Capítulo 25🍁
Abajo, Jungkook se paseaba nerviosamente por la sala de estar, contemplando de vez en cuando el segundo en dirección a su habitación compartida, cuyo lugar descansaba una águila herida.
Deteniéndose, sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón para revisar si tenía algún mensaje de su hermano, pero no había nada.
Por más que Hoseok había insistido en que no llamara a su hermano, el omega no le había escuchado, y una vez el beta cambió a su forma animal, no tardó ni un segundo en llamar a Yoongi una vez llegó al primer piso, donde se había mantenido.
Preocupado y nervioso, volvió a guardar su móvil y se acercó a la ventana, contemplando con curiosidad un auto desconocido estacionarse frente a la casa.
Pronto, dos figuras se bajaron con rapidez y el corazón de Jungkook palpito de forma furiosa al reconocer a una de ellas inmediatamente.
Alejándose, se dirigió a la entrada y abrió la puerta un segundo antes de que Yugyeom la tocara, dejándole con la mano alzada.
—Kookie —pronunció el alfa, contemplando preocupado al contrario—. ¿Estás bien? ¿Dónde te hirieron? —cuestionó horrorizado.
—¿Hirieron? —repitió observándose—. Oh, no es mi sangre, es la de mi amigo —respondió volviendo a observar a su pareja—. Yo estoy bien, ninguna bala me llegó —prometió con una dulce sonrisa, intentando quitar la expresión preocupada en el dulce rostro del alfa.
Y sin poder soportarlo más, Yugyeom avanzó y abrazó el cuerpo de Jungkook, estrechándolo entre sus brazos con fuerza mientras suspiraba en alivio.
—Estaba tan asustado —susurró enterrando su rostro en el cuello del omega.
—Estoy bien —prometió rodeándolo inmediatamente con sus brazos.
Dios... Realmente se sentía bien para Jungkook el tener a su alfa entre sus brazos, y lo mismo iba a Yugyeom.
—Pero... ¿Cómo sabías lo que ocurrió? —preguntó un tanto confundido.
Él solo le había informado a Yoongi, después de todo.
—Uno de mis trabajadores se enteró en el local de comida, ya sabes, ese frente a la tienda de libros, y nos lo contó —informó Jackson, haciendo notar su presencia—. Como en el momento que me llamaron estaba con mi pareja, mi hermanito se enteró y... ¿Cuándo pensabas decirme que encontraste a tu pareja? —preguntó arqueando una ceja, dirigiéndose a Yugyeom.
El joven shifter oso se sonrojó y se mantuvo oculto en el cuello de su pareja, avergonzado.
Jungkook soltó una pequeña risa ligera ante lo tierno que podía ser su alfa, abrazándolo con un poco más de fuerza.
—Bueno, yo tenía pensado presentarme hoy en tu casa con unas galletas para Gyeomie una vez mi hermano llegara —comentó el omega—. Así que creo que de todas formas nos hubiéramos conocido hoy —sonrió.
—¿Yoongi salió? —pregunto ignorando totalmente como su hermano seguía abrazando al omega, casi aferrado a él.
—Fue a Ulsan, ya le avisé lo que sucedió así que vienen en camino —respondió—. En cualquier momento deben de llegar.
—¿Qué fue lo que ocurrió? —preguntó Jackson.
—No sé, fue... Confuso y sorpresivo —respondió frunciendo el ceño—. Mientras volvíamos al auto nos dispararon y le dieron a Hoseok en el hombro cuando intentó protegerme, no pude ver quién había sido.
—Distancia... ¿Un franco tirador? —murmuró su pareja—. ¿O una persona con pistola oculta?... ¿Hay cámaras de seguridad en las calles cerca de donde estaban? Tal vez podrían verlas para descubrir quién disparó —propuso Yugyeom, soltando a su pareja finalmente, pero tomando su mano en cambio.
No podía estar totalmente alejado de Jungkook, su oso no quería alejarse, estaba de mal humor por haber permitido en primer lugar que su pareja pasara por algo así de peligroso y Yugyeom... Estaba igual.
—No lo sé, pero le diré a mi hermano y veremos.
—Si las hay, las he visto —anunció Jackson—. Podrías ayudar con tu computador, eres bueno en eso —propuso—. Algo me dice que Yoongi tendrá que tener su cabeza metida en otras cosas.
Los hombres en la entrada observaron la conocida camioneta estacionarse detrás del auto del shifter oso, pronto, tres personas bajaron de ella con velocidad.
—¿Hoseok? —pregunto Yoongi, acercándose junto a los hermanos erizos.
—Está arriba en su habitación, recuperándose —respondió Jungkook, saliendo de la puerta junto a su pareja—. Fue un disparo limpio en su hombro izquierdo, la bala entró y salió —explicó.
Compartiendo una mirada con su alfa, Jimin siguió adelante acompañando a su tembloroso hermano al interior.
Subiendo las escaleras, ambos se detuvieron frente a la habitación de Hoseok.
—¿Qué pasa? —pregunto Jimin.
—Tengo miedo... —susurró—. ¿Y si está muy mal?
—Si estuviera tan mal Jungkook le habría dicho a Yoongi —respondió—. Y no creo que mi pareja se hubiera quedado tranquilo abajo con los demás —alentó con tono suave.
Observando la puerta con temor, el pequeño alfita atrapó su labio inferior con sus dientes y abrió la puerta, con lentitud.
En el interior, una hermosa águila descansaba sobre una de las camas, manchando las mantas con su sangre.
Cuando sus ojos se encontraron, Taehyung dejó escapar un jadeo preocupado y corrió al interior de la habitación, arrodillándose frente a la majestuosa y gran ave.
—Hobi... —pronunció casi en un gimoteo lastimero, observándole preocupado.
Con cuidado, el águila bajó su cabeza y la restregó en una de las pequeñas manos de su pareja, intentando calmarle.
—¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Qué pasó? ¿Dónde estás herido? —estalló su pequeño alfita.
—Tae... —pronunció Jimin—. Hoseok tiene que descansar para poder recuperarse —le recordó con suavidad.
Observando con preocupación a su pareja, Taehyung asintió y salió sorpresivamente de la habitación.
—No te muevas —advirtió el pequeño omega al ave que intentaba seguir a su pareja.
Saliendo, se encontró con la ropa de su hermano en el suelo, entre esta, un pequeño erizo intentando escapar de forma desesperada.
—Está bien, calma Tae —pidió agachándose y sacándolo con cuidado—. Auch, será mejor que controles tus púas —advirtió levantándose nuevamente.
Entrando en la habitación, Jimin se dirigió a la cama donde dejó al pequeño erizo.
El águila simplemente observó cómo su pequeña pareja se acercaba con cuidado hasta acurrucarse a su lado.
El omega contempló con ternura como el pequeño cuerpo de su hermano era rodeado con una de las alas del águila.
Sabiendo que esos dos estarían bien y que necesitaban estar juntos sin nadie más alrededor, salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado.
Tomando la ropa de su hermano, la levantó y observó nuevamente la habitación donde la pareja estaba. Con una pequeña sonrisa, siguió su camino dejando las prendas en el cuarto que había estado compartiendo con Taehyung.
Bajando las escaleras, observó con algo de curiosidad a los dos hombres extraños antes de ir al lado de su pareja.
Al ver que su omega se iba a sentar a su lado en el sofá, Yoongi lo tomó de la cintura llevándolo hacia su regazo.
—Aquí estás bien, pequeño —aseguró rodeando con sus brazos la estrecha cintura de su pareja, impidiéndole ir hacia otro lado—. Ya conoces a Jackson, el chico al lado de mi hermano es Yugyeom, la pareja de Jungkook. Yugyeom, este es Jimin, mi pareja —presentó.
Observándose, Jimin se ocultó parcialmente en el cuello de su pareja susurrando un tímido hola que fue correspondido de la misma forma.
—¿Y bien? —exclamó Jackson—. ¿Tienes idea de por qué alguien les dispararía en pleno día? —preguntó.
—Eso depende de Jungkook —respondió observándolo—. ¿Qué sucedió en la comisaría antes de que les dispararan? —interrogó Yoongi.
—Cuando llegamos, nos enteramos de que alguien mató a la persona que ustedes encerraron —respondió—. Hoseok...
—Espera, ¿encerraron a alguien? ¿A quién? ¿Por qué? —interrumpió Jackson.
—Lo encerramos porque intentó robarnos —respondió Yoongi—. Pero no sé quién era.
—Y nosotros tampoco —continuó el omega león—. Hoseok ordenó que investigaran y le reportaran después todo lo que descubrieran. Fuimos a su oficina pero no había mucho desorden, entonces nos pusimos a investigar lo que nos pediste después de confirmar que nada hubiera desaparecido.
—¿Descubrieron algo? —preguntó Yoongi.
—Algo así, no estaban todos los archivos pero sí encontramos algunos —asintió—. Hoseok quería guardarlos en otro sitio así que nos fuimos y entonces cuando íbamos al auto nos dispararon —relató y apretó la mano de su alfa cuando este se tensó a su lado.
—Obviamente hay algo que están omitiendo respecto a esos papeles porque no entiendo —se quejó Jackson, y tanto Jimin como Yugyeom estaban de acuerdo con ello.
—Tenemos pruebas de que Min-Kyu hacia contratos con cazadores humanos, en los cuales vendía a su propia gente —anuncio Yoongi, logrando que un fantasmal y tenso silencio se presentara en la sala.
—Mierda... —exclamó finalmente Jackson—. Eso es grave y algo que tienes que reportar al Consejo de cambiaformas.
—Lo sé —asintió, apretando con más fuerza el pequeño cuerpo entre sus brazos—. Pero quería esperar un poco a ver si Hoseok lograba vincular también a Min-Seok.
—Pero eso lo hace más peligroso —murmuró Yugyeom—. Lo de hoy pasó porque esperaron demasiado.
—Mi hermano tiene razón, Yoongi —pronunció el oso—. No puedes seguir esperando a conseguir más pruebas para deshacerte de los tres, ellos ya no están pensando con claridad si atacaron en pleno día, ellos ya saben que nosotros sabemos la verdad y...
—Está bien, ya lo sé —interrumpió el rubio alfa, sintiendo como todo estaba afectando a su pequeña pareja—. No me gusta pedirte esto, pero por ahora tus trabajadores son los únicos en los que confío...
—No digas más, detendré el trabajo por hoy y les pediré a algunos que estén deambulando alrededor de tu casa —pronunció levantándose—. ¿Te vas también? —preguntó a su hermano.
—Uhm... No quiero molestar —pronunció observando el suelo.
—No molestas —aseguró Jungkook, apretando su mano.
—Ah... Yo... —pronunció Yugyeom, observando a todos.
Observándolo, Jimin contempló lo incómodo que se veía al ser el centro de atención, y de alguna forma, le recordó a su hermano y a él.
Podía entender las palabras de Jungkook diciendo que su pareja era igual a ellos.
Le incomodaba tratar con desconocidos y ser el centro de atención.
—Pueden estar en la habitación que ocupamos con Tae —propuso Jimin, logrando que la atención ahora recayera sobre él—. Está desocupada, no creo que mi hermano se despegue del lado de su pareja hasta comprobar que está bien y yo... —observó a su alfa y se acurrucó más contra él, dejando en claro donde iba a estar con esas palabras.
—Yo... Ugh... Quiero quedarme —pidió cayendo en los ojitos que le hacía Jungkook.
—De acuerdo, entonces me iré y le diré a alguien que traiga tu computador —anunció alejándose y saliendo de la casa.
—Ven, vamos a la habitación —pronunció el león omega, tomando de la mano a Yugyeom lo arrastró escaleras arriba.
—¿Cómo estás, pequeño? —preguntó Yoongi con suavidad.
—Aterrado —confesó—. Saber que él pudo habernos hecho lo mismo a mi hermano y a mí me aterra.
—Pero no pasó y no lo hará nunca más —prometió besando su sien—. No esperaré más, llamaré al Concejo ahora —prometió.
—Tengo un poco de miedo —susurró.
—Y está bien tenerlo pequeño, pero no te preocupes de nada que yo me encargaré de todo y te protegeré —aseguró.
Alzando su mano, tomó el pequeño mentón de su omega con delicadeza y sacó el rostro de su pareja de su escondite.
Acercando su rostro, le beso dulcemente, moviendo sus labios con lentitud.
Cuando juntó sus frentes, Jimin abrió sus ojos y le contempló con amor y preocupación.
—Dices que me vas a proteger pero... ¿Quién te protegerá a ti? —susurró.
—Bebé, sé que tienes miedo, pero pronto nos desharemos de nuestros problemas —prometió—. Y mientras resolvemos eso, por qué no vas pensando en lo que quieres en tu nueva tienda —propuso necesitando quitar esa expresión triste y preocupada del rostro de su pareja.
—¿Nueva tienda? —preguntó.
—Era una sorpresa que quería darte más adelante, una vez que estuviera terminada —admitió—. Pero es igual de buena si lo planeamos juntos, tú diciéndome lo que quieres y yo transformándolo en realidad —propuso.
—Pero... Estoy bien con la tienda de libros —pronunció mordiendo su labio inferior.
Besándolo, Yoongi sonrió—. Puede que estés bien, pero se nota que la cocina es tu pasión —restregó suavemente sus narices—. Por lo que pensé en volver a transformar la tienda en una biblioteca otra vez y agregar una tienda para tus dulces. ¿Qué piensas? —preguntó—. Puede ser de lo que tú gustes, un restaurante, una cafetería o una pastelería.
—¿En serio? —exclamó sorprendido.
—Sería una cómoda forma de leer y comer algo dulce —pensó.
—Me encanta —chillo con una sonrisita encantadora, rodeando con sus brazos el cuello de su pareja.
Yoongi sonrió alegre y satisfecho por haber logrado quitar la expresión preocupada del dulce rostro de su omega, y por el contrario, haber puesto una hermosa sonrisa de ojos llena de ilusión, esperanza y felicidad.
Y esa, era definitivamente una sonrisa que quería mantener.
Y si tenía que hacer entender a los integrantes de la manada de Busan a la fuerza de quien realmente era su ex-líder, él lo haría aunque tuviera que meter al Concejo de shifter.
Su amigo ya había resultado herido por esperar, no dejaría que le pasara a alguien más.
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