Capítulo 18
Maratón 2/4
—No quiero sentirme así— exclamó Jungkook luego de ver a Taehyung marcharse a su cita. Se había arreglado y lucía muy guapo con su elección de ropa. Le dolía, ver qué hacía todo eso porque iba a verse con la chica que le gustaba y que eso no lo haría jamás por él, le dolía y mucho.
Cuando un híbrido siente el peligro en su lazo con su destinado, el dolor que siente es físico y emocional. Sus padres sabrían que debe tomar o hacer para sentirse mejor, pero él no y no estaba con ellos ahora, estaba solo en esa gran y vacía casa. Tenía que buscar alguna solución él solo, así que decidido fue a la cocina y en el refrigerador buscó el pote de helado que Taehyung hace unos días le había comprado ya que el anterior se le había acabado.
Un delicioso helado de chocolate con menta y un par de películas o canciones para escuchar seguro le harían sentir mejor, no podía hacer otra cosa más que eso, no tenía ganas de salir, prefería solo quedarse en casa y pasar el rato llorando por alguna película o cantando a todo pulmón cualquiera de sus canciones favoritas.
Colocó el pote de helado en la mesita de la sala de estar y antes de sentarse frente al televisor, subió las escaleras hacia la habitación de Tae. Con los ojos cristalizados busco entre su ropa algo lindo con que abrigarse, el frío calaba en su piel tan profundamente que parecía congelar su corazón y nublar su mente, encontró un viejo cárdigan, uno que Tae casi nunca usaba y se lo puso, seguro no notaría que le faltaba y de todos modos solo lo usaría un momento.
Luego de dejar la habitación de Tae como estaba en un comienzo, bajó las escaleras, caminó y se sentó en el sofá, encendió el televisor y buscó una película para ver, en el momento en que eligió cuál quería tomó el pote de helado entre sus manos y comenzó a disfrutar de su sabor favorito mientras trataba de concentrarse en la película y no en imaginarse como la estaría pasando Tae con la chica que tanto le gusta.
—En verdad deseo que seas muy feliz aunque no sea conmigo Tae— susurró mientras se mordía el labio inferior e intentaba retener sus lágrimas.
Por otro lado, Taehyung condujo hasta llegar al lugar acordado, llegó y se estacionó, se miró en su espejo retrovisor, arregló su cabello y su ropa, salió de su carro, entró en el restaurante y buscó con la mirada a Mi-yeon, quien se encontraba en la esquina derecha, tarareaba una canción y jugaba con su cabello mientras esperaba con paciencia la llegada de Taehyung, quien al encontrarla camino hacia su mesa y se sentó frente a ella.
—Hola— musitó y le ofreció aquella bella sonrisa cuadrada que aunque él no supiera, a ella le gustaba.
—Sí viniste— exclamó animada y cuando vio que Taehyung le extendía una pequeña cajita de chocolates la recibió con amabilidad—, gracias.
—Perdón por tardar— comentó mientras rascaba su nuca un tanto avergonzado.
—No te preocupes, no esperé demasiado— le restó importancia al asunto con un pequeño gesto de manos y sonrió. Taehyung solo asintió como respuesta así que fue ella quien intento continuar la conversación y de paso pedir ya lo que deseaba almorzar.
—Bueno, ¿Te parece que comamos panceta de cerdo con soju?— propuso Mi-yeon.
Ella quería que el ambiente se tornará más relajado y estaba segura de que el soju ayudaría a qué si fuera y tanto ella como él podrían soltarse un poco y hablar de diferentes temas que les interesara saber el uno del otro. El solo hecho de que él haya aceptado salir con ella llenaba su corazón de ilusión, quizá podrían llegar a algo más si al conocerse congeniaban o sentían algo más fuerte que un simple gusto.
—Por mí está bien— respondió Tae y se encogió de hombros, le gustaba la comida y también disfrutaba de un poco de soju de vez en cuando, así que no encontraba problema alguno.
Mi-yeon alzó su mano para llamar al mesero, quien se acercó a ambos y tomó su orden, cuando se fue ambos se quedaron en silencio, no sabían bien como iniciar una conversación. Para su fortuna la comida no tardó tanto así que pronto ya estaban disfrutando de una muy rica comida, sin embargo, Mi-yeon no quería simplemente comer y que luego cada uno se fuera a sus respectivas casas, ella quería conocer más a la persona que tanto le gustaba, había demorado mucho para pedirle una salida así que no quería cometer de nuevo el error de demorar para reforzar y mejorar la relación que de por sí tiene con Tae.
—Está muy rico ¿No lo crees?— dijo, se sirvió un poco de soju y lo tomó de un solo sorbo. Taehyung asintió algo pensativo.
Cuando dejó a Jungkook, lo había notado algo decaído y eso le preocupaba. No podía evitar preguntarse si ahora mismo se encontraba bien o se sentía mal o enfermo por alguna razón, y es que no había estado bien en los últimos días.
—¿Te sientes bien?— cuestionó algo preocupada al ver la mirada perdida de Tae y como su ceño se fruncía poco a poco.
—Ah sí, claro que sí— respondió cuando notó que Mi-yeon se había quedado esperando por su respuesta.
—¿Quieres un poco de soju?— ofreció alzando la botella que tenía en su mano.
—Sí, por favor— acercó su pequeño vaso y ella con todo gusto le sirvió un poco de soju.
—Me gusta estar aquí contigo, es algo que siempre quise hacer, pero se me complicaba por mi vergüenza y porque eres mi jefe— admitió con las mejillas algo ruborizadas y cabizbaja.
—Entiendo, la verdad me sorprendió que me invitarás a salir— contestó.
—Me di cuenta. Yo no suelo hacer este tipo de cosas, suelo concentrarme mucho en hacer bien mi trabajo y estar en casa pasando el rato viendo series o películas con mi mejor amiga, ella me dijo que debería dejar que me inviten a salir o ser yo la que invita. Ella quiere que encuentre a alguien especial que me quiera tanto como yo y cuando vio que nos hablamos seguido por chat, me animó a salir contigo— contó.
—Conozco a alguien similar que hizo lo mismo conmigo— sonrió con el simple recuerdo de como conoció a Jungkook. En definitiva su vida cambió mucho gracias al lindo chico de colita y orejitas blancas como la nieve que seguía adornando las calles en pleno febrero. No le había dado la importancia necesaria a las palabras dichas por la chica frente a él debido a que su mente estaba en otra parte.
—¿En serio?— preguntó, sentía algo de curiosidad y no lo ocultaba.
—Sí, es alguien que quiero mucho aunque al principio no nos llevábamos para nada bien— dijo y dejó escapar una pequeña risa.
—A veces eso pasa, supongo.
—Nunca imaginé que terminaría saliendo de mi zona de confort porque no era algo que quisiera, me sentía bien haciendo lo que ya estaba acostumbrado a hacer, pero no me arrepiento de nada, siento que ahora me siento el doble de mejor y todo es gracias a él— continúo hablando de él y ella lo notó. Supuso que se trataba de alguien muy especial.
—Se ve que lo quieres mucho— deseaba cambiar de tema, pero no sabía cómo y era algo difícil al ver cómo Tae quería seguir hablando de aquella persona que ella desconocía.
—Supongo que en poco tiempo me encariñé mucho— se encogió de hombros y jugo con lo poco que quedaba en su plato de comida.
—Me imagino que sí. En fin, cuéntame ¿Qué sueles hacer ahora en tu día a día?— preguntó contenta por haber logrado cambiar de tema.
—Si no estoy trabajando, salgo con él a diferentes y nuevos lugares que él conoce y yo no— contestó y se sirvió un poco más de soju.
—Veo que se divierten mucho— susurró, comenzaba a sentir algo de celos de aquel chico que tanto mencionaba. Según sabía, por lo que decían la empresa, su jefe era bisexual, así que el hecho de que aquel chico pasará tanto tiempo con él y que estuviera hablando tanto de él le hacía dudar del tipo de relación que esos dos tenían, pero no podía ni le parecía correcto sacar algún tipo de conclusión, así que prefirió solo ignorar sus dudas y pequeños celos.
—Sí, muchísimo.
—Bueno ¿Te gustan los postres? A mí me encanta el bingsu.
—También me gusta— Taehyung asintió, recordó como es que dijo que jamás tendría helado de chocolate con menta en su refrigeradora y como ahora tenía mucho solo porque a Jungkook le gustaba demasiado. Soltó una ligera risa debido a lo gracioso de la situación y Mi-yeon se dio cuenta de que había dejado de prestarle atención y la razón por la que se estaba riendo no era nada relacionado a ella.
—¿De qué te ríes?— preguntó por mera intriga.
—Recordé algo.
—¿Qué cosa?
—Algo relacionado a helado de chocolate con menta— volvió a reír.
—No me gusta, odio ese helado— confesó y Taehyung se dio cuenta de que tenía otra cosa en común con ella.
—Yo igual, pero a alguien más le gusta así que ahora siempre tengo un poco en mi refrigeradora— comentó mientras calmaba su risa.
—¿Tienes libros o prefieres las películas?— cambió de tema rápidamente. Se sentía algo incómoda, pero no sabía cómo decirlo
—Me gustan ambos.
—A mí igual y no sé elegir mi favorito en libros ni películas.
—Es comprensible.
—Ay ya se acabó el soju— dijo Mi-yeon e hizo un puchero— ¿Te parece bien si pedimos más?
—Claro, no hay problema.
Mi-yeon pidió tres botellas más de soju, y ambos entre risas tomaron y continuaron con la conversación hasta que el reloj marcó las siete de la noche.
—Creo que has tomado más que yo— dijo Mi-yeon al notar que Taehyung se reía de la nada y tenía la mirada perdida, a diferencia de ella que se mantenía tranquila y sentada correctamente, ella solo estaba algo picada, él definitivamente estaba borracho— es mejor que te lleve a tu casa, sé conducir así que si me dejas puedo llevarte en tu carro— sugirió.
—Esta bien y gracias— arrastró un poco las palabras, pero se logró dar a entender.
—No hay de que Tae—contestó, se puso de pie y ayudó a Tae a hacer lo mismo, paso la mano de su jefe por sus hombros y con dificultad lo mantuvo de pie, ambos salieron del restaurante luego de pagar y caminaron hasta estar frente al carro de Tae.
—¿Tus llaves?
—Están en mi bolsillo— con la mirada señaló su bolsillo delantero y las buscó.
Tae le entregó las llaves tanto del carro como de la casa y le indicó para que servía cada una, Mi-yeon lo ayudó a entrar en el asiento del copiloto y ella entró en el del conductor, con paciencia condujo según las indicaciones que Taehyung le estaba dando mientras balbuceaba cosas que ella no lograba comprender del todo.
Escuchó que dijo "¿Cómo se encontrará Jungkookie?" Pero como no sabía de quién hablaba no le prestó atención, sin embargo, se le hacía raro escuchar las pequeñas cosas que decía sobre él. Había puesto un poco de música para no prestar atención a sus balbuceos, pero le era imposible cuando incluso las canciones las relacionaba con aquella persona que ella desconocía.
Los minutos pasaron y por fin llegaron a la casa de Taehyung, Mi-yeon salió del carro y le abrió la puerta de este a Tae para ayudarlo a salir cuando así lo hizo caminaron hasta la entrada. Ella escuchó como de repente el televisor que parecía haber estado encendido se apagaba de la nada y parecía que alguien corría en busca de un lugar para esconderse.
Jungkook los había escuchado acercarse, por lo que rápidamente apagó el televisor y corrió hasta la cocina para botar el pote de helado que había estado comiendo y de paso para esconderse también.
—¿Viene con ella? ¿Por qué viene con ella? No quiero verlos juntos, me duele— susurró y al ver que abrían la puerta de entrada se transformó por puro instinto de protección a sí mismo.
—Llegamos, siéntate aquí— habló Mi-yeon, Jungkook salió de entre sus ropas y se acercó disimuladamente para ver qué estaba pasando en la sala.
—Gracias— contestó Taehyung.
—¿Te sientes bien?— preguntó cuando Tae tambaleó un poco y su cabeza cayó sobre su hombro, estaba un poco mareado.
—No tanto, creo que sí tenías razón— aceptó que había tomado de más y riendo dejo que Mi-yeon lo ayudara a acostarse en el gran sofá.
Mi-yeon notó que un pequeño conejito de blanco pelaje los miraba, y no pudo evitar emocionarse, siempre le gustaron mucho esos pequeños y tiernos animalitos.
—Que lindo, no me contaste que tenías una mascota— exclamó, se acercó hasta donde el conejito se encontraba y lo tomó en sus brazos.
—¿Kookie?— preguntó Taehyung mientras se removía en su sitio.
Jungkook quería huir, no quería seguir ahí, así que con total fastidio se removió entre los brazos de Mi-yeon y se atrevió a morder su mano todo para que lo soltara. La joven, a pesar de estar adolorida, no lo dejó caer sino que se puso de rodillas y lo dejó lentamente en el frío piso, mientras algo triste lo veía correr lejos hacia lo que parecía ser la cocina.
—Supongo que no le agradé mucho— musitó y se encogió de hombros.
—Puedes irte, ya estoy bien— aseguró Tae y ella tan solo asintió.
—Bueno, cuídate mucho y llámame o mándame algún mensaje si quieres— dijo mientras tomaba sus cosas, le entregó las llaves y salió de la casa.
—Jungkookie, ya se fue. Puedes transformarte si quieres.
Taehyung se puso de pie con algo de dificultad y buscó con la mirada al pequeño conejito. No lo encontró, trató de caminar, pero sentía como si el piso se moviera y no sabía bien donde debía pisar ni como evitar caerse.
—¿Dónde estás?-— exclamó desde su lugar, hasta que vio como Jungkook ya se había transformado, puesto de nuevo su ropa y salía de la cocina con sus orejitas caídas y su mirada perdida en el piso.
—Iré a descansar— contestó y huyó sin esperar respuesta, subió rápidamente las escaleras y se encerró en su cuarto dejando a Tae completamente confundido por su forma de actuar.
Fue justo en ese momento, cuando se sintió casi que ignorado por Jungkook y el alcohol se apoderó por completo de sí mismo, que Taehyung se dio cuenta de sus sentimientos. En la cita con la chica que se supone le gustaba tanto, él solo podía pensar en Jungkook y en lo mucho que quería haberse quedado a cuidarlo o ser con él quien iba a salir y de camino para su casa seguía pensando en él. No sabe en qué momento ella dejó de gustarle ni en que momento comenzaron a nacer aquellos lindos sentimientos hacia Jungkook, pero no cambiaría nada.
Jungkook le gustaba y mucho.
Todo en Jungkook le gustaba. La forma en la que sonreía, la hermosa y contagiosa melodía que era su risa, cuando arrugaba su naricita o cómo jugaba con sus dedos o su ropa si estaba nervioso, el rubor en sus mejillas o cómo movía sus orejitas cuando sus emociones cambiaban, cuando daba pequeños saltitos por la felicidad, los pucheros que hacía.
Amaba cuando al dormir juntos Jungkook lo abrazaba sin darse cuenta o cuando en la casa se dejaba ver con sus orejitas o su esponjosa colita y a veces al estar tan cerca estas le hacían cosquillas, amaba verlo tan concentrado cuando veía alguna serie o película que le llamaba la atención, y es que sus ojitos se iluminaban y o bien tenía los labios entreabiertos o bien se mordía el labio inferior por el asombro o los nervios, le gustaba la rica comida que cocinaba y como sacaba la lengua tan solo un poco mientras leía las recetas o batía algo.
Amaba cuando cantaba o bailaba alguna de sus canciones favoritas o cuando al pasar la tarde leyendo movía sus pies así estuviera acostado o sentado. Le gustaba su forma de vestirse y sentía que cada prenda de ropa le quedaba genial. Le gustaba incluso sus malas costumbres, como es que no podía evitar sentarse de una forma particular cuando comían en el comedor, le gustaba escucharlo hablar y no le importaba mucho si lo interrumpía o no.
Asimismo, ya podía entender lo que sentía el híbrido porque en su memoria estaban grabados los pequeños movimientos que hacía dependiendo de cómo se sentía, sabía cuando estaba triste porque se encerraba en su cuarto y cuando estaba fuera se limitaba a mirarlo algo decaído y contestaba con monosílabos o un pequeño asentimiento, hacía muchos pucheros y sus orejitas de conejito se mantenían hacia abajo; si estaba enojado lo ignoraba y trataba de no dirigirle la palabra ni mirarlo aunque a veces le fuera imposible, casi siempre estaba con su ceño fruncido y de brazos cruzados; si estaba feliz lo abrazaba, sonreía, estaba siempre cerca de él y lo miraba con cariño, daba pequeños saltitos e iba de un lugar a otro; si estaba nervioso jugaba con su ropa o sus dedos mientras se mordía el labio inferior, murmuraba lo que quería decir o a veces tartamudeaba un poco, y así podría seguir enumerando cada una de las pequeñas cosas que Jungkook hacia respecto a lo que sentía, se había dado cuenta de todo eso, pero recién ahora caía en cuenta de lo mucho que le gustaba cada cosa que hacía.
Deseaba decirle todo lo que sentía, deseaba enumerar cada cosa que le gustaba de él y verlo sonrojarse solo por eso, deseaba besar cada uno de sus pucheros. El primer beso que se dieron fue accidental y él solo se concentró en la reacción de Jungkook y no en lo que le había hecho sentir, ahora que solo podía pensar en sus sentimientos por el híbrido, recordó como su corazón latió como loco, como sintió su cara caliente y como sus manos temblaban al tocar la cintura del híbrido.
Deseaba volver a encajar sus manos en la cintura de Jungkook, aquella curva suave y fina que lo hacía delirar, quería juntar su labios con los del híbrido y llegar a profundizar el beso, le gustaría delinear con su lengua el labio inferior de su Kookie, le encantaría acariciar su anatomía con sumo cuidado y lentitud para poder disfrutar de la textura de su piel, le encantaría presenciar cada una de sus reacciones o gestos en el momento en que hicieran el amor.
Comenzaba a imaginar una vida junto a él como pareja, cosa que nunca antes le había pasado. Siempre se limitó a pensar que podía estar con alguien y no duraría tanto, porque creía que las relaciones amorosas eran algo efímero, no creía en el felices para siempre o en el te amaré hasta en mis otras vidas o aquellas cursilerías que veía en series y películas de romance.
Había estado con pocas personas, pero ninguna de sus relaciones duraba más de dos o tres meses y es que nadie aguantaba su pasión excesiva por el trabajo y el hecho de que casi no salía de su casa. Él tampoco hacía mucho para cambiar todo eso y que la situación fuera mejor, no ponía demasiado esfuerzo para que sus relaciones perduraban, por alguna razón con Jungkook absolutamente todo era diferente, deseaba que durara, deseaba ser correspondido, deseaba cuidarlo y mimarlo, salir a cada rato a dónde fuera o pasar el tiempo juntos mientras cocinan, limpian, leen o ven televisión.
Ahora el problema era confesarse, temía mucho por lo que podía pasar pues las posibilidades eran demasiadas, no quería arruinar lo que ya tenían, entonces ¿Qué podía hacer? ¿Seguir como estaban? O ¿Arriesgarse a ser rechazado después de confesar sus sentimientos? No tenía idea de cuál era la mejor opción, pero lo analizaría mejor mañana cuando el alcohol abandonara por completo su sistema.
Sus ojitos se cerraron poco a poco y se durmió en el sofá de la sala de estar, estaba tan cansado físicamente que no se dio cuenta cuando minutos después Jungkook, debido a su insomnio, bajó en busca de algo que comer y al verlo ahí echado temblando un poco por el frío, se quitó el cárdigan y con este mismo cubrió a Taehyung. Se sentó al lado de él y acarició su mejilla.
—Desearía que me quisieras tanto como yo a ti— murmuró, el sueño por fin se apoderó de él y el dolor en su pecho disminuyó poco a poco.
°•°
Amo esta parte
¿A ustedes también les gusta?
Continuamos con el maratón<3
SweetbabyTJ.
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