Capítulo 4
Mientras caminaba hacia su destino, el viento fresco acariciaba su rostro y brazos descubiertos, al igual que hacía que las flores de cerezo en los árboles se movieran levemente, el sol brillaba con mucha intensidad, las personas a su alrededor iban de un lado a otro o conversaban entre ellas y los niños jugaban en la pequeña zona de juegos de aquel parque al que siempre iba con su amigo a pasar el rato.
Suspiró y con una casi imperceptible sonrisa, cruzó la calle cuando ningún vehículo pasaba y caminó hasta sentarse en una de las tantas bancas de madera del lugar. Sacó del bolsillo delantero de su pantalón negro de chandal su otro celular —aquel que no usa para el trabajo, pues se dio cuenta de que ese lo dejó en su casa y bueno, de todos modos no necesitaba llevar ambos— y decidió enviarle un mensaje a Jimin.
Taetae ✨
Hyung, ya estoy en el parque.
¿Dónde estás?
Un minuto después y su teléfono vibró dándole a entender que ya había obtenido una respuesta de su parte.
Chimchim💕
Mira al frente (^^)
Obedeció al pedido de su amigo y alzó la mirada, sus ojos se volvieron dos hermosas medias lunas tras reír al ver que su amigo saltaba de un lado a otro mientras agitaba ambas manos, lo vio cruzar la calle hasta llegar a él y recién cuando estuvo a su lado, se puso de pie para abrazarlo fuertemente.
Conoció a Jimin, su mejor amigo, en la escuela inicial y cursaron juntos hasta el cuarto año de secundaria, ya que el tuvo que irse de Corea del sur a Francia por el trabajo de sus padres. Había vuelto recién porque extrañaba su ciudad natal y porque después de haber hecho de todo logró conseguir un trabajo allí.
—Has crecido tanto y estás tan diferente— exclamó Jimin separándose para verlo mejor de los pies a la cabeza— Es sorprendente como pasan los años, pensar que antes éramos unos pequeños que aún no tenían idea de que hacer con sus vidas ¿Qué ha sido de tu vida?— expresó alegre y con una seña le dijo para sentarse en la banca frente a ellos y así lo hicieron.
—Me ha ido bien, tengo un trabajo y vivo en una cabaña cerca de un pequeño bosque, no me puedo quejar— se encogió de hombros.
—Me alegra mucho ¿Cómo te tratan en el trabajo? ¿Ya conseguiste pareja? En nuestras videollamadas siempre te digo que salgas ¿Me hiciste caso?— hice aquellos preguntas demasiado rápido y aún así su amigo logró entender pues ya estaba acostumbrado a eso.
—Todo me va bien en el trabajo, no tengo pareja y no salgo porque tengo muchas cosas que hacer, con esto del trabajo y cuidar de la casa se me complica— se encogió de hombros. Era mentira, no se le complicaba, él siempre había sido bueno organizando su tiempo para hacer cada cosa que deseaba, solo no quería salir de su casa y ya.
—No te creo nada, pero bueno igual te entiendo. Lo de tus padres ha sido difícil, si hasta te costó contarme lo que había pasado, en verdad lamento mucho eso— exclamó y con su mano acarició con delicadeza la espalda del contrario.
—No toquemos el tema ¿Sí? ¿Cómo te ha ido a ti?
—Conseguí un trabajo aquí y también un departamento donde vivir hasta que compre una casa, iré a visitarte seguido así que debes darte tiempo— hizo un puchero y lo señaló con su dedo índice.
—Para ti siempre Jiminie. Por cierto, estoy cuidando de un conejito que encontré cerca de mi casa— le contó con entusiasmo, a pesar de que siempre encontraba su casa desordenada y a veces pensaba que estaba loco a causa de las cosas extrañas que pasaban, se había encariñado con el pequeño animalito.
—¿En serio? Que lindo, otro día llevaré a mi gatito, seguro se llevarán muy bien— aplaudió emocionado.
—¿Tienes uno?
—Sí, me olvidé contarte. Me lo encontré vagando por un parque cuando llegué acá y lo estuve cuidando mientras, ya sabes, terminaba con la mudanza.
—Bueno, puedes llevarlo cuando quieras, solo espero que sí se lleven bien.
—Seguro que sí— hizo un ademán con su mano y su mirada de repente se cruzó con una cabellera roja— ¿Ese de ahí no es Hoseok?— preguntó no muy seguro.
—¿Dónde?
—Allí— señaló al chico que delante de ellos, pero de espaldas.
—No señales— golpeó suavemente la mano de su mejor amigo para que la bajara y por suerte así lo hizo.
—Sí ya sé, es de mala educación y se va a dar cuenta, como sea ¿Sí es el?
—Sí, definitivamente es él.
—Creo que nos vio— exclamó Jimin cuando su mirada se cruzó con la del pelirrojo por apenas unos segundos. Y Taehyung se dio cuenta de que su amigo tenía razón al ver cómo Hoseok se acercaba a ellos.
—¿Taehyung? ¿Jimin?— exclamó Hoseok y sonrió en grande cuando finalmente estuve frente a ambos mejores amigos.
—Hola Hobi— saludó Jimin y se puso de pie para abrazarlo, Taehyung imitó su acción y los tres se sentaron en la banca siendo Hoseok quien se encontraba en el medio de Taehyung y Jimin.
—Vaya, cuánto tiempo. A Tae casi nunca lo veo porque siempre ha sido solo él, su trabajo y su casa y a ti no te veo desde que te fuiste— después de decir lo último hizo un puchero que hizo reír levemente a sus amigos.
—Sí, regresé aquí para quedarme— afirmó Jimin.
—Es genial amigo— lo felicitó —¿Qué opinan si vamos los tres juntos a comer helado?
—Tengo que terminar con algunas cosas del trabajo— se excusó Tae, la verdad no tenía nada que hacer solo tenía ganas de volver a casa y seguir cuidando del pequeño conejito.
—¿Ves? Por eso terminamos, date tiempo para tus amigos sobre todo ahora que Jimin volvió— exclamó Hoseok.
Sí, habían estado juntos hace tiempo y terminaron por la razón que Hoseok había mencionado, en ese entonces Taehyung casi siempre le decía que no podían salir porque debía estudiar o tenía cosas más importantes que hacer en su casa, afortunadamente quedaron en buenos términos y ahora aquello era solo una forma que tenía para convencerlo de que saliera más pues sentía que se encerraba tanto emocional como físicamente solo para no enfrentar sus problemas y sentimientos, y sabía que eso estaba mal.
—Está bien— puso los ojos en blanco y suspiró.
—Vamos a Baskin Robins— propuso Jimin aplaudiendo emocionado.
—¿Aún es tu heladería favorita?— le pregunto hobi.
—Sí, es una de las cosas que más extrañé de aquí.
Por suerte estaba cerca de donde estaban, así que solo caminaron unos cuantos minutos mientras charlaban de diversos temas de los que Jimin se había perdido por estar fuera del país y que Tae no había logrado contarle mediante las videollamadas, además de hablar de como la había pasado Jimin en Francia y las miles de cosas que había conocido allá.
Cuando llegaron y se sentaron en una de las mesas cerca de la entrada comenzaron a leer el menú y un mesero se acercó a ellos después de algunos minutos.
—¿Qué desean pedir?
—Yo quiero chocolate con menta— dijo Hoseok y tanto Jimin como Taehyung lo miraron entre indignados y disgustados.
—¿Aún te gusta?— le preguntó Jimin.
—Jamás me dejará de gustar— exclamó y le sacó la lengua cuál niño pequeño.
—Sí y yo jamás tendré de ese helado en mi casa— exclamó Taehyung y continuó buscando en el menú su sabor favorito de helado sonriendo inmensamente al encontrarlo
—Yo quiero crema del cielo.
—Yo quiero helado de almendras— le dijo Jimin al mesero quien le sonrió algo embobado.
—En un rato traeré sus órdenes.
—Gracias— dijeron los tres al mismo tiempo.
Tan solo unos minutos después los tres pedidos llegaron a su mesa gracias al mismo mesero. Los tres se dedicaron a disfrutar de sus sabores preferidos de helado.
—Estuvo delicioso— exclamó Hobi cuando terminó de comer.
—El mío o de Jimin quizá.
—Tae, ya no lo molestes con eso.
—Está bien— Hoseok le restó importancia y llamó al mesero para pedir la cuenta.
Luego de cada uno pago por su comida, agradecieron por el buen servicio y salieron del lugar camino a la acera.
—Bueno chicos, ya tengo que irme— dijo Taehyung
—Sí yo igual— habló Jimin —Ojalá podamos reunirnos de nuevo en algún momento.
—Espero que sí, cuidense mucho—se despidió Hoseok.
Cada uno tomó un taxi y se dirigió a sus respectivas casas. Cuando Taehyung llegó a la suya y entró se encontró con algo que jamás esperó ¿De verdad el pequeño conejito se había vuelto un chico con orejas y cola o su imaginación estaba jugándole una mala pasada?
—¿Qué demonios?— gritó entre sorprendido y asustado.
Cookie creyó haber escuchado mal al principio, pero cuando se quitó los audífonos y dirigió su cuerpo y mirada al lugar de donde provino aquel ruido cayó en cuenta de que quien lo había rescatado, ahora estaba completamente estupefacto al darse cuenta de ese pequeño detalle sobre su persona.
Ahora mismo se odiaba por no haber aprendido a borrar la memoria de las personas que lo podían llegar a descubrir, si tan solo hubiera sido obediente y hubiese escuchado cuando le enseñaban algunas cosas quizá hubiese aprendido más de su naturaleza, de la tecnología, a cocinar y demás cosas, pero no fue así y lo único que se le ocurrió fue volver a ser un conejo y hacer como si nada hubiera pasado. Y lo hubiera conseguido de no ser por un pequeño detalle, al convertirse rompió el celular de Taehyung quién lo vio entre sorprendido y horrorizado, la pantalla quebrada demostraba que lo que había sucedido era real.
—Rompiste mi celular del trabajo ¿Tienes idea de cuánto me costó?. No, olvida eso y transfórmate de nuevo, esto explica todo lo que ha ocurrido estos días y demuestra que no estoy loco como llegué a pensar— siguió a Jungkook cuando este se escondió debajo del gran sofá de la sala.
Sí, definitivamente sería un día muy largo.
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