Capítulo 19
Maratón 3/4
Taehyung fue el primero en levantarse, un dolor punzante e incesante se concentró en su cabeza, abrió los ojos con algo de dificultad debido al dolor y cuando intentó sentarse, un brazo alrededor de su pecho se lo impidió. Volteó a un lado para ver de quien se trataba pues los recuerdos del día anterior eran algo borrosos.
Jungkook estaba a su lado, muy cerca de su cara y lo abrazaba fuertemente mientras respiraba lento y tranquilo, recorrió con su mirada todo el cuerpo contrario, notó como sus labios formaban un pequeño puchero y sus piernas estaban algo recogidas y su carita estaba apoyada en su brazo libre.
Acarició la mejilla de Jungkook, quien se removió aceptando su tacto. Cuando Taehyung dejó de verlo para verse a sí mismo se dio cuenta de que tenía encima un cárdigan viejo que no usaba hace mucho tiempo, quitó el brazo de Jungkook de encima suyo e hizo lo mismo con el abrigo y se puso de pie. Colocó su brazo izquierdo por debajo de la espalda de Jungkook y su brazo derecho debajo de las rodillas, lo cargó y subió las escaleras para luego entrar en la habitación de Jungkook, lo dejó en su cama y se sentó en el piso para admirarlo desde allí.
—Te ves tan tranquilo y precioso cuando estás durmiendo— susurró Tae y dejó un pequeño y casto beso en la frente de Jungkook.
Sacó su celular del bolsillo de su pantalón para verificar la hora, el reloj indicaba que apenas eran las ocho en punto de la mañana y era domingo, así que tenía el día libre y lo mejor era que Jungkook descansara un poco más ya que había estado durmiendo en una mala posición.
Con mucho pesar, Taehyung regresó a su habitación a paso lento y renegando mentalmente. Ahora estaba sobrio y mucho más seguro de sus sentimientos hacia Jungkook, pero no sabía bien como debía actuar ahora, no tenía idea de si Jungkook sentía lo mismo que él ni si le incomodaría si se confesaba, no quería que las cosas cambiaran, así que no sabía bien que hacer, pero sí a quien recurrir en busca de algún consejo.
Taetae✨
Park Jimin, seguramente aún estés muy dormido, pero me gustaría que vinieras en la tarde a mi casa para hablar de un tema importante.
Envío el mensaje, apagó su celular y lo dejó sobre la mesita de noche a su lado derecho. Se removió en la cama, quería dormir, pero no tenía ni una pizca de sueño. No podía dejar de pensar en Jungkook, deseaba poder dormir con él como la mayoría de veces que suelen hacerlo, le gusta sentir los brazos de Jungkook sobre su pecho y ser quien lleva su brazo a la cintura del híbrido, le gusta sentir su respiración sobre su cuello o ver cuándo despierta tan avergonzado que sus mejillas se pintan de un lindo rojo, podría delinear cada parte de su cuerpo, besar o morder cada uno de sus tatuajes y con pintura de diferentes colores trazar cada una de sus expresiones al despertar en alguno de sus lienzos, su mayor obra de arte sería una pintura de Jungkook. De la persona que tan enamorado lo tenía. Odiaba haberse dado cuenta tan tarde de sus sentimientos, pero no perdería más tiempo ahora que era consciente de ellos.
Ya que no podía conciliar el sueño por mucho que lo intentara, tomó su celular y lo guardó en el bolsillo delantero de su pantalón, salió de su habitación y caminó hasta otra, dónde estaban todas sus cosas de dibujo y pintura. Se sentó frente al atril y colocó encima un lienzo de tamaño medio, también puso sus pinturas de diferentes colores y comenzó a dibujar. La última imagen de Jungkook durmiendo plácidamente seguía plasmada en su mente, así que no le fue tan difícil.
Primero comenzó con el bosquejo, con ayuda de un lápiz trazó la forma de la cara del híbrido, luego siguió con su cabello y como mechones castaños caían con rebeldía sobre su frente, imaginaba como se vería si pintaba su cabello de rubio, negro o rojo o de cualquier otro color, sí, definitivamente cualquier color le quedaría precioso, dejó de distraerse con sus pensamientos y pasó a dibujar sus ojos mientras recordaba como pequeñas arrugas se formaban a los costados de sus ojitos cada que reía o sonreía y no pudo evitar sonreír por el recuerdo. Continúo con su nariz deseando poder dar pequeños toques en la punta y verlo ruborizarse por el tacto, pasó a dibujar sus labios y la evocación de aquel primer beso llegó a su mente y volvió a desear repetirlo, pero de forma más intensa.
Cuando terminó de dibujar su rostro siguió con las orejitas de conejito que adornaban su cabeza, suaves y blancas, comenzó a dibujar su cuello y finalmente sus hombros.
—Te verías aún más lindo con marcas de mis besos— susurró mientras tocaba en el lienzo, el cuello y los hombros de Jungkook, que hace unos instantes había dibujado.
Suspiró y alejó esos pensamientos. De todas las potes de pintura que tenía frente a él, eligió las que deseaba usar y después de unos minutos pintando, terminó su obra de arte. Quedó completamente satisfecho con el resultado, era un retrato de Jungkook rodeado por trazos sin un destino en específico y de diferentes y vibrantes colores, para Taehyung representaba su mente y su corazón porque Jungkook llenó su vida y todo su ser de colores que nunca había visto en su vida.
En el bolsillo de su pantalón, su celular vibró, lo cual le indicaba que había recibido una notificación por un mensaje, supo de quién se trataba. Sacó su celular y lo encendió, ya eran las diez de la mañana así que era obvio que ya estaría despierto.
Chimchim💕
Uh, utilizaste mi nombre completo. Debe ser importante. Estaré ahí después del almuerzo.
Taehyung le contestó con un simple gracias y apagó su celular, lo volvió a guardar y dejó la pintura ahí, se tenía que secar y luego la guardaría como con sus demás obras, pero ahora tenía hambre, por lo que salió de la habitación y bajó las escaleras. Llegó a la cocina y no vio a Jungkook, por lo que supuso que seguía dormido, está vez sería él quien preparara el desayuno, tenía que lucirse, no quería quemar algo y arruinar la mañana.
Dispuesto a hacer su mejor esfuerzo, pensó en que platillo le salía mejor y el gimbap llegó a su mente, sacó los integrantes necesarios, puso su música favorita en Spotify y se colocó sus audífonos para no despertar a Jungkook con tanta bulla, mientras cantaba en voz baja y bailaba un poco, preparó el gimbap e hizo un poco de té verde.
Lavó lo que había ensuciado y colocó los platos, cubiertos y vasos sobre la mesa del comedor, ahora que ya estaba todo listo, subió a despertar a Jungkook para que bajara y desayunaran juntos. Dio tres pequeños toques en la puerta.
—Jungkookie, ya es hora de desayunar— exclamó, pero no escuchó más que quejidos e hipidos dentro y se preocupó.
Intentó entrar, pero la puerta estaba con seguro, bufó ¿Por qué se encerraba? Solo podía ser porque o estaba muy triste por algo que el desconocía o posiblemente tan enfermo que no quería que lo viera así de mal.
Lo conocía muy bien, el tiempo que pasaron juntos no fue en vano en ningún sentido. Bajó al primer piso directo hacia la cocina en busca de uno de las bandejas que tenía guardada, caminó hasta el comedor y colocó el desayuno en la bandeja, subió de nuevo, la dejó en el piso y tocó la puerta solo una vez.
—Aquí te dejo el desayuno, no te saltes las comidas ¿Sí?— no recibió respuesta alguna, pero comprendía la situación.
Cuando Taehyung ya se encontraba desayunando en completa soledad, Jungkook abrió la puerta de su habitación con lentitud y algo de nervios, se sorbió la nariz y parpadeo varias veces para poder divisar la comida que Taehyung le había preparado, tenía los ojitos hinchados y las mejillas y nariz rojas; sí, había estado llorando. Cuando dejó de sentir el calor que le brindaba Tae y se dio cuenta de que estaba solo entre las sábanas de su habitación, volvió a llorar incluso más que el día anterior en la tarde cuando comía de su helado y veía series o cantaba canciones que sabía que lo pondrían aún más triste, lloraba por los recuerdos, lloraba por no ser correspondido, lloraba porque el dolor había vuelto, lloraba porque no quería seguir así.
«A veces desearía no sentir nada, si no sientes nada no importa lo que pasa y tu vida sigue como si nada. Los sentimientos solo te hacen débil». Pensó.
Mentira...
Amaba esos sentimientos, lo que no amaba era que no eran correspondidos, no podían hacer cosas de pareja, no besos, no caricias, no nada que no hagan dos buenos amigos.
Quería que Tae dejara de ser tan bueno, de tratarlo tan bonito y demostrarle su aprecio, eso solo hacía que se enamorara más de él, lo cual complicaba aún más las cosas ahora que sabía que la chica que le gustaba y Tae seguramente pronto comenzarían una relación seria. Antes estaba bien con la idea de ser solo amigos mientras estuviera a su lado no habría gran problema con el lazo que los unía, pero desde la última vez que la mencionó y después de la salida que tuvo con la joven, todo se complicó en cuanto al lazo, a sus sentimientos y sus decisiones. No tenía bien claro que era mejor hacer.
Recogió la bandeja que tenía su comida y se encerró de nuevo, se distrajo viendo en su celular videos en YouTube al mismo tiempo que comía el gimbap. Terminó de comer y dejó todo en el escritorio de al lado, volvió a acostarse en su cama para descansar mientras escucha música con los audífonos puestos.
La tarde llegó, el frío se apaciguó tan solo un poco y los ruidos en la cocina lo despertaron debido a que la música se había detenido porque la batería de su celular se había acabado y no escuchaba más que el ruido del exterior. Buscó el cable de su celular y lo dejó cargando, en el momento en que bajó al primer piso se dio cuenta de que Taehyung no estaba, solo estaba su plato de comida en el comedor y parecía que había limpiado toda la casa, no tenía trabajo así que Jungkook supuso que o bien estaba en su habitación o bien estaba en su despacho trabajando.
No le dio tanta importancia y se dispuso a disfrutar del arroz con kimchi que Tae había preparado para los dos. Estaba más que seguro que le había hecho con picante y a sí mismo se había preparado uno sin eso o quizá otra cosa como bulgogi o Japchae. Lo conocía bien y sabía que no era para nada fan del picante y tampoco del café, de hecho era por eso que suele prepararle té o alguna otra bebida caliente o fría que sea de su preferencia.
Trató de dejar de pensar en los detalles que Tae siempre tenía con él y se concentró en terminar su comida. Pasaron alrededor de veinte minutos y ya se encontraba lavando lo que había ensuciado, finalizó y dando pequeños saltitos en un pie y luego el otro se dirigió a la sala donde se sentó en el más grande de los sofás y prendió la televisión y puso Netflix dispuesto a encontrar algo que lo mantuviera entretenido.
Al final se encontró con un kdrama llamado Abbys y le gustó mucho por lo que incluso se preparó palomitas de maíz para la ocasión. Estaba tan entretenido que apenas notó que estaban tocando la puerta de la casa, de no haber sido porque escuchó una voz desconocida provenir del exterior probablemente nunca habría prestado atención, puso en pausa el episodio y con pesar se puso de pie, escondió sus orejas y su colita y abrió la puerta con una expresión de fastidio ¿Quién se supone que era el chico que estaba frente a él?
—Hola, soy Jimin ¿Eres amigo de Tae?— preguntó, Jungkook se quedó sin saber que responder cuando su mirada cayó en el lindo gatito negro que Jimin estaba sosteniendo.
—Sí, soy Jungkook— contestó mientras se atrevía a acariciar al pequeño gatito sin importarle si a su dueño le parecía bien o no, esa mirada era tan intensa y se le hacía conocida, pero no estaba del todo seguro de tener razón en su suposición hasta que el gatito saltó a sus brazos y segundos después se convirtió en su mejor amigo, aquel que no había visto en mucho tiempo.
—Jungkook— exclamó emocionado y lo abrazo, llevaba ropa negra como su pelaje y es que a diferencia de Jungkook, Yoongi sabía transformar su pelaje en ropa al momento de transformarse en su forma humana, también podía transformar su ropa y llevarla puesta en sus dos formas.
—¿Yoongi?— cuestionó algo confundido y sorprendido, pero al final aceptó su abrazo— ¿En verdad eres tú?— se separó, Yoongi asintió y dejo ver sus dos orejitas y su larga colita que se movía de un lado a otro debido a la emoción de volverse a ver.
A Jungkook no le importó mucho la presencia de Jimin, confiaba en él por el simple hecho de que su mejor amigo también lo hacía al disponerse a dejar salir su lado híbrido estando en presencia del humano, así que él también lo hizo. Volvieron a abrazarse y Yoongi alzó a Jungkook en sus brazos y le dio un par de vuelta mientras le susurraba lo mucho que lo había extrañado.
—¿Qué demonios está pasando aquí?— exclamó Taehyung mientras se acercaba a ellos, ni Jungkook ni Yoongi y mucho menos Jimin se dieron cuenta de la presencia de Tae hasta que habló.
°•°
Al fin se reencontraron
¿No les parece hermoso?
En fin, espero estén
disfrutando de los capítulos
Con amor...
SweetbabyTJ<3
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