincera.
—Entonces solo me usas de reemplazo del señor Min —pucheró Taehyung mirándolo con los ojos entrecerrados mientras Jimin negaba rápidamente con su expresión de susto al pensar que el lobito podía tomarlo de mala forma.
—No, en serio me gusta nadar contigo —dijo Jimin mordiendo su labio.
—Ya, es juego. Igual me gusta jugar contigo —dió un golpecito en aquella nariz húmeda del tritón. Ganándose una sonrisa del ser acúatico.
—Me iré a cambiar, ahora vuelvo —dijo Taehyung mientras bajaba las escaleras de forma presurosa.
El tritón, dejándose caer sobre su espalda empezó a nadar por ahí, mirando con cariño la decoración que había ahí. Le gustó mucho como todo estaba decorado y a veces le gustaba echarse una siesta en esa suave arena. Claro, Yoongi lo había regaño por dormirse sin más y preocuparlo cuando no lo encontraba. Pero un aleteó de sus pestañas acompañado de su expresión de cachorrito bastaba para que el vampiro dejara el tema.
Jimin se preguntó dónde estaría ahora su vampiro. Esperaba que llegara temprano, no le gustaba estar separado de él mucho tiempo. Solo quería estar cerca de Yoongi siempre, tenerlo a su lado y de preferencia en su regazo o en la cama de ambos. Mordiendo su labio inferior, se dijo que debía dejar de llevar el rumbo de sus pensamientos a algo más.
Yoongi no estaba cerca para calmar su calentura.
Negando para sí mismo se dió cuenta de algo, no había escuchado el sonido de la puerta al cerrarse, ni los pasos de Taehyung dejar la escalera.
Mirando confundido dejó la arena donde se había sentado por un instante para ir a ver. Pero cuando sintió una especie de escalofrío y ruidos extraños, quizás no fue la mejor decisión. Una red de metal pesado fue hacia él, capturandolo y lastimandolo.
Asustado y muy desesperado intentó quitarse aquella red, pero sabía que era inútil. Ya no había escapatoria para él.
Mirando hacía arriba se encontró con la sonrisa arrogante de Yerin y de un hombre a su lado, ambos parados en las escaleras.
—El pecesitos cayó en la carnada —se burló la mujer vampiro sin poder evitarlo.
—¡¿Yerin?! ¡¿Por qué?! —la pelinegra hizo una mueca ante los gritos de Jimin— Pero..¿no le eras leal a NamJoon?
—Nunca le fui leal a él ni a nadie aquí —la voz de la pelinegra estaba cargado en desdén— Mi lealtad pertenece a Choi Siwon, a nadie más.
—No...—Jimin miró con terror a sus capturadores— ¡¿Y Tae?! —preguntó mirando rededor con pánico. La sonrisa de la mujer no ayudó en nada, no era una bonita sonrisa, era arrogante y cínica.
—Lo dejé dormir un rato, al parecer el piso es indicado para una siesta -sonrió de lado mientras señalaba al castaño inconsciente y atado a un pilar.
Al menos no le había hecho daño. Fue lo único que pudo pensar el tritón mientras se tensaba. Las emociones que persuadia de Yerin eran de irritación como de diversión. Pero la del hombre a su lado eran oscuras, completamente negativas que reducían a Jimin a regañadientes.
—Oh, ¿No te no te presenté a JaeBum? Que mal modales los míos —Yerin le dedicó una mirada que lo hizo tensarse—En fin, este es JaeBum y parece que tiene mucho que decirte.
Ella los miró con aburrimiento mientras le decía algo al alto como musculoso rubio que gruñía y le lanzaba mortales miradas. Después de eso bajó las escaleras y Jimin la perdió de vista, estaba demasiado asustado para decir algo más. Aquellos ojos amarillos mostraban crueldad.
—Por fin puedo encontrarme de frente contra la bestia que mató a mi madre —gruñó JaeBum mientras Jimin le miraba en completo shock.
—Tú...no, no puede ser...
—Claro que puede ser, soy el hijo de la mujer que mataste hace más de treinta años —gruñó el cambiaformas Pantera.
—¡Yo no la maté! No sé quién te dijo esa mentira —gritó Jimin mortificado. Él no podía creer que aquel bebé que su amiga hace mucho le presentó fuera este hombre de aspecto cruel como cínico.
A Hyuna le habría destrozado ver en qué se había convertido su hijo. En un hombre cruel, que había capturado al tritón que su amiga había dado la vida por haberlo liberado.
—¡Claro que tú lo hiciste! La criatura de larga cola que estaba resentida porque mi padre la había capturado y tomaste a mi madre de rehén para después matarla cuando estuviste en libertad —le dijo de forma irónica contando lo que con tanto ahínco Park Jin-young le había dicho desde que era un niño.
—¡Esa es una mentira! ¡Jin-young te lavó el cerebro, yo nunca podría haberle hecho eso a Hyuna!
—No digas su nombre, maldita bestia z-el gruñido amenazador en la voz de JaeBum debió haberlo encogido y de hecho lo hizo, pero no por ello dejaría que él pensara que había hecho un acto tan atroz.
—Ella fu comprada por el hombre que dices que es tu padre -comenzó Jimin con su voz seria y sus ojos oscuros- nunca pudo ser feliz al lado del hombre que la compro y la utilizó...
—¡¿Cómo sabes eso?! ¡¿Acaso piensas que puedes engañarme?!
—Lo sé, porque él también me tenía cautivo junto con Hyuna. Yo veía siempre como la trataba, su horrible forma de humillarla y doblegarla. Tú no sabes nada...y aún así estás aquí, porque él supo manipularte.
—¡No es cierto!
—Ella solo fue feliz cuando tuvo a su bebé...a ti. Yo no la maté, fue tu maldito padre quién lo hizo ¡Él le arrebató la vida!
"—¡Hyuna!—-saludaba alegremente Jimin mientras su cola intentaba moverse en ese contenedor en el que era recluso, al ver llegar a la mujer con su comida.
—Lo siento, hoy solo me dieron unas cuantas mojarras, no pude conseguirte algo más —suspiró la pelinegra, mientras se paraba en una silla para poder llegar hasta la cima de aquel gran contenedor de vidrio polarizado. El tritón le sonrió mientras recibía los pescados de tamaño pecho y los devoraba.
—¿Por qué tienes morado tu ojo? ¿Lo volvió a hacer verdad? —susurró Jimin con miedo.
—Lo hice enojar... fue mi culpa —murmuró ella mientras le daba una pequeña mueca al tritón.
—Él es el malo, te golpea cuando está borracho y sin razón alguna. ¡Cuando salga de aquí lo morderé con mis dientes y le destrozaré el cuerpo con mis garras! —gruñó Jimin, mientras formulaba su plan en su cabecita de ser acuático y le mostraba sus garras a su amiga como prueba.
—Ugh, Jiminnie te va a dar indigestión si te lo comes —susurró la pelinegra con una mirada casi divertida ante las palabras de su amigo acuático.
—Solo lo morderé ¡Su carne debe saber fea! Podrida debe de estar —rezongó mientras se movía en aquel angosto lugar en el que era recluso. Lastimosamente tenía que tener cuidado por el collar pesado en su cuello.
—Prometo sacarte de aquí, Jimin. Lo haré —habló de pronto Hyuna con sus ojos amatistas centelleando en seguridad. Pero podía sentir sus emociones de miedo e intranquilidad.
Jimin realmente no se tomó muy en serio sus palabras. Después de ser capturado por segunda vez, la esperanza se había filtrado fuera de su cuerpo de tritón.
(...)
—Estoy embarazada —había dicho la pelinegra de pronto en una fría tarde, había traído comida para Jimin. Quién ahora la miraba sin comprender.
—¿Embarazada? —Cuestionó, sentía que se acordaba de esa frase, quizás hace mucho la había escuchado, pero ahora con sus días reclusos no podía pensar en algo más que su deseo ferviente de huir.
—Tendré un bebé —Hyuna le sonrió de forma dulce mientras escuchaba la exclamación del ser acúatico y como este se apoyaba con asombro en el duro vidrio que los separaba. Su collar había dolido un poco pero había valido la pena cuando pudo ver mejor el ondulado y apenas perceptible vientre.
—Pero...es de él —había balbuceado el tritón.
—Lo sé, pero ¿Sabes? Cuando me enteré tenía demasiado miedo pero... Me siento feliz. ¿Es egoísta querer a este hijo a pesar de saber las circunstancias en dónde lo traeré al mundo? —la voz de Hyuna tembló. Pasaba su mano casi con vívida fascinación por su vientre, pero sus manos temblorosas y las ondas de tristeza, alegría, enojo e inquietud salían en oleadas de ella.
—Lo quieres —Jimin quería estar sorprendido, pero la verdad que no lo estaba— Quieres a ese hijo...yo-se relamió los labios el tritón mirando aquellos ojos amatistas— Recuerdo que mi padre una vez me dijo que si algo me producía mucha felicidad no importaba nada más, solo debía tomarlo y luchar por ello.
Quizás no podía darle una respuesta a las dudas de Hyuna, pero el mensaje era claro o al menos para la pelinegra; a veces está bien ser un poco egoísta, a veces solo debemos tomar y luchar por ello con todas nuestras fuerzas.
(...)
—Hyuna... ¿Por qué no escapas? —había preguntado de pronto.
—Lo intenté una vez hace unos años, me descubrió y me encerró durante semanas mientras me daba solo una comida y un poco de agua al día —había suspirando mientras veía a su bebé en su regazo-Me ató a él en el momento que me compró, ahora no puedo escapar. Soy suya y ahora tengo un hijo de él, sabe que nunca haría algo para poner en peligro la vida de mi bebé...este es mi destino Jimin, no puedo hacer nada.
—¿Te arrepientes de haberlo tenido? —había preguntado Jimin, mirando curioso al pequeño ser humano. Sus manos estaban apoyadas en el frío vidrio que lo tenía cautivo y sus ojos celestes la miraban con curiosidad.
—Nunca podría arrepentirme de tenerlo, es la único que me produce felicidad, Jimin. Lo veo y no puedo evitar sonreír, es mi razón —sonrió cuando su bebé rió producto de las muecas graciosas que hacía la mujer.
—Es bonito, como tú —Hyuna sonrió ante el comentario del ser acúatico.
—Gracias, tú igual eres muy bonito —Jimin sonrió mientras su cola iridiscente se movía de forma llamativa"
—Yo no maté a Hyuna, ella fue una amiga para mí —dijo Jimin con sus ojitos celestes vidriosos, unas pequeñas perlas se hundían dejando su rostro, al haber recordado lo que había pasado junto a su amiga— ¡Tú padre lo hizo! Ese desgraciado la mató con una ballesta-gruñó el tritón con rencor y un profundo resentimiento en su voz.
—¡Mentiroso! —gritó JaeBum mientras negaba de forma frenética con su cabeza.
—¡Es la verdad! ¡Él la mató! —contradijo Jimin mientras una rabia profunda lo embargaba, sus ojos celestes se tornaron de pronto muy profundos y oscuros.
—¡Si hubiera sido eso, mi madre hubiera podido escapar! Estoy seguro de que hubiera tenido muchas oportunidades si es como tú dices —habló con su tono mordaz mientras seguía negando cada palabra del tritón.
—¡Lo hizo! pero Jin-young siempre la encontraba...
—¡Mientes! —gritó el cambiaformas panteras mostrando sus colmillos y sus ojos amarillos.
— ¡No! —gritó de igual forma Jimin— No tengo porqué mentirte, no gano nada, de todas maneras piensas matarme.
JaeBum pareció entrar en razón porque sus colmillos se redujeron pero sus ojos seguían de un amarillo tan a la defensiva como peligroso. La tensión de sus músculos, la rigidez de su mandíbula firmemente apretada y esa fuerza contenida estaba asustando a Jimin. Su filosa mirada recaía de forma tan pesada en el ser acúatico que estaba en una red de metal pesado.
—Es imposible que la hubiera descubierto en cada ocasión, si piensas que creeré tu mierda, estás equivocado maldito pescado parlante.
—Ella tenía una maldición...—susurró Jimin con sus ojos ahora más despejados, dejando la vista sus brillantes orbes celestes— Cuando Park Jin-young la compró contrató a una maldita bruja para que hiciera un contrato en Hyuna. La bruja en vez de darles un hechizo lanzó una maldición en ella. Nunca podría alejarse de Park, nunca sería feliz y las desgracias la acompañarían por siempre en el camino si llegara a estar lejos de él...
Jimin podría recordar cuando Hyuna le contó sobre aquello, pensó que lo había olvidado, pero al recordar cada vez más y más su pasado, su mente lo llevó al momento en que su amiga le había contado aquello.
Por eso mismo Jimin había desistido en insistirle a ella que escaparan juntos. Y también porque la pelinegra había aceptado su cruel destino...pero la verdadera razón por la que Hyuna no quería irse era por su bebé, principalmente por él. Por aquel ser que había dado a luz aún con las horribles negativas de Jin-young y de haber querido que abortara. Ella había luchado tanto por esa indefensa vida que ahora había sido corrompida y contaminada por aquel despreciable hombre que la había matado.
Porque JaeBum estaba fuertemente influenciado por Park. No había más, su juicio había sido nublado desde que fue contaminado con la idea de que un tritón salvaje había matado a su indefensa madre. Su mente y cuerpo era tan fiel a ese perverso hombre que supo manipularlo y tenerlo en la palma de su mano.
—¡¿Es una jodida broma?! ¿Acaso te crees que te voy a creer algo así?! —JaeBum parecía tan alterado, sus colmillos volvieron a salir mientras se acercaba amenazante al tritón que tenía una mirada llena de miedo y a la vez seguro de sus palabras.
—No tenemos tiempo para esto —gruñó la vampira tomando las riendas de la situación. Mientras empezaba a acercarse, logrando parar a JaeBum de lanzarse a matar al tritón.
—Yerin —amenazó el hombre.
—Si nos encuentran no podrás matarlo, trae al puto Tritón y después matas a tu padre por lo que hizo o la mierda que quieras hacer. No tenemos tiempo —le dijo de forma ruda y completamente fría.
Un rugido penetró en todo el terreno. Minho se había dado cuenta y estaba alertando a los otros cambiaformas para matar a los intrusos como todo aquel que no conocieran. Era un rugido de furia total y de muerte segura, uno que hizo temblar y vibrar cada pared.
—¡Trae al puto pez de una vez! —JaeBum lo sacó del agua envuelto en aquella cruel red de metal que lastimana el cuerpo del ser acúatico, mientras Jimin luchaba con sus pocas fuerzas.
Jimin no pudo decir nada más, porque todo se volvió negro y oscuro. La densa oscuridad lo recibió, mientras veía a sus raptores sonriendo ampliamente al haberlo noqueado.
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Descubrí la cuenta que hace estás bonitas animaciones, está en Twitter y es: @gywk1010_2
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¡Que intenso el capítulo!😅👀
Descuiden que en el próximo capítulo se aclara todo^^
Bueno en otras noticias hoy hubo Vlive de Hobi y no me lo perdí, justo iba despertando y me sentí re feliz😭🥺.
Muchas gracias por leer y votar💜
—Luna🌙
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