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Capítulo 9

Cualquiera diría que tener un día libre es sinónimo de salir a pasear con tus amigos o aunque sea distraerte leyendo un libro o viendo alguna película en casa, bueno, para Taehyung significaba tiempo valioso para avanzar con el trabajo pendiente. 

Tae se encontraba en su habitación revisando una gran cantidad de papeles sobre nuevos productos que necesitaban de su aprobación para salir al mercado mientras que Jungkook pintaba con los plumones de diferentes colores, que había encontrado en el escritorio de su habitación, los tatuajes que tenía en todo su brazo derecho, los cuales se había hecho junto a sus amigos apenas estuvo lejos de su hogar. Cuando Jungkook terminó con lo que hacía decidió ir a la habitación de Tae para ver si él ya estaba desocupado. Entró sin tocar la puerta y se acercó hasta situarse al lado de donde Tae estaba sentado.

—¿Sigues ocupado?— preguntó.

—Sí ¿Necesitas algo?

—Sí— contesta y provoca que Taehyung voltee a verlo inmediatamente con la intención de saber lo que el híbrido necesita y si él puede ser de ayuda.

—¿Qué cosa?

—Que salgas a divertirte conmigo— sonríe apenas lo dice, pero aquella hermosa sonrisa se esfuma cuando ve que Tae vuelve a dirigir su mirada a los papeles en su escritorio— te juro que a este paso voy a ser el primero en todo el mundo que muere de aburrimiento y todo va a ser tu culpa, lo digo literalmente, siento que de verdad voy a morir de aburrimiento— exclamó con los brazos cruzados, el ceño fruncido y formando un puchero con sus labios.

—No seas dramático— le dijo Tae sin mirarlo.

—¿Existe la posibilidad por muy mínima que sea de que salgamos juntos a algún lugar?

—Tengo mucho que hacer— contestó y comenzó a escribir en su computadora.

—¿Existe o no?— preguntó después de tomarlo por los hombros para que lo mirara directamente a los ojos.

—Sí, puedo avanzar con esto otro día, pero— le contestó después de tener una pequeña lucha interna consigo mismo; sin embargo, se quedó callado cuando Jungkook le colocó el dedo índice en los labios.

—Nada de peros harás todo eso solo en horario laboral.

—Tú no me das órdenes— dijo, se puso de pie y se cruzó de brazos.

—Báñate y cámbiate, yo haré lo mismo— le ordenó y rio al ver como Tae puso los ojos en blanco y resopló.

—Bien— guardo el archivo de su laptop y la apagó.

—Oh y lleva dinero— exclamó Jungkook antes de salir de la habitación.

—Está bien— dijo y fue a cerrar la puerta.

Caminó hasta su ropero y comenzó a buscar entre toda su ropa lo ideal para ponerse. Al final eligió una camiseta blanca, un pantalón negro, mocasines del mismo color y un suéter mostaza. Cuando estuvo listo guardó su billetera en el bolsillo delantero de su pantalón y su celular en el otro bolsillo, salió de su habitación y bajó las escaleras hasta llegar a la sala de estar donde Jungkook estaba.

—¿Y bien? ¿A dónde iremos exactamente?— preguntó en el momento en que los dos estuvieron algo lejos de la casa.

—¿No es obvio?— preguntó alzando sus manos hacia arriba y viendo lo que le rodea, Taehyung miró de igual forma y solo vio varios árboles de flores de cerezo, algunas personas caminando de un lugar a otro y uno que otro auto, por lo que no entendió a qué se refería Jungkook.

—No, por algo te pregunto— contestó finalmente.

—Quiero ir al festival Gunhangje de Jinhae. Con mis amigos fui al festival de flores Primaverales de Yeouido en Yeongdeungpo, o sea, acá en Seúl y ahora quiero viajar para ver este otro— exclamó emocionado.

—¿Qué son esos festivales?

—¿Los festivales que se celebran en todo el país por la floración de las flores de cerezo?— preguntó cómo si fuera algo demasiado obvio— Se celebra cada año generalmente a comienzos del mes de abril— volvió a decir después de no recibir respuesta, está vez con un tono de sorpresa e indignación mezclada.

—Ni idea— Taehyung se encogió de hombros.

—¿De verdad eres coreano? ¿Cómo es que no sabías eso?

—No salgo mucho— dijo, otra vez con ese tono de indiferencia y con la misma acción de su anterior respuesta.

—Sí, se nota— respondió y puso los ojos en blanco—. Como sea ¿Te animas?

—Claro— sonrió, Jungkook le devolvió el gesto, alzó la mano para llamar a un taxi y cuando uno llegó a ellos, ambos se subieron en el. Finalmente, al llegar a la estación de trenes le pagaron y agradecieron al taxista e hicieron cola para comprar los pasajes y poder subirse al tren.

El tren que los esperaba era uno con tres franjas de colores diferentes y brillantes, el primero rojo, el segundo blanco y por último azul. Entraron y se dirigieron a sus respectivos asientos.

—Siempre quise viajar en tren— exclamó Jungkook emocionado.

—Yo igual— admitió Taehyung.

El viaje fue tranquilo, se la pasaron hablando mientras que de vez en cuando admiraban, a través de las grandes ventanas, el paisaje que los rodeaba, después de aproximadamente tres horas llegaron a su destino, bajaron y comenzaron a caminar junto el resto de personas.

—¿Qué podemos ver en este festival?— preguntó curioso Taehyung.

—He investigado y dicen que muchas cosas pero dependiendo del día, a parte de pasear para ver las flores de cerezo hoy será el espectáculo aéreo de las black eagles, la noche estrellada en el arroyo Yeojwacheon y habrá un espectáculo de fuegos artificiales en el puerto Sokcheonhang, mañana será el desfile Seungjeonhaengcha para los vencedores de la batalla, pero nos regresamos hoy en la noche así que veremos solo lo que habrá hoy ¿si te parece bien?— exclamó Jungkook emocionado.

—Sí, vamos— dijo y junto a Jungkook fueron con el grupo a esperar que el show aéreo empezara. 

De pronto ocho aviones surcaron el cielo, comenzaron a hacer diferentes acrobacias moviéndose de un lugar a otro y bajando y subiendo, también formaron el yin-yang de la bandera de corea del sur. Era asombroso ver la coordinación, precisión y capacidad creativa que tenían para realizar todo eso. Cuando el show acabó una gran ovación se escuchó, después los visitantes siguieron su camino bajó los frondosos arboles de flores de cerezo.

—Eso fue espectacular— exclamó Jungkook complacido.  

—Sí, me encantó demasiado. Jamás había visto algo así.

—Yo tampoco— admitió, a pesar de haber ido a otro festival de la misma temática, la verdad es que festejaban de diferentes formas en cada lugar y eso era simplemente maravilloso.

—¿Tienes hambre?— preguntó Taehyung porque al menos él si que tenía mucha hambre.

—Sí mucha y según tengo entendido aquí hay varios restaurantes cerca.

—Genial, cualquiera está bien

—Vamos— entrelazó su mano con la de Taehyung y juntos se alejaron de todas las demás personas.

Caminaron bastante hasta encontrar el primer restaurante, y para su suerte no había demasiada gente aún, así que entraron y se sentaron en una de las mesas que se encontraron en todo el centro, esperaron a que el mesero los atendiera y mientras tanto hablaron de temas triviales, cuando finalmente llegó a tomar su orden, pidieron bibimbap y gimbap. Después de unos minutos los platos de comida llegaron a su mesa y dispusieron su tiempo a comer y hablar de vez en cuando de como se sentían respecto al viaje.

—Estuvo delicioso— exclamó Taehyung y Jungkook asintió repetidas veces. Tae alzó la mano para llamar al mesero y pedir la cuenta, pagó todo y ambos volvieron al festival, caminaron tranquilamente por el mismo sendero y ambos notaron como el viento provocaba que algunos pétalos de las flores de cerezo cayeran.

—¿Sabes? Dicen que si atrapas un pétalo de una flor de cerezo mientras cae encontrarás al amor de tu vida y si es que ya lo encontraste podrás darte cuenta en el momento indicado, estarán juntos para siempre— comentó de la nada Jungkook después de recordar aquellas palabras que hace tiempo le habían dicho.

—¿En serio?— preguntó notablemente incrédulo.

—Sí, quizá al fin puedas hallar a alguien que te quite lo amargado— lo codeo con toda la intención de molestarlo.

—No soy amargado— frunció el ceño y se cruzo de brazos, Jungkook aguantó la risa y solo se limitó a formular una pregunta en su mente.

—¿Alguna vez te has enamorado o te ha gustado alguien?— preguntó Jungkook y Tae rio levemente al suponer lo que vendría después de responderle.

—Me gusta alguien.

—Bien, entonces deberías intentar lo que te digo— al escuchar eso Taehyung suspiró y negó con la cabeza, dejó de caminar provocando de esa forma que Jungkook también lo hiciera y quedaran cara a cara mirándose a los ojos.

—No creo en esas cosas ni en lo de las almas gemelas o en el amor de mi vida, las personas se enamoran y desenamoran de otras personas y ya, es solo eso— explicó lo que pensaba al respecto.

—Quizá sea así para ti, pero para mí no— comentó. Lo dijo desde lo más profundo de su corazón, así que no era porque el lo creía así sino porque en verdad era así, lo cual termino por confundir a Taehyung. 

—¿Por qué dices eso?

—Digamos que para nosotros sí existe eso, desde muy pequeños tenemos un lazo que nos une a una persona, esa persona es nuestra pareja destinada y si ya la encontramos solo nos damos cuenta de ello cuando llega nuestro celo— comentó el híbrido. 

—¿Por qué solo en ese momento?— preguntó Taehyung por pura curiosidad.

—Por el instinto animal, en ese momento nos domina y nos volvemos vulnerables, también hace que llamemos a esa persona, no paramos de pensar en ella y el hecho de que necesitamos de su ayuda para calmarnos— explicó detalladamente.

—¿Y qué pasa si esa persona los rechaza?

—Morimos por un corazón roto— dijo e hizo una imperceptible mueca.

—¿Qué?— cuestionó con cierto tono de sorpresa mezclado con escepticismo. No podía evitar preguntarse si en verdad aquello que decía era posible.

—Sí, en nuestro caso también existe eso y son pocas las veces que se es capaz de sobrevivir; sin embargo, es posible todo depende de la fuerza de voluntad y confianza del híbrido.

—Contigo la cosa es seria entonces— bromeó e hizo reír a Jungkook.

—Pues sí, eso creo. En tu caso es todo distinto, así que sería bueno que intentaras algo con esa persona que te gusta, ver que pasa y si funciona sigues y si no pues no— se encogió de hombros muy sonriente— ¿Quién es? ¿La conozco? O ¿Lo conozco?

—No la conoces porque es una nueva empleada de la empresa, se llama Cho Mi-yeon— le contó.

—Es un nombre muy bonito, seguro ella debe ser igual de bonita— contestó intentando imaginar como sería la chica que le gustaba a su querido amigo.

—Sí, pero solo me gusta no considero que deba iniciar una relación con ella— habló con total seguridad, para él era solo algo pasajero, aún no estaba enamorado de ella o algo por el estilo.

—Bueno, en algún momento seguro cambiarás de opinión.

—Ya lo veremos.

Siguieron caminando por el mismo sendero, el silencio que surgió era cómodo y disfrutaron viendo la naturaleza que les rodeaba al igual que las personas que charlaban o se divertían mientras caminaban por la misma dirección que ellos. De la nada tanto Tae como Jungkook vieron como  frente a ellos un pequeño pétalo de una flor de cerezo caía lentamente ya que el viento se había calmado, sin querer detuvieron sus pasos, alzaron su mano y lo agarraron al mismo tiempo. 

—Creí que no creías en eso— lo molestó Jungkook.

—Fue solo un impulso— respondió de inmediato y dejó que Jungkook se quedara con aquel pétalo.

—Si tu lo dices— rio, puso el pétalo en la palma de su mano y sopló mientras al mismo tiempo pidió un deseo "Deseo que Tae y yo encontremos al amor de nuestras vidas y seamos felices" no tenia idea de si se cumpliría, pero tenía la esperanza de que así fuera.

—Taehyung ¿Puedo decirte algo y no te enojas?— preguntó Jungkook después de unos minutos en silencio.

—Supongo que depende— bromeó. No estaba seguro de lo que le diría exactamente, pero no se creía capaz de enojarse con él.

—Te mentí— admitió mientras que con su lengua jugaba con el piercing de su labio inferior.

—¿Sobre lo que dijiste de las flores de cerezo o sobre otra cosa?

—Otra cosa y es que no confiaba mucho en ti, pero fue antes de conocernos mejor.

—Entiendo, solo sí quieres puedes decirme la verdad— sonrió al mismo tiempo que acariciaba con parsimonia el hombro del contrario.

—No hui con mis dos amigos como te dije, hui con un amigo y mi novio humano, bueno ex novio. La idea de irnos fue de mi ex, él nos llevó a mi amigo y a mí a diferentes lugares e hicimos muchas cosas, de hecho los piercings que tengo al igual que los tatuajes me los hice en el transcurso; todo era muy lindo y divertido hasta que la verdad me cayó como balde de agua fría. Mi ex quería venderme, lo escuché cuando hablaba por teléfono con alguien y se lo conté a mi amigo, él me dijo que huyera mientras se encargaba del asunto porque a diferencia de mí él si había aprendido a borrar la memoria de las personas— contó mientras recordaba ese sentimiento doloroso que toda esa situación le provocó.

—¿Esa es una de las cosas que solo ustedes saben hacer?— preguntó Tae notablemente asombrado y es que nunca habría imaginado que los híbridos tendrían la capacidad de borrarle la memoria a alguien.

—Sí, es más para protegernos— explicó.

—¿Es por él que no confías en los humanos?

—Lo amaba y me traicionó, luego me halló otro idiota así que comencé a pensar que todos los humanos eran iguales— exclamó con algo de amargura—, al menos así fue hasta que te conocí.

—Él no era el amor de tu vida ¿O sí?

—No, para nada— negó con la cabeza.

—¿Él te dijo lo de la flor de cerezo?— inquirió con algo de disgusto. No podía creer que alguien tan vil y repulsivo fuera capaz de decirle a Jungkook algo tan bonito como eso.

—No, mi amigo lo hizo— dijo y eso hizo a Taehyung relajarse, el solo saber que además de él tuvo a alguien que lo trató bien y lo cuidó lo hizo sentir tranquilo.

—Oh, entiendo.

Jungkook se detuvo de repente, Taehyung imitó su acción y quedaron cara a cara, ambos sonrieron al mismo tiempo sin ninguna razón en específico, solo surgió un sentimiento de alegría de repente y lo entendieron solo unos segundos después.

—Me alegra que hayas sido quien me rescató aquel día— exclamó Jungkook.

—Me alegra que seas tú a quien encontré aquel día— Desordenó su cabello y rio suavemente.

Ambos continuaron con su camino mientras que de vez en cuando observaban los bellos tonos anaranjados que pintaban el cielo. Llegaron a un puente que al cruzar te llevaba a otro sendero lleno de más árboles con flores de cerezo y abajo de todo había un lindo arroyo que mientras más caminabas por el lugar te llevaba a una parte llena de paraguas de colores, otra llena de iluminación algo romántica y también a una parte con algunas muy bonitas estatuas. Decidieron bajar y caminar por el arroyo junto a algunas otras personas.

—El arroyo es pequeño— comentó Taehyung mientras tocaba con las puntas de sus dedos las plantas a su alrededor.

—Sí, pero es muy lindo— exclamó Jungkook contento.

—Este sendero es muy largo— dijo Tae tratando de mirar que más había a lo lejos.

—Mira, allá hay muchos paraguas— señaló Jungkook y entrelazó su mano con la de Tae para llevarlo hasta el lugar.

—Que precioso— admiró los bellos y diversos colores de los paraguas que colgaban y se mantenían intactos encima de ellos.

—¿Se están besando?— preguntó Jungkook captando la atención de Tae quien bajó la mano de Jungkook para que dejara de señalar y miró en esa dirección encontrándose a un chico y una chica besándose apasionadamente.

—Sí, supongo que es porque el ambiente es algo romántico para ellos— dijo y carraspeó sintiéndose algo raro e incómodo.

—Tienes razón— asintió varias veces, le restó atención y continuaron caminando.

Después de un tiempo anocheció y llegaron al puerto Sokcheonhang, alzaron la vista hacia el cielo y sonrieron al ver cómo aquel cielo iluminado por las miles de millones de estrellas era interrumpido por fuegos articulares de diferentes tamaños, formas y colores. Después de algunos minutos admirando aquel bello espectáculo, Jungkook vio la hora en su celular y se dio cuenta de que ya era tiempo de regresar a casa.

—Ya es muy tarde, deberíamos irnos— le dijo a Tae.

—Vamos— Taehyung entrelazó su mano con la de Jungkook, le sonrió y caminaron juntos hasta el tren que los llevaría devuelta.

—¿Te divertiste?— preguntó Jungkook y se mordió ligeramente su labio inferior.

—Claro que sí y es gracias a ti— admitió Tae sin saber aún que no sería la última vez que disfrutarían de algo como eso juntos.

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