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Capítulo 14

Maratón 2/3

Jungkook estaba actuando muy extraño, ya había pasado una semana actuando de esa forma, Taehyung lo había notado, pero no dijo nada al respecto ni se quejó por ello; sin embargo, sí tenía curiosidad de porqué estaba sucediendo aquello.

Luego de su última salida juntos, Jungkook se comportaba muy territorial y cariñoso con él, quería que lo mimara todo el tiempo y también dormir con él. Taehyung no era capaz de negarse a nada que Jungkook le pidiera y tampoco le molestaba esa forma de actuar del híbrido.

Además de eso, Jungkook parecía estar más tímido de lo habitual y cuando eso sucedía se convertía en el bello conejito que era, a lo que Taehyung solo lo tomaba entre sus brazos para ponerlo en su regazo y acariciarlo; otras veces se enojaba de la nada por pequeñas cosas e ignoraba todo el día a Tae, quien aún así se mantenía siguiéndolo y tratando, de alguna forma, que le hiciera caso y lo perdonará por lo que sea que hubiera hecho aún sin saber que podría ser eso.

Y es que los días antes del celo no eran algo sencillo de manejar y estos junto con la semana que duró el celo estuvieron llenos de cosas algo inesperadas.

Martes 🌼🌈
5:30 am

La alarma del celular de Taehyung sonó y lo despertó, estaba dispuesto a salir de la cama, bañarse y cambiarse, pero unas manos alrededor de su cintura no lo dejaron. El día anterior Jungkook le había pedido dormir con él y ¿Quién podría decirle que no a un Jungkook con su pijama puesta que abrazaba su almohada y lo veía con un brillo de esperanza en los ojos? Pues Taehyung no podía.

Cuando intentó quitar las manos de Jungkook, lo escuchó gruñir, cosa que hacía solamente cuando estaba enojado o algo le molestaba, supuso que era lo segundo y aunque quisiera quedarse, tenía trabajo que hacer también.

—Jungkookie debo alistarme para el trabajo— susurró y acarició con suavidad las manos contrarias.

—No vayas, quédate conmigo— reforzó su agarre en la cintura de Tae y se aferró a su espalda.

—Sabes que no puedo— replicó en un tono de lamento.

—Sí puedes— contradijo enojado.

—Esta bien, sí puedo, pero no debo— admitió.

—No quieres— deshizo su agarre lentamente, volteó en dirección contraria, abrazó fuertemente una almohada y se cubrió por completo con su manta.

—Conejito— intentó quitarle la manta de encima, pero un gruñido de parte del híbrido, lo detuvo.

—Ya, solo vete—  le gritó.

—No te molestes por favor— tocó suavemente la manta con la intención de acariciar al híbrido, pero cuando él sintió su tacto cerca inmediatamente se alejó.

—No me toques, vete— espetó, Taehyung no quería que se enojara aún más, así que se limitó a obedecer y salió de su casa y condujo directo a su trabajo.

Cuando Taehyung estuvo fuera, Jungkook se quitó las sábanas de encima y dejó que un par de lágrimas se escaparan de sus lindos ojitos. Ni siquiera sabía porqué de repente estaba actuando así, pero tampoco podía evitarlo, por lo que solo se dejó ser.

Cuando se calmó, se preparó un rico desayuno, limpió y ordenó la casa, comenzó a leer otro de los libros que había en su habitación, uno llamado "La canción de Aquiles" y al final cuando llegó la hora del almuerzo, decidió salir a comer bulgogi y luego de hacerlo fue al supermercado para comprar lo que necesitaría para preparar la cena.

En el momento en que estuvo de vuelta en casa se sentó en el sofá de la sala y vio unos cuantos capítulos de la serie "Propuesta laboral" en Netflix pues le había llamado la atención el tráiler, sin embargo, tuvo que ponerla en pausa cuando se dio cuenta de que era hora de preparar la cena.

Sabía que Taehyung llegaría en cualquier momento y aunque estaba enojado con él por dejarlo solo, estaba dispuesto a hacerle una rica cena como todos los días lo hacía, al final preparó jajangmyeon, un platillo que consiste en gruesos fideos cuya salsa es hecha principalmente con judías negras.

Dejó todo en la mesa del comedor, quería comer y luego subir a cenar, pero la llegada de Tae cambió sus planes por completo pues apenas escuchó la puerta abrirse lo único que se le ocurrió hacer fue convertirse en el pequeño conejito blanco que era y esconderse en su propia ropa. Se encontraba debajo de la mesa así que confíaba en que no lo encontraría tan rápido.

—Conejito ¿Dónde estás?— Taehyung exclamó mientras cerraba la puerta y caminaba hacia la sala, el silencio profundo lo alertó.

—Jungkookie no me asustes, no hagas eso por favor ¿Dónde estás?— subió las escaleras y buscó en su habitación luego en la de Jungkook y finalmente en las otras restantes, pero no lo encontró en ninguna.

Bajó las escaleras de nuevo, preocupado se dirigió al comedor y no lo encontró aún; sin embargo, un delicioso aroma llamó su atención y lo hizo dirigirse a la cocina, ahí se dio cuenta de que Jungkook le había cocinado la cena y al mismo tiempo pudo notar que una prenda negra sobresalía de debajo de la mesa, aguantó una pequeña risa que quería escapar de sus labios al igual que un suspiro de alivio al ser consciente de que lo había encontrado al fin.

Se arrodilló y luego se colocó boca a abajo mirando hacia donde un poco de ropa estaba amontonada, pudo darse cuenta que el pequeño conejito estaba escondido allí pues su colita, que tenía una gran similitud con una pequeña bolita de algodón, sobresalía y se movía con nerviosismo. Pensó bien que hacer y al final eligió lo que parecía la mejor opción, tomó entre sus brazos el montón de ropa como si estuviera cargando a un pequeño bebé.

—¿Sigues molesto conmigo, no es así? Conviértete para que podamos hablar, por favor— pidió y Jungkook obedeció por mero instinto pues al transformarse se dio cuenta del pequeño detalle de que el no sabía hacerlo junto con su ropa, por lo que terminó envuelto en su ropa en los brazos de Taehyung. Y el problema es que su ropa no le cubría por completo al no tenerla puesta como debería.

La mano izquierda de Tae envolvía su cintura desnuda, y su mano derecha sus piernas cubiertas parcialmente por su pantalón mientras que Jungkook tenía sus brazos envueltos en el cuello de Tae y ambos se miraban directamente a los ojos con las mejillas algo ruborizadas y sin saber que decir por la conmoción. Tan solo pasaron unos minutos disfrutando del calor contrario y el contacto que se sentía como una suave caricia a sus corazones, pero para ambos parecía una eternidad. Todo se sentía correcto y en completa tranquilidad; sin embargo, Jungkook recordó su enojo e inmediatamente quiso alejarse de él.

—Bájame— exigió y Taehyung, aún algo perplejo, le hizo caso— Volteate— dijo y Tae cumplió su petición. Jungkook se puso correctamente la ropa y después colocó su mano en el hombro de Tae y lo volteó para que volviera a mirarlo.

—¿Qué quieres?— preguntó Jungkook con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Avisé en el trabajo que no iré estos días, no sé que tienes exactamente, pero me quedaré ¿Te parece bien?— le comentó y se alegró al ver que la expresión de Jungkook cambiaba por completo y podía volver a ver esa hermosa sonrisa de conejito.

—Sí— exclamó y saltó a los brazos de Tae quien lo recibió con gusto y una gran sonrisa.

Por el hambre su estómago rugió, se alejaron levemente para poder mirarse y Jungkook  no pudo evitar reírse mientras Taehyung solo sonrió con algo de vergüenza.

—¿Tienes mucha hambre?— le preguntó y Taehyung asintió.

—Lo hice enojado así que no te aseguro que este rico— contestó y se encogió de hombros.

—Me lo comería aún así— replicó, ambos se alejaron y se sentaron en el comedor para cenar juntos.

Miércoles 💖🌸
8:00 am

Los rayos del sol se colaron por las cortinas abiertas y se sintieron como una calida caricia en su piel, sus ojitos se abrieron lentamente tratando de acostumbrarse a la luz, se removió lentamente y noto que se encontraba abrazando a Taehyung, alzó la cabeza y le sonrió algo nervioso.

—Buenos días Jungkookie— saludo con aquella voz mañanera que solía ser más grave de lo que era normalmente.

—Buenos días hyung— respondió y se alejó rápidamente del cuerpo contrario, seguía negando lo evidente y tampoco quería hacerlo más obvio de lo que seguro ya era, lo mejor era que Taehyung no supiera de sus sentimientos.

—¿Te sientes bien?— cuestionó por la repentina y extraña actitud.

—Sí, claro que sí— asintió.

—¿Quieres que nos quedemos acá o ya tienes hambre?— preguntó de nuevo.

—Sí, ya hay que bajar. Tengo mucha hambre— mintió, en realidad no tenía hambre aún, pero como la tendría en algún momento y quería evitar que siguiera preguntando, lo mejor era bajar a preparar el desayuno y comer juntos.

—Esta bien— dijo y ambos salieron de la cama, la ordenaron, se cepillaron los dientes, se lavaron la cara, bajaron al primer piso y caminaron hasta llegar a la cocina.

Juntos decidieron cocinar ramen, a Jungkook se le había antojado de repente y por suerte era lo que Taehyung más sabía hacer. Desayunaron entre risas y conversaciones de temas triviales. Fue una mañana bastante tranquila, luego del desayuno Jungkook le contó emocionado sobre el libro que estaba leyendo últimamente y Taehyung lo escuchaba igual de emocionado y de vez en cuando le hacía preguntas al respecto, luego se bañaron y cambiaron, finalmente cuando llegó la tarde volvieron a cocinar juntos, hicieron limonada, arroz y barbacoa coreana de almuerzo, al terminar de comer lavaron los platos y se sentaron a descansar en el sofá de la sala de estar.

—¿Quieres ver una película o una serie?— preguntó de repente Jungkook.

—Sí, pero hay que hacer palomitas entonces— respondió y se puso de pie siendo seguido por Jungkook.

Después de debatir entre las diferentes opciones que tenían, a Taehyung se le ocurrió la increíble idea de mostrarle el inicio de la saga de películas de Marvel pues estaba seguro de que a Jungkook le gustarían y tenía razón, al ver la primera película Jungkook quedó completamente encantado.

—Estuvo muy buena ¿Verdad que sí?— preguntó Tae.

—Definitivamente, hay que ver otra— exclamó Jungkook emocionado.

Taehyung asintió pues estaba de acuerdo y colocó una película más. Cuando terminó, Jungkook seguía igual o quizá más emocionado que antes.

—Parece que te va a gustar mucho esta saga— supuso Taehyung y no estaba alejado de la realidad, ya le comenzaba a gustar y quería ver cada vez más, pero de repente quiso hacer algo más.

—Ahora quiero salir, podemos seguir viendo las otras películas luego— opinó.

—Bueno ¿A dónde quieres ir?— preguntó curioso, ya comenzaba a acostumbrarse a esos pequeños cambios repentinos de opinión o sentir y la curiosidad del porqué, aún seguía presente.

—Al parque— exclamó.

—Esta bien, vamos— apagó el televisor, salió junto a Jungkook de la casa y guardó su celular y sus llaves en los bolsillos de su pantalón. Ambos caminaron el uno al lado del otro hasta llegar al parque más cercano. 

—EL parque de noche es realmente precioso— exclamó Jungkook y suspiró mientras veía las estrellas que adornaban el firmamento y Taehyung apreciaba el brillo que en sus ojos resplandecía, debía admitir que se veía hermoso mientras veía el cielo nocturno y la leve brisa acariciaba su cuerpo provocando que sus mejillas enrojecieran tan solo un poco debido al frío y es que ya se acercaba el otoño.

El viento les desordenó el cabello a ambos, Taehyung se lo acomodó el mismo, en cambio, Jungkook ni siquiera lo notó pues estaba embelesado por lo que le rodeaba. Por mero instinto quizá, Taehyung acomodó algunos mechones rebeldes detrás de la oreja de Jungkook quien pasó a ofrecer su total atención a quien se encontraba frente a él ahora. El corazón de Jungkook latía demasiado rápido y percibía que su respiración se volvía entrecortada al igual que las puntas de sus dedos se sentían frías, Taehyung no tenía idea de que con todas esas pequeñas acciones hacía que todo en Jungkook fuera una revolución, no ayudaba en nada a lo de ocultar sus sentimientos, pero aún así tampoco había algo que pudiera quitarle a Jungkook la idea de que todo eso era algo pasajero.

Jueves 🌻✨
6:00pm

—Quiero un postre— Exclamó Jungkook de repente. Después del almuerzo, habían pasado algunas horas viendo más películas de Marvel y Jungkook ya tenía su personaje favorito, Iron man; sin embargo, de repente se le había antojado algo dulce para comer.

—¿Te gustaría que preparemos algo juntos? Quizá ¿Un Dasik? ¿Bingsu? ¿Ttok?— preguntó Taehyung. Debía admitir que le gustaba demasiado que cocinaran juntos y también estaba muy alegre de aprender y mejorar cada vez más.

—Me encantaría— contestó dando pequeños saltitos en su lugar—, hacer cualquiera de esos estaría genial.

Ambos se dirigieron a la cocina, Taehyung abrió la refrigeradora y luego la alacena para ver si tenían los ingredientes necesarios para hacer alguno de esos postres, pero se dio con la sorpresa de que no era así y no solo eso sino que necesitaban urgentemente hacer compras para el resto de la semana y la siguiente. 

—Creo que faltarían ingredientes, hay que ir a comprar al supermercado de paso que tratamos de elegir cual postre sería ideal para hacer— comentó Tae.

—Sí, vamos— respondió Jungkook y tomó de la mano de Taehyung para salir de la casa y poder dirigirse lo más rápido posible al supermercado.

Taehyung se dirigió a su auto y le abrió la puerta del copiloto a Jungkook para que entrara, así lo hizo y luego él entró y se sentó en el asiento del conductor, le colocó el cinturón de seguridad a Jungkook y él se lo colocó también, ya que estaban listos, Tae condujo hasta llegar al supermercado al que siempre solía ir y que por suerte no estaba tan lejos de su casa.

Cuando llegaron, Tae guardó el carro en el estacionamiento y junto a Jungkook se adentraron en el establecimiento, el aire acondicionado abrazó sus cuerpos y luego de saludar con reverencia a los que se encontraban en la entrada, comenzaron su búsqueda de ingredientes y demás cosas que debían comprar.

—¿Ya sabes qué postre deseas hacer?— preguntó Tae.

—Estuve pensando durante el viaje hasta aquí y creo que quiero hacer Dasik y podemos comprar helado y algo de tomar— propuso entusiasmado.

—Me parece bien y en cuanto a sabores de helado ¿Cuál prefieres?

—¿Podemos comprar dos sabores?— entrelazó sus manos entre sí, las acercó a su carita, hizo un puchero y lo miró directo a los ojos de manera suplicante.

—Si, no hay problema— contestó. Sí, definitivamente era muy difícil decirle que no.

—Quiero de té verde y chocolate con menta— pidió.

—¿Chocolate con menta? ¿En serio te gusta?— preguntó e hizo una pequeña mueca de disgusto, esperaba haber escuchado mal.

—Claro que sí, es muy delicioso— replicó con el ceño fruncido, podía notar a donde se dirigía la situación.

—Define delicioso—preguntó suponiendo que para Jungkook la palabra delicioso tenía otro significado.

—¿No lo comprarás?— cuestionó con una expresión triste en su carita.

—Sí, te lo compraré— contestó y rio al sentir las manos de Jungkook deslizarse por su cintura, lo estaba abrazando por detrás y se le hizo muy tierno, cuando apenas se separó corrió hasta la sección de helados y regreso con ambos envases para colocarlos dentro del carrito.

—No puedo creer que esté haciendo esto— balbuceo y por suerte Jungkook no le entendió. 

Le resultaba irónico el hecho de que siempre se burlaba de Hoseok e incluso juró que jamás pondría un envase de helado de chocolate con menta en su refrigerador y ahora mismo se encontraba comprando uno para hacer justamente lo que dijo que no haría nunca en su vida y todo por una mirada y pocas palabras del tierno híbrido que tenía como amigo. No pudo evitar pensar que no haría lo mismo por Hoseok ni siquiera por Jimin, lo cual lo hizo preguntarse ¿Por que sí lo estaba haciendo con Jungkook entonces? No tenía sentido, pero prefería no prestarle tanta importancia al asunto.

Continuo con las compras, de vez en cuando él buscaba lo que faltaba y lo ponía en el carrito y en otras ocasiones le pedía a Jungkook que buscara mientras el trataba de recordar que otra cosa faltaba en la casa, al final el carrito se llenó por completo. 

—Creo que ya sería todo— dijo Taehyung y se dirigió a donde se encontraba un cajero de supermercado que no tenía para formar cola, Jungkook lo siguió, pagaron por los productos, los cuales fueron entregados en cinco bolsas grandes, agradecieron la atención y caminaron hasta el estacionamiento con las bolsas en mano. Al llegar al auto de Tae guardaron las cosas en el asiento trasero y subieron a sus respectivos asientos para dirigirse devuelta a su casa.

Apenas llegaron, entraron a la casa y empezaron a guardar todo en sus respectivos lugares dejando en el mesón de la cocina los ingredientes que necesitarían para preparar el Dasik, las cuales eran judías verdes en polvo, semillas de sésamo negra en polvo, almidón de judías mungo, líquido de fresa, miel, agua, aceite vegetal, los moldes y los sellos decorativos, también conocidos como Dasikpan. Siguieron la receta, que habían encontrado en internet, al pie de la letra mas en el momento en que llegaron a los últimos pasos para tener listo el postre, Taehyung quiso molestar solo un poco a Jungkook.

—Oye— se quejó cuando un poco de judias verdes polvo cayeron sobre él y mancharon parte de su cara y camiseta

—Lo siento, fue un accidente lo juro— aseguró Taehyung alzando sus manos en fingida inocencia, pero Jungkook no le creyó y se limitó a imitar el accionar de su hyung.

—Lo siento, lo mío igual— fingió lamentarse por haberle hecho lo mismo.

—Está bien, digamos que fue un empate— alzó su mano hacia Jungkook para que la estrechara como símbolo de tregua.

—Me parece bien— estrechó su mano y dejó que con total cuidado Tae limpiara su cara con un trapo húmedo, se sentía muy bien ser atendido por su hyung, así que cuando Tae termino quiso hacer lo mismo por él y así fue. 

Viernes 🌷💞
4:00pm

—¿Te gustaría ir conmigo al cine?— cuestionó Tae mientras lentamente se sentaba al lado de Jungkook en el sofá de la sala.

—¿Al cine?— preguntó devuelta, no recordaba mucho sobre haber ido a ese lugar ya que fueron muy pocas las veces, pero le emocionaba volver y recordar como se sentía ver una película allí y es que de lo poco que recuerda era que la experiencia era completamente diferente a solo ver algo por televisión.

—Es que hay una película que quería ver desde hace rato— explicó entre nervioso y emocionado. Era la primera vez que actuaba así, pero no le prestó atención pues estaba más centrado en ver si Jungkook se animaba a ir con él.

—Me encantaría ir contigo— respondió el híbrido y Tae asintió emocionado mientras se mordía el labio inferior y sacaba su celular del bolsillo delantero de su pantalón.

—Genial, compraré las entradas por internet— dijo y buscó en la página web del cine al que deseaba ir, la película que quería ver y compró las entradas de la siguiente función, la cual comenzaba en una hora y media. 

—¿Eso se puede?— preguntó de repente Jungkook. La curiosidad siempre era muy latente en él.

—Cierto, nunca te enseñe a comprar cosas por internet— recordó. Se le había olvidado ese pequeño detalle, aunque si lo pensaba bien era mejor porque si solo le enseñaba y le daba su tarjeta era muy probable que comprara lo que sea que llamara su atención solo porque podía y sabía hacerlo y eso le traería muchos problemas.

—No— negó con un puchero que adornaba su rostro.

—Pues sí se puede, más tarde te enseño, pero debes tener en cuenta que no puedes comprar todo lo que veas solo porque te gustó— le advirtió por si acaso, quería ahorrarse los posibles problemas.

—Esta bien— se rio levemente, pero estaba completamente de acuerdo con lo que le decía y si le enseñaba era obvio que le obedecería— iré a bañarme y cambiarme— exclamó y comenzó a subir las escaleras.

—Yo igual— contestó Tae y subió detrás de Jungkook.

Cada uno se dirigió a su respectiva habitación y se dedicaron a buscar que ponerse, cuando ambos tuvieron hecho aquello, se bañaron y cambiaron para después salir de sus habitaciones y encontrarse en la sala de estar, Jungkook siendo el primero en estar listo y Taehyung, el segundo.

Jungkook llevaba puestos unos pantalones rasgados de color negro, una camiseta blanca con una camisa a cuadros negra con gris y unas zapatillas blancas mientras que Taehyung tenía puesto su pantalón negro, una camisa blanca y encima una polera gris y zapatillas blancas con detalles grises, sin querer estaban un algo combinados. Rieron por la coincidencia, salieron de la casa luego de asegurarse de tener todo listo y que nada se les quedaba. Taehyung condujo hasta llegar al cine, dejó el carro en el estacionamiento y se adentraron al establecimiento, ingresaron rápido a la sala de proyección y disfrutaron de la película que habían elegido ver. Las horas que duró se las pasaron comiendo pop corn y tomando gaseosa mientras de vez en cuando comentaban sobre escenas o momentos que les llamaban la atención.

—La película estuvo muy buena y es genial verla así— exclamó Jungkook al ver que los créditos se mostraban en la gran pantalla.

—¿Verdad que sí?— respondió Tae contento de que a Jungkook le gustará la experiencia de ver una película en un cine.

—Deberíamos venir más seguido— propuso, le parecía una buena idea para pasar un buen rato de vez en cuando.

—Me parece genial— concordó, juntos bajaron las escaleras y salieron de la sala de cine para dirigirse a la salida del lugar—. Iré por el auto, espérame aquí.

—Está bien— asintió y vio a Taehyung irse, las personas entraban y salían del establecimiento, compraban boletos o comida afuera y dentro del cine mientras el se balanceaba sobre sus pies esperando pacientemente el regreso de Tae con el auto para regresar a casa pues ya era tarde y ambos tenían hambre y querían descansar.

De repente sintió como si alguien lo observara y al bajar la mirada se encontró con un gato de grandes ojos verdes y pelaje negro, le pareció adorable y bajó hasta estar a su altura.

—Hola gatito, ¿Te perdiste?— preguntó mientras acariciaba el pelaje del animal, conectó miradas con el pequeño gato y sintió un pequeño escalofrío recorriendo su espina dorsal, parecía como si el pequeño gato lo estuviera escaneando con la mirada como creyera conocerlo y tratara de estar seguro de que era así.

—¿Jungkook?— oyó una voz en su mente, una voz de alguien que conocía. Por un momento creyó que era su imaginación jugando le una mala pasada, pero de nuevo esa voz volvió a hacerse presente al volver a mirar al gato a los ojos en vez de tratar de buscar de dónde provenía a su alrededor— ¿Eres tú?— apenas emitió aquella pregunta se asustó y salió corriendo, Jungkook dirigió su mirada a la dirección en la que el gato se había ido y lo hubiera perseguido de no ser porque prometió esperar a Taehyung y porque sintió su presencia a su lado.

—Ya vine ¿Nos vamos?— preguntó y le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie. Jungkook la aceptó dubitativo y se puso de pie casi sin dejar de mirar a dónde había notado que se había escondido temeroso aquel gato negro.

—¿Todo bien?— cuestionó Tae y tomó de la barbilla a Jungkook para que lo mirara a los ojos pues le preocupaba mucho aquel extraño comportamiento repentino.

—Ah sí, no te preocupes— restó importancia con un gesto de sus manos, dirigió una última mirada al lugar donde se supone el gato se había escondido y al notar que no estaba se volvió hacia Tae dispuesto a regresar a casa y olvidar el asunto— Ya hay que irnos.

—Esta bien— ambos caminaron hacia el auto y entraron, Taehyung condujo devuelta a casa y Jungkook prefirió tomar una pequeña siesta lo que duró el camino de regreso.

Por otro lado el gatito se había escondido en un callejón en un lugar lejano y tras convertirse en humano por completo, pues sabía el riesgo de quedarse con su hermosa y larga colita y sus suaves y puntiagudas orejitas, se comenzó a preguntar la forma de volver con Jungkook, era seguro que era él por su reacción al llamado y tenía que alejarlo del humano antes de que se pusiera en riesgo como él casi lo hace varias semanas. Unos pasos lo alertaron y volteó hacia donde el ruido provenía, se trataba de aquel humano de nuevo, intentó esconderse, pero fue atrapado en el intento. Ese día no solo se reencontró con el chico que lo había ayudado y cuidado en su forma animal, sino que también se dio cuenta de cierto detalle que los unía, un lazo difícil de romper.

Sábado 💘🍃
4:00pm

—No quiero— renegó Taehyung de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

Taehyung y Jungkook se encontraban en la sala descansando mientras veían un capítulo más de la serie que se estaba transmitiendo y le gustaba mucho al híbrido cuando de repente a este se le ocurrió proponer que terminado el capítulo fueran a la cafetería magnate, una que hace varios días habían abierto y se encontraba ubicada cerca de su casa.

—¿Por qué no?— inquirió.

—Odio el café— exclamó con una mueca de asco en su rostro.

—Venden más que solo café— refutó, Taehyung negó con la cabeza y desvío la mirada, seguía sin estar convencido del todo, pero cuando regresó a ver la reacción de Jungkook pues no había vuelto a hablar para convencerlo, notó que Jungkook estaba cabizbajo, no quería verlo triste menos por su culpa.

—Bien, iré— dijo y suspiró.

—Genial— exclamó y emocionado, de un salto, salió de la sala de estar y se dirigió a las escaleras dispuesto a subir y arreglarse siendo seguido por Taehyung, cada uno se dirigió a su habitación y se alistó para salir.

Jungkook optó por unos jeans negros algo rasgados, un polo blanco y encima una chaqueta de cuero negra, también decidió ponerse unas botas grandes del mismo color. Mientras que por otro lado y esta vez haciendo algo de contraste, Taehyung prefirió usar jeans azules, una camiseta celeste y encima un suéter de punto con un diseño de rombos verdes y celestes.

Ambos bajaron a la sala de estar y después de asegurarse de llevar lo necesario, salieron de la casa, entraron al carro y Taehyung condujo, siguiendo las indicaciones de Jungkook, hasta que finalmente llegó a la cafetería a la que Jungkook deseaba ir.

En el momento en que entraron al establecimiento el olor a café los envolvió, Jungkook suspiro y aunque a Taehyung no le gustara el sabor de la bebida, no le disgustaba el olor por lo que no le causo molestia alguno, por el contrario. Eligieron entre los asientos vacíos el que les pareció mejor y al final se sentaron en uno cerca al lugar donde se hacía el pedido, Jungkook dejo su mochila para reservar lugar y junto a Tae formaron cola. Esperaron tan solo unos cinco minutos y los pudieron atender.

—Hola lindo ¿Qué deseas?— le preguntó a Jungkook, un lindo chico de su edad y tamaño, castaño, pálido y muy guapo que trabajaba medio tiempo como cajero en aquella cafetería.

Aquella reacción del cajero hacia Jungkook, a Tae se le hizo un tanto extraña, era mas que obvio que era coqueteo, en realidad lo extraño era que le molestaba y no tenía porque ser así, no lo entendía.

—Me gustaría un frappuccino de chocolate— exclamó ofreciéndole esa linda sonrisa que tanto lo caracteriza. Tae no entendía si le estaba aceptando el coqueteo o ni siquiera entendía que le estaba coqueteando en primer lugar. 

—En un momento lo tienen listo pequeño— respondió luego de entregarle la boleta a Jungkook, quién la recibió e hizo una pequeña reverencia como muestra de respeto.

—Te espero allá— Jungkook se dirigió a Taehyung quien solo asintió como respuesta mientras lo veía alejarse hasta llegar al asiento que habían reservado.

—Deme un rollo de canela y jugo de naranja— pidió Taehyung y miró escéptico al joven frente a él, era gracioso como de repente su expresión cambió a uno neutra cuando tenía que atenderlo a él y no a Jungkook, no podía ser más evidente su intención porque no era posible.

—En un momento se le entregará su pedido— le entregó la boleta, Tae la tomó y fue a sentarse junto a Jungkook. Solo esperaron unos minutos y un mesero llego con sus pedidos, ambos recibieron lo que le respondía a cada uno; sin embargo, Jungkook se sintió algo confundido cuando de repente el mesero le entregó un gran y muy apetecible bingsu, que por casualidad era su postre favorito, pero aun así no recordaba haberlo pedido.

—Yo no pedí esto— aseguró y al parecer el chico lo sabía, pues no parecía sorprendido ni nada por el estilo.

—Lo hizo él— señaló al chico al que minutos antes le había coqueteado— es un regalo así que no te preocupes, no tendrás que pagarlo

—Oh dígale que muchas gracias, lo disfrutaré— contestó muy alegre y dando su primer bocado al delicioso postre frente a él.

—Claro— hizo una pequeña reverencia y fue a contarle lo sucedido a su amigo.

Taehyung no pudo evitar hacer una mueca de desagrado ante el suceso, pero decidió ignorar ese pequeño sentimiento que de la nada había aparecido, mientras que Jungkook al pasar su mirada por la mesa notó un pequeño pedazo de papel donde parecía que había algo escrito.

—¿Y esto?— preguntó y cuando estuvo apuntó de abrir el dichoso papel, Tae ya se lo había quitado de las manos.

—Déjame ver— exclamó y leyó lo que en el papel estaba escrito.

—¿Qué es?— cuestionó Jungkook mientras se acercaba en un intento fallido de saber que había hecho que la expresión de Taehyung cambiara tan drásticamente.

—Nada importante, no sirve— arrugó el pedazo de papel y lo mantuvo en su mano, cambió su expresión a una más suave, pero no convenció del todo al híbrido.

—¿Seguro?— volvió a preguntar.

—Completamente— sonrió, desordenó los cabellos de Jungkook y tomó dos sorbos de su jugo.

—Esta bien, si tú lo dices— se encogió de hombros y continuó disfrutando de su comida mientras que por otro lado Tae volvía a leer lo que en ese papel estaba escrito, el susodicho le había dado su número, así de la nada y él no entendía porqué todo el asunto le continuaba molestando, pero tampoco quería pensar demasiado en ello.

Domingo 🔥❤️
8:00am

Había llegado su celo justo en el día de su cumpleaños ¿Por qué?

Jungkook sabía que eso podría pasar y que sería en cualquier momento, pero no le tomó tanta importancia por estar cerca de Taehyung todo el tiempo y por recibir toda su atención. Sin embargo, a las ocho de la mañana cuando sintió que comenzaba a lubricar, la realidad le cayó como balde de agua fría en un día de invierno. Taehyung aún se mantenía dormido a su lado así que intentó despertarlo, sabía que se pondría peor y era mejor prevenir que lamentar.

—Taehyung, levántate ya— exclamó, pero el agarre en su cintura se hizo más fuerte y solo recibió un quejido como respuesto—O me voy o te vas, pero no podemos estar aquí los dos, no es un buen momento en serio— suplicó y Tae a regañadientes abrió los ojos y le prestó toda su atención.

—¿Qué pasa? Es muy temprano y es fin de semana— se quejó con un pequeño puchero en sus labios.

—¿Puedo quedarme encerrado en tu habitación?

—¿Qué? ¿Por qué?

—Estoy en, tú ya sabes— respondió y sus mejillas se tornaron de un lindo color rojo. Taehyung comprendió, se alejó y se levantó de la cama dispuesto a dejarlo solo.

—Si necesitas algo solo avísame, te traeré el desayuno almuerzo y la cena, si no quieres abrirme puedo dejártelo por la puerta y la tocó para que sepas que te llevé de comer.

—Esta bien, gracias— hizo un gesto con la mano para indicarle que se fuera y Taehyung obedeció.

Cuando estuvo fuera de la habitación, Jungkook pudo respirar más tranquilo, recordó que sus cosas estaban en su habitación, así que las fue a buscar y cuando estuvo de regreso se encerró en el cuarto de Tae.

Taehyung se encontraba en el primer piso pensando que cocinarle a Jungkook, ahora que había mejorado en ello podía hacer solo diferentes platillos que al híbrido le gustaban. Al final preparó gimbap y un poco de manzanilla, antes de sentarse a desayunar, le llevó la comida a Jungkook quien luego de que sintió que ya no estaba en su puerta salió a recibir la comida y desayunó sentado en la cama.

Su celo no solía durar demasiado, generalmente solo eran un par de días, pero podía calmarse a si mismo y no necesitaba de algo más; sin embargo, está vez por alguna razón parecía ser diferente.

Todo era mucho más intenso de lo normal, intentó aliviar su dolor con ayuda de los juguetes sexuales que había comprado con el dinero de Taehyung hace ya un tiempo, pero no funcionó. Se removía en la cama incómodo y frustrado, se encontraba desnudo así que la sábana hacía fricción con todo su cuerpo, pero seguía igual. No lo entendía, algo extraño estaba pasando y según recordaba este tipo de cosas solo sucedían en el primer celo luego de encontrar a tu destinado.

Apenas eran los primeros síntomas, según lo que le habían enseñado comenzaba como un celo común y luego surgían otros síntomas, todo de forma muy intensa. Comenzaba con dolor y lubricación, luego llegaba la fiebre, seguida de extrema sensibilidad sobre todo de los pezones, también se suele dar la transformación involuntaria, se vuelven más territoriales y la necesidad de ser cuidado y mimado se mantiene durante todo el primer día y solo al final de este se sabe quien es la pareja destinada ya que su lado animal nombra a dicho híbrido, pues son pocos los casos donde un híbrido tiene como destino a uno que no lo es.

Se puso a pensar en las diferentes personas con las que interactúo en las últimas semanas, pero no podía imaginar cual de todos podría ser. Tampoco quería pensar demasiado en eso, su concentración estaba en el dolor que poco a poco comenzaba a disminuir, por el momento la necesidad de tener sexo se había detenido, sabía que volvería quizá algunas horas después, pero estaba agradecido de que pudiera parar por un momento.

Buscó entre la ropa de Taehyung algo que ponerse pues la suya ya estaba sucia; al final decidió colocarse una de sus camisas blancas de manga larga, la cual le quedaba unos diez centímetros por encima de las rodillas, no quiso ponerse algo más debajo porque se sentiría muy incomodo ponerse un short o siquiera su bóxer ya que en ese momento no podía estar sin sus orejitas y cola de conejo pues en el celo le era difícil transformarse, y sabía que pronto sería aun peor.

Arregló la cama de Tae y cambió las sábanas. Prendió la televisión para distraerse un rato, no sabía en que momento comenzarían los demás síntomas, así que tenía que aprovechar el tiempo, se estaba transmitiendo el primer capítulo de una serie que le llamó mucho la atención por lo que no se dio cuenta de que ya era hora del almuerzo hasta que Tae tocó la puerta de la habitación y le dijo que le traía su comida, Jungkook salió para recibirla, cosa que tomo por sorpresa a Taehyung.

—Gracias hyung— dijo Jungkook y Taehyung lo escaneó con la mirada. Ambos sintieron sus mejillas algo calientes de pronto.

—¿Estás usando mi camisa?— preguntó Tae por más obvio que fuera, por alguna razón no dejaba de verlo y tampoco parecía querer dejar de hacerlo.

—No te molesta ¿verdad?— preguntó algo temeroso, no deseaba que Tae se molestara con él, el celo lo ponía sensible en todo el sentido de la palabra.

—Claro que no, te queda muy bien— admitió con su tan bella sonrisa cuadrada.

—Gracias— contestó jugueteando con los bordes de la camisa. De repente sintió un pequeño mareo que lo hizo tambalearse, pero afortunadamente Taehyung lo sostuvo entre sus brazos.

—¿Te sientes bien?— cuestiono realmente preocupado.

—Sí— mintió, comenzaba a sentir malestar y como si todo su cuerpo ardiera demasiado, pero no quería preocuparlo, eso era normal en su caso y no le pasaría nada malo o al menos eso pensaba.

—¿Estás seguro?— volvió a preguntar para nada convencido de la respuesta del híbrido y para asegurarse tocó su frente y se preocupó más de lo que ya estaba— Estás ardiendo en fiebre.

—Se me pasará, no te preocupes— le restó importancia al asunto e intentó arrodillarse para recoger la comida de la bandeja y almorzar con tranquilidad, pero Taehyung impidió que hiciera cualquier movimiento al tomarlo por los hombros y hacerlo retroceder. 

—Te cuidare y daré de comer, nada de objeciones— replicó, hizo que entrara y se sentara en la cama.

Tae fue por una toalla al baño y la mojó con agua fría, luego fue por la comida que había dejado en el piso por la puerta de su habitación, volvió a entrar, dejó la bandeja en el escritorio y con el plato de bulgogi y arroz en su mano derecha y la toalla en su mano izquierda, caminó hasta sentarse frente a Jungkook, colocó la toalla mojada en su frente y Jungkook, a regañadientes, aceptó que le diera de comer en la boca.

Cuando Taehyung terminó de darle de comer a Jungkook, dejó lo que había ensuciado en su escritorio y cuando volteo a volver a ver a Jungkook notó que el chico se había convertido en un lindo conejito blanco de la nada.

—¿Por qué te transformaste así como así? ¿Eso es normal o debo preocuparme?— sabía que no le contestaría, pero no podía evitar preguntar eso más para si mismo.

Después de unos minutos de pensar y divagar sobre el porqué estaba sucediendo eso, Jungkook volvió a transformarse en humano con sus orejitas y colita de conejo. Taehyung se sorprendió porque fue de la nada y el se encontraba distraído, pero agradeció internamente pues necesitaba hablar con Jungkook del tema.

—No, es normal y continuaré cambiando así el resto del día seguramente— explicó y se encogió de hombros.

—Bueno, al menos ya no tienes fiebre— comentó tras asentir como respuesta a lo anteriormente dicho y tocar su frente para verificar si ya se sentía mejor.

Con tan solo gestos Jungkook le pidió a Tae que le hiciera mimos y se acurrucara a su lado, Tae obedeció. Se acostó a su lado, Jungkook se acomodó mejor, su cabeza quedó sobre el brazo izquierdo de Taehyung, sus manos en el pecho contrario y sus piernas enredadas con las del humano mientras recibía pequeños masajes en sus orejitas y de vez en cuando sonreía al sentir como Tae jugaba con sus cabellitos. Ambos se quedaron dormidos por un largo rato, los síntomas se calmaron casi por completo en ese momento, así que estaba todo tranquilo, al menos hasta que Taehyung se despertó. Cuando Jungkook sintió a Tae removerse y levantarse, él hizo lo mismo.

—¿A dónde vas?— preguntó Jungkook con el ceño fruncido y agarrando de la mano a Taehyung antes de que caminara hasta la puerta de la habitación.

—Bajaré para preparar la cena— respondió.

—Voy contigo— se puso de pie dispuesto a bajar junto a Tae.

—Tranquilo, no me iré de la casa. Pediré más tiempo de descanso hasta que estés totalmente bien— dijo con la intención de calmar los miedos del híbrido, pero en realidad no sabía que en ese momento Jungkook estaba comportándose territorial por su celo.

—Igual quiero ir contigo abajo— objetó.

—Esta bien, sube aquí— dijo mientras se posiciona a de cuclillas y le da la espaldas para que Jungkook suba a cuestas de él, así lo hace, rodea el cuello de Tae con sus brazos y la cintura con sus piernas, las cuales Tae agarra con ambas manos para evitar que se caiga, se pone de pie, sale de la habitación, baja las escaleras y se dirige a la cocina.

Jungkook baja de la espalda de Tae y juntos cocinan Japchae, colocan los platos, vasos, la jarra y los cubiertos en la mesa del comedor y disfrutan de una rica comida entre risas, temas triviales y preparaciones para las siguientes saludas juntos, ya casi tenían un año conviviendo juntos, así que las anécdotas y demás cosas juntos eran cada vez más.

—Estuvo muy rica la comida, gracias— exclamó Jungkook, con una gran sonrisa, en el momento en que terminó; Taehyung asintió contento porque fuera de esa forma, llevó todo lo que ambos habían ensuciado y se dedicó a lavar todo mientras Jungkook, pacientemente, lo esperaba sentado en el gran sillón de la sala de estar.

Al terminar con su labor, Tae se secó las manos con un pequeño trapo que había en el mesón y después de acomodar todo en su respectivo lugar, se dirigió a dónde Jungkook se encontraba e hizo el mismo gesto que en la habitación para que Jungkook subiera a su espalda y regresarán arriba para dormir juntos. Jungkook subió a su espalda, pero cuando su pecho rozó con la espalda de Tae se detuvo de inmediato

—Ah— gimió y se tapó la boca de inmediato mientras que Taehyung se quedó paralizado al sentir un escalofrío debido a que aquel pequeño gemido había Sido como un susurro directo en su oído.

Ambos se ruborizaron y un minuto después reaccionaron, Taehyung volteó a ver a Jungkook y conectaron sus miradas.

—¿Qué pasó?— preguntó. No estaba muy seguro de sí le dolía algo o era por el celo.

—Solo me duele— admitió mientras se cubría parte de su rostro por la vergüenza.

—¿Qué cosa?— cuestionó pues no entendía con exactitud que parte del cuerpo le dolía.

—Aquí—  Señaló sus pezones —Ah— volvió a gemir sin querer y sintió como volvía a lubricar.

—¿Jungkook?— preguntó al notar que de repente, en la mirada del híbrido comenzaba a notarse el brote de un intenso color, un bello azul como el inmenso océano. Nunca antes había visto que eso le sucediera, ni siquiera sabía que significaba que eso pasara o si era normal o no en un híbrido.

—Creo que debo volver a encerrarme en la habitación— confesó con dificultad y la voz algo entrecortada.

—Esta bien, si necesitas ayuda con algo me lo puedes pedir y trata de descansar ¿sí?— le dijo.

—Sí hyung— respondió y subió lo más rápido que pudo a la habitación y se encerró allí.

Habías llegado el momento, cuando estuvo sentado en su cama y tan solo el brillo de la luna y las estrellas iluminaban la habitación, se dió cuenta de que su instinto animal comenzaba a volverse fuerte, lo que significaba que en cualquier momento sabría quien era su destinado. Al fin lo sabría y podría estar más tranquilo, podría buscarlo y comenzar a conocerlo, enamorarse de él, todo sería distinto, estaba seguro, pero todas sus esperanzas se esfumaron en tan solo unos segundos.

 —Kim Taehyung— su voz se había vuelto más gruesa y sus ojos se tornaron por completo de un lindo tono de azul. 

Maldita sea, no podía ser posible. Se negaba a ello. Taehyung no podía ser su destinado. ¿Por qué el? ¿Por qué un humano? ¿Por qué el chico del que está enamorado y que sabe que no siente lo mismo que él? 

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