🌻•Capítulo 44
《🌻》
La habitación se hallaba medianamente fría, y el sol apenas empezaba a asomarse para así brindar un poco de calor a la fría ciudad de Seúl.
Una figura se encontraba envuelta de pies a cabeza en un par de gruesas mantas, mientras dormía profundamente… o eso hasta que una molestia en su garganta lo hizo removerse y quitar con dificultad las mantas lo más rápido que pudo. Tan enredado estaba que rodó en la cama y terminó cayendo de bruces al frío piso. Soltó un quejido mientras sobaba su trasero, pero una arcada le hizo reaccionar para así ponerse de pie entre tropezones y correr al cuarto de baño, hasta dejarse caer frente al wc.
De repente las arcadas era el único sonido presente en el apartamento. El pobre omega vaciaba su estómago mientras abrazaba la taza y maldecía a todo el universo en su mente.
—Malditas… —vomitó de nuevo. —N-Náuseas matutinas…
Estuvo por alrededor de dos minutos más vomitando entre cortos lapsos uno tras otro. Hasta que finalmente sintió que todo había cesado. Bajó la palanca y dejó caer sobre su trasero mientras sobaba su ligeramente abultado vientre con una mueca de incomodidad. No se ha mirado al espejo pero está más que seguro que se hallaba más pálido que el alfa de su mejor amigo.
—¿Por qué me haces esto? —suspiró dándole un vistazo a su abdomen. Abultó sus labios dando unas suaves palmaditas al área abultada. —Odio vomitar y tú haces que vomite todos los días.
Negó silenciosamente para después ponerse de pie y caminar al lavamanos. Se miró al espejo horrorizado con su semblante, de verdad lucía destruido. Sin más, se dispuso a cepillar sus dientes y así quitar el horrible sabor amargo de su boca. Después, enjuagó su rostro y palmeó sus mejillas tratando de que estas tomaran un poquito de color.
—Ya sé, hagamos un trato. —le hablo a su vientre alzándose un poco la pijama. —Ultimamente me haces comer muchas donas glaseadas, creo que te gustan mucho… así que te daré las donas que quieras pero solo si no me haces vomitar, o ya no te daré más donas… creo.
Hizo una mueca sobando su vientre. No estaba seguro de cumplir eso… no podía abandonar sus preciadas donas por más que quisiera castigar a su bebito por hacerlo vomitar. Suspiró comenzando a desvestirse ahí mismo. Hacía frío, sí, pero por alguna extraña razón sintió la necesidad de darse una ducha con agua caliente… quizás ver su apariencia desaliñada en el espejo fue lo que lo orilló a hacerlo.
Una vez terminó de ducharse, salió desnudo para observarse frente al espejo de cuerpo completo que tenía en la habitación. Otra mueca apareció en su rostro al ver toda su piel enrojecida a causa del agua caliente… bajó su vista a su vientre bajo ligeramente abultado que lo hizo esbozar una minúscula sonrisa. Sin evitarlo, se puso de lado para darse cuenta de que definitivamente su abdomen que siempre había sido plano, ahora tenía una suave curva… su cachorrito estaba creciendo.
Se giró para quedar de frente, soltó un suspiro y ahí de pie, se puso su ropa interior. Nuevamente recorrió su cuerpo con la mirada, deteniéndose en varias marcas de sus caderas, clavículas y costillas. Ah, a esos dos les encantaba hacer eso… negó sutilmente con su cabeza, dispuesto a caminar a la cama para tomar su pijama limpia que había dejado sobre el colchón, cuando algo en su cuello llamó su atención.
Sus marcas. Sus mordidas. Las miró más de cerca inspeccionándolas y a su parecer no lucían tan feas como pensaba. Estas se hallaban cicatrizadas pero la forma de las mordidas aún prevalencian sobre su piel con un tono rosado y brillante alrededor. Era la primera vez que las miraba con tanta atención y por suerte, no lucían mal. Se encogió de hombros para finalmente vestirse con su pijama, para abrigarse y quitarse el suave frío que recorría su cuerpo. El termostato estaba encendido claro, pero aún así las corrientes de aire frío se colaban por alguna parte del viejo apartamento.
Y con el pensamiento de comprarse un nuevo lugar donde vivir, se fue a dormir, abrazando con sus piernas y brazos las almohadas de sus alfas, para así sentir sus aromas con él.
Pasaron alrededor de dos horas, cuando SeokJin comenzó a removerse con algo de dificultad sobre la cama. Alargó un sonoro bostezo mientras restregaba su rostro que probablemente esté hinchado debido a las horas de sueño. Además, soltó un quejido mientras estiraba sus brazos y volvía a bostezar. Realmente se sentía descansado y agradecía no haber despertado a causa de las náuseas.
—¿Qué hora es? —musitó a lo bajo para sí mismo, sin abrir sus ojos del todo. —Jungkook, ¿Me pasas mi celular? —bostezó deformando un poco sus palabras. —necesito ver la hora y saber si Namjoon y Jungkook me llama- un momento…
Trató de reincorporarse en la cama, pero un agarre posesivo en su cintura se lo impidió. El omega se volteó un poco encontrándose al alfa mayor profundamente dormido. SeokJin enarcó una ceja para después regresar su vista a la figura recostada frente a él: Jungkook. El joven alfa se hallaba recostado de lado con una mano descansando sobre la cadera de Jin y su rostro muy muy cerca de su pecho.
—¿Cuándo llegaron? —pregunta sin obtener respuesta alguna. Ellos realmente estaban profundamente dormidos. —¿Chicos? Pff…
Resopló al ver que ninguno despertaba. Aunque ahora que lo pensaba bien, deben de estar muy cansados por el vuelo… pero, ¿No se suponía que regresaban mañana?
—Oigan. —llamó de nuevo. —¿Qué hacen aquí?
Se removió como gusanito entre ambos, logrando que soltaran un bajo quejido en protesta al ser despertados. SeokJin picoteó con una risita las mejillas de sus dos alfas, mientras estos fruncían el entrecejo. Namjoon atrajo el cuerpo de su omega junto al suyo sorprendiéndolo. En cambio Jungkook, se acercó más a su mayor, hundiendo su nariz en sus clavículas y subiendo una pierna a la de Jin… de un momento a otro el omega se hallaba en un enredo de brazos y piernas que no le permitían moverse con libertad.
—Terminamos nuestros deberes allá… —balbuceó Jungkook arrastrando sus palabras debido a la somnolencia.
—Hoseok nos dijo que podíamos regresar… —Namjoon bostezó, hundiendo más su nariz en las hebras castañas de su omega. —No quisimos esperar más… tomamos el vuelo de media noche, aterrizamos a las cuatrow… —bostezó de nuevo, sacándole una risita a Jin. —luego esperamos nuestro equipaje y luego el trayecto hasta acá… llegamos casi a las seis…
—No quisimos esperar más para verte… —murmuró Jeon restregando su nariz en la cálida piel de su omega inhalando su encantador aroma a cerezas combinado con el de leche y talco. —Te extrañabamos mucho… —deslizó tímidamente su mano hasta el abdomen dulcemente abultado. —L-Los extrañamos…
Los ojitos del omega se cristalizaron enternecidos. Él también había echado mucho de menos a sus alfas. —¡Yo también los extrañé mucho!
El par de alfas abrieron los ojos para esbozar una encantadora sonrisa al escuchar a su omega expresarse así. Cada uno se apoderó de una mejilla y comenzó a dejar repetidos besos una y otra vez, mientras escuchaban a su precioso omega reír. Poco después de mimarlo un ratito, Jin notó que sus alfas morían de sueño, así que ahí en medio de los dos, se dispuso a acariciar sus cabellos, en tanto ellos mantenían sus narices hundidas en ambos lados del cuello del mayor, justo donde yacía cada marca. SeokJin los arrulló a ambos con caricias en sus cabello y su encantador aroma a cerezas, leche y talco… Namjoon y Jungkook se quedaron profundamente dormidos.
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La blanca nieve cubría los alrededores haciendo lucir el paisaje tan precioso y suave. Era medio día y un auto iba avanzando con calma debido al irregular camino, pero en cuanto los ojitos de Taehyung divisaron su preciosa granjita estos brillaron en lágrimas. Ésta se hallaba cubierta de nieve y los árboles sin hojas, pero aún así le seguía pareciendo la más bonita de todas.
Y en cuanto YoonGi estacionó el automóvil frente a la granja, Taehyung se quitó el cinturón de seguridad, abrió la puerta saliendo con prisas, saltó la valla de madera y corrió, corrió hasta llegar al puente que cruzaba el pequeño arroyo. Todo sin dejar de sonreír.
La joven pareja que aún continuaba dentro del auto, simplemente se dedicaron a observar al tierno omega correr de un lado a otro. Les aliviaba en sobremanera verlo actuar así… no cuando la noche anterior les partió el corazón verlo llorar mientras expresaba cuánto quería volver a su granjita. Jimin lo había abrazado en un vago intento de consolarlo, pero solo logró que Taehyung se quedara dormido en sus brazos mientras sollozaba.
Lo que parecía ser una caliente noche para la pareja, terminó siendo una muy triste. YoonGi ayudó a Jimin a subir correctamente a Taehyung, dejándolo dormido en la orilla del lado derecho de la cama del joven matrimonio. Jimin y YoonGi salieron de la habitación hasta el living, con el omega sentándose en el regazo de su alfa mientras conversaban sobre Taehyung.
Aún no era muy tarde, así que decidieron llamar a Hoseok y contarle lo que acababa de pasar. El pobre se preocupó muchísimo, tanto que estuvo a punto de dejar todos sus deberes en Japón a la mitad, pero YoonGi le puso un alto diciéndole que ellos se iban a encargar… el pálido alfa le preguntó a Hoseok si sería buena idea llevar a Taehyung a su granja, cosa que Jung de inmediato aceptó.
Después de decirse un par de cosas más, la llamada finalizó y la joven pareja se miró muy sonriente, pues al día siguiente llevarían al melancólico omega de ojitos azules, a su entrañable granja. La respuesta que tuvo Taehyung cuando ellos le contaron esa mañana que lo llevarían fue de lo más adorable y encantadora… Taehyung se había puesto a saltar de emoción mientras abrazaba una y otra vez a las dos personas frente a él en tanto les agradecía repetidas veces sin quitar esa preciosa sonrisa de su rostro.
—Hey, ¿A dónde vas? —Jimin había preguntado desde el pequeño living de la casa al ver a Taehyung vestido con un bonito overol de mezclilla, un grueso suéter color rojo, una bufanda azul y unas botas… y por su puesto su bonito sombrerito de paja sobre sus cabellos.
—Oh —se detuvo mirando a Jiminnie quién tenía el biberón de SeokGi en su mano y en otro sofá estaba YoonGi sentado con su cachorrito en brazos también mirando al omega muy curioso. —Iré a quitar nieve con una pala, hay muuuucha por todos lados.
—¿Seguro? —preguntó el pálido alfa esta vez. —¿No es muy cansado para ti solo?
Taehyung negó de inmediato arrugando tiernamente su nariz. —Siempre lo he hecho yo solito.
Y con eso, el omega salió. Jimin y YoonGi se encogieron de hombros sentándose muy juntitos en el sofá para brindarse calor mutuamente, pues en ese lugar no había termostato tal como en su casa. El pálido alfa se dispuso a alimentar a su cachorrito, mientras que Jimin lo miraba con su cabeza recargada en el hombro de su mayor. No importa el lugar en el que se encuentren, mientras estén ellos tres juntos, nada ni nadie más importa.
Así que mientras ellos se acurrucaban en ese sofá, compartiendo calor… un precioso omega de ojitos azules se esforzaba solito paleando nieve. Recuerda que siempre que terminaba de trabajar con la nieve, su abuelita lo esperaba adentro con una taza de chocolate caliente como agradecimiento por su arduo trabajo.
—Hoy no habrá chocolate… —soltó en un murmullo mientras encajaba la pala en la nieve.
Una hora después, y Taehyung ya había limpiado muy bien gran parte de los alrededores de la casa. Jimin y YoonGi salían a ratos a darle un vistazo, pero el omega lucía muy concentrado en su trabajo, tampoco querían interrumpirlo pues al parecer hacer eso lo ayudaba a distraerse para no ponerse triste al pensar en Hoseok o su abuelita.
Otra hora pasó y YoonGi salió a darle una mirada a Taehyung, pero por más que lo buscó con su vista, no lo encontraba. Acomodó su bufanda y metió sus frías manos en los bolsillos delanteros de su pantalón, dispuesto a ir a buscar al ojiazul. Le dio una vuelta a la casa, pero no había rastro alguno del omega. El alfa frunció el ceño hasta que escuchó ruido y montones de nieve caer a solo un metro de él.
—¿Taehyung? —enarcó una ceja mirando hacia el techo. Sí, Taehyung se encontraba en el techo quitando la nieve acumulada en ese lugar. —Pero que… ¡Oye! ¿Cómo llegaste allá arriba? ¡Ten mucho cuidado!
—¡Estaré bien! —gritó asomándose. —¡Siempre he quitado la nieve de aquí yo solo!
—¡Aún así! —gritó de vuelta. —¡Si te caes y te quebras un brazo o una pierna! ¡O las dos cosas! ¡Hoseok se va a molestar con nosotros por no cuidarte!
—¡Te prometo que estaré bien, YoonGi hyung!
Después de eso, Taehyung se dispuso a terminar de limpiar allá arriba, mientras que YoonGi ya no se atrevió a meterse a la casa, porque no pensaba dejar a Taehyung solo, tenía que supervisarlo aunque sea desde abajo y vigilar que no le pasara nada… pues por alguna razón, desde que Hoseok no está, YoonGi ha sentido la necesidad de cuidar de ese adorable omega… en serio le ha tomado cariño.
Para cuando Taehyung finalmente bajó, abrió sus ojitos en sorpresa al ver al alfa con una pala en la mano. YoonGi había tomado la decisión de ayudar a ese chiquillo, no era justo que ellos estuvieran descansando allá dentro y Tae trabajando entre la nieve.
YoonGi se rió bajito al ver la expresión del omega, haciéndolo lucir más adorable de lo que ya era, pues tenía su nariz y mejillas rojitas debido al frío. —Vamos, te ayudaré para que termines más rápido. —sacudió los cabellos despeinados con restos de nieve y le colocó su sombrerito. —Le dije a Jiminnie que por favor prepare chocolate caliente y café para cuando terminemos.
Los ojitos de Taehyung brillaron, acomodándose correctamente su sombrero, pues YoonGi lo había dejado ladeado. —¿Chocolate? ¿De verdad?
—Sip. —palmeó nuevamente la cabeza del omega, logrando desacomodar de nuevo su sombrerito de paja. —¿Por dónde empezamos?
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Jimin caminaba por la casa con su bebito dormido en brazos. SeokGi tenía dos meses y estaba creciendo muy rápido… el omega no se cansaba de ver a su criaturita, tan linda con mejillas rosadas que amaba llenar de besitos.
Y que decir de esa adorable naricita de botón, idéntica a la de su padre alfa… aunque en sí, SeokGi era prácticamente una pequeña réplica de YoonGi. Desde el color de su piel, los ojitos, la nariz y cabello, SeokGi gritaba ser todo un Min por donde lo vieran… y aunque a Jimin le gustara molestar con que su cachorrito no tenía casi parecido a él, tenía que admitir que desde que se enteró que su bebito venía en camino, quería que se pareciera mucho a YoonGi.
Sin más, dejó un dulce besito en la frente de su hijito, para a continuación acostarlo en la bonita cunita armable que habían traído. Acarició su cabellito, hasta que escuchó la puerta abrirse. Llevó su vista a la entrada, sin embargo, nunca se esperó ver tal escena: YoonGi venía cargando a Taehyung en su espalda.
—¿Qué pasó? —preguntó Jimin acercándose con prisas. —¿Están bien?
—Me caí… —murmura el joven omega con un triste puchero.
El pálido alfa lo dejó sobre el sofá con mucho cuidado, para después contarle a Jimin que Taehyung no se fijó o más bien no sabía dónde pisaba gracias a la nieve que cubría el suelo. Terminó doblándose el pie, cosa que asustó mucho a YoonGi al recordar cuando a Jimin le pasó lo mismo.
—Ay Taehyung… —Jimin se inclinó para quitarle la bota derecha y así poder revisar su pie.
—Creo que estoy bien. —trató de restarle importancia. —solo me caí, pero YoonGi hyung se asustó y me trajo rápido hasta acá.
—Tengo traumas con las caídas, ¿De acuerdo? —mencionó el alfa sentándose a su lado. —Jimin se ha caído muchas veces, pero esta última fue la que más me asustó.
El omega nombrado negó con una sonrisita en sus labios al escuchar a su exagerado alfa, mientras revisaba el pie de Taehyung, no notando nada a simple vista. Los otros dos suspiraron aliviados, así que Jimin optó por traerles chocolate caliente con malvaviscos que recién había preparado. Por suerte a YoonGi se le ocurrió traer cosas para comer y beber, pues por obvias razones no había nada en esa casa.
Lo último de la tarde pasó entre anécdotas de Taehyung ahí en la granja y sobre todo lo que hacía para mantenerla tan bonita. YoonGi y Jimin se sentían admirados por Taehyung al saber todo lo que Taehyung había tenido que aprender desde tan joven… Y sin más, la noche cayó convirtiendo la casa en un lugar aún más frío, obligando a que todos se abrigaran aún más. El lindo matrimonio se alojó en la habitación que estaba a lado de la de Taehyung, quien insistía en que ellos utilizaran la suya, pero aún así la joven pareja se acomodó muy bien en esa cama que era más pequeña que la que tenían en su hogar. SeokGi no tenía de qué preocuparse, él tenía su cunita.
Las doce de la noche marcaba el reloj analógico que colgaba de la pared, nunca se había mantenido despierto tan tarde en su granja, así que Taehyung suspiró ya acostado en su camita, cubierto con una gruesa manta de pies a cabeza, mientras abrazaba su lindo pollito sutilmente impregnado con el aroma de Hoseok. La luz de la luna se filtraba por la ventana, logrando que la habitación no estuviera tan oscura… sus ojitos lograron ver la pequeña urna plateada que reposaba sobre un mueble, en la que yacían las cenizas de su abuelita… otro suspiro brotó al recordarla...
Doce de la noche y Taehyung no había podido conciliar el sueño aún. Se podría decir que ya era su cumpleaños, oficialmente Taehyung tenía diecinueve años…
La llamada que Hoseok le hacía cada noche, jamás llegó y el triste omega se cuestionaba una y otra vez el porqué no le llamó. Una parte le decía que quizás el alfa había estado muy ocupado y otra parte le murmuraba que tal vez se le olvidó… extrañaba mucho a Hoseok, por eso había esperado tanto la noche para hablar con él y contarle que se encontraba en la granja.
La idea de llamarlo cruzó por su cabeza, pero ya era demasiado tarde, ¿Y si ya estaba dormido? Abultó sus labios ante esa posibilidad, así que se encogió en su lugar, hundiendo su rostro en la suavidad de su pollito… no tardó mucho en quedarse dormido, con el pensamiento de querer abrazar a Hoseok.
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La mañana llegó, suaves rayos de sol se colaban por la ventana. Un precioso omega yacía profundamente dormido sobre su tibia cama sin dejar de abrazar su pollito. La mejilla tiernamente aplastada contra la almohada y sus cabellos cubriendo parte de sus ojos. Tan hundido estaba en el mundo de los sueños, que ni siquiera pudo darse cuenta cuando la puerta de la habitación se abrió, acompañado de unos sigilosos pasos… el pequeño lugar se impregnó inmediatamente del aroma a roble con canela y un toque de manzanas.
Sí, Hoseok había hecho todo lo posible por llegar temprano y ser el primero en desearle feliz cumpleaños a su amado omega, que incluso todavía venía vestido de etiqueta, solo con un grueso abrigo negro encima.
Sonrió al verlo tan lindo durmiendo que no pudo evitar llevar una mano a los claros cabellos y así liberar sus ojos para poder admirar correctamente la bella carita dormilona, la ternura floreció en su pecho al verlo de esa manera. Se acercó para plantar un pequeño besito en su frente e inhalar su aroma con más profundidad.
—Cachorro… —se sentó en la orilla de la cama sin dejar de acariciar los suaves cabellos. —Mi ángel, despierta…
No se atrevió a hablar fuerte, simplemente hablaba en murmullos que aunque sabe que será más difícil despertarlo, prefería hacerlo así. Acercó su rostro al de su omega, comenzando a repartir suaves besitos por todos lados. Besaba múltiples veces la suavecita mejilla y uno que otro en los párpados… supo que estaba logrando despertarlo, cuando lo escuchó suspirar.
—Taehyung… —besó su sien, sintiéndolo removerse. —Mi sol, mi luna, mi alma… ya estoy aquí, despierta…
—Uhm… —suspiró girando sutilmente su cuerpo. —Hoseok... —soltó en un balbuceo aún dormido, creyendo que la voz del alfa la estaba escuchando en sus sueños. —te extraño… mucho…
El corazón de Hoseok se achicó al escuchar a su omega, pues lo entendía porque él también lo había extrañado muchísimo, a pesar de haberse ido solo unos días. Así que sin contenerse más, abrazó el cálido cuerpo de su chico aún sobre las mantas quedando pegado a su espalda y llenó su mejilla derecha de muchos pero muchos besitos.
—Bebé~ —habló con su voz ligeramente aguda sin dejar de repartir besos. —Aigo~… ¿Mi cachorro tiene el sueño muy pesado?
Taehyung frunció el ceño, abultó sus labios soltando un largo suspiro así logrando percibir el aroma de su alfa con fuerza. —¿Hoseok? —murmuró con voz bajita y ronca.
—Sí, mi ángel… —besó sonoramente su mejilla de nuevo. —Estoy aquí…
Y Hoseok miró el momento exacto en el que esos preciosos ojitos azules se abrieron con lentitud, para después parpadear un par de veces intentando mirarlo correctamente y en solo unos segundos abrirlos en grande y exclamar: —¡Hoseok!
Se removió emocionado sobre la cama hasta que logró abrazar a su alfa y hundir su rostro en el cálido pecho para después aspirar con profundidad, sintiendo una agradable sensación recorrerle todo el cuerpo. Hoseok sonrió enormemente recibiendo a su amado novio en sus brazos rodeándolo con fuerza.
—¡Estás aquí! —exclamó amortiguando su voz contra el pecho de su mayor.
—Aquí estoy...—hundió sus dedos en las sedosas hebras mientras que con la otra mano, acariciaba arriba y abajo la delgada espalda. Para luego, nuevamente abrazarlo con fuerza y murmurar un encantador: —Feliz cumpleaños, amor de mi vida…
Taehyung abrió sus ojitos con impresión, para después reincorporarse sobre la cama y mirar con atención a su alfa. —¡Es cierto! ¡Hoy es mi cumpleaños!
Jung sonrió en grande acariciando la mejilla de su omega con ternura. —Quería llegar temprano y ser el primero en felicitarte y sorprenderte. —se levantó de la cama confundiendo al menor. —Espera ahí, no te muevas.
—¿Uh? —Taehyung ladeó la cabeza confundido al ver a su alfa salir de la habitación.
El omega se sentó correctamente en la cama con la curiosidad a flor de piel, mientras jugaba con sus dedos sintiéndose extrañamente nervioso, así que restregó sus ojos tratando de alejar todo rastro de somnolencia. Su cabello estaba desordenado, pero a Tae no parecía importarle en lo absoluto, lo cual lo hacía lucir muy muy adorable.
Sus movimientos se detuvieron cuando escuchó pasos acercarse, acompañado de bajas voces y risitas, cosa que llamaron más su atención. Estaba por ponerse de pie, cuando la puerta se abrió dejando entrar a Jimin con un lindo pastel con velas encendidas, detrás de él entró YoonGi con SeokGi en brazos y al final, ingresó Hoseok con muchos globos metálicos de colores, y una enorme caja en sus brazos.
La canción de cumpleaños feliz comenzó a salir en una melodía desentonada que le causó gracia al precioso omega, eventualmente haciendo reír a los demás por lo mal que sonaban. Taehyung miraba con ojitos grandes y brillantes a todos, aplaudiendo con timidez sin separar sus manos del todo, únicamente uniendo sus deditos una y otra vez en un pequeño aplauso. Hoseok miraba a su pequeño con el corazón latiendo fuerte, perdiéndose en su aura inocente y llena de pureza, incapaz de explicar todo lo que estaba sintiendo con solo mirar a su bello omega de ojos azulados.
Jimin se sostuvo el pastel frente a Taehyung quien lo miró maravillado. Era de un color morado con un adorable sol sonriente en el centro rodeado de muchas velitas coloridas…
El canto terminó acompañado de vitoreos y unos ojitos azules cristalizados… Taehyung nunca había celebrado su cumpleaños así, pues para él, el treinta de diciembre era solo un día más, donde recibía una felicitación con abrazo por parte de su abuelita, acompañado de una bufanda, uno que otro muffin de parte del señor Choi y cuando MinHo y Yoona llegaban a casa de su padre el treintaiuno, ellos le regalaban ropa. El omega siempre notó un aura triste en todos en su cumpleaños, sobre todo en su abuelita...
Así que por algún motivo que Tae desconoce nadie celebró su cumpleaños de la manera en la que Hoseok, YoonGi y Jimin lo estaban haciendo actualmente. Taehyung estaba realmente conmovido, tanto que quería soltarse a llorar por la increíble calidez que sentía en su pechito y la alegría que lo invadió al verlos entrar a su habitación tan radiantes de felicidad.
—¡Pide un deseo antes de apagar las velas! —Jimin estaba muy emocionado.
—¿Uh? ¿U-Un deseo? —el omega miró a las tres personas frente a él, comenzando a pensar y a pensar. Jugó con sus dedos nerviosamente, mientras mordía su labio inferior. —N-No sé qué pedir…
—Tranquilo… —intercedió YoonGi con una sonrisa acomodando a SeokGi en sus brazos. —Puedes guardar tu deseo para después.
—¿De verdad? —Taehyung miró a Hoseok quién asintió con una sonrisita. —¡Entonces l-lo guardaré!
El precioso omega sopló las velitas aplaudiendo emocionado después de verlas todas apagadas. Hoseok se acercó al pastel y con su dedo, tomó un poco de crema, para rápidamente manchar la nariz, mejilla y frente de su amado omega con una risita. Taehyung abrió enormemente sus ojitos, para luego soltarse a reír y manchar también la nariz de su alfa.
—¡Oigaaaan! —Jimin alargó en una risa. —Me llevaré el pastel al comedor para que no lo destruyan. YoonGi y yo prepararemos todo allá abajo así que los dejaremos solos. —enarcó sus cejas un par de veces de manera sugestiva.
—¡Feliz cumpleaños, Taehyung! —medio gritó YoonGi siendo empujado por Jimin.
El dulce omega de ojitos azules se levantó de la cama de golpe entre risitas después de que la puerta se cerró. Una enorme sonrisa cuadrada se mantenía en sus labios mientras miraba a su alfa dejar la gran caja sujetada con globos en el suelo. Taehyung intentó acercarse a los globos que tanto le gustaban, pero fue detenido por el brazo de su mayor en la cintura. El omega dejó sus manos en el pecho de su alfa, mirando un poquito hacia arriba para darse cuenta en la manera en la que Jung lo miraba…
Hoseok mantenía una pequeña sonrisa en sus labios, mirando cada centímetro del rostro de su pequeño con extrema ternura. Llevó su mano libre a la mejilla de su amado, dejando sutiles caricias con su pulgar… Taehyung se sonrojó y relamió sus labios cuando la sonrisa del alfa se agrandó más hasta mostrar su impecable dentadura, pues le pareció tanto divertido como tierno, el cabello desordenado de su chico, así que trató de ordenarlos un poco, para después sonreír por las manchas de pastel en su rostro…
—Te ves muy adorable con crema en la cara, cachorro… —murmuró bajito provocando otro sonrojo en el más joven. Hoseok acercó su rostro al de su omega y posó sus labios en la rojita mejilla, justo sobre la crema pastelera que él mismo había dejado. Relamió sus labios. —Mmm si está muy rico…
Taehyung se rió, contagiando a su alfa. Llevó su dedo a su propia mejilla quitando un poco de crema y llevarla a su boca. Taehyung parpadeó con ojitos brillantes después de saborear el dulce sabor. —¡Es cierto!
—Déjame quitarla toda, te dejé por todo el rostro…
El omega sonrió achicando sus ojitos tiernamente para después asentir. —Yo manché tu nariz~ —dijo con una risita. —Por acá tengo pañuelos para que- oh… —Tae había hecho el intento de separarse de Hoseok para ir por los pañuelos, pero el alfa lo detuvo de la cintura nuevamente, confundiendo al más joven. —¿Uh?
Hobi negó despacio subiendo sus manos al rostro de su omega y así acunar las suavecitas mejillas, logrando que ambos pares de ojos se conectaran. Tae parpadeó un par de veces, justo cuando los labios de su alfa se posaron sobre su nariz, dejando un pequeño besito que retiró todo rastro de crema pastelera de ese lugar. Taehyung comenzó a reír dulcemente, al sentir los besitos de su mayor por toda su carita.
Una vez quedó sin mancha alguna Hoseok se detuvo con una sonrisa. —Uhm, creo que terminé…
—¡No! Aún falta —se removió en su lugar.
—¿Dónde? —se rió. —No veo por ningún lad-
Fueron solo unos segundos en los que Taehyung se había alzado un poquito, posando sus gruesos labios en la punta de la fina nariz de su mayor. Hoseok se había quedado petrificado en su lugar, mientras que su corazón comenzaba a latir con prisa por tan dulce muestra de afecto. Sobre todo cuando el omega se separó y miró a su alfa con ojitos sonrientes al notar la nariz sin rostro alguno de crema.
—¡Listo! —aplaudió para sí mismo.
Hoseok rió con sus mejillas pintadas de un lindo carmín y así atraer a su omega contra su pecho en un fuerte abrazo. Taehyung se removió inquieto en su lugar, hasta que recostó su mejilla cerca de las clavículas de Jung y respiró con tranquilidad, inundándose del aroma de su alfa.
—Taehyung… —empezó despacio con un murmullo. —Cachorro, estoy muy contento de poder empezar contigo este nuevo año de vida para ti… no tienes idea de lo feliz que me hace estar a tu lado, cariño mío… —besó sus cabellos. —Todos los días, le agradezco al destino por ponerte en mi camino… jamás pensé que podría encontrar a un cachorrito tan hermoso, adorable, encantador, dulce, inteligente y noble… —suspiró reforzando el abrazo. —En serio yo… santo cielo, me tienes a tus pies… —se separó un poco para poder mirar a su omega a los ojos. —Te amo, Kim Taehyung… te amo tanto… —murmuró sintiendo sus ojos cristalizarse. —Le agradezco a la diosa luna por unirnos… te prometo que daré todo de mí para hacerte el omega más feliz del mundo. —sujetó ambas mejillas notando como los ojitos de Taehyung se hallaban cubiertos de lágrimas. Hoseok sonrió con ternura. —Y por favor… nunca dejes de ser tú… así tal como eres, eres perfecto.
—Hoseok… —sollozó bajito completamente conmovido sintiendo una agradable sensación en su corazoncito.
—Tú y tu inocencia, tu dulzura y nobleza, es lo que te hace único ante mis ojos… —depositó un amoroso beso en la frente de Taehyung. —Te amo, cachorrito… —pasó su pulgar por la traviesa lágrima que se deslizaba por su mejilla. —mucho, mucho, mucho…
Taehyung abultó sus labios, con ganas de soltarse a llorar por lo bonito que le hacía sentir su alfa en su pechito. Así que se armó de valor para rodear con sus brazos el cuello de su mayor y así estampar sus labios con los de Hoseok. Eso por supuesto que tomó al alfa por sorpresa, sin embargo le correspondió gustoso, rodeando la estrecha cintura.
Los suspiros y lentos chasquidos se hicieron presentes en la habitación, acompañado de sutiles movimientos de labios. Saboreaban sus bocas torpemente sin prisa alguna, percibiendo el dulce sabor de la crema de pastel. Taehyung soltó una baja risita aún entre besos, cuando sintió los dedos de su alfa acariciar su nuca, Hoseok sonrió también sin dejar de besar a su precioso chico, que sin darse cuenta, retrocedió un par de pasos hasta que sus piernas chocaron con la cama.
Hoseok cayó sentado sobre ella, sin embargo en ningún momento separaron sus labios. Pues Taehyung inconscientemente terminó sentado sobre el regazo de su alfa, no podían separarse, no cuando a pesar de aún no estar enlazados, su conexión seguía siendo maravillosa, ellos necesitaban sentirse juntos siempre, como la preciosa pareja destinada que eran.
—Te amo, ángel… —murmuró dulcemente regando sonoros besitos en las mejillas y labios de su chico. —Te amo, te amo…
Taehyung reía sintiéndose flotar de amor. —Hoseooook… —reía recibiendo ahora múltiples besitos en sus labios y caricias en sus piernas. —Yo también te amo…
El alfa se separó para mirar a su chico a los ojos con los ojitos brillantes de ilusión. Taehyung pocas veces decía eso, pero cuando lo decía agitaba su corazón cuál terremoto. —Dilo de nuevo… —sujetó la bella mano, plantando un delicado beso en el dorso. —Por favor…
El omega rió bajito sintiendo sus mejillas tintarse violentamente. —Te amo Hoseok… —el alfa sonrió en grande logrando que esas tres palabras aceleraran su corazón en demasía. —Mucho, mucho, mucho, ¡muuuuucho!
Una encantadora risa de regocijo brotó de los labios del alfa, sin dejar de ver alternativamente los ojitos zafiro de su omega. —Me haces tan feliz, amor mío… —apretó las rojitas mejillas de su novio con cariño haciéndolo lucir tan malditamente tierno y así repartir nuevamente muchos besitos. —Yo también te amo muchísimo, cachorro de mi corazón…
Solo eran ellos dos y nadie más… o eso creían.
Todo se detuvo, cuando un extraño sonido llamó la atención de Taehyung. El omega detuvo el beso confundiendo a su mayor y así recorrer su habitación con la mirada. —¿Escuchaste eso?
—¿Qué cosa? —preguntó hasta que reaccionó. —¡Espera! —se puso de pie, bajando a su omega de su regazo con cuidado. Y así correr al regalo que le había traído.
Los ojitos de Taehyung destellaron al ver el montón de globos coloridos moverse, mientras el alfa alzaba la caja de cartón, color roja con muchos hoyitos en la tapa. Las manos del ojiazul cosquillearon al querer tocar los globos y la caja. Hoseok sonrió en grande inclinándose frente a su chico quien comenzó a mirar encantado todos los globos frente a él.
—Este, es tu regalo de cumpleaños. —Taehyung jadeó sintiendo la emoción surgir. —Abrelo… estoy seguro de que te gustará mucho.
—¿De verdad es para mí?
—Por mi parte te daría el mundo entero… —suspiró enamorado. —Pero eso lo haré después, anda ábrela…
El joven omega relamió sus labios nerviosamente para finalmente colocar sus manos sobre la linda tapa roja y retirarla de su lugar. Sus preciosos ojitos azules se abrieron en grande al ver el contenido: —Un… un perrito… ¡Un perrito!
Taehyung saltó emocionado al ver al pequeño can removerse dentro de la caja, comenzando a dar saltitos. El de hebras plateadas lo sujetó con prisa entre sus manos soltando una sonora carcajada cuando el pequeño animal peludo comenzó a lamer su rostro.
—¿De verdad es mío? —preguntó completamente maravillado sin dejar de ver al precioso animalito.
—Todo tuyo. —respondió con una sonrisa sentándose a su lado.
El perrito era un muy pequeño Pomerania color negro con una lindas cejas rubias que lo hacían lucir molesto. Era una cosita tan pequeñita que en cuanto Taehyung lo soltó, este comenzó a correr cuál pulguita por toda la habitación. Taehyung en serio estaba encantado con su nueva mascota.
—¡Lo cuidaré mucho! ¡Lo prometo!
—Estoy seguro que lo harás, pequeño. —el alfa acarició el cabello de su chico con cariño para después sacar un par de boletos del bolsillo interno de su abrigo. —Ésta es la segunda parte de tu regalo…
—¿Qué es? —preguntó con una risita sin dejar de ver al perrito correr por la habitación.
—Resulta que hace días, ordené tus documentos y logré tramitar tu pasaporte.
—¿Pasaporte?
Asintió besando la mejilla de su chico. —Un pasaporte sirve para que puedas viajar a muchos lugares del mundo… y estos boletos, nos llevarán a ti y a mí a Hawaii.
—¿Hawaii? —repitió. Entonces recuerdos de datos de su enciclopedia de la vida marina llegaron a su cabecita. —Ahí… ¡Ahí hay muchos delfines y tortugas! ¡Ahí hay mar! ¡Lo dice en mi libro!
—Tu libro tiene toda la razón, cachorro —entrelazó sus manos. —Por eso te llevaré ahí, para que conozcas todo eso que tanto deseas ver con tus propios ojitos…
—¡¿De verdad?! —saltó en su lugar completamente ilusionado.
—De verdad, pequeño —besó su sien con cariño.
De repente fue atrapado entre los brazos de su chico, quien parecía lucir muy inquieto. —Gra-Gracias, Hoseok…
—No tienes por qué agradecer, mi amor… te llevaré a conocer el mundo… —acarició sus suaves cabellos. —Solo seremos tú y yo…
Después de eso, Taehyung bajó muy entusiasmado a contarle a YoonGi, a Jimin y a SeokGi que finalmente conocería el mar. Lo que por tanto tiempo vio y leyó en su enciclopedia que parecía tan lejano… por fin podrá verlo con sus propios ojos.
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¡Hola mis preciosos girasoles! Yeontan al fin hizo su tan esperada aparición💓
Asdfghjk lamento el capítulo tan aburrido;; prometo que el próximo será mejor:") AaaAaa pero aún así no puedo evitar preguntarles ¡¿QUÉ LES PARECIÓ?! Espero que les haya gustado aunque sea un poquito:") ¡Nuestro bebito al fin conocerá el mar! ¿Qué creen que pasará en el sig capítulo?💓
¡Por cierto! Los invito a seguirme~ en mi tablero dejo uno que otro anuncio para que estén atentos a cualquiera de mis actualizaciones:") y en mi tablero les dejé los enlaces de la página de Facebook y el grupo de WhatsApp por si gustan unirse 💓💓💓💓💓💓💓💓
¡Publiqué un nuevo omegaverse! Titulado "Bonhomía" es hopev espero se atrevan a darle una oportunidad 💜
Capítulo dedicado a BLOOMPJM porque hoy es su pumpeaños🥺💜 también a mi bello girasol Anto que está en el grupo de WhatsApp ¡Muchas felicidades!💓
Espero no se me olvide que más decir cómo siempre jahdkajdk ¡Los amo muchísisisisisísimo! Gracias por su amor y apoyo a My Sunshine💓 les mando muchos besitos, abrazos y gatitos. Cuídense mucho y ¡Nos leemos en el próximo capítulo!🌻❣️🌻✨❣️✨🌻✨❣️✨🌻✨❣️✨🌻✨❣️✨🌻✨❣️✨🌻✨❣️
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