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Sus párpados poco a poco dejaban de ser tan pesados, abrió lentamente sus ojos hasta el punto de poder divisar el techo, continuaba en esa casa…

Su alma regresó a su cuerpo y se permitió soltar un suspiro de alivio, estaba a salvo, porque no estaba en su casa.

Y entonces las imágenes atacaron a su mente como flashes, aquella herida que tenía en su costado le recordó que no estaba a salvo del todo.

—¿Q-qué sucedió?

—Sucedió que confundí lo que aprendí en mis cursos de enfermería con un video pornografíco, puede que Suga estaba en lo cierto, pude haberte matado de un infarto.

—¿Q-qué?—Preguntó confundido, pues no entendía absolutamente nada de lo que vacilaba el chico frente a él.

—Bah, olvidalo. ¡Realmente me alegro que hayas despertado! Por un momento creí que ibas a morir y que el causante de tu muerte no sería la bala sino yo, ¿te imaginas? ¡Suga me mataría, literalmente!

—¿S-suga? ¿Dónde está él?

—¡Oh sí! La situación debió estresarlo y puede que se encuentre fumando un cigarrillo.—Respondió sin problema, pero entonces frunció su ceño, ¿qué se traían esos dos?—¿Por qué?

—A-ah, nada, simplemente tenía la duda.

—No te creo, algo está pasando entre ustedes dos y tarde o temprano lo voy a averiguar.

—N-no hay nada entre nosotros, el señor Suga simplemente es un hombre amable que me ofreció su casa como refugio.

—¿Me estás diciendo que Suga actuó como un buen samaritano?—Preguntó incrédulo, y más imposible se convirtió cuando el niño asintió. Entonces se hecho a reír.—Ja, ja, ja, yo realmente pensé que eras su esclavo sexual, pero eso, eso es menos creíble.—El pelirosa se sintió avergonzado, se encogió entre las cobijas y cubrió su rostro lo más posible.

—Y-yo no…

—Ja, ja, bien, bien, tienes razón, puede que Suga sea una buena persona…—Hizo una pausa, analizando con cuidado lo que acaba de decir, definitivamente Suga no era una buena persona.—o en realidad no, el punto es que Suga siempre que hace algo por alguien es porque quiere algo a cambio , así que posiblemente sabe que le serás útil. ¿Hay algo en lo que le ayudes?

—S-sí, aseo la casa y hago la comida.

—Entonces es eso, no te preocupes, Suga no te hará daño, no mientras le sirvas de algo.

—¿Q-qué pasará el día en que deje de servirle? ¿M-me dejará en la calle? N-no quiero volver, no quiero…—Sollozo. El corazón sociopata de Taehyung se contrajo de ternura al verlo hecho bolita, llorando, como un niño que tiene miedo a los monstruos y no estaba tan equivocado, los monstruos existían y él y Suga habían sido los desafortunados en averiguarlo a temprana edad.

—¿Sabes que? Olvida lo que dije, no hagas caso. Suga no te sacara de esta casa, de eso me encargo yo.—Le sonrió, buscando transmitirle seguridad, y entonces el chico tranquilizó su sollozo para después voltear a verlo.

—¿En serio?

—Sí, y me encargaré de amenazar al cabeza hueca para que no se le ocurra tratarte mal.

—Y-yo… gracias, pero el señor Suga es muy paciente y bueno conmigo, bueno, solamente hoy tuve miedo de su actitud cuando me ordenó hacer algo que no fue de mi agrado.

—¿Qué fue eso?

—Y-yo, no sé si deba decirlo, no me gustaría meter al señor Suga en problemas.—Mordió su labio inferior y desvío su mirada y entonces Taehyung supo a lo que se refería.

—Conozco a Suga de años como para saber que es un homicida sin control y que cada cierto tiempo sale a cazar gente aleatoriamente.

—¿E-el señor Suga es un asesino?—Abrió sus ojos incrédulo.—É-el me dijo que se había encontrado al señor en la calle y le iba a dar una bonita sepultura.

—Ay cariño, que inocencia la tuya…—Suspiró, al parecer ya la había regado y sus sospechas fueron confirmadas cuando el menor comenzó a sollozar de nuevo.—Escucha, escucha, Suga puede ser una persona mala y peligrosa, pero extrañamente no lo es contigo y dudo que lo vaya a hacer. No tienes que preocuparte, él no te hará daño, al contrario, se preocupó demasiado al ver como estabas a nada de morir.

—¿D-de verdad no me hará daño?—Preguntó con preocupación, al mismo tiempo que limpiaba sus lágrimas, pues una parte le decía que lo que le decía el pelirrojo era verdad.

—No, así que tranquilo. Suga puede ser un cascarrabias, pero cuando lo conoces mejor es muy divertido y es agradable hasta cierto punto. Todo es cuestión de tiempo y de saber tratarlo.—El pelirosa asintió con una media sonrisa, él quería conocer a ese Suga del qué habla el pelirrojo, el mismo que deseó tratar desde su llegada a la casa…

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Los recuerdos habían llegado a su mente como una especie de flashback, estos que le torturaban noche y día sin descanso.

Excepto por esa semana, esa semana había dormido como un bebé, las pesadillas se habían ido y habían dejado de atormentare. No podía estar más agradecido, por veintiocho años al menos en esa semana había sido libre de esos sueños y pesadillas.

Por un momento llegó a pensar que la llegada de aquel pelirosa había sido el causante de que aquellos sueños desaparecieran, pues desde que él había llegado había una especie de paz que no lograba descifrar, como si su mente estuviera bien con la presencia del mocoso. No le gustaba esa sensación, pero fuera lo que fuera haría todo lo posible para ser libre de aquellas pesadillas.

Después de una larga calada a su cigarrillo, soltó el humo dañino pero adictivo que había enviado a sus pulmones. Había terminado de enterrar el cuerpo que horas antes había matado, aquel que le había disparado al pelirosa, se encargo de desfigurarle la cara y de hacerle otras atrocidades más que ni siquiera él estaba seguro de atreverse a hacer, y todo porque había fingido estar muerto, pero en realidad fue porque había lastimado al pelirosa, porque había puesto a un ser tan inocente y desprotegido como lo era el en peligro.

—Sabía que estarías aquí fumando.—Una voz grave pero energética llamó su atención. Este le quitó su cigarrillo de la mano, provocando que un gruñido saliera de su garganta, pero poco le importó al pelirrojo.

—¿Cómo-…—Habló, pero después se detuvo abrupatamente, no era su asunto, él ya había cumplido con su parte. Pero Taehyung no era tonto y sabía que es lo que le iba a preguntar.

—¿Qué cómo está?—El peliblanco no tuvo más opción y asintió. Taehyung dio una última calada al cigarrillo, para después devolvérselo a su dueño y soltar el humo.—Perdió demasiada sangre, hice lo que pude.—Alzó sus hombros sin restarle importancia.

Suga lo volteó a ver atónito, tanto que el cigarrillo cayó de su boca. Nunca debió confiar en alguien que tomó cursos de enfermería y asistía cada que se le daba la gana. Definitivamente lo iba a matar.

—¡¿Qué?!

—Ja, ja, ja.—Carcajeó, mostrando su característica sonrisa cuadrada, le gustaba molestar a su amigo.—Era broma, ash, ¿de cuando acá eres tan aburrido?

—¿Acaso estás idiota? ¡Con eso no juegues!—Lo tomo bruscamente del cuello de su sudadera, pero a Taehyung poco le importó, pues seguía riéndose de la actitud de su amigo.

—Ya, ya, ¿por qué te preocupa tanto? En realidad el que de verdad preocupa eres tú, ¿qué te sucede?

—Yo… —Lo soltó, percatandose que su amigo tenía razón, ¿qué le sucedía?—No lo sé.

—Bah, te entiendo, es lindo el niño y que decir de su trasero —Al decir esto se ganó una mirada asesina de Suga, la cual solamente le hacía confirmar poco sus sospechas.—, pero, no entiendo porque te preocupas por él cuando en realidad eres muy cruel con él.

—Yo no soy cruel, le dí asilo en mi casa cuando vino a mi puerta rogando por su vida. No soy cruel con él.

—Lo sé, pero al parecer al chico le gustaría conocerte más.

—¿A pesar de que sabe que soy un asesino?—Preguntó incrédulo y Taehyung asintió, convirtiéndolo en el doble de no creíble.

—Al parecer el chico es de aquellos que no les gusta juzgar a las personas. Incluso podrías contarle sobre tu padre y dudo que te vaya a juzgar.—Comentó, mirando hacia el horizonte, pero Suga dejó de mirar a lo lejos para enfocarse en su amigo, no podía creer lo que estaba diciendo.

—¿Estás demente?—Se aproximó hacia él de forma intimidante y Taehyung se vio obligado a retroceder unos cuantos pasos.—Nadie lo sabe más que tú y nadie lo sabrá, es algo que tú y yo nos llevaremos a la tumba, al igual que lo de tu hermano.—Al mencionar esto Taehyung tensó su mandíbula y lo retó con la mirada.

Se mantuvieron en esa posición hasta que una silueta llamó la atención de ambos, Jimin se había levantado de la cama, alertando a ambos, pero solamente Taehyung reaccionó.

—¡Pero que haces fuera de la cama! ¡La herida puede abrirse y tus tripas pueden salirse!—Se aproximó hasta él, para ayudarle a mantenerse de pie.

—Y-yo, lo siento mucho, pero sentí la necesidad de agradecerle al señor Suga.—El mencionado quien antes estaba de espaldas terminando su cigarrillo, volteó.

—No tienes nada que agradecer, Taehyung hizo todo.—Respondió con aquella seriedad qué le caracterizaba.

—Yo solamente te cosí, pero Suga corrió todo un maratón para buscar las cosas que necesitaría.—El mencionado le dedicó una mala mirada, para después indicarle que se fuera o que se quedara pero dejara de decir idioteces.

—Bueno, yo iré por algo para comer…—Dijo Taehyung, eligiendo irse para darles privacidad.

Entonces Suga suspiró sin muchas opciones, se aproximó hasta el pelirosa y le ofreció su brazo de apoyo pues Taehyung se había ido y Jimin parecía tener complicaciones en estar de pie. El pelirosa lo tomó con un claro sonrojo en sus mejillas. Y entonces  la vista de ambos se posó en el horizonte, donde la luz del sol comenzaba a notarse poco a poco.

Jimin desvío un poco su vista y pudo distinguir el color de la tierra sobre el césped, justo donde dedujo estaba el cuerpo inerte de la persona que le había disparado, pero no prestó atención, al contrario, llevó su mirada hacia el peliblanco y lo miró fijamente por unos segundos.

—De verdad estoy comenzando a creer que eres homosexual y debería tomar mis precauciones.—Habló Suga, comenzando a sentirse intimidado por la mirada y la sonrisa que el más bajo le daba.

—Gracias…

—Ya te dije que no tienes que agradec-… —Sus palabras quedaron suspendidas en la atmósfera cuando la cabeza rosada se posó sobre su hombro de una manera que no pudo descifrar.

Una posición tan íntima de la cual quería escapar, pero no podía…

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