🌻•Capítulo 37
《🌻》
La pregunta lo tomó desprevenido —como siempre— no se esperaba para nada que Taehyung preguntara eso y mucho menos se sentía cómodo con la idea de explicarle lo que era un nudo, en este mismo momento. No cuando sentiría que tendría un colapso mental.
Y vaya que sí, pues una horrible punzada dio directamente en su sien, logrando que soltara un bajo siseo, que llamó la atención del menor.
—¿Hobie? —se acercó más a él. —¿Te duele algo?
Asintió levemente en respuesta. —Sólo es una pequeña migraña, no te preocupes… —le restó importancia masajeando su sien —hoy fue un día ocupado y cansado, con una aspirina se me quita…
Taehyung asintió no muy convencido. No le gustaba que le doliera algo a sus seres queridos. Le asustaba…
—Iré por una antes de que empeore —le entregó el cachorrito a su omega, para después ponerse de pie y antes de retirarse, dejó un pequeño besito en la frente de su chico.
Cuando Taehyung vio a su alfa perderse en la cocina, regresó su vista al bebé en sus brazos. Una pequeña sonrisa se cruzó en sus labios al saber que se lo llevarían. A su parecer, SeokGi olía muy bonito y también es muy suavecito… le gustaba mucho sostenerlo en sus brazos, alimentarlo y hacerlo dormir.
Los bebés le parecían lo más bonito del mundo… no, en primer lugar estaba Hoseok como lo más bonito, luego le seguían los bebés.
Sonrió una vez más al ver los pequeños ojitos abrirse, acompañados de un ligero movimiento de labios, logrando un bajito bostezo. SeokGi se removió un poquito pero cuando su naricita dio con el pecho del omega, se calmó.
Los únicos aromas que le gustaban, eran el de sus padres, el de su tío Hobie y por supuesto, el de Taehyung. Si un aroma desconocido se acercaba él, comenzaría a llorar, hasta que uno de sus favoritos llegaran a consolarlo.
Taehyung soltó una baja risita, cuando su dedo meñique fue atrapado entre la pequeña manita gordita. Sin contenerse ante tanta ternura, acercó dicha manita a sus labios, dejando cortos besitos una y otra vez. La escena era simplemente preciosa… que cierto alfa se había quedado de pie en el umbral del living, sintiendo una sensación cálida en su pecho, al ver a su omega interactuar de esa manera con su sobrino.
Y así como esa calidez había aparecido, también comenzó a surgir un sentimiento de añoranza, pero a la vez de culpabilidad…
Añoranza, al imaginar un cachorrito de él y su omega… como el que apareció en su sueño aquella vez, era una perfecta combinación de ambos con sus preciosos ojos azules. Pero el sentimiento de culpabilidad estaba ahí, porque Taehyung tenía solo dieciocho años… aunque en solo unos días cumpliría diecinueve, él seguía siendo muy joven, apenas estaba descubriendo el mundo que lo rodea…
Dejó salir un silencioso suspiro, para luego acercarse con tranquilidad hasta su chico. Este levantó la mirada ante el sonido de los pasos y sonrió al ver a su novio.
—¿Ya no te duele? —preguntó al momento en que el alfa se sentó a su lado.
Arrugó la nariz y negó despacito. —Ya no… —mintió.
Por supuesto que aún le dolía la cabeza, recién se había tomado una aspirina y tendría que esperar a que surtiera efecto. Pero al ver esos bonitos ojos azules mirarlo con preocupación, no pudo evitar decirle que ya todo estaba bien. Y supo que había dicho lo correcto, cuando vio que las facciones en el rostro de su omega se suavizaron, dando paso a una dulce sonrisa.
—Mira, a SeokGi le gusta sostener mi dedo —contó divertido, moviendo la manita.
El alfa se rió bajito, dejando una caricia en los delgados cabellos de su sobrino. Taehyung se le quedó viendo… quería pedir algo, pero aún seguía dándole pena.
—Hoseok… —llamó bajito. Este por supuesto levantó la mirada, pero unos pasos apresurados llegaron hasta ellos.
—Vestiré a SeokGi con ropa más abrigada —apareció Jimin, tomando a su hijo de los brazos de Taehyung, para después salir con un poquito de prisa y subir de nuevamente las escaleras.
Jung acomodó unos cojines detrás de él, para así dejarse caer, soltando un largo suspiro. Esperaba que el dolor de cabeza desapareciera pronto. Siempre que tenía reuniones o un día pesado, su cabeza termina doliendo.
Volteó su rostro para encontrarse con la mirada atenta de su omega y sonrió. Estiró su brazo hasta alcanzar la mano más delgada, luego acercarla a sus labios y dejar un tierno besito en ella. Las mejillas de Taehyung se sonrojaron ante la dulce acción.
—¿Me ibas a decir algo? —preguntó tranquilo, acariciando el dorso con su pulgar.
El omega asintió despacio, mientras se acercaba tímidamente al mayor. Pero antes de decir palabra alguna, se dejó caer en el firme pecho con ternura. Hoseok sonrió y lo estrechó entre sus brazos. Al parecer el pequeño Tae tenía ganas de mimos…
El de ojitos azules, aspiró con profundidad el embriagante aroma de su alfa, hasta que sintió sus pulmones llenos… Taehyung estaba sobre Hoseok, ambos pecho contra pecho. El omega alzó la mirada, y recargó su mentón cerca de las clavículas, así dándole una perfecta vista de esas dos lagunas azules que Hoseok tanto adora.
Las venosas y suaves manos, movieron sutilmente el flequillo que obstruía la preciosa mirada… las mejillas del omega se tiñeron nuevamente de un lindo carmín al ver la encantadora sonrisa ladina del alfa.
—Te… te extrañé mucho… —confesó en un dulce murmullo.
Era la primera vez que ellos estaban tanto tiempo alejados el uno del otro desde el incidente de la abuela. Y Taehyung fue quien más lo resintió al solo verlo en la mañana, hasta en este momento en la noche.
—Yo también te extrañé mucho… —respondió conmovido, enredando sus dedos entre las rubias hebras. —Créeme que tenía muchas ganas de dejar todo y venir aquí por ti...
Una sonrisita avergonzada apareció en el rostro de Taehyung, y Hoseok no se pudo contener a pellizcar su rojita mejilla, logrando que el menor soltara una adorable risita.
—Hoseok… —llamó. —Me… ¿Me puedes… u-uhh besar? —pidió con timidez. En todo el día no se habían dado un solo besito.
—Oh… —el alfa sonrió y acarició la mejilla con su pulgar. —No tienes por qué pedirlo… si quieres hacerlo, solo hazlo-
Y lo hizo. Sus palabras fueron interrumpidas cuando los labios de Taehyung se unieron a los suyos. El omega simplemente se hizo un poco más para adelante, sin dejar de mantener su posición sobre el alfa. Tae tenía sus ojitos fuertemente cerrados con un sonrojo cubriendo todo su rostro, mientras que Hoseok los mantenía abiertos en sorpresa.
Solo fueron unos escasos tres segundos, cuando Taehyung ya se había alejado un poco. Le gustaban los besitos de Hoseok, mucho, mucho, porque le hacían sentir mariposas en su pancita. Pero quería más… no se sentía satisfecho del todo, con solo unir sus labios así… Taehyung quería aprender a besar de la misma manera en que vio a Jimin y a YoonGi… O como se besaron Jin y Jungkook aquella vez.
Un pequeño puchero apareció en sus bonitos labios, cosa que llamó la atención de Jung. —Heeey… ¿Qué sucede? —llevó sus dedos al mentón de su pequeño y con el pulgar tocó el prominente puchero.
Taehyung negó despacito, le daba vergüenza decirle al alfa lo que quería. Aún así, Hoseok sabía que algo le sucedía a su chico… ¿Otro beso quizás?... relamió sus labios y a pesar de que la posición en la que se encontraba, le hacía complicado el darle un beso a su omega, lo hizo. Se acercó lo más que pudo y unió sus labios.
Los ojitos azules se abrieron en sorpresa, así dando paso a un nuevo rubor en sus mejillas. Sin embargo se dejó relajar, gracias a las caricias que el pulgar de Hoseok le propinaba en su mejilla y mentón. Cerró sus ojitos, disfrutando de los dulces y lentos besitos que el otro dejaba sobre los suyos.
Una sonrisita cruzó los belfos del omega, cosa que el alfa sintió, así también contagiándose para esbozar una encantadora sonrisa aún con sus labios unidos. Hoseok capturó con suavidad el labio inferior de su omega y en un simple susurro le dijo: —Mueve lentamente tus labios… sin prisas… intenta saborear mis labios y yo los tuyos…
El sonrojo de Taehyung se extendió hasta sus orejas, pero aún así, acató lo dicho por el mayor. Abrió un poco su boca, hasta atrapar el labio superior de Hoseok entre los suyos… poco a poco ambos labios comenzaron a moverse, permitiendo que solo el sonido de sus tranquilas respiraciones y suaves chasquidos, fuera lo único que se escuchara.
Movimientos torpes e inexpertos de parte de Taehyung, hacían morir de ternura al alfa. Pero de todas formas, él trataba de guiarlo, trataba de enseñarle a besar de una manera distinta, y al parecer era un buen maestro, porque a pesar de los movimientos torpes de Taehyung, este lo estaba haciendo bien, pues el omega logró seguir el ritmo lento y acompasado del mayor.
Estaban tan concentrados en lo suyo, que ni siquiera se dieron cuenta de que Jimin ya había bajado, y se encontraba de pie a lado de ellos con una ceja enarcada y una sonrisita burlona pero a la vez emocionada… además de que la posición en la que se encontraban, a Jimin se le hacía bastante comprometedora, pero para ellos no tenía nada de malo.
El joven padre aclaró su garganta, así logrando que la parejita detuviera su lenta sesión de besos y voltearan a verlo. Las mejillas de ambos tomaron una tonalidad rosada al haber sido atrapados. Taehyung ocultó su rostro entre las clavículas de su alfa y este solo lo abrazó. Jimin tenía sus mejillas abultadas y sus labios en una firme línea, en su intento por contener su risa.
Minutos después de que lograran que Taehyung saliera de su escondite, ambos se pusieron de pie donde el cachorrito fue entregado a los brazos de Tae. Pero antes, Jimin había llenado de besitos y abrazos a su hijito, diciéndole cuanto lo extrañaría. Mientras que Hoseok se fue meter al auto las cosas de SeokGi, que constaban de una pequeña cuna armable y de su bolso repleto de pañales, una lata grande de leche, ropa, biberones, juguetes, entre más cosas. El omega si que había empacado mucho, como si su hijo se fuera a ir por semanas.
Después de unas indicaciones y los horarios de alimento de SeokGi, la pareja se despidió de Jimin. Ahora sí sabrían lo que significaba tener un bebé en casa.
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Jimin estaba en la puerta de su casa, sacudiendo su mano mientras veía a su hermano y cuñado, marcharse con su hijo. Cuando finalmente el portón se cerró, el rubio dejó salir un suspiro. En serio extrañaría a su hijo…
Cerró la puerta, quedándose unos segundos viendo la bella madera tallada, tenía que prepararse para lo que se venía. De verdad se encontraba nervioso… pero no le dio tiempo de pensarlo mucho, pues se dio tremendo sobresalto cuando una grande mano se posó en su hombro y una respiración agitada se hizo presente, acompañada de un mar de feromonas y el intenso aroma a café y chocolate invadiendo con fuerza sus fosas nasales.
Las piernas de Jimin temblaron y su piel se erizó en su totalidad. Sus mejillas se pusieron rojas cuando sintió la humedad en su ropa interior. Su alfa solamente había puesto una mano sobre él y el lubricante comenzaba a salir como si él fuera el que estaba en celo y no su alfa.
La boca jadeante de YoonGi se acercó a su cuello, comenzando a dejar lengüetazos por toda su extensión, haciéndole estremecer. Y de un momento a otro, se vio inesperadamente alzado, hasta ser cargado como un costal de papas. La mano grande de YoonGi impactó contra su trasero, lo cual provocó que Jimin soltara un muy alto jadeo y comenzara a patalear en protesta.
—¡Espera! —pataleó al momento en que el alfa comenzó a caminar rumbo a las escaleras. —¡Aún tengo que llevarle comida a Holly! ¡Y también me iba a meter a bañar!
—No te acercarás a ese perro. —murmuró con una voz extremadamente grave.
—¿Qué? ¿Tienes celos de un perrito? —el pálido no dijo nada. —¡YoonGi!
YoonGi lo ignoró olímpicamente durante todo el trayecto hasta la habitación a pesar de sus pataletas. Dejó a Jimin sobre la desordenada cama y se dirigió al tocador para verter un poco de agua en un vaso de la jarra de cristal que se encontraba ahí. Regresó donde estaba su omega y le entregó el vaso y una pequeña píldora.
—Tómala —ordenó haciendo que su lobo interior gruñera con enfado. Sabía para qué eran esas píldoras, y odiaba que su omega las tomara. En cambio YoonGi, no se dejaba influenciar por su lobo, quien quería otro cachorrito. Sabía que aún no era momento, apenas hace dos meses se habían convertido en padres y encargar a otro bebé sería muy apresurado.
Con un puchero en sus labios, Jimin tomó la píldora en silencio con la mirada fija y destellante de su alfa sobre él. Le entregó de vuelta el vaso, y una vez Min lo dejó donde estaba antes, dejó salir un fuerte suspiro. Estaba haciendo lo posible por controlarse y no lanzarse sobre su omega y hacerle el amor en ese preciso momento. Su celo había comenzado, aún podía controlarse… pero solo era cuestión de tiempo.
Se dio media vuelta, para caminar al cuarto de baño, estuvo unos minutos ahí dentro, dejando a un confundido omega en la cama. Cuando lo vio salir los nervios regresaron, pero también comenzaba a sentirse mareado, las feromonas de alfa comenzaban a abrumarle y para qué negarlo… también a excitarle.
YoonGi lo tomó de nuevo en brazos hasta llevarlo al cuarto de baño donde lo sentó en la taza y comenzó a desvestirlo. Jimin se mantenía quieto, solo observando a su alfa quien comenzaba a transpirar y su respiración era fuerte e irregular. Sus ojos brillaban mientras mordía sus labios y sus manos temblaban.
Se estaba conteniendo muchísimo. ¿Por qué? Tenía miedo. No había tocado a Jimin desde hace meses y temía perder el control de sí mismo y lastimarlo… la pequeñas manos de Jimin se posaron en su mejillas e hizo que se vieran directo a los ojos. El omega había sentido el miedo en el lazo así que rápidamente entendió todo…
—YoonGi… no vas a lastimarme, nunca lo has hecho…
Los –ahora– dorados ojos miraron alternativamente los ojitos de su menor. —Y si… ¿Y si pierdo el control? No he pasado mi celo contigo desde hace meses y… y mi lobo está hambriento de ti, tengo miedo de que te lastime de alguna forma…
Jimin observó a su alfa con ternura. A pesar de estar sudando como loco y jadeando irregularmente, seguía tratando de mantener la cordura… en el celo de un omega, este siente un increíble calor en su abdomen bajo, mientras que en el celo de los alfas, este calor se extiende por todo su cuerpo y la temperatura es diez veces mayor. Prácticamente sienten que se están quemado por dentro. El celo de los alfas es más corto pero también más intenso. Y YoonGi estaba haciendo un maravilloso trabajo al controlarse.
El omega quitó la húmeda camiseta de su alfa y con ella, le limpió su frente. —No me harás daño… confío en ti…
—¿Y si-...? —un dedo se posó en sus labios silenciandole.
—Todo va a estar bien, te lo aseguro… —volvió a tocar las calientes mejillas de su alfa, para después plantarle un corto beso.
Solo eso fue suficiente para que YoonGi terminara de desvestir a su omega y también a sí mismo. Sus pantalones y ropa interior volaron a alguna parte del lugar, sentía que se asfixiaba que no pudo evitar quitarlas con desesperación, así liberando su duro y doloroso miembro.
Jimin tragó saliva y cerró sus ojos conteniendo un gritito cuando se vio alzado nuevamente entre los brazos de su amado. Y en menos de un minuto, ambos ya estaban dentro de la tina con agua tibia. El alfa comenzó a lavar a su omega, pues había escuchado que quería bañarse ¿Y qué mejor que bañarlo él? Jimin se dejó mimar todo el rato, hasta que escuchó a su alfa gruñir.
—Jimin… ya… ya no puedo… —su respiración errática y la temperatura en su cuerpo lo decían. Sus ojos completamente dilatados, brillaban con intensidad.
El omega tragó saliva moviéndose en su lugar. La erección de su alfa ya tenía bastantes minutos y no se imaginaba lo dolorosa que debe de ser. YoonGi no perdía de vista ningún movimiento de su omega, el agua de la tina se desbordaba… el rubio se colocó frente a su alfa y se subió a horcajadas de su alfa, colocando correctamente cada pierna a cada lado de su hombre. YoonGi jadeó cuando la mano de Jimin rodeó su miembro y lo alineó con su entrada.
—Ji-Jimin… —cerró sus ojos con fuerza, tomando a su omega por las caderas.
El rubio mordió su labio y lentamente comenzó a bajar, sintiendo como el miembro de su alfa se abría paso en su interior. Cielos… estaba tan desacostumbrado… pero una vez bajó en su totalidad, Jimin dejó salir todo el aire contenido para mirar a su alfa con los ojos cristalizados.
—Minnie… —el alfa se alarmó al ver las lágrimas bajar.
—E-estoy bien… es solo que… —refregó sus ojos quitando las lágrimas. —Es solo que había olvidado lo diferente que es hacerlo durante un celo… no te preocupes por mi, no me voy a romper…
—Pero-
El omega lo silenció con un beso. Ya se había cansado de que su alfa se conteniera tanto. YoonGi estaba sufriendo mucho, pero se controlaba por miedo a lastimar a su omega. Así que si su alfa no comenzaba con la acción, Jimin tomaría la iniciativa.
—Deja de contenerte…
Los ojos de YoonGi volvieron a dilatarse, dejando ver un destello en ellos. Un gruñido resurgió desde el pecho y unos caninos se asomaron entre sus labios. Al parecer dos personas no dormirán esta noche…
🌻
En el instante en el que Taehyung cruzó la puerta, llevó a SeokGi a recorrer todo el lugar. Le mostró el candelabro y la preciosa vista desde el balcón. SeokGi aún estaba muy pequeñito así que obviamente no entendía nada. Pero Hoseok no podía quitarle esa ilusión a su omega, así que lo dejó ser.
El omega casi corrió hasta donde estaba el pequeño pino de navidad que él y Hoseok habían decorado. Se sentó en la alfombra frente a él, mientras le contaba al cachorrito todo el proceso de decoración. SeokGi simplemente succionaba su chupete con tranquilidad.
Horas después, Taehyung ya se había quedado dormido con SeokGi a su lado en la habitación del alfa. Hoseok se gastó tomando fotografías con su celular, pues la escena era sencillamente preciosa… después, el alfa tomó a su sobrino en brazos quien mantenía sus ojitos abiertos y moviendo sus piecitos.
Hoseok le acababa de dar de comer hace escasos diez minutos así que ahora intentaría hacerlo dormir. El alfa se había mantenido despierto para la hora de comer de su sobrino que era a las doce, Taehyung intentó mantenerse despierto hasta esa hora porque él quería alimentar al cachorrito, pero sólo resistió hasta las diez.
Lo arrulló entre sus brazos, mientras caminaba de un lado para el otro en la habitación. Cuando el reloj marcó las doce con veintisiete minutos, SeokGi se había dejado llevar por el mundo de los sueños. Lo acostó en su bonita cunita y dejó un besito en su cabecita para después cubrirlo con su suave mantita de gatitos hasta abajo de su pechito.
Se quedó viéndolo dormir con una pequeña sonrisa y un suspiro. De verdad era complicado tener a una personita que depende de ti el 100%. Darle de comer a su hora indicada era una de ellas… SeokGi tenía que ser alimentado cada cuatro horas, así que la próxima será a las cuatro de la mañana. Wow, en serio admira a Jimin y a YoonGi al ser tan atentos con su hijo.
Sin más, apagó las luces y se metió a la cama, no sin antes cubrir bien a su omega con la gruesa manta. Se arrastró más cerca de él hasta hundir su nariz en la nuca contraria y aspirar con profundidad… así hasta que poco a poco el sueño lo fue venciendo.
Las horas continuaban pasando. Un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo del omega que yacía en la cama. Se removió en busca de calor pero por más que buscó no lo encontró. Estaba solo en la cama…
La luz de la lámpara a lado estaba encendida. Talló sus ojitos y con el ceño fruncido por la leve iluminación, recorrió toda la habitación. Echó las mantas a un lado para después ponerse de pie y salir de la habitación cuando no vio a SeokGi en la cuna.
Buscó en la habitación de al lado pero no había nadie… bajó las escaleras con sus pies sólo cubiertos por un par de calcetines, así que no hizo ruido alguno con sus pisadas. Parpadeó cuando alcanzó a divisar una figura sentada en uno de los sofás del living. Se acercó hasta a ella, logrando ver bien gracias a la lámpara de pie que estaba en el suelo, justo a lado del sofá.
Sonrió al ver a Hoseok dormido con su cabeza hacia atrás y la boca abierta, mientras sostenía muy bien a SeokGi quien también se encontraba en un profundo sueño… el alfa lucía incómodo en esa posición.
Con su dedo, tocó un par de veces la mejilla del mayor, logrando que este se sobresaltara un poco y despertara. —¿Taehyung?
—Hobie… ¿Por qué estás aquí? —preguntó bajito con su voz adormilada.
—Oh… —pasó una mano por su rostro y miró a su sobrino en sus brazos. —Creo que me quedé dormido al intentar hacerlo dormir…
Bostezó contagiando a Taehyung. Este se rió bajito al verlos bostezar al mismo tiempo. Hoseok se puso de pie con lentitud, cuidando de no perturbar el sueño del pequeño cachorrito. Apagó la luz de la lámpara, y ambos subieron de nuevo hasta la habitación. Una vez ahí dentro, Hoseok acostó a su sobrino en su cuna y después se subió a la cama cuando el reloj marcó las 4:42AM. Se sentía cansado, había sido difícil hacer dormir a SeokGi después de darle su leche. Al parecer extrañaba a sus padres…
Taehyung se arrastró por la cama, hasta acomodar su rostro debajo del mentón de su alfa. Este por supuesto que no se negó, así que se recargó ahí, para después rodear su cintura con su brazo derecho… ambos aromas se mezclaron, logrando que la pareja se relajara poco a poco, hasta finalmente dejarse atrapar por el mundo de los sueños.
Oh, mañana sería un día ajetreado.
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Esa mañana fue todo un espectáculo, acompañado de un tierno omega riendo a carcajadas.
SeokGi había orinado a Hoseok… él solo intentaba cambiarle el pañal, pero al parecer tardó mucho acomodandolo debajo de él así que al pequeño cachorrito le dio frío y disparó al pecho del alfa.
Taehyung se deshizo en risas. De verdad le había parecido tan cómico... Pero a pesar de todo, Hoseok se sentía feliz de escuchar por fin a su omega reír a carcajadas.
Después de eso, Hoseok limpió todo el cuerpo del cachorrito con un paño húmedo ya que no sabía muy bien cómo bañarlo y temía hacerlo mal. Taehyung se mantenía a su lado observando todo con atención, y pasando las cosas que Hoseok necesitaba.
También ponerle ropa había sido una tarea difícil. Los dos se veían tan graciosos al tratar de ponerle un trajecito de gatito entero. El alfa sostenía al bebé con sus dos manos, mientras que Taehyung trataba de ponérselo empezando desde los pies. En fin, duraron alrededor de media hora tratando de vestir al pequeño SeokGi.
—¿SeokGi no puede comer cereal? —preguntó Taehyung llevándose una cucharada a la boca.
Negó divertido. —Está muy pequeñito todavía
—Pero solo toma leche… ¿No le podemos poner cereal para que sepa más rico?
—No, Taehyung —se rió viendo al cachorrito en sus brazos succionar su chupete. —Aún no tiene dientes, durante un tiempo solo beberá leche. —explicó.
Una hora después, salieron rumbo al centro comercial, pues al ser nochebuena, esa noche se llevaría acabo la fiesta navideña de Hope Enterprises. Y al ser una fiesta, Taehyung necesitaría un traje confeccionado justo a su medida para la gala.
A Taehyung le gustaba mucho el centro comercial, le parecía muy grande, lleno de luces y personas. Había muchas tiendas y muchos lugares para comer. ¡Le divertía mucho subir y bajar las escaleras eléctricas! También el ascensor, ya que una pared era de cristal y podía ir viendo todo el lugar y qué decir de la alegre música navideña por todos lados.
Entraron a una sastrería, una de las que solía frecuentar Hoseok para que le hicieran arreglos a sus trajes. El dueño del lugar un beta, lo recibió gustoso, pues hacía tiempo que el alfa no se pasaba por ahí. Mientras que Taehyung se mantenía tímido detrás de Hoseok, sosteniendo entre sus brazos a SeokGi quien estaba envuelto en una manta amarillo pastel, con dibujitos de gatitos por todos lados.
El alfa tomó al bebé en sus brazos para ayudar a Taehyung a subir a un pequeño pedestal giratorio que estaba rodeado de espejos. Taehyung se sintió cohibido de repente cuando ese beta desconocido se acercó a él.
—Lo siento Sungjae, Taehyung es muy tímido… —comentó tomando la mano de su omega para calmarlo.
—Ah, no hay problema, lo entiendo. —sonrió restándole importancia y dando un par de pasos para atrás. —¡Joy, cariño! ¿Puedes venir?
A los pocos segundos segundos, apareció una bella beta, de cabello castaño hasta los hombros y una preciosa sonrisa. —¿Qué sucede cari-...? ¡Oh! —saltó en su lugar al ver a Hoseok— ¡Hoseok! ¡Hace tiempo que no te veíamos! ¡Oh por dios! ¿No me digas que ya te convertiste en padre? —se acercó para ver la dulce carita de SeokGi
—También me alegra verte, Joy —se rió y negó. —Es mi sobrino, es hijo de Jiminnie.
La chica chilló encantada al ver al bebé tan bonito.
—Cariño, ¿Podrías tomarle medidas a este jovencito? —preguntó SungJae. Ella era muy amigable y los clientes que se ponían tímidos, ella los hacía reír y hacerlos entrar en confianza.
Taehyung se sonrojó al ver a la bonita beta, pero se relajó cuando ella se presentó y le sonrió. Hizo todo lo que ella le pidió, extendiendo sus brazos y colocándose derecho para que tomara las medidas de su cuerpo. Poco después, Hoseok buscó un traje que estaba seguro de que a su omega se le vería perfecto. Taehyung se lo fue a poner sin rechistar.
Cuando salió, Hoseok sonrió mucho, lucía bastante bien, aunque el pantalón y mangas le quedaban un poco largas, eso se podía arreglar. También ocupaba ajustarse un poco más de la cintura, para que de esa parte le quedara fija al cuerpo y acentuara su figura.
Joy hizo inmediatamente su trabajo después de que Taehyung se quitara el traje. —Ella es la maestra, aquí yo soy el inútil. —había dicho SungJae en tono divertido orgulloso de su esposa.
—¿Pero qué dices? Tú también eres muy bueno en esto —le respondió Hoseok.
Por otra parte, Taehyung había tomado a SeokGi en sus brazos. Este se había puesto un poco incómodo al estar tanto tiempo en ese lugar. Así que Tae se ofreció a calmarlo, mientras lo paseaba afuera del local, caminando de un lado a otro con tranquilidad, jugando con la manita de SeokGi. Hoseok lo vigilaba desde dentro de la sastrería, igual, ya se iban a ir, pues solo faltaba a que le entregaran el traje y listo.
—Entonces… ¿ese chico?
—Oh… él —sonrió echándole un vistazo. —es mi omega…
—Ya me lo imaginaba —se rió bajito. —tienes una mirada de enamorado…
Los bonitos ojos azules, recorrieron el lugar, viendo a las personas que pasaban con muchas bolsas de regalo. También a muchos con niños tomados de las manos de sus padres, unos sonriendo otros llorando, quizás porque no les compraron algún juguete. Después de todo, esta noche sería navidad y el lugar estaba lleno de personas, haciendo compras de último minuto.
Taehyung abrió sus ojitos en sorpresa, cuando vio un local a unos metros de distancia, lleno de animalitos de felpa enormes. Caminó hasta allá emocionado y quedar frente al aparador. ¡Habían muchos ahí dentro!
—¡Mira SeokGi! —señaló— ese se parece a mi pollito que Jiminnie me regaló.
Se animó a entrar a la tienda, mirando todo a su alrededor soltando tiernos waah con ojitos brillantes. Todos esos animalitos lucían tan suaves, pero le daba vergüenza tocarlos ya que no eran suyos.
—Buenas tardes, ¿Llevará alguno en especial?
El omega dio un saltito al darse media vuelta y encontrarse con una chica sonriente. —O-oh… solo, solo estoy viéndolos. Son muy bonitos...
—Ya veo… ¿No te gustaría comprarle alguno a tu hijo? —preguntó la empleada amablemente. —También contamos con peluches para bebés —señaló un estante. —son pequeñitos y bonitos, así como tú cachorro.
Las mejillas de Taehyung se pusieron rojitas. SeokGi no era su hijo, pero sintió muy lindo en su pechito cuando ella dijo eso. Además, tenía razón, SeokGi era chiquito y bonito.
—Me gusta mucho este… —señaló un pequeño gatito de felpa. —SeokGi me recuerda mucho a los gatitos.
—Se nota —se rió ella encantada. —su trajecito y mantita de gatitos son muy bonitas.
Taehyung sonrió. —Iré a decirle a Hoseok para que venga, estoy seguro de que también le va a gustar. —La señorita asintió y Taehyung salió del lugar. Estaba emocionado, seguramente Hoseok no se negaría a comprarle ese gatito a SeokGi.
El pequeño bebé se hallaba tranquilo en los brazos del omega. Él era feliz mientras succionara su chupete y sintiera el aroma a vainilla y flores cerca de él. Taehyung esbozó una dulce sonrisa al verlo con sus ojitos abiertos. —¿Verdad que todo estaba muy bonito, SeokGi? Solo vamos a decirle a Hoseok… —se detuvo. —¿Era para aquél lado… o para este?
Se sintió desorientado. ¿Para qué lado estaba la sastrería? No alcanzaba a ver bien… ¿De dónde había salido tanta gente?... ¿Cómo era el local donde estaba Hoseok?
Comenzó a caminar sin rumbo alguno, con la esperanza de dar con la sastrería. Pero mientras las avanzaba, más se perdía. Abrazó más a SeokGi contra su pecho mientras miraba a todos lados. Se acercó a la orilla, logrando ver para el piso de abajo. No… él nunca había subido, ¿O si?
Se detuvo frente a las escaleras eléctricas, hasta que recordó que él y Hoseok habían subido juntos, así que no tendría que bajar. Intentó retroceder cuando su espalda chocó con el pecho de alguien, volteó pero no reconoció a esa persona. Entonces más personas comenzaron a acercarse, haciéndolo avanzar involuntariamente a las escaleras.
Cuando menos lo espero, ya iba bajando las escaleras eléctricas, gracias a el montón de personas que lo empujaron en su camino al también querer bajar. Taehyung ahogó un gemido ahogado en su garganta de la angustia. Miraba a todos lados, no sabía a dónde se estaba dirigiendo. Además las personas lo miraban raro.
Cuando al fin llegó al piso de abajo, se quedó de pie en la bajada de las escaleras, logrando que varias personas lo empujaran "accidentalmente". Taehyung solo atinó a avanzar unos pasos, abrazando bien a SeokGi cuidando de que no lo lastimaran.
—¡Quítate! ¡Tengo prisa!
—¡Muévete, estorbas!
—¿Eres idiota? Este no es lugar para quedarse de pie y menos con un bebé en brazos.
Los ojitos de Taehyung se llenaron de lágrimas, al sentir los empujones por sus hombros y las palabras de esas personas. ¿Por qué le decían palabras feas?. Además no podía avanzar bien, habían muchas personas por todos lados, no podía avanzar sin chocar con alguna.
—H-Hoseok… —sollozó bajito sin dejar de caminar y mirar a su alrededor. —SeokGi, me perdí…
Al parecer todos tenían prisa. Porque todos caminaban muy rápido y algunos continuaban golpeando sus hombros accidentalmente al quererle rebasar. En cambio Taehyung iba despacio sin dejar de mirar a todos lados, ¿Por qué nadie le ayudaba?
Continuó caminando, cuando por accidente alguien lo empujó de lado y Taehyung terminó por estrellarse de costado contra una chica que estaba de pie hablando por celular y con un café en la mano, el cual terminó derramado en el suelo.
—¡Oye! ¿Qué te suce-...? Oh… ¿Estás bien?
—L-Lo siento… —sollozó sosteniendo a SeokGi con fuerza. —Me empujaron…
La chica se sintió mal al ver al omega llorar. ¿Quién demonios se atreve a empujar a un chico con su bebé en brazos?
—Las compras de última hora tienen a todas estas personas locas, no es tu culpa. —pasó su brazo por la espalda de Tae y lo llevó a un lugar donde no había tanto movimiento. —¿Estás bien? ¿No te lastimaron a ti o a tu bebé?
Negó. —S-solo me empujaban y… y me decían palabras feas…
—Son unos groseros… —acarició su cabello. Taehyung se dejó hacer, era la única persona que había sido amable con él. —Anda, no llores… tienes unos ojitos muy bonitos como para que estén cubiertos de lágrimas…
Sacó un pañuelo de su bolso y limpió los ojos y mejillas de Taehyung. Este le dedicó una pequeña sonrisita.
—Tu bebé también es muy bonito… ¿Vienes solo? —preguntó guardando el pañuelo.
Negó. —Y-yo me perdí…
—Lo imaginé ¿A dónde ibas? Conozco este centro comercial como la palma de mi mano.
—Yo… Estaba en una tienda con muchos peluches —explicó. —pero… quise regresar a la saste-… ¿Sasteria? —dijo no muy seguro.
—Creo que quisiste decir Sastrería… —llevó una mano a su mentón pensando. —creo que hay dos en todo el centro comercial, hay una aquí abajo pero dices que venías de arriba y que estabas antes en un local de peluches… ¡Creo que ya sé dónde es!
Los ojitos de Taehyung se iluminaron. ¡Podría encontrar a Hoseok!
—¿De verdad?
Ella asintió y tomó su mano con una sonrisa. —Vamos, te llevaré.
—¡Gracias! —el precioso omega esbozó una enorme sonrisa, mientras caminaba a su lado de regreso a las escaleras eléctricas.
—Agradeceme cuando te deje en tu destino sano y salvo, después de cruzar a este mar de gente —dijo con una risita, pasando entre las personas, protegiendo a Taehyung detrás de ella.
Una vez iban subiendo las escaleras eléctricas ella suspiró, pero miró enternecida a Taehyung quien miraba a todos lados, al parecer tratando de ver si identificaba algún lugar. Aún así, jamás descuidó al bebé que traía en sus brazos.
—Oye chico ¿Reconoces algún lugar o alguien se te hace conocido? —preguntó tomándolo de nueva cuenta de la mano una vez salieron de las escaleras.
—No… y yo u-uh me llamo Taehyung —le mostró una pequeña sonrisa.
—Taehyung, de acuerdo. —ella rió. —a mi puedes decirme Rosé.
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¡CHAN CHAN CHAAAAAN! ¡HOLA MIS PRECIOSOS GIRASOLEEEEES!🌻❣️
ASDFGHJKL ¿QUÉ LES PARECIÓ EL CAPÍTULO? ¿Qué les pareció el yoonmin? ¿O el HopeV como papis de SeokGi? ¿Se esperaban que fuera Rosé quien ayudaba a Taehyung? o": AAAAAAAAA AMO todos sus comentarios❣️ ¿Cómo creen que vaya a reaccionar Hoseok al ver a su novio y a su ex juntos?
Por cierto, con todo lo que está pasando ahorita sobre el COVID-19 por favor cuídense muchísimo. Laven mucho sus manos, usen gel antibacterial y si es posible, no salgan de sus casitas. Tengan mucha precaución💓
Bueno~ sin más me despido. ¡Espero les haya gustado el capítulo! Nos leemos en el próximo~🌻❣️ no olviden que Sony los ama muchísimo💓💞🌻✨💓💞🌻✨💓💞🌻✨🌻💞💓✨🌻✨🌻💞💞💓🌻
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